Ene 24, 2019

“Los vinos de Rioja Alavesa tienen Alma”

Su libro “El Medoc Alavés, la REVOLUCIÓN del VINO de RIOJA” le lleva al catedrático de Historia de la UPV-EHU, Ludger Mees, a preguntarse, y a preguntarnos:

¿Cuáles pueden ser “las lecciones que nos ofrece el pasado”?, vinculando aquel experimento del Medoc Alavés de hace 150 años con los vinos de hoy y del futuro.

Ludger Mees

LUDGER Mees, catedrático de Historia de la UPV-EHU.

Lo que tiene claro, muy claro, el escritor y catedrático es que…

“La Rioja Alavesa del siglo XXI viene del siglo XIX”

Nunca es tarde si la dicha es buena. Teníamos pendiente esta conversación con el catedrático sobre su libro “El Medoc Alavés, la revolución del Vino de Rioja”. Por mi parte había leído el libro en junio, una semana antes de que lo presentara en sociedad. El libro es magnífico. Ludger ha investigado y ama Rioja Alavesa. También bebe sus vinos. Incluso sus hijos entienden que es un regalo visitar durante un largo fin de semana la Comarca.

¿Hacen falta acaso más razones para ponernos manos a la obra?

Ludger Mees

PORTADA del libro, motivo fundamental de nuestra conversación.

Julio Flor / Director del Blog Rioja Alavesa.

Ludger Mees presentó su libro -fruto de una larga investigación de más de un año- el pasado 28 de junio en la bodega Lanzaga de Lantziego, con la presencia de sus editores Telmo Rodríguez y Pablo Eguzkiza, además del Consejero de Cultura del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, y el Diputado General de Álava, Ramiro González, que se comprometieron con el logro colectivo de obtener vinos con identidad, calidad y bien diferenciados.

El libro de Mees cuenta la historia que tuvo lugar en Rioja Alavesa hace más de 150 años, cuando se elaboraba en la Comarca un vino que no tenía posibilidades de ser transportado, ni de resistir el calor de los veranos, de tal manera que la Diputación Foral de entonces, junto con personajes ilustres del momento, y una decena de municipios, apostaron con sus vinateros por un vino de calidad capaz de viajar y superar los calores del verano.

Ludger Mees

COMPORTONES de aquellas vendimias… (una de las imágenes del libro).

La primera cosecha del nuevo vino llegó en 1862, envejecido en barricas de roble.

“Se organizó un Consejo que con controles rigurosos de etiquetado decidieron quiénes pasaban y quienes no pasaban los controles de calidad. También se hizo una enorme campaña de marketing que llegó hasta la Casa Real en Madrid. Y se regaló vino del Medoc Alavés a farmacéuticos, periodistas y diplomáticos”.

La aventura duró entre 1862 y 1868, obteniéndose premios internacionales en la exposiciones de Bayona de 1864 y Burdeos 1865, con medallas de Bronce, Plata y Oro.

Ludger Mees

OTRA de las fotografías del libro, que nos lleva a una antigua vendimia.

“Este libro es un homenaje a grandes y pequeños protagonistas. Tengo el privilegio de hablar hoy con los herederos de aquel fascinante experimento del Medoc Alavés. ¡Os tengo delante!”, dijo entonces -en la presentación del libro- refiriéndose y nombrando “a los representantes institucionales, vinateros, cosecheros, viticultores y amantes del buen vino… Porque el Medoc Alavés no fue producto de un individuo aislado, sino de un protagonismo colectivo”.

Aquel jueves 28 de junio, el autor del libro leyó el fragmento de un poema de su compatriota el poeta alemán Bertolt Brecht, titulado “Preguntas de un obrero que lee”:

Ludger Mees

EL escritor presentó el libro en junio, muy cerca de las encinas que rodean la bodega Lanzaga.

El joven Alejandro conquistó la India. / ¿Él solo? / César derrotó a los galos. / ¿No  llevaba siquiera cocinero? / Felipe de España lloró cuando su flota fue hundida. / ¿No lloró nadie más? / Federico II venció en la Guerra de los Siete Años / ¿Quién venció además de él? / Cada página una victoria. / ¿Quién cocinó el banquete de la victoria?

