Ago 07, 2022

La grandeza de los 69 viticultores pequeños de Lanciego

 

Ellos crearon la Bodega Cooperativa Nuestra Señora del Campo en 1951, hace setenta y un años.

“Fíjate qué moral tenían aquellos socios fundadores que embargaron sus casas y sus fincas para hacer la Cooperativa”, nos cuenta Pedro Luis Aguirre, presidente entre 2003 y 2011 de la cooperativa de Lanciego.

Bodega Cooperativa Nuestra Señora del Campo

VITICULTORES de Lanciego celebrando la creación de la Cooperativa.

Cuando Pedro Luis Aguirre nació, en 1954, la Cooperativa de Lanciego ya estaba allí. Su padre, Emiliano Aguirre, fue el “prensero” de Nuestra Señora del Campo, dedicado como tantos otros al proyecto en cuerpo y alma.

“En casa no se hablaba de otra cosa que no fuese la Cooperativa, además de otras palabras dedicadas a las viñas, el vino, los olivos, y eso sí, también se hablaba de música, y se tocaban instrumentos donde volaba la paloma del gran Iradier”.

La grandeza de los 69 viticultores pequeños de Lanciego

PEDRO Luis Aguirre en una viña de Lanciego..

Pedro Luis Aguirre está en la Junta de la Cooperativa desde 1975, “el año que dejamos de venderle el vino a Faustino”, habiendo sido presidente en dos legislaturas (entre 2003 y 2011), y vicepresidente en otras ocasiones.

La administrativa Maite Larrea, nacida en San Torcuato, pueblo de La Rioja cercano a Santo Domingo de la Calzada, también tuvo un abuelo con viñas. Ella vive en Logroño y trabaja en la Cooperativa desde 1995, a jornada completa desde 2006.

Julio Flor / Lanciego

La grandeza de los 69 viticultores pequeños de Lanciego

PEDRO y Maite en el salón donde mantendremos la conversación.

Ambos me esperan en la Cooperativa, que luce nuevas instalaciones, que aquí el renovarse o morir se ha llevado a rajatabla. Lo hicieron los fundadores con su hijos, y ahora hacen lo propio los Pedro Luis Aguirre con sus hijas e hijos.

Antes de entrevistar a Pedro Luis y a Maite, contemplo con detenimiento la fotografía de aquellos socios fundadores, los “pequeñitos agricultores de Lanciego”, como cariñosamente les llama Maite Larrea.

Bodega Cooperativa Nuestra Señora del Campo

LOS FUNDADORES, celebrando su unión en Estella.

Los socios fundadores de 1951

La foto es en blanco y negro. Les observo desde el ahora con admiración. Cuánta determinación la suya. Plantaron  entonces cara a los tiempos uniéndose, entendiendo que la Unión hace la Fuerza, una de las ideas troncales del cooperativismo vasco que en Rioja Alavesa promovieron sacerdotes como Esteban Uriarte con entusiasmo .

Sabemos que las Cooperativas del Vino de Rioja Alavesa nacieron en pleno franquismo, cuando la mayoría de organizaciones legalizadas eran católicas. Todas bajo la advocación de un santo, o la patrona de cada localidad, como es el caso de Lantziego, con un capellán como primer contable y asesor.

Bodega Cooperativa Nuestra Señora del Campo

VENDIMIAS de Rioja Alavesa en la década de 1950. (Foto Lorenzo Ugarte).

Desde un principio, el sacerdote párroco de Lanciego, Esteban Uriarte, delegó toda la responsabilidad en los viticultores de Lanciego, haciendo un mero papel de impulsor y animador inicial. Esa actitud motivó el éxito de la Cooperativa, formada por viticultores que ya tenían en sus genes una gran capacidad de entrega y sacrificio.

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ALGUNOS de aquellos pioneros de la unión de Lanciego.

Bien debía saber Esteban Uriarte que aquellos eran de los que no se rinden sin luchar. Viticultores que al llegar las vendimias, en cuanto amanecía ya estaban trabajando y cortando uva.

