Sep 18, 2017

Recuerdos de la filoxera (y II)

“He bebido toda la vida dos tragos de vino a la hora de la comida”, dice Engracia a sus 93 años.

Elvillar

CAMINANDO CON EL SIGLO, Engracia López Gil es luz en sí misma.

Cien nombres de personas, sin olvidar el Vino, el Aceite, el Agua, la Miel… y la Leche, aquella leche del año 1924.

Engracia López Gil me espera muy tranquila en la cocina de su gran casa de Elvillar, leyendo un libro que cerró para hablar conmigo, dispuesta a abrir de par en par el libro de su vida. La novela de su existencia en Elvillar de Álava.

En el Palacio del Indiano –donde vive- irán entrando y saliendo personas como si se tratara de una función de teatro -la entrevista durará dos horas largas-: su vecina Milagros, su hijo José Antonio (actual concejal de Cultura de Elvillar), su nuera Mariví, la mujer latinoamericana que la cuida y atiende, Celia…

Y tantos otros personajes de Elvillar que pueblan su vida entera, su buena memoria, llenándonos la cabeza de nombres. Una vida que ha creado una familia numerosa que avanza con sus cuatro hijos, seis nietos, y dos biznietas…

Quiero recoger todo tal cual se produjo aquella mañana del 7 de julio de 2017 en la que su nuera Mariví me esperaba, a la entrada del pueblo, para llevarme al Palacio del Indiano, la casa más grande de Elvillar, donde lleva viviendo Engracia 93 años, toda su vida.

Elvillar

LA ENGRACIA ante el umbral de su casa, el Palacio del Indiano, en Elvillar.

Esa mañana había en el pueblo muchos tractores y remolques en movimiento, una gran parte de la maquinaria agrícola del pueblo pasando la ITV, poniendo a punto las máquinas que en el siglo XXI mueven tierra y millones de kilos de uva bajo la atenta mirada de la torre de la iglesia de Elvillar.

(Continuamos con la conversación y la entrevista donde la dejamos…)

.- Engracia, ¿a qué edad te enamoraste?

A los 28 años, un poco tarde, y es que no me dejaban casarme ni a escondidas, je, je.

.- Dicen que “nunca es tarde si la dicha es buena”…

Me casé con 31 años en los años cincuenta (Milagros, la vecina que nos acompaña, dice que ella se había casado con 21 años). Yo estaba trabajando en casa para mi padre José Gabriel y mi hermano José María. Que mi padre no se volvió a casar. Mi madre Engracia murió con 26 años y él tenía entonces unos pocos más. Así que… cuando llegó el momento me tuve que poner “de uñas” para casarme con mi marido.

Elvillar

DESDE ELVILLAR, Engracia piensa que Laguardia es el pueblo más hermoso de Rioja Alavesa.

.- Luego volveremos sobre este asunto; pero dime ¿Cuál es el pueblo más hermoso de Rioja Alavesa?

Laguardia.

.- ¿Tú crees que es Laguardia? (le pregunta con un suave reproche Milagros)

Laguardia, sí.

.- Eso dicen (continúa Milagros mirándome), pero a mí no me gustan esas callejuelas tan estrechas, ¡qué agobio!

Labastida también es bonito -dice Engracia-. “Eso sí”, admite Milagros, “pero para mí el más bonito es Elvillar”.

Elciego –sigue Engracia enumerando-. “Sí, Elciego es muy bonito”, admite Milagros.

Elvillar

ELCIEGO es otro de los pueblos preferidos de Engracia, junto con Labastida.

Pero, eso sí –continúa Engracia-, no hay plaza más hermosa que la de Elvillar en toda Rioja. Ni una iglesia como la de Elvillar.

“El Dólmen que tenemos es el más importante de toda Álava. Hombre, mira, nos lo quisieron quitar los de Laguardia –se enfada cariñosamente Milagros-, que decían que era de ellos. ¡Date cuenta! Resulta que Elvillar con los de Laguardia se han llevado siempre mal, pero no de ahora, de generaciones antes que la mía”

.- Ya habrá habido algún matrimonio entre vecinos de Elvillar y Laguardia.

Nuestros familiares estaban casados, dice Engracia.

