Ene 08, 2023

Con una gran cepa tatuada en el alma

 

Hay una idea nunca expresada como la que viene de la mano del bodeguero de Laguardia, Javier San Pedro Rández. Nos habla de cómo la búsqueda incesante de un sueño agricultor y bodeguero puede convertirte en un ser humano distinto, con mayor carga de humanidad.

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

JAVIER San Pedro Rández, bajo el cartel de su bodega en Laguardia.

Lo importante ya no es el sueño que persigues con tu bodega Vallobera. Sino en qué, en quién te has convertido con ese anhelo labrado con la fuerza del corazón y del empeño que en él has puesto.

La idea se completa con una variante, cuando un día te das cuenta que tú también has evolucionado a la par que tus vinos, cual si el líquido de la uva transformada hubiera fermentado y madurado en los depósitos y en la barrica de tu alma.

El relato de Javier se entrecruza en esta entrevista a corazón abierto con los girones que ha ido dejando una vida familiar forjada por hombres de fuerte carácter que chocan ferozmente tanto como se quieren y protegen.

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

“Mantengo un espíritu indomable”

Hoy sabe que todo forma parte del embrujo. Su padre, un bodeguero de otra época, un negociante de vinos a granel, alcalde de Laguardia durante varias legislaturas. Y él, su hijo, que a los 20 años ya era padre, buscando otra proyección del negocio, embotellando su vino, creando otra bodega, pero con el apoyo paterno, que le regaló un gran corral de ovejas para asentar su nueva vida.

Todo está aquí, su vocación agricultora, el lobo tenaz que lleva tatuado en la espalda junto a una cepa, la saga bodeguera de los San Pedro, su paso durante cuatro años por la Alcaldía de Laguardia, y la alta responsabilidad de quien sabe que dirige una empresa que da de comer a más de cien familias en Laguardia.

Laguardia

LAGUARDIA, con su muralla y su corona de nubes.

Julio Flor / Laguardia

“Tú pregunta lo que quieras”, me dice Javier San Pedro nada más encender la grabadora. Sobre la mesa están recién servidas dos copas de vino blanco acompañadas con jamón, queso, chorizo y unos picos camperos de cereal.

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

VINO que nos acompañará durante la conversación.

“Te he puesto un vino de Tempranillo blanco 100%, del que hacemos solo 4.500 botellas. Hoy no es mi día de cata porque tengo la nariz congestionada por un trancazo”, me dice el hombre que lleva elaborando vino desde que tenía 16 años.

Brindamos, bebemos, y con el sabor de su vino en el paladar damos comienzo a la conversación en mitad del silencio, más allá de una gran sala de barricas donde duermen sus vinos.

Silencio-Bodega

LA entrevista tuvo lugar dos puertas más allá de este espacio de silencio.

Independiente desde los 20 años

.- ¿En qué momento vital te encuentro, Javier?

Mira, Julio, yo fui padre con veinte años. Trabajaba con el mío, dedicándome al vino a granel… Cuando tienes veinte años te crees que eres el más listo, el más guapo y el más alto del mundo. Pero a base de palos y equivocaciones vas aprendiendo.

.- Tu padre también se llamaba Javier, como tu hijo, también Javier.

Mi nieto también se llama Javier. A mi nuera le dije “el primer nieto que tenga que se llame Javier le regalaré una finca que me encanta, situada en la carretera de Elciego”. Y ya está escrito que algún día heredará esa finca.

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

.- Estabas hablando de tus veinte años.

Con veinte años decidí irme de la empresa familiar. Me fui de alquiler a una bodega. Allí empecé a llenar botellitas sin etiquetar, lo que era antes el cosechero, con una llenadora de seis grifos y una encorchadora de mano. Así comencé mi historia. Con veintitrés años me puse en 30.000 cajas de vino.

.- ¿Y tu padre?

Esta bodega en la que estamos ahora era antes dos corrales de ovejas que tenía mi padre. Mi padre acababa de vender sus 3000 ovejas, así que le dije “te compro el corral”, a lo que me contestó “no, hijo, te lo regalo. Un corral para ti y el otro para tu hermano”. Luego yo hice cambios con mi hermano y demás.

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JAVIER San Pedro, padre y abuelo de bodegueros con el mismo nombre.

.- ¿Esperabas que tu padre te regalara el corral de ovejas?

Cuando eres joven chocas mucho con el padre, porque es complicado que haya dos gallos en un mismo gallinero. A mí me ha pasado lo mismo con mi hijo, a quien con 15 años le mandaba a hacer catas, a lavar utensilios de la bodega.

Hacer vino no me parece difícil, incluso yo soy capaz de hacerlo. Pero el asunto es comunicar bien lo que haces y lo que sientes. Era mi obsesión, que mi hijo comunicara bien, lo cual lo hemos conseguido.

.- Tu hijo es un gran comunicador, y mucho más.

Es verdad, enológicamente hablando, o en marketing y demás, Javier es un crack, una persona que se sale, muy inteligente, muy trabajador.

