VICKY y JOSE en un terreno de San Vicente donde sueñan construir la bodega algún día.
Por mi parte, en Jose y su compañera Vicky Fernández veo claramente un proyecto sólido en común. Pero no sólo. Sin duda que veo amor, un sentimiento profundo que se fusiona con el trabajo, los planes de futuro, encarando juntos lo que sea, siempre abrazados a la esperanza.
En Rioja Alavesa-Sonsierra palpita una inspiración, llena como está de Bodegas Familiares. Proyectos comunes de personas con fuertes vínculos que se arremangan, gentes que hacen pueblo y siembran emociones con profesionalidad y cercanía.
EN la Cueva donde duermen sus vinos, en lo alto de la Colina
Muchas son las combinaciones en el ADN que vive y obra el Sector en clave familiar. Citemos algunas, y, por favor, que me disculpen los que se quedan en el tintero:
Hermanos: Ostatu en Samaniego, Tierra en Labastida, Remelluri en Labastida, Mitarte en Labastida, Valdemar en Oyón y Estados Unidos, Aimarez en Labastida, Artuke en Baños de Ebro, Dominio de Berzal en Baños de Ebro, Ondalán en Oyón, Viñegra en Navaridas, Gómez de Segura en Laguardia, Casado Morales en Lapuebla…,
CUATRO hermanos Saenz de Samaniego Berganzo, de Bodegas Ostatu (Samaniego).
Un padre y sus hij@s: Valdelana en Elciego, Altún en Baños de Ebro, Lurberri en Elciego, Valserrano en Villabuena, Hermanos Frías del Val en Villabuena, Campinún en Yécora, Ezki Wines en Yécora…,
ISIDORO Valdelana, con su hijo Juan Jesús y sus nietos Juan y Judith (Elciego).
Una madre y su hijo: Diez-Caballero en Elciego. Madre-Padre y sus hij@s: Ruiz de Viñaspre en Laguardia, Jilaba en Lapuebla de Labarca, Zugober en Lapuebla…,
VICTORIA y su hijo Antonio Diez-Caballero sonríen a las puertas de su bodega (Elciego).
Primos: Ukan en Laguardia, Bodegas Casa Primicia en Laguardia…,
Y están las Bodegas asentadas en una Pareja, matrimonios o parejas de hecho que viven entregados a las viñas y la bodega: El Mozo Wines en Lanciego, Tentenublo en Viñaspre, Mendieta Wines en Lanciego, Maizulan en Elvillar, Bhilar en Elvillar, Loli Casado en Lapuebla de Labarca, Guzman Aldazabal en Navaridas, El Encuentro en Leza, Cándido Besa en Villabuena, Abel Mendoza en San Vicente de la Sonsierra, Jose Gil en San Vicente de la Sonsierra…
ITXASO Compañon y Gorka Mauleon, de El Mozo Wines (Lantziego).
LUIS Ruiz de Viñaspre y EVA Fernández, de Bodegas Maisulan (Elvillar).
MELANIE Hickman y DAVID Sampedro, de Bodegas Bhilar (Elvillar).
LEYRE Ruiz y ROBERTO Oliván, de Bodegas Tentenublo (Viñaspre).
En cierta ocasión Roberto Oliván le recordó a Abel Mendoza que tenía razón cuando le aseguró que su proyecto bodeguero «estaría cojo hasta que no se incorporara mi mujer”.
¿Por qué Abel fue tan categórico? Indudablemente se basa en su propia experiencia de trabajo con su esposa, la enóloga Maite Fernández. Lo que les dijo a Roberto y a Leyre, se lo ha vuelto a recordar ahora a Jose Gil y Vicky Fernández: “Es importante que trabajéis en pareja”.
ABEL Mendoza (con Maite en la imagen) habla de la importancia del «tándem afectivo».
