El largo viaje de 25 años de Telmo Rodríguez, el Marco Polo del Bidasoa (II).
TELMO RODRÍGUEZ camina entre las cepas de uno de sus viñedos, en Labastida.
Del Bidasoa a Burdeos y al Ródano, de allí a Remelluri, en Labastida, a Navarra, Burgos, Orense, Ávila, Málaga…
Telmo Rodríguez estudió Enología en Burdeos, donde pasó tres años trabajando en las bodegas de la familia Prats (Cos d’Estournel y Petit Village). Su formación continuó por el valle del Ródano, colaborando con nombres tan importantes como Chave o Trévallon. Fue en el Ródano donde sus sentidos despertaron a los ‘vinos con alma’.
EN una de las puertas de Bodegas Remelluri, en Labastida.
Dejamos la conversación hablando del “veneno de la vitivinicultura”. En sus últimas frases de la primera parte, Telmo Rodríguez nos decía que Remelluri, en Labastida, es un sitio mágico que sus padres han sabido rescatar.
“El ‘veneno’ es también la educación y una sensibilidad para entender los sitios, que eso es lo que hemos hecho aquí en Remelluri. Ese es el veneno de la viticultura que yo mamé en Remelluri, el que nos metió mi padre”.
“Hemos hecho muchas cosas porque vivimos en un país muy excitante”.
.- En Rioja Alavesa son muchos los viñedos trabajados por miles de familias -o decenas de miles- a lo largo de la Historia.
Vivimos en una zona muy interesante, llena de guardaviñas, que nos indican que ahí había un agricultor. Todos los viñedos tienen una energía, un alma, porque han estado trabajados por alguien. Nosotros no tenemos ninguno en espaldera, porque odiamos esta idea de la mecanización y, sobre todo, la pérdida del gesto del hombre.
SUS viñas en Rioja Alavesa, donde un árbol frutal ha substituido a una cepa.
Luego daremos una vuelta por un lugar que se llama Tabuérniga. Quiero enseñarte viñas que trabajó durante cincuenta años un viticultor. Parece mentira que no seamos sensibles a eso. Al gran potencial de los viñedos de Álava.
.- ¿Cómo son vuestros viñedos?
Todos nuestros viñedos tienen o un melocotón de viña, un guardaviñas, una higuera… porque el agricultor estaba ahí y se tomaba unos higos, o un melocotón.
.- ¿Qué has visto en tus viajes por los distintos viñedos de la península ibérica?
MELOCOTONES de viña en una de las fincas de Labastida.
Llevo quince años viajando con un fotógrafo inglés que ha hecho miles de fotografías. A nosotros no nos interesa cualquier viñedo. Nos interesa un conjunto, y es lo que hemos valorado en Cebreros, Málaga, Valdeorras, en Lantziego, en Ribera del Duero… En todos los sitios nos interesa el conjunto. El fotógrafo que me acompaña también lo ve así. Jason Orton es como un artista del siglo XIX.
Orton es más que un fotógrafo. Ha publicado muchos libros con escritores. Él iba una semana con una cámara, se tiraba los días andando, el escritor escribía y él fotografiaba. Es como me imagino a los caballeros ingleses atravesando España en el siglo XIX hasta llegar a la Alhambra de Granada.
.- Tú has realizado un viaje parecido, por otros lugares, con ese mismo espíritu de los caballeros ingleses.
Le decía a Jason: “iremos a sitios donde estamos trabajando y tú haz lo que quieras”. De hecho, en nuestra web a veces no hay viñedos, hay detalles, nos interesa la gente, el paisaje, los árboles, el conjunto. Un proyecto no es sacar la bodeguita, el viñedo viejo… lo que vale es el conjunto. Colores, arquitectura rural…
VIÑAS abulenses en Cebreros (Fotografía Jason Orton).
.- ¿Tú escribes, Telmo?
No. Pero sí pensé hacer un libro con las fotografías de Jason. Un libro que contara esa especie de “Quince años de viajes y fotografías”. Pero nos apetecía más gastarnos el dinero en el Medoc Alavés, el libro de Ludger Mees, que también es parte de nuestra historia, porque nosotros somos recuperadores de cosas. Sus altavoces.
CEPAS de una viña de Rioja Alavesa (Fotografía Jason Orton).
.- ¿Qué te interesa en esta parte de tu vida, a tus 56 años?
Nuestro proyecto está más o menos encauzado, aunque nos quedan muchas cosas por hacer, pero nos parece que tenemos que poner gran parte de nuestra energía en la gente joven. Nos interesa mucho ayudar a los demás.
