ANA Baz Moreno en Turkana, Kenia, creadora de «Amor Sin Barreras.»
Con ella hacemos un viaje en varias direcciones. A Nairobi y Turkana, en Kenia, a los caminos de las Redes Sociales, a un nombre muy pensando, Amor Sin Barreras, que para muchas familias de africanos significa hoy educación, comida, alimento que llevarse a la boca, suspiros y vitaminas para el espíritu.
CARTEL que Ana colocó en Laguardia convocando a una reunión informativa.
Este también es un viaje al interior de Ana, a quien la vida le ha cambiado hasta decirnos que hoy, con respecto a aquella Ana de hace cinco años, es “otro ser humano”. La que toca a las puertas de nuestro corazón.
La conversación es un relato pormenorizado de cómo se puede poner en marcha una ONG. De cómo una semilla floreciente, que arraiga en tu alma, puede conseguir aquello que se le atribuye a Eduardo Galeano:
“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.
TURKANA, al norte de Kenia.
.- ¿Cómo nació la ONG “Amor Sin Barreras”, Ana?
Una gran parte de mi vida adulta he trabajado como camarera en Lapuebla de Labarca, donde mi madre tenía un bar. Allí trabajé durante 24 años en el Pavoni, que luego le cambiaron el nombre.
Dejé de estudiar y empecé a trabajar como camarera, siempre dedicada a poner vinitos y pintxos de tortilla de patatas… hasta que un día se me iluminó la vida.
ANA en Laguardia, el día de la entrevista con el Blog Rioja Alavesa.
.- ¿Qué pasó?
No sé qué paso, pero decidí hacer voluntariado. Recuerdo que estaba en casa estudiando psicología, que hacía en un curso de la Universidad a distancia, la UNED. Me puse a mirar por Internet, encontrando una página web donde había un montón de proyectos de voluntariado, que luego me di cuenta que era un empresa.
.- Una empresa de “voluntarios”, dices.
Ahora tengo mucho que agradecerles, pero cuando viajé allí y vi lo que tiene una chica montado me dije “madre mía, vaya negocio hacen con los voluntarios”. Pero bueno, a mí me vino bien.
.- ¿Dónde estuviste?
PULSERAS de solidaridad con Turkana compradas en la Comarca.
En un orfanato de East Leigh, que es un suburbio de Nairobi, en Kenia, donde había 50 niños. Claro, yo no había estado nunca en un país en vías de desarrollo, no había hecho nunca voluntariado.
Aquel primer viaje a Nairobi
.- ¿Cómo viajaste, con qué ideas en la cabeza?
Iba con mis maletas llenas de ropa, zapatos y juguetes… cosa que ahora no lo hago ni por asomo. Aquel era mi primer viaje a África, en marzo de 2018, cuando tenía 38 años.
Recuerdo que en Nairobi me estaba esperando el coordinador del orfanato, que la idea era quedarme a dormir en su casa con su mujer y su hijo. Ya de primeras, cuando llegué a la casa donde me iba a quedar a dormir, me dije “ay, dios mío, quién me ha mandado a mí venir aquí”.
JIRAFA keniana, con la ciudad de Nairobi al fondo.
.- ¿Qué pasó, pues?
Yo iba con la idea de estar con una familia africana, y me tocó un “cuartito”, en el que no había paredes, más que en el baño, donde había una puerta rota. Tuve que compartir cama con la mujer y el hijo… Eso me chocó, pero cuando fui al orfanato y vi lo que estaban viviendo los niños, entonces todo lo mío pasó a segundo plano, “madre mía, lo que hay aquí”.
.- ¿Con qué te encontraste?
Con una dejadez total, una suciedad extrema por todos los sitios, con unos niños que solo comían arroz. Desayunaban arroz, comían arroz y, si había cena, era arroz. Lo increíble es que yo veían entrar furgonetas con mucha más comida. Lo que traían lo metían directamente a la oficina del coordinador y luego la furgoneta se marchaba vacía.
Una furgoneta en la que yo había visto leche, carne y otros alimentos que no llegaban nunca a los niños. Luego en la calle se veían muchos puestos de fruta. Decidí comprar parte de aquella fruta con mi dinero para que, en el tiempo que yo estuviera allí, por lo menos comieran una o dos piezas de fruta.
ANA Baz, con la sonrisa de una amistad sin barreras.
«Y ahora qué?»
.- ¿Qué contabas desde allí a tu familia?
