PEDRO Ruiz, en un paraje de Leza, donde ama y conoce los caminos de sus viñas.
.- ¿Dónde paran tus sueños / Qué tierras alcanzan?
“Es el sueño de todo el equipo que formamos Alma, luchando y creciendo juntos en el desarrollo tanto personal como profesional”.
JUNTO a una puerta corredera del interior de la Bodega Aiurri, en el corazón de Leza.
EN este encuentro entre el Blog y el director de Alma Carraovejas vamos por partes, tocando la densidad de lo que dieron de sí siete intensas horas. En la primera parte del relato de la entrevista hubo cuatro partes. Las resumo todas diciendo que si los sueños no paran… siempre habrá una historia que comience a escribirse.
PEDRO y Guillermo Laguna, responsable de Viticultura, en la viña de Pozo Alto.
“Me enamoré de esta viña en cuanto la vi”, dice en voz baja Pedro Ruiz recorriendo su extensión con la mirada, y con los pies en uno de los renques de la viña Pozo Alto, cerca de la bodega AIURRI de Leza.
POZO ALTO, donde la Sierra que sostiene el cielo / abraza los colores del otoño.
Con sus palabras para Pozo Alto, Pedro declara sus intenciones para la bodega Aiurri de Leza. Y más, su pasión por el vino, haciendo relato con una conversación, cantando a la madre naturaleza, armonizando sus sentimientos con el fruto de la vid. Una manera de alentar la Comarca con palabras que formalizan un vínculo con la tierra y el aliento de un lugar.
“Se le llama Pozo Alto -explica- porque justo en la parte de arriba tiene un pozo. Técnicamente no dirías que es la mejor parcela de Leza, porque tiene el arroyo muy cerca, y hay algo de humedad, pero toda la parte de arriba es impresionante. A nivel de poda está algo dañada, es verdad, pero la recuperaremos.
.- Quedaste prendado de ella, ¡eh!
Esta viña de Cien años es puro patrimonio, y la tenemos además al lado de la bodega. Son esos lugares a los que llegas, los ves y se te eriza el vello. “Es el sitio”, te dices. Al fondo emerge esta Sierra increíble.
En el proyecto “Milsetentayseis”, enclavado en Fuentenebro (Burgos), estamos haciendo un trabajo de recuperación de variedades, que allí ya tenemos 24 variedades de uva en nuestras fincas. Aquí haremos algo parecido, identificando todas las variedades, como por ejemplo la Bobal que ha aparecido en Pozo Blanco.
DAVID, Pedro, Patricia y Guillermo, el Equipo con el que el Blog pasó siete horas en el paraíso.
.- Cada lugar te da algo distinto.
Sin duda. Valladolid, Segovia, Burgos, Galicia, Rioja Alavesa y Madrid ahora. Estando en el mundo del vino, amando las diferentes tierras, no puedes deslocalizarte. Quiero decir que uno está apegado a la tierra, a las raíces donde te encuentras. Lo mejor es localizarnos en otros lugares.
.- Un día salisteis de Peñafiel (Valladolid), donde tenéis el embrión de Carraovejas.
Carraovejas fue el origen. Pero para poder abrir la mente y descubrir otras zonas, no sólo a un nivel vitivinícola, sino cultural, histórico, con toda su riqueza humana, que todo eso es también parte del vino, teníamos que ampliar la mirada, enraizarnos en otros lugares.
BODEGA de Carraovejas, en Peñafiel, bajo sus viñedos vallisoletanos.
Patricia es la directora técnica de Aiurri, en Leza, y de Fuentenebro en Burgos. Y están en el equipo Almudena, Laura, Javier… Se trata de crear una cultura interna que nos permita ir más allá, queriendo descubrir incluso otras zonas del mundo. Ojalá algún día podamos elaborar fuera de España también.
.- Escuchándote dan ganas de preguntarte ¿dónde paran tus sueños?
El sueño no tiene límites… Si explico el mío, tengo el sueño de elaborar en Champagne… pero hay zonas maravillosas en Italia, o en Francia. ¿Por qué no? Y en España quedan zonas maravillosas.