“LO NUESTRO ES LO PEQUEÑO”.
.- Me gustaría que nos contaras eso que os queda por hacer, Telmo.
Nosotros no hemos sido un grupo de dinero, por lo tanto todos los proyectos los hemos hecho desde dentro, vendiendo vino. Nos queda mucho. De hecho, mira esos planos que están sobre la mesa. Mi mejor amigo es arquitecto, él nos hizo la bodega de Lanciego, y hemos decidido no hacer ningún proyecto nuevo, si no restaurar lo que ya existe.
.- Ese plano os llevará entonces a restaurar algún edificio.
EL PLANO con el proyecto del pazo de Galicia, sobre la mesa de la cocina, en Remelluri.
Ese plano es de un pazo que hemos comprado en Galicia, al lado de Las Ermitas, pues nos parecía que se iba a caer. Así que lo vamos a arreglar.
Otra idea es rematar nuestro proyecto de Ribera del Duero, donde llevamos 20 años plantando en sitios donde había que plantar, volviendo a un viñedo que se abandonó hace cien años, plantando viñedos en vaso, mezclando variedades, buscando los sitios difíciles que se abandonaron. Lo último que hemos hecho en Ribera es comprar una casa de 1730, porque queremos meternos ahí.
UNA VIÑA en Ribera del Duero (Fotografía Jason Orton).
.- Estáis danzando en “un circo de cinco pistas”, llenos de proyectos, en muchos asuntos a la vez, con muchas historias abiertas…
Eso fue una crítica que recibí en un artículo muy bonito de El País Semanal, de Jesús Rodríguez, que lo tituló “El hombre que resucitaba viñedos”. Nosotros no es que hagamos muchas cosas, como aquel que mucho abarca y aprieta poco, pero… ¡es que hay tanto por hacer!
.- ¿De qué se trata?
No es que no hayamos hecho un gran vino, es que estamos preparándonos, y así ha sido siempre, para hacer grandes cosas. Sin tirarnos el rollo. Nosotros siempre estamos pensando en el futuro. Haber hecho “Las Beatas” o lo que estamos haciendo en Ribera o lo que hemos hecho en Valdeorras es tiempo. Los proyectos no son conceptos que pones en marcha para intentar ganar dinero enseguida.
Hemos hecho muchas cosas porque vivimos en un país muy excitante.
MONTAÑAS de Málaga, Septiembre 2007 (Fotografía Jason Orton).
¡Cómo no vas a ir a Málaga si tienes allí el mejor vino dulce del mundo que está dormido y nadie lo ve! ¡Cómo no vas a ir a Valdeorras, que es uno de los viñedos más bonitos del mundo! Cómo no vas a ir… Nos ha gustado mucho lo que veíamos y era difícil ir a sitios increíbles y no hacer nada. Aún así hemos dejado cosas por el camino.
.- ¿Con cuánta humildad habéis ido a los diferentes lugares?
Nunca hemos ido a los sitios a arrasar, nunca. Hemos sido muy respetuosos. De hecho hemos trabajado siempre con gente de cada lugar.
En Cebreros (Ávila) hemos trabajado con Julián, un señor que ahora tiene 85 años, y hasta hace 5 años estaba llevando la viña. En Málaga, todavía Pepe Ávila, que ahora tendrá 76 años, es nuestra persona allí. Él está allí con su hija, pero estamos con él. En Ribera del Duero trabajamos con un señor que es como un apóstol, que se llama Valentín. Se quiere jubilar, pero está muy a gusto con nosotros.
TELMO se lleva las uvas de Labastida a la boca para ponderar si están para ser vendimiadas.
.- Todos y cada uno de ellos tienen un reportaje, seguro.
A Julián le hicimos una película, porque en Cebreros no hay mucha información y yo quise hacer una película con Julián, que empezó a trabajar en la viña con 12 años, y fue durísimo.
Le preguntaba a Julián por su niñez o su juventud, y él me contestaba “¿Cómo que mi juventud?, si a mí me putearon la niñez, si yo no jugaba en aquella época, si no tuve juventud”.
.- En todos las zonas habéis contado con los vitivinicultores del lugar
En todos los sitios nos ha gustado contar con la gente del lugar. Y nuestros vinos no son vinos de enólogos, son vinos de haber entendido el conjunto del sitio, y nos ha parecido muy importante entender el lugar. Hemos tardado, como te decía, 20 años en hacer muchas cosas porque no hemos arrasado, no.