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

«EL asunto es comunicar bien lo que haces y lo que sientes».

.- Te preguntaba si esperabas que tu padre te regalara el corral de ovejas.

En el 2000 se vino todo abajo

Lo esperaba, en el fondo lo esperaba. Luego me quedé sin padre siendo joven, justo cuando me había metido con la nave de elaboración, el ala de barricas, cuando las uvas se pagaban ese año a 400 pesetas, sí, en el año 2000 el mercado del vino cayó en picado. Yo me había quedado sin padre, me había metido en 400 millones de pesetas de entonces, el vino se había caído… Todo eso a los 32 años.

.- Un año terrible para ti.

Yo me quería morir, pero con mucho esfuerzo, trabajando y siendo formal, como me enseñó a ser mi padre, salimos adelante.

PRIMERAS- BARRICAS

PRIMERA nave de barricas. Hoy un comedor para amigos.

.- ¿Qué tiró de ti en aquel mal momento?

Mis tres hijos, Javier, Yoana, que trabaja conmigo, y Adrián, el niño perdido que se marchó con 17 años a Madrid, y no ha vuelto. Tiene 28 años, es diseñador de videojuegos en multimedia, siendo feliz en Madrid. Hay veces que le digo “hijo, vete al almacén a por una botella de vino para comer”, y me dice “¿por dónde se entra al almacén, papá?”. Así que el mundo del vino no le llama en absoluto.

Al pie del cañón

.- Yoana sigue a tu lado.

Sí, Yoana está conmigo al pie del cañón.

.- ¿Vivía tu padre la cultura y el mundo del vino con alma y corazón, como tú y tu hijo?

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

No. Mi padre era como el négociant francés. Él se dedicaba a comprar y a vender graneles. Teníamos viñedos, elaborábamos nuestros vinos, pero él se encargaba de comprar graneles, preparaba lotes de 500.000 litros.

Era un hombre que odiaba el mundo del embotellado.

.- Eso llamará la atención a quienes todos los días descorchan alguna botella de vino.

Siempre me decía “hijo, que el último duro lo gane yo”. Era un negocio de compra-venta. Mi padre era un negociante. Era ganadero cuando a los ganaderos se les llamaba “ganaderos” por ganar, que ahora se les llama “perdederos”, ¿sabes?

.- Su verdadera pasión estaba en otro sitio.

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POCOS, pero aún quedan pastores en la Comarca alavesa.

Su verdadera pasión eran las ovejas. Ya estando malito, yendo a Pamplona a una sesión de quimioterapia, recuerdo que viajando con él me pidió que parara el coche. Paramos porque quería observar aquel rebaño con detenimiento. Le encantaban las ovejas. Y luego era lo que te digo. Un negociante que compraba y revendía todo, fuera vino, fincas, un solar para viviendas…

La saga vitivinícola de los San Pedro

.- Tu idea era otra.

Era otra muy distinta. Con 16 años yo ya elaboraba vinos, porque mi padre se dedicaba a su ayuntamiento, sus negocios y demás, siempre controlándolo todo, como el halcón, y a mí me dejó con 16 años las elaboraciones de vino en su bodega. Me fastidiaba que teniendo como teníamos verdaderas joyas de vino, los vendiéramos a otras bodegas que le ponían su etiqueta. Así que yo tenía que dar un pasito más allá.

Jardin-Bodega

A través de los cristales, los cipreses contemplan la sinceridad de Javier.

.- ¿Chocasteis mucho antes de marcharte de su lado?

Sí, mucho. Y la historia se ha repetido, porque luego me ha pasado a mí con mi hijo, ya que él tenía otro modelo de negocio en la cabeza. Así que también chocamos. Con 15 años le dejaba hacer mi vino estrella, que es el Terran, que son 4000 botellas. Pero él quería más. Y ahora lo está demostrando.

.- Vuestra familia es amplia, y sabe a vino.

Nosotros somos cuatro hermanos, un montón de sobrinos, y en general todos son enólogos, o ingenieros agrónomos, todos hacemos vino, quitando mi hermana pequeña que tiene viñedo, pero que ya mi sobrino estuvo aquí conmigo, y este año ha elaborado su primer vino.

Siento que ese es mi gran triunfo, porque yo vivo para mi gente, que son mis hijos, mis hermanos, mis sobrinos, y toda mi gente está dentro de este mundo del vino, quitando mi hijo el pequeño. Todos han pasado por mi bodega.

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

.- Una bodega escuela.

Todos han pasado por aquí, y todos están triunfando. Mi hermano Carlos y mi hijo van como un tiro. Y ahora Lucía, mi sobrina, con Bodegas Las Orcas, también marcha bien. Es joven, pero va a ser muy buena. Y mi sobrino, que también se llama Javier, el hijo mayor de mi hermana la pequeña, este año ha hecho su primer vino aquí en bodega, una barrica nada más.

Este es mi orgullo. Fui el primero de mi familia empezando a embotellar vino, pero luego todos han pasado por esta bodega.