“Pero de eso hace muchos años”, concede Milagros. Bueno…, la María Eugenia es de Laguardia, que el marido se ha muerto hace poco. Pero no te creas… Con los de Lanciego nos hemos llevado muy bien, y con los de Cripán, pero con los ‘otros...”

.- Así que te enamoraste tardíamente, con 28 años, cuando tus amigas ya se habían casado.

Elvillar

ENGRACIA Y ANTONIO, el día de su boda, en 1955, hace 62 años.

Antonio y yo nos queríamos. Éramos una buena pareja. Él nació en Madrid, los padres vinieron a vivir a Elvillar cuando estalló la Guerra Civil.

.- Si usted nace en 1924, más 28 años… ustedes se enamoran en 1952.

Y me casé en 1955. Mi primer hijo, José Antonio, nació en mayo del 56.

Milagros tenía diez años cuando se casó Engracia: “Me acuerdo de esa boda, que se casaron los dos hermanos en los Jesuitas de Logroño. Ella y su hermano José María con sus respectivos cónyuges”.

.- ¿Por qué en Logroño, y no en esta iglesia tan hermosa de la Asunción de Elvillar?

“Eso digo yo”, apostilla la Milagros.

Mi cuñada era de El Busto, Navarra, y nosotros éramos de aquí. Resulta que nuestros familiares de Moreda siempre bajaban a casarse a Logroño, a la iglesia de El Carmen. Entonces nosotros, como tenían que venir los de Navarra y los de aquí, nos casamos donde casan los primos de Logroño.

Elvillar

«CON LA IGLESIA tan bonita que tenemos en ELVILLAR !!».

“Con la iglesia tan bonita que tenemos en Elvillar”, insiste Milagros. “Já, Julio, tú no has visto el retablo… menudo retablo, de un valor incalculable. Y el Cristo que se nos ha quemado, no había un Cristo como el de Elvillar, que se ha quemado enterito, de madera policromado”.

.- Qué pena!

Hubo gente que lloró. ¡Y cómo! La tristeza duró mucho tiempo. Ahora nos han hecho uno nuevo, pero no va a ser como aquel. Había otro parecido en España. Otro y el de Elvillar, imagínate.

.- Lo importante es que nadie murió en el incendio.

Dicen que al salir del bar, a la noche, la gente olió el humo, pero no sabían de dónde venía. Yo salí a las ocho de la mañana del 30 de marzo de 2016 –recuerda Milagros-, y vi la iglesia abierta. El alguacil Toño me contó que el humo no permitía entrar a la iglesia. Vinieron los bomberos de Vitoria y los de Logroño, y lo apagaron.

.- Engracia, ¿tenías viñas cuando te casaste con tu marido?

No muchas, lo que tenía mi padre lo repartió entre los dos hermanos. A mí me tocaron unas cuantas fincas. Mi marido Antonio García tenía algunas más. Al casarme con él empiezo a trabajar más en el campo. Es bonito y yo lo hacía a gusto. Espergurar, desnietar, vendimiar… porque yo nunca he ido a podar, ni a segar, ni a coger el azadón.

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LA SIERRA vista desde el pueblo Elvillar de Álava.

.- ¿Cómo eran aquellas vendimias con Antonio?

Preciosas. Venían muchos amigos a ayudarnos. Y entre los amigos y los de casa hacíamos la vendimia. Nos juntaríamos unos ocho o diez. La comida y la cena las hacía mi suegra. Comíamos en el campo unos filetes de lomo con pimientos, patatas con chorizo, asábamos los chorizos en el campo… ¡qué maravilla!

En este momento llega José Antonio, el hijo mayor de Engracia. Milagros le cuenta que me conocía de cuando estuve con su hijo Eduardo y su nuera María en la Cooperativa. “Hicieron una cosa preciosa en el Blog… pero sabes lo que te digo, que todo lo que pusiste allí me hizo llorar”, me cuenta Milagros en ese momento.

.- ¿Te emocionó?

Hombre, claro. Lo contaste muy bonito.

José Antonio viene y se quiere despedir de nosotros… que está a punto de pasar la ITV de los tractores… Pero le va a costar marcharse.

.- Con toda aquella uva cortada, qué buen vino haríais, ¿eh Engracia?