“Hay una cosa que me parece elemental -indica Abel Mendoza al Blog-, es aquello del equilibrio del yin y el yang. Si tu pareja no se engancha en un proceso de estos que te absorbe prácticamente el 100% del tiempo, las dificultades tarde o temprano terminan aflorando”.
“Jose Gil ha triunfado: reconocimientos, revistas, periódicos, blogs, radios… y corre el peligro de que se le suba a la cabeza -continua Abel Mendoza-. Es importante que haya alguien como Vicky, que te recuerde quién eres y de dónde vienes. Que te diga que eres hijo de jornalero en Villabuena y Lapuebla, que no tenían nada y han ido ganando su vida con muchos sacrificios. Creo que Jose y Vicky son ahora un tándem perfecto”.
Seguimos con la entrevista que mantuve con Jose y Vicky, ofreciendo a continuación la segunda parte de la misma. Estamos los tres en el interior de la Cueva, en la colina que se alza sobre el pueblo de San Vicente de la Sonsierra.
La conversación con Vicky y Jose ha alcanzado ese grado de sinceridad que la hace apasionante. Tuve que interrumpirla por la extensión, y para mantener la tensión narrativa, ofreciendo ahora la parte final, en la que precisamente pregunto a Jose por la incorporación de Vicky a su joven proyecto.
.- La incorporación de Vicky…
JOSE.: Vicky es fundamental. Para mí ha sido el sueño de mi vida. Tener una pareja afectiva que ame como yo las viñas y el vino… Era el sueño de mi vida… No puedo seguir hablando… que me emociono (dice callando un instante, turbado por el sentimiento).
(Sonríe Vicky a la vez que le mira con mucho cariño)
ESTA encina, este paraje… No es mal lugar para soñar… y emocionarse.
.- Te entiendo bien, Jose, también soy un sentimental.
VICKY.: Llevamos una larga temporada en una lucha continua.
.- ¿Os conocisteis en 2018?
J.: Sí. Después de la vendimia de aquel año.
V.: Nos conocimos un domingo de madrugada, toda la noche charlando y bailando, y al otro día me desperté con una foto suya enviada por WhatsApp, en la que estaba bazuqueando el vino (una vez que la uva ha fermentado en el depósito, se hunde la pasta que queda arriba, el ‘sombrero’)-. Fíjate! Le encanta tanto el vino que da igual que salga de fiesta, él tiene una gran fuerza de voluntad para todo. Es algo que admiro.
¿QUÉ sabrá el río Ebro de la tierra que le circunda y las emociones humanas?
.- ¿Y tú cómo eres, Vicky?
V.: Yo soy muy lanzada, me atrevo a todo y no tengo miedo a nada. Quizá porque he tenido una vida complicada y me he tenido que sacar las castañas del fuego. Llevo trabajando desde los 15 años, viviendo sola desde los 17.
.- Tu conocimiento del mundo del vino…
V.: Vengo de Uruguay, y desde pequeña mi padre me enviaba a por vino en un pueblo que se llama Mercedes.
J.: Aquí en la viña Vicky ha aprendido a podar, que yo le digo que se quede en casa, porque en San Vicente choca, ya que aquí los hombres son los únicos que se dedican al campo. También ha aprendido a desnietar y espergurar. Y a reconocer las variedades por las cepas. Y mucho más.
V.: Trabajé en hostelería en Algorta los fines de semana. Con el paso del tiempo llegué a ser encargada de un grupo de cinco locales en Bizkaia, y a tener mayor contacto con los vinos de prestigio. Siempre probando, siempre gustándome el vino.
.- ¿Quién te iba a decir que acabarías enamorándote de un vitivinicultor de Rioja?
V.: Nadie. Y más naciendo en la otra punta del mundo, y que íbamos a acabar aquí los dos…
.- En una Cueva, bajo el Castillo de San Vicente de la Sonsierra…
V.: Sí, sí. A mí me encanta mucho la tierra, la naturaleza, el pueblo. Todo aquí me despierta emociones. He ido con él por propia voluntad a aprender porque, además, es el estilo de vida de mi pareja… porque ¿sabes lo que hace nada más entrar en casa?
