Las tres bodegas dicen vivir “una sangría” que más que evitar, habría que prohibir. Su disparo verbal va a la línea de flotación de los problemas. “No puede ser que nos sigan pagando la uva y el vino a granel por debajo de los costes de producción”.
No hubiera merecido la pena si el encuentro no hubiese sido sincero, sin tabúes. Los temas aquí abordados con Garrido, Muro y Casado son conocidos por muchos en Rioja, pero al transcribirlos, al ponerlos negro sobre blanco pareciera que las estructuras del mundo del vino pudieran echarse a temblar.
Aún así, quizá no pase nada. Pero ojalá sea más que una tormenta de buen vino en una copa colectiva de la que todos beben. Ojalá se escuche atentamente el quebranto de este hondo lamento, tan callado como desgarrador. Y todos -si ello fuera posible- se pongan manos a la obra.
Hay varios modelos de negocio en Rioja. Ellos tres representan el perfil de los pequeños que lo están pasando mal. Álvaro, Miguel Ángel y Luis Ángel, tres humildes que se crecen en este encuentro de trayectorias escritas en las etiquetas enraizadas en su tierra, donde el Ebro se tiñe de rojo vino.
“Pido por favor a las instituciones que hagan lo posible para que nadie pague por un kilo de uva o por un litro de vino a granel menos de lo que cuesta producirlo. (Luis Ángel Casado).
“Estamos esperando que Dios arregle las cosas, pero somos nosotros los que tenemos que arreglarlas. (Miguel Ángel Muro).
“Vivimos al margen los unos de los otros. Cada cual va a lo suyo y no nos contamos la realidad de cada cual, ni nos decimos las verdades. Es lo que quieren las bodegas grandes, tenernos aislados a los unos de los otros. (Álvaro Garrido).
Como antesala de la entrevista conjunta a Casado, Garrido y Muro, pido a Miguel Larreina, Master en Viticultura y Enología, que establezca en pocas palabras la repercusión que esta crisis del Rioja está teniendo en los vitivinicultores alaveses:
“El grupo de los viticultores profesionales es el que cuantitativamente más va a sufrir, distinguiendo claramente entre la «vieja» viticultura, con explotaciones de 15 Hectáreas en secano, o la «reciente» viticultura, con 30 Has de media, en regadío y en unas pocas parcelas de fácil mecanización. Obviamente los primeros lo pasarán mucho peor.
“En el grupo de las bodegas familiares de antiguos cosecheros también se pueden hacer dos grupos extremos, en función del volumen embotellado hace diez años, pues no es lo mismo los que embotellaban históricamente 30-50.000 botellas sin estructura comercial ni marca conocida, que los que ya venían vendiendo 100.000-300.000 botellas que exigían una mínima red comercial bien asentada.
“Pero más que por el volumen de botellas, yo diferenciaría la capacidad de resiliencia de nuestras bodegas familiares por la fuerza de la familia que está detrás de cada proyecto: no es lo mismo un cosechero sesentón sin descendencia en la explotación que la bodega de dos hermanos, con hijos ayudando en los distintos frentes (campo, bodega, red comercial, vinculados de un modo u otro a la Administración).
“En todo caso, a la hora de interpretar cómo va a ir afectando poco a poco esta crisis a los distintos sub sectores y distintas explotaciones, me viene a la cabeza la frase atribuida a Bertolt Brecht: «Al principio vinieron contra éstos y no hice nada, luego vinieron contra aquellos y tampoco reaccioné… hasta que al final vinieron contra los míos, cuando ya era demasiado tarde».
Hemos quedado en la bodega de Luis Ángel Casado. Están citados Miguel Ángel Muro, de Bodegas Muro, y Álvaro Garrido Medrano, de Bodegas Garrido Medrano. Nos recibe Luis Ángel, poco antes del mediodía, con buen vino y unas platos con chorizo, salchichón y queso cortado, simulando en su presentación unos racimos de uvas.
Quisiera haber escrito racimos de esperanza, pero ésta se hace la remolona en la situación actual.
El diseño de Rioja es para las grandes bodegas
“El descalabro empezó hace unos años, sobre 2016, antes de la helada que arrasó las viñas. Entonces empezaron a subir los rendimientos, y los stocks cualitativos. Algunos ya vimos que se iba a generar un volumen excesivo de vino”, comienza hablando Luis Ángel Casado.
.- El excedente de vino en Rioja debe ser enorme, de millones de litros.
Para más inri se han creado mercados en falso, mercados como el chino, que no corresponden a un sitio de calidad como el nuestro. Con los chinos que he hablado todos van al precio. Ese no es nuestro mercado. Yo mismo mandé vino a China hace años al precio que yo puse, no al que me querían imponer.
.- En Rioja le echan la culpa a otros imponderables.
