Entre un total de 98 proyectos presentados, uno de los tres premiados era, como bien sabéis, Bodegas Ostatu, de Samaniego, que ha recibido el galardón que les acredita como “Referente en Sostenibilidad”, un reconocimiento que en nombre de Ostatu recibió Mariasun Saenz de Samaniego.
La entrega de esta primera edición de los Premios fue en el auditorio del Museo Guggenheim de Bilbao. La mañana del viernes 12 de marzo fue primaveral. El día, y el premio a una bodega de Rioja Alavesa, invitaba a la celebración.
Ya nos hemos acostumbrado a lo que significa acudir a los actos públicos en este tiempo de Pandemia. Tod@s con mascarilla, control de temperatura, hidrogel, restricción de público en la sala, y cada vez que alguien ha de subir al escenario, nueva aplicación de hidrogel en las manos…
Cuento esto porque dos de las personas que participaron en el acto mencionaron que “la Pandemia es un efecto más de todo lo que le está pasando a nuestro Planeta con el Calentamiento Global y la Pérdida de Diversidad”. El lema elegido para el evento lo dejaba claro. Se busca, se trabaja, se sueña con “Un Mundo Distinto”.
A nivel general, entre los mensajes transmitidos, pudimos escuchar que “La Sostenibilidad hoy ya atraviesa a muchos modelos de negocio”. “Se puede ser competitivo y trabajar en pro del Medio Ambiente”. “La Sostenibilidad es una herramienta vital para el futuro”. “Hemos de ayudar a cambiar nuestro modelo económico”…
De entrada, el acto del Guggenheim, en el que también participó la viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Amaia Barredo, fue un encuentro para la esperanza.
En el caso de una pequeña empresa como Bodegas Ostatu, realizando un trabajo desde la sencillez de sus 36 hectáreas de viñedo, viene a ser una contribución más a la sostenibilidad global que precisa la Tierra. Ya lo dijo el escritor Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.
Llegó el momento de entregar el premio a Bodegas Ostatu, que hace años inició un camino hacia una viticultura respetuosa, ecológica y regenerativa, buscando una mejora de la diversidad y el equilibrio de los suelos de sus viñedos
“En nuestra zona hay una buena experiencia en el sector del vino. Son muchos los que están trabajando duro en pro de la biodiversidad y los cuidados del paisaje”, comenzó diciéndonos Mariasun Saenz de Samaniego.
“Hay mucha gente trabajando en Rioja Alavesa en este camino, a los que nosotros también queremos agradecer el hecho de que hoy estemos aquí”, añadió.
“Nosotros vivimos del paisaje, del viñedo, y creo que debemos cuidarlo, pero va más allá, porque esa sostenibilidad medioambiental tiene como consecuencia también una sostenibilidad social y económica de un pequeño entorno rural, Rioja Alavesa, que supongo conocéis, donde vivimos y trabajamos”.
“Estamos en el núcleo del Paisaje Cultural del Vino y el Viñedo, un paisaje que fue declarado en 2014 de interés cultural, y se está trabajando para que sea Candidato al Patrimonio Mundial de UNESCO. Creo que al estar hoy aquí representando a Rioja Alavesa, un territorio importante histórica, social y culturalmente para Euskadi, he de señalar que debemos cuidar, mimar y proteger ese territorio”.
Hablando más concretamente del proyecto premiado, titulado por Ostatu “Viña diversidad”, aseguró que todo está dirigido a mejorar la biodiversidad. “Hemos padecido una agricultura intensiva en los últimos años, en términos generales, en todo el territorio nacional -lamentó-, lo que nos ha llevado a perder biodiversidad”.
“Nuestra bodega trabaja sobre parcelas pequeñas de viñedo, buscando mejorar la fertilidad de los suelos, la materia orgánica… porque una parte importante de nuestro proyecto está asentado en que esos suelos sean sumideros de Carbono”.
Y aquí recordó que “hay estudios que dicen que en una hectárea de viñedo se puede retener en torno a 3,5 toneladas de CO2, con lo cual nuestra contribución a mitigar el efecto invernadero es importante”.
Mariasun cantó una vez más a toda la Comarca: “somos unos privilegiados, imagino que conocéis la zona, tenemos la Sierra de Cantabria, el río Ebro, un paisaje muy vinculado a la historia del vino y del viñedo que merece la pena que lo cuidemos entre todos”.
