La crisis global que estamos viviendo en estos últimos tiempos nos invita a replantearnos, como una opción posible, la conveniencia de “volver a empezar de cero”.
Me pide el Director del blog una reflexión sobre el estado de Rioja Alavesa y sus vitivinicultores en este momento concreto, tras unos meses tan problemáticos para todos, y la difícil petición me obliga a un profundo análisis introspectivo, a una recapitulación tranquila de los hechos más reseñables de este disparatado y agitado semestre.
Así que no voy a hablar de los bajos precios de la uva, del incremento brutal de los costos de producción agraria, del adelanto extraordinario de la vendimia, de la sequía, de las dos DO Rioja desde el punto de vista hídrico, de la anómala “recuperación” del enoturismo.
No voy a hablarles aquí de estas cosas, o sí, depende de cómo vaya derivando el tema.
Tampoco les hablaré de otros temas más lejanos, pero les confieso que, como “aviso a navegantes”, los tengo muy presentes al escribir estos folios, como la sequía que están padeciendo los ganaderos de Encartaciones que pone en peligro la viabilidad de sus explotaciones, el abastecimiento de agua en barcos-cisterna de los pueblos de Busturialdea (Bizkaia), la reiterada propuesta de arrancar viña de la AOC Bordeaux, la hambruna mortal que está afectando a millones de niños de los países del cuerno de África,…
Aquí voy a hablarles de otras cosas, pero antes necesito repasar todo lo que nos ha ocurrido este semestre y que resumo diciendo que hemos padecido súbitamente la conjunción de cuatro grandes crisis que se suman a esa crisis psicológica y de valores derivada de un COVID que aún colea y que ha debilitado nuestros recursos y nuestra confianza en los gobernantes.
¿SE ha visto el viticultor alavés en una crisis tan dura como ésta?
En primer lugar hemos padecido una crisis climática, coyuntural o vinculada al “cambio climático” según gustos, crisis que se ha expresado en muy altas temperaturas y muy baja pluviometría que ha secado nuestras fuentes y pantanos reduciendo nuestra capacidad de generar energía hidroeléctrica, a la par que mermaba nuestras cosechas, secaba nuestros pastos, incendiaba nuestros montes…
En segundo lugar hemos padecido y estamos padeciendo una crisis de abastecimiento energético en la Unión Europea, especialmente gas y petróleo, motivada por una súbita reclamación de Putin (uno de nuestros principales suministradores de energía) de unos ignotos, pequeños y lejanos territorios ucranianos habitados, según dicen, mayoritariamente por rusos….
LAS pequeñas bodegas apenas han subido los precios de sus vinos un 10%
Esa crisis puntual de abastecimiento energético en la UE ha acentuado una crisis económica global ya augurada hace varios años por los grandes economistas, a la que se ha sumado la avaricia de los grandes grupos económicos (eléctricas, gasísticas, petroleras, distribuidores de alimentación,…) que aprovechándose de ese “rio revuelto” han decidido incrementar obscenamente sus beneficios a costa de una ciudadanía mal defendida por sus mandatarios..
Y en cuarto lugar está habiendo una crisis de nuestros políticos que, acostumbrados a salir siempre guapos en las fotos, no han sabido actuar en ese panorama complejo, no han sabido frenar esa inflación, no han sabido contener inmediatamente el precio de la luz como han hecho en Francia o contener el precio de la cesta de la compra que los distribuidores españoles han subido de un modo inmoral en porcentajes que superan el 14% mientras que la inflación alimentaria en Francia es justo la mitad (7%).
Esa mala gestión de la crisis está afectando especialmente a la clase media europea, la que consume el 80% del vino de Rioja Alavesa, la principal contribuyente vía IVA e IRPF a las arcas regionales y europeas. Nos hemos empobrecido brutalmente en pocos meses mientras Hacienda incrementaba sus ingresos por los IVAs de luz, gas, gasolina, alimentos,…. Pero este discurso pesimista no es mío, lo expresan los líderes mundiales más documentados.
Tal vez el discurso hace varias semanas del Secretario General de Naciones Unidas (Antonio Guterres) es lo más duro que se ha dicho nunca: “No nos hagamos ilusiones. Se avecina un invierno de descontento a escala mundial. La crisis del costo de la vida está haciendo estragos. La confianza se desmorona. Las desigualdades se disparan. Nuestro planeta está ardiendo”.