.- Volvamos al pasado, cuando tu padre te regaló el corral de ovejas.

Eran 400 metros cuadrados, que ahora mismo hay construidos aquí 5.400 metros. Tenemos una capacidad para elaborar dos millones de kilos de uva, y la verdad es que lo vendemos todo.

Alkate-Muralla

LAGUARDIA fue gobernada por los San Pedro. (Foto Josemi Rodriguez).

El padre, alcalde de profesión

.- ¿Qué es lo que llegó a conocer tu padre de tu trayectoria?

Esa es mi gran pena, porque mi padre no vio nada de esto. Vio en obra, en noviembre, la nave de elaboración, sin paredes y sin techo. Y en enero se murió. No vio la nave de barricas, ni vio la bodega de mi hermano. Mi padre se murió con 60 años, que yo ahora tengo 55, una edad en la que él ya estaba enfermo. Tampoco vio cómo hemos ampliado las hectáreas de viñedo.

.- Tu padre ha salido desde tu primera respuesta, así que le tienes muy presente.

Todos los días pienso en él. Hablo de mi padre y me emociono. Y en su día fuimos “enemigos”, si podemos darle a esa palabra un buen sentido. Dos personas opuestas. Chocamos mucho porque se negaba a que yo embotellara el vino.

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

MINUTOS antes del comienzo de la conversación

.- ¿Sabías o no entonces que tu padre te iba a amparar siempre?

Cuando me metí en los 400 millones de pesetas, que hace 23 años era muchísimo dinero, lo hice porque sabía que detrás estaba mi padre, que si llegaran a irme mal las cosas él iba a estar a mi lado dando el callo. Casualidad que murió ese mismo año. Y bueno, lo hemos pasado muy mal, pero con esfuerzo, dedicación, cabeza y ganas, se sale.

.- Luego volveremos sobre esto. Pero dime ¿por qué se llama Vallobera tu bodega?

Le llamé Vallobera porque ese fue el primer viñedo que yo tuve. Es un término municipal de aquí, que significa “Valle de Lobos”.

Un lobo tatuado en la espalda

.- Conecta con lo que ha hecho tu hijo con la imagen de los lobos en su bodega.

Javi-Lobos

SU hijo Javier con sus lobos, presentes en su bodega.

Si te enseñara mi espalda, hay en ella un gran tatuaje donde se ven mis lobos y mis cepas. No conozco a nadie que en su espalda tenga tatuada una gran cepa. El lobo es el único animal que nunca lo verás en un circo. Es casi indomable. Y yo me sentía y me siento así.

.- ¿Ahora también?

Bueno, ahora con la edad te vas asentando. Pero el espíritu indomable lo mantengo.

.- Hubo lobos por aquí, en Laguardia, supongo.

Tuvo de haberlos en el pasado como nos dice el término Vallobera (Val Lobera). El encargado que tenía mi padre en el campo me dijo que antiguamente había lobos en Laguardia, pero no ha quedado nada escrito, porque lo he buscado sin encontrarlo.

Tras-Muralla

.- Tu padre había sido alcalde de Laguardia muchos años, habiéndose dedicado a la política.

Mi padre, de profesión Alcalde. Ese era su orgullo, ser alcalde de su pueblo. Para mi padre el ayuntamiento y su pueblo eran lo máximo.

Mi padre no ha cobrado nunca un duro, le costaba dinero, y su dedicación era completa. Por eso yo empecé a elaborar vino tan pronto, porque él se pasaba todo el día en el Ayuntamiento. Y si no estaba en el Ayuntamiento, estaba en Madrid, o en Vitoria. Siempre trabajando por Laguardia.

«Política o Vino»

.- Y tú seguiste sus pasos durante una legislatura, al menos.

Cuando él murió, me pidieron que me presentase a las Elecciones, que gané. Estuve cuatro años. Mi padre fue alcalde primero por la UCD, luego como independiente, porque no comulgaba con Manuel Fraga, de Alianza Popular. Era mi padre un hombre de mucho carácter, un hombre que imponía mucho.

Paz-Salud

SANTO y seña del pueblo de Laguardia a sus muchos enoturistas.

.- ¿Por qué no te volviste a presentar a unas segundas Elecciones?

Porque mi obsesión era terminar lo que mi padre había dejado sin hacer por falta de tiempo. Fui presidente del regadío, que lo inició mi padre y no acabó viendo nada, hasta que lo dejé todo firmado en Madrid y casi todo hecho. También una residencia de ancianos… y cuando terminé todo lo que había hecho mi padre, decidí que no me volvería a presentar. Fueron cuatro años muy curiosos, donde aprendí muchísimo.

.- ¿Sí, eh?

Mucho, mucho, sobre todo de la gente.

Yo iba en una lista del Partido Popular, vendíamos bastante vino en el norte de España, y en el momento que aparecí en la lista del PP, dejamos de vender vino, y mi socia me dijo “mira Javi, o política o vino”, que en aquellos años nuestro negocio bajó un 40% de facturación.

