Jun 12, 2019

“La verdad es que no quiero parecerme a nadie”

Roberto Oliván

SEGUNDA PARTE de la conversación con el vitivinicultor Roberto Oliván.

“¡Ay, cuando vas en invierno por las calles de Viñaspre y no ves a nadie!”

.- En Viñaspre debéis vivir en invierno unas treinta personas.

Pero a nadie. ¡No ves a nadie!

.- Eso tiene que ser duro.

Ostias, que si es duro. El tema es que este pueblo es único.

«Viñaspre es la Rioja Alavesa desconocida y dura».

Roberto Oliván

VIÑASPRE visto desde 700 metros de altura, desde la viña El Pedrón, de Roberto Oliván

Quizá por esa singularidad y esa dureza, el vitivinicultor Roberto Oliván no quiera parecerse a nadie. Ni a un modelo de bodega, ni a un determinado enólogo, ni a los viticultores franceses o italianos…

Oliván defiende que cada cual ha de buscar y encontrar su identidad, estando dispuesto a hacer cuarenta vendimias más, dispuesto a tirarse toda la vida -por ejemplo- para entender sus treinta parcelas de viña.

El reino del minifundio (II PARTE)

.- Así que alquilaste un espacio en la antigua cooperativa de Laguardia…

Roberto Oliván

BODEGAS El Collado, en Laguardia, donde Oliván aprendió lo que «es ser cosechero». 

Estuve en las Bodegas El Collado, que está saliendo de Laguardia a mano izquierda, frente al edificio de La Cuadrilla. Allí alquilé primero un módulo, y luego tuve dos. Por cien euros tenía una bodega. Yo la pinté, la di de alta e hice el proyecto.

Allí aprendí la justa medida. A saber hasta dónde tenía que llegar. Eso es importante, porque algunos de Rioja Alavesa se quieren parecer más a uno grande que a uno pequeño. Piensan en una gran coche, en ir a comer por ahí… No, no. En el Collado aprendí lo que es ser cosechero.

.- ¿De qué se trata?

Se trata de tener una unidad que te da para vivir, y que no necesitas más, donde sobran las pretensiones de grandeza. Las bodegas de El Collado son bodegas que tienen una unidad que es con lo que antes vivía una familia. Antes se vivía con 30.000 kilos de uva, unas 30.000 botellas más o menos.

Roberto Oliván

LA SIERRA desde una de las viñas del viticultor de Viñaspre.

.- Allí hablarías con alguno de los veteranos.

Hablaba con Felipe, que ya falleció… Por entonces echaba todas las tardes en el Collado. “Roberto, la gente vivía con esto que ves aquí. Mi abuelo vivía con 30.000 kilos de uvas, y yo también. En el Collado hacía el lago y luego me sentaba aquí y vendía mi vino en garrafones los sábados y domingos”.

.- Los Felipe y compañía han sido también una escuela para ti.

Él me hizo ver que con pocos medios, con un lago grande de 30.000 kilos, y abajo unos depósitos de hormigón, se puede salir adelante. Allí sigue la gente trabajando, con 54 pequeñas bodegas, de las que hoy sólo están funcionando siete u ocho.

.- Pero ahora con 30.000 kilos de uvas ya no es posible vivir.

Así es… salvo que montes una cosa tipo lo mío que sea rentable, porque tus vinos son buenos y tienen un precio adecuado.

Roberto Oliván

LAS UVAS con las que elaborará sus vinos de 2019 vienen ya de camino.

.- ¿A que distancia está de tu casa la bodega que hoy tienes en Lanciego?

A dos kilómetros de mi casa de Viñaspre.

.- Esta bodega de Lanciego…

Esta bodega la ha pagado el vino, ¿sabes? ¡El vino! Aquí lo hemos ido montando todo poco a poco, y el dinero ha ido saliendo del mismo proyecto. Con aquellos 12.000 euros que empezamos hemos ido generando todo lo demás.

.- ¿Cuándo empezaste a elaborar vino en esta bodega?

La primera vendimia que hicimos en Lanciego fue en 2014. Primero alquilamos la bodega, y luego la compramos.

Roberto Oliván

IMAGEN de su hija en Xérico (2017), el vino donde año a año aparece toda su familia.

.- ¿Cuál ha sido tu modelo de bodega?

La verdad es que no quiero parecerme a nadie. Cada uno debe tener y hacer su camino. Yo no he querido parecerme a nadie de Rioja Alavesa, ni de Francia o España. He visitado muchos sitios y he visto muchas cosas, pero cada cual ha de encontrar su identidad.

.- ¿Cuál es tu seña de identidad?