Me impresionó mucho este verano cómo expuso Macron, el presidente de Francia, el diagnóstico de la situación. Mirando a su auditorio televisivo a los ojos nos dijo fríamente que estábamos ante “el fin de la abundancia” y que la receta era austeridad, sobriedad, apretarse el cinturón, reducir consumos de lujo, consumir país, prepararse para tiempos duros. No le tembló la voz.
El discurso de Macron me sonó muy similar al diagnóstico que había hecho semanas antes un prestigioso economista: “estamos ante el último verano” dando a entender que se acabó la juerga. Y por terminar con esta serie de pronósticos duros me impactó la predicción del Primer Ministro de Bélgica al que tampoco le tembló la voz cuando dijo que la crisis energética durará de 5 a 10 inviernos. Luego han continuado saliendo a la luz más datos de importantes países europeos (Gran Bretaña, Alemania, etc.) cuyos gobiernos hablan sin tapujos de recesión.
Y resumo estos datos que más o menos todos sabemos porque el vino Rioja, como producto de lujo que es por tener alternativas de consumo más baratas, ha sido siempre muy sensible a esas crisis económicas, especialmente las europeas, y máxime si afectan a sus dos clientes más importantes (Gran Bretaña y Alemania).
Y las crisis históricas del Rioja, aunque afectan a todos, son especialmente duras con los viticultores alaveses.
Por eso es desolador la inacción de nuestros gobernantes, por ejemplo, oírle decir a nuestro Ministro de Agricultura y Alimentación que no se puede hacer nada legalmente para frenar ese abuso en la cesta de la compra, cuando millones de sus conciudadanos están pasándoselo tan mal. ¡Haga cumplir el espíritu de las leyes, también el espíritu de la Ley de Cadena Alimentaria señor Ministro!
Se lo recordaba el otro día la Unión de Agricultores de la Mancha “la Ley de Cadena Alimentaria no es efectiva, y el viticultor trabaja a pérdidas, mientras el Consejero de Agricultura asegura que será una campaña rentable para todos cuando los costos de producción rondan los 0,45 euros/kg y las grandes bodegas marcan un precio de compra de uva de 0,22 euros, lo que supone perder anualmente una media de unos 2.000 euros/Ha. Y esta es la tercera cosecha con estos precios”.
Y llegando al vino me surgen algunas preguntas relacionadas con nuestra Denominación Rioja. Si el Gobierno de La Rioja decía en un Informe técnico muy trabajado que en 2020 costaba producir un kilo de uva sesenta y tantos céntimos de euros, ¿cuánto habrá costado en 2022 producir uva tras la brutal subida de combustibles, electricidad, materias primas, etc? ¿Por qué no se actualiza ese estudio tras una inflación media reconocida superior al 10% que en temas de viticultura puede superar el 25%?
Un amigo, agotado en plena vendimia, aún tenía tiempo para mandarme una reflexión que resume este año: “Estamos en una vendimia extraña. Socialmente como si hubiésemos tenido un retroceso importante: exigencias de grado casi imposibles, remolques devueltos, broncas en el momento de ENTREGAR la uva y digo “entregar” porque del precio no se dice nada. En fin, un poco triste. Y la presencia constante de los inspectores, como si los viticultores fuésemos una pandilla de delincuentes”.
¡Vuelta la burra al trigo! ¡Que no, que hoy no quiero hablar de precios bajos, ni de injusticias varias! Que quiero ir hoy de propuestas optimistas como la de esa jubilada parisina (ella y decenas de miles de jubilados más) que harta de malvivir en un barrio chic de la “Ciudad de la luz” vendió su incómodo apartamento por una “millonada” y se fue a vivir como una reina a un pequeño apartamento del “Pays Basque”, mirando al mar.
Mi propuesta parte de la base de que los bodegueros y el Ministro de Agricultura pudieran tener razón y “el rioja va como un tiro, los beneficios se reparten equitativamente y los viticultores no solo no pierden con el cultivo de la viña sino que están ganando algo de dinero estos últimos años”. Pongamos que gana unos 0,20 euros/kg y pensemos en un viticultor alavés medio con 15 hectáreas de viña que rinden unos 100.000 kilos de uva cada año si no le hiela o le apedrea. En esos supuestos podría estar “ganando” estos años según los optimistas unos 20.000 euros/año.
