Mar 09, 2021

Labraza y Navaridas: dos nombres, dos paisajes

LA toponimia mayor de Rioja Alavesa evoca en unas pocas palabras los paisajes que vieron hacia el año 1.000 los repobladores, mayoritariamente agricultores y ganaderos de Álava y Navarra, que abandonaron sus pueblos natales empujados por la superpoblación y el hambre.

Se instalaron en lugares deshabitados como Navaridas y Labraza, dejándose llevar por su intuición. Sacaron sus hoces y sus azadas y se pusieron a desbrozar, a quemar, a roturar…, a vivir.

Toponimia mayor de Rioja Alavesa

VISTA aérea de LABRAZA.

Miguel Larreina. Doctor en Ciencias.

Los recién llegados que decidieron quedarse en Rioja Alavesa se instalaron en una treintena de puntos clave, alejados de sus vecinos inmediatos apenas una legua, y dotados con suficientes recursos naturales en esos pequeños hábitats (de 8-15 km2) como para mantener a unas docenas de familias, organizando el territorio a su conveniencia y marcándose como primera tarea nombrar cada aldea con una denominación significativa para hacerla propia.

Ese conjunto de viejos nombres de Rioja Alavesa debe estudiarse como un todo, debe leerse como un texto que nos habla de sus escasos pobladores (entre mil y dos mil personas en los siglos X-XII), de cómo percibieron el entorno y se organizaron para extraer el potencial máximo de esta reseca tierra.

Todos los toponomistas coinciden en que, en la mayoría de las comarcas europeas, los nombres se pusieron de manera pragmática, describiendo los elementos del paisaje que en ese momento eran más significativos desde el punto de vista paisajístico o socioeconómico, como una fuente, unas lagunas, unos pastos, un bosque peculiar, un vado clave.

Toponimia mayor de Rioja Alavesa

MAPA de viejas aldeas de Rioja Alavesa.

Estudiando los nombres de esas aldeas primigenias y su topografía, he comprobado que también en Rioja Alavesa se hacen patentes los rasgos del territorio que fueron considerados en su día especialmente significativos y que dichos rasgos nos permiten comprender mejor las preocupaciones reales de las personas que los crearon, nos identifica con nuestros antecesores, fortalece nuestros lazos emocionales con ellos, nos da a conocer el valor patrimonial que esconden los nombres de nuestros pueblos.

Aunque alguno de los paisajes que describen los crípticos topónimos de Rioja Alavesa han desaparecido en la actualidad o han dejado de tener importancia estratégica, otros muchos paisajes como el que describen los nombres de Navaridas o Labraza-Gorribusto se perciben hoy a vista de pájaro casi como hace mil años, pues el trabajo denodado de la azada durante siglos, luego del tractor, apenas ha “maquillado” la singular topografía primigenia.

Quiero decir con esto que el estudio de la toponimia de Rioja Alavesa no es una mera cuestión lingüística, es imprescindible abordarlo desde la geografía y la ecología, pues unos topónimos nos hablan de la vegetación de un punto concreto: Escuerna, Esquide, Artajona,… Otros de una característica hidrológica del lugar Moreta, Ullone, Aras, Berberana, Urzales,…. Otros nos hablan de una característica geográfica o topográfica como Buradón, Assa, Varia, Rivas-Erripa, Biurco.

Toponimia mayor de Rioja Alavesa

VISTA aérea de NAVARIDAS.

Hoy voy a centrarme en el estudio de estos últimos nombres de origen topográfico y, como ya hemos hablado en otros artículos pasados de la etimología de alguno de ellos, nos vamos a centrar en los dos más paradigmáticos Navaridas y Labraza-Barriobusto, evidenciando que la muy distinta topografía tiene implicaciones agropecuarias y condiciona dos paisajes muy diferenciados.

Navaridas y Labraza-Barriobusto son lugares sonserranos relativamente próximos, unos 20 Km en línea recta, de modo que una paloma que volara de un punto a otro vería en apenas quince minutos dos topografías opuestas, extremas. Las mismas diferencias que vieron los primeros colonos que se instalaron en ambos lugares o las que vio el rey Sancho el Fuerte cuando decide desgajar el territorio de Labraza del territorio de Laguardia, dándole un fuero parecido pero distinto.

