Mar 21, 2021

Una toponimia vasca que habla: los despoblados

Hace unos cuantos siglos se despoblaron por distintos motivos muchas localidades de Rioja Alavesa. Fueron lugares concretos, reales, con su iglesia, sus casas, sus campos, sus gentes. Gentes que nos han legado a veces poco más que unos nombres. ¡Pero qué nombres!

Constituyen en su conjunto una toponimia vasca valiosísima que nos da mucha información sobre los primeros repobladores.

Miguel Larreina. Doctor en Ciencias.

Toponimia vasca

ABUNDAN los despoblados en Rioja Alavesa.

Es aceptado por historiadores y arqueólogos que Rioja Alavesa, al igual que otras muchas regiones de Europa, desde el siglo V hasta finales del VIII estaba prácticamente despoblada, salvo unos pocos eremitas y pastores, y que es en el siglo IX, coincidiendo con el nacimiento del reino de Pamplona, cuando la vida comenzó a resurgir en las nuevas y minúsculas aldeas que se van levantando en esta reseca sonsierra.

En los siglos X y XI, tras el repliegue de los musulmanes y el fortalecimiento del reino de Pamplona se aceleró el proceso repoblador de Rioja Alavesa-Sonsierra, como lo atestiguan las evidencias pétreas (ermitas, necrópolis, puentes, torres de Assa, Buradón, Marañón…) y unos textos escritos que ya empiezan a citar los nombres de muchas pequeñas aldeas, castillos, iglesias y monasterios.

Muchas de esas aldeas aguantaron bastantes siglos, pero finalmente sucumbieron y desaparecieron de la Historia como por arte de magia, como si allí no hubieran vivido durante muchas generaciones unas gentes que conquistaron un territorio, construyeron un paisaje y nos dejaron en su toponimia un mensaje muy claro. Esas localidades fantasmas son lo que llaman “despoblados”.

A finales del siglo XIII, en el máximo demográfico de la Álava medieval, ésta contaba con algo más de 500 aldeas, de las que aproximadamente un 12% desaparecieron entre la Baja Edad Media y principios de la Edad Moderna. En la Rioja Alavesa-Sonsierra este porcentaje de aldeas despobladas se eleva por encima del 30% lo que indica a las claras la dureza de la comarca, bien por su falta de agua endémica, por la pobreza del terreno o por ser el baluarte militar de Navarra frente a una poderosa Castilla.

Toponimia vasca

VIEJAS aldeas de las que queda una ermita y un nombre.

No todos los despoblados de Rioja Alavesa-Sonsierra que vamos a analizar estos días tienen que ver con la crisis demográfica bajomedieval. Hay algunas desapariciones de aldeas que han tenido lugar en el siglo XII como Assa y otros a principios del XVII como Berberana, lo que demuestra que el proceso de despoblamiento responde a lógicas más complejas que la debacle de hambrunas, guerras y pestes de los siglos XIV y XV.

Cada localidad desaparecida tiene una microhistoria especialmente apasionante, siendo varios los factores que habrían determinado su despoblamiento: migración a las villas recién aforadas de Laguardia, Labastida, Labraza y Viana, enfriamiento climático en las aldeas altas, episodios bélicos o epidémicos concretos, pérdida de valor geoestratégico del lugar, desecamiento de fuentes…

Fue el fuerte enfriamiento climático del siglo XIV y primera mitad del XV, con sus secuelas de hambrunas y epidemias, la principal causa que redujo a la mitad la población del Reino de Navarra. La Peste Negra de 1348 causó los primeros estragos demográficos en la Sonsierra.

Al poco tiempo hay una fuerte sequía, propiciando una segunda gran mortandad, describiéndose así el panorama del agro navarro en 1368 : “los labradores son así disminuidos, menguados y empobrecidos, tanto por las grandes mortandades y por las grandes y malas compañías de guerras, por la esterilidad del tiempo…”.

