“No cambio Villabuena por nada en el mundo, aquí tengo mi casa de piedra, aquí llevo trabajando en la viña desde que tenía 10 añitos, y tengo 66”.
Es un encuentro fortuito con José Ángel Besa “Carabinas” en “el pueblo que cuenta con más bodegas por habitante del mundo”, donde el matrimonio mexicano que vive en Dallas, Alberto y Silvia Carranco, está reformando una casa cercana a la suya, donde proyectan pasar largas temporadas una vez se jubilen dentro de diez años.
“Si habéis comprado una casa en Villabuena, debéis saber que en estos pueblos se mueren diez personas y nace una. Hoy aún es verano, hace un día de sol y cielo azul, pero ojo, que en invierno esto parece un cementerio”, les dice Carabinas a los Carranco de Texas.
.- Alberto, ¿te desanima lo que apunta vuestro futuro vecino?
Para nada. Ni a Silvia ni a mí nos desanima en absoluto. Como antes te hemos contado, Villabuena es nuestro mayor deseo, todo un proyecto de vida.
“Quiero que sepáis -concluye Carabinas- que mi casa siempre estará abierta”.
El diálogo con “Carabinas” tuvo lugar después de mantener con Alberto y Silvia, el pasado miércoles día 21 de septiembre, una conversación en el hotel Viura de la localidad, donde comprobé que Silvia y Alberto viven amparados dentro de un sueño, blindados contra todo desánimo.
Desde Dallas, y en plena pandemia de 2020, estos dos amantes del vino de Rioja compraron en Villabuena una casa de principios del XVIII, con poderes notariales de por medio.
Empleado él en el Banco de Santander y ella en una de las más importantes empresas de Seguros de Norteamérica, ambos han puesto toda su ilusión y su entusiasmo en Villabuena y en Rioja Alavesa.
El pasado mes de abril Silvia realizó por escrito un comentario en un artículo del Blog. Así conecté con ella. Lo que no sabía es que gracias a otro artículo del Blog, ellos habían contactado con el norteamericano David Gluck, de Atlanta, que en su día también compró con su esposa Jessica una casa y un terreno en Villabuena.
.- Si habéis comprado una casa en Eskuernaga, a 5000 kilómetros de vuestra casa de Dallas… alguna “culpa” tendrá el vino.
Ay, Dios mío. Te voy a contar brevemente la historia. Alberto y yo nos conocemos desde niños, ya que éramos vecinos. Vivíamos en lo que llamábamos Las Colonias, una miniciudad dentro de la ciudad, en el área metropolitana de México.
Nos conocimos, nos hicimos amigos, nos enamoramos y nos casamos.
Nuestro primer contacto con los vinos de Rioja viene de cuando éramos novios, en México. Los vinos de Marqués de Riscal eran muy conocidos en México, o los vinos de Bodegas Faustino, o los del Marqués de Cáceres. Son nuestros primeros vinos de juventud.
«Una ilusión que nada ni nadie podía parar»
.- ¿Cómo acabasteis comprando una casa en Villabuena?
Alberto y yo hemos vivido de ciudad en ciudad, hasta llegar a Dallas (Texas), donde ahora vivimos con nuestros dos hijos.
En México tuvimos una casa de campo en Tequisquiapan, en una zona cercana a un campo de golf, que vendimos porque decidimos que no íbamos a ir tan seguido a México, y con ese dinero pensamos comprar una casa en España.
.- ¿En qué lugares de España pensasteis?
No queríamos una zona de mucho calor, porque para calor ya tenemos Dallas. Como nos gustan los vinos de Rioja, nos decidimos a buscar una casa en estos lares.
.- ¿Qué año fue eso?
Eso empezamos a hablarlo en 2019, un año antes de la pandemia. Como el coronavirus no nos permitió viajar en los primeros meses de 2020, nos pusimos a buscar por Internet una zona, un pueblo, a ver qué había.
Un día contactamos con el constructor César Martínez, de Logroño, al que le dimos un poder notarial para que él pudiera comprar en nuestro nombre una casa, y luego la reformase.
.- Pero una casa, ¿dónde, en qué pueblo, por qué?
Nosotros queríamos comprar una casa en Rioja, donde está el viñedo y las bodegas. Nos pusimos a mirar en Google Maps pueblo a pueblo. Íbamos de pueblo en pueblo, y en cada pueblo veíamos las bodegas que había, hasta que al llegar a Villabuena aparecieron un montón de bodegas, tanto como ¡cuarenta y tres!
.- Ese dato os hizo deteneros aquí con Google Maps.
Vimos que en Villabuena es donde más bodegas per cápita hay en el mundo. Nos encantaba la idea de vivir en el pueblo donde más bodegas hay por habitante del planeta.