En los años cincuenta se realizaba todo el trabajo campesino a mano, y con caballerías, en un Lanciego rural de grandes distancias entre muchas de sus viñas y la nueva cooperativa. Entonces se traía la uva en comportones sobre el caballo o la mula, teniendo que madrugar a las cinco de la mañana, para que con las primeras luces ya se estuviera vendimiando.

Bodega Cooperativa Nuestra Señora del Campo

CABALLERÍAS y Comportones marcaron una época. (Lorenzo Ugarte).

“Algunas de nuestras viñas estaban a más de 7 u 8 kilómetros. En los 60 yo era un chavalito, el mayor de mis hermanos. Nos levantábamos a las cinco de la mañana, y al llegar a la viña mi padre y yo nos poníamos a almorzar. Se cortaba la uva y venga para arriba. A veces hacíamos tres viajes en el día, o cuatro como mucho».

Más de millón y medio de kilos de uva

.- Ah, aquellas vendimias de tu infancia, Pedro Luis.

Con toda la familia implicada, sí. Llenábamos de uva los dos comportones, o cuatro si teníamos dos caballos, y como desde la viña pillaba bastante lejos Lanciego, llegó un tiempo que contamos en Assa, frente al hotel, con una caseta donde se dejaba la uva, para pesarla y subirla después en carros.

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DESCARGA de comportones con uva en Laguardia. (Lorenzo Ugarte).

.- Tu padre fue uno de los 69 socios fundadores de la Cooperativa.

Se llamaba Emiliano Aguirre, que murió con 88 años. Estuvo aquí muchos años en la cooperativa de ‘prensero’, prensando la uva, haciendo ‘el pie’ y todo lo demás. Se quedaba por las noches y sus tres hijos veníamos a hacerle compañía para que no se durmiera. Como te he dicho, nosotros éramos tres hermanos, mientras que en la casa de mi abuelo, con mi padre, habían sido once hermanos.

.- ¿Cuántos socios fundadores crearon la Cooperativa?

“Sesenta y nueve -precisa Maite-, que eran entonces los viticultores más pequeños de Lanciego”.

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LIMPIEZA del material de Vendimias en Laguardia. (Lorenzo Ugarte).

.- Los primeros edificios de la Cooperativa se hicieron justo donde hoy estamos.

Desde entonces hemos hecho dos ampliaciones, si bien una parte de los edificios se han tenido que tirar para construir lo nuevo.

.- ¿Queda alguna parte de los primeros edificios?

Una pequeña parte del edificio de oficinas, que fue la casa del bodeguero. Y queda algún depósito de hormigón.

Bodega Cooperativa Nuestra Señora del Campo

LOS primeros edificios de la izq. El de la dcha. es una ampliación posterior.

Las cooperativas de Vino

.- La Cooperativa dimana de ese lema que afirma que “la unión hace la fuerza”

En aquella época se construyeron las cooperativas de Oyón, de Elvillar, la de Yécora, que se llevan pocos años unas de otras. Salen de las asociaciones agrícolas que había antes.

.- ¿Cuándo ha sido el momento de esplendor de vuestra cooperativa?

En los años noventa, a pesar de que a finales de los ochenta las instituciones vascas ofrecieron subvenciones para que se crearan bodegas independientes. Fue cuando los socios más fuertes dieron un paso al frente y se decidieran por ello.

Bodega Cooperativa Nuestra Señora del Campo

EDIFICIO de la Cooperativa en el momento actual.

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.- ¿En cuántos socios se han convertido, con el tiempo, los sesenta y nueve socios fundadores?

Ahora estamos 87 socios, que son las herencias de muchos de aquellos, que los pobres ya murieron. Pero hemos llegado a ser 110 socios.

.- ¿Todos viticultores?

No. Hay gente que está trabajando en fábricas, y manteniendo sus viñas, que trae sus uvas a la Cooperativa. Son los hijos o nietos de aquellos socios. Que se dediquen al campo igual no hay tantos. ¿Cuántos se dedicarán a sus viñas, Maite?

