RUBÉN y Álvaro Campinún, brindando contra los años difíciles, como el 2020.
Este difícil año, los cuatro atesoran dos premios del Concurso de la Fiesta de la Vendimia para un mismo vino: al mejor Tinto Joven de Rioja y la Mención Especial Maceración Carbónica para su “Juan Campinún, tradición familiar 2019”.
Siempre sonando a pan, Yécora, y ahora dando buen vino.
AQUEL PRIMER MOSTO de las uvas que se enfrentaron a la helada de abril de 2017.
No había vuelto a parar en Yécora desde la Fiesta de la Vendimia que se celebró en septiembre de 2017, donde vimos correr el mosto de la uva que sobrevivió a la helada de abril de aquel año.
Entonces escuchamos el pregón del actor Karra Elejalde. Nos maravilló el trabajo comunitario de un pueblo volcado en la fiesta de toda una Comarca. En aquella vigésimo cuarta Fiesta de la Vendimia, el Blog recogió palabras del Lehendakari:
“Desde las instituciones reconocemos el esfuerzo que aquí, a cielo abierto, hacen los hombres y mujeres de un pueblo y de una Comarca para que también desde Rioja Alavesa se conozca Euskadi en el mundo”, nos dijo Iñigo Urkullu aquel septiembre de 2017.
UVAS de los Campinún fermentando, directamente de las viñas a la bodega de Yécora.
Tres años después, el 29 de septiembre de 2020, el Blog volvía a Yécora para entrevistar juntos a los hermanos Campinún… tarea harto difícil en días de vendimia, donde cada uno estaba haciendo su trabajo a cielo abierto, para que Yécora sepa más a vino de lo que ya sabe. Zukeras y zukeros de cereal y vino.
“Cuando llegues a Yécora, me llamas. No sé si estaré esperándote, o si estará mi hermano Rubén. Si es así, en cuanto pueda -que andaré con los tractores-, me acerco a la bodega. Y si no, nos vemos en alguna de las viñas en las que estamos vendimiando”, me había indicado Álvaro, el mayor de los hermanos.
Finalmente fue Rubén quien me enseñó la bodega, los depósitos, las barricas, el balcón interior de hierro forjado con las iniciales de los dos hijos de Juan Campinún y Sole Echazarreta.
RUBÉN Campinún es nuestro primer anfitrión en la bodega de Yécora / Iekora.
A la espera de Álvaro, que andaba entregado en cuerpo y alma a la vendimia, Rubén comenzó a contarme, desde su mirada musical, la historia vitícola de su familia.
“Cultivamos viñedos propios, elaboramos vino y lo comercializamos. Toda la cadena, desde la cepa pasando por la botella y llegando al mercado. Hoy tenemos dos bodegas, la de Yécora, y la del suegro de mi hermano en Elvillar, José Antonio García”.
.- Conozco bien a José Antonio, el hijo de la Engracia, quien fuera hace 41 años primer alcalde de Elvillar tras la Dictadura.
Eso es… Hoy elaboramos quince hectáreas de nuestros padres, aquí en Yécora, y otras quince de José Antonio en Elvillar. Con esa producción hacemos dos gamas de vino. La gama de la primera generación (de nuestros padres) y la segunda generación que son vinos seleccionados, un tinto joven y un crianza seleccionado.
NUEVE y catorce años tenían Rubén y Álvaro cuando su padre Juan edificó la nueva bodega.
.- Veinte añitos jóvenes tiene esta bodega.
Con viñedos propios, trato inmejorable de la uva, mimo y cuidado sumo en la elaboración, queriendo hacer un producto de calidad. Ante la fuerte competencia, nuestra mejor arma es el buen vino. Sabemos que competimos con grandes bodegas que invierten en marketing, en instalaciones, en enoturismo, en promoción…
.- Importante ese doble premio que os han dado en el Concurso de Vinos de la Fiesta de la Vendimia. Todo un reconocimiento
Al mismo vino le han otorgando dos premios. Al mejor Tinto Joven de Rioja y la Mención Especial Maceración Carbónica, al ‘Juan Campinún, tradición familiar’.
CON el diploma del vino premiado en el Concurso de la Fiesta de la Vendimia de este 2020.
.- ¿Cuándo nació la bodega?
Se fundó en 1997… cuando yo tenía 9 años, y Álvaro 14.
.- ¿Dónde saltó el chispazo que os marca como vitivinicultores a día de hoy?
Mi padre se ha dedicado toda su vida a la viña y al cereal en Yécora. Mi padre Juan fue el encargado de campo de Contino, con 25 años, en Laserna (Laguardia). Él plantó todas las viñas del Olivo, que ahora es lo top de Contino. Mi hermano mayor se crió entre las barricas de aquella bodega.