Dipu-Alava

Navaridas-pueblo

LABRAZA (arriba) y NAVARIDAS, «dos topografías opuestas». 

Los tres caseríos han sido siempre diminutos y de escasa población, con un potencial máximo de unas 350 personas si bien en buena parte de la Edad Media y en el momento presente han tenido cifras bastante inferiores, entre 50-200 personas. Por ejemplo, en el censo del año 1350 en Navaridas había 8 familias y en Labraza 55, y en el censo de 1427 Navaridas tenía 17 familias, Labraza 28 y Barriobusto tan solo 2. Sabemos también que por la gran mortandad de la peste del año 1400, Labraza quedó totalmente despoblada durante varios años.

Sus jurisdicciones y sus cultivos difieren ostensiblemente: en el caso de Navaridas es pequeña (9 Km2) y con su mayor parte como superficie labrada, mientras que en el caso de Labraza-Barriobusto (26 Km2) tiene casi el triple de superficie, si bien hay mucho monte y erial a pastos. Mientras que en Navaridas las 630 Has de viña ocupan el 70% de su jurisdicción (90% de su superficie labrada), en Labraza-Barriobusto sus 350 Has de viña ocupan solo el 14% de la jurisdicción.

Y estas diferencias en cuanto al potencial vitícola entre el centro de Rioja Alavesa y su extremo oriental no son coyunturales, pues si analizamos la producción de vino en el momento de máximo esplendor del siglo XVIII vemos que la producción vínica de Labraza-Barriobusto no suponía más que el 1% de Rioja Alavesa a pesar de tener casi el 10% de su superficie.

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EN naranja los barrancos de Labraza y alrededores

Para entender estas enormes diferencias agronómicas, les ruego que observen el mapa adjunto o cualquier otro similar. Verán que en el extremo nor-oriental de Rioja Alavesa (Labraza-Barriobusto) aparece como una zona arrugada, agrietada por muchos barrancos, con pendientes medias muy pronunciadas (20-30%), mientras que en la zona central de Rioja Alavesa, en el entorno de Navaridas nos aparece una gran planicie, con pendiente muy suave (inferior al 3%).

Este dato objetivo y verificable del diferente paisaje, así como las fotos que acompañan al texto, ya le permitiría a cualquier lector que no conozca la zona describir Navaridas como una planicie entre montañas aparentemente fácil de cultivar y a Labraza como una zona accidentada por numerosos barrancos de difícil laboreo, más propia para aprovechamiento forestal o ganadero

Esto que se nos ocurre a cualquiera de nosotros observando un poco, ya se les ocurrió a los primeros colonos medievales, aunque parece como si les negáramos la inteligencia para captar esa evidencia o les negáramos su origen próximo y su capacidad de expresarse en esa lengua vasca que era mayoritaria entre agricultores y ganaderos del reino de Pamplona, lengua que les hizo llamar “Navareta” a esos llanos cultivables entre montañas, y “Labartza” a esa zona de abundantes barrancos y ribazos.

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LABRAZA parece asomada al precipicio.

Tal vez porque los movimientos repoblacionales que ha vivido Rioja Alavesa en el último siglo han venido mayoritariamente de Logroño y otras tierras allende el Ebro, se ha generalizado la falsa impresión de que todas las gentes que se asentaron en la comarca hacia el año mil venían del sur, hablando latín y lenguas romances que dejaron su impronta en la toponimia, negando cualquier opción al euskera que hablaban los agricultores navarros, los auténticos protagonistas de nuestra historia.

Por ejemplo, Salaberri nos dice sobre Navaridas que “es posible relacionarlo con el antropónimo Navarius, el étimo podría ser un (uilla) navarita ‘la propiedad de Navarius”, sumándose así a la larga lista de antropónimos latinos que adjudica a todos los nombres “raros” de nuestra comarca, obviando el democrático y peculiar sistema con el que los fueros de esta zona otorgaban la propiedad (“la tierra para el que la trabaje”), propiciando que se adjudicara no a “jauntxos” sino a labradores corajudos.

