Vendimia paradójica la actual porque será precisamente la crisis la que pueda conseguir el mejor vino elaborado hasta la fecha, según la mirada del bodeguero de Laguardia.
Javier San Pedro Ortega no se queda ahí. Asegura además que la Comarca tiene en sus viñas el santo y seña para conseguir “vinos armoniosos y precisos” en tal cantidad que no los hay en ningún otro lugar del mundo.
Lo dice quien, a sus 36 años, posee entre sus reconocimientos el «Best Of» de las grandes capitales mundiales del vino, el Joven Bodeguero del año 2022, según Atkin, y el de Joven Empresario del Año de Álava 2023.
“Mis vinos mejorarán con la crisis”, asegura con convicción.
No es sólo un deseo de Javier, que se confiesa “camaleónico” para adaptarse a los cambios. Es más. Es la certeza, la promesa y la convicción de un bodeguero que cuenta con otros dieciocho corazones de pasión y locura en el equipo de esta bodega de Laguardia.
Hay tregua y a la vez no hay tregua en vendimias. Pareciera que se firma entre el amanecer y el ocaso, de sol a sol, un tiempo muerto en el juego de primero vendimie y luego ya hablaremos.
Ya hablaremos cuando la vendimia deje paso a la guerra contra la crisis que vive globalmente el sector del vino. Firmemos, si se puede, el armisticio mientras la cosecha del año entra en bodega. Habrá tiempo para continuar con la batalla cuando se recoja el fruto de todo un año.
En esta bodega de Laguardia el ambiente es realmente bueno. Bromean entre ellos, se abrazan y sonríen, se cuidan. Todo dentro del intenso meneo de tractores y la cinta de selección, mientras algunos blancos ya están fermentando en los depósitos.
Hoy está previsto que lleguen doce remolques con uvas. Seis de otros productores y otros tantos de uva de viñedos propios. Entre tractor y tractor que llega a puerto, la lucha de tod@s resulta la mejor promesa.
«Nos afecta a todos»
.- ¿Tu ánimo en esta vendimia de 2024 es el mismo ánimo de otros años, Javier?
El mismo. En la vendimia lo paso bastante mal por la tensión que acumulo, porque quiero ser preciso y estar encima de todo, porque duermo poco, metiendo muchas horas en bodega, pero luego, durante el resto del año lo recuerdo como el mejor momento de cada añada.
.- ¿Cómo influye la situación de crisis del vino en la vendimia actual?
He conseguido evadirme a pesar de la situación actual. Quiero centrarme en la bodega y los tractores que entran. Ya solucionaremos después lo que sea.
.- ¿A qué problemas tendrás que enfrentarte después?
No se vende el mismo vino que antes, Julio. Es algo que nos afecta a todos.
Fue de repente, a partir de la tercera semana de junio se registró un parón a nivel mundial de consumo de vino. Me cuesta entenderlo, porque no me creo que a partir del 20 de junio mucha gente dejara de beber vino, pero es lo que hay.
Trabajar muchísimo más, aún más
.- ¿Qué ha podido pasar?
No lo sé. Me gusta contar con las estadísticas y los números del mundo del vino. Y eso es lo que nos dicen. Por nuestra parte estamos trabajando muchísimo más que antes para vender lo mismo que el año pasado.
.- Supongo que esa es la actitud, Javier.
Trabajamos muchísimo más que antes, que ya era mucho, y a pesar de eso he de decir que me siento afortunado.
.- ¿Eres optimista? ¿Volverá algún día todo a la normalidad?
Creo que la capacidad nuestra de trabajo y de esfuerzo es brutal. Para trabajar en esta bodega hacen falta dos cosas: capacidad de esfuerzo y buen humor. Si las cosas se tuercen aún más, lo vamos a pasar mal todos, pero con esa actitud navegaremos.
.- He visto una cepa con sus raíces encadenada a la cruz de San Andrés dentro de la bodega. ¿Representa la crisis?
Viene a decir que en la bodega siempre hemos ido al límite. Este es un curro de locos. Esa cepa “crucificada” es para mí un símbolo de lo que es el vino para nosotros, cual es el dolor y el placer. Está bien reflejado en esa cepa atada a la cruz de San Andrés.
