“Sin lluvia, la viña desaparecerá de Gredos en 3 años”

Este año apenas ha llovido en Gredos, según cuenta en la única exclamación de la entrevista a Marc Isart, que dirige en Gredos trece hectáreas excepcionales que Telmo Rodriguez, Pablo Eguzkiza y Carlos Sainz atesoran desde hace veinte años en Cebreros (Ávila).

“PORQUE si en la zona suelen caer 400 litros por metro cuadrado al año. Este año 2019 llevaremos 100, como mucho 150 litros por metro cuadrado. ¡En un año sólo 100 o 150 litros de agua de lluvia!

.- ¿Qué será de Gredos ?

Si tenemos tres años seguidos así, desde luego que la viña desaparece.

.- ¿Tres años como éste y la viña desaparece en Gredos?

Sí. Y no solo la viña, sino el bosque… mucha atención.

«Mi objetivo es tener tiempo»

He entresacado ese momento intenso de la II Parte de la conversación con Marc Isart, porque me parece importante vincular también el viñedo con la inquietud que despierta en muchos vitivinicultores el Calentamiento Global del Planeta…

… pero quiero recordar que Marc y yo estamos sentados en un amplio, lujoso y confortable salón de la casa aneja a la bodega de Carlos Sainz, donde reposan vinos que harán historia, aunque aún no lo sepan.

.- ¿Cuáles son los hitos de tu vida profesional, Marc?

Uno de ellos fue Comando G, con Fernando García y con Jiménez-Landi. Otra persona que me marcó mucho fue José Luis Mateo y después Raúl Pérez. Esos son tres momentos importantes de mi trayectoria.

Luego estaría Daniel Oruzco, que es la persona con la que empecé a trabajar en Valdilecha, al este de Madrid. Con él arranqué a trabajar profesionalmente. Con él empecé a elaborar un millón y medio de litros de vino, lo que me ha llevado a esta calma de hoy con proyectos más pequeños.

Mantened la CALMA, no queráis saber aún qué quiere decir Marc Isart con ese titular donde nos confiesa que su objetivo es TENER TIEMPO. Vayamos poco a poco con él.

El hombre tranquilo (y II).

.- Entre los tres proyectos en los que estás trabajando, ¿cuántos litros de vino elaboras al año actualmente?

De aquí saldrán unos 30.000 litros de vino Pegaso, unos 90.000 en Bernabeleva y de lo mío, otros 30 o 35.000 litros. Es una cifra manejable, unos 150.000 litros… aunque son muchos vinos diferentes en cada sitio.

.- Comando G está triunfando… ¿Lamentas haberles dejado en su momento?

No. Cuando tomo una decisión es porque está muy pensada. No me suelo arrepentir de las decisiones razonadas. Estoy tranquilo y feliz.

.- ¿Cómo surgió el encuentro con Telmo, Pablo y Carlos?

Yo trabajo con una distribuidora de Telmo, que es Alma Vinos, y nos conocimos allí. Un día me llamó para que le echara una mano en esto. Entiendo que fue César Ruiz, de Alma Vinos, quien le aconsejó. Telmo es muy observador y le pareció bien mi carácter, encajando en el perfil que buscaba.

.- Profesionalmente ¿qué te está aportando este trabajo con los vinos Pegaso?

Mucho. Primero es importante que un autodidacta como yo trabaje con un grupo que lleva veinte años en el Sector. Su experiencia me aporta métodos de trabajo, ayudando a mejorar los míos.

Luego, con Telmo aprendes a tener sensibilidad, a poner atención a cosas que antes no las tenías en cuenta. Esos pequeños detalles de los hitos blancos, por ejemplo, que tienen un qué y un sentido que la gente de campo no le damos importancia.

Con Pablo Eguzkiza aprendes mucho, que lleva muchos litros fermentados y vinificados. Además, trabajar con su equipo comercial también aporta.

.- Te refieres a ti como una persona “de campo”. ¿Te sientes bien definido?

Yo soy agricultor y me siento feliz siendo lo que soy, y sí, soy de campo. Me siento más agricultor que bodeguero. Mi objetivo es terminar ‘La Maldición’ para poder tener tiempo para cuidar el olivar, la viña y el huerto.

.- ¿De dónde te viene todo esto?

De mis abuelos, de mis tíos, de mi padre Lluis.

.- Antes me has dicho que tenías un abuelo pescador…

Uno pescador y el otro agricultor.

En la casa de mi abuelo paterno Prucopio, que era el agricultor (Copi le llamábamos), pasé mucho tiempo. Con él tengo muchos recuerdos: yendo a buscar setas, a coger avellanas y aceitunas a la huerta… en Can’Aguilera, que depende de Montserrat, en Barcelona. Aquella es mi patria y mis raíces.

.- ¿Quién te iba a decir en tu infancia que ibas a acabar en la vitivinicultura al este de Madrid, y en Gredos?

Nadie. Ni en la viticultura, ni en Madrid, ni viajando por el mundo.