Es más: hemos aprendido a podar en los sitios, a entender las viñas, por eso hemos hecho cosas originales. Lo nuestro nunca han sido fuegos artificiales.
EN REMELLURI juntaron las Viticulturas del Estado español en mayo de 2016.
.- Agrada escucharte hablar de gente que puebla los distintos lugares en los que habéis trabajado.
He trabajado en los viñedos más interesantes de Francia con familias que son la quinceava generación de vitivinicultores, donde tenían 15 hectáreas. Ellos me han enseñado mucho. Mira Julio, te diré algo importante: Pablo y yo reivindicamos lo pequeño. Diría que no hacemos vinos en toda España, no. Lo que hemos hecho es iniciar algo que luego muchas bodegas grandes están haciendo.
Nosotros hemos ido en plan sencillo, con mucho respeto. Y luego vienen los grandes monstruos a sacar partido. Lo nuestro es lo pequeño.
He aprendido mucho en Burdeos, que no me interesaba el lujo. Me fui al Ródano, donde creo que estaba más nuestro modelo, que son viticultores.
«PABLO y yo reivindicamos lo pequeño»,.
“EL POTENCIAL DE ÁLAVA”
.- Alguien decía que las pequeñas cosas pueden ser tesoros inmensos
No sé porqué tengo la obsesión de las quince hectáreas, o de hacer menos de 60.000 botellas… Creo que es el modelo que tenemos que recuperar. Y sobre todo el gran potencial de Álava.
.- Me encanta que hables de Álava.
Claro. Nosotros hemos querido ser un modelo de lo pequeño, de lo bien trabajado con mucho respeto. Esos son los grandes proyectos. Es lo que nos falta en nuestro país. Recuerdo haber leído un libro cuando estudiaba en Burdeos que se llamaba (traduce del francés) “Los grandes vinos y los otros”.
TELMO y su perrita Spoon en la bodega de Nuestra Señora de Remelluri, en Labastida.
En uno de los capítulos contaba la visión que el periodista francés tenía de Rioja: “Un hombre muy bien vestido en una bodega presumiendo de las cuarenta mil barricas que había en Rioja y los siete millones de botellas que estaban guardadas en un calao”. Fíjate qué imagen. Eso me llamó mucho la atención.
En este país epata lo rico, lo grande, el poderoso, el coche con chófer, y no han entendido que la gran riqueza aquí es otra cosa.
.- ¿Cómo pusisteis en marcha la bodega de Lantziego, en Rioja Alavesa?
EN junio de este año presentaron públicamente su bodega Lanzaga, en Lantziego.
Tengo una anécdota que contar. Cuando hicimos la bodega de Lanciego fui al Banco, y en el Banco no entendían que quisiéramos hacer 60.000 botellas de vino. Me dijeron que eso no era negocio, sin entender que nosotros queríamos una bodega pequeña. Casi nos empujaban a darnos más dinero para que hiciéramos medio millón de botellas.
.- Querían que hicierais 500.000 botellas, casi diez veces más!
Así fue, pero nuestro mensaje es que el gran potencial de Álava es lo que tenemos: bodegas pequeñas.
.- ¿Qué resulta hoy para ti, como enólogo, lo más excitante?
Creo que no hay nada más excitante para un elaborador de vino que trabajar aquí.
.- Cuando dices “aquí”
Yo me refiero a todo el país, a España. Y en lo que nos toca de cerca, el gran potencial de Álava es fomentar eso. Tenemos una joya, pero está mal entendida. Es como tener un genio en tu casa, y no entenderlo. Hasta que lo entiendes y te das cuenta que es la bomba.
PAISAJE vitícola de Lantziego, en Rioja Alavesa (Fotografía Jason Orton).
A mí me ha interesado solo mi país porque es un país virgen. Fíjate la suerte que tenemos nosotros. Llevamos 25 años y tenemos 80 hectáreas de viñedos de “Gran Crudo”. En 25 años, nosotros en Francia no hubiéramos comprado ni media hectárea de Grand Cru. Fíjate, ni siquiera en La Rioja a las bodegas grandes les ha interesado comprar viñedos buenos.
.- Esas 80 hectáreas están repartidas por todo el país, claro.
Sí. Aquí en Rioja tendremos 15, casi 16 hectáreas.
.- ¿Qué cuenta el hecho de que después de recorrer todo el país, decidierais construir una bodega en Lantziego, en Rioja Alavesa?
