CARTEL de la primera edición de la marcha entre ambas localidades.
El alguacil de Elvillar Toño Gainzarain aseguró que los “dos pueblos están unidos por la montaña”. Sus palabras resonaron en Bernedo, después de atravesar la Sierra por los viejos caminos de la memoria.
TOÑO Gainzarain emulando tiempos difíciles con los que participaron en la marcha.
Gainzarain estuvo bien acompañado de otras setenta personas, llevando las riendas de un caballo, como si él fuera uno de aquellos que en plena época del estraperlo, portara en su caballería trigo, aceite o vino, para traerse a Elvillar de vuelta harina o patatas…
SALIENDO de Elvillar, los participantes entraron simbólicamente en ‘el túnel del tiempo’…
Fue hace más de dos años cuando ambos pueblos se pusieron de acuerdo en homenajear a sus mayores, los presentes y los ausentes, memoria oral de una época difícil de hace al menos setenta años.
La pandemia retrasó la caminata de tres horas, que finalmente, el pasado sábado día 7 de mayo de 2022, fue una fiesta intergeneracional, casi una romería, que se coronó con una comida popular en el espacio que ocupó el frontón viejo de Bernedo.
TRES caballos de la Montaña alavesa abrieron la marcha.
AHÍ va una parte del grupo, camino de Bernedo, bajo la atenta mirada de la Sierra.
Se volvió a hablar de la época del estraperlo, de las andanzas de quienes tuvieron que sortear las multas de la Guardia Civil.
Una época de cartillas de racionamiento, de escasas posibilidades económicas, sin libertades, cuando la Dictadura consideraba ilegal el comercio de alimentos sometidos a un impuesto o tasa que debía pagarse al Estado militar surgido de la Guerra de 1936.
Propio de aquellos años, se denominó estraperlo al comercio ilegal de artículos de consumo intervenidos por el Estado, sujetos a racionamiento, según decretó el régimen del general Franco entre 1936 y 1952, recibiendo el apelativo de «estraperlistas» los que se dedicaban a tal cometido.
UN caminante atraviesa el bosque de hayas, únicos centinelas de estos tiempos.
Cuando se organizó la salida del “Estraperlo”, a pie y en caballerías entre Elvillar y Bernedo, se creía que no hubo mujeres de Rioja Alavesa o de la Montaña alavesa implicadas en ello. Se pensaba que las mujeres se limitaron entonces a esperar con inquietud y preocupación, en sus casas respectivas, la vuelta de los hombres. Sin embargo…
ALGUNOS de los participantes al llegar a Bernedo tras una caminata de tres horas.
El Blog ha rescatado los nombres de dos mujeres valientes que, en los difíciles tiempos de postguerra, se lanzaron a los caminos, una con su caballo, la otra con su mula, para desafiar la legalidad imperante, en plena dictadura franquista.
Eran tan ‘peligrosas’, que en sus alforjas llevaban trigo, leña, cordero, aceite, patatas, vino, manzanas, cerezas…
JULIA Teberio, la molinera de Viñaspre, que ocasionalmente se dedicó al estraperlo.
Nuestras dos heroínas se llaman Amalia y Julia. Las dos continúan vivas. Amalia tiene 101 años, viviendo actualmente en la residencia de mayores Nuestra Señora de Okon, en Bernedo. Por su parte, Julia Teberio Díaz de Guereñu, de 90 años, sigue residiendo en su casa familiar de Viñaspre, que pertenece al municipio riojano alavés de Lanciego.
CARTILLA de Racionamiento de alimentos, de 1947. (Casa Museo Abadía de Morata).
De igual manera, mientras esto ocurría en los caminos de la Sierra, en los pueblos se vivía con preocupación y temor la llegada de los funcionarios del Estado que se desplazaban desde Vitoria-Gasteiz. «Los de las tasas» venían a inspeccionar los alimentos que había en cada casa o vivienda. Si había más alubias, o patatas, o aceite de lo permitido, entonces requisaban los productos y se los llevaban consigo.
TRAGO de vino por la libertad de David Antoñana bajo la Sierra que une.