Se lo contaba a mi familia y a la gente de Lapuebla de Labarca. “Oye, Ana, gástate 100 euros, que cuando vuelvas te los doy”. Así fue como las tres semanas que estuve conseguí que los críos comieran el arroz más una parte de la fruta que allí había, que encima era súper buenísima y muy barata.
.- ¿Qué pasó cuando volviste a casa?
Cuando ya me volvía para Europa me preguntaba “¿Y ahora qué?, porque esto es algo que puedo seguir haciendo si encuentro una persona de aquí en la que pueda confiar”.
NIÑOS de Turkana con dos instrumentos musicales.
.- ¿Y la carne, la leche y aquellos otros alimentos que entraban en la ofician del Coordinador?
Eso era un trapicheo que hacía el Coordinador del propio orfanato, sí, sí, lo tengo clarísimo. Lo revendía o lo que fuera.
Total, que en el orfanato había chavales hasta de 19 años, que empiezan siendo pequeños y se quedan hasta esa edad. Bien, yo hablé con Hussein, que era uno de los mayores, le compré un móvil para que tuviera WhatsAap, para enviarle todas las semanas dinero, pidiéndole que sacara fotos de todo lo que comprara, con todos los tickets, queriendo ver cómo se repartía la comida entre los niños.
Primer envió de 60 euros desde Lapuebla
LAPUEBLA viene mostrando la solidaridad a través de Amor Sin Barreras.
.- A partir de ahí empezaste otra etapa.
Al llegar a Lapuebla le dije a mi madre y a mi hermano que debíamos ayudar a los niños del orfanato. Pronto hicimos el primer envío de 60 euros, que funcionó muy bien. Aquellas fotos de Hussein se las enseñaba a la gente del pueblo, que siendo camarera les conozco a todos.
.- Con aquellos 60 euros…
Ahora los niños comían todos los días de la semana una pieza de fruta. Era genial. Primera semana, segunda semana. “Pues toma 20 euros, toma 10, toma 50 euros…”. Así creé un grupo de WhatsApp que aún sigue activo después de 5 años.
NIÑ@S de Turkana durante sus horas lectivas.
Un día lo compartí en las redes sociales. Vieron que una chica enviaba dinero a un orfanato de África, enseñando el destino de aquel dinero. Así creé un número de cuenta, donde empezó a entrar dinero, hasta que un día dije “esto me puede traer problemas”. Así que fui al ayuntamiento de Lapuebla y pedí asesoramiento.
.- Ibas poco a poco construyendo tu proyecto solidario.
Allí me pusieron en contacto con Yolanda, que lleva las asociaciones aquí en Álava, que es maravillosa. Yolanda me aconsejó que le diéramos una forma legal. Así constituí “Amor Sin Barreras”. Con la burocracia tardamos un año en hacerlo, con estatutos, con gente para la junta directiva… algo que no había hecho nunca.
PROGRAMA de Nutrición, con algunas de las madres presentes.
Enriquecer su dieta con pollo y pescado
.- Mientras tanto en el bar donde tú trabajabas como camarera…
Yo seguía trabajando en él, hasta que mi madre se marchó a vivir a Cantabria, a San Miguel de Meruelo, y mi hermano abría un bar en Benidorm.
Y seguía publicando todo en las Redes sociales.
Un día el Coordinador se puso en contacto con el Director del orfanato, cuando los envíos ya no eran de 60, sino de 600 euros semanales. Por entones los niños comían pollo, pescado, enriqueciendo su dieta.
ALGUNAS madres traen carbón a la Escuela, cada cual el suyo.
.- Te llamaría el Director del orfanato por teléfono. Lo veo venir.
Exacto, que allí había director, un coordinador y un secretario. El director me dijo que Hussein era muy joven, que los 600 euros semanales lo tenían que gestionar ellos, abriendo una cuenta en un Banco.
.- ¿Qué pasó entonces?
Hice un segundo viaje a África, reuniéndome con ellos, con el secretario y el director. Me dijeron lo mismo, aunque todo funcionaba fenomenal con Hussein. Ellos me pidieron que les explicara cómo lo hacía Hussein y todo lo demás.
El primer envío salió bien, el segundo salió regular y el tercero fue un desastre. De 1.100 euros que enviamos nos justificaron la mitad, y todo lo demás fueron excusas, sin que llegaran las fotos como es debido.
Por mi parte necesitaba mostrar transparencia en todo, en cómo se gestiona la ONG, en las cuentas, las decisiones que se toman.
«NECESITABA mostrar transparencia en todo lo que hacía».