Es un camino. Vas cogiendo ritmo y adaptándote, entendiendo mucho más la complejidad. La bodega es sencilla… pero ah amigo, afuera en las viñas tengo yo un problema muy gordo…

.- Explícate.

Es fácil de explicar: tengo DIEZ hectáreas de viñas en un total de TREINTA parcelas. Treinta parcelas que se vinifican y se tratan todas por separado. Treinta parcelas, cada una de las cuales se elabora de una forma, y te diré que cuesta entender 30 unidades y que me voy a tirar toda la vida para entenderlas.

Roberto Oliván

ROBERTO OLIVÁN, toda la vida renque arriba, renque abajo…

También te diré que parte de la identidad de los vinos y de cómo vivimos nosotros es… porque vivimos en Viñaspre.

.- ¿Por qué dices que Viñaspre es la parte DURA de Rioja Alavesa?

Aquí tenemos un clima mediterráneo en la zona de abajo, muy cálido, y tenemos arriba un clima atlántico muy duro, muy frío. Luego te voy a enseñar un valle que vas a flipar, que no existe más que en Viñaspre, con unos robles tremendos.

«Es también el reino del minifundio»

Tengo parcelas de 1000 metros cuadrados, y de 800 metros cuadrados. Toda esa suma de factores, con la diversidad, nos convierte en un perro mestizo. Todo ello configura y hace nuestros vinos, sobre todo los dos básicos: Tentenublo y Xérico.

.- Antes me has comentado que te habías levantado a las 6 de la mañana y ya habías sulfatado tres hectáreas de viñedo.

Roberto Oliván

FOTOGRAFÍA de Viñaspre desde su tractor: la zona de abajo / la zona de arriba. 

Para hacer tres hectáreas, he estado en cinco fincas con el tractor. Y mañana si azufro otras tres hectáreas, es posible que esté hasta en siete fincas diferentes. Si miras la foto aérea del catastro de Rioja Alavesa, verás el minifundio, pero si te acercas a Viñaspre, hay una mayor atomización.

Por otra parte eso ha facilitado que yo haya podido comprar fincas, porque no es lo mismo comprar una finca de una hectárea que una finca de 1000 metros.

.- Hace años montasteis aquello de Rioja ‘n’ Roll de jóvenes productores independientes…

Yo ya no estoy en el grupo, pero aquello surgió porque venían prescriptores del vino y con nosotros pasaban de largo porque no teníamos representatividad. Así que creamos aquello para llamar la atención. Estaba Arturo, el Olivier, estaba Sandra Bravo…

Roberto Oliván

GRUPO «Rioja ‘n’ Roll» de bodeguer@s, del que formó parte (el segundo por la derecha).

.- Sandra Bravo, a quien este año Tim Atkin ha nombrado “Bodeguera joven del Año”

Conmigo también hizo lo propio hace tres años.

.- ¿Supuso algo para ti, o para tus vinos?

Se nota en que te visita más gente, y te pone más en el candelero. Pero bueno, antes de que viniera ese reconocimiento, yo ya vendía bien las botellas. “Oye, que he leído sobre ti y quiero visitarte”. En eso se nota. Pero yo ya tenía distribuidores que confiaban en mí. Esos son los buenos, los que apuestan por ti.

A su manera

.- Dices que ahora has encontrado tu manera de elaborar el vino.

Sí, y no tiene nada que ver con mis primeros vinos. 2016 fue un cambio, y el 2017 no te digo. Ahora empiezan a ser vinos que saben a lo que sabe un vino de Viñaspre de hace 50 años.

Roberto Oliván

DISPUESTO a invertir toda su vida para entender la magia de la viña y la bodega.

.- ¿Era uno de tus objetivos?

Empezó a ser el objetivo desde el tercer o cuarto año. Porque el mercado te pide una cosa muy pura que refleje el pueblo, y que refleje tu personalidad, porque se tienen que parecer a ti. Poco a poco se va hilando todo.

.- Vino de Viñaspre como el “de hace 50 años”. ¿Para honrar lo que hicieron tus mayores?

Ahora hay una viticultura de precisión, con satélites, etc.; pero la verdadera viticultura de precisión es la de un agricultor que pasa el día en el campo, y conoce muy bien todas sus parcelas, sabiendo porqué se ha plantado todo en cada sitio. ¿Qué sucede? Que la transmisión oral se va perdiendo. Poco sabemos de una persona que plantó una viña hace cien años, ni sus criterios… Tienes que andar pensándolos y estudiándolos.

.- Tú sigues plantando viñas.

Te confieso que las viñas que estoy plantando ahora, las estoy plantando con el criterio de aquellos. Tengo la suerte de que está mi tío Ignacio, que tiene 75 años, y está mi suegro Eugenio, con una edad parecida.