Las grandes bodegas le echan la culpa al COVID, a Trump, al Brexit, luego a la Guerra en Ucrania o a la Comunidad Mundial, pero lo cierto es que con fecha 1 de enero de 2020, ya había 1.000 millones de litros en Rioja, y eso no se lo beben ni los chinos.
Por entonces ya había unos 300 millones de libros de excedente de vino. A partir de ahí, poco nos han ayudado. ¿Qué pasa? Yo creo que Rioja se está diseñando solo para las grandes bodegas.
.- ¿Por qué lo crees?
Porque trabajan con volúmenes altísimos y con unos precios bajísimos a costa nuestra. Está clarísimo que nosotros somos sus chinos.
El vino a granel «por los suelos»
.- ¿Cómo es tu modelo de negocio, Luis Ángel?
Tengo alrededor de 20 hectáreas de viñedo, produciendo unos 130.000 kilos de uva al año. Normalmente embotello un 25% de lo que produzco y lo vendo a un precio razonable. El resto lo crío en barricas y lo vendo a granel a otras bodegas como crianza. Este mercado del granel está totalmente destruido. Y el de la uva también.
.- A ti te afecta mucho la crisis del vino a granel.
Muchísimo, porque normalmente facturo cada año unos 230.000 euros, pero claro, entre 120.000 y 150.000 euros proceden de la venta del vino a granel, que yo vendía entre 60.000 o 70.000 litros todos los años. Un vino que vendía entre 2 y 2,50 euros el litro. Ahora, desde hace cuatro años, lo estoy vendiendo a un euro.
.- Caray!, por no decir otra cosa.
Os podéis imaginar que mi economía está destrozada. Hacemos verdaderos esfuerzos por embotellar algo más, pero no puedes porque hay que estar todo el día en la calle, y el campo lo llevo yo, y dadas las circunstancias económicas tampoco puedes llevar mucha gente al campo, con los costes de producción que se han ido de madre.
.- Entiendo que es una situación desesperada, Luis Angel.
Hay gente que está embotellando y no le salen las cifras ni embotellando toda su producción.
«Luchando con todo»
.- ¿Cuál es tu modelo de negocio, Miguel Angel Muro?
Somos una bodega familiar transmitida de mis padres. En Bodegas Muro intentamos vender toda nuestra cosecha, y si vemos que un año está complicado, no producimos en campo. Llevamos treinta años sin vender vino a granel. Esa es nuestra filosofía, vender lo que producimos, e intentar no almacenar el vino, moviéndonos mucho por ferias, mercados, pateándonos todo, luchando con todo.
.- ¿Cuántas hectáreas lleváis?
Tenemos 40 hectáreas de viñedo.
.- Dices que “si el año está complicado, no producís en campo”. ¿Qué pasa con la uva de vuestras viñas?
Se queda en campo y no la recogemos.
.- ¿Cuánta uva de tus cepas se han quedado estos años en las viñas?
«Rioja estaba enferma de abajo-arriba»
Si hay que recoger solo 4000 kilos por hectárea, recogemos esa cantidad. Nos adecuamos un poco a lo que nuestro mercado demanda, pero sí es cierto que desde 2017 nos hemos engañado todos, que ese ha sido el gran engaño de Rioja, que aquí todos hemos jugado con la misma baraja. Entonces se heló en Rioja el 50% de la cosecha. Ese año, trajimos a las bodegas el 90%. Y el 40% de la producción no salió de Rioja. El mal de Rioja viene de 2017.
.- ¿Cómo calificarías esa situación?
Por un lado ha sido el egoísmo de la pequeña bodega, la mediana, el egoísmo de todos. Rioja estaba enferma desde abajo hasta arriba. No se lo achaco a los grandes, no, los de abajo también.
Nosotros ya vimos desde 2017 que no podíamos vender vino a granel porque no salían las cuentas. Era mejor vender uva que vender vino a granel. Así nos adecuamos. “Vendemos lo que producimos”.
.- Pero por lo que dices, tampoco vendéis uva ahora.
Yo terminé Enología e Ingeniería en 1997, y desde entonces no hemos vendido nunca a granel. Mi padre sí se dedicaba a vender vino a granel a otras bodegas, pero sus tres hijos nunca lo hemos hecho. Nuestra filosofía ha sido, como te cuento, “producimos solo lo que luego podemos vender”. Vendemos como se pueda, pero vendemos.
.- Y ahora ¿cuál es el ‘estado de la nación del vino’ en los mercados?
Hemos visto que cada vez se bebe menos vino. Cada vez las bodegas pequeñas tenemos que salir a otros sitios, y hemos adecuado la producción a la venta. No te imagina lo complicado que es.
.- ¿Cuál es tu modelo de negocio, Álvaro?
«Vendí una parte a granel cuando había buenos precios»
Dirijo una bodega familiar heredada de mis antepasados. Manejamos unas veinte hectáreas de viñedo, al igual que Luis Ángel, del cual no elaboro toda la producción. En Oyón tengo una viña de unas diez hectáreas, cuya uva la vendo toda a El Coto.