 “A Rioja Alavesa casi puedes ir con los ojos cerrados a buscar un buen vino, y acertar”

.- Cuando presentaste tu libro “El Medoc Alavés, la revolución del Vino de Rioja”, pusiste con aquel poema el acento en el proyecto colectivo de quienes lo hicieron posible

Esa es una de las tesis principales: que esto no hubiera llegado nunca jamás a puerto alguno si hubiera sido la iniciativa de un solo personaje o una única institución.

Ludger Mees

LA entrevista tuvo lugar el pasado 15 de enero en su despacho de la UPV-EHU, en Leioa.

.- Aquí hubo mucha gente implicada.

En el Medoc Alavés participó gente muy variada. Aristócratas ilustrados con relación más allá de las fronteras y con una mentalidad abierta. Políticos muy bien relacionados y también capaces de mirar más allá del día a día. Luego los primeros técnicos bien formados en Francia, en la meca del buen vino. Y también un número importante de cosecheros cuyos nombres aparecen, a veces, en los papeles, y en otras ocasiones no aparecen.

.- ¿Entre todos esos nombres, hubo alguien especial que requiera tu atención, que tuviera el mayor efecto tractor del proyecto del Medoc Alavés?

Es muy difícil destacar a uno, porque la aportación de todos y cada uno de ellos fue muy importante. Empezando por el propio Jean Pineau que trae consigo todos los secretos de elaboración del vino. Luego fíjate en la labor silenciada, tan importante, como la del traductor de Pineau, porque alguien le tenía que traducir. Después Eugenio Garagarza, un hombre que vive ese proyecto desde la dirección de la Granja Modelo de Álava.

Ludger Mees

JEAN Pineau, uno de los nombres del libro, está enterrado en Elciego.

O los marqueses de Riscal, que son dos, el padre, Guillermo, con sus contactos profesionales en Burdeos, y luego toma las riendas el hijo Camilo, que hace de puente entre el Medoc y Álava. Y sin lugar a dudas, también Pedro Egaña, ese hombre tan importante en la historia del País Vasco, ya que fue el primero que en su famoso discurso en el Senado habló de la nacionalidad vasca, poco antes de asumir el cargo de Diputado General de Álava.

.- Se nota que el escritor es historiador. El capítulo 8 lo titulas “Contar el pasado, descubrir el futuro”.

Soy un historiador de la vieja escuela, que piensa que aunque la historia nunca se repite, sí podemos sacar conclusiones. Es la única herramienta, las únicas señales que tenemos para orientarnos un poco en la actualidad. Desde esa perspectiva te das cuenta  que muchos de los problemas básicos, a pesar de todos los cambios habidos, se siguen repitiendo hoy en día.

Ludger Mees

«CONTAR el pasado, descubrir el futuro»… Es notorio que el escritor es catedrático de Historia.

.- Por ejemplo.

Pues cómo salimos de una crisis. Cuando en Europa en general la primera respuesta es con recortes de dinero público… En España se han recortado los fondos para la investigación a sabiendas de que la innovación, la investigación, es la que nos va a ayudar a salir de la crisis.

Eso es lo que se hizo con este experimento que nació con el trasfondo de una tremenda crisis social en la Rioja, que afectaba a miles y miles de familias, a todo un sector importante de la población. De allí no se salía con las recetas de siempre, sino buscando nuevas soluciones, investigando, etc.

.- Si teníamos la fórmula, si se obtuvieron premios internacionales con el Medoc Alavés, si estábamos orgullosos de ese vino… ¿Por qué sólo duró seis años? ¿Por qué no continuó?

Ludger Mees

EL AUTOR del «Medoc Alavés, la Revolución del Vino de Rioja» con el libro en sus manos. 

Veo que has leído bien el libro, porque el Medoc Alavés desapareció en el año 1868. Las razones son varias. Una, fue un experimento que iba adelantado a su tiempo. Además, sólo podía funcionar si hubiese habido gente que podía permitirse el lujo de guardar el vino tres años sin venderlo. En aquel entonces aún no había empezado la industrialización del País Vasco. El capital francés que iba a venir más tarde, tampoco había llegado.