.- ¿Cuándo te diste cuenta que te venía todo esto al encuentro?

Cuando arranqué en Bernabeleva, en 2007, hace solo 12 años. Antes, en Orusco, donde empecé, ya estaba formado y estudiado.

.- ¿Qué es lo mejor de todo este mundo?

Pues mira, las grandes amistades que he hecho en el sector y las grandes botellas de vino que nos hemos bebido juntos. Eso ha sido lo mejor. Mateo es uno de mis mejores amigos, somos casi hermanos.

.- Telmo me decía que aquí se está haciendo una gran tarea, pero en silencio.

La Compañía de Vinos de Telmo Rodríguez está por toda España, pero sí…,

estas 13 hectáreas de Garnacha para los vinos Pegaso se vienen trabajando en silencio. Telmo ha buscado además una persona con un carácter tranquilo, que yo soy poco exclamativo, nada hiperbólico, al contrario. Soy más de hacer que de decir, y que el tiempo ponga las cosas en su sitio. Así que el silencio está garantizado.

.- Que «el tiempo ponga las cosas en su sitio»… ¿Cómo?

Que cuando la gente pruebe vinos, repita porque le gustan, no porque le insistan. Que el gusto vaya hacia el vino, y no al revés.

.- ¿Por qué crees que este proyecto merece la pena ser conocido?

Porque forma parte del mantenimiento de una zona, de una cultura, de unos vinos que si no se hubiesen perdido. Si Carlos Sainz y Telmo Rodríguez no apuestan por este viñedo, y no lo mantienen durante estos veinte años porque sí, esto hubiera dejado de existir. Aquí nadie recuperaba muros porque no hay tiempo, ni dinero, ni energía para hacerlo.

.- Para llegar a ciertos vinos, Marc, todo lo que hay que batallar, ¡eh!

Esto me lo decía un bodeguero “ojo las vueltas que lleva el vino hasta que llega al final al consumidor”.

.- ¿Qué hay que hacer en este país para conseguir buenos vinos?

Trabajar. Del conocimiento ya hemos hablado mucho. El conocimiento por suerte ya está adquirido. Hace falta desarrollarlo y el desarrollo es trabajo. Puedes cuidar el viñedo viejo, pero el reto es poner en pie viñedo nuevo, volviendo a replantar para que dentro de 50, de 70 años, alguien se encuentre viñas parecidas a las que hay ahora.

.- Tú quieres calmar la sed del sediento con tus vinos.

En este país hemos pecado mucho de hacer una gran copa y un trago muy corto. Es decir, mucha concentración, mucha expresión, que al final no hacemos vinos para beber, para refrescar, para quitar la grasa, para quitar el salado. Me dolería que se abra la botella de uno de nuestros vinos y que no se termine. Me gusta que los vinos lleven a la boca sencillez y verdad.

Aquel viaje a Rioja Alavesa

.- ¿Cuándo viajaste por primera vez a Rioja Alavesa?

Hará unos diez años. Para empezar me encontré con una paisaje espléndido que enamora. Fue en otoño, después de la vendimia. Con esos colores increíbles, tremendos, bajo la Sierra. Es precioso!

.- ¿Qué tipo de viaje fue aquel?

Fuimos a visitar bodegas, a escuchar proyectos, sabiendo por mi parte que el gran caballo de batalla es hacer grandes vinos jóvenes. Con La Maldita yo voy a apostar por eso, por vinos del día a día, de trago largo, de trago fácil.

Lo demás está muy bien, pero si España quiere conquistar el mundo, debe hacerlo con las bases, con los vinos de entrada, con los vinos del día a día, que es donde está el segmento de consumo y donde la gente te puede conocer. Si esas bases son buenas, irán escalando hacia otros vinos.

.– ¿Debemos envidiar algo de Francia e Italia?

Que ellos son buenos comerciales y nosotros no. O no lo hemos sido hasta ahora.

.- ¿Qué dos zonas te gustan especialmente?

El Loira francés en tintos. Y luego me gusta mucho Barolo, en el Piamonte italiano: poco color, tanino siempre presente, graduación alcohólica alta, cierta acidez…

.- ¿Se te ha metido el paisaje de Gredos dentro?

Soy catalán, pero casi me siento más de estas zonas. Ya tengo el carácter aguerrido de aquí. Tengo claro dónde están mis raíces, mi pueblo, mis orígenes, pero he llegado a amar Gredos y el este de Madrid.

.- ¿Tienes en tu padre Lluis un consejero, un crítico?

Tengo en él alguien que valora lo que hago. Eso es importante para mí. Él no es de dar consejos. Ha sido él quien me ha ayudado a calmarme. A superar la etapa del joven impulsivo que fui. Él también se ha serenado, y yo con él.

.- ¿Qué ha de destacarse de la gente de Gredos, de esta zona de Cebreros?