Nosotros hablamos de un sueño común compartido. No es mi sueño. Es el sueño de todo el equipo que formamos Alma, luchando y creciendo juntos en el desarrollo tanto personal como profesional.
No se trata de que lleguemos a un lugar determinado… La felicidad está en tratar de conseguirlo, para poder dejar algún día un legado a través de proyectos singulares.
ALMA de Carraovejas maridada con la atmósfera de Leza. (Foto Jose Miguel Rodriguez).
.- Te atrae la palabra “Alma”.
Me encanta.
.- ¿Y Pago de Carraovejas?
Pago de Carraovejas es el origen. Es una finca concreta de Peñafiel que tiene una fuerza muy importante. Alma Carraovejas es el conjunto de proyectos que engloba todo esto: Leza, Fuentenebro, Galicia y demás. De hecho, yo espero que dentro de treinta años los demás proyectos tengan la misma fuerza que Pago de Carraovejas.
La tendencia es que cada vez Alma sea más grande, y Carraovejas sea cada vez más pequeña. Es una manera de homenajear a mis padres, que empezaron con esto.
PADRE e hijo en la bodega Pago de Carraovejas, en Peñafiel, Ribera del Duero.
.- Carraovejas es el nombre de la finca originaria, lo digo para dejarlo claro a lectoras y lectores del Blog.
Ese fue el embrión. De ahí parten las semillas de los demás proyectos, siendo el que nos está permitiendo poner en marcha todo lo demás.
De Fuentenebro (Burgos) salió vino el año pasado por primera vez, en Galicia acaba de salir ahora. En Ossian son viñas que el Consejo Regulador nos permite trabajar a 10.000 o 12.000 kilos por hectárea, si bien nosotros trabajamos a 2000 kilos por hectárea, porque son viñas que no producen más, pero, eso sí, de una calidad y un patrimonio increíble.
.- ¿Cómo queréis desarrollar el proyecto en Leza?
Con la filosofía de Alma. Te diría que sintiéndonos guardianes del patrimonio, guardianes de esas parcelas que pueden estar a punto de ser arrancadas, porque la uva no es rentable para al viticultor, o porque las siguientes generaciones no tienen ese amor por la viña que tenían las generaciones anteriores…
Algunos quieren arrancar una viña en vaso para ponerla en espaldera, en ese concepto de competitividad que nosotros no sentimos.
.- ¿Cuál es la mejor “competitividad”?
La mejor competitividad es mantener vivo y bien cuidado el viñedo de entre 80, 100 o 115 años que da entidad a un lugar. Y más que un lugar, un viñedo que da entidad a un patrimonio de generaciones… y eso llevarlo a una botella.
LEZA, aún en otoño, se prepara para pasar el invierno… (Foto Jose Miguel Rodriguez).
Chispea en Leza. Por momentos pareciera que la Sierra se esconde tras un cortina de muselina. Nos trasladamos los cinco en el coche de Pedro, que ya conoce dónde están sus viñas, en este laberinto que a veces parece Rioja Alavesa, el planeta de las viñas de todas las edades y tamaños.
DENSA CORTINA de sirimiri, difuminando el paisaje, ocultando por momentos la Sierra.
Diría que Pedro conduce su vehículo con una especial emoción, más si cabe, que no sé si cabe más. Lo entiendo cuando me explica que me lleva a la primera viña que Alma Carraovejas compró en Leza.
Se trata de la viña centenaria Rozancos, donde habita un solitario guardaviñas, semiderruido, a punto de exhalar su último aliento.
CIENTO CUARENTA Y CUATRO AÑOS, desde 1877, y el guardaviñas aún sigue en pie.
“La gente que nos la vendió nos transmitió la idea de que nos vendían un legado, porque aquí están las cenizas de su padre. Se lo contaban a Patricia llorando”.
Patricia interviene para corroborar el recuerdo: “Nos dijeron que se quedaban tranquilos de dejarla en nuestras manos”.
«Fuentenebro, Ossian, Viña Mein en Orense, Leza en Rioja Alavesa… Son proyectos tan nuevos como cautivadores. Al final lo que tenemos es la responsabilidad de dar continuidad a ese legado, que da igual quién lo comenzara, porque al final solo somos una cadena del eslabón entre lo que nos hemos encontrado y lo que vamos a dejar».