Lo que no pasa en ningún otro lugar del mundo
.- ¿Es sentir que vives entre el tormento y la esperanza?
Tengo muchísima esperanza en la zona nuestra.
Veo además lo que pasa entre bodegueros y enólogos, que compartimos un montón de información con muy buen rollo. Nos echamos muchas manos. Cada cual hace sus pruebas, las comparte, y esto creo que no pasa en ningún otro lugar vitícola del mundo.
.- “Esperanza en la zona”, dices.
Nuestro suelo es más propicio. Es algo extraordinario que en un corrito pequeño de viñas, que se extienden por una superficie entre la Sierra y el Ebro de 14 x 50 kilómetros, haya 50 ó 60 bodegas muy buenas, que también las hay fuera de Rioja Alavesa… No es que aquí estemos los mejores, sino que tenemos unas viñas más ventajosas para ello, y así es más sencillo llegar a ese punto de calidad.
.- ¿Hay mimbres para que cuando se pueda sacar la cabeza de la crisis, esta Comarca sea de las primeras en salir adelante?
Creo que vamos a pasar por un desierto en el que se va a quedar mucha gente,… espero que no estemos entre ellos…, y a partir de ahí se regulará todo. Y sí, todo el intenso trabajo, el sobre esfuerzo que estamos haciendo las bodegas, va a florecer a nivel internacional.
Gran interés por Rioja Alavesa
Es más, hemos pasado en estos diez años de que la Rioja fuese algo casposo a que de repente haya un interés enorme de los sumilleres en la zona nuestra de Rioja Alavesa, enfocándose en la cantidad de vinos armoniosos y precisos que hay aquí.
.- Dices que se va a quedar gente por el camino, y esperas que no seáis vosotros. ¿Te habita algún miedo?
A mí no. Soy muy camaleónico y me sé amoldar a todas las situaciones, pues mi bodega nació en plena crisis, en enero de 2014, y salimos a flote. Conseguimos encontrar la ruta de facturación para seguir estando todos aquí. Y ahora lo haremos igual. Estoy seguro.
.- Eres consciente del drama que está en marcha en la Comarca. desde hace tiempo. ABRA cifra en 96 las bodegas que han cerrado en los últimos diez años, con la pérdida de más de 700 puestos de trabajo.
Es el ajuste de todos los cambios habidos. Mi abuelo vivía de vender graneles, con un mercado regional. Mi padre empezó vendiendo graneles a la vez que botellas de vino, olvidándose de los graneles hace años.
No es viable el mercado del cosechero… Ya no se puede trabajar como se hacía antes. También sé lo que implica vender botellas, con un mercado que se ha puesto muy duro.
«Se debe cazar con hambre»
.- ¿Cómo es el nivel de comunicación entre dos bodegueros como tu padre y tú, él desde su Bodega Vallovera, y tú con la bodega que lleva tu nombre?
Nos dejamos máquinas, nos queremos, pero mi forma de interpretar los vinos es diferente a la de mi padre. Por Vendimias él está en su cueva y yo en la mía. Cuando nos juntamos dejamos los temas profesionales del sector a un lado.
.- ¿Preferirías que no hubiera crisis, o de esta manera la vida te pone ante el reto de salir adelante en medio de la adversidad?
En cierta ocasión escuché que ‘se debe cazar con hambre’. La crisis me hace mejorar mucho mis vinos. No me apetece pasar por una crisis, y menos por ésta, pero sé que mis vinos van a mejorar.
.- ¿Cómo se hace eso?
Sencillamente porque voy a necesitar hacer mejores vinos que los demás para que me compren a mí en vez de a ellos, porque no voy a entrar en un juego de precios.
.- Hay un eslogan vuestro “Piensa menos, Siente más”…
.- ¿Te obliga la crisis a pensar más y sentir menos?
Nunca he dejado de pensar, pero el “piensa menos, siente más” nació cuando nadie conocía nuestros vinos y mi intención es que viniesen a la bodega y se dejasen llevar, olvidándose de las marcas, los puntos, que viesen lo que hacemos y que luego juzgasen.
Pero cuando tienes que organizar una bodega de nuestro tamaño, pensar piensas mucho y todo el rato.
