Comienzo con tales palabras la crónica de la segunda jornada del XI Foro de Enoturismo de la Ruta del Vino de Rioja Alavesa, del viernes 19 de noviembre, que provocó una mutua colaboración, aprendizaje, curiosidad…
Abro con esa frase que amplía la vida porque pienso en la catarata de frases sentidas no escuchadas, dirigidas estos años a la Comarca.
Esas palabras cosechadas entre la Sierra y el Río se las ha llevado el viento. No hay vuelta atrás. El Blog quisiera atraparlas al vuelo. Ofrecerlas en primicia. Pero la mayoría no las escuché, ni tomé por tanto buena nota. En el fondo valen casi tanto, digo ‘casi’ y exagero, como un Patrimonio Mundial de UNESCO.
Pero vayamos al grano, porque la segunda jornada del XI Foro dio mucho de sí.
Me van a perdonar algunos de l@s ponentes, ya que voy a centrarme en lo que tiene una mayor relación con el Enoturismo, aunque en realidad, es verdad, todo lo pronunciado en Villa Lucía marida bien con lo que la Ruta del Vino de la Comarca es. Un foro de debate y crecimiento mutuo, de conocimiento, dispuesto a escuchar aquello que amplíe horizontes.
Pasaré de puntillas por la ponencia generosa de Marta Aguilar, Directora de Relaciones Corporativas de Deusto Business School en Madrid, profesora de Marketing en la Universidad de Deusto, que veraneó quince años de su vida en San Vicente de la Sonsierra.
Se preguntó Marta si la crisis de la COVID nos ha humanizado, si vernos tan vulnerables nos ha hecho más fuertes. “¿Y vosotros cómo estáis? Tened presente que “la sencillez -citó a Rojas Marcos- es la actitud de los sabios”. Marta nos legó una intervención en pro de humanizar el mundo digital. “Hagamos más fácil la vida de los demás”.
Los ponentes Sara Menchero y Raúl García paseaban en el verano de 2020 por la finca familiar, en Seseña (Toledo). Se plantearon ofrecer y compartir esas tierras con otras personas. “Tras la pandemia era más evidente que nunca lo importante que es para la sociedad tener espacios en los que poder encontrarnos de una manera natural. Así nació QiTerra.
Gorka Barredo, natural de Vitoria, es “chef, empresario, youtuber, escritor y productor de vídeos”. Dirige su propia productora donde crea las recetas que se exhiben en sus canales de Facebook y de YouTube “¡Que Viva la Cocina!” cuenta con más de 3.400.000 seguidores, y su página en Facebook, con el mismo nombre, tiene más de 9 millones de seguidores…
“A los ‘youtubers’ la pandemia nos vino de lujo -dijo pidiendo ser escuchado atentamente en esto-. La gente estaba confinada en sus casas. Así que buscaba estar entretenida. Pero no me vale que yo tenga más millones de visualizaciones, si veo llorar al hostelero del bar de abajo. No me vale, si la pandemia les deja a mis hermanos sin trabajo”.
Así llegamos a la participación de Elena Quevedo, Doctora en Pedagogía por la Universidad de Deusto y responsable de formación del profesorado. Coach Senior en la especialidad de Ontología del lenguaje, corporal y emocional.
Ella vino a contarnos de dónde viene la palabra IKIGAI, que en japonés vendría a subrayar que “la vida merece la pena”.
Elena Quevedo contó que siendo niña, entre los seis y los diez años, se le paralizó un parte del cuerpo (casi la mitad). “Siempre me he agarrado con uñas a la vida… porque con aquella dolencia yo me tenía que haber muerto. En mi casa nunca me dijeron, como a mis hermanos, “estudia, hija, estudia”; sus mensajes para mí fueron “hija, disfruta de la vida”.
Sin pararse, Elena nos mostró esa imagen que todos hemos visto en alguna ocasión. La de un ratón girando que te gira en una pequeña noria que él mueve. “Parece decir, como tantos seres humanos, “vamos, vamos”. Creen que van a llegar a algún sitio, pero no llegan a ninguno”.
La siguiente imagen fue de esa isla de Japón donde están los humanos que mayor esperanza de vida poseen, con menos enfermedades, con mayor vitalidad. “De allí viene la palabra Ikigai. En Okinawa coexiste la Amabilidad con un fuerte sentido de pertenencia, además de la calma… Más del 24% de su población pasa de los cien años, con una buena calidad de vida.
Llegaron las preguntas para las empresas en general, y las de la Ruta del Vino en particular. “¿Qué amáis en vuestras empresas? ¿Qué necesita Rioja Alavesa, Euskadi, qué precisa el Mundo? Y alguna dirigida a título más individual: ¿En qué puedo ser bueno, sacando lo mejor de las personas?