Javier Corbo y ‘Aztívate’
.- Imagino que hiciste pública tu decepción.
Claro. Así fue como tuvimos que parar, aunque me seguía entrando dinero en la ONG, porque la gente confiaba en mí, pero ya no teníamos un proyecto entre manos.
Entonces me puse en contacto con Lourdes de “Be Social”, que está en la costa de Kenia, que tienen un proyecto de chavales con necesidades especiales en la isla de Lamu. Por entonces ella estaba en otra ONG que gestionaban otra escuelita. Como Amor Sin Barreras se había dedicado a la nutrición, acordamos que la nutrición de los 50 niños la cubriríamos nosotros.
.- Es una historia por capítulos, larga como tu entrega.
ENSEÑANDO hábitos de higiene en la escuela.
Al final Lourdes se marchó de su ONG, que ella es como nosotras, transparente, empezando a ver que había cosas que no le gustaban. “No te puedo dar la transparencia que tú quieres, porque ni yo la tengo”. Para que veas que hay que ser muy íntegro con el mundo de las ONG, que no siempre responden como es debido.
A veces en las ONG hay negocios turbios y, a veces, se hacen cosas feas.
.- Está la hermosura de la solidaridad, por un lado, y los que se aprovechan de la solidaridad de la gente.
Sí. La alegría y el lamento. Así constituyó Lourdes la ONG ‘Be Social’, manteniendo las ayudas con ella y otras dos chicas que tenemos allí becadas. ¿Qué pasó luego? Un día recibí una llamada de teléfono de un señor, Javier Corbo, de Madrid, que tiene una ONG que se llama “Aztívate”, con z.
“Mira Ana, os he visto en Redes y me gusta lo que hacéis y cómo lo hacéis. Yo estoy al norte de Kenia, en Turkana, semidesierto, donde viven diversas tribus. Aquí llevo cinco años con una clínica pediátrica”.
LA importancia de la asistencia médica en la clínica de Aztívate.
De cabeza y corazón a Turkana
.- Este es entonces vuestro actual proyecto, el de Turkana.
“El Gobierno de Kenia, reconociendo el trabajo que aquí realizo, me ha donado unos terrenos que hay en frente. Aquí necesitamos una ONG pequeñita que construya y gestione un centro educativo y nutricional para 30 niñ@s”. Es lo que me contó Javier. Nos pusimos manos a la obra, después de mantener con él una reunión en Vitoria en febrero de 2020, poco antes de la pandemia.
.- ¿Qué acordasteis en esa reunión de Vitoria?
Javier me presentó el presupuesto, y como yo soy una echada para adelante me dije que aquello tenía que salir sí o sí. Aún no había viajado a Turkana, pero el proyecto me parecía maravilloso.
CON una de las niñas más pequeñas del Colegio-Guardería.
.- ¿En qué no se parece Turkana al lugar donde tú ya habías estado en Nairobi?
En este mundo que estamos hay muchos mundos, y uno es Turkana y otro es Nairobi. No tienen nada que ver. En uno hablaría de pobreza y en el otro de miseria.
La diferencia entre miseria y pobreza
.- ¿Cómo diferencias pobreza de miseria?
Para mí la miseria estaba instalada en la ciudad, que es más agresiva, y la pobreza es la que se encuentra en Turkana. Por entonces ya habíamos constituido Amor Sin Barreras, que tiene su sede en Lapuebla de Labarca. Ahora se trataba de conseguir la financiación para el proyecto de Turkana.
Hay un mentor en la ONG, un gallego que se llama Alberto Ferreiro que desde que entró todo tomó un vuelo distinto, porque yo soy ejecutora, pero me faltaba la estrategia de cómo hacerlo posible y dónde me quiero ver en dos o en cinco años.
EN Turkana, con las paredes abiertas para que corra el aire.
.- ¿Cuál fue la estrategia de Alberto Ferreira?
Ideó lo que llamamos “Los cien de Turkana”, un programa especial para empresas donde buscábamos 100 empresas, que cada cual pusiera 1000 euros para gestionar el colegio durante tres años, según el presupuesto que nos había dado Javier, que luego ha subido, porque siempre aparecen cosas nuevas que no habíamos tenido en cuenta. Lo normal.
Además, hubo que reunir otros 60.000 euros para la construcción del colegio. Ahí contamos con Olabide ikastola de Vitoria, que ya colaboraban con Amor Sin Barreras con sus campañas de Navidad, cuyo programa educativo en Turkana está elaborado por ellos.