Dirijo una orquesta con 18 personas
.- ¿Qué has pensado estos meses en tus salidas solitarias en bicicleta al llegar la tarde?
Me retro alimento en el silencio, es verdad, mientras voy pedaleando.
.- ¿Haz balance de urgencia de estos diez años?
Tengo un afán inconformista que me hace estar en constante movimiento, y crecimiento. He disfrutado poco… salvo ahora, que me tomo las cosas de otra manera.
.- ¿Soñaste hace diez años con tener lo que tienes ahora?
Para nada. Y sin embargo quiero más. Quiero tener otras máquinas para la bodega, ampliarla, tener más viñas… Mi vida ha cambiado mucho. De ser un hombre orquesta, de tocar todos los instrumentos, de hacer de todo un poco… ahora dirijo una orquesta con 18 personas.
.- ¿Eres el jefe y quizá… el amigo?
El respeto se gana trabajando. No vale con decir soy el jefe. Hay que demostrarlo. Algunos pensaron que me marché de casa porque me dieron una nueva bodega, y eso no ha pasado nunca.
En Laguardia me he ganado el respeto porque me ven un domingo con el tractor, o me ven entrando en la bodega… y ven que no paro. Es el trabajo el que dignifica.
«Pensé que iba a tener bodega para 40 años»
A mi mujer le digo que en los últimos doce meses se le ven los galones al andar.
A Noelia se le veían siempre. Pero mi mujer lleva una temporada con una actitud de demostrar eso que te digo.
.- ¿Qué sueñas para los próximos diez años?
La bodega va a existir seguro, lo tengo súper claro.
Y será una bodega más grande en capacidad y en espacio, que estamos un poco apretados. Cuando la hice pensé que iba a tener bodega para 40 años, y la realidad es que se nos ha quedado pequeña.
Los vinos que sacaremos al mercado el año que viene subirán dos escalones. No sólo en los vinos de alta gama, sino también en el vino joven, o en el crianza, que estarán muy buenos, que son la base y los pilares de una bodega.
.- ¿Cuántos vinos salen hoy de tu bodega?
Dieciocho.
.- ¿No son muchos?
La bodega gira realmente en torno a cuatro vinos: Levantadas (blanco), Nunca jamás, Anahí (semidulce) y Viuda Negra crianza. Luego están los vinos parcelarios, que por suerte los vendemos por adelantado en premier, y luego los vinos de rotación de abajo, para los que tampoco necesitamos un gran esfuerzo comercial.
Nos esforzamos realmente con cuatro vinos. Lo demás va solo.
Vinos que reflejan la zona y un estilo personal
.- ¿Me dirías cuál es tu mejor vino?
El vino más elegante que elaboramos es Taconera, pero los dos vinos que van a mover la bodega en un futuro muy cercano, y desaparecerán otros, serán Levantadas y Nunca Jamás.
.- ¿Por qué?
Ambos reflejan muy bien lo que es la zona.
Tanto el blanco como el tinto nos representan, reflejando además un estilo personal. Son nuestra punta de lanza.
.- “Nunca jamás”, el país de Peter Pan, el de los niños y niñas que se niegan a crecer.
Somos una bodega de gente joven, divertida, fresca, tanto en los vinos como en el personal de la bodega. Dentro de poco se casa un amigo y le enviaré el vino “Nunca jamás”, jajaja, algo me rechina. ¿Cómo que Nunca Jamás? Pero tiene alma. Hay que mantenerse joven.
.- Si lees a los clásicos te aseguran que con 70, con 80 años, como dijo Víctor Hugo, mantienen el fuego dentro.
En estos días de vendimias digo que “estamos a fuego” por toda la pasión que está en marcha. Me hace gracia cuando subimos a Laguardia a cenar y nos dicen “para un período que tenéis de trabajo al año”… Pero aquí no paramos nunca. Estamos siempre a fuego. Hay que trabajar mucho, pero mucho, y viajar mucho, para vender botellas de vino.
«Vendrán días mejores»
.- ¿Quién dijo Pasión?
Tú eliges. Pasión, locura y todas las ganas del mundo, o dejarte morir.
.- Con los premios y reconocimientos obtenidos, ¿qué es lo que más te ha reconfortado en estos diez años?