Otro documento del mismo año nos cuenta, cómo en un intento de no pagar impuestos los labradores llegan a huir del reino, como lo hicieron los vecinos de Samaniego: “Veinte fuegos solían ser de labradores e en este aynnno non se faillo ninguno car por la grant pobredat se fueron fuera del regno”. Unos noventa años antes, los funcionarios navarros nos habían dado noticia del despoblamiento temporal de Oyón y Moreda.

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ALGUNOS pueblos actuales también se despoblaron en algún momento.

La Gran Peste de los años 1.400-1403 fue mortífera en la Merindad de Estella, incluida la Sonsierra. Por ejemplo, Labraza se despobló totalmente en 1400-1401 y el rey eximió de pechas a los vecinos de Laguardia en 1406 y 1407 con el siguiente argumento: “como el dicho lugar se vaya de día en día despoblando y disminuyendo, por cuanto es situado en frontera y no osan vivir allí los del dicho lugar”.

En las Constituciones Sinodales de Calahorra del año 1410 se habla de esta despoblación creciente: «hay yermos y despoblados, aunque no del todo, como si quedaran dos, tres o cuatro vecinos donde solían ser veinte o treinta e dende arriba». En los años 1421-23, hubo otro episodio de peste en Navarra: “algunas localidades han sido grandemente despobladas y disminuidas de gentes y bienes por mortandades y otras causas diversas”.

La Sonsierra en 1427 tenía 1014 casas habitadas de las que algo más de la mitad eran de la Villa y Tierra de Laguardia, con unos 526 fuegos o hogares que se distribuían así: 173 Laguardia, 64 Elvillar, 39 Kripan, 32 Samaniego, 29 Lanciego, 26 Yécora, 25 Oyón, 20 Elciego, 18 Leza, 17 Navaridas, 16 Villaescuerna, 12 Baños, 12 Barbarana, 11 Moreda, 10 Páganos, 10 Quintana, 8 Viñaspre, 2 Pazuengos, 28 Labraza, 2 Gorribusto.

Para esas fechas habían desaparecido Murriarte, una de las Navaridas, Armentarana, Quintanilla, Estobledo, Riñanilla, Assa, Artajona, Buradón, Quintana,… Tras siglo y medio de paz y crecimiento económico, la crisis demográfica de fin del siglo XVI y del XVII se llevó a otras aldeas como Berberana, Esquide, etc. Comentamos los despoblados más importantes por orden alfabético:

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ARMENTARANA: «el valle del monte pétreo».

  

ARMENTARANA: Aldea medieval al norte de Laguardia, bajo el Monte Palomares en el lugar hoy conocido como “los molinos”. En 1427 ya era un despoblado, aunque en el siglo anterior tuvo 13 familias. En el siglo XIII ya se hablaba de los molinos que existían en el río llamado Armentaran o Armentarana.

La etimología vasca de Armentarana está fuera de dudas, al menos en su “arana” final; aunque del “Armenta” inicial algunos ven una etimología latina, desde “armentum” o “rebaño de ganado mayor”, no es arriesgada la interpretación vasca de “armentia” como “monte pedregoso”, máxime cuando Armentarana está justo debajo de un monte pétreo (Palomares) y cuando se repite este topónimo vasco en otros lugares de Álava y la Sonsierra.

Hay topónimos y apellidos con ese significado de monte rocoso o monte de la peña (Armendi, Armendia,), según Mikel Belasko o Irigoyen en “Apellidos vascongados con sus significados”. Hay otros muchos “Armendari” (término de Ullibarri), “Armendia” (términos de Lagrán y Aspuru) “Armendegui”, “Armendila”, “Armentia” (pueblos de Vitoria y Treviño), “Peña de Armentia” (en montes de Vitoria), “Armentari” en Abalos,…

ARTAJONA: Aparece citada esta aldea sonserrana sita entre San Vicente y Samaniego   en el año 1075, cuando el rey Sancho de Navarra da la mitad de la iglesia y villa de Artajona al Monasterio de San Millán. Parece que fue destruida a finales de la Edad Media, en uno de los largos asedios infructuosos a que fue sometido San Vicente por los castellanos. De ella solo queda una necrópolis con trece tumbas.