.- Qué me decís!
Así fue como encontramos la casa, porque queríamos vivir en una casa en mitad de un pueblo, estando en el mero ambiente.
.- ¿Cómo es vuestra vida en Dallas, en Estados Unidos?
Realmente vivimos en un lugar bonito, con muchas comodidades, en la ciudad de Dallas, Texas. Pero ahora queríamos una zona rural. Por eso nos encanta esta casa de piedra antigua que vimos por Internet.
Un día contactamos con la dueña, que nos tomó de broma. Pero le insistimos varias veces, hasta que nos creyó.
.- En aquella época, en pleno confinamiento no podíais viajar a Europa.
Teníamos tal ilusión que nada podía pararnos. España había cerrado sus puertas, es cierto, pero nosotros contactamos con el constructor de Logroño, César Martínez, de construcciones Valentín Martínez, que buscamos por Internet. Vimos su trabajo, su perfil, nos dio confianza, y le pedimos que fuera nuestros ojos en Villabuena.
.- Todo fue Online, como tantas cosas hoy.
Contactamos por Zoom, y él fue atendiendo todas nuestras peticiones. Así que en cuanto abrieron las puertas para poder viajar, en julio de 2020, nos vinimos para acá.
.- ¡Qué emoción, no!
Imagínate! Llegamos al aeropuerto de Bilbao, después de haber aterrizado antes en Ámsterdam, y alquilamos un coche para viajar a Villabuena.
.- ¿Albergabais algún temor? ¿Pensasteis por un momento que os podías haber equivocado?
No, porque César había hecho un análisis completo de la propiedad, una casa que nos vendieron en un precio, pero que en realidad, si nosotros quisiéramos, la podríamos revender por un precio mayor. No era nuestra intención, pero la casa era en sí misma una inversión.
«Carranco Etxea, Ongi etorri»
.- Aquí en Villabuena también vive una pareja norteamericana que compraron, como vosotros, una casa que luego reformaron.
Siii, hablé con David Gluck (dice Alberto). Lo supimos con antelación porque habíamos leído la historia en tu blog.
.- La leísteis en Dallas.
Así fue.
.- Ellos comenzaron viviendo en el hotel Viura (donde estamos haciendo la entrevista) y finalmente compraron la casa y un terreno anejo.
Leímos la historia en el Blog Rioja Alavesa. Luego contacté con David por el Messenger de su Facebook. “Hello, my name is Alberto Carranco…”. Le expliqué todo, a lo que él me contestó diciendo “Ongi etorri”.
.- Jajaja (reímos los tres). Ahí tienes a David, un norteamericano de Atlanta (Georgia), con casa en Villabuena, contestándote en euskera. Eso es magnífico
Llegando con el coche vimos los viñedos, la Montaña… Ay, nos encantó, por favor, nos encantó.
Cuando nos estábamos acercando al pueblo detuvimos el coche e hicimos la foto en la parte superior del pueblo. Antes de ver la casa nos dimos cuenta del lugar que habíamos elegido. Era el lugar perfecto. Nos parecía estar viviendo una película.
.- Habíais arriesgado, pues en algunos momentos fue una película de un cierto suspense.
Esa duda la tuvimos, es verdad. En algún momento nos preguntamos si realmente existiría la empresa que nos había hecho de intermediaria en todo. Pero la verdad es que teníamos más certezas que dudas.
.- Fue casi casi una cita a ciegas
Exactamente. Teníamos que descubrir la belleza real de toda la zona, y luego hacer lo propio con el alma de estos pueblos medievales.
.- Y teníais que descubrir al paisanaje, a las personas que aquí viven y sueñan hoy.
Nosotros no teníamos la dimensión de los pueblos, no sabíamos qué tan cerca estaban las calles, ni las casas.
.- Vosotros vivís en una gran urbe norteamericana, muy poblada.
Claro. Dallas tiene un millón doscientos mil habitantes.
.- Mientras Villabuena de Álava / Eskuernaga tiene 287 habitantes.
Mira la primera foto que yo tomé de Villabuena. Antes de esa foto, en el cruce con Samaniego habíamos visto Bodegas Baigorri, donde paramos en su terraza para contemplar tan increíble paisaje. “Oh, my God”, exclamamos.
.- Qué nuevo sentimiento os inspiró.
“De aquí somos”, nos dijimos. “A este lugar empezamos a pertenecer”. Nos vimos ya en este lugar.
.- ¿Tenéis hijos?
Dos, uno de 25 y otro de 23 años, que ahorita están yendo a Laguardia. Y el pasado lunes conocieron la casa.
.- Bien, nos habíamos quedado en que aún no habías llegado a la casa.