Me llena mucho que haya gente que se beba un vino tuyo y te envíe un correo para decírtelo. Algo que yo jamás haría. Y ya lo que me deja alucinado es que tenemos muchas fotos de gente que ha venido a vernos y se ha tatuado en la piel para siempre el “piensa menos, siente más”.
También el reconocimiento de Tim Atkin en 2022 está muy bien.
.- ¿Cómo animar a tus colegas de Rioja Alavesa en estos momentos?
Todos saben que no hay nada fácil, y que se pasa mal, pero que luego será muy gratificante.
Hay que pasar por esas noches malas y saber que vendrán días mejores.
Hay que ser lo más precisos en tus vinos, porque cuando tienes un vino bueno es más fácil venderlo que cuando el vino está justito. No vale con tener una etiqueta bonita, porque eso vale para vender una vez.
Es mucho más que una «tormenta»
.- Estamos en una zona privilegiada, según tú mismo destacas.
Sí, y todos podemos hacer grandes vinos. No conozco a todo el mundo, pero ayudo en lo que puedo, créeme. Hay que mentalizarse de que lo vamos a pasar mal porque las cosas son difíciles, pero hay que lucharlas, dándolo todo.
.- ¿Han venido bien las medidas institucionales de apoyo a la ‘vendimia en verde’ y a la destilación de los vinos excedentarios?
Supongo que no gustará lo que voy a decir, pero creo que es un mero intento de dejar que pase la tormenta. Y esto no es una tormenta. Es un problema de falta de consumo de vino a nivel global. ¿Cuántos años vamos a tener que cobrar por tirar la uva al suelo o quemar el vino?
A mí no me pagan para decidir estas cosas, pero hay que pensar en arrancar viñedos, y pagar a los que los arranquen de buena gana.
.- ¿Iremos tarde o temprano al arranque de viñas en la DOCa Rioja?
Lo que no sé es cómo se puede hacer. ¿Será algo para toda la DO o para el viñedo que esté en los peores suelos? Es muy complejo, pero si no se le mete mano a esto, al final la bola del problema será más gorda.
La «guerra» de los mercados internacionales
.- Os quedan unos 14 días de vendimia.
Más o menos. Al final meteremos unos 300.000 kilos, que en botellas ese viene a ser nuestro número al año. Tendremos que estrujarnos el cerebro y trabajar más para vender esas botellas.
.- ¿Cómo es eso de trabajar más, cuando lo estáis dando todo, que en vendimias os marcháis de la bodega a la 1 o las 2 de la madrugada?
Creo que podemos ser más eficientes. ¿Trabajar más? Llega un momento que físicamente es imposible, es verdad. Por eso estoy a punto de hacerme una camiseta con ese nombre: Eficiencia. Estoy centrado para que en todos los procesos de campo y bodega seamos más eficientes.
.- ¿Llegar a más mercados internacionales?
Esa guerra la tengo desde que empecé. Me gustaría estar en más sitios. No vale con tener un mercado nacional y un regional. Hay que abrir mercados. Pero te vas a Reino Unido y está devastado. Estados Unidos vive un parón brutal. En Sudamérica tiran algunos países.
Si el «cachito» de Rioja Alavesa lo tuvieran en Francia
.- Está la necesidad de que los vinos de Rioja Alavesa se beban aquí, en Euskadi.
Entiendo que en el País Vasco se beba más vino de Rioja Alavesa. Si este cachito lo tuvieran en otros países, como Francia o Italia, esto no lo tendrían barato.
Estamos empeñados en que los jóvenes beban vino, que no lo van a beber nunca, porque en su estilo de vida quieren algo fresco o que les dé un pelotazo. Lo que debemos es profundizar en la cultura del vino, con gente que tiene la vida más asentada, a partir de los 30 años de edad.
.- Trabajas en el sector por muchas razones. ¿Una más es para que tus hijos sigan con la tradición bodeguera de la familia?
Creo que mis dos hijos son “bodegueros”. Cayetana tiene 9 años, y Javi 7. Los dos vienen a “trabajar” de vez en cuando a la bodega, y les encanta.
Les he dicho que en la parte de abajo de la bodega su jefe es Santi, en oficinas su jefa es Noelia, en el Wine Bar su jefe es Jorge, en el Campo su jefa es su madre María. Y yo soy su jefe por encima de todos, jajaja, pero que en la bodega no hay “Papá”.