Además, el año 1868 fue el año de la Revolución en España, llamada la Gloriosa, con tiempos de profundos cambios.

.- Has dicho dos veces que el Medoc Alavés fue “un experimento”. ¿Fue algo más que un experimento?

Fue un experimento que al final cuajó y produjo un resultado. Un nuevo vino, incluso toda aquella campaña publicitaria de entonces. Estamos hablando de los años 60 del siglo XIX, montando una campaña de marketing tremenda. Incluso crearon una marca del vino nuevo, que allá donde se vendía conseguía precios muy interesantes.

Ludger Mees

AZUFRANDO barricas, otra de las fotografías del pasado que reproduce el libro.

.- Un experimento que quedó en stand by durante algún tiempo.

Sí, porque cuando llega la industrialización del País Vasco, y empieza a entrar capital vasco a la Rioja allá donde está el ferrocarril, al otro lado del Ebro, en Haro y demás, es cuando pueden aprovecharse de todo el trabajo que estaba hecho, y del prestigio de la marca que existía ya, resolviendo los problemas de la distribución.

.- Pineau continuó unas décadas en Elciego, donde está enterrado, y uno de sus hijos puso en marcha la tonelería, las barricas en Laguardia…

Aquello lo aprovechó Riscal porque la Diputación de Álava pasa en esos años por una crisis política y decide que ya no hay dinero para prorrogar el contrato con Pineau.

Ludger Mees

MARQUÉS de Riscal, una de las bodegas más antiguas de Rioja. Fundada en 1858.

.- Hace 24 años la Diputación te publicó tu primer libro sobre el Medoc Alavés. ¿Cuánta ilusión percibiste por Rioja Alavesa?

Entonces estuve metido en un proyecto más amplio de investigación sobre el proceso de modernización en el Alto Ebro y en Cataluña, financiado por la Fundación Volkswagen, que me libró durante tres años de la docencia. La Diputación Foral de Álava tuvo noticias del proyecto, y yo escribí un par de artículos breves en la prensa escrita después de haber descubierto este tema. Conocí entonces a Jaime, el padre de Telmo Rodríguez. En ese contexto la Diputación me encargó el librito.

Hay que decir que aquel librito no tiene nada que ver con éste. Hoy lo puedo decir: en aquel libro hay unos cuantos errores. Era producto de una investigación más amplia, que tuvo otro objetivo, que se plasmó en un libro que publicamos en alemán.

En el libro actual, sin embargo, hay invertido un año y pico de larga investigación donde he contado además con un ayudante en los archivos. Aquellos errores del primer libro ya se han corregido en éste.

Ludger Mees

A la presentación del libro, acudieron el Diput. Gral. y el Conj. de Cultura del Gobierno Vasco. 

.- Por parte de la Diputación ¿había hace 24 años un afán por encontrar dónde está la diferenciación de nuestros vinos, de nuestra historia, y de Rioja Alavesa?

El mismo hecho de que la Diputación decidiera, al tener conocimiento de esa historia… -que yo descubrí la etiqueta, muy bonita también, del primer Medoc Alavés- publicar ese librito por muy rudimentario que fuera, demuestra que ellos tenían interés en saber algo más y divulgarlo.

.- El día de la presentación del libro en Lantziego, el actual Diputado General, Ramiro González, dijo que el libro “es una historia de visionarios”. ¿Estás de acuerdo?

La diferencia entre un empresario que mira el día a día, o a los mercados de mañana, y aquella gente del XIX es notoria. Por eso he hablando de “experimento”, porque ante un experimento nunca sabes cómo va a salir. Para poder imaginar que ahí puede haber un resultado interesante, tienes que tener una visión más allá del día a día, o de las siguiente Elecciones, más allá del beneficio político o económico a corto plazo.

Ludger Mees

TELMO Rodríguez, Bingen Zupiria, Ludger Mees y Eduardo Aguinaco el pasado 28 de junio.

.- Estuviste rodeado el día de la presentación del libro, además de por Telmo Rodríguez y Pablo Eguzkiza, por el consejero de Cultura y el Diputado General de Álava. ¿Crees que la Diputación Foral de hoy, que nuestros políticos, tienen esa visión?