Hombre, para mí fue un drama tener que dejar Remelluri. Yo me fui de Remelluri, pero también porque mi padre me dio esa oportunidad. Gracias a eso he desarrollado muchas cosas con Pablo. De hecho por entonces Pablo y yo trabajábamos en Remelluri.
Volvimos con nuestro proyecto personal de la Compañía de Vinos con la vocación de aportar algo. Así lo habíamos hecho en Cebreros, o en Málaga -donde abrimos una puerta-. Pero no solo fuimos a sitios desconocidos. Nosotros también teníamos algo que aportar a Rioja. Hemos vuelto a Lanciego porque teníamos que volver a esa Rioja del siglo XVIII en la que cada pueblo hacía un vino.
VOLVER a esa «Rioja del siglo XVIII en la que cada pueblo hacía un vino».
.- Explícate, por favor.
Estuve con un sommelier escandinavo, que conoce bien todos los pueblos de Borgoña o del Ródano, y no conoce ningún vino de Rioja, tan sólo conoce cuatro marcas que producen más de cuatro millones de botellas… Esto es una pobreza, un desastre.
En un artículo que me hicieron yo dejaba claro que no tengo una lucha contra nadie. Nosotros no somos enemigos de nadie. Ni siento que el grande es enemigo del pequeño. Pero los grandes a nosotros nos tenían que poner un piso, si estamos luchando por dar valor a un nombre, a una región, a un viñedo.
“PODRÍAMOS HACER… LOS MEJORES VINOS DEL MUNDO”.
.- ¿Cuál es vuestro mensaje para Lantziego, aquí en Rioja Alavesa?
Es genial venir a Rioja a hablar de un pueblo, y de un viñedo excepcional. Nosotros hemos sacrificado mucho, porque hubiéramos tenido éxito haciendo una bodega grande, mucho vino, aprovechando esa ventaja; pero lo nuestro era otro tipo de incentivo.
RACIMO de Tempranillo en la mano de Telmo Rodríguez.
«Lanzaga» es el primer vino de pueblo. «Lanzaga» es Lanciego y ponemos “Viñedos de Lanciego”. Eso es un mensaje brutal que muy poca gente ha sido sensible. Nosotros no decimos que es el mejor pueblo, pero hemos hecho un vino de pueblo porque pensamos que es la Rioja interesante.
.- ¿Qué es la Rioja interesante?
No es solo el gran éxito comercial que vende vino, como diría Juan Carlos López de Lacalle, «como una gran máquina», para sacar partido al nombre de Rioja aunque sea destruyéndolo. Hemos venido a dar valor.
Hubiéramos ayudado más al viticultor de Álava si en vez de valer hoy la hectárea 70.000 o 100.000 euros, hubieran valido 400.000 euros. Estamos en un mundo de calidad, y exaltando el Paisaje de Rioja Alavesa.
.- ¿De qué manera crees que se ayuda a los viticultores?
Hace pocas semanas se ha hecho la transacción más cara de la historia de un viñedo: una hectárea de Pomerol -claro, es Petrus-, vendida a 100 millones de euros. La hectárea de gran crudo de Borgoña. Y conozco a quien ha vendido 10 hectáreas a más de 120 millones de euros. Es decir, que son más de 12 millones de euros la hectárea. La hectárea de Barolo vale 1,5 millones de euros.
«¿DE QUÉ manera ayudamos a los viticultores de Rioja Alavesa?».
¡Qué estamos haciendo en uno de los mejores viñedos del mundo que vale la hectárea a 60.000, a 80.000, a 100.000 euros! ¡Qué poco! No estamos dando valor a lo que tenemos. Hoy en día en Álava, un viñedo tendría que valer por lo menos tres veces más caro de lo que vale el viñedo de las otras Riojas.
.- ¿Cuánto vale hoy una hectárea de vuestras queridas Las Beatas?
Mucho más dinero que un viñedo normal en Rioja. Hay que aportar contenido y valor a nuestro país.
.- ¿En qué momento estáis, Pablo y tú?
Nuestro momento actual es de tranquilidad y felicidad. Durante años teníamos una sensación de rabia porque no éramos capaces de hacer lo que queríamos hacer. Pero ahora estamos en un momento de mucha tranquilidad, disfrutando, y con muchas ganas de ayudar a otros, como te decía antes.
TELMO y Pablo en un antiguo calado del siglo XVII en el pueblo de Ollauri (La Rioja).