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ARTAJONA, topónimo vasco para describir un pequeño encinal.

Nadie duda de la etimología vasca de Artajona, aldea homónima de la villa navarra de Artajona, derivadas de “Artaso” o “Artaxoa” con significado de pequeño encinal, bosquete muy extendidos por toda la Rioja Alavesa-Sonsierra.

ASSA: Se cita en los siglos X-XII como una importante tenencia militar de los reyes de Pamplona junto al estratégico puente sobre el Ebro que había en los siglos XI y XII entre Assa y la torre de “Pons maiore”. Hay una preciosa cita de finales del siglo XII, al poco de destruirse el puente, que nos informa cómo los campesinos de Assa estaban abandonando masivamente la aldea yéndose a vivir a la vecina villa de Laguardia.

Los expertos que han estudiado el topónimo Assa, presente también en otros lugares con toponimia vasca (Yabar, Villanueva, Urdanoz, Berganzo), hacen derivar el nombre de la palabra vasca “ats” (lugar fangoso), aunque yo me inclino por su relación con el abundante topónimo navarro-riojano “yasa” empleado en las ramblas o crecidas de los ríos y derivado a su vez de la palabra vasca “jasa” relacionada con el paleoeuropeo “aisa”. En definitiva, dos vías etimológicas desde el euskera que le van muy bien a nuestra Assa, inundada periódicamente por las crecidas del Ebro.

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LA palabra Assa expresa en euskera una «rambla de río» o «lugar fangoso».

BERBERANA: Tal vez este despoblado es el más conocido de la Comarca, uno de los más tardíos en desaparecer, de los pocos que cuentan con evidencias arquitectónicas. Estaba situada al norte de Leza, debajo del monte “Recilla”, justo debajo de dos manantíos “Fuensagrada” y “Las Fuentecillas”, donde nace el río Avarojo. En varios documentos del siglo XIII y en la Sentencia de aguas de 1377 se habla de Varbarana.

Respecto a la etimología de este topónimo algunos autores, entre ellos Ciérbide, Alarcos, Tovar, Enciso…ven un origen latino, incluso ven un antropónimo como en casi todas las localidades alavesas terminadas en ANA, y lo traducen con las propuestas simples y absurdas de “villa de Barbarus”, villa de bárbaros, o “villa del barbero”.

Mi propuesta, por su ubicación en el nacedero de fuentes, por la topografía del lugar, por el hecho de que la segunda parte del nombre (arana) es claramente vasca, por los topónimos similares de la región, por otros topónimos del entorno inmediato… es que el nombre Berberana-Berbarana es un hidrónimo vasco o vasconizado con el significado de “el valle en que brota el agua”.

Para justificar esa propuesta, hay que decir que existen muchos lugares con nombre similar en los dominios del Reino de Navarra del siglo XI, en zonas de habla vasca. En muchos casos se ubican junto a ríos, en pequeños valles interiores o en las cabeceras de altos valles. Hay, por ejemplo, una Barbarana y una Barbarenilla como despoblados cerca de San Román de Campezo. Está también el Monasterio de San Martín de Berberana, en el Ebro frente a Mendavia.

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BERBARANA, «el valle en que brota el agua».

