Jun 11, 2019

Lo que no se dice, lo más profundo y desgarrador

Hablar de nuestra memoria del conflicto vasco, del tiempo de violencia que sufrió nuestro país. Hablar alrededor de una mesa, con una cena de por medio y un buen vino.

Afaloste

ENCUENTRO hecho de palabras sinceras, un puente trenzado con gastronomía y vino.

Veintidós personas de Bizkaia acudimos recientemente a un encuentro especial, hecho de palabras sinceras, gastronomía y vino. Financiado por la Secretaría de Derechos Humanos del Gobierno Vasco, e impulsado por el Foro de Asociaciones en Educación en Derechos Humanos, compuesto por 27 asociaciones de Euskadi.

El proyecto se llama Afaloste (“Después de la cena”)*, y consigue crear un espacio de respeto para hablar sobre vivencias y reflexiones del conflicto vasco. Un encuentro realizado con hondura… La comida, la bebida, entra pronto y bien. Otra cosa son las palabras sinceras que compartimos, las que aún estamos digiriendo.

Afaloste

CARTEL del sexto encuentro de diálogo y convivencia alrededor de una mesa.

Convivencia al pil-pil / Laboratorio gastronómico social.

Encuentro plural entorno a una mesa para conversar sobre la manera en que nos afectó y nos ha configurado a nivel social e individual la violencia de motivación política sufrida en Euskadi en las últimas décadas. Comida, Vino, Palabras arrancadas a la memoria de un tiempo convulso que estamos superando, que algunos creen ya superado, y que… sin embargo…

“No pretendemos que nadie convenza al otro. Queremos pensar de corazón y ponernos a reflexionar juntos. Hay temas que aún chirrían, a los que debemos dar su espacio. Mirémonos para reconstruirnos”, dijo Iñigo Retolaza, que dinamizó el encuentro.

Los comensales fuimos llegando al Txoko Umore Ona de Bilbao. Había que llevar un alimento asociado por los participantes con algún momento significativo vivido durante las últimas décadas de violencia. Con esos alimentos se inició la conversación.

Afaloste

LA ESCUCHA MUTUA tuvo lugar en el txoko Umore Ona de Bilbao.

Eran las siete de la tarde del pasado 5 de junio. En el txoko, junto a los socios que habían preparado una estupenda cena, estaban diversos miembros de Bakeola, Gernika Gogoratuz y la Fundación Museo de la Paz de Gernika.

Nos habíamos sentado en un círculo. Las miradas se cruzaban con confianza. Delante de nosotros se había creado un espacio de diálogo. No estaban todas las voces, pero cada uno de nosotr@s era una voz diferente, una memoria personal. Al ir hablando, los presentes nos estábamos sosteniendo unos a otros.

Itziar había venido al encuentro queriendo testimoniar otra historia. Pero se sorprendió contando un relato de su adolescencia, muy diferente al que había previsto. Las palabras de los otros nos conmueven… Queda tanto por hablar!

Afaloste

SEIS encuentros de Afaloste se han celebrado ya en Euskadi.

Todo es bienvenido en el ámbito de los Derechos Humanos. Euskera, castellano, diferentes ideologías. Todos los pueblos. Los barrios todos. Vecino a vecina, poniéndonos cara los unos a las otras, para hablarlo con tranquilidad y sumo respeto. Sin preguntas. Que cada cual se exprese como guste. O muestre su silencio.

“Vengo a escuchar y a aprender”, dijeron pronto dos personas. Los demás asentimos con la cabeza. Había gente diferente. Una activista social, dos feministas, dos marroquíes, varios profesores, una jubilada, los socios del txoko, dos periodistas, un médico especializado en cuidados paliativos… así hasta veintidós personas.

“Este ha sido nuestro ‘monotema’ desde que nacimos”, dijo uno de los participantes. “Para mí el conflicto vasco sigue existiendo”, dijo otra. “Reconozco que nunca he hablado de este tema… Igual es el momento de hacerlo”, se sinceró Cristina. “Representa la memoria de nuestro pasado de violencia. Hay un cierto miedo de hablar y mostrar lo que pensamos. Pero necesitamos diálogo”, dijo José Luis.