“El vino de Elvillar, beber y callar” (dicen la Engracia y la Milagros a dúo, que las dos han juntado los dedos de la mano y se la han llevado a la boca como para decir “riquísimo”)

.- Jajaja

Elvillar

MILAGROS y Engracia, vecinas y amigas, a la luz de un candil de palabras.

Es un vino que se vendía, y de eso se comía. Se vendía a granel… pero me voy -dice el hijo de Engracia-, que estoy con la ITV de los dos remolques y los dos tractores.

.- ¿Cuántas hectáreas llevas ahora, José Antonio?

Unas catorce hectáreas y algo de mis hermanos. Alguna viña se la alquilo a uno de Samaniego, que la vendimia él, y con el resto elaboro el vino y se lo vendo al yerno, que él lo comercializa con su marca, “Juan Campinún”, de Yécora. Yo vivo del campo bastante bien, aunque nos pasamos todo el día mirando al cielo.

.- Engracia, ¿a usted le gusta el vino?

He bebido toda la vida dos tragos de vino a la hora de la comida. El primero me sabía bien, pero tomado el segundo ya no quiero más. Hoy es el día que sigo bebiendo dos tragos. Una señora que vive conmigo y yo ponemos todos los días vino en la mesa.

Chico –le dice Engracia a su hijo José Antonio-, vete a por vino y sácale al periodista una botella al menos”.

.- Te llama “Chico”, José Antonio.

Chico me llama.

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«NO HAY OTRA PLAZA ni otra Iglesia en la Comarca como las de Elvillar»

Nosotros tenemos bodega, pero no tenemos marca en el vino, dice Engracia. A mí me decía mi abuela “bebe un traguico de vino para que te salgan los colores”, pero un trago para la comida o dos y vale, eh!

.- ¿Nunca te emborrachaste, Engracia?

Nunca. Y mi marido tampoco.

.- Os casasteis en 1955. ¿Ha sido una vida feliz la vuestra?

Sí. Yo he vivido bien… ¿Ha ido a buscarte vino?

.- No se preocupe por el vino.

“Este vino es de 2015”, entra el hijo con un par de botellas en las manos.

Yo he vivido bien. Y lo más importante: he tenido salud y buenos hijos. Primero éste, luego dos chicas, y luego otro hijo.

.- Cuatro hijos, Engracia!

Los tres primeros seguidicos. Se llevan diecisiete meses entre ellos. Primero José Antonio, Aurora y Lourdes, y después Paulino, que Paulino hace por lo menos 28 años que trabaja de Enólogo en la Casa del Vino de Laguardia.

Elvillar

ENGRACIA en su habitación, bajo un pequeño álbum familiar de buenos recuerdos!

“¿Abro el vino, madre?”, pregunta José Antonio. “Lo que yo quiero es que se lleve unas botellas de vino”. “Madre, escúchame un segundo, este vino está correctísimo, pero como vino de año se queda un poco viejo porque es de 2015”. “Oye, Chico, al tiempo de marchar le das una botella o dos de vino de la bodega, de vino joven. Le dejas una botella en la puerta de tu casa. O la traes”.

.- Engracia, ¿fue dura y dolorosa aquí la Guerra Civil?

De aquello ya… qué vamos a hablar. ¡Pues claro que fue duro! A los que les mataron los hijos, no me digas nada. De aquí marcharon a la guerra voluntarios y forzosos. A algunos los mataron. Yo tenía doce años cuando estalló la guerra.

“Ahora te subo una botella de vino, el que estamos bebiendo en casa”, nos interrumpe José Antonio, “y así dejo este tema zanjado, madre”.

Lo que pasó en este pueblo cuando la Guerra –sigue Engracia- es que de Elvillar no se mató a nadie por decir “este es de izquierdas y hay que matarle”.

.- Eso es muy importante para un pueblo.

Elvillar

JOSÉ GABRIEL, el padre de Engracia, se preocupó de que en la Guerra «no mataran a nadie».

Mira, eso fue así porque mi padre era presidente de los requetés, de las derechas, y te voy a decir la verdad, mi padre nos decía: “no hay que matar a nadie del pueblo, porque luego viene la contraria y se producen las venganzas; y además, aquí nadie ha hecho motivos para que lo maten”. Y si se llevaban a alguno, él iba a buscarlos y los traía de nuevo al pueblo.