Me quedé gratamente sorprendido con sus dos intervenciones, tanto la del Consejero de Cultura, Bingen Zupiria, como de la intervención del Diputado General, Ramiro González, porque me dio la impresión de que sentían lo que dijeron, que no era el típico discurso que otro te ha escrito. Ramiro González, además, por razones obvias, está más cercano a estos asuntos. Por otra parte, los dos se habían leído el libro!

.- Por supuesto.

Tú dices ‘por supuesto’, pero eso es muy importante. Conozco muchas presentaciones de libros donde no pasa eso. Donde sacan el papel y leen lo que el asesor les ha puesto.

.- Es un gran libro, Ludger. De lo mejor que he leído sobre Rioja Alavesa.

Ludger Mees

ESCALERAS de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV-EHU.

Pues te diré que, a pesar de estar escrito solo en castellano, este libro se conoce más en el extranjero -he dado varias charlas en Europa, en Florencia o en Londres- donde tengo un montón de colegas que saben que he estado más de un año trabajando en esto. Todos me preguntan que “¿cuándo habrá una traducción del libro, editado en inglés?”.

Yo trasladé este asunto al Diputado General, a quien el editor del libro Telmo Rodríguez ha ofrecido la posibilidad de esa edición en inglés. Y si se quiere, también en euskera. Este libro en inglés sería muy importante, ya que el vino de Álava puede ganar muchos puntos en un público culto en el extranjero.

.- Al principio del libro aparece un verso de Joxean Artze: “Bebo de la vieja fuente, / bebiendo agua nueva, / el agua que siempre es nueva, / de la vieja fuente de siempre”. ¿Puede ser una manera de explicar el Medoc Alavés?

Ludger Mees

EL libro se abre con este verso de Artze elegido por el bodeguero Pablo Eguzkiza. 

Creo que sí. Nos podemos preguntar ¿Cómo conseguimos un producto de calidad? Para eso hay que mirar lo que se hizo con el Medoc Alavés. En aquel momento un producto de calidad significaba una producción bastante reducida que puedes controlar, para asegurar que cumple con todos los criterios. Un producción muy pegada a su terruño. Un vino que puedes identificar. Que sabías que venía de Samaniego, o de Laguardia, de Elciego… Y no era el vino riojano, sino un vino micro donde se controlaban todos los procesos.

.- Un vino con un DNI, con un ADN muy concreto desde hace muchos años.

Se sabía de dónde venía, conocías la tierra, el clima, las condiciones geológicas… Y esto no ha cambiado. El buen vino de hoy en el mundo de la globalización otra vez tiende a eso. No queremos tener un vino sin padre ni madre, no; lo que se aprecia son estos vinos que sabes de dónde vienen y lo que estás bebiendo, vinos de los que conoces su historia, su filosofía, su contexto, y lo que nos han enseñado estas personas. El verso de Artze resumen muy bien esa filosofía.

Ludger Mees

MEES, Zupiria, Telmo y Pablo escuchan la intervención de Ramiro González en Lanzaga.

.- En la página 145 del libro terminas diciendo: “Lejos de ser un proyecto muerto y relegado al baúl de la historia, es más actual que nunca”. Esto lo afirmas ciento cincuenta y siete años después de que el Medoc Alavés se pusiera en marcha.

Con eso intento hacer una comparación entre ese contexto global que parece nos conduce cada vez más a esa homogenización de todo, de nuestras formas de vida, etc. Lo que es una sola cara de la moneda. La otra es precisamente que a los seres humanos no nos gusta esto, sino tener los pies en el suelo. Saber dónde estamos, de dónde venimos… y traducido a esto, saber lo que estamos bebiendo.

El gran reto para el futuro es recuperar esas esencias, ese espíritu que nos permite vivir cómodamente en ese contexto de la globalización.

Ludger Mees

«BUSCAR lo auténtico del vino sin maquillaje», propone Ludger Mees.

.- En el libro llegas a decir que “hay que buscar lo auténtico del vino sin maquillaje y del paisaje detrás de cada vino”, tocando así el alma de los vitivinicultores de Rioja Alavesa.

