UVAS de Mayor de Migueloa que traspasan murallas para hacerse vino.
Algo parecido me ocurrió en Laguardía cuando visité la Bodega, Hotel y Restaurante Mayor de Migueloa, premiada recientemente por la Red Mundial de Grandes Capitales del Vino Bilbao-Rioja con el “Best Of de Enoturismo, Arte y Cultura”.
JAVIER Gutiérrez González, en la CASA que viene inspirando su vida.
El jurado ha valorado la trayectoria familiar de Mayor de Migueloa, su oferta enoturística, y en especial la recuperación de la tradicional entrada de uva de la vendimia para la elaboración de vinos en el casco histórico de la villa medieval de Laguardia y la transmisión de esta experiencia a sus visitantes.
“Soy hostelero, soy bodeguero, a veces soy cocinero. No se me caen los anillos a la hora de trabajar. Soy el encargado que puso mi familia en Mayor de Migueloa. Queremos que esta Casa siga con las puertas abiertas respetando el recuerdo y la historia de mi familia, que lleva 30 años en Laguardia, trabajando con esfuerzo y humildad”.
Son palabras de Javier Gutiérrez González, con quien mantuve una entrevista sincera, abierta, vibrante por momentos. ¿A qué me refiero cuando digo que el encuentro se transformará en una experiencia especial para mí?
Lo vinculo con el papel que juega en nuestra conversación el “Palacio de Viana”, a quien Javier llama «la Casa», así con mayúscula, porque esta casa solariega de Laguardia es para él más que un edificio. Muchísimo más.
ROSMERY Durán, esposa de Javier, recogiendo el premio ‘Best Of’.
Hablamos de una arquitectura de 403 años que fue restaurada en 1989 por su añorado padre, Jaime Gutiérrez. Un lugar en el mundo donde su madre ha venido entregando su vida, como ahora hace él. La casa templo de Javier, el hijo de Jaime Gutiérrez y Mery González.
“Hasta ahora Mayor de Migueloa estaba coja. Era hotel, también restaurante, y una bodega que guardaba sus vinos… Pero desde 2020 que entra la uva de la vendimia hasta los depósitos, traspasando la muralla, para elaborar los nuevos vinos. Ahora por fin la Casa tiene alma y brilla con luz propia. El alma que llenó en el pasado los calados de Laguardia entera”.
FOTOGRAFÍA Josemi Rodriguez Martinez.
Hay un templo al aire libre en Rioja Alavesa, entre la Sierra, laderas abajo, y el Ebro. Existen aquí, en este valle de Euskadi, muchos lugares especiales que antes de construirse fueron tan soñados como deseados. Tabernáculos que han sido levantados por varias generaciones de riojano alaveses, sus bodegas, sus casas, sus viñas, sus familias …
Templos sobre los que voy escribiendo. A veces el dueño de un lugar sagrado, el encargado de la Casa, como Javier Gutiérrez González, es intensamente consciente de ello. La Casa es entonces un santuario muy personal. Una vocación. Una entrega. Un diálogo permanente. Diría que incluso un miembro más de su familia. El templo encaja aquí como un anillo en la historia que hoy vengo a contaros.
El pasado remoto se conjuga bien con el presente. Si vamos atrás en la Historia, hasta el año 1590, los que edificaron la Posada Mayor de Migueloa dejaron escrito que “se construyó para vivirla y trabajarla”.
Hay una historia de amor callada entre estos muros. La Casa vive, es amiga, un ser vivo, alberga sentimientos. Puede ser una amante, también una hermana muy exigente. Es cultura del vino y del encuentro, una Casa de culto, de gozo hedonista, de maridaje entre la gastronomía, los sueños y el vino.
Una casa mágica. Mayor de Migueloa, un puerto al que llegar, como hizo esta familia nómada que echó aquí raíces profundas, en el corazón de Laguardia, en una de las colinas de Rioja Alavesa.
.- ¿Qué es lo que más te agrada del premio “Best Of de Enoturismo, Arte y Cultura»?