En mi bodega elaboro solo la uva de Lapuebla de Labarca, que vendrá a ser el 60% de mi producción, comercializándolo todo en botellas. Cuando no puedo comercializar todo, he vendido a granel una parte cuando había buenos precios.
.- ¿Y ahora?
Ahora está todo mal, muy mal. Con mi calidad he negociado bien durante unos años los precios de granel, pero ha llegado un momento en que ya no lo compran. De momento voy sacando lo embotellado, pero con lo demás no sé lo que va a pasar.
El mercado de graneles de vino…
.- ¿No has vendido el granel de este año?
No lo he vendido… Es que no te lo compran, Julio. Y si te lo que quieren comprar, se ríen de ti.
.- ¿Dónde están y cuántos son hoy tus litros de granel?
Los 20.000 litros están en mi bodega, que aún no es tarde, pero no veo que haya movimiento alguno de mercado de graneles. Otras veces uno con otro te hacías mejor precio, una bodega con otra, pero en estos momentos está parado totalmente.
.- ¿Cuál es tu estado de ánimo, Álvaro?
Le voy pegando a varios palos, y voy sobreviviendo, que no es poco. Vendo un poco de uva, un poco embotellado, pero mi estado de ánimo no es bueno, porque estás todo el día trabajando, cuando los márgenes de ganancia son mínimos. Y luego hay que hacer papeleo, burocracia y todo el copón bendito, y estoy yo solo en la bodega. No sé. A veces se me quitan las ganas. El otro día hablaba precisamente de esto con Miguel Ángel, y estoy por darle boleta a todo y fuera.
.- ¿Qué quieres decir con “darle boleta a todo”?
Vender todo, viñas y todo el copón bendito.
.- Pero…
Me jodería hacerlo porque es algo en lo que siempre he vivido y no sé hacer otra cosa. Ahora por ejemplo las viñas puede valer algo de dinero, pero a veces pienso que según pasen los años van a valer mucho menos.
Es más que posible que se las queden los bodegueros grandes porque el margen de ganancia de los agricultores es mínima. Así que los agricultores que vengan detrás nuestro, no van a querer serlo. Es más, yo no quiero que me hijo sea agricultor, porque para estar todo el día trabajando y trabajando con este panorama…. Y siempre mirando al cielo y las temperaturas bajas. Estoy desanimado, como ves.
El zarpazo de la Crisis
– Miguel Ángel, acabas de decir que “fuera están peor”, lo que no es consuelo alguno.
Hay gente que tiene un nombre, una imagen, un mercado, una trayectoria, y si se ponen a vender uva pierden todo eso, pasando a depender de las grandes bodegas. Entonces lo tuyo va a tener el valor que digan ellos. Ahora tú marcas tu precio, tu dinámica y tu futuro. Si lo haces bien, puedes tirar para arriba; si te estancas, te quedarás ahí. En el otro caso ellos te hacen el marcaje.
Por eso yo le animaba a Álvaro diciéndole “ahora es duro, por eso ahora hay que apretar más que nunca, cuando te tiemblan las piernas es cuando hay que tirar para arriba, joder, ahora es cuando hay que aguantar”.
«El granel no lo quiere nadie»
.- ¿Hay un modelo de negocio, hay un tipo de bodega que sufre más? ¿O quien más / quien menos tiene que estar sintiendo el zarpazo de la crisis?
Los que más estamos sufriendo somos los que vendemos a granel -toma la palabra Luis Ángel-. Ya han dicho Álvaro y Miguel Ángel que la uva aún te la compran a un precio, pero es que el granel ya no lo quiere nadie. No, porque además en los últimos años a todo el mundo le gusta jugar a los enólogos. Antes toda esa gente compraba el vino que posiblemente es mejor que el que ellos hacen.
Pero si compran la uva, la toman como si fuera suya, de viñas suyas. Así que el peor negocio hoy es vender a granel, tanto en vino criado como en vino joven. El criado está a un euro o por debajo, pero es que la cántara de vino joven (16 litros) está a 12 euros.
.- ¿Qué es lo peor de todo esto?
Lo peor no es sólo que las bodegas ya no compran vino a granel. Lo peor es que las bodegas grandes están practicando un juego diferente.
Cuando tú vas a vender vino, la bodega te dice: “te compro el papel y tú te quedas con el vino”. Esa es la dinámica que están llevando a cabo en los últimos tiempos.
.- ¿Qué significa, cuál es el alcance de este asunto?, te lo pregunto para que todo el mundo lo entienda.
Si a ellos les costaba un litro de crianza, por ejemplo, un euro, ya no se conforman con eso. A uno le compran el papel y a quien sea le compran el vino. Con lo cual el litro de vino ya no le sale ni tan siquiera a un euro, sino a 0,70 euros. Esta es la cruda realidad en estos momentos.