Cuando hicimos el libro del Medoc Alavés nos preguntamos cómo una bodega pequeña puede gastarse tanto dinero en hacer un libro que no nos correspondía a nosotros, pero lo hemos hecho. También hicimos los Encuentros de Viticultura aquí, que reunimos por primera vez a 120 viticultores de todo el país para hacer un momento de exaltación del momento en el que estamos.
.- Escuchando lo que dices, ¿por qué no hemos sabido transmitir que somos un país de mucha calidad?
Lo pregunto en mis charlas: ¿Por qué la gente nos conoce por el peor vino del mundo? Porque vendemos el vino barato. En esos seminarios yo les digo que somos el país más complejo de Europa.
¿Cómo el país más complejo de Europa, con el 62% de la biodiversidad de Europa, con el mayor número de insectos, de mamíferos, 2/3 de las especies marinas están aquí, con muchas y diversas alturas, cómo un país tan alucinante somos lo peor?
.- No sé quien dijo el día de la presentación del libro de Ludger Mees que “el objetivo seguía siendo hacer el mejor vino del mundo”.
PORTADA del libro que presentaron el pasado junio en Lantziego, de Ludger Mees.
Pablo dijo que el Medoc Alavés fue el primer intento y el último en este país de hacer el mejor vino del mundo. Ese vino se quiso hacer. En algunas cartas se decía: “oye, este vino es mejor que el de Burdeos”.
Luego el Medoc Alavés decae porque se dan cuenta que es más fácil vender vino barato porque vienen los franceses y te lo compran. “Oye, si es más fácil vender vino a granel”. Este es el drama. El consumidor no estaba preparado para ese vino. Hacer buen vino era y es un gran esfuerzo.
.- ¿Qué dirías que habéis sacrificado?
Muchas cosas por hacer un vino como el Lanzaga, como Las Beatas o como el Tabuérniga, o como El Velado. Es un gran sacrificio y no vale engañarse.
.- ¿Por qué lo dices?
RACIMO del viñedo Las Beatas (Labastida), que tantas alegrías les ha dado.
El otro día en una cena que hicimos en Labastida, alguien dijo “que habíamos hecho una pirámide, y que los de arriba eran los importantes y luego estaba la base”. Yo le dije que estaba confundido, las cosas buenas, las puntas de lanza, no es que sean más o menos listos. Pero hay gente dispuesta a hacer un sacrificio y hay gente que no puede, o no tiene capacidad.
Muy poca gente hizo el Medoc Alavés, de hecho los que decidieron invertir sólo hacían un 5 o un 6% de su cosecha. Y era un sacrificio. Me duele que 150 años después haya viticultores de Álava que consideren que “éste de El Pisón o el de Las Beatas somos unos snobs”. No. Se ha hecho esto por sacrificio. Llevo 20 años para hacer 1.500 botellas. Eso hay que valorarlo.
.- Me he quedado con esa pregunta tuya: “¿Cómo el país más complejo de Europa, con el 62% de la biodiversidad de Europa… cómo un país tan alucinante ‘somos lo peor’?”.
Ayer estuve con una chica de Toronto, y el Rioja se explica de la siguiente forma: “Montecillo, Faustino, El Coto, Marqués de Cáceres”. Eso es el Rioja. Luchar contra eso… Llevo 25 años viajando y diciendo: “mira, lo siento, mi categoría no es un Rioja industrial”, que yo respeto, pero es una pena, y lucho con los compradores, y les digo que están fallando a uno de los países más bonitos del mundo.
EL VITIVINICULTOR rodeado de algunas de sus botellas.
Es una lucha, y gastamos mucha energía en decir que nosotros abrimos una puerta muy complicada, como es que la gente pague algo de dinero por un vino de Álava o de Rioja.
.- ¿Queremos o no queremos elaborar el mejor vino del mundo?
Nunca se ha vuelto a intentar hacer el mejor vino del mundo.
Es una pena que no entendamos que podríamos hacer algunos de los mejores vinos del mundo, pero no en plan populista, y no somos los mejores porque vendemos el vino muy barato. No puedes decir que eres el mejor cuando estás vendiendo vino de Rioja a 2,5 euros. Tenemos un potencial, pero nadie ha entendido.
«PODRÍAMOS hacer algunos de los mejores vinos del mundo».
.- ¿Quiénes están haciendo el mejor vino del mundo?
Francia tiene durante 200 años el monopolio del gran vino. Esto es así. Francia transformó el vino de diario en un producto de lujo… pero Rioja es la gran zona de España, y estamos haciendo un vino a dos euros. No. Nunca se ha vuelto a intentar hacer el mejor vino del mundo.