.- Porque eras alcalde del Partido Popular en Laguardia.

Mi mercado entonces era el norte, que era lo más cercano.

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

«Querer a la gente y nada más»

.- ¿Tu socia es tu ex mujer?

Sí, Ana Isabel, la madre de mis hijos. La bodega es de los dos, y seguimos trabajando juntos sin problema alguno.

.- No es una fórmula sencilla de conseguir, así que cuando ocurre es para celebrarlo.

No es fácil, pero ella es inteligente, y yo también. Ambos sabemos que en este negocio ahora mismo entre trabajadores y proveedores de uva viven de nuestro negocio más de cien familias. Así que esto tiene que seguir para adelante. Es una gran responsabilidad.

.- Ganó el vino a la política. ¿Cómo es la gente de Laguardia, de la que tanto aprendiste siendo Alcalde?

Aprendí que la gente es buena por naturaleza.

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

«LO que hay que hacer con la gente es quererla, y nada más».

Cuando tienes criterios establecidos sobre personas que no conoces, te llevas grandes sorpresas. Porque cuando les conoces de verdad, ves lo buena gente que tenemos aquí. Lo que hay que hacer con la gente es quererla, y nada más.

El «Master» de la Alcaldía

.- ¿Qué edad tenías cuando fuiste Alcalde?

36 años nada más, que estuve hasta los 40. Me tocaba hablar con gente de 70 años por los que sentía un gran respeto ya que los conocía desde pequeñito. Cuando les recibes con el pecho descubierto, las cosas claras y con la mente despejada, la gente te acepta y te ayuda.

Cuando decidí no volver a presentarme, hubo gente que venía llorando a decirme “Javi, no nos dejes, por favor”, “Contigo nos sentimos protegidos”. Coño, me llegaban al alma. Aprendí mucho. Teníamos treinta trabajadores en el Ayuntamiento, como para no aprender.

.- ¿Fue en cierta forma un ‘master’ para ti?

Mas-Valloberas

TRES de sus Valloberas.

Lo fue. Mi equipo y yo nos encontramos un Ayuntamiento con una deuda de 900 millones de pesetas, así que el primer mes tuve que poner de mi bolsillo para poder pagar las nóminas. Y cuando dejamos el Ayuntamiento, aparte de todo lo que habíamos hecho, dejamos para gastar un balance de dos millones de euros. Y el dinero que yo adelanté me lo pagó el Ayuntamiento pasados dos años.

.- ¿Qué te enseñó la Alcaldía?

A gestionar una empresa pública. Aquello fue un homenaje a mi padre. Mi hijo Javi tenía 16 añitos cuando me presenté, y 20 años cuando lo dejé. Sé que ahora le están tocando a él para que se presente, pero yo no se lo recomiendo porque la política ya no es lo que era. Antes tomabas decisiones por tu cuenta y riesgo. Hoy no valdría para ser alcalde, porque a mí me gusta mandar. Pido opiniones, pero al final me gusta decidir bajo mi responsabilidad.

Laguardia-Color

PLAZA donde está el Ayuntamiento de Laguardia. (Foto Josemi Rodriguez).

.- Empresario, bodeguero, enólogo, hijo de Alcalde, ex alcalde…

Yo me siento agricultor. A mí me llama y me convoca el viñedo. Mi gran sueño es que mi hija coja las riendas de esta empresa, y siempre se lo digo: “me compras un buen tractor y me dedico al viñedo, que es donde me he criado, porque yo salía del colegio y mi padre me enviaba a echarle de comer a las ovejas, o al campo con la gente los fines de semana, las vacaciones, etc.

Mis amigos iban a la piscina, y yo al campo. Y disfrutaba mucho. Tanto o más que hoy. De hecho, cuando estoy saturado apago el móvil, cojo las tijeras y me voy con mi gente a podar. Y soy feliz. Mira, hoy precisamente hemos iniciado la poda.

Reconocer las propias equivocaciones

.- Todos destacáis en la Comarca la creatividad de la poda.

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

«ME llama y me convoca la viña».

La poda es el trabajo más gratificante después de recoger la uva, pero cuando me pongo a podar con mis chavales en el campo, me doblan, porque ellos están todos los días podando, y me dejan reventadito, que me viene bien para llegar a casa a la noche y dormir, que yo duermo muy mal porque siempre estoy dándole vuelta a las cosas.

.- ¿Qué te inquieta?

Me preocupa la salud de los míos y el desarrollo del negocio de los míos. Trato de no opinar de lo que hacen. Pero cuando mi hijo Javi sacó el vino semidulce tuvimos una bronca. Creí que se equivocaba. Bueno, pues tuve que reconocer que quien estaba equivocado era yo. Total que nosotros sacamos otro semidulce, que hoy por hoy estamos vendiendo 300.000 botellas de ese vino. Así que ya no opino, porque me estoy perdiendo en ese formato de negocio del Enoturismo.

.- Sé que tu hijo te llama y cuenta contigo.