Es bastante habitual que venga alguien a comprarte el vino y se lleve el papel (que establece la cantidad de vino que un productor puede elaborar en base a las uvas procedentes de sus viñedos inscritos en la DOCa). Es como si tú vas de viaje y no llevas el carnet de identidad, llevándolo otro en su maleta. Tú vas sin identificar, y cuando te piden el carnet, va otro y saca tu carnet de identidad.
«Yo no me he dejado liar»
.- “¿A ti te han hecho eso, te están haciendo eso?”, le pregunta Miguel Ángel Muro con un tono entre incrédulo e indignado.
Sí, me lo han hecho, sí.
“Joder!”, menea la cabeza creyendo y lamentado las palabras de su colega.
Esto es una vergüenza -continua Luis Ángel Casado-. Pero no sólo me lo han hecho una vez, sino varias.
.- ¿Y qué haces con el vino?
No, no. Yo no me he dejado liar, que en esto llevo ‘cinturón de castidad’.
“Es un drama -prosigue Miguel Ángel Muro-, porque el cosechero de Lapuebla está perdiendo su trayectoria. Antes los vinos de Lapuebla, que yo siempre digo que son vinos de Lapuebla y Laguardia, porque el 60% de nuestras viñas están en Laguardia, estaban muy bien considerados.
Ahora los prescriptores andan diciendo que las grandes viñas están justo debajo de la Sierra, cuando lo importante es probar los vinos.
“Tengo el 75% de mis viñas en Laguardia, pero mi mejor vino es el que sale siempre de las viñas de Lapuebla. Algo que puedo demostrar con datos de 30 elaboraciones”, asegura Luis Ángel.
Una cooperativa de graneles
.- Te veo pensativo Miguel Ángel.
Esa es una lucha que tenemos que mantener, y cuando esa lucha la ganemos, que Lapuebla se reconozca, entonces los graneles y la uva se reconocerán igualmente. Yo haría una cooperativa de graneles para que las grandes bodegas sepan a qué atenerse, porque de otra manera se ríen de nosotros.
“El problema -intervine Luis Ángel- es que ellos empiezan a comprar por abajo a un euro el litro de crianza y cuando llegan aquí ya tienen establecido el precio”.
Cuando mi padre vendía a granel -retoma Miguel Ángel- venían los tres que compraban vino a granel. Iban a tu bodega, a la del otro y el otro, sabiendo valorar lo que había.
“Pero esas figuras han desaparecido”.
No, las hemos hecho desaparecer nosotros.
“Todo eso ha cambiado totalmente -interviene Álvaro-. Lo que hoy quieren es comprar el menor vino a granel posible, porque quieren hacer sus propios vinos en sus bodegas, cada vez más grandes y de mayor capacidad”
Entonces… ¿se acabó el granel?
.- ¿Podemos decir, si atendemos a tu testimonio, Luis Ángel, que el granel se acabó?
A corto plazo sí, pero a largo plazo esto cambiará. Yo ya he conocido cosas de estas. Recuerdo el año 1976, sin ir más lejos, cuando la cántara de vino estaba a 500 pesetas.
Entonces mi padre no quiso vender el vino, a pesar de haber hecho una inversión de 12 millones de pesetas. No quiso vender a 500 peseta y entonces bajó a 250. Anduvimos muy jodidos, pero mi padre había puesto el dinero de una cosecha en el Banco Bilbao de Logroño, y les dijo “volveré a por este dinero y a por más, que voy a hacer una casa”.
.- ¿Qué pasó?
Cuando fue a por el dinero le negaron el préstamos que le iban a dar. “Oye, les dijo mi padre, por lo menos darme el mío, el dinero de la cosecha anterior”.
A mi padre le iba a avalar un constructor de Durango, que era muy amigo de él, y hubo una llamada desde la sucursal del BB de Logroño al de Durango diciendo: “ojo con estos riojanos que con cuatro tragos de vino y un poco de chorizo te engañan”. Tal fue su enfado que este hombre vino con 2 millones de pesetas y le dijo a mi padre “ahora no te los voy a avalar, te los voy a dejar”.
.- Y aguantasteis.
Aguantamos lo indecible. Teníamos vino en la bodega vieja de ahí arriba, la de mi abuelo. Teníamos vino en la bodega del Capitán Veneno, un depósito de 500 cántaras. Teníamos vino en la bodega de Navea, otro depósito de casi 500 cántaras. Teníamos vino en la bodega de Rozas. Y teníamos vino en la bodega de casa, que estaba recién hecha parte de la obra. Así que aguantamos hasta la saciedad. Mi madre trabajaba en Valmoral y pagaba los réditos.
«Que todo esto no vuelva a suceder»
.- Sácanos de este suspense., Luis Ángel.