“Solo un 30% de los 87 se dedican al campo”, precisa Maite.

Pedro-Maite

PEDRO y MAITE poco antes del comienzo de la entrevista.

La Bodeguilla de Vitoria

.- Los que se fueron en los años 80 a crear su propia bodega…

Aquellos eran los que más viñas tenían, por ejemplo Luis Rodriguez, cuya bodega es hoy Luir R., que en su día fue presidente de la Cooperativa en Lanciego. Cuando hubo que ampliar la bodega se preguntaron “Oye, ¿qué es más rentable, ampliar el capital o hacernos una bodega propia?”. Como a otras bodegas de la Comarca, el Gobierno Vasco les dio una subvención y construyeron su bodega.

.- ¿Cuál ha sido el negocio de la cooperativa Nuestra Señora del Campo?

Deposito-Pintado-Bai

DEPÓSITO pintado, con una tapa auténtica de hierro.

Al principio la Cooperativa de Lanciego tenía en Vitoria La Bodeguilla, que así se llamaba, que aún existe como bar-restaurante. Eso fue un almacén de venta de nuestro vino. Teníamos uno allí que se encargaba de subir el vino a granel y lo vendía en garrafones.

“Eso no lo he conocido yo”, comenta Maite.

Al final el que teníamos allí de representante de la Cooperativa se quedó con el negocio de La Bodeguilla, que se lo vendimos. Ahora está el hijo y los nietos de aquel.

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TRACTOR con las comportas descargando uva en la Cooperativa.

.- ¿Cuántos kilos de uva entran en la cooperativa?

Entran 1,3 millones de kilos de tinto y unos 350.000 kilos de blanco.

.- ¿Para quién va esa producción?

Para la bodega Marqués de Cáceres en un 99% de la uva. Nuestra bodega se queda con muy poquito vino, como ves.

.- ¿Qué pasa con ese 1% de vuestro vino?

MAITE. Aquí se recoge la uva y comienza la primera elaboración.

INTERIOR-BODEGA

ESPACIO de barricas que acaba llevándose Bodegas Marqués de Cáceres.

La mayor parte de la uva no se la lleva el Marqués de Cáceres. Me explico. Únicamente se lleva 50.000 kilos de una selección de viñas en cajas. Con el resto de la uva se elabora el vino en nuestra bodega, incluido el blanco, que aquí se hace una primera elaboración, de tal manera que luego se llevan el mosto blanco en cisternas.

«Cuando el vino está en su punto»

.- ¿Y la uva tinta?

También la elaboramos nosotros en la bodega. Se extrae una cantidad de mosto rosado, que también se lo llevan después en cisternas. Todo el tinto queda aquí, la mayoría en los depósitos de 30.000 litros, y el resto en barricas de madera. Cuando llega febrero, que el vino está en su punto, se lo llevan todo a Cenicero, a la bodega Marqués de Cáceres.

DEPOSITOS-ACERO

DEPÓSITOS de acero inoxidable donde descansa el vino unos meses.

.- De ese vino os quedáis con una cantidad muy pequeña, simbólica.

Ese vino que nos quedamos es para el socio y “cuatro cajas” que vendemos.

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ANAGORIO da nombre al vino tinto de la Cooperativa.

.- A fecha de hoy ¿en qué ha derivado aquí la filosofía de la Cooperativa?

Básicamente lo nuestro es el apoyo al pequeño viticultor. Nuestra cooperativa es la unión de todos los pequeñitos agricultores del pueblo de Lanciego -contesta Maite, y Pedro Luis corrobora-. Ninguno de ellos se pudo permitir montar una bodega.

.- ¿Qué hubiera sido de esos pequeños viticultores sin la Cooperativa?

Pues que hubiesen vendido hace años la mitad de las fincas. Y ellos hubiesen desaparecido como agricultores. Aquí había tres grandes y nadie más. Nuestra labor ha sido dar beneficios a la gente, y mantenerla unida en este proyecto.