Que viene a ser un premio honorífico de reconocimiento al trabajo de mi familia, de mis padres, al emprendimiento de mi padre, que era un soñador, un romántico y un enamorado del vino, de la belleza de la vida; y a mi madre, que tiró del carro muchos años, hasta que no pudo más… hasta darlo todo.
MERY González en una fotografía de la familia.
.- ¿Qué recibiste en su día en herencia con este “Palacio de Viana”, como lo llama el jurado?
Me gusta definirla como casa solariega. Mi padre tuvo mucha relación con los antiguos propietarios de la Casa durante las obras, que quedaron satisfechos con la manera de rehabilitarla y respetarla. En aquella época la Casa salió en muchas publicaciones de prensa, que la llamaron “Palacio de los Viana”.
La antigua propietaria, la encantadora Carmen Enciso, dijo que le parecía muy ostentoso que se la llamara Palacio. Es verdad que Laguardia es una villa medieval, pero yo también la veo como una villa humilde, con casas maravillosas, de piedra, con su hermosura y su humildad. En la construcción está la belleza per se.
.- ¿Sabemos si la Casa ha estado siempre habitada y activa en los últimos 400 años?
Principalmente ha sido vivienda, con una bodega en sus calados. De esta casa tenemos 2/3 partes en propiedad, y la otra parte colindante se la quedó la familia a quien mi padre se la compró. Se la quedó hasta morir en la propia casa.
.- ¿Qué proyectó tu padre con la Casa, y finalmente qué hizo?
ADMIRANDO los viejos arcos del calado del s. XVII …
ESCALERAS de piedra desgastadas por 400 años de pisadas.
Fue cuando dejó Bodegas Palacio, donde había sido Director General y accionista (desde 1979 a 1990). A él siempre le gustó la arquitectura, aunque había estudiado Química, especializándose en Viticultura y Enología, haciendo el Master en Madrid.
Siempre mantuvo un fuerte vínculo con la estética y la arquitectura, a lo que se juntaba que su familia poseía Vinos Gutiérrez. ¿Qué hizo con la Casa? En su fase creativa la Casa fue un proyecto central en su vida, ya que aunó arquitectura, rehabilitación, cultura, con toda su historia del vino.
JAIME Gutiérrez en el calado de la bodega Mayor de Migueloa.
«La Casa ha marcado nuestras vidas»
.- ¿Se podría decir que en esta casa solariega ha quedado la impronta de su espíritu?
Completamente. Su espíritu anida en cada rincón de esta casa que hemos recorrido juntos. Al subir y bajar por sus escaleras yo veo a mi padre. También a mi madre, que fue la “mula de carga”, la que con cuatro hijos, con un accidente de tráfico que sufrió nada más abrir el negocio…
A pesar de lo cual mi madre ha estado 24 años aquí en la Casa, lisiada pero llevando el negocio, pendiente de los cuatro hijos que estábamos fuera estudiando cada cual con sus carreras universitarias.
BAJANDO al calado de esta bodega de Laguardia.
.- Subiendo y bajando escaleras que tienen cuatro siglos, porque en esta Casa no hay ascensor-descensor.
Así es. Por eso el Premio es para mis padres, como es de justicia.
.- En la entrega del premio he visto en las fotografías a una mujer recogiéndolo.
Sí, has visto a mi mujer, Rosmery Durán, porque ese día caí con gripe y no pude ir. Antes, en la preselección que hicieron en agosto, mi discurso giró en torno a mi familia, hablando de la piedra angular que han sido mi padre y mi madre.
MERY González, junto al comedor de la Casa premiada con el Best Of.
.- ¿Dónde están tus orígenes, Javier?
Somos una familia de nómadas. Yo soy manchego, pero vine de allí con dos años. Mis hermanos son asturianos.
.- ¿Tú de dónde te sientes?
Me considero riojano, riojano de Laguardia y de Logroño. He tenido la suerte de viajar mucho, de formarme fuera. Pero la Casa ha marcado nuestras vidas, la de mis padres y la de todos mis hermanos.
CIELO, Sierra, Viñas y Farola de Laguardia el día de la entrevista.
Son negocios donde cada día ponemos en ellos todo nuestro sacrificio. Un negocio que en Mayor de Migueloa abarca la bodega, el restaurante y el hotel.
