“Abrazo la biodinámica, la permacultura, la Luna, para abrazar ese viejo mundo que hemos perdido. En ese sentido me considero un asistente de la naturaleza”.
Este es el bodeguero que ha obtenido 98 puntos sobre 100 con su Kalamity 2020, bendecido año a año por el escritor Luis Gutiérrez y, por tanto, por la prestigiosa revista ‘The Wine Advocate’. De eso también hablaremos hoy, si bien el encuentro es mucho más que una puntuación.
Si Oxer aspira a entender las plantas, a cuidar los suelos de sus viñedos, a sentir la hondura de las raíces de sus cepas centenarias, yo quisiera entenderle a él, recogiendo la gracia del Peter Pan que lleva dentro, divertido y luchador, junto con el sentir nómada de quien abraza diferentes tierras vitivinícolas.
Como espíritu libre que es, a Oxer hay que saber entenderle con una mirada amplia. Es un bodeguero creativo, dotado de la fuerza telúrica que lleva a sus vinos, a sus etiquetas, a los nombres, donde hay una huella palpable de mitología, música y literatura.
Son las suyas unas botellas únicas donde entra y sale el genio de Gernika, de Rioja Alavesa, y ahora de Toro. Todos juntos en su alma de calados antiguos. Pero todos y cada uno en su sitio. En su hábitat, donde en esta charla, disfrazada de entrevista, emergen hoy Laguardia y Lapuebla de Labarca,
Estamos en el interior del pabellón de una bodega, a la que Oxer llama “transitoria”, en Lapuebla de Labarca, “hasta que vaya -me cuenta- a una bodega con calados que voy a adquirir en el barrio de bodegas de Lapuebla”.
La camiseta de Oxer recoge la portada del primer disco del grupo musical Pixies. Una música que ha sonado durante la vendimia temprana que ha llevado a cabo este año.
Su idea es recuperar esa vieja bodega con calados que ya suman, al menos, doscientos años de historia. “Lapuebla debería invertir en adecentar el barrio de bodegas, que tiene mucho que dar en el futuro, lleno de buenas bodegas”.
.- Estás atravesado por diversos paisajes vitícolas, especialmente por Rioja Alavesa, Oxer.
En Laguardia llevo viviendo 18 años, fíjate. Pero ha sido en Lapuebla donde he encontrado una bodega Kalamity. Es en este pueblo de Rioja Alavesa donde elaboro además un ‘village’ de Lapuebla que se llama Matalas, que quiere ser un homenaje a los primeros vinos que bebía cuando venía a Rioja Alavesa con mis padres, lo que me arraiga un poco más a Lapuebla de Labarca.
.- ¿Qué te gustó de la bodega vieja?
Es inexplicable, como el amor. Me gustó la vibración, el olor. Fue entrar y decir “¡hostias, es Aquí!”. Cuando bajé a los calados ya me volví loco. El silencio, la serenidad. Me enamoré.
A las levaduras del campo les gusta la luz, y cuando entran en la bodega les gusta la paz y la tranquilidad. Eso es lo que tiene la bodega de Lapuebla. Ese olor a humedad que tanto me recuerda al vino. La voy a remodelar con el saber del arquitecto Javier Arizcuren, que también elabora vinos.
.- Una bodega de principios del siglo XIX quitándote el sentido, eh!
Sabes que estoy conectado con el viejo mundo, de hecho creo que hemos perdido algún hilo, y trato de conectarlo. Por eso abrazo la biodinámica, la permacultura, la Luna… para abrazar ese viejo mundo que hemos perdido. En ese sentido yo me considero un asistente de la naturaleza.
.- Este año has elaborado en el pabellón de esta bodega transitoria.
Si todo va bien, en el 2024 ya estaré en el barrio de bodegas de Lapuebla. Mi empresa sigue siendo Oxer Wines. “Wines” porque vendo el 60% de mi vino fuera.
.- ¿Qué nuevos proyectos tienes en mente este año?
Estoy con la segunda añada de Ahari, nombre de una especie de elfo que salía por las noches a asustar a la gente para reírse de ellos. En la contra etiqueta recuerdo la frase de Pablo Picasso “Todo lo que puedas imaginar es real”.
Ahari es un compendio de viñas viejas de Laguardia, Leza, Navaridas y Elvillar. Es un vino sutil, floral, muy mineral. Ha sido sacarlo y quedarme sin botellas. En realidad no me quedan botellas de ningún vino. Tengo que ponerme a embotellar la cosecha del 21. Bueno, el Matalas 21, con 5000 botellas, tardó apenas tres días en ser vendido.
.- ¿Te ocurren estas cosas estupendas por la buena valoración que hace Luis Gutiérrez de tus vinos?
