Se cumplen ahora cien años de la superación definitiva de la filoxera, un pequeño insecto que llegó a Álava en 1902 y estuvo destruyendo nuestro viñedo en la primera década del siglo XX, reapareciendo todavía por aquí y por allá en las plantaciones hasta el año 1916.
Miguel Larreina González*
Los estragos económicos y sociales que causó en los pueblos de Rioja Alavesa ( y en otras localidades chacolineras alavesas) fueron tremendos, con consecuencias que sufrieron nuestros bisabuelos y las dos generaciones siguientes, por lo que es un referente inolvidable para todo alavés, un paradigma de los altibajos que ha sufrido la economía de los viticultores alaveses a lo largo de su historia reciente.
En el gráfico siguiente, se aprecian perfectamente esos vaivenes en la rentabilidad de los viticultores alaveses, ocasionados por las cosas más variopintas y siempre inesperadas que ocurren a veces a miles de kilómetros de distancia, ya sea un pequeño insecto, un crack bursátil , el alzamiento de un dictador o la subida del precio del petróleo.
GRÁFICO. ” La filoxera afectó duramente la economía de muchos pueblos de Rioja Alavesa”.
Como se ve, muy pocas generaciones se han librado de padecer una o dos crisis graves, excepto “la generación de oro”, esa que nació hacia el año 1960 y que ha vivido cuatro décadas “de vino y rosas”. Pero piensen un poco en sus padres (los que nacieron hacia 1930) o en la de sus abuelos ( los que nacieron hacia el 1900), sitúenlos en el gráfico y verán que su experiencia vital fue muy muy dura; piensen también en la generación de sus hijos ( los que han nacido hacia 1990) y verán que siendo una buena época, los altibajos están siendo una constante.
Hagamos un repaso rápido de lo sucedido en la Comarca en poco más de un siglo. Empezamos con “una filoxera muy beneficiosa para Álava”, la que había destrozado totalmente el viñedo francés hacia 1880 y que hizo que los negociantes bordeleses, aprovechando un tren recién inaugurado, se llevaran buena parte de la cosecha de vino de Álava (y de todo el Valle del Ebro) a las bodegas de Burdeos. Ello unido al incremento demográfico de Bilbao y su mayor consumo de vino hizo que se superase una situación excedentaria que se había hecho endémica en Rioja Alavesa y en algún pueblo de Rioja Alta.
“LOS MÉTODOS iniciales de prevención y contención de la plaga fueron una estafa”
El precio del hectolitro de vino se disparó en estas circunstancias, pasando de 18 pesetas en el año 1882 a 28 pesetas tres años más tarde. No es de extrañar que en ese momento el viñedo alavés se expandiera y alcanzara su máxima extensión histórica, con unas trece mil hectáreas cultivadas y con un potencial productivo de veinte millones de litros de vino.
Pero “no dura mucho la alegría en la casa del pobre” y al poco tiempo las exportaciones de vinos alaveses a Francia se redujeron drásticamente coincidiendo con el crack económico de 1886, y con la compra masiva por Francia de vinos de Argelia e Italia. Un Informe del director de la Granja Modelo de la Diputación Foral de Álava, Victoriano Odriozola señalaba en 1895, que la situación de crisis en el sector vitivinícola era general en toda España, y no era coyuntural pues venía durando ya nueve años, lamentándose así de la suerte de Rioja Alavesa, “tan rica, tan fuerte y tan poderosa, se encuentra hoy desconocida, las ventas son malas y escasas (…), se verá en la triste necesidad de descepar”. ¡Y ciertamente descepó en el último lustro del XIX!
“LA FILOXERA atacó previamente al viñedo francés, lo que supuso una momentánea época dorada para Rioja Alavesa”
Como las desgracias nunca vienen solas, lo que no tenía que ocurrir ocurrió y, por falta de previsión y vigilancia, la filoxera llegó a Álava en 1902, veinticinco años después de conocerse los remedios en Francia. El injerto, única solución, era una operación muy costosa, por lo que su práctica se demoró en nuestra región el tiempo suficiente para que esta plaga se expandiera por toda ella destrozando el 96% de las plantaciones.