Mis padres son de Yécora, aunque mi padre tiene orígenes en Lanciego. En los 80 dejó las viñas de Contino y se fue a trabajar a Logroño, a una fábrica de papel. Aquí en Yécora mantenía sus hectáreas, que trabajaba los fines de semana… Dos trabajos para dormir poco, una locura.
JUAN Campinún en la viña de Valondo, recogiendo los racimos recién cortados.
.- ¿Qué le hizo apostar a tu aita por la bodega / qué le hizo poner “toda la carne en el asador”?
Con 16 años mi hermano Álvaro comenzó a decirle que él quería dedicarse a la viña. “¡Papá, a la viña, a la viña!”. Así que mi padre decidió seguir por este camino. Mi padre tenía una bodega vieja donde elaboraba el vino de los fines de semana en Yécora, hasta que en 1997 se decidió a construir una bodega nueva.
.- ¿Qué hizo entonces con su trabajo en la fábrica de papel de Logroño?
Pidió una excedencia y apostó por la viña y la bodega. Fuimos una bodega pionera en este pueblo más cerealista que vitícola, decantándose mi padre desde el primer momento por el Maceración Carbónica.
HAMAIKETAKO en Elvillar, en la casa de José Antonio, con el vino premiado de Yécora.
.- ¿Lo que ya venía haciendo en Yécora en la otra bodeguita?
Toda la vida había tenido uva con la que elaboraba vino a granel, que vendía para que otros hicieran Crianza. Con 17 años, en 2010, mi hermano hizo en Laguardia el famoso Curso de Vitivinicultura, donde tuvo como tutor a Gonzalo Saenz de Samaniego.
En aquellos años fue a conocer grandes DO, empapándose del mundo del vino. Él fue quien tuvo claro que teníamos que embotellar nuestro vino.
.- ¿Cuántas bodegas más hay en Yécora?
Está la Cooperativa, que lleva más de 50 años, que ahora vende a granel a Faustino. Y luego hay otras cuatro bodegas más, pero que embotellen sus vinos hay solo otras dos más. Nosotros somos los que más botellas sacamos, unas 150.000.
«ME VINE a la Bodega para remar con toda la familia»
.- Digamos Rubén… que tú te has encontrado con la bodega montada.
Mi hermano lo mamó desde niño, y él animó a mi padre. Yo me fui a estudiar a Leioa (Bizkaia), donde hice Publicidad y Relaciones Públicas. Estuve cuatro años viviendo en Bilbao, encantado de la vida. En 2008 me plantearon qué iba a hacer, con la opción de dedicarme también al negocio familiar de la bodega.
Con la Crisis de 2008 campando a sus anchas, me vine a la bodega para remar con toda la familia. Poco tiempo después el suegro de mi hermano, José Antonio García, que elaboraba vino y lo vendía a granel, sumó los vinos de sus lagos abiertos de hormigón, Rioja Alavesa pura, a la bodega Campinún.
.- ¿Cómo han sido tus 12 años en la bodega familiar?
Yo tenía pasión por lo mío, no por la tierra; pero claro, luego vas viendo la realidad de lo que es esto, y me tocó tirar del carro. Nuestra bodega tiene solo 20 años, que va por detrás de bodegas que llevan 40 como poco.
MANO de Rubén, la que toca el Bajo en el grupo «En Tol Sarmiento» y rema con los suyos.
.- El premio os ha llegado tras 20 años elaborando vino, Rubén.
Exacto. Hay que trabajar, trabajar y trabajar. Este año estamos contentos por quedar los primeros en el mejor tinto joven, pero el año pasado tuvimos un tercer premio, y hace dos años lo mismo.
.- Con ese premio estáis haciendo la vendimia con otra alegría.
Este año ha sido una motivación más para seguir haciendo las cosas bien.
.- ¿A quién le ha hecho más ilusión el premio?
JOSÉ Antonio García con una copa de vino «Campinún» en la viña de Valondo.
Pues mira, a José Antonio. Mi padre es feliz por estar con sus hijos y sus nietos, con la familia unida. Ese es su mejor premio. Mi padre es una persona positiva, muy tranquila.
A José Antonio le ha hecho una gran ilusión, quizá porque siempre ha apostado por la calidad y no terminó de dar el paso de embotellar su vino. Él dice que haciendo las cosas bien no caeremos, y más en estos tiempos de pandemia global.
.- ¿Cómo influye en la bodega tus conocimientos del mundo de la publicidad y las relaciones públicas?
Es una parte importante, pero en nuestra bodega es complicado de incorporar. No hay presupuesto… pero me gusta mucho el tema de las etiquetas, la imagen de marca… pero no nos engañemos: lo primero de todo es lo que va dentro de la botella.
En estos tiempos tan duros que van a venir, la calidad va a ser fundamental.
