De esta forma se puso en jaque la paz y las ilusiones de los vitivinicultores, que ven así sumar una desgracia más a un año lleno de adversidad.
“Hemos de esperar a que deje de llover y oree un poco para poder entrar en las viñas y evaluar los daños. Lo hemos intentado con el vehículo ‘todoterreno’, pero el barro y las piedras no permiten transitar ciertos caminos”.
Nos lo cuenta Ana Gómez de Segura desde El Campillar, una de las zonas afectadas por la tromba de agua acompañada de granizo y fuerte viento que en la tarde de ayer cayó, durante diez minutos, en la zona oriental de Rioja Alavesa.
“Solo el ruido ya asustaba”, recuerda Ana, que ha de remontarse a su infancia para recordar algo igual. “Bastaron diez minutos para que se organizara la catástrofe”.
.- ¿Y ahora qué Ana?
Ahora toca evaluar daños, dar parte al Seguro y … no queda otra que mirar para adelante y seguir con lo nuestro, que siguen siendo las viñas y el vino.
Escribo en medio de la tormenta. Desde Moreda -donde ha ido a parar un gran parte del agua caída- Carlos Bujanda Fernández de Piérola dice que mira a lo alto y ve, esta mañana del viernes, un “cielo amenazante”. También ayer pudo contemplar cómo se acercaba la tormenta.
“Menos mal -nos indica Carlos Bujanda- que lo que ha caído ha sido piedra envuelta en agua, porque lo que siempre nos inquieta sobre manera es la piedra seca, que esa sí que es mala de verdad, y arrasa con todo”.
Según los datos recogidos por el Blog, que la tormenta se centró en la parte oriental de la Comarca: Yécora, Lanciego, Viñaspre, El Campillar, Lapuebla de Labarca, Labraza, Barriobusto Oyón y Moreda…
… mientras en otros pueblos de Rioja Alavesa caía sencillamente agua, o como en San Vicente de la Sonsierra, donde apenas se dejaron sentir unas gotas de lluvia.
Los meteorólogos le llaman DANA, siglas que corresponden a Depresión Aislada a Niveles Altos de la atmófera., también conocida como “gota fría”, que provocando bajas presiones en esas capas altas genera una circulación de vientos muy favorables para la formación de agua y una gran nubosidad.
El fenómeno atmosférico, que tuvo lugar sobre las 16:30h, ha provocado un sinfín de palabras de preocupación entre los vitivinicultores de toda la Comarca cuando vieron ayer por la tarde los vídeos e imágenes que fuimos compartiendo:
“¡Qué desastre!”, “Dios!”, “Terrorífico” o “Qué pena tan grande!”…, son algunas de los comentarios de solidaridad recogidos ayer por el Blog en sus envíos de WhatsApp.
«El daño causado por el pedrisco a estos viñedos no solamente se ha llevado toda la producción de este año. Lo más grave en este caso es la repercusión en la formación para el año próximo», valoraba ayer el enólogo Carlos Estecha al visualizar unas fotos tomadas en viñas de la carretera que va de Lapuebla a El Campillar.
“Parece como si no fuera a llegar el fin de la adversidad -nos decía desde el Sur la periodista Carmen Sarmiento-. Una catástrofe detrás de otra. Habrá que apretar los dientes y morder la mascarilla”.
“¡Pero de dónde sale tanta agua!”, exclamaba un conductor de la Comarca mientras grababa un vídeo en el que se puede ver cómo un “río de lluvia” campa a sus anchas carretera abajo.
Un experto consultado, nos indica que ayer caerían alrededor de 50 litros por metro cuadrado, y en tan solo diez minutos, que dejaron estas imágenes, con viñas hundidas, algunas de ellas sepultadas por el agua.
“No quiero que lo publiques con mi nombre, pero ayer el agua me arrasó la viña más grande que tengo, de varias hectáreas”, me decía esta misma mañana un viticultor de la zona afectada.
“El agua tan necesaria… y tan destructiva”, comentaba Marimar Durán desde Navaridas, que estos días están de fiestas por su patrón.
La viñas estaban en plena floración. En algunos casos con los racimos cuajados.
Desde Viñaspre, Roberto Oliván, que ha perdido ya más de la mitad de la cosecha de sus 10 hectáreas de viñas comienza diciéndome “Esto es parte del juego, a esto jugamos, Julio”. No es que sea positivo, es pura resignación.
De sus DIEZ hectáreas de viñedo, han resultado afectadas NUEVE, y de las nueve… hay seis arrasadas por la tormenta de agua y granizo.
“Desde 2017 tengo Seguro, pero ¿y las horas de trabajo realizadas, eh?”. Mientras hablamos sigue bajando el agua Viñaspre abajo.
Los daños son cuantiosos en Lanciego y Viñaspre, según nos traslada Oliván: “el agua caída ha corrido la tierra en las viñas, ha roto estanques, los caminos están destrozados, no se puede acceder a las fincas, ahora mismo el paisaje es horroroso de ver”.
.- ¿Y ahora qué, Ana Gómez de Segura?
Ahora toca evaluar daños, dar parte al Seguro y … no queda otra que mirar para adelante y seguir con lo nuestro, que sigue siendo las viñas y el vino.
“Seguir con lo nuestro”, dice Ana. ¡Bendita seas!
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Será parte del «juego», o gajes del oficio y todo lo que quieras, pero sois una gente admirable… quizá por eso, precisamente.
Gracias, Antton
VALIENTES!!!!
Bai!
Qué desastre, y qué pena ver las viñas de este modo. Pero por supuesto, ¡hay que seguir!
Lepoan hartu ta segi aurrera!
Eskerrik asko, Amaia
El Universo manda, y no queda otra que seguir adelante. De esto saben mucho los viticultores, que siempre tienen que ir ajustando velas, según sopla el viento. ¡Ánimo amigos!!
Gracias, amiga!