MELANIE Hickman con su libro «Struggling Vines».
“Struggling Vines” vendría a significar que la vid tiene que luchar, que ha de trabajar por el equilibrio, que ha de llevar sus raíces a lo más profundo para ofrecer grandes uvas y luego hacer el mejor vino.
.- ¿Ves a la vid como a un ser humano?
La vid es como un humano que lo da todo, que entrega su vida, poniendo de su parte, luchando con todas sus fuerzas… La vid es como las personas.
EN esta fotografía encarna a la VID con los brazos abiertos al mundo.
En Ohio nacieron Thomas Edison, el inventor de la bombilla eléctrica. Y Niel Armstrong, la primera persona en pisar la Luna.
De una tierra de inventores y pioneros, la norteamericana de Elvillar ha comprado viñas, es madre de dos niños de 8 y 7 años, vive en paz en esta zona del mundo… Ella pone el acento en recordar lo que muchos han olvidado, que la Tierra es parte de nosotros, proclamando que todos los seres vivos tenemos alma y espíritu.
Incluidos animales irracionales y plantas.
CON sus perros Shrek y Fiona, nombres basados en una peli de animación.
Ella no ha inventado la bombilla, ni ha caminado por la Luna, pero Melanie Hickman vive con armonía y entusiasmo, enamorada de la Biodinámica, la brisa de la Comarca y la Ecología, defensora del trueque y amante de las abejas, y por si fuera poco, está plantando en 3,4 hectáreas de terreno un sueño a 900 metros de altura sobre el nivel del mar, en Kripán.
Lo dejó escrito Julio Verne: «el viaje más maravilloso no es al centro de la tierra o a los confines del mundo, sino al fondo de uno mismo».
PARECIERA que dirige una Banda musical muy diversa en el viñedo.
Melanie ha comenzando el día vendimiando en su viña de San Julián. Estaba tan ensimismada que olvidó que habíamos quedado para mantener esta conversación.
En la bodega encontramos a su marido David Sampedro velando la fermentación de las uvas recogidas los días anteriores en Bodegas Bhilar, escuchando los latidos del vino. Con las puertas abiertas de par en par nos recibe a mis amigos y a mí.
DAVID Sampedro contando con natural pasión una parte de su trabajo.
Mientras Melanie vuelve de la viña en la que están vendimiando, David nos enseña la bodega. A mis preguntas contesta que Melanie y él se conocieron en Madrid. “En aquella época ella vivía en Hawái, donde pertenecía a un club de vinos “pues había estudiado sumillería”.
.- «Veo a Melanie integrada en Elvillar y en Rioja Alavesa», me atrevo a decir.
Perfectamente. Y se ha vuelto más radical que yo en los temas de ecología y medio ambiente. Yo intento torear con esto, pero Melanie con el tema de la diversidad, las abejas, una parcela que tenemos a 900 metros de altura, en Kripan… Con todo ella es pura coherencia.
Mejor que te lo cuente ella, pero sí, hacemos pan en casa, intentamos ir lo menos posible al supermercado, comprando siempre en Kilómetro Cero, en local, a la Nuria. Y fomentamos el trueque con la gente.
Melanie se está formando, y cuanta más formación tiene, más firme está en sus convicciones.
.- ¿Qué intercambios hacéis en el trueque?
Ahora estamos recogiendo bellotas para cambiárselas al pastor de aquí, Daniel, y a cambio él nos da queso. Por mi parte tengo una acuerdo con un restaurante: les damos vino y ellos a cambio nos dan menús para clientes nuestros. También tenemos aceite, y con un amigo de Jerez, él me envía vino y yo el aceite.
A través de los ventanales se cuela la presencia de la Sierra madre.
.- Melanie hizo algo muy grande al reconciliarte con tu aita!
Es verdad. Ella no entendía que una familia se divorcie y el hijo no se hable con el padre. Así contactó con mi padre y nos unió de nuevo. Hoy le digo, si algún día nos divorciamos, tú arriba y yo abajo, y los hijos pasando de una casa a la otra.
DAVID se refleja en el vino que fermenta en una de las tinas de Bhilar.