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PRIMERO hubo un monólogo de escucha en círculo, después pasamos a las mesas.

“Nunca he compartido mi experiencia fuera de la cuadrilla, pero reconozco que hablando vamos construyendo sociedad. Es una manera de superar el miedo al diálogo”, manifestó otro de los participantes. “Durante décadas hemos vivido alterados, consternados. Hay tantas memorias como personas en nuestro país”, aseguró un nuevo interlocutor.

Cada intervención era seguida con sumo interés. Todos los ojos favorecían el caudal de palabras. No nos conocíamos, pero nos estábamos reconociendo como la ciudadanía de una misma comunidad, de una sensibilidad deseosa de escuchar al otro.

Iñigo colocó en el suelo lo que llamó “la espiral del tiempo”. En el centro de la espiral situó un pequeño cojín, y sobre él un cuenco tibetano, para pedirnos que fuéramos dejando -según contábamos nuestras vivencias- el alimento que habíamos traído, para una vez trenzada nuestra memoria, tocáramos el cuenco, haciéndolo sonar.

Afaloste

ALGUNOS de los diferentes elementos situados en la «espiral del tiempo».

La estancia era un santuario de memoria personal, y colectiva, donde las palabras reverberaban entre nuestros recuerdos. No era un ritual, pero el ambiente se había tornado sincero y generoso por parte de tod@s.

El encuentro nos interpelaba de tal manera que, como en el poema de Xabier Lete, estábamos dispuestos a saltar la muralla, a decir nuestro pensamiento más profundo, a expresar aquello que normalmente no se dice a casi nadie, o a nadie. Las palabras volvían del exilio. Lo no expresado estaba tomando cuerpo. Cuerpo y alma.

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MIENTRAS se compartían mil palabras, las mesas del txoko esperaban…

Víctimas de un lado y otro

No lo he dicho aún, pero -sin que nadie se presentara como tal- entre los 22 había víctimas de un lado y de otro. Pero aún quedan palabras por escribirse.

Iñigo había traído un kurrusko de pan que nos llevó a su infancia, en 1975, poco antes de morir el Dictador, cuando la policía detuvo a sus padres en Salou. Una compañera del círculo nos contó a continuación su amistad infantil -a sus siete años- cuando en Elorrio era amiga del hijo de un Guardia Civil a quien ETA asesinó.

Aquel niño volvió con su madre al Sur. “Perdí a mi amigo. Perdí la inocencia”. En la espiral del tiempo dejó una onza de chocolate, aquel chocolate de los bocadillos compartidos de entonces.

Afaloste

LAS manos escriben lo que el corazón y la memoria cocinan…

Poco a poco, latiendo bajo los testimonios del círculo, fueron depositándose un huevo, una lata de alubias, un aguacate, una lata de pimientos, un paquete de arroz…

Cristina recordó que la noche que vieron en la televisión un documental sobre Yoyes, al poco de irse a la cama estalló en los bajos de su edificio una bomba de amonal en el concesionario de coches de la Peugeot. “Los cristales de las ventanas de mi casa saltaron por los aires… Yo era militante de LKI y aquel año no pude pegar los carteles de mi organización que pedían el voto para HB”.

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DOLORES González Catarain, Yoyes. Su asesinato fue un punto de inflexión en Euskadi.

Así llegamos a la botella de vinagre. Iñaki nos contaría en euskera que nació fuera de Euskadi porque su familia buscó el abrigo de otras tierras ya que a su aita -que trabajaba en el BBV- le habían exigido el “impuesto revolucionario”.

Empezaron a salir muchos nombres: los asesinatos de Dolores Gonzalez Catarain “Yoyes”,  las 21 víctimas de Hipercor, los de Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordoñez, Fernando Buesa, Isaías Carrasco, los secuestros de Aldaia y Ortega Lara, el atentado contra Eduardo Madina… También se habló de “la historia de los Etxabe” cuando mataron al único hermano que no era de ETA.