En la Junta Filoxérica de 1903, tras el pago pertinente de unas pesetas por hectárea, se incluyeron las siguientes superficies afectadas o susceptibles de serlo: Baños de Ebro (624 hectáreas), Elciego (1.061 Ha.), Labastida (2.340 Ha.), Laguardia (1.755 Ha.), Lanciego (654 Ha.), Leza (320 Ha.), Moreda (234 Ha.), Navaridas (471 Ha.), Oyón (991 Ha.), Páganos (100 Ha.), Samaniego (364 Ha.)… Obsérvese que algunos pueblos como Labastida no tienen hoy la masa de viñedo que tenían entonces y a otros muchos pueblos como Villabuena o Navaridas les ha costado noventa años igualar aquellos datos.
Como bien cuenta el historiador Gómez Urdáñez en su trabajo “La filoxera en Rioja: mito y realidad”, esta plaga solo supuso una tragedia en Rioja Alavesa y en pocos pueblos de Rioja Alta en los que la producción agrícola era “vino o nada” . Pero en la mayoría de los pueblos de la Denominación la crisis vitícola no solo no les hundió sino que les enriqueció: “la ruina del viñedo permitió el crecimiento espectacular de otras ocupaciones agroindustriales como las conservas, mientras aceleraba una diversificación agraria que encontró pronto productos de alto valor añadido, la remolacha azucarera por ejemplo”.
«EL 97% del viñedo de Rioja Alavesa y de las localidades chacolineras murió”.
Rioja Alavesa era otra historia, no tuvo esa posibilidad de cultivos alternativos rentables y la filoxera hizo estragos tremendos de los que algunos pueblos tardaron muchas décadas en recuperarse. Valga el dato de que sólo quedaron 327 hectáreas sin afectar, apenas el 3% del viñedo total. La Comarca se hundió, obligando a sus jóvenes a emigrar en bloque: la población que en el año 1900 ascendía a 14.129 personas se redujo un 20% en las dos décadas postfiloxéricas (1900-1920), si bien en los pueblos más vitícolas este porcentaje medio fue muy superior.
La Primera Guerra Mundial provocó un crecimiento espectacular de la actividad económica vasca debido a la ausencia de competencia con que se encontraban sus producciones. Euskadi vivió un momento magnífico, con un crecimiento demográfico importante, que supuso, entre otras consecuencias, una fuerte demanda alimentaria, también de vino. Así que los precios del vino subieron y los pequeños cosecheros que habían sobrevivido a la filoxera se animaron a plantar viña y poco a poco se superaron las escasas 3.000 hectáreas productivas que había en Álava a comienzos de esa Gran Guerra. Por esa razón la viña de Rioja Alavesa consiguió llegar en “los felices años veinte” a cerca de las 4.500 hectáreas de viña que rendían unos 8 millones de litros/año, la tercera parte de lo producido cuatro décadas atrás.
«LA ÚNICA solución fue el injerto de las púas de la vid europea en sarmientos de vid americana”
Poco duró la fase expansiva, pues la crisis económica mundial que siguió al crack bursátil de 1929 hundió el consumo de vino y sumió al colectivo de viticultores alaveses tal vez en la más larga crisis de su historia reciente, como se ve en el gráfico: el crack, la Guerra Civil, la debacle socioeconómica durante las cuatro décadas del franquismo, llevaron a que en 1972, en unas Jornadas Técnicas celebradas en la Enológica de Haro se concluyese sin disimulos diciendo que el cultivo de vid en la DO Rioja era por entonces “ruinoso”.
Ya en nuestra historia reciente, asistimos a la recuperación del sector a mediados de “los setenta”, los “felices ochenta”, el gran “boom económico y vitícola de finales del siglo XX”, nueva crisis bursátil mundial en 2008, con caída brusca de la actividad y el consumo en España que a los viticultores alaveses les supone un quinquenio (2009-13) desastroso con la uva mal pagada, hasta llegar finalmente la recuperación de precios en este último trienio ( 2015-17)…
*Master en Viticultura y Enología
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«Que Dios nos de mal vino y buena venta» es un gran suspiro que sintetiza la realidad de unos movimientos coyunturales y estructurales que se empeñan en convivir con el vino.
Un Taller de Pensamiento económico me parece necesario para dotar a nuestra población de más recursos.
Puestos a pedir, Victoria, a primeros de año que estamos, que sea bueno el vino, que lo es!, y que tenga buena venta. Gracias por tu propuesta de un Taller de Pensamiento para la Comarca. Puede ser una gran idea, y más en un momento de cierta apatía y escaso entusiasmo intelectual. Saludos.
Buen trabajo Miguel, como siempre.- Gracias y Saludos cordiales.-
Agradecer tu comentario, Francisco. Saludos.