.- Dime…
V.: Nada más entrar en casa lo primero que dice es “Buá, no veas cómo estaba la tierra hoy para labrar”, o me manda una foto desde la viña diciéndome “mira qué buena labor!”. Y otras cosas que quien las vea dirá “está chalado, eh!”, jajaja.
.- Pero tú le entiendes bien
V.: Claro, y le pregunto esto y lo otro. Muchas veces salimos a dar paseos, a recorrer viñas.
J.: Siempre hay algún rincón mágico que ver para hacer un buen vino…
V.: Yo he sido muy autodidacta, he sido camarera, pero también cocinera. Siempre he tenido ese puntillo de entender las cosas bastante rápido.
.- ¿Cuál es el encanto del mundo del vino, Jose?
J.: No sé que tiene, pero cuando tomas un buen vino te tele transporta al lugar de origen, y te imaginas cómo será la vida en ese pueblo del que viene, esa familia, ese viticultor que ha hecho ese vino con su pareja. Eso me atrapa. Y luego la conexión que crea entre la gente. Abres una botella de vino y estás compartiendo la vida.
.- Estáis en la frontera natural del Rioja. ¿Qué ves si miras a un lado y otro del Ebro?
J.: Veo una Rioja vitícola con futuro. Si bien hay que recuperar una Rioja de artesanos, de gente que llevaba las viñas, que hacía su vino. Esta región se va a poner de moda tanto en España como en el mundo. Una Rioja de origen, de personas, de viticultores que se arremangan y se llenan las manos de tierra y vino. Rioja está para que nos arremanguemos todos.
.- ¿Esa es la que ya estáis representando vosotros?
J.: Vicky y yo tenemos muy clara la filosofía a desarrollar. Gracias a nuestros viajes a la Borgoña, o a otras regiones, creo aún más en esa idea. En Borgoña está el viñerón que vive con pocas hectáreas, humildemente y sin pretensiones, pero bien, tranquilo, nada ostentoso. Allí no se ven Porches, ni Ferraris.
EL poso de los siglos en las paredes del calado.
V.: En un principio nos parecieron algo fríos, pero cuando ven que tú eres como ellos, y que trabajas el campo con la misma pasión…
J.: Recuerdo la anécdota de encontrar a un viticultor podando sus viñas, de las que sale uno de los mejores blancos de Borgoña. Eran las cinco de la tarde y detuve el coche. “Pero cómo vas a parar aquí”. Sentí la necesidad de hablar con él en inglés. Le dije de dónde veníamos e inmediatamente empatizamos. “Son las 17:30, ¿queréis que vayamos a la bodega?”.
BAJADA al calado de la Cueva, donde han tenido que picar para meter las barricas.
.- Hay gente que sueña con ser reconocida y premiada después de una trayectoria. ¿No habéis comenzado en eso la casa de los sueños por el tejado?
J.: Lo lógico es que te pase como a Carlos Fernández, de Tierra, que después de una gran trayectoria elaborando grandes vinos, te nombren “Viticultor del Año”.
.- En vuestro caso es al revés, comenzáis tocando Cielo… aunque rápidamente os aconsejéis el uno al otro “Tranquilidad, tengamos los pies bien asentados en la tierra”.
EL JOVEN que fue pelotari asegura que son muchos los sueños…
J.: Pero hay muchos sueños, Julio. Para empezar queremos vivir juntos en San Vicente de la Sonsierra, formar pueblo, ayudar todo lo que podamos a gente más joven que nosotros…
… Y luego nos gustaría construir aquí una bodega para nuestros vinos, que nuestro modelo son Abel Mendoza y Maite Fernández, o el de Roberto Oliván y Lydia… Nos conformamos con elaborar algo menos de 80.000 botellas al año.