“Vinagre, traigo vinagre por tanto sabor amargo”, dijo Iñaki.

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LOS AUTOBUSES quemados por la «kale borroka» tuvieron también su espacio.

Alguien recordó que había sido fraile en el pasado, cuando daba clases en Arrasate, donde pasó los 18 años más importantes de su vida. “La parroquia nos había dejado unos locales. El párroco quería que nos fuéramos… así que extendió un bulo. Dijo que alguien había salido del local con un fusil al hombro, sembrando el virus de la desconfianza. Gracias a la amistad que nos teníamos aquella ‘semilla’ no fructificó”.

“Para tanto sabor amargo traigo Vinagre”.

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EN UNA ESQUINA de la «espiral del tiempo» quedó instalado el vinagre.

Di tu último verso / el más profundo

Itziar había venido al encuentro queriendo testimoniar otra historia, trayendo agua dulce. Pero se sorprendió contando un relato de su adolescencia. Su aita era barrendero en Elgoibar. «Le salió una hija díscola que en 1966 fue a Bermeo con su cuadrilla a una fiesta vasca». En el trayecto les paró la Guardia Civil, imponiéndole una multa de 25.000 pesetas. O pagaba o iba a la cárcel.

Afaloste

“Yo quería ir a la cárcel, por la épica que suponía y porque 25.000 pesetas eran una burrada para mi familia. Pero mi aita pidió un crédito y mi ama fue al Gobierno Civil a pagar la multa. Yo empecé a militar en la clandestinidad cuando la política era tabú. En Elgoibar se produjeron muchos atentados de ETA. Mis padres pensaban que yo estaba en la organización armada, cuando en realidad militaba en ELA movimiento socialista de Euskadi”.

Afaloste

LANZAMIENTO de basura y pintadas contra la sede del PNV de Donostia.

Otro compañero de confidencias de Afaloste regresó con su historia al año 1979, cuando él tenía 10 añitos. “Detuvieron a un primo mío de 18 años, al que torturaron en Comisaría. Recuerdo que toda la obsesión de mi tío era que no hubiera matado a nadie, que por favor aún no hubiera matado a nadie”.

Afaloste

MIGUEL ANGEL Blanco fue recordado en el encuentro de Afaloste en Bilbao.

Entre relato y relato reverberaba el ‘gong’ del cuenco tibetano. Y un silencio fértil. Alguien dijo que no sabía qué contar del Conflicto a sus hijos adolescentes. “Sólo hablo con los que piensan como yo. No sé qué voy a contarles a mis hijos. No es fácil… A veces pienso que el camino de salida es no hablar… como hicieron nuestros padres con nosotros durante el franquismo”.

En mi cabeza tenía mil historias. El periodismo me ha acercado -en mi época de Radio Euskadi- a momentos muy dolorosos de nuestro país, llegando con la unidad móvil de la radio al lugar del atentado antes que se personaran allí una ambulancia o la propia policía. Además de entrevistar y contar en un libro-plegaria un total de 36 episodios de violencia callejera. Un espanto y un dolor infinito por cada una de esas víctimas.

Afaloste

FUE importante que dialogaran tantos otros, para que ahora lo hagamos los demás.

En el Afaloste de Bilbao (ha habido otros cinco en Irún, Etxebarri, Amurrio, Gernika y Donostia) mi cabeza y mi corazón eran un torbellino de vivencias que me asaltaban con gran desorden.

Afaloste

PRESENTES Lagun y María Teresa Castells, cuando la cultura y la paz fueron golpeadas.

Así que salté la muralla y empecé a hablar. Sabemos que aún queda mucho por contar, por sincerarnos, por sostenernos. Por decirnos unos a otras. Tendremos que hablarlo y curarlo entre tod@s. Nadie de fuera podrá hacerlo. Un círculo es perfecto para sostenernos. Una buena mesa, unos bolígrafos, papel, una cena, unos vasos de sidra o txakoli ayudarán. Si hay vino, también hará lo propio. Si es de Rioja Alavesa, mejor que mejor.