.- ¿Tanto monta / monta tanto la bodega como el restaurante y el hotel?
Cada cliente disfrutará una faceta. La pregunta me gusta, porque es el punto en el que ahora estoy, que es muy parecido al punto en el que estuvieron mi padre y mi madre, Jaime y Mery.
JAVIER en el calado de la bodega subterránea, en Laguardia.
Yo tengo 46 años, Julio. Entré a esta casa viniendo de una vida acomodada, siendo el hijo de Jaime Gutiérrez, de Bodegas Palacio, “don Jaime” le llamaban en el pueblo. Con 14 años mi padre nos cambió la vida al entrar en este proyecto, involucrando a toda la familia.
Uva entrando en las murallas para hacerse Vino
ALZANDO su copa por Rioja y Rioja Alavesa.
.- ¿Qué quería hacer tu padre con la Casa? ¿Soñó quizá con una Bodega?
Pensaba en bodega, efectivamente. Pero le gustaba mucho la parte gastronómica, así que en la rehabilitación construyó varios espacios gastronómicos. Cuando se inaugura el negocio el 21 de septiembre de 1992, que estuvo presente la Academia Vasca de Gastronomía, el éxito de la parte hostelera le pilló a contrapie. Y lo que contaba menos, que era el restaurante, comienza a contar más. Tanto en el tiempo dedicado como en los beneficios económicos.
.- ¿En qué punto estás tú hoy, treinta años después?
Reseteando todo. Por eso en 2020 recuperé de una manera completa las elaboraciones de vino, metiendo la uvas dentro del pueblo, llevándolas por sus callejas al calado de la bodega. Te diré que me mueve más la ilusión que el dinero.
.- ¿Piensas que esta idea estuvo dentro de la cabeza de tu padre?
Esta idea llevada ahora a cabo le llenaría de orgullo a mi padre.
DOS entradas a la Casa, a uno y otro lado de dos calles de la Villa.
Desde un inicio él decía que había “ocho habitaciones en el hotel, pero que en realidad tenía 108 habitaciones, porque tenía 100 barricas de vino de crianza en la bodega”.
.- ¡Qué buena imagen!
Pero en aquel momento no era tan fácil, y no digo que ahora lo sea, encontrar equipos de frío como yo he encontrado en Alemania para el espacio, o la prensa que he traído de Italia, maquinaria especifica pequeña para el espacio.
METIENDO las uvas por las calles de Laguardia, camino de los depósitos.
Su proyecto estaba pensado para hacer una Bodega/Hotel, que es el que consta arquitectónicamente, pero finalmente fue la gastronomía quien ganó la partida. Hoy lo que más me mueve es la recuperación de la bodega, y que esto sea una Casa basada en la bodega y en los vinos que este año salen por primera vez directamente desde aquí.
.- Esto empezó con la cosecha 2020, el año de la pandemia. ¿Cómo aprovechaste aquel año tan extraño para todos?
Aquí cerca de donde estamos sentados ahora me preparé la oficina, quedándome aquí con mi esposa Rosmery los noventa y pico días del confinamiento.
EN esa mesa, en el ático, planeó Javier en 2020 el proyecto premiado.
.- “Mery”, como tu madre, que tu esposa se llama así, que tú no le has cambiado el nombre.
Jajaja. No. Es una coincidencia. Mi esposa es originaria de Venezuela.
.- Imagino la primera conversación que tuvisteis, cuando te dijo su nombre.
“Ya conocerás a la Mery de verdad”, le dijo cariñosamente todo mi entorno, que mi madre, que está viva, fue de armas tomar.
.- ¿Qué planificaste en la Casa en aquel tiempo de confinamiento?
Fue un tiempo muy interesante para mí.
UNA parte del ático del edificio cuatricentenario.
EL Blog ha recreado el confinamiento en el que Javier buscó una salida.
«Mi amigo el vino»
.- Te veo en la mesa, aquí en el ático de la Casa, sin clientes, escuchando de fondo el sonido de las campanas de Laguardia, en total silencio, proyectando un futuro diferente.