El carácter aguerrido de la montaña que está aislada del mundo, con las durezas del invierno. Han tenido la suerte de que la cercanía de Madrid les ha aportado un poco de apertura. Si no, esto sería territorio comanche.

.- ¿Cuáles han sido aquí los oficios?

La ganadería, la leña de los bosques, los pinos, las resinas. La caza es muy importante en esta zona. Está la caza de la alta sociedad, pero también aquí ha habido mucho furtivo que ha vivido de vender la caza. Y la gente de aquí, antes de vendimiar en la comarca, se iban a segar a Castilla. Cogían su hoz y su guadaña y se iban un mes o mes y pico a segar por las tierras de Castilla-León y Castilla-La Mancha.

.- ¿Qué tal ha caído un catalán como tú en estos lares?

Tengo acento catalán muy claro, pero soy uno de los suyos. Esto me costó. Al principio durante mucho tiempo el panadero no me daba ni los buenos días. Y ahora le temo, porque cada vez que lo veo me pone la cabeza como un timbal.

.- Apenas me has dicho nada de la celebridad mundial de la bodega, Carlos Sainz, que en este proyecto es el otro 50%.

Carlos es un buen aficionado al mundo del vino y a la gastronomía. Le encanta venir todos los años a vendimiar un ratito, a ver cómo va la vendimia.

.- ¿Cómo está valorando él los vinos que van saliendo año a año desde 1999, durante veinte años?

Él está encantado con el vino, con el proyecto, con la zona. Le gusta mantener todo esto de Cebreros. Mira cómo ha mantenido esta bodega y la casa aneja en la que ahora estamos. Mantiene la casa tal y como era hace cien años.

.- ¿Qué harás en este tiempo que aún trabajarás para Telmo, Pablo y Carlos?

Hay que seguir haciendo las cosas bien, con calma. Yo siempre digo que “lo que tengas que hacer lo hagas con calma y si no lo puedes hacer te va a dar igual, porque estarás muerto”.

.- Entiendo que al hombre tranquilo que has llegado a ser casi nada le saca de quicio, pero habrá algo que te preocupe… ¿Qué es?

El Cambio Climático. Esta sí que es mi preocupación máxima.

El Cambio Climático

.- Este año, además, sin apenas agua de lluvia en los viñedos de Gredos…

Este año no ha llovido nada. Si aquí caen 400 litros por metro cuadrado al año. Este año llevaremos 100, como mucho 150 litros por metro cuadrado. ¡En un año!

.- ¿Qué será de Gredos en los próximos años si sigue lloviendo tan poco como este 2019?

Si tenemos tres años seguidos así, desde luego que la viña desaparece de Gredos.

.- ¿Tres años como éste y la viña desaparece en Gredos?

Sí. Y no solo la viña, sino el bosque… Cuidado. No podemos hacer nada, por eso me inquieta. El futuro es incierto. Creo que aumentará la temperatura, de eso estoy convencido; pero el agua… quiero creer que el agua de lluvia volverá.

.- ¿Cuáles son las zonas vitivinícolas que te gustan en España?

Una es Jerez, otra es Rioja y la tercera Galicia. Son las tres grandes referencias del vino español. Rioja Alavesa, además, es una paraje excepcional. Estas tres zonas geográficas están tocadas por la varita mágica de la naturaleza.

Aquello vuestro de Rioja Alavesa es un paisaje rico, un edén. Allí hay clima, hay agua, hay buena tierra… Y buenos vitivinicultores.

.- Algo dijiste al respecto durante la conversación… ¿Existe el vino perfecto?

Si existe, a mí no me gusta. Las grandes imperfecciones del vino son las grandes virtudes del vino. Cuando hay algo que no esperabas, cuando hay algo que no debía estar, se muestra la excelencia. Me gusta la sorpresa. Cuando hay búsqueda de perfección hay demasiada intervención.

.- Si tuvieras que decir algo de lo que hemos catado en la bodega, ¿qué dirías?

Hemos catado La Redonda, una parcela delicada que pigmenta poquito con matices aromáticos muy sutiles. La Curva es un recuerdo más mediterráneo, si bien el Robledillo coge otra estructura con la arena, más austero.

Arrebatacapas es para mí… cómo decirte, … parece que estás mordiendo un grano de uva. Es la expresión de la fruta madura, con la frescura de la altura en el vino. Y el rancio que hemos catado es la tradición de Gredos para celebrar bodas y bautizos. Aquí siempre se ha sobremadurado la uva con bastante grado para que quedaran con un poco de azúcar en el vino rancio.

Lo ideal es sacar los rancios muy viejos, como poco en diez años.

.- ¡Qué oficio el vuestro, eh!

Un oficio muy reciente en este país. Una vida no da para abarcarlo en plenitud (como leí que decía Abel Mendoza en el Blog Rioja Alavesa). Así que la vida que nos falta te la da tu abuelo, o tu padre, para ampliar los conocimientos. Por eso estamos un poco más perdidos, interpretando cosas que no sabemos cómo funcionarán.

Apasionante es, no hay duda.