La entrevista con Florentino Martínez Monje, que en febrero sufrió un infarto agudo de miocardio, de bodegas Luberri, es, en parte, un tributo a la amistad que le unió con Fernando, juntos durante décadas en la aventura de vender sus vinos respectivos.
Ambos se llamaron hasta el último momento.
Ante el fallecimiento de su amigo Fernando, el bodeguero de Elciego nos confesará que en estos meses le ha echado de menos hasta la lágrima, a la vez que lamenta que Álava no le reconociera en vida con un gran premio.
Será una mañana de homenaje y reconocimiento. Tras una larga conversación de cien minutos, visitaremos la viña La Mezana, que le vendiera Fernando, de más de cuatro hectáreas. La mitad de las cepas plantadas por Florentino y la otra mitad por Fernando.
.- Esta viña es como esa vida a medias que habéis tenido.
“Exactamente”.
Aquí está la cosmovisión del mundo del vino, la galaxia de los sentires humanos por la buena gente, por la viña y la bodega. Hablamos con Florentino, un trabajador incansable que tiene una segunda oportunidad para seguir viviendo. Bien pudiera ser la entrevista más intensa y sincera publicada por este Blog.
Decía el poeta Friedrich Hölderlin que “lloramos a los muertos como si ellos sintieran la muerte, cuando los muertos están en paz”.
Les lloramos, quizá, porque sabemos que la vida no será tan hermosa sin ciertas personas. Seres queridos a los que no volveremos a abrazar. Personas que no volverán ni a reír ni a caminar por los renques de la vida a nuestro lado.
Palabras de bodega entre la vida y la muerte
Además de conversar, Florentino y yo beberemos dos vinos, Las Salinas zuri (blanco), y el nuevo, aún sin etiqueta, Arrosa de Luberri, un rosado ancestral 100% Cabernet Sauvignon, una de las uvas más conocidas del mundo, cuya fermentación concluyó dentro de la botella.
Acabaremos comiendo en La Cueva de Elciego, bien acogidos por Alex Bañares, donde nos encontraremos circunstancialmente con vecinos de Elciego que celebran que Florentino siga con nosotros y nosotros con él.
La conversación irá al fondo. Hablaremos de la vida y la muerte, ya que en sus pensamientos aquella noche se despidió definitivamente de su mujer y sus dos hijas.
Con la vida restablecida, la entrevista rezuma alegría y entusiasmo vital por los cuatro costados, además de emoción, con la felicidad de haber recuperado una segunda oportunidad para seguir viviendo sin miedo.
Tal es así, que el viticultor de Elciego volvió a trabajar con el tractor al segundo día de haber salido del hospital. Y ahí sigue, que esta última semana ha estado labrando y despuntando en las viñas.
Con el sentido del humor que le caracteriza, hablaremos del pasado y presente de Rioja Alavesa, sin obviar la actual crisis global del vino, la vendimia en verde o la destilación de los vinos de la DOCa Rioja.
… «Pensé que la vida se acababa»
.- ¿Qué tal estás?
Me lo preguntas por el infarto de miocardio que sufrí el pasado 26 de febrero. Ahora estoy muy bien, pero pensé que la vida se acababa.
.-¿Cómo fue el ataque al corazón?
Aquel día fui a cazar jabalís con unos amigos a Villanueva de Valdegovía, aquí en Álava. Tras la jornada de caza, comimos tarde. Me tomé un cafecico y volví para casa, a Elciego, donde hice una hora de bicicleta estática.
Mi mujer me preguntó qué quería de cenar. “Acabamos de comer, Marijose, pero me tomaré un caldo”, tras lo cual me quedé dormido en el sofá. Serían las 12 de la noche cuando marché a la cama.
.- ¿No habías notado algo los días anteriores?
Sí, algo había notado. Pero esa noche, ya en la cama, sentí un fuerte dolor en el pecho. “Joder, me dije, esto es un infarto”. Mi mujer me comentó que me haría una manzanilla. “Llama rápidamente a la ambulancia que me está pegando muy fuerte”.
.- La ambulancia llegaría rápido.