 

Bertsolari… / Di tu último verso / el más profundo / lo que no se dice, / con el grito más / desgarrador. / Salta la muralla

-Xabier Lete-

 

*Los impulsores de Afaloste indican que la normalización de las relaciones es una tarea de toda la sociedad.

10 respuestas a “Lo que no se dice, lo más profundo y desgarrador”

  1. José Antonio Urreisti dice:

    La experiencia del Afaloste, muy bien contada por Julio, me ha hecho reflexionar.

    Abrir el corazón para que aflore el interior desde la libertad, permite poner palabras a lo que estaba encapsulado, abrirlo y expresarlo. Creo que supone una expresión profunda y sanadora que ayudará a generar escucha y empatía, de las que estamos muy necesitados.

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Muchas gracias, José Antonio Urreisti. De acuerdo contigo en la labor sanadora de abrirnos a los demás. Es posible que esta iniciativa cueste algo más en pueblos pequeños, pero… se hace camino al Andar. Al Dialogar con sumo respeto, escuchándonos. Un cordial abrazo.

  2. Kepa Urdangarin dice:

    La información me ha emocionado. Euskadi necesita este formato para este tiempo que vivimos. Aún hay que hacer un trabajo importante, mirando para adelante. Veo que existen unas normas de respeto a la opinión de todas las personas que acuden al Afaloste. Es una manera -otra, pero necesaria- de situarte frente a las múltiples realidades y experiencias vividas.

    Eskerrik asko!

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Eskerrik asko, Kepa Urdangarin. Me gusta que menciones lo que es una realidad notoria en nuestro país: la pluralidad y las múltiples experiencias vividas, tantas, en todas las partes, llenas de un dolor enquistado, que hemos de sacar compartiéndolo, escuchándolo, mencionándolo… Y si se puede, sanándolo (como dice José Antonio Urreisti). Un cordial abrazo

  3. Begoña Tudela dice:

    Qué bien ver que poco a poco los frutos de tantos años de trabajo discreto, de sumar por poco que fuera, de paciencia, manifestaciones en silencio y luchas por la paz de todas y todos

    Bai. Necesitamos estos foros como el pan (Y el buen vino) de cada día.

    Como el oxígeno!

    Mil gracias por este artículo en el blog de diálogo y poesía que viene siendo esta bitácora que se renueva día a día. Cantando a una Comarca, cantáis a Euskadi entera.

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Eres muy gentil con tus palabras, Begoña Tudela. Enhorabuena por sembrar. Hay mucha agricultura viva en este país. Hay mucha gente de buena voluntad. Semillas y más semillas. Muchas gracias y un abrazo.

  4. karmele dice:

    Muy interesante encuentro el de Afaloste. Que en un círculo se reúnan comensales tan diversos hará de la sobremesa algo muy enriquecedor, unos momentos para compartir vivencias y tratar de entenderlas saliendo así de los pensamientos únicos que a veces nos invaden.

  5. Neli Zaitegi dice:

    A través de la lectura de este blog, me siento muy cercana a Rioja Alavesa y sigo todos los post con mucho interés, aunque no los comente.

    Pero esta vez sí porque el reportaje ha sido tan bueno que no puedo dejar de decirlo.

    Construir una sociedad sana y cohesionada, donde todas las personas tengan su sitio, se construye paso a paso, sin prisa pero sin pausa, con cosas como estos afalostes. ¡¡¡Enhorabuena a quienes los organizan y participan y a quien los relatan tan bien!!!

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Muchas gracias, Neli Zaitegi. Paso a paso, así vamos, caminando hacia ese horizonte Utopía del que nos hablaba Eduardo Galeano. Un cordial abrazo, presidenta del Consejo Escolar de Euskadi.

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