«Hay una cita que nos gusta en Alma, de Mahatma Gandhi: “La tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos”.
DIRECTOR de Alma Carraovejas, «sosteniendo» una de las identidades de la Comarca.
.- Hemos visto ese guardaviñas semiderruido cuyas piedras levantaréis para volver a colocarlas en su sitio. ¿Es una metáfora de lo que venís haciendo? ¿Muestra a las claras vuestras intenciones?
Me siento tocado por tu pregunta… Que ellos hayan dejado ahí las cenizas de su padre, que nosotros podamos darle continuidad, y que ellos sientan que han dejado la viña en buenas manos, para nosotros eso es maravilloso.
Restaurar el guardaviñas es una metáfora preciosa.
Con él recuperaremos una de las señas de identidad de Rioja Alavesa, como son los guardaviñas. Y para nosotros es un símbolo de estar aquí. Es como sentirnos de aquí.
Siguiendo su impulso, Pedro quiere llevarme a un terreno sin viña, en Leza, donde quiere construir otro de sus sueños. La parcela de terreno tiene unos 4000 metros cuadrados. En ella quiere edificar un caserón de piedra, madera y cristales.
JUSTO AQUÍ plantará el sueño de un Caserón con vinos del mundo y cocina alavesa.
“Nos falta el nombre. Pero tenemos pensado construir un caserón grande, entre clásico y moderno, que respete la arquitectura de Leza, para hacer un restaurante con grandes ventanales con vistas a la Sierra, recuperando una zona de huerta para el propio restaurante, con el concepto del restaurante Ambivium de la bodega de Peñafiel, donde el vino será su principal referente, con una carta con miles de referencias, pero eso sí, con cocina alavesa. La idea está en proyecto”.
Llegamos más tarde de la hora prevista a la comida del Villa Lucía, donde amablemente nos recibe Juanma Lavín, que entiende sin mayor problema que Pedro Ruiz quiera que bebamos durante la comida las botellas de vino que se han traído de los otros proyectos de Alma Carraovejas.
VINOS para la comida que hicimos en el Villa Lucía, de Madrid, Valladolid y Burgos.
La comida será una conversación abierta en la que los cinco comensales nos contamos la existencia. Celebrando las vidas comenzadas, y una niña que viene de camino… Al final, en la hora del café y la pantxineta (es lo que tomará de postre Pedro por primera vez), mantendremos la última conversación grabada.
Me ha llamado la atención la etiqueta de la botella de Pago de Carraovejas, el «embrión». Le comento a Pedro que en cierta manera me recuerda a las que identifican las botellas de Remelluri de Telmo y Amaia Rodriguez Hernandorena.
RESTAURANTE Ambivium, en la bodega de Peñafiel, desde cuyo ventanal se ve el castillo
“Pago de Carraovejas es la identidad de una zona preciosa en el valle del Botijas, en Peñafiel, en orientación sur. Yo he crecido con ciertas ideas. Aquellas ideas decían que “el mejor blanco es un buen tinto”. Pues bien, hoy tengo casi tantos blancos como tintos.
“Durante muchos años nos hemos sentido orgullosos de ser los últimos en vendimiar en Ribera del Duero, pero hoy somos de los primeros en comenzar y los últimos en terminar, y en el resto de los proyectos es más o menos parecido.
“Ahora en Pago no estamos solo en la parte baja, orientación sur, no; ahora nos hemos ido a la zona alta, orientación norte, buscando más equilibrio y más frescura.
… VINOS de las distintas tierras de Alma dando sabor a la comida alavesa.
.- Cuéntanos más historias que hayan cambiado el pasado, Pedro.
En casa siempre viví eso de que “las estrellas MICHELIN eran un cuento sin mucho valor”, pero cuando obtuvimos una estrella MICHELIN en el Ambivium lo hemos vivido de una manera distinta.