Muy rápido, en unos minutos… imagino que estarían cerca. En ella vinieron un médico, una enfermera y el chófer. Yo estaba blanco y frío. El médico vio que era grave. Al llegar me echó una sustancia con un spray en la lengua y me dio unas pastillas.
Aquella noche hacía un frío de la hostia, me bajaron a la ambulancia, que con las puertas abiertas entraba el viento norte, tanto que pensé que cascaría por culpa del frío.
Llamada de Fernando Remírez de Ganuza
.- Estabas consciente, entonces.
Totalmente. Me daba cuenta que estaba jodido. Desde la ambulancia llamaron a otra a Logroño para indicarles la ubicación. Me subieron a la gasolinera de Laguardia, donde me cambiaron a la otra ambulancia, con un frío de la rehostia.
Dentro de la nueva ambulancia empezaron a ponerme pegotes de todo tipo por el pecho, pinchándome y demás. Camino de Logroño pararon porque me dieron ganas de vomitar. Marijose venía detrás con el coche y al vernos parar, según me contó luego, pensó “este ha cascado”.
.- Eso te lo contó cuando te pusiste bien.
Se mosqueó un poco. Devolví y continuamos hasta el hospital San Pedro de Logroño. Me llevaron a un quirófano que parecía una nave espacial. Allí me metieron varios stent hasta el corazón.
Del quirófano pasé a la UVI, o la UCI, donde vino una doctora joven que me explicó que lo mío había sido un infarto muy grave, y que habían puesto tres stent, con lo cual todo estaba en su sitio. “Permanecerá aquí tres días”.
.- Esa primera noche o a la siguiente recibirías sin tu saberlo una llamada muy especial.
A la siguiente noche me llamó mi amigo Fernando. Se enteró por mi sobrino que trabaja para él o por mi hija Laura, no estoy seguro. Yo seguía en la UVI, pero todavía no tenía el teléfono. Fue Marijose quien me dijo “te ha llamado Fernando”.
«Quise pensar que Fernando saldría adelante»
.- ¿Conseguiste hablar finalmente con tu amigo?
Al día siguiente me dijeron que podía tener el teléfono conmigo. Así que le comenté a Marijose “Luego le llamo”. Le llamé, pero no me respondió nadie, ni tan siquiera su hija Cristina.
Yo sabía que había ido a Barcelona a hacerse una revisión. Le llamé pero no me cogió. Mi hija Laura y Cristina se estaban enviando mensajes por WhatsApp. Fernando había tenido una recaída. Pensé “Fernando es valiente, seguro que sale adelante”. Estaba como yo en la UVI y quería ir a planta.
.- ¿Le volviste a llamar?
Sí, le llamé otra vez, para preguntarle a Cristina cómo estaba. Pero nadie me cogió. Con los días yo me puse bien, pero a las dos semanas de aquello Fernando se murió. Las semanas anteriores había venido a mi casa a tomarse por la tarde un café con leche y hablar conmigo.
“Vengo a estar contigo cinco minutos”. “¿Te ponemos de cenar?” Nos tirábamos una hora o dos charlando, recordando nuestras aventuras… Y ahora, ahora le echo mucho de menos… Hemos estado juntos más de media vida.
En lo que al negocio de nuestras respectivas bodegas se refiere, hemos tenido los mismos distribuidores para Madrid, Bilbao, San Sebastián… Venían a lo mío y luego a lo de él. Y al revés. A todos se los había presentado yo.
La aventura de vender vino
.- Hacíais vinos distintos y no erais competencia.
Él hacía un vino caro y yo sobre todo hacía el vino joven de maceración carbónica y algo de crianza. A la primera feria que acudió, la de Gourmets, fue conmigo, que llevó dos botellas a un stand mío. Allí llegó Bartolo, Carlos Delgado, y probaban sus vinos. Yo empecé antes, pero luego vivimos juntos la aventura de vender vinos.