«Los chavales de Laguardia estábamos atentos siempre que podíamos, y cuando «los de las tasas» llegaban a la villa, nos dedicábamos a correr la voz por todas las calles y callejas,… «¡Los de las tasas, los de las tasas!»… para que nuestras madres escondieran en casa los alimentos, de tal manera que cada familia tenía habilitado ya un lugar especial donde esconder sus alimentos», recuerda para el Blog una persona que hoy pasa de los 84 años.
CARTILLA de 1950, con cupones para canjear por alimentos.
Florencio Nájera, de 92 años, es uno de los supervivientes de aquella época. Tanto él, y sobre todo su hermano, recorrieron con otros 25 de Bernedo los caminos de la montaña.
.- “Es un día cargado de recuerdos para usted, Florencio”, le comenté mientras dos jóvenes de Elvillar se preparaban para bailarle un aurresku en su honor.
FLORENCIO Nájera, de 92 años, poblado de recuerdos de aquella época…
«Sí, porque mi hermano mayor y yo vivimos en la época del estraperlo y sé mucho de aquello. Nací en 1929 y la guerra empezó en 1936. Me acuerdo mucho de la guerra, de lo que se llevaba de aquí la gente mala, de lo que nos requisaban».
.- ¿Y del estraperlo para intentar salvar a través de la Sierra las zancadillas de las restricciones económicas de la Dictadura?
Nosotros bajábamos patatas o leña a Elvillar… y subíamos aceite de Elvillar.
ALFRED y Melanie participaron con las yeguas que labran viñas en Labastida y Elvillar.
.- ¿Y vino?
Vino también. Que tanto aceite como vino eran muy apreciados en Bernedo.
.- Se trataba de no pagar impuestos al Estado, que encarecían los productos cuando la vida no era fácil de por sí.
Algunos pasaron un poco de hambre, a pesar de que aquí había mucha patata, y el pan no escaseaba.
BAILARON el aurresku a Florencio en vida, y a tantos que permanecen en la memoria.
.- ¿Se llevaba a cabo el estraperlo todo el año, Florencio?
Sí, sí, todo el año. Nosotros bajábamos a Elvillar y ellos subían a Bernedo.
.- ¿Cuánta gente estaba implicada en aquellos viajes con caballerías?
Mucha, pero mucha. De Bernedo estaríamos más… de 20 personas, y de Elvillar otras tantas. Utilizábamos caballos y yeguas, también mulas, para atravesar la Sierra.
.- ¿En alguna ocasión le dio el “alto” la Guardia Civil?
Hombre! Yo me apartaba de ellos, dando rodeos, pero sí.
SORPRESA en la Sierra, donde dos personas se disfrazaron el sábado de guardias civiles.
.- “¿Qué traes ahí en el caballo?”, te preguntarían
Eso. Mi hermano era peluquero y cortaba en la aldea el pelo a los guardias civiles una vez por semana. A pesar de eso, si yo les veía a lo lejos, cambiaba mi camino.
.- Cuentan que en cierta ocasión la Guardia Civil mató a un vecino al que le dieron el alto y echó a correr…
Ah, eso fue en el puerto de Kripan, en la Sierra. Era uno de Kripan. Le dispararon y tuvo la mala suerte que le mataron.
.- ¿Acobardó aquel asesinato a la gente?
No, no. La gente necesitaba el estraperlo para seguir viviendo. Cuando mataron a aquél, la gente de Bernedo subió a por él y lo bajaron aquí.
HOY reímos, pero… (a la dcha., el alcalde de Elvillar, Enrique, disfrazado de guardia civil).
.- ¡Cuántos recuerdos, Florencio!
Anda que… Mira, hoy estamos en lo que antes fue el frontón del pueblo. Yo he jugado mucho a la pelota en este frontón. De aquí salió Ogueta, el mejor pelotari, Jose Mari Ogueta, que de niño jugó con estraperlistas de allí y de aquí, que marchó de Bernedo a Vitoria a los 14 años.