Cayetana y el pequeño Javier
.- Parece que el relevo generacional está asegurado en tu caso.
Mi reto es que no se repita lo de anteriores generaciones en mi familia, de irnos de la bodega del padre y montar nuestras bodegas. Pasó con mi padre. Ha pasado conmigo. En este caso quiero que mis hijos continúen con mi bodega. Algo que les transmito de forma suave y sutil, explicando las cosas bonitas de la bodega, haciéndoles crecer en la cultura del esfuerzo.
.- Esa es la vendimia de la vida, el aprendizaje de la existencia.
Para mí sería un fracaso si no consigo que vengan de forma natural a la bodega. Si no es así, sé que será un fallo mío.
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Esa cepa encadenada a la cruz de San Andrés tiene un amplio significado: el tormento de la crisis, el repaso crítico al último año de nuestra vida, un duro examen de conciencia, propósitos de la enmienda, nuevos proyectos en los que muere lo viejo y nace lo nuevo… Vaya usted a saber. Es la vendimia de la Vida.
Gracias, Dora
Me gusta lo que dices de la «vendimia de la vida». Es inspirador. Seguro que algo hermoso podemos recoger de todo lo sembrado, más allá del mundo mundial. En las cepas de nuestras viñas. De ahí salen buenos vinos también. La entrevista me ha gustado mucho. Muy fresca y vital
Gracias, Koldo
¡C. TANGANA!, menuda suerte para la bodega. Ahora la gente del espectáculo no lo vende gratuitamente. Me alegro por vosotros y por Rioja Alavesa. Menudo regalo, insospechado, o como dice mi hijo, seguidor de la música y las letras de «el madrleño» «vaya pelotazo!» que habéis dado
Gracias, Sare
Ya veo cómo está el panorama del vino, parecido a la situación internacional, pero si hacemos caso al joven San Pedro sacaremos la cabeza con esfuerzo y humor, además de con mejores vinos. Es buena fórmula para la eficiencia
Gracias, Leonor
Me encanta esa idea de «derramar» el vino sobre la copa del corazón. Zorionak, Javier de Laguardia
Eskerrik asko, Begoña
Es un gusto leer a gente con la determinación y la fuerza de Javier.
Mi duda es si dentro de esta crisis cabe la colaboración mutua para salir de ella, o si aquí funcionará el sálvese quien pueda, en cuyo caso personas como él y su equipo tienen todos los boletos para salvarse
Gracias, Lea
La entrevista toca la fibra y se respira incertidumbre… ojalá remonten. El problema no es el vino, que ya sabemos que es de calidad, sino el mercado de ventas… y, con tantos conflictos en el mundo los próximos años serán muy duros para todos, pero como dice Javier, con determinación y eficiencia tiraremos hacia delante. Un buen mensaje y una excelente entrevista.
Gracias, Carmen
Amigo Javier San Pedro Ortega, Comienzo diciéndote que no eres camaleónico, toda la entrevista demuestra que no lo eres. El camaleón no mejora, ni se enfrenta, solamente se disfraza, su vida sigue igual.
He ido anotando frases, palabras tuyas que a todos nos hacen pensar. Anoto algunas:
«Adaptarse a la situación», pero activamente, respondiendo a los riesgos que vienen..
«Trabajar con humor». Eso solo lo hacen quienes se sienten realizados en su trabajo. Solo así se hace frente al dolor del trabajo y a los miedos y te llenas de esperanza.
«Cazar con hambre». Yo añadiría: cazar por hambre, como lo hacían muchos cazadores en nuestra tierra. Lo que significa implicarse hasta la cachas, sin dejarse aplastar ni por el trabajo ni por el desaliento.
En las camisetas he visto grabado: «Piensa menos, siente más». Tú no lo haces. Tu piensas sintiendo. En tus reflexiones tus ideas y sentimientos van unidos. Amas tus ideas. Es lo que deberíamos hacer todos: que las ideas nos ayuden a sentir y a vivir.
Buena lección e inyección de ánimo para todos en estas circunstancias. ¡Gracias por tanto!
Gracias, Antonio