En estas estamos, cuando llega Melanie, con quien nos sentamos todos tan ricamente en torno a una mesa, al aire libre, rodeados por sus ocas, sus gatos y sus perros. David queda en la bodega con sus tareas, trayendo minutos después una copa de uno de los vinos de Melanie que está terminando de fermentar.
“Julio, tú quieres saber las locuras de mi mente, ¡qué miedo!”, me dice Melanie nada más encender la grabadora. Así que reímos todos con ganas.
RÍE Melanie Lynn Hickman, y nos hace reír.
.- Dice David que en los temas medioambientales eres más radical que él.
Cuando era pequeña pensábamos que el mundo lo aguantaba todo, que no se agota, que no tiene fin. Así que venga, a consumir y a consumir sin pensar en otra cosa.
«La Tierra es parte de nosotros»
Hoy en día somos más conscientes de a qué nos enfrentamos. Tenemos que vivir de la Tierra, y para eso debemos tratar la Tierra mucho mejor. Nosotros somos de la Tierra y vamos a volver a ella. Hay que tratar la Tierra como la parte de nosotros que es.
MELANIE Hickman y David Sampedro en 2018, con su vino en las viñas.
.- ¿Recuerdas cómo te sentiste cuando llegaste a Rioja Alavesa… hace ya once años?
Cuando llegué fue una gran sorpresa para mí la belleza de este lugar. Venimos por carretera desde Bilbao. Hoy la sorpresa se mantiene al ver la diversidad en mis viñedos. Yo soy un poco anti monocultivo. Cada día más. Me gustan los árboles, las variedades, el bosque… la Naturaleza en pleno.
.- ¿Qué trabajos tuviste en Estados Unidos?
En uno de mis trabajos vendía las “farmacéuticas” a los médicos. Me gustaba mucho el trato con los médicos, pero aquello no era para mí, con aquello no sentía que mejoraba nada.
ALGO saben sus viñas del ser vital que las mima y admira.
Había un cierto vacío dentro de mí con aquel trabajo, representando a las farmacéuticas. He ganado dinero, pero aquello no me llenaba.
.- ¿Y aquí en Elvillar, en Rioja Alavesa?
Esto es otra cosa. Aquí estoy con la Sierra, con las cepas. Es algo que comienza con la tierra y termina dentro de ti. Es un proceso muy bonito ver algo que empieza en la tierra y va directo al interior de los seres humanos.
Respirar profundo dentro del viñedo
.- Imagina que no sé nada de viticultura, ni tan siquiera lo que haces aquí, ni que hoy has comenzado el día vendimiando en una de tus viñas… ¿Me puedes contar qué haces?
Jajaja. Guau, yo intento vivir muy tranquila. Hacerlo así cada día. Mi trabajo es muy distinto. Un día estoy en el viñedo, otro en la oficina, otro día recibo a alguien para enseñarle nuestro proyecto de Bodegas Bhilar, otro día hacemos un interviú como hoy. Cada día es diferente. O atiendo los animales por aquí, mis ocas, los gatos… Otro día estoy en la huerta, o plantando flores para mis abejas.
.- ¿Qué te ha aportado David, tu marido y tu enólogo, desde el punto de vista de la vitivinicultura?
DAVID y su esposa Melanie Hickman. (Fotografía Tim Atkin).
Tú sabes que David no habla mucho. Pero sabe escuchar y recordar bien las cosas. No es de ‘venderse’ a sí mismo ni nada de eso. Pero cuando yo le preguntaba, y he preguntado mucho, porque es difícil sacar información de este hombre, por fin me dijo que estaba trabajando en biodinámica.
Así que aprendí todo lo que me dijo, todo lo que él hace. Yo había hecho mis estudios como sumiller para disfrutar del vino en mi tiempo libre.
.- Sabias lo justo del mundo del vino.
Pero no sabía nada de cómo hacer un vino. Al escucharle hablar de biodinámica me decía a mí misma “¡cómo puede ser!”. Eso era 2008. “¿Es normal que la gente trabaje en biodinámica?”, le pregunté. “Para nada”, me respondió. Hablamos, hablamos y hablamos.
HERMOSA vista de Elvillar desde Laguardia. (Foto Jose Miguel Rodriguez).