Elena Quevedo, tal y como estaba previsto, pidió que la acompañaran en la tarima cuatro personas vinculadas al Enoturimo en Rioja Alavesa: Juan Manuel Lavín, del espacio gastronómico Villa Lucía (Laguardia). Anabel Gómez, de Bodegas Ysios (Laguardia). Nuria Lagunilla, de Bodegas Viña Salceda (Elciego). Y Samuel Fernández, de Bodegas Torre de Oña (Páganos).
Cada uno de los cuatro contestaría una pregunta.
Juanma Lavín respondería a la cuestión “¿Por qué nos pagan en Rioja Alavesa?”. Anabel Gómez contestaría “¿Qué amamos en Rioja Alavesa?”. Samuel Fernández nos hablaría de “¿Qué es lo que hace falta en turismo en Rioja Alavesa?”. Y Nuria Lagunilla desarrollaría la pregunta “¿En qué somos especialmente buenos en la Comarca?”.
“Queremos enseñar tanto y de una manera tan técnica… que a veces nos cuesta llegar al corazón de los turistas que nos visitan. A veces nos empeñamos en enseñar las fermentaciones del vino”, fue el comienzo de la respuesta de Juanma Lavín.
“Es verdad que hay profesionales de Rioja Alavesa que saben llegar al corazón de la gente, por eso nos pagan. En todas las Rutas del Vino de España hay experiencias únicas… pero lo que no hay es tantas que lleguen al corazón como aquí”.
«En cualquier caso hay que despertar -dijo Juanma más adelante- porque lo que no demos o no estemos dando aquí, los enoturistas lo buscarán en otra parte. No puede ser que entre enero y marzo aquí estén cerrados los establecimientos. Lo que tenemos que hacer es mantener entre nosotros una coopetición, que es la colaboración entre competidores, para que nadie se sienta el ombligo del mundo”.
Anabel Gómez, que lleva trabajando 34 años en Rioja Alavesa, se dirigió a la gente de la Comarca para decirles:
“Amáis la pertenencia, las costumbres de los pueblos, os gusta la Cuadrilla. Aquí es cercano incluso el Diputado General, que vino ayer al Foro. Os gusta la amistad. Y os gusta mucho crear. Habéis hecho una carretera pequeña para que la gente disfrute del Paisaje. Tenéis la esencia. Eso es lo que amáis».
Sobre lo que necesita Rioja Alavesa, el periodista Samuel Fernández indicó que la Comarca necesita que se apueste por el valor, que ese valor se palpe, que sea una certeza. Eso se está haciendo aquí de una manera Sostenible. “Creo –añadió- que necesitamos ser más ambiciosos y afrontar proyectos de manera conjunta… como crear aquí una sucursal del Basque Culinary Center”.
Para finalizar, Nuria Lagunilla, que lleva 22 años trabajando en Elciego, respondió a la pregunta en qué somos buenos.
“Somos buenos en la acogida que dispensamos a la gente, tanto en la bienvenida como en la despedida… porque es importante que sea amable hasta el chófer del autobús»
“Ser amables es una seña de identidad de Rioja Alavesa -redundó Nuria-. Sigamos siéndolo para que los que vengan se sientan como en su casa”.
Se había sobrepasado el tiempo del Foro… así que no dio tiempo para un debate.
La doctora Elena Quevedo nos preguntó qué nos llevábamos del encuentro con el Ikigai. Respondimos que “colaboración, calidez, ilusión, armonía, sentido y sensibilidad, ideas nuevas…”.
Como no daba tiempo para más, el periodista del Blog alzó la voz para preguntarle a esta Experta en Atención Plena qué se llevaba a Bilbao del XI Foro de Enoturismo.
“Me llevo una Rioja Alavesa de explosión. Y muchas ganas de volver aquí con mis amigas”, fue su respuesta, con la que he confeccionado el titular para esta crónica, en el que han colaborado Elena Quevedo y Marta Aguilar.
En la clausura, la presidenta de la Ruta, Rosa García Blanco, recogió las palabras pronunciadas en el XI Foro, durante dos días. Para ella son “un Propósito compartido”… Así que todo ha tenido sentido.
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Qué ganas de volver a Rioja Alavesa!!
Gracias, Amaia
Es una verdad como un piano. La AMABILIDAD es la banda sonora de cualquier buen viaje que se precie. En Rioja Alavesa, como en el resto de Euskadi se palpa, se siente
Muchas gracias, Jon