“Además de todo eso -dijo para finalizar-, si con ese cuidado, ese trabajo sostenible, somos capaces de trasladar al mercado productos responsables que puedan tener una mayor demanda… Porque la sostenibilidad mejorará el viñedo, las uvas y el vino».
Amaia Barredo, viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, le había entregado el premio junto al presidente de CEBEK, Iñaki Garcinuño, poniendo a Bodegas Ostatu como “uno de los mejores ejemplos de las personas y empresas que «pelean todos los días» para que tanto la economía como la sociedad sean más sostenibles”.
La viceconsejera agradeció el esfuerzo de muchos como Bodegas Ostatu, lo que ha permitido que en Euskadi «estemos preparados para dar ese salto». En ese sentido, remarcó que la mejora del Medio Ambiente es «una apuesta política indudable y que el Gobierno vasco ya ha elaborado «planes para desarrollarla».
En otros eventos de este tipo se suele invitar, para dar lustre al Acto, a un artista musical, una actriz, un animador… En este caso ese papel lo jugó muy bien el naturalista y aventurero malagueño Nacho Dean.
Nacho Dean salió en los medios de comunicación cuando durante años dio la vuelta al mundo andando, entre 2013 y 2016, recorriendo cuatro continentes, 33.000 kilómetros, y 31 países para sentir… “El milagro de estar vivo”, según nos contó el viernes.
En esa larga e intensa caminata aprendió tres cosas, según detalló el viernes. “Que el planeta no es tan grande y que sus recursos son finitos”. “Que el ser humano merece la pena, pues en todos los países me han abierto las puertas”. “Y que tenemos el poder de crear, mejorar las cosas y transmitir Futuro”.
Nacho ilustró su aventura con imágenes y vídeos. Contó que en una posterior “Expedición Nemo” unió nadando los cinco continentes, constatando en esta segunda aventura la degradación del mar. “El Mar es el gran olvidado… para empezar porque el 70% de la superficie del Planeta es agua, y sin embargo lo llamamos Tierra”.
De una y otra experiencia, según resaltó, Nacho sacó varias lecciones: “Sientes al Planeta como un inmenso ser vivo en el que todo está conectado. Lo que le hacemos a la Naturaleza nos lo estamos haciendo a nosotros mismos”, fue la primera.
“Afrontamos un gran desafío -dijo Nacho Dean a continuación-. Hemos de decidir qué modelo económico, social y cultural (ético y de educación) defendemos para sobrevivir como especie. Porque al final, de eso se trata, de sobrevivir nosotros”.
Recordaba al principio de este post la honda frase de Amin Maalouf, entre la esperanza y la desesperación. Dean se refirió a las tres amenazas que más debieran inquietarnos:
“El calentamiento global (he visto sus efectos demoledores en el Estrecho de Bering, entre Alaska y Rusia). De igual manera, Groenlandia va a perder en cien años más hielo que en los últimos 12.000 años anteriores”.
La segunda amenaza sería para Nacho la pérdida de Biodiversidad (hemos perdido ya el 60%), con una degradación del hábitat, “una de cuyas consecuencias es la actual Pandemia de la COVID que sufrimos en todo el Planeta”.
Y por último se refirió, mostrando fotografías que tod@s hemos visto, a la Contaminación del mar y los océanos por vertidos diversos, como los plásticos…
El Naturalista terminó su intervención dejando en el aire un ramillete de buenas Noticias:
“Tenemos en nuestras manos las soluciones. Eliminaremos los combustibles fósiles, a la vez que estamos apostando por la energía sostenible (viento, sol, agua). Hemos de poner la tecnología al servicio de la Humanidad… Economía y Ecología comparten la misma raíz…ECO… Hasta que no se den la mano la una y la otra no se afianzará la esperanza”.
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No me cabe duda. Ostatu como «Referente de Sostenibilidad» y tanta gente haciendo bien su trabajo en esa hermosa Comarca contra los rigores de la Pandemia son el canto de luz diario que enarbola la gran bandera de la esperanza. La veo ondeando bien alto.
Es una bandera necesaria, la esperanza, como el pan y el vino de cada día, Jon.
Recibir un reconocimiento a una trayectoria de trabajo sostenible y hablar de otra mucha gente que viene dando en esa tecla en Rioja Alavesa «a los que nosotros también queremos agradecer el hecho de que hoy estemos aquí». A eso le llamo yo tener y cultivar una mente sostenible… además de hacer justicia a esa otra mucha gente
Zorionak!!
Eskerrik asko, Kepa.