Veamos que nos dicen otros estudiosos sobre topónimos similares. López de Guereñu recoge en Álava: “Navareta”, “Navarretas”, “Navarría”, “La Nava”, “la navilla”,… Consideremos también por su proximidad los numerosos “Navarrete” de Montaña Alavesa, de La Rioja, de Munguía, de Mendavia, todos ellos en planicies cultivables. Incluyamos el Nabárniz vizcaíno traducido como “llano de robles”, o el Navajún riojabajeño igualmente interesante.

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NAVARIDAS, con llanos plenos de viñas

Para Corominas “nava” sería palabra de origen vasco, para Orpustan el topónimo “Navarra” deriva del vocablo naba, de origen prerromano, probablemente protovasco, cuyo significado sería el de ‘tierra llana rodeada por montañas’. Caro Baroja apoya la tesis de Oihenart de que Navarra procedía de naba o llanura. Según Irigoien, procede del vasco nabar ‘color pardo’, que aplicado al país sería Terra navarra parda.​ Parece que el castellano adquirió también la palabra vasca naba y forma parte de su vocabulario desde hace siglos con el significado de: «tierra sin árboles y llana, a veces pantanosa, situada generalmente entre montañas».

Sea como fuere, lo cierto es que Navaridas es un lugar llano entre montañas con zonas encharcadas, un lugar fácil de cultivar, que está junto a localidades como Leza, Liorro, Murriarte y Escuerna de clara etimología vasca, que está a una legua del alfoz de Ábalos-San Vicente de fuerte toponimia vasca, que Navaridas no fue una aldea en el medievo, sino dos, Navaridas de Suso y Navaridas de Yuso, lo que explicaría el pluralizante NAVAR-ETA con significado de “Las Llanas”.

Abundando en mi propuesta vasca hay que decir que junto a Navaridas hay un topónimo “las llanas”, duplicidad de idiomas frecuente en Rioja Alavesa. Así tenemos “el Regollar” junto a Escuerna, “Fuente Antigua” junto a Oyón, “la Paul” junto a Moreda, “Rivas” junto a Labraza, “Escorri” junto a “Peña colorada”. En regiones próximas, en las fases previas a la pérdida del euskera, se dio esa doble denominación.

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NAVARIDAS, fotografiada desde el aire. 

También son frecuentes topónimos que incluyen en uno los dos idiomas, en una tautología tipo “valle de arán”; así podemos citar en el Toloño “Puerto Atau”, “Peña Lacha”, o los numerosos barrancos con nombre vinculado a “arro” (barranco en euskera). En Navaridas tenemos el caso de “Ruibarga” derivado de “rivo Arga”, nombre de etimología vasca con que se le conoció a su río en la antigüedad. Existen todavía en la ribera de este río varios topónimos como “la valla” que significan “el río” (ibaia), en un proceso de transformación idéntico al que sufrió el río Bayas.

Para acreditar otra característica que acompaña al concepto “navar” como es su facilidad de cultivo y su calidad intrínseca no tenemos más que fijarnos como describía hace dos siglos Madoz a Navaridas (“terreno de buena calidad”) mientras que a sus vecinos Samaniego y Leza les describía de “mediana calidad”, a Villabuena como “terreno escabroso” y en el extremo de la dificultad hablaba del “muy quebrado y escaso de aguas” Barriobusto o “quebrado en su mayor parte” Labraza.

Y con esta cita pasamos al segundo paisaje de hoy, Labraza, exponiendo cuatro argumentos científicos que hagan muy difícil rebatir el origen vasco que propongo desde “labartza” (abundantes barrancos) y lo hago atendiendo a la petición que me hacía hace dos años el cicerone de la Villa, Elías García, para que ampliáramos las investigaciones sobre el nombre Labraza, evitando que, por no estudiar a fondo el tema, se acabe relacionando Labraza con “braza”, “labranzao simplezas similares.