Déjame platicarte. En su día habíamos hecho el Camino de Santiago, llegando un día caminando a Logroño por el camino francés. Entonces conocí -dice Silvia- pueblitos que me encantaron. Pues bien, Villabuena ocuparía en ese ranking el primer puesto.
«Nos enamoramos del País Vasco. Punto. Esto lo dice todo», añade Alberto.
Cuenta Alberto que sus abuelos son gallegos; uno de ellos, Francisco Díaz, era de un pueblo de Lugo, Piedrafita del Cebrero. Una de sus abuelas nació en Orense, y la otra en Celanova, Encarnación Ribero Dorado.
«El abuelo Francisco se fue primero a Cuba, lo mismo que mi abuela. Se conocieron y se casaron en Cuba. Mi madre nació en Cuba en 1940, y en 1959 se marcharon de Cuba al triunfar la revolución de Fidel Castro».
.- Sin esos hechos históricos tú no hubieras nacido, ni la señora de Villabuena te hubiese vendido su casa de piedra. Ni yo estaría haciendo esta entrevista.
Seguro. Así que le debo mi existencia a Fidel Castro, jajaja. Mis abuelos me criaron y el primer idioma que aprendí a falar fue el galego. Estuve unos años en Brasil, así que cuando ahora quiero hablarlo me sale portugués.
.- Vamos al encuentro con la casa. ¿Cómo fue aquel instante?
No nos defraudó. Sabíamos que era antigua, pero no sabíamos en qué año se había construido hasta que Francisco Martínez de Cañas, escritor de Villabuena, nos lo dijo. “Esta casa debe ser como de 1710”. Nosotros nos volteamos y nos dijimos “Fíjate, en 1710 México no existía como país, ni Estados Unidos tampoco”. Por entonces México formaba parte del virreinato de la Nueva España.
.- Contadnos ese momento en el que veis la casa de Villabuena por vez primera.
Fue hermoso, pero sencillo. Vimos la casa, entramos, comprobamos que el piso tiene un techo muy bajo, las dimensiones nos parecieron adecuadas, si bien pensamos que necesitaríamos algo más de espacio. Y justo al lado había como una lonja. Pensamos en comprarla y ampliar la casa.
Así nos enteramos que aquella lonja pertenecía al señor Frías del Val, que falleció poco después.
.- Sus hijos Gabriel y Vicente tienen bodega y unos grandes vinos.
Su vino blanco es muy bueno, y qué decir del reserva.
Total, contactamos con ellos para decirles que les queríamos comprar la parte de al lado. Nos dijeron que sí, pero poco después falleció el papá, así que esperamos un tiempo, hasta que un día fuimos al notario de Laguardia para dejarlo zanjado.
.- ¿Cuántas veces habéis viajado a Villabuena en estos dos años?
Tres veces. Fue en el segundo viaje cuando compramos la ampliación de la casa.
.- ¿Con qué sensación volvisteis a Dallas tras vuestros dos primeros viajes?
Con la sensación de que quiero terminar lo que tengamos que hacer en Dallas y nos queremos regresar.
Hoy tenemos 55 y 54 años, y estaremos allí en activo hasta los 65 años, pero estando allí en Dallas, estamos todo el tiempo pensando en volver.
.- ¿Qué habéis descubierto en estas tierras?
Cómo respetan ustedes la integridad de los pueblos, cómo los embellecen.
Nuestra idea de la casa era comprar un pedacito de historia, y respetar la fachada. Al interior le daremos un toque de modernidad. La casa es para que la familia la disfrute de generación en generación.
.- Hoy sabéis que estáis en Álava, en Euskadi.
Sí, por supuesto. Nos dimos cuenta que la gente aquí es de palabra. Te aseguro que quiero aprender euskera (dice Alberto). A pesar de que es un pueblo, aquí se siente el amparo de un Gobierno autónomo.
Tengo la impresión (dice Silvia) de que aquí no son totalmente conscientes de la gran riqueza que tienen. Si trasladaran esta riqueza a lo que tenemos en Estados Unidos, bueno, bueno… Los norteamericanos hubiera hecho con Rioja Alavesa algo mucho mejor que Disneylandia.
.- Jajaja, no por favor.
Nueva York se quedaba corto. Lo que quiero decir es que el potencial de todo esto es increíble. Yo hablo de Rioja Alavesa (Silvia), que es impresionantemente bonito.
Pues yo hablaría de todo Euskadi (remacha Alberto), qué decir de San Sebastián o de Bilbao.
.- ¿Pero quién quiere aquí una nueva Disneylandia, por favor?
Claro -contesta Alberto-. Qué bueno que no ha sucedido eso, porque todo lo que tiene Rioja Alavesa es lo que la mantiene como está.