Bodega Cooperativa Nuestra Señora del Campo

PEDRO en una viña de Lanciego, con el pico del «León dormido» al fondo

.- ¿Qué mínima cantidad de uva aportan los más pequeños?

Como se van heredando las viñas, tenemos unos cuantos que son muy chiquitines, que traen aquí a la Cooperativa unos 2000 kilos de uva, y los que más aportan traen sus 80.000, o sus 100.000 kilos.

Mira -toma la palabra Pedro Luis-, el Gobierno Vasco ya ha intentado que las cooperativas de Rioja Alavesa nos animemos a embotellar nuestro vino, como hace la cooperativa de Lapuebla de Labarca, o la de Labastida.

Hemos tenido reuniones con otras pequeñas cooperativas para analizar si podríamos comercializar el vino juntos… Pero lo cierto es que hace años tuvimos una pega.

.- Luego hablamos de esa pega, pero ¿desde cuándo mantenéis el negocio con Bodegas Marqués de Cáceres?

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FACHADA de Bodegas Marqués de Cáceres, en Cenicero.

Con Marqués de Cáceres estamos desde 1975, que hasta entonces llevábamos la uva a Faustino.

Con la mente en el beneficio de todos

.- ¿Os paga bien la uva Marqués de Cáceres?

Hombre, nos paga “cuarenta veces mejor” que los demás. Estamos muy contentos con ellos. Hasta ahora todo ha funcionado muy bien de palabra, porque hasta la fecha no hemos tenido nunca contratos con ellos.

.- ¿Cobráis la uva por encima de lo normal aquí en Rioja Alavesa?

Siempre nos pagan algo más.

.- Si de media el año pasado el kilo de uva pudo estar entre 0,65 y 0,75 euros…

Nosotros estamos por encima de esa cantidad. En ese aspecto estamos satisfechos.

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¡CUÁNTAS veces habrá bajado por esta escalera de la Cooperativa!

.- ¿Qué te ha dado a ti la Cooperativa, Pedro Luis?

Me ha dado buena convivencia y grandes amistades en mi pueblo de Lanciego. Dinero no me ha dado, que aquí en la Junta estamos por amor al arte. Hemos trabajado con la mente puesta en el beneficio de todos los cooperativistas. Esa es otra satisfacción.

“Los de la Junta -corrobora Maite- aquí no cobran ni un euro”.

Cuando hicimos la ampliación de la bodega, yo estuve todos los días aquí al pie del cañón.

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ESCALERA de caracol de la Cooperativa de Lanciego.

.- En tu caso, Pedro Luis, ¿cuántas hectáreas de viña cultivas?

De papel tendré para recoger entre 40.000 y 50.000 kilos de uva. Eso es mío. Luego he llevado otras 4 hectáreas más de viñas, que entre todas llegarían a los 60.000 o 70.000 kilos.

.- ¿Nunca tuviste el deseo íntimo de tener una bodeguita con tu vino embotellado?

Yo tengo mi bodeguita, una cueva muy bonita con su lago de hormigón que heredé de mi suegro. En su día allí se metió uva y se elaboraban los Bujanda. Pero yo no he metido ahí mis kilos de uva, que han ido siempre a la Cooperativa.

.- Tú eres de los que trabajaba en una empresa.

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ENTRE dos viñas, con el pueblo de Lanciego/Lantziego al fondo.

Exacto. En una fábrica de Oyón, donde he estado trabajando 27 años, y dedicándome a mis viñas todos los fines de semana.

Cuando había más aceite que vino en Lanciego

.- ¿Qué han sido tus viñas para ti?

Joder, ahora las van a heredar mis hijas, que no sé lo que van a hacer con ellas. A las hijas les digo “fijaros qué viñas os he dejado, emparradas, con goteo, con esto y con lo otro”. Para mí son… pues qué se yo.

.- Tú las heredaste de tu padre.

Heredé viñas y olivos de mi padre. Y de mi suegro. Y mi padre las heredó de su padre, también. Esto va de generación en generación. Para mí ¡son un gran tesoro!