.- ¿Se os hicieron largos los tres años de la guerra?

Cuando tomaron Bilbao, cuando tomaron Madrid… el nuevo maestro nos hacía cantar por las calles con todos los chiquillos. Nos hacían gritar “viva España” y “viva no sé qué”. Pero la gente de aquí no era política. Aquí la gente era toda trabajadora. Con el tiempo mis hijos han sido alcaldes de Elvillar. Jose Antonio ha sido ocho años alcalde en una lista de independientes y por el PNV. Y otros cuatro años fue alcalde mi otro hijo, Paulino, por el mismo grupo político.

.- ¿Se pasó hambre en Elvillar durante la postguerra?

Los menos pudientes sí pasaron hambre, pero muy poca gente. La mayoría teníamos huerta, teníamos vino, teníamos pan, teníamos de todo en las casas. Aunque la gente tampoco tenía para ayudar a los que pasaban hambre.

.- ¿Volvió la armonía al pueblo después de la guerra, aunque se estuviera en Dictadura?

Como no se mató a nadie de los izquierdas, no hubo roces. La gente siguió viviendo y trabajando. La mayor parte del año estábamos en Elvillar. Claro que si había que ir a Vitoria o a Logroño, se iba. De vacaciones, durante diecisiete años hemos recorrido toda España: Andalucía, Cataluña, Valencia, Madrid, GaliciaAl extranjero sólo hemos ido dos veces, a la Virgen de Lourdes.

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DÓLMEN DE LA HECHICERA… lo que no habrá visto durante miles de años !!

.- Vista desde tus 93 años, con amarguras y alegrías ¿cómo dirías que ha sido tu vida?

Aquí está ésta, que lo diga la Milagros: hasta hace un año yo era la mujer más feliz. Sin enfermedades, sin nada de nada. Todos los hijos bien y colocados. No he tenido abortos, no me ha faltado nunca un duro. He sido feliz con mi Antonio, que murió en octubre de 2010…

Entra de nuevo José Antonio con dos botellas: “Este es vino ya de 2016, maceración carbónica, eh!”.

“Ahora sí que vas a beber vino de calidad”, dice Engracia satisfecha. “Vino de Elvillar! Vino de Rioja Alavesa!”.

.- ¿Cómo sientes Rioja Alavesa?

Con satisfacción: ¡Rioja Alavesa!

“Me alegro de dejarte con buena compañía”, dice el hijo, que parece dispuesto a marchar. Se queda para contestar a su madre Engracia, que comenta la diferencia de cosechas del año pasado con la de este año 2017: “El año pasado tirando las uvas, y éste nos quedaremos cortos de uva por la helada. A mí me pareció muy mal que se tiraran las uvas, muy mal”.

“Madre, si tú estás en una DO con unas normas, hay que cumplirlas”. “Tu madre piensa otra cosa, y como tu madre mucha gente”, le digo. “Hay unas normas, pero hay que cumplirlas”, insiste José Antonio. “Eh, que yo os dejo aquí”. “Espera, déjame hacerte una fotografía con tu madre antes de que te marches”.

Elvillar

ENGRACIA con su hijo mayor, José Antonio, en la cocina de su casa.

.- No me has dicho nada de tus nietas y biznietas, Engracia.

Las dos hijas de ésta (por su nuera Mariví, que ha vuelto y se mantiene en absoluto silencio ante la grabadora) ya trabajan, una de ellas tiene plaza fija en Leza. Y la otra está en Vitoria. La otra hija mía tiene una hija y también trabaja. La otra tiene hijo e hija, y la chica lleva ocho años de profesora en la enseñanza de Logroño, y el otro es profesor de deportes en Logroño. Paulino tiene una hija también, que acaba de cumplir ahora los 18 años.

.- ¿Hay alguna nieta que sea tu predilecta?

Yo las quiero a todas.

.- ¿Y entre los hijos, tienes alguno más mimado y querido?

(Aquí es donde José Antonio nos deja).

El otro hijo, Paulino, trabaja en Laguardia desde hace 28 años, como le decía. Lo quiere toda la Rioja. Pero sí, tengo dos biznietas estupendas.

.- ¿A alguna le han puesto tu nombre?

Ahora ponen otros nombres. Una de mis biznietas se llama Abril y la otra Ariadna.

