Mirad este cuadro de la pintora Teresa Peña Echeveste. Mirad y bebed todas y todos de él, porque es una obra de arte en la que se representa la Última Cena de Jesús con sus Apóstoles.
El fondo negro era para la artista vacío y tinieblas. De esas tinieblas surgen figuras humanas llenas de colorido y luz, una luz esperanzadora que trasciende ese momento de desasosiego.
Momento de recogimiento. «Tomad y comed todos de este pan, porque es mi cuerpo que será entregado por vosotros». Es la consagración del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Jesús. En los rostros se observa desazón. «Tomad y bebed todos de este vino, porque es mi sangre, que será derramada por vosotros».
Palabras repetidas durante siglos en la celebración de la eucaristía. De igual manera que la Sagrada Cena ha sido pintada por Da Vinci, Tintoretto, Veronese, Rubens, Dalí, Warhol… Comparada con esas otras Cenas, la de Teresa Peña Echeveste es menos académica, nada convencional. Una interpretación libre donde la importancia cromática es sustancial.
Nunca el vino tuvo un lugar tan determinante en la pintura de la Última Cena. No hay cáliz, sino una jarra y vasos de cristal que dejan traslucir el vino. La figura desplazada de Jesús a la derecha, todos pendientes de sus palabras, la distribución de las hogazas de pan y los vasos de vino, unos apóstoles de pie, otros sentados, deja ver un ambiente de amigos y bodega.
Es un momento íntimo. Un sencillo mantel rodeado de figuras de colores. Toda esa luz que emerge del negro disipa el vacío y las tinieblas. Esa luz del pan y del vino… Esa luz!
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Me encanta el cuadro. Y las palabras
Muchas gracias, Txiki. Saludos!
«Un ambiente de Amigos y Bodega».
«La luz que disipa el vacío y las tinieblas».
Qué dos hallazgos para hablar de esa gran obra!
Muchas gracias, Arene Amezaga. Saludos cordiales.
Muy bellas palabras para esta hermosa obra, la conocí en la Catedral de Burgos
Muchas gracias, Martin Laborda. Saludos cordiales.