Ahí está la que fue mi mesa de despacho. Fue como dices. En diciembre de 2018, en Navidad, a mi padre le detectaron un tumor cerebral. Así que 2019 fue un año muy duro. Mi padre estaba terminando un libro titulado “Mi amigo el vino”, que luego fue publicado por la Fundación Vivanco a título póstumo, aunque la última parte quedó inconclusa, ocupándose de la edición mi hermana Cristina, licenciada en Química.
.- Y en 2020 nos sorprendió la Pandemia…
PORTADA del libro de Jaime Gutiérrez, publicado por la Fundación Vivanco.
Estaba aquí con todas aquellas emociones, con todo el peso que tiene esta Casa a nivel familiar, que tanto nos ha marcado a cada uno de los hermanos. Así que no podía, ni quería, permanecer parado. Entonces planeé los cambios para hacer algo bonito, algo diferente, no con un objetivo turístico, sino queriendo recuperar para Laguardia un espacio para elaborar grandes vinos. Eso es lo que proyecté.
CON la fecha del nacimiento de la Casa grabada sobre su corazón.
.- ¿Es la única Casa, murallas adentro, donde se elabora vino en Laguardia?
Creo que nuestra bodega es la que mantiene esa tradición murallas adentro, acarreando uvas, elaborándolas dentro de la Casa bodega. Hasta aquí han entrado vecinos de Laguardia que lo han visto, gente mayor del pueblo que ha querido prensar la uvas con nosotros, recuperando esos aromas.
Creo que no entra otra uva en Laguardia amurallada que no sea la nuestra. Antiguamente había otros que elaboraban uno o dos lagos de vino, pero se han ido jubilando. Hay otras bodegas a las que entra el vino ya elaborado, y llevan a cabo las crianzas.
.- ¡Así que la gente de Laguardia ha visto cómo dos personas de Mayor de Migueloa han acarreado este año 12.000 kilos de Tempranillo!
Así es. El primer año trajimos un 80% de uva cultivada en viñas de Laguardia, pero también de viñedos viejos de Lapuebla, de más de 80 años. El segundo año la uva ha venido de Laguardia, Navaridas y Leza. Y éste año 2022, la uva es en un 90% de Laguardia, y el resto de unas parcelas de Navaridas.
UVAS de Laguardia, cual ofrenda para un nuevo proyecto.
La Falda, El Barranco de Wilson…
.- ¿Cómo se llaman esas parcelas de Laguardia, donde tienen su origen vuestras uvas?
La Falda, justo en la falda de Laguardia; El Barranco de Wilson; luego está la Finca Carracripán y El Dolmen, cerca del dolmen de San Martín.
.- ¿Son viñedos de vuestra propiedad?
Unos son de nuestra propiedad, y otra parte en explotación, que trabajamos conjuntamente.
.- Mayor de Migueloa es un nombre muy de Laguardia.
Mi padre era un gran recuperador de nombres. Lo hizo en los muchos negocios que fue creando. No diría que fue un hombre de negocios, pero sí un creador de negocios..
Jaime era un romántico, como antes te he dicho. En Bodegas Palacio recuperó el nombre y la marca Cosme Palacio, con el que ganó en Burdeos las medallas de oro del 86 y el 87.
Mayor de Migueloa es la calle principal de Laguardia, de ahí viene lo de Posada Miguel de Migueloa, que fue el primer nombre, “parada, arte y vino” que se decía.
.- ¿Has heredado ese romanticismo de tu padre?
No creía haberlo heredado, pero diría que es lo que me ha movido en mis últimos diez años. Me ha movido un profundo apego a proteger a los míos. Ponerme al mando del negocio tiene esa intención. Manteniendo el sacrificio y la entrega familiar que se ha hecho en esta Casa.
MANO de Javier, cual si acariciara la piedra, como hace con sus palabras.
.- Antes de grabar la entrevista, paseando por la Casa, desde los calados hasta el ático, me hablabas de todo aquello que “mueve tu corazón”, con esas mismas palabras.
Soy un hombre de corazón. Plenamente.
.- … Que quiere hacer grandes vinos.