Sin pararse a pensar como se pagan todas las facturas de una familia riojana alavesa con esos veinte mil euros, consideremos ahora otra realidad que nadie niega hoy en la DO: aunque el precio de la uva es “moderado” y el precio del vino a granel aún más bajo (12-15 euros/cántara), el precio de la buena viña de Rioja Alavesa anda por los 90.000 euros/Ha en números redondos, cifra importante aunque tenga un cero menos que en Borgoña o Saint Emilion.
Esas 15 Has de viejo viñedo, primorosamente cuidado, en lo mejor de la DO, tendrían un valor hoy de unos 1,3 millones de euros. No nos asuste la cifra, piénsese que adquiridas esas viñas por una bodega mínimamente reputada, la producción (unas 90.000 botellas) ya saldrá al mercado el primer año con un valor por encima del millón de euros, o sea que en pocos años una bodega prestigiosa amortiza la inversión en viñedo.
Siguiendo con las suposiciones, esos 1,3 millones de euros obtenidos por el viticultor por la venta y colocados a plazo fijo, tal y como están subiendo los tipos de interés estos últimos meses, le rendirían el doble de los 20.000 euros antes citados y eso sin trabajar, sin mirar al cielo preocupado cada día, sin mirar las letras del Banco, sin meterse en préstamos a sus años como tuvo que hacer durante el COVID,…
Entonces ¿estoy sugiriendo que vendan sus viñas a esos viticultores sesentones de Rioja Alavesa llenos de hernias y otras pequeñas dolencias que han trabajado duro desde muy jóvenes y que no tienen unos hijos que quieran o puedan tomarles el relevo? No, no soy quién. Sin más sugiero a los viticultores y a la Administración que consideren que igual hemos llegado al fin de un ciclo vital que comenzó con “el boom del vino Rioja” en los años setenta.
A los viticultores les sugiero que analicen sus condiciones personales y la situación del sector, que hablen con su médico y su asesor fiscal y que piensen que los años felices en torno al 2.000 en el que todos ganaban dinero con la uva ya pasaron y no volverán para su generación, y se planteen, al menos como hipótesis, lo de jubilarse con honores y empezar de cero como están haciendo esos cientos de miles de urbanitas de París u otras ciudades del norte que están iniciando una nueva vida en el sur de Europa.
A la Diputación Foral de Álava le sugiero que tenga en cuenta esa realidad social y que organice los cambios que sí o sí se van a dar en Rioja Alavesa con un Plan Estratégico de Trasmisión del Viñedo Alavés que tenga en cuenta los siguientes considerandos previos:
1º.- De las 13.500 hectáreas del Viñedo Alavés, unas 9.000 hectáreas están en manos de viticultores sesentones que se van a jubilar en masa esta década porque también entraron en masa en la actividad vitícola en los años setenta y ochenta del pasado siglo; más de la tercera parte de esos propietarios vitícolas no tienen un hijo/hija que quiera o pueda hacerse responsable de la explotación familiar.
CEPA de Rioja Alavesa, la semana pasada, antes de ser vendimiada.
2º.- En esta década varios miles de hectáreas van a salir de un modo u otro al mercado pero las nuevas bodegas foráneas, tanto presentes como futuras, no tienen capacidad para absorber esa masa de viñedo.
3º.- Buena parte de ese viñedo es fruto de una concesión graciosa de “nueva plantación” hecha por Diputación Foral de Álava entre los años setenta y noventa del pasado siglo, con la exigencia de que fueran jóvenes agricultores y explotaciones prioritarias los beneficiarios y con el compromiso firmado de los receptores de trasmitirlos en su día a otros jóvenes agricultores y a agricultores profesionales.
A una generación se le está acabando un ciclo y hay que volver a empezar con otros horizontes.
4º.- Los jóvenes viticultores alaveses necesitan más viña para hacer más rentable su explotación, pero a los actuales precios de la viña y la uva, ni tienen dinero para hacerse con la propiedad de una viña colindante ni les es rentable cogerla en arrendamiento.
