El País Semanal publicó el pasado domingo, 24 de noviembre de 2019, el artículo del catedrático de Historia Contemporánea de la UPV-EHU, Ludger Mees, titulado «El flechazo de una reina española con una botella de Rioja». La intención de este post es invitar a lectoras y lectores del Blog para que clickando aquí puedan acceder con facilidad al relato del escritor, que subtituló su artículo «Medoc Alavés, la historia de la invención del vino de calidad hace 160 años».
EL artículo arranca con esta fotografía del archivo de Bodegas López de Heredia.
El autor cuenta la aventura que impulsó una revolución entre los pioneros del Medoc Alavés, una nueva manera de regresar a los orígenes de una tierra donde un puñado de visionarios puso las bases de la denominación Rioja.
Para abrir boca, recogemos las líneas finales del artículo de Ludger Mees:
Entre los cosecheros de vino de Rioja, la búsqueda de la calidad y de la excelencia no desapareció ni en la crisis de superproducción a mediados del siglo XIX, ni a partir de 1890, cuando la filoxera arrasó todos los viñedos, ni tampoco en los actuales tiempos de la globalización y los bajos precios.
IMAGEN de finales del siglo XIX, perteneciente los herederos del Maqués de Riscal.
Un recorrido sin prejuicios por los diferentes territorios de la denominación, en Álava, pero también en algunas zonas de Navarra y de La Rioja, permite encontrar auténticos tesoros, modernas reliquias de la tradición del Medoc Alavés y su filosofía.
Y aprovechar unas condiciones climatológicas y geológicas óptimas, poner en valor una experiencia secular y maridar todo con las aportaciones de la ciencia: vinos pegados a la tierra, con alma, que llevan en su ADN el saber hacer de generaciones y que son espejos de su paisaje inconfundible y único.
Vinos, en definitiva, que en los tiempos que corren nos recuerdan que todos tenemos raíces.
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Qué imágenes tan bellas.
Sí, es importante hoy más que nunca recordar nuestras raíces. Cuesta encontrar lo auténtico, y lo que lo es no abunda. Deberíamos protegerlo como un tesoro, como esa fotografía tan llena de historia del archivo de los López Heredia o esa otra de los trabajadores en las bodegas de Marqués de Riscal.
Tiempos duros los del blanco y negro, pero bellos y auténticos también.
Muchas gracias, Karmele. Saludos cordiales.