«El Foehn»
De momento han entrado tres añadas en la bodega. Hemos catado la del 20, que va a salir ahora como genérico con el nombre “El Foehn”.
EL FOEHN, la primera cosecha de 2020 que pronto verá la luz.
Viene de unas viñas tratadas ecológicamente, de viñedos viejos, muy seleccionadas. Hemos elaborado 2.500 botellas. El vino ha pasado 14 meses en roble francés, trasladado luego a barro porcelánico, en ánforas de origen italiano.
Queremos que sean vinos que hablen al abrir la botella. Vinos con mucha verdad. Del 2020 al 2022 hemos pasado a meter ya 12.000 kilos de uva de distintas parcelas, por lo que sacaremos en su día 10.000 botellas. Estamos hablando de un camino que aún no ha sido escrito. Un camino sin escribir.
LAGUARDIA bajo el efecto Foehn. (Foto Josemi Rodriguez Martinez).
.- ¿La Casa Solariega se siente completa ahora que duerme el vino de la uva que ha venido entrando en los calados de la bodega?
Es como recuperar la función para un órgano, o la función de una extremidad. Hasta ahora se hacían las crianzas de vino traído al calado. Le faltaba una pata fundamental. Diría que ahora la Casa me lo agradece.
.- Tienes esa relación tan intensa con el edificio, eh Javier!
La tengo. De otra forma no estaría tan involucrado en todo. Involucrado en la cocina, por ejemplo, y a la vez trayendo uva desde el viñedo, despalillándola, introduciéndola en los depósitos… Me muevo en la Casa con esa entrega. Esta Casa es parte de mi familia. Es mi familia. Ha hecho familia esta Casa.
CUATRO hermanos, Jaime, Cristina, Juan y Javier.
.- Para las Crianzas, ¿de dónde se traía anteriormente el vino elaborado?
Tenemos otra bodega fuera de las murallas, con pabellón agrícola y demás. Ese vino es el que llamamos ‘Mayor de Migueloa’. Pero yo sabía que le faltaba algo a la Casa. Ahora la hemos dotado de Alma.
.- ¿Esa marca “Mayor de Migueloa” va a desaparecer?
No. Ambas van a convivir en esta camino aún por definir y escribir.
BOTELLAS «Mayor de Migueloa», ya conocidas.
Pero es ahora cuando ha sido cumplido el sueño inicial de mi padre. ¡Por fin! Esta bodega va a ser ahora con “El Foehn” el motor de la Casa.
Una Casa abrazada al Vino
.- Tu padre falleció, pero veo que de alguna manera está presente.
Muy presente, Julio. Yo soy el pequeño de los cuatro hermanos. Cuando falleció mi padre, me embargó una profunda tristeza, pero no lloré. Han pasado ya tres años, y te digo que cada día que pasa le tengo más presente. A veces me tiro hablando con él toda la noche en sueños. Hay noches que me levanto con escalofríos de la cama.
Con mi madre, que está viva, tengo mis conversaciones en el mundo real. Ella está muy metida en el tema gastronómico, y tenemos nuestro diálogo diario.
DOCE mil kilos uvas de 2022 para el nuevo vino «El FOEHN».
.- En tu restaurante tienes vinos de toda Rioja Alavesa, me imagino.
Por supuesto. En mi corazón siempre han estado los vinos de Rioja y de Rioja Alavesa.
.- ¿Qué diferencia a nuestros vinos de Rioja Alavesa?
Somos unos privilegiados geográficos con el terroir, con unos pagos impresionantes, en los que no ha habido otras industrias. Todo esta focalizado en el vino. Aquí hay familias entregadas generación tras generación al cultivo de sus tierras, a la elaboración del vino, con un apego terrible a las viñas.
TIERRA de templos, Rioja Alavesa, comenzando por su extraordinario Paisaje.
.- ¿Con qué platos de tu gastronomía van a maridar bien tus vinos “El Foehn”?
Nuestra Casa es carnívora. Hay un plato de chuleta y solomillo que me encanta, de un proveedor de Tolosa. Es jugar con la ternura del solomillo y el sabor graso del entrecot.