Vuelve a casa Milagros, que ha ido a por pan, queso y jamón para tomarlo con una copa de vino de maceración carbónica.

Celia también tenía que haber comprado pan”, dice Engracia, en referencia a la señora latinoamericana que la atiende en casa. “Ya habrá cogido”, le contesta Milagros. “Bueno, si no compraremos donde la Nuria”.

Elvillar

A SUS 93 años, Engracia sigue gorbenando esa nave, por enorme que parezca.

Y la Milagros -me cuenta Engracia- tiene una nieta que ha hecho este año la primera comunión.

.- Dime una cosa, piénsalo bien… ¿Qué es la vida?

Según se tome. Si la tomas con desesperación, te desesperas. Pero si la tomas con tranquilidad, sabes que todo tiene que venir.

.- ¿Es hermosa… la vida?

No soy de las que me alegro mucho. Ni de las que me entristezco. Pero vivo contenta.

.- Veo que tienes una chica boliviana, Celia, que te cuida…

Está todo el día pendiente de mí.

Cuenta Milagros que Celia estaba cuidando antes a un señor de Cripán que se murió. “Fui al funeral, porque era hermano de una amiga mía. La vi en casa de Mila, que se llama como yo. Me imaginé que se había quedado sin trabajo, así que cuando me iba a marchar le pregunté a la Mila quién era la chica. El poco rato que estuve allí yo la vi maja, educada, y me dije “esta chica para la Engracia”. Al día siguiente hablé con Paulino y le dije “a tu madre le hace falta una mujer en casa”. Así que desde septiembre del año pasado lleva Celia con la Engracia, que está más contenta que ‘chupín’.

Elvillar

CELIA la cuida de cerca, como bien muestra esta fotografía.

.- ¿Qué tal le va a su familia allí en Bolivia?

Tiene unos hijos allí y una hija aquí con ella en Logroño. Habla con los tres hijos por Internet desde Elvillar (que lo pusimos en casa para ella). Celia y su hija trabajan todo lo que pueden y más. Los viernes se marcha a las cuatro y cuarto de la tarde y vuelve el domingo por la noche. Y cada fin de semana viene un hijo conmigo. Esta noche le toca a Paulino.

.- ¿Es Paulino tu hijo predilecto?

Me dicen que es Paulino, sí. Bueeno.

.- Me decías que te gusta leer

Muchísimo. Yo cojo un libro y me lo leo, pero no miro quién lo escribió. Ahora acabo de terminar uno de una madre que era malísima para las hijas. Bueeeno, qué cosas. Una madre que luego les confiesa que había matado a su padre y a una de sus tías, y resulta que no era verdad. Todo era por hacer sufrir a una hija. Un desastre. Pero la joven se acaba casando con el canalla que había matado a varias chicas en San Sebastián.

.- ¿Y así termina?

Así. Ella se casa con él sin saber que es un asesino de mujeres. Cuando se casa, ella vive feliz porque finalmente murió su madre.

.- ¿Qué novelas te gustan?

Las que hablan de amores, je, je. Sí.

Elvillar

ALEGRÍA de la paz, como estas niñas que el domingo pedían mosto de la Vendimia en Iekora.

.- ¿Has leído ‘Romeo y Julieta’, de Shakespeare?

He leído tantas!

.- ¿Qué me dices de la poesía?

La leo, pero no se me queda en la cabeza. Mira los libros que tengo ahí.

.- “El destino de Ana H. Murria”, de Maite R. Ochotorena . “El mundo de Ben Lighthart”, de Jack Jaapter Haar. Y otro de Laura Gallego: “Donde los árboles cantan”.

Esa la empecé antes de ayer. Me encantan las historias.

.- ¿Tu vida es una novela?

No, no. Me dicen que tenía que escribir mi vida. Pero qué le importa a nadie mi vida. Ha habido una chica que ha escrito sobre mí. Ahí tengo la “novela” de mi vida. Hay una chica de Yécora que me hizo una entrevista y le conté todo, y luego me dijeron que no lo tenía que haber contado. Lo publicó en castellano y en euskera contando mi vida y la de otras mujeres: “Mujeres de Rioja Alavesa”.