A los cuatro años hubo un cambio. De repente la cántara pasó a 900 pesetas. Vendimos vino a Julián Chivite Marco, que se llevó una buena parte por medio de Gabriel Chinchetru, y a Bodegas Franco Españolas por medio de uno de Baños de Ebro.
.- ¿Y tú crees que estos años pueden cambiar las cosas?
Creo que a largo plazo cambiarán, pero ahora lo importante es que si las instituciones nos van a ayudar un poco con esa “quema de vino” (destilación) que se haga, o con la vendimia en verde, con esa subvención del porcentaje del 10% del papel que nos ha quitado el Consejo Regulador, pues que todo esto no vuelva a suceder por lo menos en unos cuantos años.
.- “¿Tú crees que todo esto se regulará con esas medidas?”, pregunta Álvaro.
No. Eso solo es una ayuda.
“Son tiritas”, opina Miguel Ángel.
“Pan para hoy, hambre para mañana”, se contesta a sí mismo Álvaro.
Hace dos años ya mandé 15.000 litros de vino a la quema y no se ha notado.
Enviaré a «quemar» un vino espectacular!
.- ¿Tú vas a enviar a “quemar”, a destilar, miles de litros de tu vino. Miguel Ángel?
No lo sé aún.
“Yo sí, y es algo que haré por primera vez, porque nos dejan pocas alternativas”, anuncia Álvaro,
“Si las bodegas te van a pagar menos, entonces iré de cabeza. Todo lo que pueda recuperarse es poco. Y me jode, me jode mucho, porque es un vino que he cultivado y elaborado.
Un vino espectacular este año. ¡Espectacular, y lo voy a enviar a la quema, por dios!
.- ¿Qué vas a hacer tú en esta situación, Miguel Ángel?
En este mal trago, yo digo que el futuro está en nuestras manos. Que somos nosotros los que tenemos que hacer algo.
.- Me pongo en vuestro lugar, y siento una gran desazón.
Voy a mandar a la quema mi vino porque en este panorama es “la mejor solución”. Es la primera vez. Tengo una mala sensación. Llevo toda la vida en el sector, que le vengo ayudando a mi padre desde que era chiquito. Ahora llevo yo en solitario veinte años. ¿Es esto la solución? Yo alucino!
.- ¿Hay otras soluciones?
Arrancar miles de hectáreas de viñedo que se han plantado en los últimos años. O producir menos. No puede ser que haya una oferta del copón y que la demanda sea mínima, lo que nos llevará siempre a bajar los precios. (Álvaro Garrido)
El año de «la trampa»
.- Busco a través de vosotros el origen de vuestro mal. Y cómo ponerle remedio.
El problema son las trampas que ha habido en Rioja. Cada diez años ha habido tormentas o heladas que regulaban un poquito la producción. La helada del 17 fue brutal -recuerda Miguel Angel-. Esa helada se tenía que haber llevado más de 200 millones de litros. Esos 200 millones son los que están en danza, haciendo que los graneles estén baratos, que las bodegas grandes se estén riendo de los agricultores.
.- ¿Cuál fue la trampa?
Que aquel año se elaboraron en Rioja 420 millones de kilos y se tenían que haber elaborado 210 millones. Fue culpa de todos. Solo conozco una bodega que no hizo trampa y lo pasó muy mal porque no pudo abastecer a su mercado, recuerda Miguel Ángel.
“Yo vendí la cántara a 39 euros”, recuerda Álvaro.
Un año que estuvieron los vinos carísimos. Pero sólo conozco una bodega que no hizo trampa. Si hubiéramos atendido a la Naturaleza, hubiera sido una limpia natural. Veníamos ya con almacenamiento de vino, con stocks, y con lo de China, que ha sido un fraude.
.- ¿En qué sentido un fraude?
China había comprado muchísimo vino a España hasta que se ha convertido en el tercer productor de vinos del mundo. Nos creó una falsa expectativa. Y ahora ya no quiere vino español.
Tratando de identificar el origen del problema
.- Pero, a pesar de todo, aseguras que el futuro puede estar en vuestras manos, Miguel Ángel.
Anteayer hubo una helada brutal en Ribera de Duero, que se ha llevado un 20 o un 30% de uva. Lo bueno que tienen ellos es que si hiela no recogen. Su modelo les lleva a no hacer trampas. Y no son una DO calificada, que nosotros sí lo somos y mira la cantidad de tramposos que hay aquí.
“Aquí -apunta Luis Ángel- en la DOCa Rioja sobran adjetivos”.
.- ¿Qué adjetivos sobran en Rioja?
La palabra Reserva sobra, y la de Crianza también.
“Sobra en el modelo de la gran bodega reserva, no el que tú hacías”, le dice Miguel Ángel.