UNA sonrisa franca en la cocina del Migueloa.
.- ¿Qué sientes que sois para la gente de Laguardia?
Me gustaría pensar que somos vecinos muy trabajadores. Más, que somos una familia de amigos que llegaron a finales de los años 70. Quiero pensar que en alguna cosa hemos sido referentes. Una zona rural como Laguardia, que envejece, necesita mucha vida. Necesita el motor de la vida, nuevos proyectos para el bienestar de todos. Laguardia fue la piedra angular de los proyectos de mi padre. Hoy Laguardia es la piedra angular de los míos.
¡CUÁNTAS historias bajo la niebla de la Comarca! (Josemi Rodriguez).
.- ¿Te imaginas esta Casa en funcionamiento dentro de 50, de 100 años?
La casa tiene más de 400 años. Los Gutiérrez hemos sido un parte de su Historia, de momento 30 años. Mayor de Migueloa es anterior al Taj Mahal. Se lo conté a un amigo mío hindú que se reía, pero es cierto. El Taj Mahal esconde una historia de amor, como esta Casa, que en el escudo de armas unió a dos familias, los Sánchez Lara.
Dentro de 50, de 100 años, esta casa seguirá viva. Y seguro que seguirá abrazada al vino.
.- Que la vivas y la trabajes muchos años con salud, Javier.
Muchas gracias, Julio. Y que tú lo veas.
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Esa relación con la Casa lo dice todo. Es una historia fascinante. Cambiemos las viñas por la Casa, y veremos que la pasión permanece. La Casa premiada no habla, pero es parte de la familia Gutiérrez González. Y por si fuera poco, te Abraza, haciendo lo propio con el vino. Genial!!
Muchas gracias, Begoña
Qué fortuna tener algo así. A veces puede ser un peso, una losa de gran responsabilidad, pero también puede encontrarse en esa relación con siglos de Historia. Y si además te premian, qué decir, no?
Zorionak!
Eskerrik asko, Lea
Reconocimiento bien merecido para esta familia emprendedora, cercana, entrañable y Amiga.
Javier, vuestro padre estaría orgulloso.
Muchas gracias, Cati
Qué bueno que Javier siga considerando las mismas ideas que tenia su padre Jaime y además logrando hacer vino en la casa, esa era la ilusión de Jaime.
Un día, recién abierta la posada de Migueloa, le dije, «¿por qué no quitas estos viejos depósitos de hormigón y ganas espacio?». Con su sonrisa cariñosa me dijo, «no, no los quitaré, porque algún día haré vino en esta bodega». Por eso me alegro mucho que su hijo Javier haya cumplido el deseo de su padre.
Jaime hizo una gran obra en Migueloa, respetando la esencia al renovar el caserón. Y lo hizo como si fuera un Arquitecto de profesión. Tengo el orgullo de haber hecho uso de una de las habitaciones del Migueloa cuando aún no estaba terminado el edificio, y solamente tenía habilitadas 2 habitaciones, y el amigo Jaime nos acogió a mi amigo Bernardo y a mí.
Qué decir de Mery. Un fuerte abrazo para ella.
Eskerrik asko, Julio
Eskerrik asko, Xabier
Precioso artículo . Muchas gracias por reflejar con tanto cariño y maestría lo que se hizo y lo que se está haciendo. Mi padre estaría muy orgulloso de Javi y los demás lo estamos, ademas de agradecidos .
Enhorabuena !!
Muchas gracias, Cristina
Hola Javier, soy Rafael y estoy muy contento de tu nuevo proyecto de trabajo. Yo tuve el gran placer de trabajar muchos años con vosotros, sobre todo con tu madre y con Don Jaime. Han sido unas palabras muy buenas y toda la verdad.
Saludos y espero de todo corazón que tu trayectoria sea igual que la de tu madre.
Muchas gracias, Rafael
A lovely article about a dream fulfilled and then some! Remembering our visits with love and wonderful memories.
Dice Penny que «Un precioso artículo sobre un sueño cumplido y mucho más. Recordando nuestras visitas con amor y maravillosos recuerdos».
Thank you, Penny