.- Estás contando de dónde venís, subrayando los cambios que se han producido…
De ahí venimos, de Pago, pero quiero decir que hemos tenido una evolución importante. Y aunque mantenemos la identidad, diría que ha habido muchas cosas que han cambiado. Y si fuera por mí, cambiarían muchas más.
El éxito de Pago es que llega en un momento, los años 90 a la Ribera del Duero, desde un concepto moderno de viticultura, con el riego por goteo, la espaldera, todo a lo que hoy queremos darle la vuelta, incluso una vuelta atrás. En Pago hemos vuelto a plantar en vaso, las nuevas parcelas no llevan riego por goteo…
.- ¿Estáis en contra de la espaldera?
No. Pero vemos más belleza y equilibrio en las cepas en vaso, donde el proceso de maduración es diferente. También teníamos la intención de crear un gran vino, sino lo es ya, y seguir creciendo cualitativamente cada año. Por otra parte, allí tenemos Tempranillo, pero también Cabernet Sauvignon y Merlot… cuando hoy en día queremos recuperar las variedades autóctonas.
.- Es muy interesante conocer los pasos que habéis ido dando hasta llegar a Leza.
En la añada 2015 decidimos dejar de elaborar crianza y reserva para elaborar un vino de finca. Fue uno de los grandes pasos que hemos dado en los últimos años como concepto. Con ello tratamos de mejorar el vino, yendo más allá, al vino de finca y los vinos de parcela. Ahí buscamos qué tres palabras identificamos con Pago, y fueron origen, alma y emoción.
EDIFICIO de la bodega AIURRI, y algunas de sus cepas, en Leza.
.- ¿Por qué Origen, por qué Alma, por qué Emoción?
Origen por el germen que representa. Alma porque al final es donde ha nacido la cultura del detalle, porque otros proyectos hacen que Pago mejore. Emoción porque si no partimos de ahí, todo se pierde. De ahí nace Alma, que es lo que queremos transmitir en el resto de los proyectos que estamos poniendo en marcha. Queremos transmitir alma, valores, y una forma de entender y hacer las cosas.
.- Lo de Cultura del detalle, me parece hermoso. Suena a poesía.
Decimos que si somos capaces de cuidar los pequeños detalles, seremos capaces de cuidad las grandes cuestiones.
MESA de Laguardia llena de botellas-copas-y-palabras de tertulia, todo ello de VINO.
.- ¿Cuál es el mejor vino, si se puede plantear así?
No existe el “mejor vino”. Lo discuto con Emilio Rojo, que es un verso libre. Él dice que «cuando se apuesta por 6000 botellas de una u otra parcela, entonces «esto» ya no es un negocio». El concepto de ‘ser el mejor’ es un concepto nazi, piensa él. ¿Qué vino es mejor que otro? El que te guste más.
.- ¿Qué vino perseguís en cada lugar?
Tratamos de hacer el vino que saque la identidad del lugar, el que también nos represente, el que sea capaz de transmitir finura y elegancia, tratando de ser hoy mejores que ayer, pero mejores respecto a nosotros mismos, no mejor que nadie.
.- ¿Has encontrado en Leza, en la cata de los vinos de 2021, la huella de ese vino?
Es curioso. En la cata que hicimos hace dos meses, con la añada del 20, los vinos estaban muy buenos, pero no hubo la emoción que tú has vivido hoy con los vinos del 2021.
«NO existe ‘el mejor vino'», asegura Pedro Ruiz.
No es cuestión de hacer vino, es ver cómo lo queremos. Cuando lo haces y sientes esa emoción nada más entrar el vino en boca, la textura, la amplitud, la longitud… “Esto es”, te dices. “Esto es lo que estábamos buscando”. Luego gustará o no, se venderá mejor o peor, pero si no somos capaces de transmitir emoción en el vino que estamos haciendo, cómo seremos capaces de venderlo.
.- ¿Piensas como tu amigo Emilio Rojo que “no es una cuestión de negocio”?
Eso mismo pienso. ¿Cuántos litros de vino tenemos de 2020?, lo pregunto porque quizá no los saquemos al mercado. Volveremos a catarlo y veremos si nos encaja o no. Pero si vemos que no tiene que salir, no saldrá. No lo veo como una pérdida, sino como un aprendizaje.