Es verdad. Me llama para que sea el primero en vivir una nueva experiencia enoturística en su bodega. Y cada cosa que hace me sorprende.

.- ¡Qué suerte tenéis!

El-Terran

TERRAN, el vino que en su día encomendó a su hijo.

Sí. Yo he sido muy tirado para delante, y él también. Ahora discutimos porque creo que la bodega se le ha quedado pequeña. “No tengo dinero”. “Pues vete al Banco y pide dinero”, le aconsejo. “Que no”. Mi hijo es más cerebral que yo.

El papel del riesgo en el negocio

Recuerdo que Pedro Antonio de Marcos, a quien conoces, me preguntaba “¿pero cómo piensas pagar esto, Javi?” “No lo sé, Pedro Antonio, trabajando”. Lo increíble es que los Bancos me daban dinero, y lo devolvía con intereses.

Mi tranquilidad se basaba en saber que era capaz de producir dinero. Mi hijo es más cerebral, lo calcula todo más, que está muy bien, no siendo tan arriesgado como era yo.

.- ¿Hubieras preferido que tu hijo hubiese continuado contigo?

Es el sueño de cualquier padre, pero ahora estoy feliz. Además, tener trabajando a dos hijos juntos con mucho carácter es complicado.

.- Jajaja

JOANA-BELLO

VINO dedicado a su hija Yoana, que creó su propia etiqueta.

Mi hija Yoana también es una mujer con mucho carácter, y seguramente hubieran chocado. Ahora estoy feliz porque a Javi le va genial, trabajando mucho. Acabo de hablar por teléfono con él, que vuelve de estar en Madrid con Peñín.

“Hijo, que los míos también han estado con Peñín y ya están trabajando en la bodega”. “Estoy reventado”, me dice, y lo entiendo, porque trabaja todos los días de la semana, y llega el sábado y se monta en el tractor. Sé lo que es eso, y al final te pierdes un tiempo precioso de estar con tus hijos. No puede ser todo negocio, negocio y más negocio.

«El tiempo precioso perdido»

.- Ahora, con 55 años, echas la vista atrás.

“Joé, si hubiera estado un poquito más de tiempo con mis hijos, con la familia…”. Pero este negocio es así. Trabajas toda la semana. Y los fines de semana, como la gente tiene fiesta, vienen a verte. Mis primeras vacaciones las tuve a los 30 años. Mi ex mujer marchaba con mis hijos, o con mis padres, o con los suyos, o con una amiga. Yo me acercaba el sábado y volvía el domingo. Al principio estaba metido aquí yo solo. Ahora ya somos 21 personas en bodega.

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

JAVIER en la zona de carga de la bodega.

.- ¿Cuál es el ‘veneno’ del vino?

El vino se lleva en las venas. Mi nuera se enfada conmigo, pero yo le doy a catar vino a mi nieto, que tiene 5 años, que desde pequeño le daba a oler el vino, un rosado, un blanco, un crianza, un vino joven. A mi nieto le llamo “el torito”, que es un como un toro bravo, el Javier, un San Pedro enterito. Y si su padre se deja un culito de vino en la copa, va él y se lo bebe. Que eso es cosa suya. “La culpa es tuya”, me reprocha mi nuera. Jajaja. Algo que llevas en la sangre, algo así sentido, es mucho.

.- ¿Cuántas generaciones de vino se remontan en tu familia?

Que yo sepa mi bisabuelo Gerardo, mi abuelo Félix, mi padre Javier San Pedro, después yo, y ahora mis hijos. Ellos ya tenían viñas y elaboraban vino para vender a granel, como hizo mi padre, que por entonces venían los de Bilbao y se lo compraban.

.- Lo vuestro es un mandato de generación a generación.

Que nosotros sepamos, llevamos 675 años en Laguardia.

JABI-COPA-GRAN

No te lo he contado, pero mi padre cuando vio mi proyecto, la bodega en obras, cierto día iba andando y se puso a llorar. “Hijo -me dijo- qué cojones has tenido con todas las trabas que yo te he puesto”. Aquel día, cuando vi que a mi padre se le caían las lágrimas, fue un día increíble. Un día que nunca podré olvidar.

Mira, la viña El Pisón, de Juan Carlos, era de mi bisabuelo, que le entregó la mitad a mi abuelo (que luego se la entregó a mi padre), y la otra mitad a la madre de Juan Carlos. Luego mi padre le vendió su parte a Juan Carlos.

Muy de la DOCa Rioja

.- Me da que tú eres muy DOCa Rioja.

Yo soy DO Rioja, y dentro de la DO Rioja, soy Rioja Alavesa.

Rioja-Alavesa

Compro uvas de Alfaro (entre 10.000 y 15.000 kilos a un amigo) porque un Graciano de Alfaro es mucho mejor que un Graciano nuestro, porque allí tienen más horas de sol y madura mejor. Igual con el Cambio Climático el Graciano nuestro mejora. Claro que en Tempranillo les damos cien mil vueltas.