.- Formas parte del grupo musical “En Tol Sarmiento”, que comenzó a inspirarse en el mundo del vino.
Sí. Va todo unido en mi vida. Con 17 años pusimos en marcha el grupo de rock en Yécora. Éramos Iñigo (el cantante) y yo. Luego se incorporó Floren, un extremeño que vino a vivir a Yécora. Empezamos dos guitarristas (yo toco el bajo) y un batería.
.- “En Tol Sarmiento” suena a viña.
Empezamos con letras de la Comarca, recuerdo una canción que hicimos de Yécora, con frases de la vendimia. Pero poco a poco el grupo fue creciendo y ahora mismo las letras hablan del miedo, de mirar hacia delante… Son muy psicológicas, del cantante Iñigo Etxezarreta. Hemos ido creciendo como personas, y no se piensa igual con 18 años que con 32.
.- ¿Puedes equiparar la bodega con la música de vuestro grupo y el paso de los años?
LA FIESTA de la Vendimia del 17 de septiembre de 2017 en Yécora. (Archivo Blog).
Llevamos 20 años en la bodega, y queremos mejorar en el vino y en la marca… porque siempre estamos en lo mismo cuando vamos a vender nuestro vino:
“¿De dónde es?”. De Yécora”. “Aah, de Yécora”.
Como no decimos Samaniego, o Villabuena, o Elciego… Parece que por ser de Yécora, el vino no es tan bueno.
.- Entre Yécora, Lanciego y Elvillar, donde están vuestras viñas, ¿cuál es la altitud media de vuestras cepas?
LAS PRIMERAS VIÑAS de Yécora las plantaron los monjes de Biurco hace MIL años.
Están a unos 650 metros de altitud media. Hoy es 29 de septiembre y ya tenemos media vendimia recogida en nuestras viñas, altas con respecto a la mayoría de las viñas de Rioja Alavesa, cuando antes la fecha del 12 de octubre era la fecha del comienzo de la vendimia.
.- Vuestro grupo musical ha ido creciendo, superándose… igual que la bodega.
Al principio solo hacíamos ruido, pero hemos aprendido a tocar bien, a grabar un disco. No éramos cinco componentes salidos del Conservatorio. No. Hemos crecido en el barro y hemos hecho nuestro camino por el asfalto.
En la bodega es parecido: hemos partido casi de la nada, creciendo poco a poco, embotellando el vino, tratando las viñas como es debido… Es un aprendizaje continuo.
JUNTO a la bodega, Rubén posa con el León… que ellos aseguran «¡está despierto!».
.- ¿Qué te dicen en casa del grupo musical?
Mi hermano dice que el grupo es muy conocido, que hemos recorrido todo Euskal Herria, de concierto en concierto, que salimos en ETB-1… donde el otro día alguien tocaba nuestra canción “Zurekin batera”.
.- ¡Qué buena apuesta en pro del Euskera!
Hemos apostado por el euskera para potenciar nuestro idioma en Rioja Alavesa… Pero ha llovido mucho desde nuestra primera maqueta musical “Vendimia seleccionada” (2008).
.- Bodega y grupo musical son espacios diferentes.
Los tiempos son mucho más largos en el espacio de una bodega, pero la potencia que tiene un grupo musical se puede diluir en un segundo. La bodega… la bodega es otro mundo.
RUBÉN en una imagen del grupo «En Tol Sarmiento», en las Bardenas Reales de Navarra.
Tras sus palabras recorremos juntos ese mundo que se va nutriendo de uvas mimadas entre la Sierra y el Río. Suena el móvil de Rubén. Su hermano Álvaro está ocupado en la bodega de su suegro. Su padre Juan conduce el tractor entre los renques de la viña de Valondo, en Lanciego, donde una familia portuguesa les corta las uvas.
Hoy he visto a un joven músico de Yécora haciendo sonar su corazón mientras yo callaba tratando de escuchar además los silencios de una bodega en la que ya fermentaba una parte importante de la cosecha.
No me preocupa ni dónde ni cuándo tendrá lugar la conversación con Álvaro. Lo que ya sé es que Yécora sabe a vino. A pan y vino, mientras suena la canción milenaria de la fermentación en sus bodegas. Con todo eso en mi zurrón, iremos a la búsqueda del joven que pedía viñas a su padre. “Viñas, viñas”, como decir “Futuro, pase lo que pase”.
Futuro.
CONTINUARÁ
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Gran trabajo de la familia Campinún, dos jóvenes dedicados al mundo del vino, seguro que bien aconsejados por la experiencia de su aita. Una buena mezcla, veteranía y juventud. Sin duda uno de los mejores vinos jóvenes maceración carbónica que he probado nunca. Enhorabuena y a seguir haciendo las cosas así de bien!!!
Muchas gracias, Joseba Fernández. Un cordial abrazo.