También se implicó un empresario muy potente de Vitoria, del Grupo Amutio, que completó lo que nos faltaba del presupuesto.
JUNTO a edificaciones escolares, con las mujeres acarreando agua.
Impulsar la vida en todos los pueblos
.- ¿Cuándo se inauguró el Colegio en Turkana?
Las obras las empezamos en julio de 2021, obras que realizaron totalmente gente local, y en enero de 2022 abrimos el Colegio. Fue súper chulo ver a todos los turkanos y turkanas trabajando en el colegio. Le dimos a la zona un empujón económico. Fue maravilloso. En todos los poblados se sentía un impulso a la vida. En total habré ido allí unas doce veces con una gran emoción.
.- ¿Quiénes estuvisteis en la inauguración?
Dos profesoras de Olabide Ikastola de Vitoria, Javier Amutio con su familia, dos embajadoras de Amor Sin Barreras y estuve yo. Vivimos situaciones muy bonitas, alguna triste, hubo de todo.
EL alumnado de la ikastola Olabide sabe que tiene «hermanos» en Kenia.
A los niños se les había preparado todo el material escolar en la clase, como en txokitos, son sus libros, pinturas… Niños que venían de sus ‘manyattas’, que es como se llaman las chozas donde viven. Para entrar los niños a las clases había que empujarles.
.- Les costaba entrar en las aulas ¿porque tenían que digerir la nueva situación?
Algo así. Entraron finalmente, sin tocar el material, se daban una vuelta, lo miraban todo. Había unas muñequitas que las tocaban en las manitas, pensando que eran seres vivos.
APRENDIZAJE de los viajes entre Euskadi y Turkana.
El vértigo de pasar de 60 euros a 160.000
.- ¿Tuviste un cierto vértigo al pensar que aquello estaba tomando cierta dimensión?
Siii, y todavía siento ese vértigo. En su día empezamos con 60 euros, y ahora ya estaba en marcha la inversión de 160.000 euros. Luego se implicaron varios ayuntamientos, ahora vamos a firmar un convenio con el de Navarrete, y otro convenio con la Cuadrilla de Laguardia-Rioja Alavesa.
¡Que lo nuestro no son tornillos, son niños y niñas, y un programa educativo, nutritivo y sanitario en marcha!
.- ¿En qué se ha convertido Amor Sin Barreras?
MATERIALES escolares hechos a mano.
Es mi vida, que me puede dar la una de la madrugada con el ordenador. Hace dos años y pico que dejé el bar, dedicándome a Amor Sin Barreras, yendo puerta a puerta por las empresas para explicar el proyecto. Yo hice una apuesta de vida que ha salido bien.
.- Algo cobrarás, porque no se puede vivir del aire.
He estado dos años sin sueldo, tirando de ahorros, sin poder pasarme ni un euro. El primer sueldo lo he cobrado ahora, este mes. Que así lo decidió la junta de Amor Sin Barreras. Pero siempre tienes esa idea de que todo tiene que ir para la ONG.
«Lo que ellos nos dan»
MANYATTA txiki en el patio de la escuela.
.- ¿Cuántas gente forma parte de vuestra ONG?
Estamos diez personas entre Euskadi, La Rioja y Galicia.
.- Cómo está el mundo, Ana, ¡cuántos lugares a los que echarles un mano sincera y generosa!
Así es. Yo he puesto mi granito de arena. Que los demás hagan lo propio. Hay gente que me dice “no ayudas a la gente de tu país”, pero yo no he mirado la nacionalidad, se me ocurrió irme de voluntaria a África, y no pensé en hacer algo, lo hice.
.- ¿Te ha sorprendido el apoyo que has encontrado?
Mucho, la verdad. Lo que la gente busca es alguien en quien depositar su confianza, porque la gente quiere ayudar.
LA MAESTRA Soila con el alumnado.
“Ana, ¿cómo sé que el dinero llega?”. Esa desconfianza está ahí. Así que nosotros somos totalmente transparentes, que es mucho esfuerzo por nuestra parte, pero queremos que siga siendo así.
.- ¿Qué eres para las madres de Turkana?
Los que allí trabajan son profesores locales, hay una chica que se ocupa de la limpieza, otra de la cocina, otra del mantenimiento, otra de la seguridad en la noche… Un equipo que me sorprende. No como en Nairobi, que era la ley del mínimo esfuerzo.
Para las madres soy Ana, sencillamente Ana. Ellas son muy agradecidas. Nuestra filosofía es compartir. Les suelo decir que entiendo su agradecimiento, pero “no sabéis todo lo que vosotros nos ayudáis en este proyecto, con vuestro trabajo, con vuestra manera de ser, con vuestros valores”.