.- No te dejas llevar por el corazón en lo que a Rioja Alavesa se refiere.

Bueno, yo casi todo el viñedo lo tengo en Laguardia. Y todos mis probadores de uva, exceptuando uno de Alfaro, están en Rioja Alavesa. Tengo viñedo entre Elvillar y Leza, y mis proveedores son todos de Laguardia, El Campillar, Lapuebla, Elvillar, Samaniego y Leza. Si alguien puede poner en todas sus botellas «Rioja Alavesa» soy yo.

.- Pero no lo pones.

Yo tengo un negocio, y a 31 de diciembre me tienen que salir los números, que aquí hay más de cien familias que comen de esto, incluidas la mía y la de mi socia.

TRES-VALLOBERAS

Esta película que se ha montado con lo de “Viñedos de Álava”… Bueno, a mí me parece genial que cada cual tome sus decisiones, yo lo respeto. Lo que sí me fastidiaría mucho es que con el dinero de todos, otros jueguen con ventaja. No me parecería bien que las instituciones le empiecen a meter un dinero extra a las bodegas que se vayan a “Viñedos de Álava”.

700.000 Vallobera en USA

.- ¿Cuál es tu fortaleza bodeguera?

Hoy por hoy Estados Unidos de América. Allí vendemos vino en todos los Estados, unas 700.000 botellas de nuestro vino.

.- ¿Cuál es allí vuestro vino bandera?

Vallobera, sin duda. Nuestro magnífico crianza está que se sale.

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

.- Vuelvo con la pregunta del principio. ¿En qué momento vital te encuentro, Javier?

Con respecto al 2019 estamos, a nivel nacional, en un crecimiento del 36%. Estamos en ese momento de “no tengo vino”. Nos llama el cliente y esa es la respuesta. “No te puedo servir vino, ya lo siento, no tengo vino”. El Consejo Regulador este año me ha calificado el semidulce en octubre, que no lo habían hecho nunca. El 1 de octubre saqué al mercado el vino “El marido de mi amiga”, del 2022.

MARIDO-AMIGA

.- ¿Qué nos dices de tu equipo de 21 personas?

Yo he querido crear marca “Vallobera”, y siempre preparando gente joven. Al cargo del marketing, contabilidad y demás está mi hija Yoana. En comunicación tengo a Erlantz un joven de 29 años, y en la dirección comercial a un joven de 37. Mi sobrino terminará en 2023 enología y se incorpora para elaborar vino conmigo durante 3 o 4 años. Hay un línea a seguir, creando empresa. Y si mañana falto, este negocio funcionará igual.

«No me jubilaré nunca»

.- Tienes 55 años, así que teóricamente te quedan diez años más.

Yo no me jubilaré nunca. Mi hija me dice “Papa, este caballo es difícil de montar, así que el día que tú no estés ¿qué voy a hacer?” “Tirar para adelante”, le contesto, “con el buen equipo que tenemos”. Aquí el mérito no es de una persona, es de un muy buen equipo, muy involucrado en el proyecto. Una sola cabeza y dos manos no pueden con todo.

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

CAJAS de vino cargadas en un coche para pasar las Navidades.

.- ¿Dónde quieres estar dentro de diez años, cuál es el reto a diez años vista?

Retos empresariales tenemos muchos. Pero yo no quiero llegar ya a ningún lado. Quiero que lleguen ellos, todos esos jóvenes de mi equipo de los que te he hablando.

Quiero que tengan iniciativas… Recuerdo que saqué un rosado de dos años, que se llama Yoana, por mi hija, que es una apasionada de los rosados italianos. A ella le pedí un diseño de la botella. Iba a producir 2000 botellas, pero cuando vi el magnífico diseño que hizo Yoana, saqué 13.000.

.- Algo te atrajo del diseño que hizo Yoana.

Un rosado de Rioja que se vende a 9 euros la botella. “¿Te has vuelto loco?”, me preguntó mi hija. “Esto se vende solo por la botella”, le contesté. Pues bien, esas botellas de Yoana se venden hoy por cupos.

CRIANZA-94

BOTELLAS del 94 a buen recaudo en la bodega.

Vinos sensuales

.- ¿Dónde quieres llegar?, sigue siendo mi pregunta.

Gracias a Dios estamos en el número de botellas que ya no quiero pasar de ahí. Ahora se trata de conocer y entender aún más el viñedo, su comportamiento antes los cambios. Quiero que los vinos se expresen para diferenciarnos de los demás. Nunca vamos a hacer ni vinos de Viñedos Singulares, ni de pueblo, porque nuestro modelo de negocio nos funciona muy bien.

.- ¿Has llegado entonces donde querías?

Mi mujer actual, Sara, una deportista nata, bebe poco vino, pero lo que bebe es bueno. Cuando salimos por ahí y bebe vino, reconoce cuando es Vallobera. “El que prueba Vallobera se queda con Vallobera. El sabor permanece en la memoria”, me dice. Eso es muy importante para nosotros. La fruta, la redondez en boca, la sensualidad…

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

DEDICATORIA escrita en la contraetiqueta pensando en Sara.