CONTINUARÁ…
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Desde el afecto a Telmo debo corregir algunos errores que se cuelan en esta entrevista, tanto en la primera parte como en esta segunda, errores que pueden ser fruto de la grabadora y del lenguaje coloquial que suele ocurrir en este tipo de charlas informales «sobre la marcha». Pero como lo escrito escrito queda, más vale corregir alguno de esos errores. Me fijo en los dos más llamativos:
1.- «Cuando hicimos el libro del Medoc Alavés…». No, el libro del Medoc Alavés, en tapa dura, caras ilustraciones y gran calidad, lo encargó (a Mess, lo pagó y lo editó) Diputación Foral hace más de 25 años. Somos muchos los que tenemos ese bello libro y aún hay ejemplares en los almacenes forales. Lo que habéis hecho es reeditar un texto ligeramente ampliado. Pero reconozcamos a Diputación Foral de Álava y a personas concretas con nombres y apellidos la labor pionera que hicieron hace tres décadas.
2.- Más grave es un segundo error en el que decías textualmente refiriéndote a tus padres: «Después del Medoc Alavés, ellos han hecho el proyecto más bonito que ha habido en la Rioja…». No, soy testigo de que eso no es así. En los últimos siglos ha habido en Rioja proyectos bellísimos, iguales o superiores a los que citas. Ciñéndome solo a los 35 últimos años de Rioja Alavesa, he sido testigo de cientos de proyectos familiares hercúleos y muy bellos, partiendo tal vez de más abajo y con resultados a veces menos glamourosos, pero perfectamente equiparables al vuestro.
Como os aprecio y sé que esos errores son involuntarios, prefiero señalarlos.
Muchas gracias, Miguel, por tus palabras.
En lo que nos toca, decirte que el enriquecedor encuentro con Telmo Rodríguez no fue un encuentro casual, ni una ‘charla informal’, sino una entrevista en toda regla. Con grabadora de por medio, anotaciones y fotografías. No es una charleta de taberna, como parece que sugieres, tampoco una conferencia escrita, o unos comentarios muy personales mientras vamos de aquí para allá. Yo pregunto y él responde con todo lo que tiene que contar, mientras permanecemos tranquilamente sentados durante dos horas. Puede que a veces Telmo, con la pasión que siente por estos asuntos, hable a borbotones, pero aún así resulta ordenado y con buena memoria.
Ya lo decía en la primera parte de la entrevista publicada: se trata de establecer «un hilo de cobre entre Telmo Rodríguez y las lectoras y lectores del Blog, para que llegue tal cual es». Es lo que hago con mis entrevistad@s. Tú bien lo sabes, porque ya te tocó estar en su lugar con motivo de tu libro «Rioja Alavesa-Sonsierra. Paisaje Cultural Excepcional».
Saludos cordiales.
Se nota el entusiasmo que la viticultura y el mundo del vino suscitan en Telmo Rodríguez. Tan es así que lo que cuenta y cómo lo cuenta resulta igualmente excitante. He bebido algunos de sus vinos… quizá no los más caros, como el de Las Beatas. Pero sí otros que salen con la misma devoción de esa tierra de Rioja Alavesa, y de otras viñas y tierras. En ellos también habla Telmo. Se le entiende muy bien.
Enhorabuena por lo realizado, y por lo que vendrá. Lo beberemos. Salud
Muchas gracias, Begoña Tudela. Sobre lo que vendrá, me llama la atención que, a sus 56 años, Telmo se prepare para hacer «grandes cosas», que no pierda fuelle ni entusiasmo vital, que nos deje ese titular lleno de energía, y entre admiraciones cuando destaca ese «¡Hay tanto por hacer!». Que en esa tarea, u otras, la vida nos encuentre a tod@s con esas ganas de manos a la obra, de formarnos aún más, y prepararnos para lo que vendrá. Salud y Saludos!