.- ¿Cuál es el vino que crees debe salir de Leza?
Antes de responder, Pedro se me queda mirando sonriente. La pregunta le ha tocado. Es un hombre culto, con recursos suficientes. Pero está ponderando la respuesta.
TAMBIÉN quisiera preguntar lo propio a esta antigua y silenciosa cepa de Aiurri…
Echándole un capote, sus compañeros, que han permanecido callados durante las grabaciones, intervienen para cantar la tierra en la que estamos.
“En Rioja Alavesa -dice Guillermo Laguna, responsable de Viticultura en Aiurri (Rioja Alavesa) y en Fuentenebro (Burgos)- se respira cultura de vino nada más poner un pie. Siento cierta envidia, porque en Castilla somos muy desarraigados. Aquí se vive la raíz”, dice Guillermo.
«Elena, la mujer de Pedro, es la directora de proyectos de Alma Carraovejas, que la vamos metiendo en todos los berenjenales», apunta Patricia.
“Llevo viviendo muchos años en Castilla, yo que soy de Cádiz -añade Patricia Benítez, la directora técnica de Aiurri y Fuentenebro-, y he conocido gente estupenda, pero no me veía viviendo allí. Sin embargo aquí en Rioja Alavesa, siento que podría quedarme a vivir a criar a mis hijos, siento la zona como un hogar”.
CON Guillermo y Patricia en la sala de barricas de Aiurri, donde hicimos la Cata.
“Aquí te apetece vivir, haga un día bueno de sol o con una llovizna como la de hoy, un sirimiri generoso; pero hay otros sitios, donde lo que te apetece, en días malos, es morirte”, dice Guillermo para cantar Rioja Alavesa. Y hacernos reír a todos al unísono.
.- “Te están dando tiempo para que te pienses la pregunta del vino que crees debe salir de Leza”, le digo guiñando un ojo a Pedro.
Nosotros cambiamos hace tiempo el concepto de sentido de pertenencia por orgullo de pertenencia, porque orgullo de pertenencia es sentirse parte de algo, de la identidad de algo -arranca Pedro en un circunloquio-. Cuando me preguntan de dónde soy… yo nací en Segovia, pero no me siento segoviano, de una parte de Segovia sí, pero me siento de Peñafiel, y de Fuentenebro, de Leiro, me siento de Leza. Sí, me siento de Leza. Y estar en Gredos, a los pies de esa Sierra es una cosa muy bonita.
La sensación que he tenido cuando hemos catado hoy contigo, Julio, los vinos de Leza en la sala de barricas… ese mismo momento lo puedo comparar con el momento que hemos estado en la viña de Pozo Alto. Eso que hemos metido en boca es lo que queríamos transmitir. Yo me siento cómodo con ese vino. ¿Por qué te pasa con unos vinos y con otros no?
.- Ah, amigo mío…
BOTELLAS con las muestras para la Cata, con el dibujo del edificio de la bodega y la Sierra.
¿Por qué nos ha pasado hoy y no nos pasó hace dos meses? Hoy al probar los vinos en la bodega de Leza he sentido ALMA -dice la palabra con parsimonia, como si su significado le llenara por dentro-. Este es el camino. Estos son los vinos que deben salir de Leza, los que tú has catado con nosotros, queriendo luego volver a catar alguno que ya habías metido en boca. Esta es la línea… y el vino que hagamos el próximo año será mejor.
.- Usted perdone, señor psicólogo… Pero ¿qué dice la Psicología sobre el vino?
ÁGUILAS en el escudo, cual si fueran alas de un ángel que un día levantará el vuelo de la emoción en Leza.
Había un psicólogo, Mony-Elkain, que dice que lo que nos mueve son las emociones, que la vida está en la emoción. Yo me he traído su frase al vino. El vino es emoción. Hoy ha habido varios vinos que nos han emocionado a todos. Y cuando hay emoción, normalmente hay emoción para todos. Por eso en el futuro se acordarán de nosotros, por lo que les hicimos sentir.
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POR FIN!