.- Red de Mujeres del Medio Rural de Álava (leo). “Cuando yo nací mi madre se murió, así que me crio mi abuela los primeros 14 meses con ayuda de una mujer de Yécora que me amamantaba”. ¿Cómo se llamaba aquella mujer?

Cristeta.

.- Qué  bien por Cristeta y su hija de leche!

Elvillar

PEQUEÑO VITICULTOR, como un dios Baco, en lo más alto de la fuente de Elvillar.

Sigo leyendo lo que ha escrito Mónica Jalón en ese librito, con las declaraciones de la Engracia: “Recuerdo que en la escuela teníamos una maestra de Eibar que nos enseñaba canciones en euskera, “Aldapeko sagarraren adarraren puntan…” . Estalló la guerra, se fue  y no regresó… En esa época había estraperlistas que iban a la Aldea, y a Bernedo, al otro lado de la Sierra”.

Sí señor.

.- “Recuerdo un precioso vestido hecho con tela traída nada menos que desde Barcelona”

Unos amigos que tenían tienda en Logroño, y mi padre les pidió que le trajeran telas para un vestido para la Engracia.

.- Continuo con lo que cuenta Engracia sobre los tiempos de la Dictadura en el libro de Mónica: “En ese período de tiempo, teníamos que ir todos los días a misa. Entre semana había misa y rosario por las noches. Los domingos dos misas al día. Los sábados a confesar y siempre se decía lo mismo”

Siempre, je je.

.- “Los domingos teníamos que ir a las ocho de la mañana a misa, y luego a trabajar”.

Así era entonces

.- “Cuidé a mi abuela hasta que murió con 92 años”. ¿Cómo se llamaba, aquella abuela?

Isabel.

.- Me encanta ese nombre.

Elvillar

EN SU ÉPOCA de actriz, en el grupo de teatro local de Elvillar.

Sigo con la lectura: “Y también cuidé a mi padre y hermano. Me casé tarde porque a mi padre ningún pretendiente le venía bien”.

.- Tu padre te quería solo para él, Engracia.

Como se había muerto mi madre, mi padre pensaba que me iba a pasar a mí lo mismo, que si me casaba iba a morir al dar a luz un hijo.

.- Amiga mía, lo he pensado cuando me dijiste que no te enamoraste de tu marido hasta los 28 años. Tu padre tenía ese miedo, pero de paso le venía muy bien que le cuidaras…

Y fíjate lo que es la vida: luego tuve tres hijos en tres o cuatro años, todos seguidos. Mi padre me tenía en custodia tras lo que le pasó a mi madre… Y también me quería para que cuidara de la casa, eso es verdad.

.- ¿Te sentiste una “sirvienta”, Engracia?

No. Pero él estaba muy a gusto con mis cuidados.

Elvillar

EN EL TEATRO también le ha tocado hacer papeles masculinos. Lo que una vida da de sí!

.- ¿Cómo conseguiste salir con aquel chico que luego fue tu marido”

Ah, me puse de uñas. Desde el primer día que lo vio mi hermano me dijo que no le gustaba. Yo le contesté a mi hermano: “Dime que es falso, o borracho, o que tiene algún defecto, lo que se te ocurra; pero aunque tú no lo quieras, yo me tengo que casar con él”. Mi hermano José María no se llevaba bien conmigo, y ¿qué adelantaba yo con quedarme soltera? Así que me fui con Antonio, una gran persona. Así dispuse de mi vida.

.- Ese día empezaste una nueva vida, gracias a la cual hoy tienes hijos, nietas y biznietas.

Sí, es verdad. Ahí empecé a trabajar en el campo con mi marido. A veces tenía que volver desde el campo para amamantar a mis hijos, que les daba pecho hasta quedar embarazada del siguiente.

.- Qué hermosa imagen para terminar, Engracia.

Elvillar

FLORES de toda su familia para Engracia, cuando cumplió 90 años.

La Engracia, a sus 93 años es socia de la biblioteca de Elvillar, que le nutre con alguno de sus libros. Pero además, las nietas de Engracia comparten con ella algunas de sus lecturas.

La Engracia, tan amada y respetada a sus 93 años, compartiendo la vida con su familia y con su vecina la Milagros, con quien en los largos días de invierno juega a las cartas y hacen tertulia sobre lo que acontece en Rioja Alavesa, sobre lo que lee Engracia en el periódico La Rioja. Y si cuadra, sobre lo que aparece en el Blog.