Nuestra relación era de comer muchos días y cenar juntos muchos otros. Nuestras mujeres siempre se llevaron muy bien. Bueno, aquí en el txoko… Todas esas cortinas las pusieron Marijose y Marisol. Todos estos muebles también nos los trajo él. Que si una mesa, que si “una alacena que me he encontrado para vosotros”, que si ese armario. Eran las cosas de Marisol y Fernando.
.- ¿Desde cuándo os conocéis?
Desde que empezamos a tener coche, aunque a Fernando el coche se lo quitaba su padre, porque él empezó a llevar el coche sin tener aún carnet de conducir. Él tenía un amigo en Oyón, Cecilio, que era de Elciego. Cecilio siempre me hablaba de “Meano”, que a Fernando siempre le hemos llamado Meano, porque era de Meano, aunque en realidad nació en Elvillar.
.- Me lo contó en una entrevista publicada en el Blog.
Solía decirle “tú no eres navarro, te jodes, porque tú eres vasco de Elvillar”. “No, de eso nada, yo soy navarro de pura cepa”.
La compra de las primeras fincas de Domecq
.- Os conocéis desde la adolescencia, casi.
Antes de que hiciera el primer negocio. Que compró dos chorizos y los empezó a cambiar, y luego lo de la lonja en Bergara, y la relación con su padre, Antonio, que era una bellísima persona. “Ay la virgen, este hijo mío se me va a torcer”. Era un negociantillo, ya se le veía venir, en sus buenas relaciones con la gente del chorizo de Baños de Río Tobía, en La Rioja.
.- ¿Ha sido el gran amigo de tu vida?
Sí, de los mejores amigos de mi vida. No de chavales, pero después hemos tenido muchísima relación como ya sabes.
.- Me dijo que tú le habías enseñado a elaborar el vino de Maceración Carbónica, que en eso tú eras el mejor.
Cuando compró la primera partida de fincas a Domecq fuimos recorriendo las fincas por aquí y por allá, todo yeco, todo lleno de piedras, que luego las preparó todas. Después le busqué gente para venderlas. Entre nosotros no había dinero, lo nuestro era amistad.
También compró fincas por Elciego, y cuando cerraba el trato, cenábamos todos los días en mi casa. Veíamos media fanega, mil metros, y luego íbamos a ver de quién era. Cenábamos dos huevos, él con mucha sal. “Marijose, trae el salero”. “Que ya tiene mucha sal, Fernando”. “Tú trae el salero”. Luego yo le iba presentando a la gente.
Pusieron en pie las bodegas hace 30 años
.- En el 94 tú estabas haciendo esta bodega de Elciego en la que estamos, y Fernando estaba haciendo lo propio en Samaniego.
El vino lo crió en Muga, en unas 100 o 200 barricas que le dejaron en Haro. Sería en el 93 y el 94. La primera cosecha de Fernando la crió en Muga.
.- Entonces no tenía conocimientos del mundo del vino.
Era yo quien le asesoraba. Pero él tenía ideas propias sobre la selección de las uvas. Fernando tenía una teoría:
“Si se hace vino en bodegas medio limpias y sin seleccionar la buena uva, si yo selecciono las viñas y la uva, si mantengo una limpieza total, de mi bodega saldrá un vino mejor”. Con su bodega empezó por esas fechas, el 93 o el 94.
.- Estabais compartiendo vuestro proyecto intensamente.
En esa época me acompañó a la feria Gourmet a Madrid, que él llevó seis botellas. “Alguno probará mi vino en Madrid”. Allí estuvo conmigo, en mi stand, toda la feria.
.- La llamada telefónica de Fernando desde la UVI fue probablemente la última llamada de su vida, como decir una despedida final entre amigos.
Fernando ya había estado delicado dos o tres veces anteriormente, habiendo perdido todo el pelo por los tratamientos, con operaciones bastante fuertes. Yo siempre le animaba. “Joder, Fernando, del primer día hasta ahora, has mejorado muchísimo”.
Pudo ser la última conversación de su vida
.- Hospitalizados los dos, tú en una UVI y él en otra UVI, aquella hubiese sido una conversación especial. ¿O no?