La información la confirma el concejal de Elvillar Kepa Lapresa, cuyo abuelo se dedicó al estraperlo a través de la Sierra. “Mientras estaban moliendo su trigo en Bernedo, durante la espera, algunos acudían al frontón -me dice Toño Gainzarain, mientras Kepa asiente a su lado con la cabeza-. Su abuelo jugaba con Ogueta niño, siendo ya entonces un espectáculo verle en acción”
OGUETA se cuela en la memoria, desde el río del olvido…
Jose María Palacios (Vitoria, 2 de septiembre de 1935 – 21 de abril de 2002), más conocido como Ogueta, ha sido uno de los pelotaris más grandes de la historia de la pelota. Debutó con 17 años en profesionales. Su espectacular juego de ataque, facultades físicas, formidable pegada y su increíble gancho dejaron atónitos a los cronistas de la época, que pronto le apodaron “Ciclón”.
Ogueta no era un apodo, sino un apellido real de un antepasado de Jose Mari. Como homenaje a su trayectoria, en 1979 se inauguró el Frontón Ogueta en la capital alavesa.
JOSE MARI Ogueta, que con ese nombre le recuerda Florencio Nájera.
En conversación con el Blog, Toño Gainzarain recordó con cierta emoción que cuando los villarejos llegaban a Bernedo, allí les estaban esperando los nieblados, tal como se conoce a la gente de Bernedo.
“Solía haber gente de Bernedo que salía a recibirles, a veces para avisarles si podían pasar al pueblo, o si había algún chivato, y luego les ayudaban a salir del pueblo para volver a atravesar el bosque y la Sierra”.
EL GRUPO ya en las cercanías de Bernedo, en la ermita de Okon.
COMIDA popular en Bernedo, donde ambos pueblos confraternizaron el pasado 7 de mayo.
Ya en el frontón viejo, donde Ogueta retaba a unos y otros, Gainzarain tomó el micrófono para leer un texto que llevaba preparado.
“Los últimos estraperlistas fueron nuestros padres y abuelos. Somos muchos y muchas los que hemos escuchado en casa con atención las historias que nos contaron. Y recordamos con cariño aquellas que relataban cuando se sentaban juntos a conversar en las tardes de verano”.
“Fueron tiempos -señaló Toño- en los que la fatiga de la respiración subiendo la montaña tenía que escucharse solo de dientes para adentro, para no despertar el oído y el odio de los que montaban guardia”.
TOÑO, después de atravesar la Sierra, con vino de Elvillar en su bota.
“Con muchos de sus relatos hasta ellos tragaban saliva, pero… el paso del tiempo ofrece otra perspectiva, y aún habiendo sido protagonistas de su propia historia, lo que fue malo lo contaban con la felicidad del superviviente”.
“Las mujeres no cruzaban la Sierra, pero se quedaban en casa con la preocupación”, indicó Toño Gainzarain en su intervención pública…
Sin embargo, según ha podido saber el Blog, hubo al menos una mujer estraperlista en Bernedo, Amalia Compañon, que hoy vive en la residencia de mayores del pueblo a sus 101 años, la persona de más edad de Bernedo, según señala una vecina de ese pueblo de la Montaña alavesa.
PARADA en el alto de la Sierra para reagrupar a todos l@s caminantes.
“Sí, al parecer Amalia tenía su caballo, con el que trabajaba en el estraperlo llevando y trayendo todo tipo de productos, como hacían los hombres”, nos dijo María Jesús, la sobrina de Florencio Nájera.
En lo que a Rioja Alavesa se refiere, hubo también una mujer al menos, Julia Teberio, la molinera de Viñaspre.
JULIA Teberio, la molinera de Viñaspre, con su marido Salvador y sus hijos mayores.
Julia bajaba ocasionalmente aceite o cerezas a Bernedo con una mula arisca que tenía la familia. «En la víspera de San Juan, por fiestas patronales de Viñaspre, bajaba aceite, que escondía bajo las cerezas, y se traía un cordero de vuelta para celebrar las fiestas», me cuenta Isabel, la hija de Julia que hoy vive en Elvillar.