Es un terreno que no es el mío, porque no soy enólogo ni tengo suficientes conocimientos para juzgar un vino desde ese punto de vista, pero sí puedo valorar el proyecto Medoc Alavés tanto como historiador o como ciudadano actual. Tengo ese capricho de intentar mezclar esos dos planos. De ahí salen ese tipo de juicios que me permiten opinar de esa manera, apoyándome en lo que he estudiado.

.- ¿Nos hemos perdido en la globalización, en la homogenización, o tenemos un vino único, y buscamos los sabores que dan pueblos, tierras y viñas?

No creo que nos hayamos perdido ni que nos hayamos encontrado. Estamos en el medio con unas condiciones muy buenas. Hay que tener en cuenta que aquí hay varios actores implicados. Esa pregunta habría que dirigirla a los que hacen el vino, y a los que lo consumimos.

Invitaría a acudir a la gente a bodegas que hacen vino individualizado, de pequeña producción, mimado, con el espíritu del Medoc Alavés, que te enseñe cómo lo están haciendo. Para que nos demos cuenta que esas botellas de vino no pueden valer 4 euros

Ludger Mees

EN su despacho, en este letrero dice: «El que no quiera pensar, será expulsado».

.- ¿Estamos dispuestos a pagar más por un vino así, o seguimos buscando uno “bueno y barato”?

Estoy dispuesto a pagar más porque valoro ese empeño, esa tradición y el espíritu del Medoc. Me lo puedo permitir en cierta medida, aunque todavía tengo dos hijos que están preparando sus tesis doctorales en el extranjero.

…Me preguntabas si nos hemos perdido.

No creo que Rioja Alavesa se haya perdido en la globalización. Estamos con los pies en el suelo, con unas condiciones óptimas para avanzar, pero si nos creemos que ya hemos logrado todo, tanto productores como consumidores, eso sí sería dormirse en los laureles.

Ludger Mees

«VA bien, con los pies en el suelo… pero que Rioja Alavesa no ser duerma en los laureles». 

.- Al terminar el libro dices que “la clave del buen vino, ayer, hoy y mañana, se encuentra en la fusión entre la máxima lealtad al entorno local y el respeto por sus características específicas, por una parte, y la búsqueda de mejoras innovadoras por otra”. Así termina el catedrático de Historia este buen libro.

Sí, sí. Pero hasta llegar ahí hay 154 páginas de Historia. Esa es mi opinión. Por eso digo que estamos bien, pero el trayecto sigue, y hay margen de mejora.

.- ¿Cómo convencer al mundo de nuestros vinazos?

Ahí tenemos todavía mucho margen de mejora porque nuestros buenos vinos de Rioja Alavesa están en el extranjero y, a la vez, es relativamente desconocido en el mundo. He traído amigos y a grupos de extranjeros (el último lo componían 20 alemanes) a Laguardia y Elciego, donde en Riscal nos recibió Paco Hurtado de Amezaga, además de dar una vuelta en autobús por todos los pueblos. Les he contado la historia, cataron los vinos, y se quedaron encantados, enamorados.

Ludger Mees

CONTRATO de Jean Pineau; y Pedro Egaña, Diputado General de Álava por entonces.

.- ¿Cuáles fueron sus preguntas?

Todos me preguntaban “¿dónde podemos saber algo más de Rioja Alavesa?” ¿Cómo pueden saber más de la Comarca si preguntan en Alemania, si preguntan en Inglaterra? ¿Cómo? Suena mal que yo diga esto como autor del libro, pero la historia del Medoc es tan fascinante que si este libro se publica en inglés nos permitirá llegar a un público amplio, con un cierto nivel cultural.

.- ¿Crees que los vientos de 2019 son favorables para recuperar todo aquello de hace 157 años? ¿Es un buen momento para Rioja Alavesa y ‘el espíritu del Medoc’?

El espíritu del Medoc Alavés se está implantando entre bastante gente. Estamos en una fase de tránsito en la que vamos a decidir hacia dónde queremos ir. A ese modelo; o a otro más antiguo, que es el vino “bueno, bonito y barato” pero sin alma.