Todo ayuda. Sus 98 puntos a mi Kalamity son un buen empujón. Yo ya llevo una trayectoria, pero es cierto que cuando Luis Gutiérrez te puntúa bien, todos sabemos que te posiciona en el mundo.
.- Tienes el cuarto vino mejor puntuado por The Wine Advocate en todo Rioja.
Tengo que decir que es una gozada catar con Luis Gutiérrez porque es un tío que prueba miles de vinos al año y no es cualquiera, además de una bellísima persona. Con Luis descubrí a la persona. Catar con él me da mucha paz. Lo suyo va de sentimiento.
.- Esos 98 puntos para tu Kalamity significan que tu vino “le acelera el corazón”.
El Kalamity lo descubrió él de hecho. Luis fue el primero en valorarlo. En ese vino se juntan dos tierras y dos variedades, Garnacha de Cárdenas (Rioja Alta) y el Tempranillo de mis viñas viejas de Elvillar. Un suelo es arcillo ferroso y el otro arcillo calcáreo, que me dan dos tipos de taninos que al unirse salta una largura y una seda impresionante. Una seda que se funde en los labios.
.- ¿Es tu vino preferido, el más amado?
Es el más icónico. Pero si hablamos de amor, los amo a todos por igual, como un padre a sus hijas e hijos. Porque todos tienen su historia y su porqué.
Marko fue el primer vino que hice. ¿Cómo no le voy a tener cariño? El primero que elaboré de Rioja Alavesa fue el Suzanne, y el primer Kalamity es de 2014, porque cuando vine a Rioja Alavesa vine a un nuevo mundo en el que practicas el ensayo-error y vuelta al ensayo-error.
.- Aquí has crecido como vitivinicultor y como ser humano.
Yo he crecido con los vinos, porque he sido completamente autodidacta. He crecido gracias a que aquí he encontrado paz. Mi sitio. Con lo difícil que es a veces encontrar tu lugar en el mundo.
.- Recordabas la frase de Picasso, “Todo lo que puedas imaginar es real”. ¿Te ha pasado a ti con Rioja Alavesa, imaginaste un día lo que estás viviendo ahora?
Más que tener una perspectiva de futuro, yo me dejo llevar instintivamente. Vivir tal y como hago al palpar los vinos. De hecho bazuqueo los vinos con mis manos, los infusiono más bien, los tengo que sentir, sí. Sentir la temperatura para ver cómo va la fermentación… Es una manera de conectar con los vinos.
.- ¿Cuándo supiste que estabas en el camino profesional adecuado?
Cuando vine a hacer el curso en Laguardia y acaricié las cepas, porque fue con las cepas más que con la tierra. Esas viñas viejas bien arraigadas aquí, con esa raíz que puede llegar a 20 metros o más, con esa fuerza telúrica. Eso me fascinó. De hecho venía de Gernika que está cerca del mar, y decidí venirme aquí, tierra adentro, entre el Mediterráneo y el Atlántico.
.- ¿Hay distancia entre cómo lo haces tú y cómo lo hacen otros aquí en Rioja?
Lo bonito es que cada uno interprete el vino a su manera. Si pruebas mis vinos, todos tienen un hilo conductor. Los reconoces. “Hostia, son de Oxer”, dirás. Eso es muy importante para mí, porque se ve mi mano y mi conexión con el vino. Al no haber tenido mentor alguno, mis vinos se han impregnado de mí.
.- ¿Te sientes comprendido en Rioja Alavesa?
Sí, sí, sí. Aquí me siento muy bien. Además, la relación que tengo con Laguardia, con Lapuebla, con Samaniego, con Villabuena… es bestial. Tengo aquí grandes amigos. Dieciocho años de amistades.
.- ¿El de Gernika se ha hecho riojanoalavés?
Jajaja. Sí, yo diría que un poco sí. Pero por encima de Gernika o de Araba yo soy vasco de Euskalherria.
.- Que no se nos quede en el tintero ningún nuevo proyecto.
En estas barricas hay un blanco nuevo.
Además del Iraun, estoy haciendo este blanco nuevo de dos parcelas en concreto, de la parcela de Tartalo y de Artillero, porque esa zona es muy diferente de las otras. El Iraun quedaría como un Ahari, un blanco de pagos viejos, y el “Grand Cru” (así lo llamo mientras le encuentro un nombre), tiene otra sutileza, otra mineralidad.
.- Las uvas crecen durante meses hasta que cortas los racimos de Elvillar. Los has traído aquí en una furgoneta frigorífica. Ahora fermentan en grandes barricas de Borgoña de 600 y 500 litros, y cuando esté embotellado irá a medio mundo. ¡Qué manera de liarla, no!
Estoy ya en treinta países. El vino irá por mar y volando.