Junto a la Sierra Salvada, en su cara norte hay un valle colgado llamado “Barbarán” en el nacedero del arroyo Tertanga (Amurrio), y justo al otro lado de la misma sierra, en el valle de Losa, tenemos un pueblo llamado Berberana, en “el salto del Nervión”. Dos Barbatillas en Guereñu y en Gomecha, el término de Barbarain en Azúa, el pueblo de Barbarín en Navarra, junto a un “arroyo bueno”, paralelo al Camino de Santiago,…

La interpretación como “agua que brota” encaja muy bien con los “Berberana” mencionados, así como con varios topónimos de la Sonsierra y regiones próximas que empiezam por “berb”: en Viñaspre y Meano tenemos la Fuente “Berbenosa”, en Moreda “las Berbenzanas”, en Oyón “Berbés” sobre “Fuente Antigua”, en San Román de La Rioja otra Berbenosa, Berbajón en Islallana, la fuente de “Berberiego”,…

Por otro lado, importantes investigadores como Menéndez Pidal, Villares o Sevilla estudiando otros topónimos parecidos, apuntaban bien a la raíz ligur BORB- o a la indoeuropea BHER- con significado de “hervir, borbotar”, referido al “agua que brota o hierve”. Así que creo que ese concepto “berb”, fuera o no vasca inicialmente, fue adoptada como suya por la población vascoparlante del altomedievo.

Abundando en esta idea no me resisto a contarles la misteriosa leyenda de un pueblo al otro lado de los Pirineos, en el Alto Garonne, que tiene un gran lago que se alimenta extrañamente por una fuente interior y que se llama Barbazan (con una fuente en su escudo): “Jesús y San Pedro en viaje por la región vestidos como pobres pidieron hospitalidad a los habitantes de Barbazan. Estos se la negaron y fueron castigados por S. Pedro que hizo brotar una fuente que cubrió completamente el antiguo pueblo”.

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TORRENTEJO como Biurco, aldeas junto al «vado de un río».

BIURCO: Monasterio desaparecido al norte de Yécora que se cita por vez primera el año 1057 cuando el rey de Pamplona Sancho IV vende a su sobrino, el Señor Fortuniones, el Monasterio de San Miguel de Biurco “con sus tierras y sus viñas y con su decanía de San Andrés del Monte de Marañón con sus molinos y con su casa de Biurco”.

Este topónimo “biurco” se repite en varios sitios de la Sonsierra (Laguardia-Elvillar, Yécora y Bargota) es derivado del hidrónimo vasco “ibiur” con significado bien de “pequeño paso fluvial o vadillo” o bien desde “dos aguas” por confluir en el punto dos arroyos. Otros investigadores resaltan el significado de “torcido o tuerto” que vendría de la palabra vasca “bihur” (torcido) más el sufijo “ko” diminutivo arcaico, que habría que interpretar, según Knörr, con el matiz de ‘pequeño meandro’.  

BURADÓN / BILIBIO: Los dos riscos de Buradón y Bilibio separados por un Ebro fácilmente vadeable en los secos veranos de la Alta Edad Media constituyeron una unidad poblacional y religiosa, un punto de gran importancia geoestratégica.

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DOS riscos y dos aldeas en el vado del Ebro.

En la orilla alavesa del río, Buradón fue un paso natural obligado de la Sierra que conectaba el Valle del Ebro y la Llanada Alavesa, como lo atestiguan el castro, la iglesia paleocristiana, los eremitorios, las necrópolis, el castillo y la población medieval. A pocos metros, en la otra orilla, Bilibio tuvo también su castro, sus eremitorios y su leyenda sobre San Felices y San Millán a finales del siglo V y principios del VI, enseñando el Evangelio por esos “riscos” (“arrizko”= pétreo).

Además de un lugar místico y milagrero, Buradón se convierte en los siglos X y XI, en tiempos del Conde Fernán González y luego con el rey navarro Sancho el Mayor y sus hijos, en un punto de gran importancia geopolítica, en la capital de una comarca que abarcaba la parte más occidental de la Sonsierra de Navarra.

A finales del siglo XII y principios del XIII, al concederse Fuero a San Vicente y Labastida, su territorio se fue constriñendo y a finales del siglo XIII Buradón pierde su importancia geoestratégica y sus gentes se trasladan dos kilómetros al norte, junto a unas salinas más rentables, cambiándose el nombre: Salinillas de Buradón.