Cuando entré en uno de sus viñedos con él, no me explicó todo con detalle, pero le vi respirar profundo y entonces me habló de sus antepasados, como por ejemplo de su abuelo, y cómo al estar dentro del viñedo recibes energía. Su abuelo le había dicho que “si tú das algo a la viña, el viñedo te lo devolverá con creces”. Cosas bonitas como esa.
Trabajar con los caballos en las viñas
.- ¿Qué más cosas te contó?
Me contó que su abuelo trabajó la viña con caballos. “Un día -me dijo de repente- yo quiero volver a eso. Quiero que los caballos entren en mi viñas para trabajar con ellos, como lo hacía mi abuelo”. La forma de ser de David es tranquila, en contacto con la tierra. Es de los que cumple sus palabras. Hoy Alfred Ferrís trabaja con sus yeguas en nuestras viñas.
ALFRED Ferrís con su yegua Lluna en un viñedo de Bodegas Bhilar.
NINA, Pandora y Lluna en el establo del paraíso alavés.
.- David me ha dicho que tú eres para él su equilibrio.
Jajaja, también él lo es para mí.
.- Tú escribiste un libro contando la historia de vuestro amor y la historia de la cercanía con el mundo de las viñas y el vino. ¿De dónde surgió la necesidad de escribir ese libro?
Buena pregunta. Aún me lo sigo preguntando. Pero no lo sé muy bien. A veces la gente hace cosas que tiene dentro, sin entender porqué. En un principio me puse a escribirlo para mis niños. Al terminar mis escritos se lo pasé a un par de amigos. Ellos me dijeron que tenía que hacer algo con aquello.
.- ¿Cuál sería la traducción del título de tu libro “Struggling Vines” al castellano?
Algunos hoteles tienen la Biblia en las mesitas de noche. Para la gente que trabaja con nosotros yo tengo mi libro. Quien lo lea quizá entienda porqué una norteamericana vive tranquila en esta zona del mundo.
El título en inglés es muy bonito, pero en castellano no lo es tanto. “Struggling” es como luchar. Así que podríamos decir “Luchar por el vino”, o por la viñas. “Struggling Vines” vendría a significar que la vid tiene que luchar, que ha de trabajar por el equilibrio, que ha de llevar sus raíces a lo más profundo para ofrecer grandes uvas y luego hacer el mejor vino.
Cambiar un viñedo joven por otro viejo
.- ¿Ves a la vid como a un ser humano?
La vid es como un humano que lo da todo, que entrega su vida, poniendo de su parte, luchando, poniendo toda su fuerza. La vid es como las personas.
.-¿En qué momento de tu vida estás, Melanie?
Guau. En estos últimos años, la verdad, estoy cambiando mucho. Muchísimo. Necesito mucha paz. Necesito mucho silencio. Y no lo tengo con mis niños, jaja. Es una época muy bonita, la verdad, pero es difícil, porque no tengo toda la paz que necesito.
.- A pesar de vivir en este santuario, entre viñedos, con animales, bajo esa Sierra…
AL mirar la imagen caí en la cuenta que los sarmientos la quieren.
Tengo esa paz cuando estoy dentro de un viñedo. O cuando estoy en esa parte alta, donde he comprado un terreno. Soy de las personas que hablo conmigo misma. Y a veces hablo en el viñedo. Si pasas por allí, puedes pensar que estoy loca. Soy de las que pienso que todo tiene su espíritu.
No sé, Julio, todo esto tienes que escribirlo tal cual para que la gente lo entienda, y no piensen que Melanie está loca, jajaja.
.- ¿Qué les dices a tus viñas?
Hace un par de años hemos cambiado un viñedo joven por un viñedo muy viejo. El otro propietario quería tener más producción de uva. Cuando entré en ese viñedo viejo que ahora cuidábamos nosotros, sentí algo de tristeza. Su propietario quería más uvas, mayor producción, pero hay que parar, pensar y ver cómo mejorar su existencia. Saber qué es mejor para ese viñedo viejo, y qué es mejor para nosotros. Y para el futuro.
DURANTE la entrevista, moviendo su Phinca Hapa en la copa de vino.
«Todas las ventas bajo mi responsabilidad»
.- ¿Cómo de satisfecha estás con los vinos que salen de Bodegas Bhilar?