Me encanta viajar y explicar mi proyecto a toda esa gente que lejos de aquí ha confiado en mí. Lo que sienten ellos es muy parecido a lo que siento yo. Eso es una conexión. Es curioso que sumilleres de una parte y otra del mundo, desde Kazajistán hasta Estados Unidos, o Francia o Bélgica… coincidan en sus diferentes catas.
.- Probablemente tú no te enteres de la Crisis, y es una manera de decirlo.
Es bestial lo que estoy creciendo en ventas, es verdad. Este año he vendido los vinos por cupos al extranjero. “Pide ahora lo que tengas que pedir, porque luego no habrá”. Es el sueño de todo bodeguero, pero ostras, también hay que tener mucho cuidado, porque nadie quiere morir de éxito.
Para eso tengo dos manager, Jenny Van Lieshoot, que es profesora de Master of Wine, y Juanjo Valgañón, que son mis dos brazos. Tengo la suerte de que me llaman los distribuidores y he podido elegir con quienes trabajo, pero alguien se tiene que ocupar de ellos. En exportación se ocupa Jenny, y Juanjo se encarga de ventas nacionales.
.- ¿Cuántas botellas de vino van a salir de la elaboración de este año?
Este año he elaborado más vino que nunca, casi 30.000 kilos de uva propia en Rioja Alavesa. Salvo una uva que compro, pero trabajada también en biodinámica, que es la de Cárdenas; y otra uva que también compro para el Matalas a dos proveedores de Lapuebla que tienen unas viñas espectaculares.
Este año he hecho una plantación en Leza, en key line (línea clave), respetando las curvas de nivel, en el monte, de 720 metros cuadrados, con un suelo impresionante. Lo que significa que haré una selección masal de mis mejores viñas, incluidas las de Cárdenas, injertándolas en esa viña.
.- Estás entrando a fondo en la viticultura, plantando futuro.
Siento que tenía que dejar algún legado para el futuro. Hasta ahora he estado comprando viñas viejas. Cuando le dije al gran enólogo chileno Retamal que no compraría ya más viñas viejas, me dijo “no te lo crees ni tú”, jajaja.
.- Tienes los 30.000 kilos de uvas de Rioja Alavesa, y tienes mucho más
En Gernika, de Hondarrabi Zuri y Zerratie, he metido otros 30.000 kilos. Y luego está Toro, en Zamora, donde he metido otros 6.000 kilos de uva. Así que este año, entre las tres DO tengo 66.000 kilos.
.- Cómo se llama tu vino de Toro
Kuusu, que viene a ser un espantapájaros de la mitología vasca que ahuyentaba a los espíritus malignos. Siempre estoy conectado con el viejo mundo y con la mitología, con lo que sueño mucho. Kuusu, un tinto con Tinta de Toro y un 8 o un 10% de Albillo Mayor, que es la Torrontés de aquí.
.- ¿Qué has descubierto en Toro?
Es curioso, porque el primer vino que probé cuando tendría 13 años fue un vino de Toro, donde vive Mario, un tío mío que se casó con una hermana de mi madre.
.- Aquel vino que casi se masticaba por entonces.
Pero nunca se me olvidó ese vino. Te diría que a todos los sitios a los que voy le encuentro su aquel. En Toro tengo viñas de 140 y 150 años, de pie franco, a las que la filoxera no pudo atacar, con las que hago el Kuusu.
.- En todos los sitios encuentras algo, eh!
En todos los sitios me encuentro bien. Nunca olvidé la violeta de Tinta de Toro. La base de mi vino de Toro es la violeta. Recojo las uvas un poco antes que lo que se recoge allí porque detesto la sobre maduración que para hacer mermelada está bien, pero para hacer vinos no.
.-¿Cómo ha sido esta última vendimia?
De cirugía. Se adelantó unos 10 ó 15 días, pero la gente paró porque no tenían grado ni málico, con la acidez baja. Yo he preferido recoger antes que los demás para no perder el PH, que tenía 3,3 o 3,4. Al catar las uvas los taninos estaban algo más ásperos, pero es la añada. Luego, a la hora de procesarlos, he visto que el tanino ha quedado muy fino, muy goloso.
.- ¿Qué añada dirías que vas a tener?
Es pronto para decir cómo serán mis vinos de 2022. Lo que sí han sido es unas uvas impresionantes, de fábula.
.- ¿Qué has aprendido este año 2022?
Vivimos en un mundo que fluctúa desde el principio de los tiempos. Hay que vivir adaptándose a lo que hay, a lo que ocurre. Nunca he sido catastrofista. Más bien soy optimista, muy optimista.
.- Se es o no se es.
Eso es. Ser o no oxer, jajaja.
Yo me enamoro de lo que hay, Julius, hago mi radiografía, siento las cosas, incluso ahora mismo, apoyados en esta tina de madera puedo sentir el vino.
.- ¿A qué suena musicalmente tu vino?