Ludger Mees

«¿TIENE ALMA o no tiene Alma el vino de Rioja Alavesa?», le preguntamos al escritor. 

.-¿Es nuestro vino, el de Rioja Alavesa, más un vino con alma que sin alma?

En Europa o en el mundo es difícil encontrar un territorio con una concentración tan densa de pequeños productores de vino que producen calidad en general. Y diría que en Rioja Alavesa es difícil encontrar un vino malo.

Suena banal, pero según donde vayas no es así. Aquí casi puedes ir con los ojos cerrados a buscar un buen vino por Rioja Alavesa y acertar. Eso es único con respecto a otras regiones.

Así que sí. Nuestros vinos tienen alma.

Ludger Mees

DESDE nuestra conversación en la UPV, atravesamos 150 años de historia de Rioja Alavesa.

.- Nos queda por saber si los viticultor@s de hoy podrían mirarse en el espejo de aquel Medoc Alavés, que fue un proyecto colectivo, y comprobar cuál es su imagen…

Los contextos son muy diferentes. Pero si aquí estamos como estamos, esto no viene de la nada. Lo que somos viene de todo aquello, y de una larga historia. La Rioja Alavesa del siglo XXI viene, entre otros, del siglo XIX. De otra manera no se entiende lo que hay hoy en día aquí.

Ludger Mees

ENTRE los presentes, en junio, hubo muchos vitivinicultores de la Comarca.

.- Tú tuviste delante de ti a los vitivinicultores de Rioja Alavesa de hoy. Y les hablaste.

Todo ese colectivo, herederos de todos aquellos, al que tuve delante, me emocionaron. Porque es normal que un colega tuyo se lea tu libro, pero el que toca las uvas y los racimos, el que elabora vino, el que toca más viñas que papel de libros, acudió a mi presentación habiéndose leído mi libro.

“He leído tu libro y me he emocionado”, me decían. Eso fue para mí una experiencia única. Me lo dijeron varios, y me pidieron que les firmara mi libro, cosecheros de pequeñas bodegas a los que Telmo Rodríguez les había enviado el libro un tiempo antes.

Les lucían los ojos de alegría.

Por eso me dirigí a ellos en la presentación del libro, haciendo de esta manera un homenaje a toda esa gente, también a las mujeres, que no aparecen en las fuentes de información, pero sin ellas en aquel tiempo no hubieran avanzado, no hubiera cuajado todo el proyecto del Medoc Alavés y aquella revolución del vino de Rioja.

14 respuestas a ““Los vinos de Rioja Alavesa tienen Alma””

  1. Conoces mi opinión Julio, y no la voy a volver a repetir.

    Me queda un recurso: pedir al profesor Mees que me reciba en mi vieja facultad para hablarle de este tema.

  2. Arene Amezaga dice:

    Dos cosas:

    Confirmo uno de los titulares de la entrevista al profesor. Es muy cierto que “a Rioja Alavesa casi puedes ir con los ojos cerrados a buscar un buen vino, y acertar”. Hasta ahora yo he acertado al comprar vino en Laguardia, Elciego, Elvillar, Lapuebla, Villabuena y algún pueblo más. He acertado siempre. Al 100%.

    Respecto al libro, lo pedí en una librería de Gasteiz cuando leí hace meses en el blog que se había presentado en Rioja Alavesa. Me encantó. Diría que es una especie de… «road movie» de carretera histórica, llena de sorpresas, ideas y avatares. Como si fuera lo mejor que pudiera pasarle a un país, y a un sector.

    Tuve esa sensación maravillosa que menciona Ludger Mees cuando asegura que el Medoc Alavés se adelantó a su tiempo.

    Un acierto que hable del «espíritu del Medoc Alavés». No me extraña que Julio Flor diga que es de lo mejor que ha leído sobre Rioja Alavesa… Aunque ya nada puede superar a cientos de publicaciones, desde muchas perspectivas y temáticas, publicadas en este inmenso blog. Todo lo escribo y digo cual lo siento.