Tan ricamente tomamos al final, cual broche de oro, ese vino de maceración carbónica que nos ha traído José Antonio. Propongo que brindemos por las mujeres de Rioja Alavesa, por la Engracia, por la Milagros, por las nietas y biznietas de ambas, y por Cristeta, aquella vecina de Cripán que la amamantó durante catorce meses.

Hay buen vino en Rioja Alavesa. Lo sabe el mundo entero. Y un agua que canta cuando corre, como el pajarillo en lo alto de la rama del manzano. Pero no sólo. Hay tinajas de aceite de Arróniz. Hay cántaros de miel. Y pechos de generosa leche de madre.

 

10 respuestas a “Recuerdos de la filoxera (y II)”

  1. Paqui dice:

    Enhorabuena por la entrevista.
    Engracia, qué buenos recuerdos, qué buena memoria y qué suerte tu buena salud, Feliz y contenta.
    Todo un ejemplo a seguir

  2. Sole Raya dice:

    Qué emocionante leer la alegría de 93 primaveras en flor regadas de buen vino. Qué emocionante sentir la flor aún aromática y llena de belleza. Y cuánta belleza pones en cada palabra. Gracias por mostrarnos estos ejemplos a seguir.

  3. Kepa Urdangarin dice:

    Creo sinceramente que las dos entregas de la Entrevista a la Engracia son dignas de leerse y comentarse en todas las ikastolas de Rioja Alavesa.

    Eso por lo menos

    Zorionak!!!

  4. Engracia, todos tenemos la impresión de haber estado en tu casa, disfrutando de un buen vino y aprendiendo de tu serena bondad.

    Llamo la atención sobre las madres de leche, muy frecuentes en esta zona. En La Rioja que era el periódico local había muchos anuncios ofreciendo y solicitando «amas de leche» para distinguirlas de las amas secas que solo eran niñeras.
    En casa se comentaba que mi abuelo Miguel le había dado una cuartilla de vino (garrafoncito de 4 litros) a Patricio diciéndole: ojo con lo que bebes, ojo con lo que haces, no me dejes embarazada a la Ciriaca (la mujer de Patricio) porque tiene que seguir criando a Félix.
    Mi madre distinguía entre sus hermanos cualidades que atribuía a las «amas» y siempre le tuvo aprecio a Pio, su hermano de leche, hijo de la Mondiola

  5. Me produce gran alegría y satisfacción el tener noticias nuevas de Engracia, auténtico archivo viviente de la vida tradicional.

    Hace 23 años tuve la suerte de conocerla en el Palacio del Indiano. Hablé con ella y con Tomás Miguel Fernández Villa (nacido en 1907) y con Casimira Pérez García (nacida en 1909).

    Los tres me relataron las fiestas, costumbres y leyendas de Elvillar, que tengo recogidas en cuarenta cuartillas. Me contaron todas las fiestas del año y las leyendas de la Hechicera, la Vieja de Quintanilla y la edificación del Palacio del Indiano, cuyo relato Engracia lo terminó diciéndome:

    «Ha venido usted a un palacio,
    donde los pájaros cantan,
    y en el que siempre ha vivido
    gente religiosa y santa».

    Gracias, Engracia, mucha salud y alegría.

    Una lamentable pérdida fue el incendio del Santocristo de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Elvillar, talla renacentista de mediados del siglo XVI. Imagen mal atribuida al escultor vasco Andrés Araoz. Según el profesor Pedro Luis Echeverria Goñi obra maestra de Guiot de Beaugrant. Este imaginero franco-flamenco tiene otros dos extraordinarios Santocristos en la catedral de Santiago en Bilbao (capilla del Cristo del Amor) y en Balmaseda.

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Muchas gracias, José Ángel Chasco, por tus palabras sabias de investigador y amante de todo lo nuestro. Como siempre, es una alegría creativa leerte. Es cierto, sí, que las palabras de Engracia son poema de un instante que se fue. Y ahora vuelve.

      Cuando recuerda:

      A veces
      tenía que volver desde
      el trabajo en el campo
      para amamantar a mis hijos.

      Saludos cordiales!!

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