El primer argumento para demostrar la etimología vasca de Labraza es la mera descripción del lugar, al igual que hemos hecho antes con Navaridas. Y a este respecto lo más llamativo es su topografía más accidentada y su clima más árido que la media de la ya reseca Rioja Alavesa, lo que hace que la vegetaciónla vocación agropecuaria de esta esquina sonserrana sea singular. El bosque de pino de Alepo que actualmente rodea Labraza sería otra expresión de esa excepcionalidad.

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PAISAJE de Labraza por el pinar de Dueñas

“San Cristóbal de Labraza”, así llamó a la minúscula aldea de Labraza el rey de Navarra Sancho VII el Fuerte en el año 1196, cuando le confirió el título de Villa. La escasa disponibilidad hídrica del lugar durante el estío hizo que la diseñara Sancho el Fuerte para poco más de una cincuentena de familias (unos 250 habitantes), por lo que tenía una extensión de algo menos de 0,6 Has, la décima parte del tamaño de las coetáneas villas de Laguardia o Viana, la quinta parte de Bernedo o San Vicente.

El nombre “San Cristóbal”, un Santo muy venerado en el medievo como protector de los caminos y los viajeros, ya nos daba a entender que se fundó la villa en un viejo camino, en una ruta ganadera que conectaba las montañas vascas con los vados que permitían cruzar el Ebro y alcanzar los Cameros, en un camino que pudo ser importante en la prehistoria y la Alta Edad Media pero que dejó de serlo tras fundarse Viana veinte años más tarde y tras convertirse el Ebro en frontera fiscal y militar.

Aunque la villa era minúscula, la jurisdicción que el rey de Navarra otorga a los pocos moradores de Labraza era enorme y accidentada, como lo expresa la toponimia actual: Barranco de Pantizano, el Barranco, Barranco Vaquerizas, Cogote Murillo, Cogote Salarices, Cuestaayesta, Valdebuesa, Valdemorisco, Valdepaderna, Valdemoreda, Val de San Juan, Valtirón, Vallejo de casa, Valderiz, Valle carrascal. En una anchura de apenas 5 kilometros entre la muga occidental con Yécora y la muga oriental con Aras hay 5 barrancos paralelos con unos desniveles de 50-100 metros cada uno.

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MINÚSCULOS caseríos de Labraza.

La orografía, altitud y extensión del terreno, ya imponen la vocación ganadera de Labraza. La advocación a San Miguel de su iglesia nos da otra pista importante pero la toponimia menor no deja lugar a dudas de que la dedicación mayoritaria de las primeras gentes de Labraza fue la ganadera: Bustago, Bustiseco, Bustillo, La Dehesa, Corralejo, Corral Nuevo, Vacarizas, Cañada del Moro, Cabanillas, Olaguilla..

Muy probablemente fueron excedentes poblacionales de las tierras pastoriles más próximas del Viejo Reyno ( estribaciones de Urbasa o Lóquiz, tal vez de la Berrueza, de Codés o de la Montaña alavesa) los que ocuparon estos duros pastos de Labraza-Barriobusto, hierbas que no daban para miles de colonos como las montañas del alto Oja o los Cameros pero si para que sobrevivieran unas pocas docenas de familias.

El nombre de la aldea de Gorribusto también nos indica que la importancia de esta zona era pecuaria más que agraria . El propio fuero de Labraza otorga gran importancia a la actividad ganadera, determinando que los ganados estaban exentos del pago de “herbazgo” (tributo que se pagaba por la utilización de los pastos) o regulando lo que costaba el alquiler, o “anguera”, de caballos, mulos y asnos y regulando igualmente las compras que afectaban tanto a estas caballerías como a los bueyes.

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LAS zonas altas de Rioja Alavesa produjeron más ovejas que vino.

En un manuscrito que me entregó hace casi 40 años Urbano Requibátiz, daba un censo ganadero todavía importante en 1960 que suponía diez veces los habitantes del Labraza: “aproximadamente unas 1.200 cabezas…, Había cañadas de ovejas y, sobre todo, de toros; a los que en alguna ocasión los hemos visto pasar delante del pueblo, hacia Vitoria. También tengo entendido que hacia 1910 había dula de mulos y caballos, pues mi padre había sido dulero de estos animales”.