JÓVENES de Viñaspre, a finales de los años 40, entre los que está Julia.
El dato de las cerezas lo confirma el historiador vitoriano Pako Gómez, que está realizando su tesis doctoral sobre los “Antiguos usos y costumbres de la Sierra”, quien me cuenta que ‘hubo muchas multas, a pesar de lo cual el estraperlo fue imparable’.
UNA de las mujeres participantes en la caminata del pasado sábado, entre Elvillar y Bernedo.
Recorriendo los caminos antiguos del estraperlo, habíamos salido de Elvillar precisamente por la Calle Camino Bernedo, subiendo por el puerto de Elvillar, llegando al alto del Avellanal, después de haber atravesado un hayedo, bordeando Montorte, siguiendo dirección este hasta el puerto Palo, y de allí, por la bajada de San Tirso, llegamos a la ermita de Okon por el camino de las Maderas, para entrar finalmente al pueblo de la Montaña alavesa.
“Hoy la montaña nos ha vuelto a unir, y volvemos a agradecer al pueblo de Bernedo la acogida que nos habéis dado. Gora Bernedo, Gora Bilar y larga vida al mundo rural”, fueron las palabras finales de Toño tras la lectura de unas cuartillas.
Qué hermoso y necesario recobrar el pulso, la memoria viva de dos pueblos, después que el asunto del estraperlo llevara décadas durmiendo en el baúl de los recuerdos, cuando todavía quedan -y esto es lo hermoso- protagonistas vivos, pero muy mayores, con nietos y nietas que habían escuchado sus historias, casi una leyenda, en las casas y calles de los pueblos.
DOS caminan por el bosque de hayas, hoy con la memoria del estraperlo en sus mochilas.
DESDE Bernedo, David señala dónde se encuentra Elvillar, al otro lado de la montaña.
Concluido el día, los de Elvillar, con su alcalde Enrique Pérez Mazo y su responsable de Cultura, Joana del Hoyo, se comprometieron en mantener la llama de la memoria, anunciando que el próximo año 2023 le tocará a Elvillar acoger con los brazos abiertos a los de Bernedo.
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Para hacer una buena película. El Blog pone los ingredientes encima de la mesa en un buen trabajo de investigación. Se me ha hecho corto. Genial
Muchas gracias, Begoña
Qué mujeres en un mundo de hombres!! La molinera de Viñaspre tenía marido e hijos, pero sabía buscarse la vida, sin miedo a la pareja de la guardia civil, con una mula arisca, eh! Formidable Julia, con sus cerezas lindas. Buena estraperlista, y seguro que una muy buena amatxu
Eskerrik asko, Amaia
Tenía ‘mono’ de Blog, la verdad sea dicha. La sencillez del nuevo diseño es formidable. Calma mi sed. He pasado un buen rato leyendo y releyendo. Como apuntó don Miguel de Unamuno: renovarse o morir.
Con «Los pasos del estraperlo» (titular literario donde los haya), el Blog nos suelta una perla social e histórica, memoria de una época que algunos aún tocan con las manos. Enhorabuena a los ayuntamientos de Bilar y Bernedo, los dos con B de baluarte, de belleza, con B de buenaventura… la de aquellos hombres y mujeres valientes, con sus caballerías, a quienes no les quedó más remedio que luchar y luchar y luchar en los caminos vigilados por el Régimen para sacar adelante a sus hijos. A la fuerza ahorcan. Ell@s nos dieron una lección que aún perdura.
Aurrera, Julio, eta mila esker
Eskerrik asko, Kepa
Sí, una Ama muy valiente.
Entonces las mujeres y hombres hacían cualquier cosa para dar de comer a sus hijos.
Un buen trabajo, Julio
Muchas gracias, Isabel
Muy interesante reportaje y actividad!… dan muchas ganas de ir a conocer esos caminos de estraperlo en mayo del 2023, acompañando a los de Bercedo que se llegarán hasta Elvillar.
Muchas gracias por mantener vivo este recuerdo.
Muchas gracias, Luisma