En vendimias muy a Pixies, luego se va acercando a Nick Cave, y cuando va terminando la vendimia irrumpe un Mozart. Con la canción de Kalamity (en fermentación) de los Sonic Trash, producida con Rafa Sardina, un amigo que tiene 18 Grammys.
.- Te veo feliz, Oxer.
Estoy tranquilo, que para mí la felicidad es paz con uno mismo. Ahí voy, tengo mis más y mis menos, pero voy hacia esa paz mental, o zen. Estoy feliz.
.- Lo que le habías pedido a la vida te lo está dando.
Sobre todo este último año. Cierto es. Estoy muy a gusto en Araba, que la gente de aquí me lo ha puesto fácil. Estaba bastante arraigado de antemano, porque mis padres vendían en el restaurante de Kortezubi mucho vino de Lapuebla.
Amé Rioja Alavesa desde el minuto cero. Y hoy es el día que, cada mañana, al levantarme, salgo por las calles de Laguardia y cada día me enamoran más. Amo Laguardia con mayor pureza si cabe. Sí, sí, ahí voy.
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Grande Oxer! Larga vida a personas extraordinarias
Muchas gracias, Carlos
Me gustan los Pixies, qué decir de Mozart o de Cave. Me encanta la pasión y la positividad de Oxer. Suena bien la mitología vasca en sus marcas. Seguro que me gustan sus vinos.
Muchas gracias, Begoña
Gernika, Toro y Rioja Alavesa, vaya póquer de ases con Oxer. Su txakoli me encanta. Aupa ahí!
Eskerrik asko, Antton
Pixies lehenengo, Nick Cave ondoren, Mozart amaitzeko. Ardo horiek imajinatze hutsa plazerra sentitzea da.
Azkenaldian behin eta berriro entzuten dudan Nick Cave, beste mundu batetan murgiltzen nauen sakontasunez beteriko Cave… Eta alabari zerbait existitzen den galdetzen didan bakoitzean ematen diodan erantzuna: izena duen guztia existitzen da. Mungian dagoen basoa bezala, IZENADUBA: izena duen guztia bada.
Hau guztia elkarrizketa baten irakurtzeak asko hunkitu nau eta magiaz beteriko ardo horiek imajinatzea lortu dudala uste dut irakurketak iraun duen unean.
Eskerrik asko, Oxer, mundua ederrago egiteagatik. Eskerrik asko, Julio, elkarrizketatuen emozioak azalerazteagatik.
Hermoso lo que cuentas Amaia, que el bosque de Olentzero en Mungia se llama IZENADUBA: Izena duen guztia bada / Todo lo que tiene nombre, existe.
Mila esker
Cuánta creatividad. Laguardia lo conoce bien, y lo quiere. ¡Prepárate Lapuebla de Labarca!, en el mejor sentido de la frase hecha lo digo.
Muchas gracias, Aguilera
Pixies en primer lugar, Nick Cave después, Mozart para terminar. El mero hecho de imaginar esos vinos produce placer.
Nick Cave, al que escucho una y otra vez últimamente, un Cave lleno de profundidad que me sumerge en otro mundo… Y la respuesta que le doy a mi hija cada vez que me pregunta si algo existe: todo lo que tiene nombre existe. Como el bosque que hay en Mungia, IZENADUBA: todo lo que tiene nombre, es.
Me ha emocionado mucho leer todo esto en una entrevista, y creo que he conseguido imaginar esos vinos llenos de magia durante el rato que ha durado su lectura.
Eskerrik asko, Oxer, por hacer el mundo más hermoso. Eskerrik asko, Julio, por transmitir así las emociones de lxs entrevistadxs.
Eskerrik asko, Amaia
Egin didaten elkarrizketarik sakonena eta ederrena. Eskerrikasko ene Julius…?
Eskerrik asko, Oxer
Ciertamente más que una entrevista es una declaración de principios, pautas, metas de una vida entregada a una vocación. Oxer, eres como la cepa enraizada en la tierra, la historia y la tradición, cuyas hojas y sarmientos producen la uva de hoy que se hará vino en tus manos mañana. En medio de la sequia de buenas noticias, es bueno leer y escuchar palabras que invitan a vivir lo positivo de nuestra Historia. Existe, pero hay que buscarlo. Mirar hacia atrás para seguir hacia adelante con esperanza… Puestos a proponer nombres para tus vinos, te propongo el nombre de TXIXILU (la mesa plegadiza que había en las cocinas vascas junto al fogón) Suena a familia, calor y proyectos compartidos.
Muchas gracias, Antonio
Per saecula saeculorum Mijanjos jauna…?
Gratias multas / Muchas gracias, Oxer
Eta eskerrikasko zuri Amaia zure hitz xarmantengatik…?
Eskerrik asko, Oxer
Mi querido Charles….; muxu bat ?
Muchas gracias, Oxer