.- Veo que tenéis referentes, aquí en Rioja Alta, en Rioja Alavesa, en el Priorat…
J.: He bebido muchas entrevistas que son una inspiración. Yo ya leía a Luis Gutiérrez cuando estaba en “Elmundovino.com”, me gusta leer y ver si eso que dicen puedo hacerlo yo. Con una meta en tu cabeza es más sencillo adecuar el camino.
JOSE Gil ya leía a Luis Gutiérrez cuando publicaba sus artículos en ‘Elmundovino.com’
.- Abel os ha dicho que al final tendréis que hacer vuestro propio vino, “el tuyo”, y el de nadie más. ¿Cuál es ese vino?
V.: Nuestro sueño sería que Rioja refleje viña, tierra, zona, más que marca, o gran bodega, o tostado de barrica, o unas tinajas…
J.: Nosotros queremos que los vinos reflejen los suelos, el lugar donde está plantada la viña. Cuando la gente sabe apreciar las diferencias entre los vinos, o sabe ver los suelos donde ha crecido ese vino, que éste tiene más arcilla que el otro… Cuando nos dicen eso, para mí es mejor que una puntuación.
.- Ahora mismo ¿cuántas viñas nutren vuestros vinos?
J.: Tenemos una pirámide bien diferenciada. La base es un vino de pueblo, un village, un vino de villa, como dicen en el Bierzo. Está compuesto de cuatro parcelas, la Canoca, situada debajo de Peciña, de 45 años; luego está El Bardallo, entre San Vicente y Labastida (35 años); La Cóncova, de 130 años. Y San Martín, que sería la quinta viña. En total cinco hectáreas.
«QUE los vinos reflejen los suelos».
.- ¿Cómo le cantas a esas viñas?
J.: San Martín es la primera viña que compré cuando me hice joven viticultor, de 0,25Ha. Una viña muy pequeña. Cuando la compré estaba abrasada de herbicida. Llevamos cinco años recuperándola. Por fin en 2020 le hemos acertado después de muchas pruebas y errores. Nos llena de orgullo haber recuperado la vida del suelo.
La Canoca no es mía, sino de mi abuela. Una viña de 0,40Ha. Empezamos Vicky y yo a trabajarla en 2019. El año pasado la oxigenamos con un estiércol de oveja, con un trabajo manual con el borracho, o el kirpis, y la viña nos lo devolvió con creces.
V.: Es mi viña especial, así como para Jose es la Cóncova. Diría que la Canoca es una viña que percibe las emociones. Si tú no tienes un buen día, mejor que te des la vuelta y te marches a casa.
.- Antes me habéis contado que tenéis el proyecto de elaborar un Blanco con una viña de Labastida.
J.: La compré en San Ginés en 2018. Es pequeñita, media hectárea. Hace dos semanas estuve arrancando algunas cepas viejas que vamos a replantar. Tiene un potencial enorme, situada en una zona alta, casi a 600 metros, con mucha influencia del Norte, en escalera, con buen sol. Tiene alrededor hierbas aromáticas. Va a ser 100% Viura.
V.: En 2018 y 2019 hicimos pruebas a ver qué vino daba, y ya en el 20 lo volvimos a hacer. Es como un reto, hacer un perfil de blanco que nos emocione. Queremos conseguir un Viura con una gran complejidad en la boca. Muchas de esas cepas tienen ya 50 años.
BARRICA con el vino de La Cóncova, la viña predilecta de Jose Gil.
.- Para llegar a 80.000 botellas, ¿de cuántas hectáreas hay que disponer?
Entre 15 y 18 hectáreas.
.- La hectárea de viña está a precios prohibitivos, bien lo sabéis.