La segunda parte de la entrevista se ha hecho desear. Es una conversación magnífica. Un detalle tras otro, casi un trabajo de orfebrería.
Si el mundo del vino te resulta fascinante, como es mi caso, aún quieres conocer más detalles… como en este caso es el motor que lo pone todo en marcha. Ongi etorri al alma de carraovejas, de todo corazón
Eskerrik asko!!
Eskerrik asko, Kepa
De repente he soñado que comía en ese futuro Caserón de Leza, con vistas a la Sierra de Toloño, con la emoción de los futuros vinos de Aiurri y la fabulosa cocina Alavesa. Ze gozoa!
Me haces reír, y te lo agradezco. Eskerrik asko, Begoña
La metáfora del guardaviñas de 1887, el que esta gente sensible quiere restaurar y poner en pie, es un latido que pone en pie todo el vello de mi piel. Zorionak!!!
Eskerrik asko, Maren
Con ideas, pasión y humildad… Están en uno de los mejores lugares del mundo para construir ese sueño que defienden con tanto ahínco en la Cultura de un Paisaje y Paisanaje espectacular, tan cargado de Historia.
Gracias, Lea
Todo lo que esté hecho con Alma y sensibilidad casa con nosotros, marida bien con Euskadi y, por tanto, con Rioja Alavesa. El viaje entre cepas, parcelas, viñas y la mesa llena de vinos del comedor resulta el viaje iniciático de una gran conversación. Maravillosa
Gracias, Pruden
Confieso uno de mis prejuicios, el que me mantiene alerta y en guardia. Desconfío de los que vienen de fuera de Euskadi a tomar plaza en nuestros santuarios. Rioja Alavesa es uno de ellos, sin duda. Pedro Ruiz me ha desarmado con la seriedad del proyecto Alma. Analizando las dos conversaciones, nos habla alguien honesto. Tiempo tendrá de poder mostrar la hondura de las ideas de todo su equipo. Que todos los que vengan tengan su hondura y emoción.
Gracias, Chelo
Me ha encantado la entrevista-reportaje.
He vibrado con vosotros. Son inspiraciones para Rioja Alavesa.
Muchas gracias, Asun
Hay alma y latido. He esperado a leer la entrevista completa para decir ahora que es un privilegio ser lectora de este blog que desentraña y explica los proyectos del mundo del vino, como este de Alma Carraovejas en el pueblo riojanoalavés de Leza. Hay alma y, por supuesto, hay información, espíritu, filosofía, psicología, todo en movimiento, de la bodega a las viñas, y de ahí al corazón de un empresario que se aventura en nuestra tierra, con buenos sentimientos y orgullo de pertenencia. El vino, ah, que Aventura!
Muchas gracias, Arene
Cuando leí la primera parte de la entrevista sentí que ojalá todo «forastero», que decía mi abuelo, al llegar a la comarca para quedarse lo hiciera con esa visión en su relación con ella.
He conocido y conozco recientes «forasteros» que no aportan, que vienen a enseñar, con una vocación de alterar tradiciones y cultura local. Sin la mirada humilde para compartir, dar y recibir en la misma medida.
Esta comarca y las que la rodean siempre han acogido al recién llegado, le han ayudado, enseñado y, por supuesto, aprendido de él. Y así seguirá siendo, no me cabe ninguna duda.
Aquí el tiempo, las añadas, cada vendimia… no pasa sin más, se acumula. Cada día que admiro este paisaje que ahora tengo frente a mí, te demuestra que lo bello es un placer eterno y que mantenerlo está en la mano de cada uno de nosotros y también, como no puede ser de otro manera, de todos estos «forasteros» virtuosos a los que acoger como oriundos.
Si no, cómo es posible que alguien como Patricia, la enóloga del proyecto, se exprese así: «podría quedarme a vivir a criar a mis hijos, siento la zona como un hogar.»
Estoy seguro que esta entrevista es el comienzo de una magnífica, provechosa y privilegiada relación entre Pedro Ruiz, su equipo y las gentes, paisajes y cultura del vino de Rioja Alavesa. Todos ganamos, brindemos por ello, desde el Alma.
Muchas gracias, César