Familias que pueblan Euskadi, muy bien interconectadas. Una trainera bogando juntos en cada casa, en proyectos de empresa, en el mundo del agro vasco. Siento, por otras realidades que conozco, que éste es parte del espíritu del país. Su identidad.
Muchas gracias, Jon Artetxe. Saludos cordiales.
Estos días el Blog mantiene el suspense, o más que el suspense la tensión, el deseo de seguir leyendo, tanto con Florentino de Luberri, como con los hermanos Campinún. Ganas de seguir leyendo, porque si el Blog se guarda una segunda parte… seguro que es porque merece la pena esperar. Pareciera que cuando se escribe esto es porque la primera parte nos ha sabido a poco, y no es así. Vendría a ser como… cuando has disfrutado una botella de vino de Rioja Alavesa, en buena compañía. Y ya estás pensando en el siguiente encuentro con amigos, imaginando qué botella de Rioja Alavesa vas a descorchar. Segundas partes -lo digo por otras ocasiones- sí fueron buenas, incluso mejores que las primeras. Aupa ahí!!!
Ja, ja, Begoña Tudela, Aupa ahí!!! Muchas gracias por esa espera tan de buena gana, sabiendo disfrutar cada copa, cada plato, cada botella. Un abrazo.
Entre líneas leo que una buena manera de homenajear a los vitivinicultores fallecidos en accidente laboral en Lapuebla de Labarca, Dani y Marcos, es seguir cosechando entrevistas de viñas y vino. De reportajear ese modo de vida que tiene que ver con la cultura de una Comarca que mantiene el vínculo desde hace mil años con la tierra y las viñas que nos dan de beber. Escuchar atentamente cómo laten, por citar las últimas entrevistas, Florentino y su familia, Álvaro y Rubén Campinún con los suyos. Sentir la fuerza y la entrega del Señor de la Tierra Nueva de Elciego. Y la buena transmisión de la vitivinicultura en esa Yécora de pan y Vino.
Por mi parte, decir que espero, con calma, pero con deseo, las segundas partes. Enhorabuena por este formidable trabajo.
Muchas gracias, Arene Amezaga. Efectivamente este trabajo periodístico es una «buena manera» de homenajear a Dani y Marcos, pero fíjate…
La mejor manera de homenajearles ha sido la entrega de sus paisanos. Ayer mismo terminaron de prensar en la bodega Espada Ojeda en Lapuebla de Labarca. Lo han hecho los amigos-as que han sabido estar al pie del cañón estos días, tras la dolorosa pérdida de las vidas -en accidente laboral- de Dani Espada y Marcos Gallurralde. Con esa solidaridad, terminando el trabajo que ellos habían realizado (que quedó fatalmente interrumpido) en este año tan difícil… Con esa solidaridad también se hace grande Rioja Alavesa. Muy grande.
Un cordial abrazo.
De Yécora, ¿De Yécora?, sí, de Yécora.
Un reconocimiento a esta Rioja Alavesa total, con consideración especial a una zona menos valorada por la gente inmovilista en sus conocimientos y gustos, con visión parcial de la Comarca, pero con resultados extraordinarios para los entendidos en enología.
No cabe duda que el saber, la climatología, el trabajo, el amor a lo suyo, el orgullo y la dignidad a la labor agrícola, dan como resultado este vino de las familias Campinún y García. Todo un ejemplo de la transmisión de saberes entre generaciones.
La verdad que me alegro por el triunfo de esta bodega. Han sido muchos años de trabajo callado, en una zona de la Comarca, donde pocos creían, pero estas dos familias de Rioja Alavesa han demostrado que la Comarca la componen quince municipios y cuatro concejos, todos ellos con sus particularidades y bondades, que se complementan, no solamente tres o cuatro municipios, como creen , desgraciadamente, algunos.
Muchas gracias, F. Bujanda Ciordia. Qué importante es la información y el conocimiento del mayor número de historias posibles. Es más que un reconocimiento a la labor callada de tant@s… es comunicación, cultura, sentido y sensibilidad. Tus palabras son parte del viento favorable que precisa Rioja Alavesa… Sus viñas, sus vinos, sus olivos, su aceite de oliva extra virgen… su rica diversidad.
Un cordial abrazo.
Parece que este tiempo de incertidumbres va para largo. Se agradece ver la ilusión con la que trabaja esta gente joven premiada de Yécora.
Tuve ocasión de ver al grupo «En Tol Sarmiento» en las Fiestas de Portugalete de 2019 o 2018. Muy entregados y con ganas. Es cierto que han conseguido bastante repercusión por aquí. Gusta ver a gente joven del mundillo rockero euskaldun del medio rural-urbano. No hay muchos grupos con proyección y madurez como ellos.
Muchas gracias, Ángel Asensio. Un cordial abrazo.