Fotografías JOSEMI RODRIGUEZ MARTINEZ.
Un caballo milenario de la sonsierra navarra cabalga taciturno entre las sombras de las encinas. En este cuento todo es posible. Con su mirada, tan antiguo ser puede acarrear hasta el presente las viejas ideas, las quejas de las gentes del lugar, aquellas costumbres, incluso los rayos de luz de luna que duermen en la carpintería de su alma.
Al romper el día, el ciervo corre a contemplar si pasada la noche todo su mundo permanece en el mismo sitio. Respira aliviado al ver que no se han ido del lugar ni la Sierra, ni los olivos centenarios, ni los pueblos, ni las lagunas. El cielo sigue estando ahí, sostenido por las viñas.
Lo que le sorprende es ver al caballo bebiendo con sus ojos de mirada tan antigua los nuevos caminos, la herida del asfalto.
LARGO suspiro por un paisaje amado que enamora al mundo.
Tan hermosos animales vienen a suspirar al unísono por un paisaje amado. No se trata de belleza tan solo. Si fuera únicamente hermoso, la emoción no se desbordaría. Ambos intuyen el latido de las antiguas carretas, ambos respiran el espíritu que anida en el espacio de los dólmenes y la tinajas. Caballo y ciervo paladean la armonía telúrica de un instante amasado durante siglos por los viejos agricultores.
Inesperadamente el caballo se ha llevado al ciervo, durante un instante eterno, al remoto pasado medieval del que proviene. Un tiempo difícil de contienda y soldados, de pastores y supervivencia, cuando todo era más difícil, cuando el miedo campaba a sus anchas y las familias comían con cucharas de madera del mismo barreño de barro cocido.
Cuando bebían de la misma jarra el vino de la Comarca.
ADMIRAR lo visible y lo invisible… La esperanza en el espejo de la laguna.
Ellos admiran lo visible y lo invisible. La niebla, la nieve, las murallas, las espadas, el humo de las chimeneas, el vuelo de las palomas. El viento, los sueños, los deseos, la prosperidad, la madurez de las gentes, los oficios perdidos. Todo puede ser descrito, la esperanza y la desesperación. Los dos sopesan el paso del tiempo. El caballo posee los secretos del ayer. El ciervo rumia el presente. Ambos bendicen el futuro que vendrá, el que han divisado en el espejo de la laguna.
En este instante el ciervo y el caballo te observan. Se enamoran de tu corazón rebelde que fotografía el alma de Rioja Alavesa. La luz inextinguible.
Caballo y ciervo saben que entre el «Érase una vez» del cuento y el amanecer que mañana volverá, anida palpitante el paraíso de la vida. En tus ojos ven que todo puede ser mejor. Que tu extensa mirada y el aire del lugar pueden mantenerse limpios.
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Maravillosa lectura para deleitar esta tarde de domingo.
Sofa, mantita y este regalo.
Gracias Julio.
Muchas gracias, Maite Massana. Es increíble que pueda llegar hasta tu salón tan antiguo caballo, fantasma del pasado, acompañado por el ciervo que se guarece en la Sierra de Toloño.
Saludos cordiales.
Un ciervo sucediendo a otro, a otro, a otro….
Un caballo posando sus huellas sobre otras, otras, otras….
Y así, sobre la misma tierra, el mismo aire, el mismo sol de antes, antes, antes…..
Todo brotando y manteniéndose, para que el mañana sea nuevo y fértil, ….
Muchas gracias, Alberto. El caballo de la Historia y la Cultura cabalga con el presente, ese hermoso ciervo de la vida que salta, corre, vuela, guardián de la comarca alavesa que sueña futuro. Un cordial abrazo.
El Paisaje Cultural de Rioja Alavesa es una invitación a la pintura, la fotografía, la novela, un blog hondo y sereno como éste, un reclamo para la buena información, la poesía y, por supuesto, la fantasía. Intuyo que hoy por hoy Rioja Alavesa es más, mucho más. Pero eso es algo que tienen que decir sus moradores.
Muchas gracias, Jon Mancisidor. Tal y como terminas, diría que también es una invitación al suspense. Un cordial abrazo.
La frase «anida palpitante el paraíso de la vida», es una luz de esperanza para los que hemos cruzado los caminos inescrutables de la oscuridad.
Hemen gaude!!!!!
Eskerrik asko, Urko. Un cordial abrazo, lagun maitegarria.
No me pierdo ni una de las páginas del blog. Están llenas de poesía y describen muy bien las personalidades de sus gentes, sus múltiples actividades y desafíos.
Magnífica manera de conocer y enamorarse de esa hermosa tierra. Gracias por este blog.
Muchas gracias, Javier Yarza. Un cordial abrazo.
Muchas gracias, Javier Yarza. Un cordial abrazo.
Qué fábula tan bella y tan llena de esperanza para estos tiempos turbulentos. También mi madre, a quien me has hecho recordar con este cuento otoñal, eligió el caballo como el animal de sus sueños, sueños de cabalgar a lomos de tan hermoso animal. No pudo cumplir su deseo, el trabajo en el campo era entonces más de burro y carga que de paseo a caballo. Yo espero, deseo que tras tanto que trabajó su tierra haya tenido la oportunidad de sentir la libertad recorriendo al galope esos campos desconocidos de Dios.
Muchas gracias, Karmele. Un intenso deseo para cabalgar junto a él. Un cordial abrazo.