Por haber sido varias veces entrevistado por ti,Julio, por conocer tu estilo, nunca he sugerido lo de «Charleta de taberna». Sugiero que son preguntas difíciles, rápidas, inesperadas, respondidas sin datos en la mano, de memoria y muy resumidas. Y en ese resumen a veces quedan en la grabadora expresiones que no quisiste decir tal cual. Por ejemplo, cuando habláis de los precios de la viña en Rioja Alavesa en comparación con ciertas comarcas francesas parece desprenderse que se ha hecho algo mal desde las Instituciones Vascas por no dar valor al viñedo. Ya he desmentido a Telmo en otras ocasiones estas comparación errónea. Cuando llegan ellos a Remelluri las viñas y la tierra no valían nada, del orden de 2.000 euros/hectárea. Hoy vale 50 veces más y a pesar de todo vale 10 o 100 veces menos que esas cifras que cita en Burdeos o Borgoña. Pero lo que no dice es que esos precios impiden el acceso de los agricultores a la propiedad de la tierra, que ésta queda en manos de unos «Jauntxos’ como hace cien años aquí, o de unos Fondos de Inversión americanos o de unos multimillonarios chinos o rusos, quedando los pueblos vacíos y unos pocos autóctonos como peones del Gran Capital. ¿Eso es lo que quiere Telmo para Rioja Alavesa, viñas a un millón de euros la hectárea y nuestros agricultores de meros peones? Seguro que no quiso decir eso, seguro que pondera la excelente labor que ha hecho Diputación estas últimas décadas, repartiendoo los derechos de plantación entre los agricultores y permitiendo el acceso de las familias locales a la propiedad de la tierra, propiciando unos precios razonables. Desde el punto de vista socioeconómico no tenemos nada que envidiar en Álava a ese modelo capitalista de ciertas AOC francesas.
Muchas gracias, Miguel. Si es como dices, entonces tú ahora tienes la ventaja de escribir y reescribir, reposadamente. De pensar y repensar la manera en la que expresar tus ideas, Miguel, que siempre buscan la precisión; porque como tú conoces los datos, viejo profesor, investigador y con mente científica, pocos los conocen. Y como los conoces, a veces vienes y sientas cátedra. Y, con las maneras del viejo profesor, tratas de corregir, tomar plaza, regañar a la gente y pones nota. Efectivamente la entrevista es un ser vivo, respira, transpira. No hay preguntas preconcebidas. No en este caso. Nada de querer llevar al entrevistado por una u otra vereda. Algo que en el planteamiento que haces sí quieres conseguir tú. Lo que piensa Telmo está plasmado en sus palabras. Con las contradicciones que todas y todos tenemos. Porque si bien dice lo que dice respecto al aumento de los precios de la hectárea de la tierra, igualmente reconoce la suerte que Pablo y él han tenido: «Llevamos 25 años -indica- y tenemos 80 hectáreas de viñedos de “Gran Crudo”. En 25 años, nosotros en Francia no hubiéramos comprado ni media hectárea de Grand Cru». En cualquier caso, no digas lo que él no dice. Pues sitúa la hectárea en 400.000 euros, y no en un millón de euros. Nada que discutir contigo. Claramente, Telmo y tú mantenéis distintas posiciones, diferentes puntos de vista, valoraciones propias de la trayectoria y la forma de pensar de cada uno. Ambos enriquecéis, por muchos motivos, Álava y Euskadi.
Me alegro que ahora seas más preciso y no valores la entrevista como una «charleta de taberna», algo que se desprendía de la atmósfera de tu anterior escrito. Este blog es también un ser vivo. Respira a través de sus comentarios. Saludos cordiales.
A Telmo le tengo admiración y aprecio, a Pablo Eguzkiza le agradezco las conversaciones en Torre de Oña. Muchos de mis sueños los veo cumplidos en su trabajo y su enorme búsqueda de ilusiones.
Hay un tema en el que les saco ventaja soy más joven y como los mendigos agradezco todo lo que me ofrecen. El otro día puede escurrir un fondo de botella de Las Beatas.
Me gusta que se quiera hacer el mejor vino del mundo y cómo los toros nobles entró al trapo: las viñas alambradas nos las trajeron de Médoc, nuestras bodegas abrazadas a la tierra y al suelo tenían un valor enólogico que en esa región francesa no habían podido experimentar a 10 metros sobre el nivel Del Mar con encharcamientos continuos…y con propietarios venidos de Holanda. Inglaterra que arrasaron en el XIX con toda la propiedad de los agricultores del Garona.
Muchas gracias Victoria. Saludos cordiales.
Nadie puede decir que no estamos ante uno de los más grandes enólogos del país. «Podríamos hacer los mejores vinos del mundo». «El potencial de Álava». «Lo nuestro es lo pequeño». Son titulares que casan muy bien con el hecho de haber trabajado con la gente de cada lugar, citando nombres de gente veterana de Ávila, Málaga y Ribera del Duero. Eso expresa una sensibilidad que quiero subrayar. Ningún aire de superioridad en las respuestas. Qué suerte que tengamos un Telmo Rodríguez con nosotros. Esperaba esta segunda parte, y espero que la tercera tenga la frescura de las dos primeras.