Son muy diferentes, y eso me gusta porque tienen personalidad y carácter. ¡Quién dirá que tiene el mejor vino! Si a la gente le gusta y disfrutan con ellos, sabiendo de donde vienen, mejor que mejor. Si se pueden vender rápido, mejor para todos. Pero ya me encanta que tengan alma y estén bien hechos.
.- ¿Los vuestros tienen “alma” entonces?
No lo voy a decir yo, pero esa es mi idea cuando entro en la viña o el bosque y hablo con la Naturaleza, porque yo pienso que todo tiene alma y espíritu.
VINOS que salen de sus viñas, elaborados por David Sampedro.
.- Tu viniste a Euskadi, a este terruño, desde los Estados Unidos de América. Y ahora resulta que una parte de vuestros vinos van a Estados Unidos.
Well, sí, pero eso es tan solo porque, aunque David no sea de vender, aunque puede hacerlo, pero cuando yo le conocí ya tenía en Estados Unidos un importador. Y desde que yo estoy aquí él ha puesto todas las ventas bajo mi responsabilidad, cuando yo aún no sabía nada de español. ¡Cómo iba yo a vender en España! Lo más fácil para mí era vender los vinos a Inglaterra, Estados Unidos y los países del norte de Europa.
.- ¿Cuántas de las 75.000 botellas de Bhilar van para tu otro país?
CON el comercial Anthony Moore, con quien presentó sus vinos en Hawái.
Antes una gran parte de nuestros vinos iba para Inglaterra y Estados Unidos, pero tras el COVID aquí ha habido un cambio, bajando mucho Inglaterra, bajando un poco Estados Unidos. Ahora todo está más equilibrado, con muchos países pequeños de Europa.
Un terreno a 900 metros de altitud
.- Según el Gobierno Vasco, Estados Unidos sigue siendo el primer país al que vendemos los vinos de Rioja Alavesa.
Aaah, muy bien.
.- ¿Qué vino te ha traído David, mientras hablamos?
Mi Phinca Hapa, que aún no ha terminado de fermentar. Este año va a ser un vino muy interesante porque tiene mucha fruta y buena acidez.
.- ¿Cuántos vinos salen de tus viñedos?
Cuatro. Están los dos Hapa, el tinto y el blanco. Y luego Phinca San Julián -que es el que ahora estamos vendimiando- y Carrakripán.
Y mira, esa zona de Kripan, buahhh. Esa zona es increíble.
.- Ahí has plantado un sueño, Melanie.
Te refieres al terreno que tenemos en el alto, casi en la montaña, a 900 metros de altura. He comprado esa parcela de 3,4 hectáreas lo más cerca al bosque que se puede, una finca en la que hasta ahora se venía plantando cereal.
CERRO La Gallega, a 900 m. de altitud, plantando Lavanda. Un sueño!
.- ¿Qué idea quieres llevar a cabo en esas 3,4 has?
La idea ya está en marcha. Allí he plantado 5000 plantas de Lavanda, cereales para los caballos, doscientas encinas, y vamos a plantar un viñedo en una cuarta parte del terreno. Vamos a potenciar una mayor diversidad.
LAS primeras flores de Lavanda para las abejas.
«Predicar» con el ejemplo
.- ¿Esa fue la idea inicial cuando compraste la parcela hace ya dos años?
La idea primera fue plantar viñedo para ver cómo reacciona a esa altura, algo experimental, pero la sequía de hace dos años me llevó a pensar que no podía hacerlo así, que yo hablaba y hablaba, pero no llevaba a cabo los cambios de los que hablaba.
.- Has querido ser más coherente.
Tenemos la tendencia de decir “tenemos que hacer”, y no. “Tengo que hacer”, y si luego la gente lo ve, dirá “Ok, de acuerdo”. Entonces predicaré con el ejemplo. Tú sabes que David y yo no somos ricos. Pero él también es mi equilibrio.
EN las tierras altas de Kripán, donde pronto vivirá el viñedo.
Le dije a David que íbamos a reforestar la zona y ya está. “¿Piensas acaso que somos ricos? ¿Crees que podemos tirar el dinero? Hay que seguir pagando las hipotecas, Melanie”, me contestó. Queríamos hacer algo sostenible que llene el alma, que consiga que puedes dormir bien… y a la vez hay que pensar en pagar los impuestos.