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BURADÓN viene de «buru», «cabezo o extremo» del gran valle.

A Buradón le podemos adjudicar una etimología vasca desde “buru” que en toponimia significa “extremo, cabezo” y que participa en topónimos de próximas comarcas importantes como la “Burunda” o la “Bureba”. La vecina Bilibio también tiene una fácil y razonable génesis vasca desde Ibil-ibia, resaltando la importantísima función de vado (ibia) que tenía ese lugar. Confirman la etimología vasca de ambos despoblados la gran cantidad de topónimos vascos que hoy sobreviven en la zona.

ESCUERNA: No es un despoblado, es una “desaparecida”, una aldea que surge en el siglo XI, es villa independiente a mediados del XVII y al poco, por “malsonante”, los propios vecinos le cambian de nombre por el de Villabuena en 1686 y se pierde el nombre original, Escuerna, un topónimo vasco que nos habla de un robledal primigenio.

Deriva de “escur” con significado de bellota y también árbol en el dialecto vizcaíno antiguo. Al otro lado de nuestra Sierra donde el roble abunda son numerosos los topónimos vascos con “escur”: Escurba (Lagrán), Escurgacha (Apellaniz), Escurribia (Korres), Escurzubea (Saseta), Escurza,…; nombres derivados de ESCU están presentes en la toponimia aragonesa: Escun, Escue, Escubizal, Escuain, Escuach, Escaran.

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ESCUERNA nos habla del «robledal» en que se fundó la aldea.

La vasquidad del topónimo Escuerna con significado de robledal/regollar está reforzada porque todavía hoy, tras mil años de deforestación, hay junto a Villabuena viejos y bellos robles, incluso restos de dos robledales, uno sobre el pueblo en la zona llamada “El Regollar” (este sería el origen del topónimo) y otro en la zona llamada “El Roble”. También apoya esta teoría el hecho de que a menos de 5 kilómetros de Escuerna se fundaron aldeas con indudable nombre vasco, Artajona por occidente, Murriarte y Liorro por el norte, Leza y Navareta por oriente.

ESQUIDE: Pequeña población medieval situada entre Yécora y Meano, donde existió previamente un castro prehistórico.. Su etimología vasca es clara desde “ezki (tilo). Veamos lo que dicen los libros de botánica: “el tilo es un árbol excepcional en la zona, propio del centro y sur de Europa en barrancos, foces y desfiladeros en el País Vasco no sobrepasa la línea Toloño-Urbasa salvo en Yécora-Meano-AguilarJustamente es aquí donde se encontró el hombre hace más de mil años este excepcional bosquete de tilos y por eso llamó así a este asentamiento, por su excepcionalidad, por su rareza.

GARAÑANGO: Antiguo despoblado del Principado de Viana, en un lugar próximo a Bargota, documentado también como Goraño desde 1722. Posible topónimo vasco desde “garai” (alto, prominente) del que creemos deriva, aunque tal vez podría venir de “garain” (despeñadero, precipicio), dos acepciones que le van extraordinariamente al lugar.

LIORRO: En el camino que conduce de Villabuena a Leza, en el paraje de San Andrés, se hallan unas ruinas de la ermita de San Andrés de Liorro, todavía activa en el siglo XVII, pues un documento del año 1669 que trataba de deslindar Samaniego-Villaescuerna nos habla de “la ermita de San Andrés de Liorro”, lugar en el que existen necrópolis y lagares que apuntan a la existencia de una aldea medieval.

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LIORRO nos habla de un lugar fallido y árido, en el que se secaron sus fuentes.

En la memoria de las gentes de Villabuena, según cuenta en su libro Francisco Martínez de Cañas, está aceptado que la actual iglesia de San Andrés de Villabuena tomó su Patrón de esta aldea desaparecida. Liorra en euskera significa “la árida” y eso es exactamente este lugar, un árido secarral, una mala apuesta y la causa de su despoblamiento.