Yo ya no pongo Reserva en mis botellas. Ese modelo está totalmente prostituido. Las conversaciones en los bares de los pueblos son las siguientes: “¿Te falta papel? ¿Te sobra papel? ¿Y no vendes el papel? ¿Cuánto papel te ha sobrado?”. Se habla de eso y del fútbol. Esas son las conversaciones de algunos pueblos. Es triste. El vino de Rioja no vale nada. Y el papel ya empieza a valer muy poco.
.- Me estáis dejando sorprendido.
A ver. El vino bueno de granel, el bueno, hoy vale un euro. Y el malo de granel vale un euro. Es así. La uva buena de Rioja vale 0,70 euros, y la mala vale 0,70 euros. Ese es el problema. Lo único que parece que vale aquí, o que la gente está dispuesta a pagar, o a desear, es precinta del Consejo Regulador. Este es nuestro gran problema.
“… Y nosotros mismos”, añade Miguel Ángel.
Si no pusiéramos esta contraetiqueta de Rioja venderíamos nuestra marca y nuestro vino, pero nos queremos amparar en esta contraetiqueta de Rioja, donde pone “crianza”, o “reserva”, o “gran reserva”. Nuestro problema es el propio Consejo Regulador. Otro gallo nos cantaría si tuviéramos que vivir de nuestro nombre y del vino que está dentro de las botellas.
Nuestro problema es el Consejo Regulador y las grandes bodegas que juegan a diecisiete millones de botellas. Que hay bodegas que están vendiendo en Australia el vino con contraetiqueta de Crianza a 1,8 euros.
El mercado vasco del vino
.- Miguel Ángel tú añades que también ‘vosotros’ sois el problema.
Siempre he dicho que aquí tiene que haber varios modelos. No es lo mismo una gran bodega, las de más de un millón de botellas, que una bodega familiar que embotella su vino, o que una bodega familiar mixta que compra uva, u otra que vende parte de sus uvas… Hay distintos modelos, pero estamos todos en el mismo puchero, lo que tiene su dificultad.
Nosotros tenemos que vender los vinos más baratos que una gran bodega. Eso no se ve en ninguna otra Denominación de Origen de España. Esa culpa es nuestra y del mercado. Si vas a Bilbao prefieren un Beronia a nuestros vinos. Si a Beronia le quitas Rioja vendería igual. O a Ramón Bilbao.
.- En lo que al mercado vasco se refiere, ¿cómo lo ves?
El mercado de nuestra tierra vasca es muy bueno, pero no se valora a la pequeña bodega. No se valora la calidad extra que aportamos, prefiere un Ramón Bilbao a nuestros crianzas. Lo tenemos muy difícil porque la gente no nos valora, y por tanto no nos quiere. Y en parte tenemos que decir que nosotros no hemos sabido movernos como es debido.
“Conozco una bodega cerca de aquí, de Rioja Alavesa, que embotellaba hace unos años 400.000 botellas sin etiqueta, y ahora embotella más de 2 millones con etiqueta”, apunta Luis Ángel. ¿Qué pasa? Que tirando de ese carro hay 50 o 100 personas. La publicidad también tiene su efecto.
“Pero ojo -continua Luis Ángel-, son muchas las bodegas que tienen las viñas solo para papel. Muchas bodegas no saben llevar las viñas. Las viñas las llevamos como es debido los viticultores porque tenemos unos cojones gordos como los balones de Nivea.
Las grandes bodegas no tienen capacidad ni física ni económica para poder llevar las viñas. Tienen cuatro corros. Las viñas tienen un trabajo hercúleo, con un coste y una tarea impresionante. Brutal, que sé muy bien de lo que hablo.
El mensaje principal del encuentro
.- ¿Cuál os gustaría que fuese el mensaje principal de este encuentro? Comienza tú, Luis Ángel.
A mí me gustaría, Julio, que la gente respete los costos de producción, porque si no los respetan, van a lograr la desertización de todos los pueblos de Rioja. Atención con esto. Creo que no me equivoco en esto, y si no será que mi reino no es de este mundo. Tú no te puedes meter con los costes de producción de nadie. Y encima el Consejo Regulador no hace nada, salvo obedecer a las grandes bodegas.
Estuve del 92 al 97 en el Consejo Regulador, y da pena ver a la gente con trajes sacando la calculadora. Somos productores de vino, no banqueros. Pido por favor a las Instituciones que hagan lo posible para que nadie pague por un kilo de uva o por un litro de vino menos de lo que cuesta producirlo.
.- ¿Cuál es tu mensaje principal del encuentro de hoy, Miguel Ángel?
Vuelvo a decir que el futuro está en nuestra manos. Y si los organismos nos ayudan, también estará en nuestra mano el futuro de nuestras hijas. Lapuebla tiene nombre en Rioja Alavesa, que Lapuebla es vanguardia en muchas cosas. Hay que hacerlo mejor, hay que unirse más, hay que pedir ayuda, que no sean limosnas, ahora cuando la necesitamos, pero no solo de ayudas se vive. Hay que aportar cosas.