.- Un vino “sensual”, eh!

Cuando utilicé por primera vez esa palabra en una cata, hubo gente que sonrió, pero al terminar la cata me dijeron que tenía razón, que Vallobera es sensual, un vino que te envuelve, que te enamora, que te atrapa.

¿Llegar? No quiero llegar a ningún lado. Quiero que la gente cate un Vallovera y sepa que es Vallobera. ¡Para qué más!

«Pensando en ti»

.- ¿Tienes en la cabeza algo que va a sorprender a los tuyos?

El año pasado cogimos un viñedo de 1928, de casi cien años. Hice 600 botellas con la garnacha blanca, que se llama “Pensando en ti”, un vino que dedico a Sara, mi mujer.

Y este año saco el “Pensando en ti”, en tinto, que va a ser algo distinto, con una elaboración diferente que llevo probando cuatro años y que, al final, le hemos encontrado el punto.

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

Son vinos más envolventes, con otra forma de trabajar los azúcares y las lías. Son otras 600 botellas que salen ahora.

.- Si te hubiera dicho cuando te alejaste del amparo de tu padre que ibas a llegar a donde hoy estás con 55 años…

No me lo hubiera creído. Cuando estaba en política, Ramón Rabanera me preguntó qué ponían sobre mí en la propaganda electoral. “Agricultor”, le dije. “¿Pero cómo que agricultor?, pon enólogo, pon empresario”. “No, Ramón, pon agricultor”

.- Un agricultor que ha caminado detrás de un sueño.

El otro día se lo decía a mi mujer. Piensas en un sueño, anhelas un sueño, y yo que llevo en esto ya treinta y tantos años, no se trata de alcanzarlo, lo importante ha sido la persona en la que me he convertido para querer alcanzar el sueño.

Escribir-Botel

Cuando tú tienes claro una cosa y pones todo tu corazón, todos tus sentidos, evolucionas de tal forma que te vuelves más sociable, más cercano, más amable, más generoso. Te cambia mucho la vida. Y un día, sin casi darte cuenta, eres una mejor persona.

He evolucionado con mis vinos. Hubo un tiempo que mis vinos eran duros, y yo era duro, como ellos. Ahora soy un tío más amable, más sentimental, más asentado. Y mis vinos son también así, como yo.

RECORTAR-SIERRA

Vida y vino, vasos comunicantes

.- ¿Cuál fue tu peor añada?

El año que me separé de la madre de mis hijos, de la que me enamoré con 13 años, de la que me separé con 45. Yo estaba enfadado con el mundo. Y se trasladó a los vinos… Y mi mejor añada ha sido la última.

.- En quién te has convertido con 55 años.

Está mal que hable tanto de mí.

.- Pero estás hablando de tus vinos de alguna manera, y viceversa.

Entrevista a Javier San Pedro Rández de bodegas Vallobera

Me he convertido en buena gente, Julio. En buena gente que se preocupa más por las personas que tengo a mi alrededor que por sí mismo. Hoy soy una persona feliz si veo a mi gente feliz. Me he convertido en una persona normal, con la responsabilidad de ser muy consciente de que más de cien familias viven del negocio que yo he creado.

Que me perdonen, pero creo que soy buena gente. Y mis vinos son buenos vinos.

20 respuestas a “Con una gran cepa tatuada en el alma”

  1. Lea Madariaga dice:

    Me gusta la gente con la determinación de Javier San Pedro, preocupado por los suyos, que piensa más en ellos que en sí mismo. Por ahí se empieza a cambiar el mundo

  2. Jon Artetxe dice:

    Que sus vinos son grandes vinos, doy fe. Muy grandes. Su Vallobera crianza es mi predilecto. Desde que lo bebí, este Rioja Alavesa siempre está al alcance de mi mano, en mi bodeguita de casa, junto a otros

  3. Arene Amezaga dice:

    Me parece muy importante que en esta entrevista al agricultor y empresario Javier San Pedro no se deje a un lado su paso por la Alcaldía de Laguardia, de donde salen experiencias jugosas que una lectora como yo valora. Y que el entrevistado, generoso en sus manifestaciones, cuente lo que significó en Euskadi y en el norte de España ser un alcalde del Partido Popular en la Laguardia vitícola. Así que felicitaciones al periodista Julio Flor y a su entrevistado.

    Estábamos de vacaciones, pero se os ha echado mucho de menos. ¡Zorionak. Feliz año nuevo para todos!

  4. Begoña Tudela dice:

    Caray, cómo choca cuando San Pedro afirma que su peor añada de vino fue cuando se separó de su ex mujer. Me hace pensar. Y seguro que es verdad.

    Mucha suerte a toda esa gran familia bodeguera!