MUNILLA: Aldea sonserrana plena de leyendas y situada junto al monte Cantabria y el Ebro que es citada muy tempranamente junto a Assa y Páganos en el Fuero de Nájera dado por el rey de Pamplona Sancho el Mayor. El significado de “Munilla” es “colinita” en vasco, en referencia clara al cerro de Cantabria.

En un apunte de 1264 del Cartulario Magno del Archivo Real de Navarra los caballeros de Oyón y Tidón donan al rey navarro Teobaldo II, Santa María de Munilla, para que la ceda al Hospital de Roncesvalles como asistencia a los peregrinos jacobeos con la condición expresa de que no se diera a Logroño y siguiera siendo navarra.

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NO saben los oyoneses que este «cerro» («munilla») fue suyo.

En el año 1415, el Obispo de Calahorra y el Prior de Roncesvalles mediaban entre las dos villas de Viana y Logroño por los términos de “Cuevas” y “Munilla”,… A partir de 1430, año en que Logroño toma por la fuerza Assa, Oyón y Moreda, Munilla y otras tierras del sur de Oyón pasan a dominio de Logroño.

MURRIARTE: Pequeña población medieval situada a los pies de la Sierra, entre Samaniego, Villaescuerna y Liorro, que se despobló a principios del siglo XV. La etimología vasca de Murriarte nadie la cuestiona, aunque muchos la ignoran porque el topónimo está desapareciendo. Para algunos especialistas como Knörr viene desde “murruarte” con significado de “entre muros”, mientras que para Aznar deriva de “mur” (colina) y significa “entre colinas”. Mugika habla de “Murru”, “entre peñascos”.

MUTILLORI: Topónimo vasco con significado ‘Villa de Mutil’, ‘muchacho’, utilizado seguramente como nombre o apodo. Es una de las aldeas existentes cerca del Ebro de forma previa a la fundación de la villa de Labastida. López de Guereñu sitúa la ermita San Martín de Motilluri en la falda occidental de Mendigurina, término en el que se han encontrado silos del siglo VIII por lo que el poblamiento es ciertamente antiguo. Mutilluri desapareció con la concesión de fuero a Labastida en 1242, como desaparecieron otras aldeas de la zona (Herramélluri, Torrontejo).

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POR aquí estuvo la aldea de Murriarte, «entre colinas».

NAVARIDAS: De la aldea de Navaridas desaparecida en el siglo XIV, lo mismo que dijimos de su actual hermana: viene de Navareta, con significa de “llanos entre montañas” que se ajusta perfectamente a la topografía del lugar.

ORZALES: Fue un lugar importante en el proceso de repoblación de la Sonsierra llevado a cabo con gentes alavesas por el Conde don Marcelo a mediados del siglo XI. Aparece en los escritos cuando su sobrina a finales de ese siglo da el Monasterio de Santa Mª de Orsares a San Millán de la Cogolla. Pero uno o dos siglos antes el místico lugar ya estaba habitado como lo evidencian las cuevas-eremitorios excavadas en roca y situadas al sur del pueblo. Fue despoblada el año l702 y quemada por las tropas francesas en l808.

Orzales se situaba en las laderas de la Sierra de Toloño a unos 750 m. de altitud, en frente de Erripa (Mº San Miguel de Ribas), en uno de los nacederos del río que da de beber a San Vicente y justo encima del eremitorio de Gobate. Toda la toponimia de la zona es todavía fuertemente vasca por lo que no es arriesgado suponer que el nombre Orzales también lo pudiera ser.

Apoya también la hipótesis vasca el hecho de que hay topónimos similares en Álava: Orzales (monte en Saracho), Orzal (labrantío en Escota, Subijana), Orzalzan despoblado en Saseta (1025), Urzanico en Ayala (804). Eutimio Martino, historiador de la Universidad de Comillas habla del Orzales de León, como lugar del culto al agua (rogativas sequía) derivándolo de “ur” (agua). La instalación de eremitorios y monasterios en el lugar refuerza la hipótesis.