PUEBLO-ENMARCADO

LANCIEGO/LANTZIEGO enmarcado por una de sus viñas.

En Lanciego, hace 50 años, se elaboraba más aceite que vino, pero se arrancaron los olivos y se plantaron más viñas. A mis 67 años solo llevo ya los olivos, que las viñas me las llevan. Eso sí, voy a visitarlas todos los días.

.- ¿Cómo se llaman esas viñas de tus amores?

Tengo Las Rozas, La Anagorio (que es la marca de vino que tenemos en la Cooperativa), el Navarral, el Majadales, Entrecorrales, Las Aguzaderas, Curillos, La Estrada… Son viñitas pequeñas de 0,2 ha, y alguna de 1 ha.

.- Así que Anagorio es el vino tinto de la Cooperativa.

SU-TINTO

EL vino tinto de la Cooperativa. Quince mil litros anuales.

Eso es. Y Vinlazco (Vino, Lanciego y Cooperativa) es el vino blanco de la Cooperativa. Los dos son vinos jóvenes de año. Son dos vinos para el socio. Que nos quedamos con 6000 litros de blanco y unos 15.000 de tinto.

SU-BLANCO

SU vino blanco, llamado VINLAZCO, al que se destinan 6000 litros.

Estamos en una sala muy amplia, donde antiguamente estuvieron los lagos de hormigón de la cooperativa. “Ahí teníamos la basculita de mano, donde uno a uno se colocaban los comportones con la uva. Uno por uno, y de ahí a los lagos».

La vida de muchos

.- Recordarás qué fue para tu padre la Cooperativa.

Fue todo. Recuerdo que en casa se hablaba de la Cooperativa, que ‘si la Cooperativa por aquí o la Cooperativa por allá’. Era una mutua ayuda en todo. Era su vida.

.- La vida de tantos, ¡eh!

Los Iradier, los Roitegui, los González, los Mauleon, los Zabala, los Rodríguez, los Aguirre, los Amestoy, los Ansotegui, los Díaz Araña, los Querejazu, los Ugarte, los Ocio, los Moreno

La grandeza de los 69 viticultores pequeños de Lanciego

CUAL si fuera un altar en la Cooperativa Nuestra Señora del Campo.

.- Salen los Iradier, imagino que son parientes del famoso músico.

Sí. Aquí hay una tradición musical muy fuerte. Yo he estado en la Banda tocando el saxo tenor, que cuando empecé me llegaba el saxo a las rodillas de mozetillo, que entonces se tocaba todos los domingos en la plaza El Cuartel. Pasodobles, valses… tocábamos de todo.

.- ¿Cómo se llamaba tu maestro?

Félix González. Aprendí a tocar el saxo, y a leer solfeo en la casa donde nació el músico Iradier Salaverri, que allí está la placa en el exterior de la casa. De la Banda, la mayoría trabajaba en el campo, fuimos a tocar a diferentes pueblos, y con lo que yo cobraba del Ayuntamiento recuerdo que mi padre pagaba la contribución de las fincas.

Iradier-imagen

SEBASTIÁN Iradier presente en el pueblo que le vio nacer en 1809.

Música y Vino

.- ¿A qué pueblos llevasteis la música?

Burgos, Sigüenza, Zaragoza, Vitoria, Amurrio, y en diferentes pueblos de Galicia. Entonces había Bandas de Música en casi todos los pueblos de Rioja Alavesa, en Oyón, en Laguardia, en Elciego…

.- La de la Paloma de Iradier la conocíais muy bien.

Hombre! ¡Cómo no íbamos a tocar la de Lanciego, la nuestra! Esa la tocábamos en todas partes, joder que sí.

Ahora estoy en la Junta de jubilados, que soy el vicepresidente, le hemos pedido a la Banda que vengan a tocar su música un día de estos, y les invitaremos a comer.

.- ¿Qué musicalidad tiene el vino?