Roberto Oliván

CON su tío Ignacio en una de sus viñas. 

Mi suegro ha trabajado de pastor y de viticultor, y es un tío que sabe mucho, habiendo trabajado para mucha gente a jornal. Es de los que sabe qué había en cada parcela, de los que sabe qué va a salir cuando mueves el suelo para plantarlo. Y de qué variedades de uva estaba todo plantado.

.- ¿Les has escuchado siempre?

He tenido la suerte de que mis padres me dejaran manga ancha. En muchas cosas les he hecho caso, en otras he tenido que descubrir por mí mismo a dónde me llevaban. En esta Comarca la viticultura tiene mil años de historia y mucho trabajo a cuestas.

Por mi parte estoy dispuesto a hacer otras 40 vendimias en busca de esa identidad, que no la voy a encontrar nunca, y el que venga detrás tendrá que seguir buscando esa identidad.

Roberto Oliván

UNA VIEJA AZADA en las manos de Roberto y de su tío Ignacio.

.- ¿Qué dicen Ignacio y Eugenio de tus vinos?

Al principio no decían nada, ni ellos, ni mi padre, ni mi madre. Les chocaba que vinieran a verme ya en 2012 gentes de Japón, o de Nueva York…

No entendían nada. Ni entendían que yo cobrara “tanto” dinero por una botella. De momento ellos veían que la cosa iba para arriba. Mi tío tampoco entendía que yo empezara a comprar viñas, todos los corrillos que hemos comprado, pasando de 16 a 30 parcelas.

.- Tu tío te diría “compra una grande y déjate de historias”.

Justo eso me decía. Yo le explicaba que cuanta más diversidad tuviéramos, más nos acercaríamos al vino que tenemos que hacer, y con mejor calidad. Pero claro, el trabajo era más duro. Ellos no querían darme la razón, pero yo he podido comprarlas gracias a que eran corrillos, porque yo no puedo comprar una finca de 2 hectáreas.

Roberto Oliván

EN UNA de sus muchas parcelas de futuro…

.- Esa de 800 metros cuadrados (de 0,08 has) las has comprado hace poco.

He comprado parcelas por mil euros. Hemos comprado parcelas por nada, que estaban casi abandonadas, pagando por la tierra para rehacerlo todo, los muros, las cepas, metiendo todas las horas del mundo. Eso sí puedo gastar, las horas que haga falta, pero no dinero. Yo no puedo comprar una hectárea, que aquí vale 120.000 euros.

.- ¿Cómo se entiende una parcela?

Tienes que echar muchas horas y ver cómo es el paisaje que la rodea, su orientación, la vegetación que tiene al lado, qué suelo tiene, qué profundidad tiene ese suelo. Y ahí entra la información que me da mi tío: “Esto era de fulano, tenía plantada tal variedad… en esa zona vas a tener esto, en la otra aquello”.

Nosotros hemos plantado todo siguiendo el criterio del anterior propietario, con multivarietales, injertando todo en campo.

Roberto Oliván

REHACER muros, plantar cepas, «metiendo todas las horas del mundo»…

.- ¿Te ha enseñado a injertar tu suegro?

Eso es, porque como era pastor sabe pelar palos, y hacer púas. Por mi parte, con prueba-error, vas dando con la clave.

.- Estoy equivocado, Roberto, o te veo hablando casi con las parcelas.

Tienes que tratar a cada una de ellas como entes separados. Lo que no se puede es hacer una viticultura de receta. A todas no les puedes dar lo mismo. Tampoco puedes abonar a todas por igual. Y dentro de cada unidad, tampoco puedes abonarlas por igual.

Por eso luego vinifico por separado… que ¡en esta bodega hay cuarenta vinos, eh! Así sabes los errores que has cometido durante un año.

Roberto Oliván

UNA parte de Bodegas Tentenublo.

.- ¿Son diferentes los vinos de parcelas cercanas?

Mira esas tres barricas que pone “La quemada trilogy”, entre esas tres parcelas, de una a otra hay 100 metros. Y son totalmente distintas. La Chunga es Tempranillo y Viura (30%), la Fuente Colas es casi todo Tempranillo, y La Quemada es Tempranillo y Jaén Blanca Calagraño (5%).

Cambia mucho el suelo de una a otra. Una es arenisca roja, la otra es marga caliza y la tercera es una mezcla de las dos. Luego las de suelo blanco van a mi vino Xérico, y las de suelo rojo van a Tentenublo.

Roberto Oliván

CAMISA de una botella de Tentenublo, donde una campana aleja los nubarrones.