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ALDEAS famosas, lugares místicos de los que apenan quedan ruinas.

En una primera reflexión sobre este lote de despoblados analizados someramente podemos extraer distintas conclusiones:

La primera es que esta dura comarca es todo menos una foto fija, es una sucesión de éxitos y fracasos, de poblamientos y despoblamientos. Aquí los errores en la elección del lugar, del cultivo o de la estrategia se pagan caros. La Historia pasa sin piedad por encima de los perdedores.

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DE algunos poblamientos fallidos apenas quedan tumbas y un topónimo vasco.

La segunda reflexión que quiero hacer es que esos primeros repobladores del Alto Medievo nos dejaron en su toponimia un mensaje muy claro:

“Somos vascoparlantes venidos de las vecinas comarcas de Álava y Navarra, y llamamos a nuestros proyectos vitales en euskera. Tal vez nuestros tataranietos del siglo XXI no puedan extraer conclusiones de ello porque están agobiados con la supervivencia cotidiana y obedientes al principio de “primum vivere deinde filosofare” pero los responsables culturales y estratégicos del País tal vez deberían hacer algo al respecto, por ejemplo rescatarnos del olvido”.

(Continuará).

16 respuestas a “Una toponimia vasca que habla: los despoblados”

  1. F. Bujanda Ciordia dice:

    Nueva clase de toponimia que habla y enseña.

    Los topónimos de cada una de las localidades estudiadas nos van descubriendo, para los no diestros en la materia, una fotografía real geofísica de toda la Sonsierra y el porqué de los diferentes asentamientos.

  2. Arene Amezaga dice:

    Acudir al rescate del olvido de aquellas aldeas que vivieron, transpiraron y murieron entre la Sierra y el Río. Rellenar con sensibilidad los huecos de la Historia. Loable tarea. Hay que amar mucho, como el autor del artículo, a la Comarca, y sentir la ciencia de la búsqueda de las palabras primigenias. Las que nos configuran.

  3. Francisco Mtz de Cañas dice:

    Muy interesantes los datos y toponimia aportados. Al hilo de todo ello me permito hacer una reflexión y una llamada a nuestros responsables culturales sobre la necesidad y conveniencia de instalar unos sencillos paneles informativos en los lugares que creemos existieron todas las aldeas, para rescatar del olvido su existencia. Gracias. Saludos cordiales.

  4. Rebeca Marina López dice:

    Mirar nuestro pasado para afianzar con esas raíces (las que bien describes en el artículo) el futuro, que debe ser nuestro y no prestado o falsificado. Gracias, una vez más, Miguel!!….-:))

  5. Miguel Larreina dice:

    Gracias a vosotros por vuestras aportaciones. Muy interesante la propuesta de señalizacion que dice Francisco.

  6. Jesus Mari Eizmendi dice:

    Una vez más Larreina hace hablar al paisaje de Rioja Alavesa-Sonsierra, además lo hace con unas aportaciones importantes a la toponimia.

    Es loable la propuesta de señalizar los núcleos humanos que repoblaron y vivieron desde la alta edad media. Tenemos bien señalizados los dólmenes y estaría bien indicar los despoblados, que con sus nombres, nos hablan de aquellas gentes que vivieron hace uno mil años.

    Eskerrik asko, Miguel.

  7. Antonio dice:

    Gracias a todos por vuestros comentarios y enseñanzas.
    No sé si es posible, pero me gustaría conocer la ubicación exacta (o aproximada ) del llamado Despoblado de San Pedro en Oyon-Labraza; Oigo y leo hablar de él, pero no encuentro datos precisos.

  8. Antonio dice:

    El paso del Rio, llamado paso De San Pedro está perfectamente localizado en Labraza, y posiblemente, de Labraza a Pisana o expisano se iba por el camino De San Pedro .

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