Si hubiéramos hablado… hubiese sido la última vez. En el hospital de Logroño estábamos varios aquejados del corazón… Aquello fue una noche de infartos. Cuando me pasaron a planta, hablando con otro infartado, nos decíamos “si se acaba, se acaba, al menos hemos llegado hasta aquí”.
.- ¿Qué edad tienes ahora?
73 años. “Hasta aquí he llegado”, dije para mí.
.- Si hubieras contestado aquella llamada de Fernando en la UVI, ¿qué te hubiera gustado decirle a tu amigo?
“¿Saldremos adelante, Fernando?”. “A ver si retomamos como hace veinte años las cenas”, que íbamos seis o siete amigos con las mujeres a cenar por ahí los sábados. Esto también me lo decía él antes de la tercera operación. Y algún día salimos después a cenar por ahí dos o tres veces.
.- Con Fernando también compartiste la afición de la caza.
Hombre! Si yo te contara… Ha sido la rehostia. La verdad es que cada vez tengo más afición por la caza.
«Soy malo para llorar»
.- Cuando dices que le echas de menos a Fernando… ¿le echas de menos hasta la lágrima?
Me acuerdo mucho de Fernando, mucho. Yo soy malo para llorar, pero sí se me han soltado las lágrimas. Siempre amigos, aunque alguna vez hemos tenido alguna enganchada, como los buenos, pero sólo palabras, eh!
.- La vida sin Fernando no hubiera sido la misma, eso está claro, ni para ti, ni seguramente para la Comarca.
En Rioja Alavesa Fernando ha sido muy importante, dando prestigio a la zona. Si progresas mucho en Madrid, pasas desapercibido. Pero aquí… Lo que más me jode es que no le han hecho en vida el homenaje que merecía. En sus negocios ha ganado mucho dinero, pero también lo perdía. Los dos nos hemos echado un capote. Aparentemente tenía un BMW, un ML, un Mercedes, y lo que sea, pero en ocasiones el bolsillo estaba jodido.
.- ¿Qué tipo de reconocimiento se hubiera merecido?
No sé, había que haberle nombrado “Empresario del Año” o algo muy importante, porque para Rioja Alavesa, y por tanto para Álava, ha sido fundamental, dando progreso a los pueblos. De hecho, Fernando saludaba a todo el mundo, se tomaba un café con el que fuera, entraba a todas las bodegas.
Pero mira tú, no le han hecho un reconocimiento como es debido al igual que le han hecho a Juan Luis Cañas, que también se lo merece, pues ha creado una empresa con dos cojones, haciendo una gran marca.
«Sin Marijose, ni un minuto más»
.- ¿Tuviste miedo a la muerte en pleno infarto?
No. Cuando estaba en la ambulancia pensé en mi mujer, en mis hijas y en mis nietos. “Bueno, hasta aquí hemos llegado”. En mi cabeza me despedí de ellas a mi manera, serenamente. “Esto es un infarto, y de esto se muere la gente”. Yo esperaba otro latigazo. Pero no dije nada, ni entonces, ni después de que me abrieran las tuberías.
.- Pensaste que te podías morir, y permaneciste tan sereno.
Yo no soy creyente, así que no me dio por rezar. A la doctora aquella se lo dije, una tal María, que me había despedido a mi manera de los míos, “Agur, hasta aquí hemos llegado”. Le dije que había estado tranquilo, sin miedo a la muerte. De hecho… le tengo más miedo a la vida que a la muerte.
.- ¿En qué sentido?
Porque en la vida les puede pasar algo a las hijas, a los nietos, o a ti que te quedes paralítico, o gagá.
Hay hombres que brindan “para que nuestras mujeres no se queden viudas”. Yo nunca brindo por eso ni de broma. Yo no me quiero quedar viudo, prefiero morir y que ella quede bien. Sin Marijose no quiero estar aquí ni un minuto más.
Dos cigarrillos y un blanco al día
.- ¿Te han mimado más después del infarto?
Qué va, aún me riñen más.
.- Jajaja
Ahora me fumo dos cigarrillos al día y me tomo un blanco. Y me echan la bronca. “Laura, le digo, si yo te digo que me fumo un par de cigarros, eso es verdad”. Y hay días que ninguno.