.- ¿Cómo nació el nombre de tu bodega, Tentenublo? ( porque conozco esa plegaría para evitar el granizo que dice “Tente Nublo, tente en ti, si eres agua cae aquí…”

En 2011 (con aquellas 3.500 primeras botellas) bajé al diseñador sin tener un nombre. Aquel me dijo que con los nombres tenía que contar una historia. Así fue. Xérico y Tentenublo cuentan la historia de mi familia y una que sucede en el pueblo.

Ahí empecé a investigar. Sería mayo o junio y desde arriba de Viñaspre se ven todas las tormentas… De repente se me cruzó el nombre, Tentenublo, un nombre muy tradicional de todo el Ebro. Luego en Viñaspre hay un campanario desde donde se ve todo el valle.

Roberto Oliván

CAMPANAS de la iglesia de Viñaspre que tantas veces sonaron contra el pedrisco.

.- Y la de Xérico ¿qué historia de tu familia cuenta?

Es un vino de familia, de cosechero, es un vino que sale todos los años con una persona diferente de mi familia en la etiqueta. Un vino que representa mi trabajo y el de mi familia durante un año. ¡Un año! Qué pronto se dice, ¿verdad? ¡Qué intenso es!

 

CONTINUARÁ…

10 respuestas a ““La verdad es que no quiero parecerme a nadie””

  1. Miguel Larreina dice:

    ¡Qué lección de Viticultura, de etnografía, de socioeconomía hay en estas entrevistas a vitivinicultores de Rioja Alavesa, gentes que viven todo el año en esos pueblos, así durante décadas, durante toda la vida! Qué bien que tengamos en la Comarca unas 150 historias parecidas a la de Roberto y qué mal que la Comarca necesita unas 1.500 historias de este tipo para resolver globalmente toda la problemática comercial de Rioja Alavesa

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Muchas gracias, Miguel Larreina. Cómo me alegra que seas uno de los primeros lectores de estas entrevistas, recién salidas del horno. Y cuánta razón tienes en una y otra apreciación. Saludos!

  2. Fernando m. Bujanda dice:

    No sé exactamente si empezar diciendo que Roberto existe, o que Viñaspre existe.
    Por muchos motivos frecuento, asiduamente, el pueblo de Viñaspre, y me alegro un montón que gracias a Roberto se pueda descubrir un rincón más de nuestra Rioja Alavesa.
    Un rincón desconocido pero precioso, de orografía difícil, pero de un terreno súper apropiado para una viticultura de calidad, como se demuestra desde Tentenublo.

    Gracias Roberto, por tú vocación, conocimiento, esfuerzo, determinación, y muchas veces, por colocar a Viñaspre en el mapa.

  3. Alberto dice:

    Lo bueno es que cada uno desarrolla su vida y sus ideas como le parece conveniente, y por eso Rioja Alavesa tiene ese «algo», muchas cosas especiales y diferenciadas en un espacio tan pequeño. Gente valiente y atrevida

  4. Clara Santisteban dice:

    El titular es tan personal, tan casi asocial si se me permite, tan propio e individualista… De los que llaman la atención.

    Pero luego se ve cómo Oliván ama su tierra -aunque sea su terruño, su pequeño pueblo- y, por supuesto a su familia, de tal manera que el agricultor se torna al leerle con amplitud en un ser social, casi -diría- en un riojano alavés más del común, de los que aman y sacan adelante sus viñas, su bodega, entregándose a la tierra a la que pertenece en suma, con singularidad y perseverancia

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Muchas gracias, Clara Santisteban. La extensión de las palabras -más allá de un titular entrecomillado- pueden cambiar la mirada. Un titular expresa algo que en esencia quiere trasladar el entrevistado, como si fuera una divisa de su ser, parte de su esencia. Pero todas las palabras pronunciadas amplían la fotografía del vitivinicultor de Viñaspre. Al leerlas nos pertenecen a tod@s. Hacen relato. De esta manera la conversación mantenida pasa a ser de la comunidad. Y cada cual extraerá sus conclusiones. Es la hermosura de la comunicación y del periodismo. Saludos cordiales.

  5. Javi dice:

    Es difícil compaginar el pasado, la tradición con un futuro innovador. Como nos decía hace ya bastantes años John Berger en «Puerca tierra» una de las características del mundo rural es el respeto a la tradición. Romper con ella no es fácil, pero probablemente tampoco es conveniente hacerlo a no ser que no se la tenga en cuenta como punto de apoyo para construir el futuro. Y parece que Roberto, a quien no conozco, tiene un buen punto de apoyo en Eugenio y en su tío Ignacio, hombres de campo con sobrada experiencia desde los tiempos de las viñas de Assa. Sin olvidar a su abuelo Félix, persona entrañable.

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