AQUELLA-CANTARA

LA CÁNTARA, tan citada aún hoy en Rioja Alavesa.

Ahora dicen que hay que ponerle música al vino porque gana grado, y gana calidad. Eso es como cuando vas a una viña y le das los buenos días, o le preguntas qué tal se encuentra. Yo les hablo y, a veces, hago música con mi voz.

Mi mujer también toca la guitarra, y un tío mío, hermano de mi padre, fue director en la Banda, y mi abuelo se murió ciego tocando música.

.- ¿Se murió ciego tocando música?

Así fue. Se llamaba Valeriano Aguirre, y estando en la cama tocaba el bombardino. “Traerme el bombardino que voy a tocar un rato en la cama”. Eso era amor al arte.

La-Banda-Si

BANDA Municipal de Música de Lanciego en 1920.

Cooperativa y Música elevan el espíritu

“La música eleva el espíritu”, recuerda Maite, que sonríe con admiración mientras uno de los Aguirre rememora la historia musical de su familia.

.- ¿También la Cooperativa eleva el espíritu?

«Hombre, eso es así. No lo dudes», dice rotundo Pedro Luis.

.- ¿Cómo fueron tus ocho años como presidente, del 2003 al 2011?

Es una labor dura. Cuando lo haces bien no te lo agradece nadie. Y cuando lo haces un poco regular, te llueven las críticas.

CINCUENTA-50

BOTELLA de la Cooperativa con su copa del 50 aniversario, en 2001.

Uvas de Lanciego para Marqués de Cáceres

.- ¿Acabaréis embotellando el vino, y vendiéndolo, como os ha planteado el Gobierno Vasco?

Eso quería decirte antes.

.- A esa «pega» te referías antes.

Sí, porque en su día llegamos a un acuerdo de embotellar en la Cooperativa de Labastida, en Solagüen. De hecho llevamos el vino allí, pero aquello fracasó y aquel año perdimos el vino, quedándonos a dos velas. Por eso ahora pesa aquella mala experiencia.

.- A veces hay que insistir.

Esa idea de embotellar aquí no va a cuajar. Y nosotros estamos contentos tal y como llevamos el negocio.

COPA-50

LA copa de vino que grabaron en el cincuentenario de la Cooperativa.

.- ¿Qué pasa cuando vas a un restaurante y hay vino de Marqués de Cáceres en la carta de vinos?

Que siento que parte de ese vino es mío. De hecho les hago promoción. He estado en Alemania, Francia, Italia y cuando veo Marqués de Cáceres digo que yo tengo participación en ese vino.

Antes no tenían viñas, que ahora han empezado a comprar. Ellos tuvieron bodega en Francia. Hoy una parte importante de sus uvas son de Lanciego, además de otros viticultores a los que les compra la uva en Cenicero y otros pueblos, exportando millones de botellas.

BOTTLES-MARQUES

CAJAS de Marqués de Cáceres, en un lugar de la Cooperativa.

.- ¿Aparece en sus botellas que parte de sus uvas son de Lanciego?

No, pero sí que es verdad que cuando promocionan la Bodega a los comerciales les dicen que parte de las uvas son de Lanciego. De hecho, los traen de excursión a Lanciego, que nosotros tenemos uvas desde Kripan hasta la orilla del Ebro.

Hicieron también una documental con el periodista José María Íñigo, que estuve yo con él. Trajeron gente en un autobús para que vieran nuestras viñas.

.- ¿Has llegado a beber vino de Marqués de Cáceres y has dicho “esto me sabe a Lanciego”?

Claro que sí.

PARTE-ANTIGUA

AÚN permanecen estos intramuros de la vieja Cooperativa.

Cuando voy por ahí pido siempre una botella de Marqués de Cáceres. Hombre, cobro como tantos las uvas que me paga.

Una cooperativa cargada de futuro

.- Mirando al futuro, ¿qué auguras para la cooperativa de Lanciego?