.- ¿Bebes ahora menos vino que antes?
Bebo lo mismo que antes. Comiendo y cenando, si estamos solos, bebo agua. Si voy a comer contigo, tomaré vino. Esto desde hace muchos años.
.- ¿Y las tareas del campo?
Eso sí. Esta semana he estado labrando y también despuntando las viñas. De hecho, cogí el tractor al segundo día de haber salido del hospital.
«Ponte en mi lugar»
.- Por teléfono te dije “Florentino, no paras”, y me contestaste “Julio, no hay que parar”.
Vamos a ver. Ponte en mi lugar: estás jubilado en un pueblo como Elciego. ¿Voy a ir a tomar un café al bar del jubilado? ¿Dónde hostias vas? ¿A pasear? ¿Te sientas en casa a ver la tele, que es lo mismo todos los días, y peor que lo mismo? ¿O escuchas la radio, donde hay buena gente, pero también mala gente?
.- ¿Quién es buena gente para ti?
Coño, el que piensa que todos tenemos derecho a comer y a vivir. Me digo qué suerte tenemos los pobres, porque si no fuera por nosotros los ricos tendrían que trabajar. Si no les haríamos falta, no estaríamos aquí, eh!
.- ¿Cómo estás viviendo esta crisis del vino a nivel global?
Mal. Ves, ahora me hace falta una copa de vino y un cigarrito.
.- Jajaja
La vivo mal porque nosotros hemos pasado muchas crisis. Saldremos de esta, que es la peor, pero hay que trabajar mucho.
Un primer brindis por la memoria de Fernando
.- ¿Por qué es la peor?
Siempre hemos pensando que cada una de ellas era la peor, pero es que en las otras la gente seguía estando bien. Ahora la gente cada vez bebe menos vino, la publicidad contra el alcohol es exagerada. Espera voy a poner un par de blancos.
.- ¿Por qué brindamos, Florentino?
Vamos a brindar por la memoria de Fernando, ¿te parece bien?
.- Me parece justo y necesario. ¡Salud!
Eso que no falte, la salud.
.- Qué vinazo, Las Salinas zuri. Dime una cosa, ¿cómo ves tú las subvenciones para llevar a cabo la llamada vendimia en verde?
Cuando se te cae el alma al suelo
Me alegro que me preguntes por la vendimia en verde. El otro día estuve a punto de llorar, y ya te digo que soy malo para eso. Pero casi se me saltaron las lágrimas.
El domingo bajé a la viña La Mezana con el despuntador. A lo lejos vi a dos chavales de 25-30 años, chica y chico, que estaban cortando racimos y tirando todas las uvas al suelo.
.- ¿Qué pensaste?
Date cuenta que empiezas el relevo generacional, con veintitantos años, tirando las uvas al suelo en junio. Y no como yo, cuando iba con mi mujer a sacar las piedras de las fincas, con toda la ilusión del mundo.
Cortar las uvas en esta época puede ser bueno para quitar excedente, pero cortar y cortar como si estuvieras vendimiando la uva… se te cae el alma al suelo. Unas uvas perfectas, sin una mancha de nada. No hice fotos, pero el alma se me cayó a los pies.
.- Es para sortear la crisis en este momento.
Si es así, chapeau, puede ser. Pero a un chaval que empieza y quiere hacer lo que hacía su padre. ¿Qué ilusión vas a tener? Además, eso no es para siempre.
«Se está quedando el campo triste»
.- Aseguran que el próximo año no habrá “vendimia en verde”.
Esa es otra.
Pero mira, Marijose y yo nos hemos pegado unas sobas a sacar piedras en el remolque, y venga, a la orilla, al montón. Y ahora cuando las cepas están perfectas, vas y tiras la cosecha. ¿Y empiezas tu vida vitivinícola tirando las uvas?
.- ¿Qué me dices de la destilación del vino?
Es otra salida con subvenciones. Pero insisto, que seas joven y empieces la vendimia en junio, tirando las uvas… ¿A qué hostias vas a ir a la viña ya? Se está quedando el campo triste…
.- ¿Saldremos también de ésta?