Esta extraordinaria narración del siglo XX bien podía describir además de la Labraza Medieval, toda la potencialidad pecuaria de las zonas altas de Rioja Alavesa, en especial de su zona oriental. Potencialidad pecuaria no solo para su propia ganadería, sino como abrigados pastos de invierno para el ganado de la cercana y fría Montaña Alavesa que está a una o dos jornadas de marcha, haciendo de Labraza y alrededores una especie de “mini Bardenas”, con una trastermitancia corta y silenciosa.

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“TOROS que pasaban hacia Vitoria…”

El segundo argumento que vamos a utilizar para demostrar la génesis vasca de Labraza se refiere al hecho incontrovertible de que las aldeas y lugares de sus alrededores tienen nombres vascos. Ya hemos hablado en más de una ocasión de sus vecinos occidentales, el Monasterio de Biurco (desde Ibiurko “vadillo”) situado precisamente en un estratégico vado que conectaba las gentes de Yécora y las de Labraza o la aldea de Esquide ubicada junto a un bosquete de tilos (Ezkidi) .

También vimos el otro día la etimología vasca de su vecino del sur, “Moreta”, con significado de “las lagunas”, en alusión a las antiguas charcas que abundaban en esa zona, muchas de ellas ya desecadas. Ahora vamos a detenernos un poco en el origen vasco de los dos lugares que están más próximos a Labraza, casi a tiro de piedra: Barriobusto (Gorribusto) por occidente y Aras (Tres Aras) por oriente.

Respecto a Barriobusto, es mayoritariamente aceptado el origen vasco de la primera parte del nombre, tal y como aparece en las primeras referencias: Gorribusto. Incluso Salaberri reconoce etimología vasca a ese “Gorri” aunque le dé un enfoque especial, como coyuntural: Parece un compuesto con segundo elemento busto; el primero será el antropónimo Gorri ‘royo’, ‘colorado’, ‘pelirrojo’. Es decir, y en origen, el significado del topónimo pudo ser ‘el busto de Gorri(a)’, ‘el busto del Royo’.

12-Gorribisto-Barriobusto

“GORRIBUSTO”, ¡qué explícito es el nombre que te pusieron!».

Sin embargo, por las características desarboladas de la jurisdicción de Gorribusto resulta mucho más creíble la segunda y muy extendida acepción vasca que tiene “gorri” (“pelado, sin arbolado”), como la que da Mikel Belasko a los pueblos navarros de Górriz y Gorriti (“zona pelada”) o la que se da a apellidos y topónimos como Gorritxo, Gorritxategui, Gorriaba, Gorriano, Gorritoste, Gorriarán,…

Respecto a la segunda parte, de origen latino, hay muchos compuestos de “busto” y “bustaliza” en Álava y Navarra que siempre aluden a “pastos altos, de verano” o “montes con pastizales boyales ”, por lo que no es descartable que fuera incorporado desde el latín por los vascoparlantes y considerado como propio, como lo indican topónimos como Bustuaran, Bustiaur, Bustiguchi, Bustibarri, Bustiturri Bustiarrate, En el propio Labraza hay toponimia relacionada (Bustago, Bustiseco, Bustillo).

García Arias sostiene una teoría que encaja muy bien con la ocupación medieval de estas tierras de Barriobusto y Labraza: « la costumbre de ganar nuevos terrenos al monte o barbecho habría dado lugar a que los terrenos quemados y los nuevos pastos así obtenidos (incluso los rebaños que pastaban en tales pastos) se denominaran con el genérico de bustos”. Así, en Legutio (Álava) se documenta «… dende que puedan poner e pongan busto o ato de bacas e cabaña para ellas”.

13-cabana-equina

LA cabaña equina fue numerosa hasta 1960.

Respecto a la vecina de Labraza por oriente, Aras, hay que decir que aparece citada hacia el año 1020 ( “senior Fortun Sanz dominator Aras”) y en el año 1044, cuando es donada como posesión del Monasterio de Sojuela a Santa María de Nájera por el rey de Navarra. A partir de 1219 figura como una pequeña aldea de Viana; en el censo de 1427 vivían tan solo 6 familias y en la actualidad viven unas 160 personas.