Hemos hecho un gran obra en estos últimos años y la Cooperativa está llena de futuro. Por mi parte, y la de otros, les hemos dejado todo nuevo a las hijas y los hijos. Igual que hicieron nuestros padres con nosotros.

“Ahora estamos en una época que se va jubilar bastante gente -interviene Maite-. La edad media de los socios estará en cincuenta y muchos años. Los más jóvenes tienen treinta y pocos, Raúl, Rubén, pero la mayoría han saltado más allá de los 45 años.

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LOS viejos depósitos ya no se llenan de vino, pero ahí siguen.

.- ¿Qué edad tienen los mayores de la cooperativa?

Félix Mari Zabala tiene más de 70, Alberto Ortiz también, Kepa de 66 … Pero tendremos tres o cuatro socios de 70 y bastantes años.

.- ¿Qué harán tus hijas, Pedro Luis?

Una de ellas es maestra y la otra ingeniero agrónomo. Mi hija ha llegado a preguntar “¿y quién te dice a ti que no voy a implicarme más en la Cooperativa?”, que la pequeña de 41 años coge el tractor y no le tiembla nada.

MAITE-ARRIBA

MAITE Larrea en la parte alta de la bodega cooperativa.

“Las mujeres ahora trabajan mucho y bien en el campo”, apunta Maite. “Hay una chica en la junta de la Cooperativa de Elvillar que lleva sus viñas, y cada vez aparecen más mujeres que se quedan en el campo o en la bodega”.

.- ¿Hay gente que quiere entrar como socios de la Cooperativa?

“Claro que los hay, lo están deseando -contesta Maite-. Para lo cual han de pagar una cantidad de dinero y luego un tanto por hectárea de viñas. Este año entrará gente nueva a la Cooperativa.

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.- Si no tuvieran que pagar cuota de entrada, ya estarían en la Cooperativa.

«¿Pero y todo lo que hemos pagado nosotros para las ampliaciones? ¿Y las hipotecas?», recuerda Pedro Luis.

.- La garantía es que tenéis una bodega potente detrás.

“Gracias a eso nos podemos meter en obras importantes. Hay que hacerlo por los socios fundadores”, me dice Pedro Luis señalando con la mirada la fotografía en la que están todos agrupados.

SOCIOS-COOP

ALGUNOS de los Fundadores de la Cooperativa de Lanciego.

Al decir “FUNDADORES” la palabra tiene raíz, consistencia, tradición, fuerza, como si esa palabra fuera una locomotora que llega del pasado y avanza hacia el porvenir. Con ella nos quedamos. Y con su imagen en la retina.

18 respuestas a “La grandeza de los 69 viticultores pequeños de Lanciego”

  1. Begoña Tudela dice:

    Son varias las cosas por comentar, pues la entrevista es un aire favorable de historias de ayer y de hoy.

    Dejadme decir que me encanta ver cómo camina la historia en el mundo vitícola. Cómo se engarzan unos a otros, de generación en generación. En la fotografía veo ese pasado potente del que venimos.

    Me encanta la foto de esa Banda Municipal de Música de Lanciego de hace 102 años.

    Sí. Todo me parece una maravilla, sin olvidar la sinceridad del entrevistado.

  2. Beñat Arostegi dice:

    ¡Qué difícil contar una historia colectiva de tantas familias! Me gusta y emociona que aparezcan muchos de los apellidos de tantos. Que se sientan concernidos en los mensajes que transmite Pedro Luis Aguirre. Es muy importante que el personaje entrevistado lleve desde 1975 tan implicado en la dirección de la Cooperativa, mirando por todos, como bien dice «por amor al arte» y a la cooperativa que, entre otros, puso su padre en marcha. Qué bueno que en la historia estén implicadas varias bodegas compradoras de uva. No entiendo mucho, pero me da pena que no exploten ellos mismos la calidad de sus uvas. Lo digo con un respeto total. Desde la distancia del lector yo también les admiro.