No hay que perder la ilusión…
Pero a los que vienen por detrás dan ganas de decirles estudiar, aprender otras cosas, un oficio, y marcharos de aquí.
.- Es lo os dijeron vuestros padres: “chiguito estudia y márchate de aquí”.
Mi padre me decía -que aquellos sí que las pasaron putas-, “no compres una finca ni hostias, métete a lo que sea, camionero, guardia civil, lo que sea, pero no te quedes en el campo”.
Rioja Alavesa ha prosperado como pocas
.- Al parecer tú no le hiciste caso.
Al revés, pero si resulta que ellos no habían pasado más que miseria en la posguerra, con momentos muy jodidos.
Mi padre hacía vino que luego vendía. Si salía bien, cambiaba de mula y de carro. ¿Cómo vivían? Tenían gallinas, conejos, algo de huerta… y poco más. Que en esta zona hubo mucha miseria en los años cincuenta. De ahí hemos pasado a muchos años buenos y esta zona ha prosperado como pocas.
.- ¿Cómo está tu ilusión con 73 años?
Yo sigo con la misma ilusión.
.- ¿Qué la mantiene?
Mis hijas me dicen que esto funciona, que va tirando. No hay la alegría de antes en las Ferias del vino.
.- ¿Cómo está Luberri en 2024?
Estamos a nivel del año pasado, que eso ya es la hostia. De aquí siguen saliendo palés, no sé si vendrá el bajón después, o no vendrá. Yo no llevo la bodega, ni los papeles. He sido campero y viticultor toda mi vida.
Morir con las botas puestas
.- Tú vas a seguir hasta que el cuerpo aguante. “Morir con las botas puestas”, que decía el otro.
Por supuesto. Me levanto y ya sé dónde voy a ir.
.- Me ha dicho tu hija que te tiene geo-localizado.
Por si acaso. Pero salgo cada mañana a la viña sin miedo alguno. Y en este tiempo he ido a cazar a Huesca. “Joder, y te atreves a ir”. “Claro que sí”. El otro día fui con un amigo, pero muchas veces voy solo. “¿Y si te pasa algo?”. “Si me pasa algo y me muero, pues ya está. Prefiero morir en la viña o cazando que rezando el rosario”.
.- ¿La vida es maravillosa, Florentino?
Y tanto que lo es, si te la tomas como es debido. En el tractor tengo aire acondicionado, música, radio… y estoy feliz.
Tener el mayor número de amigos
.- Voy a brindar por ti, Florentino, añorando a tu amigo Fernando, pero valorando a los vivos.. Te veo encendido, con energía, con garra, con ganas.
Gracias. Hay que vivir el momento y tener el mayor número de amigos que puedas.
.- Vivir el momento.
Ahora mismo estoy a gusto contigo hablando, tomando un blanco. Y sentir la libertad, que junto con el respeto es lo fundamental de la vida. Respetar, ser respetado y ser libre.
Para mis nietos quiero que luchen y trabajen, que el trabajo no trae nada malo como decíamos Fernando y yo.
.- Ambos somos agnósticos, pero sería bonito pensar que un día cuando te mueras te ibas a encontrar con Fernando.
Yo soy estratosférico, y mira la suerte que hemos tenido de vivir aquí, cuando la Tierra ya no se ve a seis millones de kilómetros. Y mira todas las galaxias que hay, y las millones de estrellas. Así que somos muy poca cosa, pero qué bueno vivir aquí, en esta mota de polvo del universo que es la Tierra.
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Qué dos grandes, Fernando y Florentino!! Me he emocionado varias veces. Mañana la volveré a leer. Es una de esas entrevistas que, entre otras cosas, ayudan a vivir.
Gracias, Juan
Tan auténtica conversación es un canto a la vida. No hay otro periodista que aborde estos asuntos como tú, Julio Flor.