«EN TURKANA no son conscientes de todo lo que nos ayudan».
52 niñ@s entre los 2 y los 6 años
.- Formáis un buen equipo entre dos continentes.
Nosotros les damos, pero igualmente recibimos de ellos. En Turkana no hay turismo. Solo está la tribu Turkana y nosotros. Es un asentamiento de setenta poblados situados al norte de Kenia, lindando con Uganda, Etiopía y Sudán del Sur.
.- El Colegio se llama “Pole Pole”, que viene a significar “Tranquilo, tranquilo”, “con paciencia”.
Define muy bien de qué manera Amor Sin Barreras ha llegado allí, pasito a pasito, muy despacito.
PATRICIA, otras de las profesoras de Turkana.
.- ¿Cuántos niños están escolarizados?
Tenemos 20 niños y 32 niñas, entre dos y seis años de edad.
.- ¿Qué sabes de ellos y ellas, de su vida?
Viven en las ‘manyattas’, cuyo suelo está formado por pieles de cabra, una garrafita amarilla con la que van a buscar agua al pozo, algunos lo tienen cerca, otras mujeres caminan kilómetros. Con algún cartón o algún plástico para intentar tapar la manyatta. Cocinan en la zona exterior en un fuego entre piedras con alguna cazuela. Y poco más.
NIÑAS jugando sentadas en la arena.
Ekadeli camina todos los días cuatro horas
.- ¿Tienen los niños hambre de conocimiento?
Sí. Y muchas ganas de trabajar. Ellos hablan en turkana, luego el suajili y su tercer idioma es el inglés. En el cole les hablan en los tres idiomas, turkana, suajili e inglés.
.- ¿A qué hora comienzan las clases?
Allí funcionan con la luz del Sol, no con relojes. Pensamos en comenzar las clases a las 8:30horas, pero los niños se levantan y se ponen a caminar hacia el colegio. Algunos empiezan a llegar a las 7:15 h., y otros poco después, así que les abrimos a esa hora, quedándose con nosotros hasta las 4 de la tarde.
JUGANDO a la hora del recreo.
.- Me decías que es un centro educativo nutricional. Puede decirse que es un colegio contra el hambre.
Esos niños comían antes tres veces a la semana. Ahora comen todos los días en el colegio Pole Pole. Hay una niña pequeña Ekadeli, de 4 años, que viene caminando dos horas desde su tribu hasta el colegio, montañita arriba montañita abajo, dos horas por la mañana y dos por la tarde.
.- ¿Cómo ha cambiado la nutrición de esos niños?
Cuando empezaron, el 100% tenía problemas de nutrición. Ahora estamos en un 27% de niñ@s que tienen algún problema nutricional. Una pasada.
«No hay cosa más bonita en la vida»
AYUNTAMIENTOS de Rioja Alavesa colaboran a través de la Cuadrilla.
.- ¿Qué os dicen los adultos de Turkana?
Hemos creado un AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos) porque les gusta mucho sentirse comunidad. De cada poblado hay un representante que han elegido ellos. Ahora hemos metido siete niños nuevos porque el AMPA ha venido a pedir ayuda para esos niños, que estaban en una situación extrema.
Eso nos ha subido 270 euros el programa nutricional, que ya lo hemos asumido.
Si se ponen enfermos tenemos en frente la clínica pediátrica de Javier, de ‘Aztívate’. Son dos proyectos que hacen uno muy completo.
.- ¿A qué te sabe la palabra Solidaridad?
A compartir, a responsabilidad, a que estamos en un mundo en el que el trocito que nos hemos encontrado hay que dejarlo mejor que lo encontramos. Esa es la clave de la vida.
.- ¿Cuántos años te ves en Amor Sin Barreras?
El éxito de las ONG es que desaparezcan, pero me temo que…
Voy a seguir con todo esto porque me apasiona. No hay cosa más bonita en la vida que hacer algo que te apasione y te vuelva loca. Seguiré aquí con todas mis fuerzas.
No les falta alegría y agradecimiento
LA directora de Amor Sin Barreras, con las puertas abiertas de par en par.
.- ¿Para cuándo tu próximo viaje a Turkana?
En julio de este año, que voy a estar casi dos meses. Vamos a abrir el programa de visitas, con viajes responsables desde la solidaridad y el respeto por la tribu turkana, para que conozcan un proyecto transparente, honesto y real. En ese tiempo recibiré a grupos que vendrán y marcharán pasando unos días, enseñando cómo llega la comida, cómo son las dinámicas del Colegio.