.- Finalmente, hiciste lo que nos has contado.
Yo tengo abejas, así que he de tener comida para ellas. Esa es mi responsabilidad.
.- Así que tenéis miel en Bhilar.
Bueno, hace dos años tenía cuatro colmenas. Ahora tengo una colmena y media. Y no sacaré miel para mí si las abejas la necesitan.
MELANIE presentando este verano sus vinos en la cata de Hawái.
Una cultura «bonita» en Rioja Alavesa
.- Si miras Rioja Alavesa, ¿cómo la ves, cómo la sientes?
Aquí hay una cultura muy bonita. En Rioja Alavesa hay bodegas muy familiares, hay bodegas que tienen una historia muy bonita de transmisión de tierras y viñas entre abuelos, padres e hijos. Hay proyectos buenos de jóvenes, muy interesantes, que nos va dar un buen futuro, pero hay bodegas grandes que están comprando viñedo y no sabemos qué va a pasar con eso.
.- Tú crees sobre todo en los proyectos pequeños. ¿Es eso?
SE pone el Sol en las tierras altas donde la Paz crece y se afianza.
Quiero pensar que esos proyectos pequeños, los de las bodegas familiares, van a seguir creciendo.
.- ¿Cómo asistes a la crisis del sector, y a la crisis de Rioja?
Pienso en la importancia de diferenciarse de los demás. Podemos estar todos en Rioja, pero diferenciando las comarcas.
.- ¿Eres muy de Rioja Alavesa, o eres muy de Rioja?
Supongo que soy más de Rioja Alavesa, porque vivo aquí y aprecio lo que aquí se hace, y cómo se hace. No quiero despreciar a nadie, pero en Rioja Alavesa tenemos algo muy especial. Hay para empezar una cultura diferente. No entiendo por qué eso es un problema.
También el Paisaje es muy diferente. ¡Nosotros tenemos que hablar más de esto!
AL sur del territorio de Álava, en Elvillar. (Foto Josemi Rodriguez).
ELVILLAR a punto de vestirse de Otoño un año más.
Una mujer de Ohio… y de Rioja Alavesa
.- ¿Eres una chica de Ohio, donde viviste hasta los 21 años, o de Hawai, o eres una chica de Elvillar?
Hace unos meses cuanto hablamos por teléfono para esta entrevista, yo estaba en Hawái, donde hacía siete años que no iba. Me sentí muy bien al recordar cómo son en Hawái. Pero es que la tierra aquí es muy especial.
.- ¿Necesitas volver de vez en cuando a Estados Unidos?
Necesito volver a Hawái a visitar a mis amigos de allí, y también ver de nuevo a mi familia, que está en Ohio.
AMIGAS de Melanie en Hawái.
EN Estados Unidos con su madre, Connie, y sus dos hijos.
.- Fuiste tú quien consiguió unir y reconciliar de nuevo a David con su padre.
En principio aquello era muy difícil. Sus padres se divorciaron cuando él era pequeño, pero yo soy muy terca. Tu familia te puede volver loca, pero no por eso voy a dejar de hablarles. Son mi familia. Cuando conocí el caso de David, pensé lo triste que sería que nuestros hijos no conocieran a su abuelo.
.- ¿Cómo se llaman vuestros hijos?
Ian, de 8 años, que es un nombre escocés. Él estuvo representado a Elvillar en la Fiesta de la Vendimia de Navaridas. Y Kai, de 7 años, que es un nombre hawaiano.
ALFRED Ferrís y Melanie Hickman con las yeguas que labran viñas en Elvillar.
Kai es un nombre muy interesante, porque también es euskera, que significa “Puerto”, y en Hawái significa “Mar”, y en Japón tiene algo en común con el agua, de igual manera que en Noruega. ¿Cómo puede existir un nombre que en distintos idiomas tenga todas las raíces del mar?
«Papá, enséñame…»
.- ¿Te ves jubilándote aquí, en la Comarca?
Sí, sí. Absolutamente sí. El otro día vinieron nuestros hijos a la vendimia, que lo suyo es más un juego. En un momento dado Ian, el mayor, me dijo “Mamá, no te preocupes. Un día voy a manejar todo esto, lo que será muy bueno para vosotros”.
.- ¿Qué me dices?