  3. Kepa Urdangarin dice:

    Como ya comenté en su día en el blog, leí finalmente el libro. «… la Revolución del Vino de Rioja» muestra, entre otras cosas, que el Medoc Alavés fue una gran obra coral. Tal es así -podría entrar en cien detalles- que el «experimento» (como dice Mees en varias ocasiones) tuvo… sí, tuvo grandeza poética. La de poner en marcha, entre muchos, y muchas, un sueño necesario. Un sueño de esos que siempre vamos a anhelar. Seguro que ese espíritu late en este nuestro hermoso país. Hace falta, siempre hace falta, una estrella, un lucero, un cometa que nos ponga colectivamente manos a la obra, remando en la misma dirección.

    También eso nos enseña la Historia.

    Zorionak!

  4. El tema es excesivamente de fondo como para poder resumirlo en estas líneas

    Hay que resaltar la positiva inquietud de la Diputación de Alava para ayudar a una sociedad liberal que en Rioja Alavesa está viendo que la comercialización de los vinos no es próspera. Se han perdido colonias que consumían nuestro vino y España pasa por un momento de declive político y económico.

    Se consigue interesar a Jean Pineau que en ese momento trabaja en el Chateau Lanesan, en el Alto Médoc, lugar pantanoso, sin el prestigio de Margaux, Pessac, St julien o más tarde Pomerol.

    Partiendo de las prácticas agrícolas de un clima Atlántico, con exceso de humedad nos trae variedades de ciclo más corto que no están pensadas para aprovechar nuestras soleadas tardes de octubre y sus frescas noches. En Médoc se vendimia en la primera quincena de septiembre. Es imprescindible cultivar las cepas en espaldera para mitigar el efecto de los incesantes mohos que el calor y la humedad producen.

    El exceso de humedad del Médoc no permite excavar bodegas subterráneas que ayuden a que los vinos sobrevivan a los veranos.

    Se hacen experimentos por parte de algunas familias con un número muy limitado de barricas y se abandona su uso, así como las variedades porque no lo ven viable, pese a los premios obtenidos.

    Diputación abandona estas ayudas y Jean Pineau no encuentra hasta la contratación de Riscal su nuevo empleo. Esta bodega si da importancia a la medalla conseguida en Bayona y los propietarios de los vinos presentados ni siquiera la reclaman.

    El hecho de que todo nuestra historía vitivinícola la basemos en la segunda mitad del XIX, sitúa nuestros vinos entre los “JÓVENES VINOS DEL MUNDO” frente a los “VIEJOS BINOS DEL MUNDO” Francia e Italia. Asunto de vital importancia.

    Chile en su despertar en la producción copió el modelo francés con enorme ahínco y muy pronto le han hecho que por esa línea no consigue diferenciación y han trazado el camino de descubrir su variedad Carmener, su riqueza de climas, su cordillera Andina y este país está entre los de éxito comercial y sobrepasando en precio y prestigio a nuestros vinos alaveses.

    Definirnos por un mote mediocre, poco acertado por su terroir, de los de menor precio en su zona, supone distanciarnos mucho del verdadero movimiento de pequeñas bodegas surgidas a partir de los años 1970, que buscan vinos vigorosos, con viñedos artesanales, con arraigo familiar,.. con reconocimientos internacionales por parte de los grandes prescriptores….

    Y, lo que es peor nos hacen olvidar que la nave Santamaría, llamada anteriormente La Gallega partía del puerto unas veces de Bilbao y otras De Castro hacia Flandes, fundamentalmente el puerto de Brujas llevando mercancías, entre las que se encontraban nuestros vinos. Esta nave fue una de las utilizadas por Colón en su descubrimiento de América.

    Posteriormente nuestros vinos fueron muy apreciados en California, Nuevo Méjico, Méjico y especialmente Cuba.

    Nunca, como hoy, hemos exportado tanto, nos hemos preocupado de tener facultades de enología, debemos pensar en posgrados y reforzar el caracter, la historia, la cultura que nos acompaña y que resulta imposible encontrar en las inspiraciones neoclásicas francesas.

    Podemos estar confundiendo el brillo de un espejo con La Luz solar, aunque el peso del pesimismo del XIX, en sus declaraciones angustiosas, así nos lo hagan interpretar.