5º.- Convendría que el Plan Foral cuantifique con precisión las cifras anteriores y contemple una serie de ayudas y ventajas fiscales que faciliten a nuestros jóvenes y agricultores profesionales comprar buena parte de ese viñedo que saldrá al mercado en los próximos años, para que no se cree una burbuja como con las licencias de los taxis.
CONTINUARÁ…
Suscríbete a nuestra Newsletter
Acepto que Blog Rioja Alavesa utilice mis datos para acciones de marketing
Recibe nuestras novedades
Newsletter
Acepto que Blog Rioja Alavesa utilice mis datos para acciones de marketing
Miguel Larreina replica los malos augurios de las crisis, adaptándolos a Rioja Alavesa, en un artículo que merece la pena debatirse. Es posible que nadie acepte malas noticias cuando ya han sido ofrecidas una y otra vez por los grandes medios de comunicación.
Decía Séneca que «quizá suceda lo peor, quizá no, hasta entonces espera cosas mejores». En eso estamos, luchando por esas «cosas mejores», pero el articulista ha realizado un esfuerzo por acercar los datos al sector. Sus críticas me parecen muy ajustadas. Por mi parte pido un voto de confianza a quien nos conoce bien. Veamos a nuestro alrededor si lo que dice es cierto. Y si lo es, que me temo que es así, que cada cual adopte su parte proporcional de responsabilidad. En ello está comprometido el futuro de nuestro país.
Muchas gracias, Aguilera.
En el artículo de Larreina están los males, y algunas soluciones. Con todo lo que llevo leyendo en el Blog, creo en la capacidad de resilencia de los vitivinicultores de Rioja Alavesa, en el sector vitivinícola bien apegado a la tierra, y acostumbrados al zarandeo de los vaivenes del tiempo. Y a la vez, sí creo que esta vez pintan nubarrones oscuros, como nos contó el otro día con serenidad el bodeguero de Oyón, Enrique Martínez Bujanda.
Creo que aquí toca llamada de a rebato para que cada cual, desde ya, se aplique en una tarea de lucha hercúlea contra las crisis. Y que las instituciones y los políticos acepten su enorme responsabilidad en esas soluciones, más allá de que ya estemos en un «año electoral»..
Pero dejadme creer en la ciudadanía vasca al 200%, como decía el otro día un lector del Blog. Os dejo unos versos de la poeta sevillana María de los Reyes Fuentes
«Pasan tormentas sobre nuestras horas
Pero no existe un nubarrón perenne
que la esperanza pueda interceptarnos»
Aurrera beti!!!
Eskerrik asko, Arene
Verdaderamente estos artículos que finalizan con «CONTINUARÁ», me recuerdan a esas series de televisión que en el momento más interesante te llenan de anuncios, y seguidamente aparece la serie con el cartel de «continuará». Dejándote con muchas ganas de que se siguiera con la temática.
Digo lo anterior, porque el quinto y último punto que propone Miguel me ha parecido el más interesante, aunque entiendo que desde Diputación estarán trabajando muy fino dicho punto, para no caer en un acuerdo que pueda ser posteriormente anulado.
Por eso confío en nuestros políticos forales por ser conocedores de esta situación sociológica, y es por lo que estoy convencido que le estarán dando vueltas a este tema del punto quinto del artículo, con el fin de encontrar una solución que no rompa o mejore el entramado social actual del sector vitivinícola de Rioja Alavesa.
Muchas gracias, Fernando
Estimado amigo:
Tus análisis son siempre certeros y muy reales.
Haces unas serie de peticiones que deberían tener en cuenta los mandamases de la Diputación Foral de Álava.
Nuestro amigo Fernando augura que en esos puntos que reclamas a la Diputación, están seguramente en estudio.
Y sin embargo, los medios de comunicación nos dicen que Europa nos da una pila de millones para afrontar esta precaria situación.
Los Ayuntamientos, las Comunidades Autónomas, las Diputaciones, han realizado esa carta a los Reyes Magos.
Deberíamos saber cuánto dinero ha pedido el Gobierno Vasco, la Diputación o los Ayuntamientos de Rioja Alavesa, para paliar esta crisis de nuestros viticultores, fundamentalmente a los jóvenes viticultores.
Vamos a esperar tu segunda parte, para analizar las salidas que nos des.