  5. Kata Bengoa dice:

    Saber hilar fino con las palabras del otro. Me basta un detalle. El bodeguero de Laguardia tiene una cepa y un lobo tatuados en su espalda, pero el título de la entrevista es «Con una gran cepa tatuada en el alma». Magnífico, de verdad. Luego la entrevista está jalonada de animales, halcones, ovejas, toros, caballos, lobos… Es importante mantener esa conexión con la Naturaleza para elaborar vinos magníficos.

  6. Pedro Martínez Hernández dice:

    Si no existiera el mundo del vino, Javier San Pedro lo habría inventado!!! Me encanta este tipo de personas que le ponen pasión a todo lo que tocan!!! Yo también soy así!!! No te jubiles nunca!!! Esa palabra no tiene cabida en nuestro diccionario.
    Algún día espero conocerte

  7. Pedro León dice:

    Leo todo el artículo y muy a pesar de conocer casi todo de Javier y gran parte de sus vinos me emociono por la madurez que muestra en las declaraciones, por lo honesto (como sus vinos), porque en definitiva le admiro y le quiero.
    Ahora lo veo como padre, como abuelo y como un elaborador de vinos referentes en Rioja Alavesa y en toda la D.O. Ca. Rioja.
    Ahora lo veo como el referente que fue su padre para él, lo es o lo ha sido él para su hermano Carlos, para su hijo Javier y para su sobrina Lucía.

    Este fin de semana he visitado Las Orcas y catado varios vinos a cual más interesante con una proyección y futuro increíbles…, en estos tres casos ¿podría ser que los alumnos han superado al maestro…???, ahí lo dejo, somos todos mayorcitos, cada uno que saque su conclusión en función de sus gustos vitivinícolas y experiencias…, En cualquier caso Javier, padre y abuelo…, mi más sincera enhorabuena, has llegado donde seguramente sólo en tus sueños llegabas de joven y has conseguido ser un referente en tu familia, para los tuyos que sé muy bien que es el papel más importante que haces. Amigo de tus amigos.
    Un enorme abrazo.
    PL.

  8. Antonio Mijangos Martinez dice:

    Totalmente de acuerdo, Javier, con la idea que expresas de que el trabajo hecho con ilusión y de corazón transforma a la persona. Que el corazón, como el vino, va adquiriendo calidad, madurez, serenidad, claridad y categoría. Pero ¡ojo!, que el corazón en el trabajo egoísta y explotador se agria, como el vino mal cuidado.
    Me ha gustado la entrevista a corazón abierto, sincera, diáfana, sin tapujos. La vida enseña a quien quiere aprender. Un buen día me dijo tu padre: «Antonio, lo que más siento es no haber estudiado más». Tu padre fue un gran discípulo de la Vida. Tuvo la humildad de aprender de ella, como tú.
    Termino contándote una anécdota. Dices que a tu padre no le gustaba embotellar. ¿Sabías que me mandó a Ecuador en unas Navidades unas botellas de vino sin etiqueta? Nos supieron a gloria a los misioneros que estábamos allí… Al final, después de leer y releer tu radiografía, solo me queda decirte: ¡Eres hijo de tu padre!

  9. Miguel Larreina dice:

    «He evolucionado con mis vinos. Hubo un tiempo que mis vinos eran duros, y yo era duro, como ellos. Ahora soy un tío más amable, más sentimental, más asentado. Y mis vinos son también así, como yo.» Me ha encantado la entrevista en la que se narra esta transformación desde la dureza a la amabilidad. Yo conocí a Javier en aquellos «años de plomo» del cambio de siglo y lo he vuelto a ver quince años más tarde en esta entrevista.
    En aquellos años había que ser duro para presentarte a alcalde por el PP y estar dispuesto al riesgo y al guardaespaldas permanente. Y en esta tierra dura siempre dividida entre requetés y nacionalistas, antes entre carlistas y liberales o entre agramonteses y beamonteses, para destacar como duro había que ir de «muy duro».
    Hoy las cosas han cambiado y Rioja Alavesa, cada vez más vieja y despoblada, no está para divisiones sino para unir esfuerzos y trasladar a Vitoria un mensaje fuerte. Los 675 años que llevan los San Pedro en Laguardia, sus bodegas, sus viñas, las más de cien familias que viven de ellos, son argumentos más que suficientes para que su voz se oiga y se tenga en cuenta.

  10. Javier San Pedro Rández dice:

    Después de leer la entrevista, tan sólo puedo decir gracias Julio por trasladar al lector mis palabras con ese tacto y profesionalidad que has tenido. No es fácil plasmar sobre el papel el sentimiento de otra persona al hablar de su vida profesional y personal.

    Por otra parte, la alegría que me produce el leer los comentarios de personas que conozco y no conozco, es impresionante.
    Quiero agradecer todas vuestras palabras, tanto las que hablan de mi familia como las que hablan de nuestros vinos y sobre todo las que hablan de mi padre, que tanto echo de menos día a día. Si de algo estoy orgulloso es de mis hijos y sobre todo, como dice Antonio Mijangos (hombre al que respeto y admiro) ser hijo de mi padre.
    Gracias a todos desde lo más profundo de mi corazón.

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