  3. El Abuelo dice:

    Es un artículo en el que me veo reflejado en parte.
    Me da alegría de que cobran un precio justo por la uva, y pena que de nuevo «cooperativa» sea sinónimo de trabajar para otro que recoge tu esfuerzo.
    Me alegro de haber dejado atrás esa etapa en la cooperativa en la que trabajo, aunque caiga en el intento.
    El potencial de las cooperativas está infrautilizado, justo porque sus propios socios buscan seguridad y no quieren arriesgar, pero me alegro de que en Lanciego de momento les vaya bien.

  4. Joseba Larrazabal dice:

    Cada época tiene su aquel. Y aquellos agricultores estuvieron a su altura, acompañados por la música de la paloma del gran Iradier.

    Oso ondo. Hermoso reconocimiento

  5. Arene Amezaga dice:

    Admirables 69 agricultores. En ellos cabe el universo actual de Lanciego. Zorionak!

  6. Joseba Estiballes Otegi dice:

    Este reportaje eriza la piel de cualquiera, tanta gente, tanto esfuerzo en silencio, hacen que me incline en profunda reverencia ante los que desde siempre han regado el campo con su propio sudor.
    Hace más de 30 años me enamoré de Lanciego… Y de lo mejor que he hecho en mi vida!
    Eskerrik asko!!!!!

  7. Sentido homenaje y con gran respeto a los 69 fundadores de la Cooperativa Nuestra Señora del Campo, de Lanciego.
    Resulta muy curioso ese empuje cooperativo de los primeros años de los 50 del siglo pasado, en una zona con poco arraigo el tema cooperativista.
    Sé que el valor de la uva era mínimo, pero sospecho que algo me falta para dar con la clave de este empuje al cooperativismo.
    Comprendo lo contento que están los cooperativistas con el precio que alcanza su uva, superior a la media del viticultor independiente, y ese es un fin de la cooperativa que han conseguido con su buen hacer.
    Sólo un pero: la venta a granel del 99% de su elaboración. Sé de los esfuerzos que ha hecho y sigue haciendo el Gobierno Vasco porque estás Cooperativas intenten vender cada vez más vino embotellado con su propia marca. Es importante alcanzar este eslabón de la cadena. Hay cooperativas que lo han conseguido con gran éxito.
    Es una manera de rentabilizar las inversiones, y las subvenciones concedidas; y que los impuestos, de donde salen las subvenciones, los cobre la Hacienda Foral de Álava.

  8. Mi felicitación para aquellos cooperativistas fundadores de la cooperativa de mi pueblo, a la que mi abuelo Félix Zabala siempre ha pertenecido, tal y como lo hace actualmente mi tío Félix Mari Zabala. Es un ejemplo que lleven tantos años negociando con Marqués de Cáceres, seguro que ha ido bien, si no, no estarían tantos años juntos, pero creo que la situación está cambiando mucho y no nos podemos conformar con vender la uva a 0,10 € más que el vecino, estando los precios tan bajos.

    Animaría a los jóvenes socios de la cooperativa de Lanciego a dar más importancia a sus mejores uvas y dar mayor valor a nuestro pueblo y a la Comarca. Sé que es mucho riesgo, y complicado, pero nuestros abuelos también arriesgaron mucho en su momento.

  9. Antonio Mijangos Martinez dice:

    Dicen algunos que los vinicultores riojano-alaveses, primero alaban SU vino, después SUS hijos y, por último, SU mujer. Los de Lanciego han dado un paso de gigante: el vino de la Cooperativa sigue siendo SU vino, aunque sea el de TODOS, y se han mojado hasta hipotecarse. ¡Menudo órdago por la cooperación! que significa trabajar unidos. Me gusta su política de venta al Marqués de Cáceres. Obtienen un plus de beneficio por la elaboración y sus pequeños pasos por la comercialización. En otras zonas de Álava se hacen contratos con empresas de la alimentación para las cosechas de legumbres o productos de huerta y nos parece una línea acertada. Lo mismo pienso sobre la línea seguida por la Cooperativa.

    ¡Bien por Lanciego: unidos los pequeños para hacer algo grande!

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