Zorionak!
Eskerrik asko, Kepa Urdangarin. Saludos cordiales.
Enhorabuena por el artículo, por su frescura y por su buena redacción. A los lectores nos cala y nos hace entender mejor este mundo especial que tiene que ver con el vino y una cultura arraigada a generaciones.
En cuanto a Telmo, me parece fascinante su carrera y todo su recorrido, además de poder ver la ilusión con la que cuenta sus historias del día a día. Para ser bueno no vale con estar en un despacho o con tener muchos títulos, hay que bajar abajo, conocer cada parte del proceso, cada centímetro de la finca, de la viña, y creer y tener ilusión. Enhorabuena Telmo, y todo el equipo!
Por otro lado, me gustaría destacar que, para brillar, no hace falta apagar a los demás. Hay comentarios hirientes. Es mejor unirse para ser mejores y más fuertes. La educación debería ser la base de cualquier comentario, que a su vez deberían ser constructivos.
Muchas gracias, María, por tu comentario. Saludos cordiales.
Gracias Miguel porque me estás enseñando a querer a la Diputación de Alava y estoy desarrollando el compromiso de sentirme solidaria y responsable.
Mi agradecimiento es mayor cuando valoro tu compromiso con todos los viticultores y elaboradores pequeños que luchamos por hacer grandes vinos, por comercializarlos dignamente por aportar valor añadido, por conservar raíces, por querer esta tierra.
En tus reflexiones dominan el respeto, el cariño por los que representamos la Historia humana de esta tierra y porque salgamos adelante con nuestros proyectos nada fáciles. Has conocido y no te resultan ajenos los problemas por los que han pasado y pasan bodegas muy dignas y con mucha entrega humana.
Muchas gracias, Victoria. Saludos!
Es maravilloso contar con gente valiosa en Euskadi, en Rioja Alavessa, y poder debatir de la manera con esa hondura y respeto. Como siempre, muy interesante la entrevista y muy aleccionador el debate iniciado.
Muchas gracias, Isolina Garizurieta. En cuanto al «inicio del debate», con poco te conformas. Eres un encanto. Saludos cordiales.
Telmo es uno de los grandes en el mundo del vino. No tengo duda de que él y su familia, ademas de emprendedores y empresarios, quieren profundamente a Euskadi y valoran el trabajo, la labor y gestion de las instituciones vascas.
Tendrán intereses fuera, jugaran también en «otras ligas» pero siempre haciendo lo posible e imposible por hacer más grande Araba y Rioja Alavesa.
Gracias por la entrevista, espero la Tercera parte.
Muchas gracias, Rafael Goikoetxea. Será la tercera y última parte de la entrevista, tan interesante como las demás, pero con un valor añadido de una historia que encierra. Saludos cordiales.
Qué pasada. Nunca beberé vinos de Francia… creo. No beberé los caros. Para qué si aquí tenemos vinos increíbles y a precios razonables. Alguien me dirá pero tu en qué mundo crees que vives? Reconozco que me he quedado descolocada. Por un lado viñedos más caros significan que son formidables viñedos. Pero ademas eso significará vinos imposibles para economías como la mía, jaja. Pero si yo fuera Telmo, también defendería lo nuestro, el valor de lo nuestro. Vamos, que estoy hecha un lío. Lo pensaré mejor. Mientras tanto, gozada de contar con gente que no para, que recorre el país de arriba abajo, y seguramente el mundo. Txapeldun
Muchas gracias, Txiki. Gozada también la de contar con tus escritos. Un abrazo!
Me da un poco de reparo hacer otra vez de “viejo profesor” como cariñosamente me llamas, pero los lectores tienen que tener todos los datos. Me refiero al error en el término “gran crudo” que repites. Cru es un término que en Francia define a los vinos de calidad superior procedentes de pagos determinados ; con “Gran Cru” evocamos una parcela de excelente terroir que produce vinos excepcionales. Traduciéndolo mal por “Gran Crudo”, por el contrario, nos vamos hacia vinos muy jóvenes, verdes y con sabor a levadura. Creo que ésto es otro buen ejemplo de lo que decía antes del riesgo de la literalidad de las grabadoras: a veces se recoge una idea opuesta a la que quiere expresar el entrevistado.
Muchas gracias, Miguel Larreina. Saludos cordiales.