J.: La subida de la tierra aquí en San Vicente tiene mucho que ver con las viñas que compró Vega Sicilia. Es complicado. Estamos intentando buscar algunas viñas a renta para llevarlas a nuestra manera, sin herbicidas…
.- ¿El futuro es verde y sostenible?
J.: Sí, totalmente. No somos talibanes e intentamos escoger lo mejor de cada cosa. Parte de la biodinámica, el abono, el filtrado sin trasiego, sin herbicidas, abonando con estiércol de oveja de muy buena calidad, parte del calendario lunar, intentando pasar lo menos posible el tractor por la viña, pisando cada cuatro calles, una, cuadrando las pasadas de un año a otro, respetando y equilibrando el suelo.
AL otro lado del muro, una de sus mimadas viñas.
.- ¿Cómo le explicas a alguien que vive ajeno a estos sentimientos, qué se siente por las viñas?
V.: Es un reflejo de un hijo que tú lo mimas y lo cuidas. Al final te emociona ver las uvas, qué maravilla, y sufres si algo le pasa a la viña, como una pedrada o una helada.
J.: Se trata de hacer un vino con la viña, de hacerlo entre la viña y nosotros.
.- ¿Entra en vuestros planes comprar la uva a otros viticultores?
J.: Compraremos uva a viticultores de confianza. Amigos de toda la vida que conocemos. El escalón es intentar conseguir viñas a renta para llevarlas nosotros. Si no se puede, entonces compraremos uva.
JOSE y Vicky me ayudan con la foto de una barrica, dándome más luz.
J.: Uva de Labastida, por ejemplo, que allí tenemos dos jóvenes viticultores con los que nos une una buena amistad; dos apasionados de la viña, como nosotros: Iñigo Perea, y Urko Amurrio.
V.: Este año, además, habrá mucha uva mal pagada, incluso uva que se va a quedar en el campo, así que nosotros vamos a darles valor a esa gente, pagándoles bien, porque nosotros trabajamos en el campo y valoramos un buen trabajo,
.- ¿Qué impronta quieres ir dejando, Jose, qué estela?
J.: Queremos ser uno más de esos pequeños y bellos proyectos que revalorizan y afianzan una marca y una región. Se trata de crear un mejor nivel de vida para toda la Comarca. Si la gente vive mejor, hay que concienciar a todos para cuidar mejor el Paisaje, el Pueblo, las casas, el Patrimonio que tenemos, para que nuestros hijos se lo encuentren mejor.
.- ¿Entendéis a los que utilizan herbicida en sus viñas?
V.: Sí lo entendemos. Si les pagan mal la uva, ¿qué van a hacer?, ¿labrando todo el día con la morisca?
J.: Si llevan 20 hectáreas y les están pagando a 60 céntimos de euro el kilo de uvas, o 50 céntimos, no es fácil llevar todo sin herbicida, porque requiere mayor mano de obra. Así que la gente va a lo cómodo. Y muchos se olvidan de desnietar, porque es muy costoso. Hay gente que no puede hacerlo mejor.
.- Si a Gutiérrez le acelera el corazón un buen vino, ¿qué te pasa a ti con tus vinos?
JOSE Gil con uno de sus vinos, con los pies bien asentados en la viña.
J.: Cuando pruebo mis vinos me llenan de sentimientos. Y con las viñas igual. Me acuerdo cuando empecé a podar aquella viña hace dos años, y ahora estoy bebiendo su vino en esta viña donde ha estado mi abuelo trabajando.
V:. Jose es muy exigente consigo mismo y con su propio vino.
.- ¿Hasta dónde es exigente?
V.: Nunca es conformista. Jose busca la mejora continua. Todos los años se plantea nuevos retos.
J.: Estar parado no va conmigo. Y me gusta viajar para volver enchufado a casa. Con otra energía. Eso ya es una manera de mejorar lo tuyo.
VIEJAS cepas amontonadas junto a las Cuevas del Castillo.
