“Agricultura en Vasconia” forma parte del Atlas Etnográfico de Vasconia que están llevando a cabo los Grupos Etniker Euskalerria desde 1990. Continuando con el impulso que marcó don José Miguel de Barandiaran, su director actual es el etnógrafo Ander Manterola.
La Diputación Foral de Álava y el Seminario Alavés de Etnografía se han unido para presentar el tomo “Agricultura en Vasconia”, fruto de cuatro años de trabajo, con la participación colectiva de un total de sesenta investigadores.
José Ángel Chasco Oyón*
“La obra ‘Agricultura en Vasconia’ es un profundo estudio sobre la agricultura tradicional y las transformaciones que ha sufrido en el siglo XX, dedicado a las agricultoras y agricultores vascos, por conservar y transmitir con fidelidad los conocimientos, conductas y tradiciones que han forjado nuestra sociedad rural”, ha valorado el diputado foral de Agricultura, Eduardo Aguinaco.
Por otra parte, el Director del Atlas Etnográfico de Vasconia, Ander Manterola, fiel al espíritu de nuestro mentor don José Miguel de Barandiaran, nos dice que: “Este estudio refleja y reconoce el trabajo de los agricultores. Busca conocer la experiencia del pasado para transmitir el conocimiento al presente con el fin de mejorarlo”.
“Aprender del pasado para construir el futuro -añade Manterola-. Investigaciones y estudios realizados por etnógrafos que viven y conocen la vida de los pueblos, siguiendo la máxima de don José Miguel de Barandiaran de que “nada es comprensible si no se vive”.
Álava es el granero, la bodega y la almazara de los tres territorios de Euskadi.
El ámbito geográfico objeto de estudio, como en todos los volúmenes anteriores, es Vasconia, entendida como el conjunto de los actuales territorios históricos de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa, Nafarroa y el País Vasco continental, que denominamos Iparralde, incluido en el departamento francés de Pyrenées Atlantiques, en la región de Nueva Aquitania, que engloba a las antiguas provincias de Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa.
El Atlas Etnográfico estudia el grupo humano de Vasconia en sus diversas manifestaciones, teniendo en cuenta la cultura tradicional tal y como ha sido registrada a lo largo de los siglos XX y XXI, incluidas las transformaciones y cambios operados.
La relación del ser humano con la creatividad de la tierra, con el paisaje cultural del vino y del viñedo y del aceite y del olivar, con la labranza, los animales y la maquinaria.
Este octavo tomo del Atlas se compone de 20 capítulos. Realiza un estudio y exposición de la agricultura, del paisaje agrario, clases de tierras, diversidad de cultivos, tratamientos, calendario agrícola, semillas, roturación de tierras, abonos orgánicos y fertilizantes, siembra y plantación, recolección y vendimia, hierbas y prados…
…árboles frutales, olivo, vid, producción de aceite y vino, txakolí, sidra, aperos y herramientas de labranza, mano de obra, fuerza animal en tiempos pasados, mecanización de la agricultura, comercio agrícola, régimen de propiedad de la tierra y creencias y ritos vinculados en tiempos pasados a la agricultura.
En total han sido más de cincuenta localidades o valles los que han sido investigados. A primeros del siglo XX la producción agrícola era casi siempre fruto de una empresa familiar en la que participaban todos los miembros de un grupo doméstico, incluidos los animales del establo. Vivían de lo que la casa, los animales y la tierra producían a sus tiempos.
Era una economía autárquica, de autoabastecimiento. Formaban una unidad autosuficiente; era lo que calificamos como un modo de vida, que es algo más que una profesión, porque entraña más conocimientos y actividades. En este sistema no existía el desperdicio; todo se utilizaba y se reutilizaba.
Las cenizas del hogar eran para fertilizar la tierra, los desperdicios de las comidas domésticas para el alimento de los animales… Durante el siglo XX la casa rural fue perdiendo su condición de unidad productiva.
Durante la posguerra, época de racionamiento y escasez de alimentos, la producción agrícola-ganadera repuntó. Pero a partir de la segunda mitad del siglo pasado, el desarrollo de las zonas urbanas e industriales cercanas, aunque por un lado seguían demandando productos agrícolas, por otro lado propiciaron la despoblación rural.
La entrada en la CEE y la globalización de los mercados han provocado cambios en el mundo rural que han conducido a la desaparición de la mayoría de las pequeñas unidades de producción a favor de las especializadas o del incremento del tamaño de las explotaciones.
En este volumen dedicado a la agricultura, el territorio de Álava tiene una importancia sustancial porque es expresión de la agricultura mediterránea con predominio de productos como el trigo, la vid y el olivo. Tiene además una dimensión especial porque es pionera de productos nuevos desde el siglo XIX como el cultivo de la patata que cubría prácticamente toda la llanada alavesa.
Álava es el granero, la bodega y almazara de los tres territorios. La paulatina especialización acaecida en la segunda mitad del pasado siglo XX ha hecho que una parte del territorio estudiado, la vertiente mediterránea, se haya decantado por una actividad más netamente agrícola dedicada a la vid, olivo y cereal.