Tanto Aras, como Aratz o Araz son hidrónimos vascos muy extendidos con el significado de “corriente de agua”. Aparece como Aras en muchos lugares que fueron vascófonos en la Edad Media (Beasain, Irún, Ordesa, alto Aragón ); con el nombre Araz hay riachuelos por Muzkiz, Araia, Ramales, Labraza. Todos parecen emparentados con el radical “Ara o Ar”, hidrónimo que aparece en ríos importantes como el Aragón, Arga, Ara, Ariege,…

El nombre con el que se le conoció posteriormente (Tres Aras) es muy ilustrativo sobre el verdadero origen del nombre, porque lo relaciono con el hecho de que en la ermita de San Isidro de Aras, junto a Fuente Vieja, confluyen tres arroyos, algo excepcional y muy valorado en la seca Sonsierra medieval, y eso es lo que quisieron destacar al nombrarlo así: tres Aras, tres arroyos, como se ve en el mapa adjunto.

14-Tres-Aras

“TRES Aras , Tres Arroyos”.

Coincido con Labeaga en que carece de toda lógica la fácil interpretación desde el latín como “tres altares” o “tres iglesias”, algo que dotaría de una gran importancia mística y religiosa a una minúscula aldea ubicada en un lugar por el que no pasaba ningún camino principal. Solo la negación absoluta de la geografía del lugar puede hacer que se ignore la razonable opción de que Aras sea un hidrónimo vasco.

El tercer argumento que vamos a utilizar es la presencia de toponimia menor de probable origen vasco que aún permanece escondida en Labraza-Barriobusto. Mujika Urdangarin en su libro “Arabako Euskal Toponimia”, aunque sugiere el origen del topónimo principal desde “labrar”, extrae interesantes topónimos vascos del Archivo Histórico de Álava (Hipotecas): Alcelaya (año 1861), Bulaga (1858), Balatxu (1862), Biskarre (1858), Udikanas (1861), Borroa, Olaguillas, Zerrán, Eraso.

En mi libro sobre toponimia vasca de la Sonsierra encontré otros topónimos de etimologia vasca que se repiten en Labraza: Cuestayesta, Valderiz de ariz/roble (Cierbide dice que “erice” viene de eritzi o terreno comunal), “Salarices” (Val Arices), Matarredo (mata erreta), Ribas (Erripa, paraje costanero), ), “Las Rosas” (de Arrotza, abundantes ribazos), Borroa, Lana, Ontala, los ríos Horcajo (Errecajo), Zampeo, Larren, Barragón ( Ibar egon), Val de Barón( Ibar on).

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TIERRAS difíciles de cultivar por Labraza.

El cuarto argumento de peso es la verosimilitud de la opción vasca, la existencia de topónimos vascos parecidos, la tendencia a la metátesis en otros topónimos de la zona y lo absurdo de las propuestas desde el castellano hechas por algún lingüista. Ciertamente, es verosímil el origen vasco de Labraza que Txillardegui reproduce como “Laberatza”, donde unos ven “Baratz” (huerto) y otros vemos “Labartza” , desde “labar”, tierra costanera, borde de precipicio, barranco.

Es muy interesante que López de Guereñu recoja el topónimo LABERAZA en zonas de difícil orografía (barranco en Mendiola, Montes de Vitoria, término de Adana, monte de Garayo). Además de los “Labardi” para arroyos de montaña, del río “Labar” en Cripán y otros derivados en la Sonsierra, podemos estudiar Labarredo de Manzanos, Labarrieta de Llanteno, Labasarren de Letona, Labaiturri, Labarte, …

La evolución desde Labartza a Labraza (de “labar” a “labra”), sería muy sencilla para la generalidad de los lingüistas, como Salaberri, que no dudan en aplicárnosla en Rioja Alavesa en múltiples casos próximos. El sonido liquido vibrante (la r) pasa de la posición final al interior de la sílaba, por metátesis: Iber-Ebro, Berones-Briones, Cipriane-Cripane, Villa asperi-Viñaspre, Kantiber-Cantabria.

