Nov 18, 2017

El Cervantes que bebió Rioja Alavesa en Samaniego

En el verano de 2012, el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, galardonado ahora con el Premio Cervantes, pasó un día en una bodega antigua de Samaniego, en una tertulia entrañable, comiendo patatas a la riojana, chuletillas al sarmiento… y alabando los inteligentes vinos de Rioja Alavesa.

Sergio Ramírez

SERGIO Ramírez en la bodega familiar de los Saenz de Samaniego.

El nuevo Premio Cervantes, considerado el reconocimiento más importante que se otorga a un escritor en lengua española, había participado en Bilbao en una reunión con intelectuales y creadores internacionales titulada “Ideas para cambiar el mundo”, que se celebró entre el 5 y el 7 de julio de 2012 con motivo del Año de las Culturas por la Paz y la Libertad, impulsado por el Gobierno Vasco.

Sergio Ramírez estuvo aquellos días en Bilbao con grandes pensadores, como el filósofo y sociólogo polaco Sygmunt Bauman, la periodista independiente estadounidense Amy Goodman, el escritor italiano Alessandro Baricco, la filósofa Susan George, el escritor vasco Ramiro Pinilla y, entre otros, el arquitecto chileno Alfredo Jaar.

Sergio Ramírez

EL jueves en su casa de Managua, donde recibió la buena nueva (FOTO Carlos Herrera / EFE)

Una vez concluido el encuentro en Bilbao, Ramírez viajó hasta Samaniego. Por entonces ya había oído hablar de Rioja Alavesa, de su Paisaje, de su Historia y Patrimonio… de sus vinos, gracias al profesor de la UPV-EHU, Jon Iza, primo del marido de la actual presidenta de la Ruta del Vino de Rioja Alavesa, Mariasun Saenz de Samaniego.

Ramírez había comentado a Jon Iza -a quien conoció en Managua- que le gustaría comer en una bodega con calados antiguos, impregnada de olor a vino y piedra húmeda. Así se organizó el encuentro. Comieron en el barrio de Matarredo -justo detrás de la bodega que pertenece a los Saenz de Samaniego-, hablaron, bebieron, se regalaron libros…

La suegra de Mariasun preparó las patatas con chorizo y se encargó de asar las sabrosas chuletillas. Sergio Ramírez y su esposa pasaron un día entero en Samaniego. El escritor nicaragüense se había traído algunos ejemplares de su novela «Margarita, está linda la mar» (que en 1998 había sido Premio Alfaguara), dedicando algunos libros a los allí reunidos en un ambiente que Mariasun recuerda como si fuera ayer.

Sergio Ramírez

PORTADA de la novela que les regaló el escritor, cuyo título obedece a un poema de Rubén Darío.

“Me pareció una persona entrañable, con una gran sabiduría y una experiencia vital tremenda”, ha dicho Mariasun Saenz de Samaniego al Blog del primer ‘Cervantes’ de Nicaragua.

“Toda lectura es un viaje, un viaje desde una silla que nos lleva a lo desconocido, por arenas ardientes de desiertos ignorados, por mares procelosos, por ríos que son como del infierno, y aún por los aires si entramos en las páginas de “Las mil y una noches”. Pero siempre regresaremos de ese viaje mejor de lo que éramos cuando lo emprendimos”, ha escrito este mes de noviembre  Sergio Ramírez, que fue durante los años 80 vicepresidente del Gobierno revolucionario de Nicaragua.

Sergio Ramírez

EL primer nicaragüense premiado con el ‘Cervantes’ recorrió las calles de Samaniego en 2012.

También la escritura le llevará a Sergio Ramírez, tal y como escribió el pasado mes de enero, hasta el último día de su vida, ya que piensa seguir escribiendo hasta su último aliento. Los caminos de la vida le llevaron un día, al traspasar la puerta de aquella vieja bodega de Samaniego, desde el calado subterráneo a un pasado remoto de cientos de años atrás, mientras olía el perfume de aquel vino de Rioja Alavesa que aún navega por sus venas centroamericanas.

6 respuestas a “El Cervantes que bebió Rioja Alavesa en Samaniego”

  1. Piedras centenarias húmedas encargadas de contarnos tantas cosas y la personalidad de un Premio Cervantes dialogando con ellas y sus gentes, compartiendo un excelente vino el de una gran familia, los Saenz de Samaniego

  2. karmele dice:

    Es una maravilla ser escritor. Me encanta cómo expresa Sergio Ramírez ese ese viaje de la lectura. Qué bien veo que fuera tan bien recibido en Samaniego. Se marcharía encantado de su estancia allí y volvería «mejor de lo que vino» como muy bien describe él lo que resulta después de que leemos un libro. Hay que leer más… esto me lo digo a mí misma. Por cierto, vaya foto mágica la del cielo con las nubes desparramándose sobre Samaniego!

  3. Kepa Urdangarin dice:

    Me alegro por Nicaragua, por la Literatura. Por Rioja Alavesa.

    Zorionak!!

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