V.: Valora también mucho lo de los demás. Siempre extrae lo bueno de cada proyecto. Si a alguien no le gusta mucho tal vino, Jose valora todo el trabajo que hay detrás, porque él sabe lo que cuesta.
.- Jose, tú trabajas en la bodega familiar que dirige tu padre.
Es importante que mi padre José Ángel y mi tío Raúl sigan con su estilo en Viña Olmaza, que ellos tienen ya una clientela en el País Vasco. El suyo es otro modelo que respeto totalmente. Yo ya he dirigido mis inquietudes por otro camino, estando con Vicky en esto.
.- ¿Os veis persiguiendo objetivos y dando contenido a vuestro proyecto durante las próximas 35 vendimias?
V.: ¿Dónde hay que firmar?
J.: Eso digo yo. ¿Dónde?
V.: Nos encantaría. La viña requiere mucha paciencia. Y hay que plantar nuevas viñas para los que vendrán.
J.: Para nuestros hijos y nietos.
V.: La Naturaleza se toma su tiempo con las viñas, mientras pasan generaciones.
J.: Nosotros nos hemos encontrado con las viñas viejas, disfrutándolas para elaborar nuestros vinos, gracias a que las plantaron aquellos.
V.: Hay que preservar ese patrimonio, a la vez que hay que crear un nuevo patrimonio para los que vendrán.
.- Tu padre, tu abuelo y tu tío te han transmitido pasión y vocación. Pienso que tu formación como Enólogo ha sido un mero barniz.
ANTES de marchar de San Vicente, el Sol de las viñas se dejará ver desde la Colina.
J.: La teoría es bonita, pero la vida es la práctica. Hay que levantarse de la cama para ir a la viña aunque llueva y haga frío. Ahí es donde te curtes. Mi padre me podía haber puesto en la bodega cuando yo empecé a trabajar con él, “pero quiero que aprendas desde abajo a mancharte las manos, porque el día de mañana te va a tocar mandar, entonces sabrás lo que es estar abajo”, me dijo.
.- ¿Qué te gustaría que pasara, Jose Gil?
J.: Que los vinos hablen por nosotros, y que, en lo que haga falta, les pongamos voz. Nuestro trabajo se hará con la máxima ilusión. ¿Qué me gustaría? Que hablen los vinos. Se lo escuché decir a Abel Mendoza en cierta ocasión. Que hablen.
.- Macanes se os llama aquí a los viticultores. Me ha encantado conocer a otros dos auténticos Macanes de San Vicente de la Sonsierra.
J.: Macanes que -como dice Abel- hablen bien o hablen mal de nuestro vino, nosotros a lo nuestro.
.- Vosotros a lo vuestro, que vuestros vinos sigan hablando… junto con vosotros y vuestras viñas.
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Ha merecido la pena esperar. Menudo artículo que sale de las dos partes publicadas. Me lo acabo de leer de un tirón (en este segundo hay dos artículos en uno). Cuánto he aprendido con Vicky y José. Este blog es una viña auténtica. Da frutos prodigiosos. Felicidades!!!
Es un hermosa tierra con una gente fabulosa. Gracias, Amaia
Me ha encantado la entrevista de José Gil y Vicky. Empiezas a leerla y ya no paras, aunque en ocasiones te embargue la emoción. Como periodista un 10. Como entrevistados, qué gran filosofía. Os aplaudo agradecido a los tres!
Me alegro, Jon.
Hay que cantar lo que se tiene y no lamentarnos por lo que nos falta… pero en esta ocasión, leyendo las palabras fértiles de Jose Gil y Vicky, uno sueña en voz alta pensando en las comarcas rurales -como las de Rioja Alavesa, o las de la hermana Sonsierra-, y suspira pensando «ojalá hubiera más parejas como ellos», en muchos sentidos lo pienso, para luchar contra el despoblamiento rural, por ejemplo
Por ejemplo, Jon. Saludos cordiales