.- ¿Y qué me decís del vino y de las bodegas que habéis descubierto?
(Antes de contestar, Alberto lleva los hombros hacia arriba, cierra los ojos y resopla).
.- ¿Qué quieres decir con esos gestos?
Estoy imaginando que me tomo una copa de Luis Cañas, o de Viña El Flako de los hermanos Frías del Val… He de decir que nos hemos llevado vino de aquí a Dallas, donde, tras probar el vino, nuestros amigos quieren cambiarnos una botella de Rioja Alavesa por varias botellas de vino norteamericano.
.- Sabéis que Rioja Alavesa exporta a más de 80 países, habiendo subido últimamente las exportaciones en USA y, entre otros países, en México y Canadá.
En México el vino es exageradamente caro. Para encontrar allí un vino equiparable al Flako o a un Luis Cañas, has de pagar cuatro veces más.
Hablábamos antes del potencial, pero mira este hotel Viura en Villabuena, qué maravilla, tan bonito, tan moderno, tan increíble. Un hotel así te reconfirma que estamos en el lugar correcto.
.- ¿Cómo habéis contado Rioja Alavesa a vuestros amigos de Dallas?
Bueno, ahora todos quieren venir, cuando me dicen que les describa el pueblo, les digo que es una combinación de un pueblo medieval con Napa de San Francisco. Imagínate Napa, quita los chalets, y en su lugar coloca un pueblo medieval.
.- ¿Qué impresión tienen vuestros dos hijos?
Alberto y Adrián están encantados con el proyecto de la casa.
Nuestros hijos dicen que se ven en un futuro viniendo aquí con sus familias. Aún no son tanto de vino como nosotros, aunque el mayor ha empezado a tomar aquí una copa de vino con las comidas.
.- ¿Qué me decís del resto de pueblos de la Comarca que habéis conocido?
Elciego y Laguardia nos han encantado. No hay cosa que no nos maraville. La comida es excelente, espectacular, eso es lo que de momento les ha encantado a mis hijos. Eso los ha matado.
.- ¿Qué idea alentáis cara al futuro?
En el futuro queremos retirarnos a Villabuena, pasando largas temporadas aquí, y el resto en Dallas.
.- Qué día volvéis.
El viernes (por el viernes pasado), pero si pudiera me quedaría… un par de años más, jajaja.
Ya tenemos afianzado el tejado de la casa, pero aún hemos de planificar todo el interior, después de consolidarla, queremos que sea una casa inteligente, con una cocina grande con el refrigerador grande, con Internet…
.- ¿Tendrá nombre la casa?
Quizá se llame “Carranco Etxea”. Y en algún lugar dirá “Ongi etorri, Carranco Etxea”, en grande, para que se vea que la gente que entre se sienta bienvenida.
.- ¿Era un sueño?
Es todavía un sueño, Julio. Aún lo estamos soñando. Lo estamos construyendo. Soñamos que aquí algún día vengan nuestros hijos y nuestros nietos a visitarnos. Hoy es un proyecto. Esta casa hoy es nuestro bebé.
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Qué buena historia, maestro! Con norteamericanos como ellos da gusto compartir territorio. Ongi etorri!
Eskerrik asko, Aguilera
Somos un gran pueblo, somos un gran árbol cargado de Historia y Cultura, un viejo roble con profundas raíces y brazos/ramas abiertas al mundo.
Digan lo que digan, somos un pueblo abierto , generoso, muy hospitalario. A esta familia mejicana les auguro un futuro confortable, de amigables veladas en un entorno cargado de magia y una belleza que llega al alma.
Mila esker, Taula
Hay que llenar de sueños y de buena gente, que viene a ser lo mismo, el campo de Euskadi, de España y del Mundo entero. Cuando sea mayor yo también quiero irme a un pueblito txikito ?
Eskerrik asko, Gotzon
Vecinooooos! Nos alegra leer que compartimos las mismas emociones sobre este lugar tan especial. Sin excepción, al primer vistazo a Villabuena después de cada largo viaje que emprendemos para llegar a ese rincón del mundo nos embarga la cálida e inconfundible sensación de llegar a casa.
¡Les deseamos todo el disfrute que nos ha brindado nuestro viaje y dos copas más (al menos)!
La Familia Gluck
Muchas gracias, David
Hola Alberto y Silvia. Mi felicitación más sincera. Con la compra de una casa en nuestro pueblo ya sois parte de su historia. Espero y deseo que se hagan realidad todos vuestros sueños. Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Francisco
Qué historia tan bonita. A veces no valoramos lo que tenemos.
Y pensar que era la casa de mi tía Nati…
Ongi Etorri, Alberto y Silvia.
Muchas gracias, Elvira