Por tanto, el olivo y la vid han merecido un tratamiento independiente dada la importancia que tienen en la zona meridional de Vasconia. En sendos capítulos se estudia su cultivo y la producción de aceite y de vino en la vertiente mediterránea (Rioja Alavesa y zona meridional de Navarra).
El aceite es alimento y medicina vitamínica. El vino deleita y da alegría.
Con estos productos destaca Rioja Alavesa, comarca entre la sierra de Toloño y el río Ebro, que goza de un microclima muy apto para la producción de dos alimentos de gran valor como son el vino y el aceite. Álava ha tenido en este sentido una significación muy grande en la agricultura de Vasconia.
En lo concerniente a Rioja Alavesa el trabajo de investigación de campo, así como la redacción de los dos capítulos sobre el cultivo del olivo y de la vid y sobre la producción de aceite y vino, ha sido realizado en la localidad de Moreda de Álava. El mismo estudio también se ha hecho en la colindante ciudad de Viana y en otras localidades de Navarra.
En Vasconia ha habido tradicionalmente dos agriculturas, la atlántica (Bizkaia, Gipuzkoa, Iparralde y valles del norte de Álava y Navarra), cuyo cereal principalmente ha sido el maíz introducido de América a partir del Siglo XVI; y la agricultura mediterránea con el trigo, la vid y el olivo.
En la mayor parte de los territorios de Álava y Navarra los terrenos son más llanos y han permitido una renovación más rápida de la maquinaria, desde los arados de doble hoja que se introdujeron hacia los años 20 del siglo pasado, las vertederas, sustituyendo al aladro o al arado romano. El agricultor anterior a estas innovaciones era a la vez artesano, fabricaba él mismo sus arados con sus propias manos así como los demás aperos necesarios para roturar las tierras.
Al ser Álava una tierra más llana que Bizkaia y Gipuzkoa ha posibilitado la introducción más temprana de la nueva maquinaria como son las trilladoras, las cosechadoras, las sembradoras mecánicas. Por todo ello con la introducción de esta nueva tecnología se necesita menos personal en la agricultura. Lo que redunda en la despoblación de los pequeños pueblos y aldeas rurales.
Durante los últimos decenios, nuestra agricultura está dirigida y determinada en gran parte no por las decisiones personales del agricultor, sino por normas establecidas por otros organismos como la Comunidad Económica Europea que equilibra las producciones en un plano comercial más general.
Por estas razones el agricultor actual ha dejado de ser prácticamente un agente autónomo. Las grandes transformaciones que se han producido a lo largo del siglo XX han sido la mecanización, la sustitución de la tracción animal, la tracción mecánica, el abonado mineral que ha sustituido al abono orgánico (animal) y todo ello en un espacio de tiempo muy corto: antiguamente las transformaciones en agricultura eran intergeneracionales. Durante el siglo XX fueron generacionales, y en el siglo XXI son intrageneracionales.
Las tendencias actuales van por una parte a la especialización de los productos y por otra parte hacia la calidad de ellos. Pero la calidad está relacionada con lo natural, con lo orgánico, con lo que se llama exageradamente ecológico. Todo ello es síntoma de que la sociedad actual tiene nostalgia de lo natural porque se ha alejado excesivamente de la naturaleza, de sus normas, de su tiempo, en la producción de alimentos.
La producción agrícola que se refleja en este volumen ha estado constatada por una experiencia que ha recorrido muchos siglos. Esa sería la ciencia agrícola basada en la tradición. Lo cual no es para ser repetida, pero sí para ser tenida en cuenta.
Juanjo Galdos, etnógrafo e historiador, como miembro del Seminario Alavés de Etnografía sacó la siguiente conclusión:
“De nuestras investigaciones de campo y lectura de esta obra, se puede concluir que se está produciendo una tercera revolución agrícola como consecuencia de las profundas transformaciones en la maquinaria agrícola utilizada, los métodos de abono y riego de las tierras, la globalización de los mercados y el creciente abandono por parte de las nuevas generaciones del modo de vida agrícola junto a la despoblación de los pequeños pueblos rurales”.
En Rioja Alavesa corremos el peligro de que las grandes bodegas acaben por fagocitar a las pequeñas bodegas y explotaciones agrícolas.
Presentado este tomo sobre la Agricultura en Vasconia, los grupos regionales Etniker hemos comenzado a trabajar en el noveno tomo sobre el “Calendario tradicional festivo y religiosidad popular”, que se sumará a los ya publicados: “La alimentación doméstica” (1990, reedición 1999), “Juegos infantiles” (1993, reedición 2005), “Ritos funerarios” (1995), “Ritos del nacimiento al matrimonio” (1998), “Ganadería y Pastoreo” (2000), “Medicina popular” (2004) y “Casa y Familia” (2011).
*Seminario Alavés de Etnografía. Etniker Euskalerria.
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Magna obra, hercúleo trabajo el de estos investigadores de Etniker. Excelente tratamiento el que recibe en este Atlas nuestra comarca Rioja Alavesa gracias a la labor de José Ángel Chasco.
Muchas gracias, Miguel Larreina. Saludos cordiales.