.- ¿Qué tenemos que aprender en Europa de los turkana?
Buaaá. El valor del compartir, la ayuda mutua, el ayudarnos unos a otros, de no mirarnos el ombligo, el reciclaje, el no rodearnos de evasivas,
.- Allí encuentras la armonía.
Me maravilla estar allí. Para mí es un lugar mágico.
.- ¿Qué imágenes les muestras de cómo vivimos aquí?
Les enseño fotos de todo, de las plazas, los edificios, los supermercados, los coches… Me dicen que tenemos de todo. Pero les digo que nos falta esa conexión humana que ellos mantienen, la interacción.
Lo que no les falta es la sonrisa, ni el agradecimiento, ni el deseo intenso de que tú estés bien. Hace poco murió de Sida la mamá de dos niñas del colegio. Rápidamente otra mamá adoptó a las nenas. Ellos son buenas personas y tienen paz interior, aunque carezcan de bienes materiales.
.- ¿La ONG que has creado te ha cambiado la vida?
Por supuesto. Soy otro ser humano. Ana antes era egoísta, materialista, derrochona, todo el día con ropa y peluquería. Cuando mi madre empezó a notar el cambio me dijo “Ana, eres otra persona”.
.- ¿Quién eres hoy?
Soy la Ana con paz interior, conectada con la gente. Ahora compro solo lo que verdaderamente necesario para vivir. Estoy en el camino, con otras prioridades, aspirante permanente a un amor sin barreras.
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Qué grande es todo lo que haces Ana!!!!
Muchas gracias, Joseba
Qué necesario es que existan seres como Ana! Con su entrega auténtica mantienen la credibilidad de las ONG bien alta. Porque necesitamos creer sin fisuras en la solidaridad. Vaya un abrazo para la gente de Lapuebla y de Rioja Alavesa.
Muchas gracias, Clara
Por muchas más Ana Baz!
Muchas gracias, Arene
Los medios de comunicación y las campañas de ayuda humanitaria suelen presentar al hambre y a las hambrunas como calamidades surgidas al azar. En ellas, las personas son sólo victimas resignadas que mueven a la compasión. Se elude analizar las verdaderas razones que han provocado tal caso específico de hambruna, diluyendo las responsabilidades.
Debemos analizar con profundidad las razones que conducen a las situaciones de hambre para poder señalar las causas: la desposesión de los campesinos, la concentración de la tierra, los monocultivos para la exportación, las oscilaciones bruscas de los precios, el cambio de los patrones de producción y de consumo, las dificultades de transporte, incautaciones de bienes por deudas, los conflictos armados son solo algunos de los motivos que explican la existencia del hambre en este siglo.
Como decía el Informe Desarrollo Humano de 1.994: «En las sociedades pobres, lo que está en peligro no es la calidad de vida, sino la vida misma», y estoy seguro que esto es lo que ha vivido en persona Ana, y ha hecho un cambio muy positivo en su vida. Zorionak, Ana.
Eskerrik asko, Fernando
Es un proyecto humanitario real, pensado para que esos niños, que son nuestro futuro, sean lo que quieran ser. Una vida digna, como dice la solemne declaración de Derechos Humanos, una vida con las necesidades primarias cubiertas. Comida, techo y educación.
Un abrazo Ana, y muchas felicidades por tu proyecto. Ya quisieran muchas camareras gestionar proyectos como tú lo estás haciendo. Más hace el que quiere de verdad, que el que puede y sabe.
Muchas gracias, Estefanía
Hola Estefanía, un millón de gracias por tu comentario. Cómo siempre suelo decir, yo soy la locomotora, y todas las personas que están ahí compartiendo parte de lo que tienen, como es tu caso, sois el combustible para que este tren no pare. Un abrazo fuerte fuerte desde Lapuebla de Labarca.
Muchas gracias, Ana
Pequeñas grandes cosas que para los destinatarios de convierten en enormes
Parece que Ana no tiene que pedir muchos permisos para ser buena persona, ni tener que negociar con nadie para desear un mundo mejor para los más desfavorecidos.
Y claro, así la fruta es mucho más que la fruta, y el cariño mucho más que la palabra. Espero que el fruto sea mujeres y hombre libres, felices, comprometidos.
Esa labor nunca caerá en saco roto. Felicidades a todos los que participan
Muchas gracias, Alberto