.- ¿Cuál es tu mensaje de calado, Álvaro?
Vivimos al margen los unos de los otros. Cada cual va a lo suyo y no nos contamos la realidad de cada cual, ni nos decimos las verdades. Eso es lo que quieren las bodegas grandes, tenernos aislados a los unos de los otros, y que cada cual vaya a su rollo. Estoy de acuerdo con Luis Ángel, no podemos vender por debajo de los costes de producción. No deberían hacernos esto. Si siguen así dejará de haber futuro. Y además, sí, tenemos que unirnos de verdad.
Jugar al ‘abogado del diablo’
.- Jugaré el papel de “abogado del diablo”, para preguntaros si habéis hecho todo lo que estaba en vuestra mano, si habéis innovado en vuestros negocios.
Indiscutiblemente hemos hecho todo lo que teníamos que hacer. Hemos puesto toda la carne en el asador, y todas las ganas, comienza respondiendo Luis Ángel-.
Yo creo que lo podíamos haber hecho mejor -tercia Miguel Ángel Muro-. Aquí nos falta formación de todo tipo.
“Pero sabemos cultivar las uvas y elaborar los vinos como pocos”, indica Luis Ángel.
Hace falta mucha más formación. Administración de empresas, enología, ingeniería… El 70% no tiene esos estudios. Hace 20 años quitaron la única escuela de Viticultura y Enología de Laguardia. Y cuando la cerraron todos pasamos olímpicamente de eso.
“Los viticultores de Rioja hacen muy bien su trabajo -insiste Luis Ángel-, pero luego llevan las uvas a las bodegas, donde conocen muy bien la enología y la dirección de empresas y la ingeniería, y los joden vivos. Ahí es donde voy. Lo que hay después del embotellado ya es otro mundo”.
Pero eso nos pasa porque somos incapaces de tirar la cosecha, incapaces de juntarnos y unirnos -es la réplica de Muro-. Algo no estamos haciendo bien. Alguna culpa tendremos. Nosotros hemos dejado crecer el monstruo. Que nos han dado la carnaza y no nos hemos quejado. Y nuestra máxima era tener un buen tractor, y los estudios nos han importado un bledo.
.- Llevas casi 50 años embotellando vino, Luis Ángel, y sin embargo…
Yo defiendo a los viticultores porque me siento más viticultor que bodeguero. Mi corazón está en el campo con los viticultores. Soy bodeguero, pero tengo que defender al viticultor.
“Rioja y Rioja Alavesa irían mucho mejor si todos los bodegueros, todos, defendieran al viticultor -entra Álvaro en el diálogo-. Yo mismo soy bodeguero y viticultor. Y estoy con Luis Ángel, porque si funciona el agricultor, funciona todo. La gente tendrá para vivir y no se irá de los pueblos. Y mi hijo será también vitivinicultor”.
«La gente se ha acomodado»
.- ¿Habíais mantenido una conversación como ésta anteriormente?
Nunca, reconoce Luis Ángel.
“Es verdad que Álvaro y yo hablamos de vez en cuando, pero no a este nivel. En el mundo del vino cada uno va a su bola, a su tran trán. Hay que organizarse, insisto, crear una asociación que pudiera llamarse “Lapuebla Unida”, que se respete nuestras uvas y nuestros vino, que nos conozcan, que tenemos el regadío más antiguo de Rioja Alavesa, de 1954, con una ikastola a la que vienen a estudiar alumnos de muchos pueblos. Y en Covila tenemos una gran cooperativa de vino…”.
Pero aquí la gente se ha acomodado -añade Luis Ángel-. Lapuebla tiene casi tres veces la viña de Villabuena, y sin embargo embotella diez veces menos que Villabuena. ¿Me equivoco?
“No -reconoce Álvaro-, pero cuando antiguamente venían las bodegas a comprar el vino a granel, venían a Lapuebla, porque era quien mejor vino tenía».
“Ojalá caiga una piedra (fuerte granizada) y se lo lleve todo”, dicen algunos colegas. Joder, y por qué esa “piedra” no la provocamos nosotros, manifiesta Muro con convicción.
“Estamos esperando que Dios arregle las cosas, pero eres tú quien tienes que arreglar las cosas. Hace falta una asociación de bodegas en este pueblo: “Lapuebla se rebela contra las grandes bodegas”. No sería un mal titular, eh! Pero no lo hacemos. La solución la veo en nosotros».