    Nuestros farmacéuticos tenían fórmulas muy interesantes sobre el cuidados de la vid y el vino que Los Omeyas nos habían enseñado.

  5. Petra Cenea dotada de una gran nariz en tamaño y finura, tenía un gran acierto a la hora de definir los vinos, sus aromas, sus gustos.

    Podía hablar de un vino gracioso y buscaba los vinos con alma…

    En alguna ocasión le he oído decir: hija eres buena pero te falta alma. He decidido no defraudarla.

    El 9 de Marzo vamos a Médoc, un grupo de 30 vecinos de Elciego, nos esperan con los brazos abiertos, como lo hacemos cuando nosotros cuando nos visitan. Intercambiamos vinos, experiencias de gobierno municipal, disfrutamos, Notre jumelage est très dinamique mais on ne change pas les noms.

    El Alma y el Coraje deben convertirse en nuestro santo y seña. Las cosas vienen muy crudas.

  6. Eduardo Martinez Laorden dice:

    Muy interesante el libro de Ludger Mees !!

    Como ocurre tantas veces, tiene que venir alguien de fuera para que demos importancia al trabajo en el pasado de iniciativas promovidas por la Diputación Foral de Álava en beneficio del desarrollo alavés que, por supuesto, con la colaboración de instituciones culturales y de particulares entusiastas, apostaron por modernizar y actualizar el sistema productivo del vino en Rioja Alavesa.

    Espero que se tome ejemplo a futuro, creyendo en el gran potencial de nuestra zona, pero sin dejar de innovar…

  7. Lourdes Canto dice:

    Alabo este magnífico trabajo. El periodismo es una gran tarea, si se hace con esta convicción. La entrevista con el catedrático enseña y espolea el conocimiento.

    Acabo de leer por primera vez ese trozo del poema de Brecht. Cómo he podido no leerlo hasta ahora…

    «El joven Alejandro conquistó la India. / ¿Él solo? / César derrotó a los galos. / ¿No llevaba siquiera cocinero? / Felipe de España lloró cuando su flota fue hundida. / ¿No lloró nadie más? / Federico II venció en la Guerra de los Siete Años / ¿Quién venció además de él? / Cada página una victoria. / ¿Quién cocinó el banquete de la victoria?…»

    He pedido un libro con los poemas de Bertolt Brecht en la biblioteca de mi ciudad.

    También he encargado el libro de su compatriota Ludger Mees en una librería de Bilbao.

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Muchas gracias, Lourdes Canto. Trabajamos en ese hermoso oficio, que forma parte de nuestra vida, entre otras muchas razones, por lo que expresas. Por cierto, te copio el poema entero de Bertolt Brecht:

      PREGUNTAS DE UN OBRERO QUE LEE

      ¿Quién construyó Tebas, la de las siete Puertas?
      En los libros aparecen los nombres de los reyes.
      ¿Arrastraron los reyes los bloques de piedra?
      Y Babilonia, destruida tantas veces,
      ¿quién la volvió siempre a construir? ¿En qué casas
      de la dorada Lima vivían los constructores?
      ¿A dónde fueron los albañiles la noche en que fue terminada
      la Muralla China? La gran Roma
      está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?
      ¿Sobre quiénes
      triunfaron los Césares? ¿Es que Bizancio, la tan cantada,
      sólo tenía palacios para sus habitantes? Hasta en la
      legendaria Atlántida,
      la noche en que el mar se la tragaba, los que se hundían,
      gritaban llamando a sus esclavos.
      El joven Alejandro conquistó la India.
      ¿Él solo?
      César derrotó a los galos.
      ¿No llevaba siquiera cocinero?
      Felipe de España lloró cuando su flotafue hundida.
      ¿No lloró nadie más?
      Federico II venció en la Guerra de los Siete Años.
      ¿Quién venció además de él?
      Cada página una victoria.
      ¿Quién cocinó el banquete de la victoria?
      Cada diez años un gran hombre.
      ¿Quién pagó los gastos?
      Tantas historias.
      Tantas preguntas.

      Saludos cordiales.

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