Un canto a la vida, a la amistad, a su esposa… con la sabiduría de los que han vendimiado la esencia del ser
Gracias, Dora
Es el abrazo de la amistad que perdura a través de los años. Una lectura muy entrañable. Nos vincula con la infancia y la adolescencia que estos dos gigantes han sabido mantener. Es un abrazo de titanes. Tan sincero que dan ganas de elevarlo a la esencia literaria. Zorionak!!!
Gracias, Lea
Para quienes sabemos lo que es estar a punto de perder la vida por razones profesionales o físicas, esta entrevista tiene el especial interés de valorar lo que es tener una segunda oportunidad en la vida.
Julio nos acerca con sensibilidad y ternura a la personalidad de Florentino, un hombre que prefiere morir en la viña a estar sin hacer nada. Un hombre que valora extraordinariamente la amistad y que no querría vivir ni un minuto más sin su Mary Jose. Es una entrevista que canta a la vida y no a la muerte.
Gracias, Carmen
Qué importante es sentir la tierra, la viña, la cosecha transformada en excelente vino.
Qué importante es sentir en tu piel los avatares, a veces desgraciados, de los que empiezan de nuevo, en ese continuo renacer del campo alavés.
Pero, amigas y amigos, qué importante, lo más importante, es vivir al calor y la aventura de la AMISTAD, el verdadero vino de la vida.
Felicidades a Florentino y a Julio por hacernos sentir partícipes de ese mundo de recuerdos y vivencias, con los amigos que no están físicamente, pero que viven cada día en cada uno de sus amigos de siempre.
Gracias, Alberto
Inspiración para muchos de nosotros
Gracias, Jose
Totalmente de acuerdo con Florentino.
Deberíamos de crear los premios Fernando Remírez de Ganuza.
Fernando es a la Rioja Alavesa lo que Dom Perignon es a la Champagne.
Gracias, Luis
Tú sí que eres la hostia, Florentino. Como tú amigo Fernando. Dos almas gemelas. Luchadoras hasta el límite. Admirables
Gracias, Antton
Tengo tanto que comentar y a distintos niveles… que prefiero brindar por estos veteranos, Fernando y Florentino, y por otros muchos de la Comarca, que han sabido transitar entre el viejo mundo de las carretas y el nuevo de la inteligencia artificial que asoma la patita. Son una lección viva, como he leído que dice el joven José Gil, para el presente y para el porvenir
Eskerrik asko!!!
Mileskeer, Kepa
Aupa Florentino, gora gu eta gutarrak, levanto en alto mi copa de vino por los estratosféricos!
Eskerrik asko, Arene
«Lloramos a los muertos como si ellos sintieran la muerte». Yo no creo esto. Creo, más bien, que los muertos, nuestros muertos, sienten nuestras vidas. Vivir sin miedo, después de lo que te ha pasado Florentino, pero vivir sin miedo a la vida, con coraje, con esperanza, echándole mucho valor a todas las circunstancias. Esto es vivir. Estamos viviendo momentos en los que el instinto nos empuja a tirar la toalla, a dejarnos hundir. Es lo más fácil, pero no soluciona nada. Bonita historia de vida y cruces compartidas. «¡Saldremos adelante!», le hubieras dicho a Fernando. Buen lema para estos momentos: A pesar de los graves presagios, ¡Saldremos adelante!
Gracias por tu testimonio de profunda amistad y por tu fortaleza ante la adversidad.
Gracias, Antonio
Lo de los premios F. Remírez de Ganuza -que propone Luis R- me parece una gran idea, un homenaje que espero se llegue a realizar.
Gracias, Elena
Dos luchadores que siempre vieron una puerta hacia el futuro.
En estos momentos tan duros en el sector vitivinicola y con noticias en la prensa que no ayudan a ver una salida honrosa, la ambición, el trabajo y el espíritu de Fernando y Florentino tiene que volar por la Comarca y pensar todos a una: «Saldremos adelante!».
Gracias, Fernando
Excepcional trabajo que realizan en esta bodega la familia Monje Amestoy. Constancia, sudor y esfuerzo para lograr los excelentes vinos que elaboran.
Topa bizitzaren alde!!
Eskerrik asko, Alain