Un abrazo
Muchas gracias, Dalmacio
Bueno … como siempre felicitarte Miguel por tu articulo!!
También decirte que sí, que todos sabemos que viene la noche, o como se decía en «juego de tronos» ‘se acerca el invierno’, y éste, de momento éste, promete ser muy duro!
Pero también creo desde mi ignorancia que es un momento para inyectar luz y positividad (ojo, sin perder de vista la realidad) en esta NUESTRA comarca.
Es un momento en el que las Instituciones deben apoyar la COMARCA, y a los hijos y nietos de quienes pusieron, dejándose la vida, a la Rioja Alavesa soñada por todos hoy en día en el mundo vitivinícola.
Traduciendo que me lío yo solo…
Que las Instituciones ayuden a la Comarca, a la bodega familiar, al pequeño productor, al joven agricultor a ser mejores, a echar números, a modernizarse y a ser más competitivos y sobre todo sin perder la esencia.
Dejen de financiar y de sacarse las fotos con súper proyectos millonarios debajo de molinos de viento (que son molinos, no gigantes ) y obras desorbitadas y desproporcionas para nuestro paisaje, que bien sabemos todos que si no les funciona, mañana cerramos y abrimos una zapatería en Las Vegas (por ejemplo), porque no sé si siquiera compran las uvas en la Comarca, o cuántos de sus empleados viven en nuestros pueblos, y por supuesto cuántos de esos sueldos repercuten aquí.
Que se pongan las pilas los políticos, dejen de dividir y dedíquense a unir, y por supuesto no hacer todo eso en vísperas de Elecciones.
Gracias, Miguel, y a la espera de la segunda parte.
Muchas gracias, Carlos
Gracias Miguel por tus advertencias razonadas. Es mejor prevenir que curar y ya marcas un camino a seguir. Haces público el sentir y el pensar de los viticultores y vinicultores pequeños: No merece la pena seguir en el campo. La falta de productividad, la falta de relevo, la imposibilidad de comprar viñas por el precio desmesurado y antieconómico para los pequeños hacen casi imposible el futuro.
Y al final, ya en la vendimia, la injusticia, la burla, el capricho de más de una bodega al recibir la uva. Este año se han superado todos los límites. ¡Los que tengan oídos para oír y ojos para ver, que vean, oigan y hagan lo que está en sus manos!
Espero tu segunda parte.
Muchas gracias, Antonio
El precio del viñedo en Rioja Alavesa puede ser o no desmesurado. Si la uva es barata el precio de la tierra puede parecer alto. Pero si el precio fuese sensiblemente superior el precio actual del viñedo sería justo.
El problema es el concepto VALOR. Para aportar este a la materia prima se debe vender vino con VALOR.
El modelo actual no sirve para los pequeños por estar diseñado y readaptado para las Grandes Corporaciones. Y si el valor de la tierra se reduce también se reducirá el precio de la materia prima. O ¿acaso queremos tener mucha tierra para trabajar más y producir más (Criterio inversamente proporcional a calidad) pero ganando cada vez menos?
En Borgoña se puede vivir con 4 o 5 has. ¿Aquí queremos sobrevivir teniendo 20, 30, 40, 100 ?
Mientras se sigan cerrando pequeñas bodegas o abortando nuevos pequeños proyectos el futuro de Rioja Alavesa será PROPIEDAD de los Grupos grandes, que, por otro lado y de manera lícita defienden unos objetivos y desarrollan unas estrategias. Las compartamos o no.
Muchas gracias, Carlos
Buenas Miguel.
Gran persona y gran maestro, todo lo que dices es una gran verdad, pero siempre comenzamos de cero muchas veces y no hay que perder la ilusión. Hemos conseguido construir una comarca diferente, inusual y especial, a la que todo el mundo quiere venir.
No salen las cuentas pero …. ¿a quien le salen las cuentas hoy por hoy? Es una situación complicada.
Rioja Alavesa seguirá siendo una comarca muy buscada. Deseada.
Muchas gracias, Eusebio
Gracias por dar a conocer una realidad sangrante que está detrás de la producción vitivinícola de Rioja Alavesa. No se puede construir la prosperidad de esta región sobre la base de la explotación de los pequeños agricultores y productores de uva
Muchas gracias, Javier