IAN Sampedro Hickman en la pasada Fiesta de la Vendimia, en Navaridas.
Y ayer fuimos con Kai a probar el estado de las uvas, para vendimiar. En un momento dado, Kai le dijo a David: “Papá, enséñame cómo puedo saber que las uvas están listas para vendimiar”. Yo me puse a grabar un vídeo. Han venido otras veces con nosotros, pero yo creía que lo hacían obligados.
Antes de ir a las viñas, habíamos dicho que “teníamos que ver los viñedos”. “¿Los viñedos?”, había preguntado Kai algo contrariado. Pero una vez en la viña, él estaba disfrutando, y preguntando cosas. “Ay -dije para mí-, gracias, gracias, thanks”.
Suscríbete a nuestra Newsletter
Acepto que Blog Rioja Alavesa utilice mis datos para acciones de marketing
Recibe nuestras novedades
Newsletter
Acepto que Blog Rioja Alavesa utilice mis datos para acciones de marketing
Como Edison, Melanie da luz. Como Armstrong, abre nuevos caminos. Personas como ella, a las que he tenido el gusto de conocer gracias a Julio, explican con su vida la sin par belleza de Rioja Alavesa.
Hau da bizi poza, bai!
Eskerrik asko, Amaia
Genial mujer! Me fascina su perenne sonrisa. Solo verla ya me inspira gran alegría. Leerla es como respirar poesía. Qué buena persona, y tan sincera.
Muchas gracias, Dora
¿Quién le iba a decir a esta mujer de Ohio que acabaría entre nosotros, respirando toda esa paz, en esta «cultura muy bonita», como ella dice, que tanto amamos, a la que ella contribuye tan hermosamente? Es la hermosura de la vida, tan sorprendente como este blog
Muchas gracias, Jon
Precioso documento a la vez que muy ilustrativo de una enamorada de su oficio. Bravo por Julio.
Muchas gracias, Juande
El proyecto de Melanie siembra conciencia. Es tan personal, tan bien armado, tan universal que me conmueve de verdad. Esta lleno de sensibilidad y alternativas viables. Protegen y cuidan el Planeta… Y lo del trueque, quiero ponerlo en marcha, no sé.
Zorionak bikote!!!
Eskerrik asko, Arene
Bonita historia, entrañable y muy familiar, que dibuja una sonrisa amplia. Y luego resultará, además, que sus vinos son magníficos!
Muchas gracias, Begoña
Me congratulo con esta manera de entender el viñedo y, más allá de él, la propia vida. Suerte tenemos de tenerte entre nosotr@s, Melanie
Muchas gracias, Juan
Melanie, tus palabras me han hecho pensar. “La vid, dices, es como un humano que lo da todo, que entrega su vida, poniendo de su parte, luchando con todas sus fuerzas”. Es verdad, su razón de ser es dar y alegrar, sabe que vive de la tierra, que es la tierra la que le transmite su ser, su peculiaridad.
La vid es solidaria. Vive el trueque del que hablas. Antiguamente se daba ese trueque justo entre el labrador y la vid: «te doy/ me das». Ahora hasta al trabajo en las viñas le llamamos “explotar una viña”. Con esta palabra lo estamos diciendo todo.
Comparto contigo que la bodega y la viña te envuelve, te atrapa, como si te dijera: «respira conmigo, pasea tu vista, escucha mi silencio». Para mí es como si entrara en un lugar sagrado. ¡Ojalá los arquitectos, a la hora de proyectar una nueva bodega intentaran producir silencio! Pero eso sólo lo perciben los que se acercan a ella con vocación. ¿Por qué tus palabras me recuerdan a mi padre, viejo viticultor?
Muchas gracias, Antonio
Debemos ir hacia delante, no hacia detrás.
Gracias, Rafa
Me encanta el artículo, porque complementa a la perfección, lo sentido tras la cata de su vino Phinca El Vedao, Garnacha.
Al principio me dejó muy despistado pues los aromas frutales eran muy maduros y golosos, parecían goxokis. La transformación fue magnífica, a cada momento te descubría algo nuevo, vino del terruño y el fondo sutil de la crianza, la frescura, esa sensación sana de beber vida.
Mi enhorabuena.
Muchas gracias, Arrutzi