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“¡QUÉ bien te llamaron, Labartza!”

Salaberri ignora aquí la metátesis y nos dice que Labraza “es un topónimo de origen no eusquérico, en el que no se ve claro si el segmento la- inicial es el artículo femenino o es parte de la base. En caso de que fuera el artículo, podría entenderse como ‘la braza’, haciendo referencia a braza, medida de longitud. Otra explicación más plausible es pensar en un derivado de (terra) laboratia ‘tierra cultivada, labrada’, si bien el participio normal latino era laborata.

Las dos propuestas son igualmente ilógicas. Es de nula utilidad en el mundo rural lo de braza como medida de longitud. equivalente a la distancia que medía entre los extremos de los dedos teniendo los brazos estirados ( aprox 1,7 metros) o como medida de profundidad marina. Lo de “laborata” no tiene sentido en un reino de Pamplona repleto de decenas de miles de “tierras labradas”, precisamente en una zona que era la más ganadera y menos “laborata” de la comarca.

17-Navareta-llamaron

NAVARETA llamaron a esos llanos entre montañas.

En conclusión, se ha demostrado fehacientemente que los repobladores de Rioja Alavesa llamaron en euskera LABARTZA a la tierra de “abundantes barranquitos”, y llamaron NAVARETA a dos aldeas sitas en unos “llanos fácilmente cultivables”, igual que llamaron en euskera a Gorribusto por lo “pelado” de su pastizal, a Aras por sus arroyos, a Moreta por sus lagunas, a Eskide por su bosque de tilos, a Biurko por su estratégico vado, y a otra docena de aldeas próximas por sus características específicas.

 

(Continuará).

16 respuestas a “Labraza y Navaridas: dos nombres, dos paisajes”

  1. Carlos Estecha dice:

    Apasionante el artículo de Miguel.

    Conocer esta tierra para darla a conocer. Es fundamental para transmitir CULTURA con emoción.

  2. F. BUJANDA CIORDIA dice:

    Sigo con interés el tema de toponimia.

    La verdad que nuestros antepasados fueron muy pragmáticos y racionales a la hora de poner los nombres de sus localidades.
    Interesante artículo.

  3. Francisco Mtz de Cañas dice:

    Al leer este formidable artículo, no puedo evitar el pensar en el tremendo esfuerzo y dedicación que representa realizar estos trabajos de toponimia, explicando el origen de los nombres de nuestras aldeas y pueblos de Rioja Alavesa.-
    Por todo ello muchas gracias Miguel.-

  4. Jesus Mari Eizmendi dice:

    Espléndida la aportación de datos y topónimos que nos aporta el articulo.
    Desde su análisis geográfico y ecológico nos describe unos primigenios topónimos de acuerdo con el momento histórico que más tarde han sido transformados.
    Miguel con maestría nos escribe un relato atractivo y sugerente. Yo lo he disfrutado al leerlo.
    Mila esker.

  5. José Ignacio Calleja dice:

    Muchas gracias, merece la pena leerlo y recordarlo.

  6. Miguel Larreina dice:

    Gracias amigos por leeros este largo y denso artículo de Navaridas, Labraza y Barriobusto. Parece que al hablar de los nombres de nuestros pueblos nos vamos por los cerros de Úbeda, pero estamos haciendo Historia, Cultura y Patrimonio. Cuando estudiemos esa treintena de topónimos mayores de Rioja Alavesa se verá todo más claro…

  7. Antonio Mijangos Martinez dice:

    La toponimia nos ayuda en el conocimiento de nuestra tierra. El porqué de sus nombres nos hace encarnarnos más en ella. Para amar hay que conocer primero. Y tú, Miguel, nos estás ayudando mucho a querer a nuestra Rioja Alavesa. Eskerrik asko.

  8. Miguel Larreina dice:

    Gracias por tus palabras, emocionan y más viniendo de ti, una persona tan generosa con la Comarca

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