Suscríbete a nuestra Newsletter
Acepto que Blog Rioja Alavesa utilice mis datos para acciones de marketing
Recibe nuestras novedades
Newsletter
Acepto que Blog Rioja Alavesa utilice mis datos para acciones de marketing
¡Cuántas verdades, cuánta desazón, cuánto amor a su Lapuebla y a sus viñas! Tres hombres confesándose públicamente, sin rubor, con entereza. Tres familias pasándoselo mal, un pueblo con esa calidad intrínseca planteándose quemar parte de su producción para desesperación de Álvaro. ¿Y si provocamos la piedra nosotros?, como dice Miguel Angel
Muchas gracias, Miguel
El titular tiene gancho. De entrada me pareció algo enigmático. Al empezar a leer la gran entrevista, llena de sustancia y preocupaciones, quería saber el alcance y el significado del titular: «Nuestro reino sí es de este mundo». Me llamó la atención que no se explicara, pero ahora, tras leer la más que interesante y muy informativa entrevista-reportaje, me atrevo a decir aquello de ahora lo entiendo todo. Somos los lectores quienes debemos poner de nuestra parte para entender la zozobra.
Quizá puedas decirnos tú ahora lo que quieres decir con tu «ahora lo entiendo todo».
Muchas gracias, Jon.
Conocemos la frase de Jesús de Nazaret a Poncio Pilato. «Mi reino no es de este mundo», expresando, según San Juan, que si lo fuera, velarían por él para que ni lo torturan ni lo crucificaran.
Con «Nuestro reino sí es de este mundo», entiendo que aunque así sea nadie va a velar por ti. Que lo bueno y lo malo pueden ocurrir a los actores que trabajan y se afanan en el sector del vino. Les pueden pagar la cántara de vino por una miseria. Y la uva a un precio injusto. Y una Denominación de Origen CALIFICADA puede enviar a la quema buenos vinos como los de Lapuebla. Nadie vendrá en su ayuda. Estas cosas y muchas otras son aquí moneda en curso.
Aprendo de lectores como tú, Jon. Con sus sinceras y generosas palabras, Luis Ángel, Álvaro y Miguel Ángel pueden «reinar» en el corazón de mucha gente de la Comarca.
Muchas gracias.
Una entrevista que no por conocido lo que dicen, sí da una fotografía de la realidad.
Ahora bien, sabemos que, las ayudas puntuales de la Administración, son tiritas, muy bien recibidas por gran parte de los vitivinicultores, pero la herida del sector del vino Rioja es mucho más profunda que para poder sanar la herida con dichas tiritas.
Por eso, hasta que los vitivinicultores de Rioja Alavesa y las bodegas, junto con la Administración, no entren en quirófano con ganas de acabar con el estado de crisis en el que están, poco o nada vamos a solucionar, y desgraciadamente seguiremos con graneles a 1€/ litro de crianza, y a 0,70€/ litro de joven, que traducido a uva sale a menos de 0,50€ el kilo de uva.
Con estos datos, sobran comentarios, cuando el abanico de producción está entre 0,82 hasta 1,04€/kg
Muchas gracias, Fernando
Mi admiración, cariño y reconocimiento para los tres. Ánimo y abrazos vuelan para Lapuebla de Labarca!
Muchas gracias, Arene
Muchas gracias por vuestra sinceridad, Luis Ángel, Álvaro y Miguel Ángel, al diagnosticar la situación de los viticultores y bodegueros de Lapuebla y Rioja Alavesa. Se ve que el problema no se resuelve con subvenciones ni vendimias en verde, que son tiritas para ocultar un problema, pero no para solucionarlo. Hace falta entonar el mea culpa todos, comenzando con el Consejo Regulador, la casa del vino de Laguardia, las instituciones y los bodegueros. ¿Qué se ha hecho y se está haciendo mal? ¿Tan difícil es sentarse todos a la mesa para tratar en profundidad este quebranto del que hablan los de Lapuebla? Es necesario que se pongan en común los problemas y atacarlos de raíz. Que las grandes bodegas no vendan tan barato y compren más barato en un mercado donde por culpa de una mala política hay superproducción. Que los organismos no impongan pautas de producción y no controlen los precios. Que las instituciones públicas no pongan paños calientes que calman el dolor, pero no curan. La enfermedad es ya una pandemia y entre todos hay que conseguir la vacuna.
Muchas gracias, Antonio
Con este artículo me he sentido muy identificada, realista sin paños calientes, sin aromas a vainilla ni marketing rimbombante. Aquí se nota el trabajo de nuestros padres, el hartazgo, la incertidumbre de un futuro complicado para nuestros hijos.
Muchas gracias, Maria
Te felicito por el artículo Julio.
Lo que cuentan estos amigos vitivinicultores de Lapuebla de Labarca, es el sentir de la mayoría en la Comarca.
Escuchando a los políticos da la sensación de que su reino no es de este mundo, ellos tienen una percepción de la situación vitivinícola de la Comarca distinta a como lo percibimos los pequeños bodegueros cuyo reino sí es de este mundo.
Posiblemente ellos obtengan la información en círculos cuya realidad sea muy diferente a la de todo este gran grupo humano que formamos la antigua Hermandad de Laguardia.
En muy pocas ocasiones los dioses han hablado con los humanos.
Muchas gracias, Emilio