May 19, 2019

Señas de identidad en Labastida

Los hermanos Aitor e Iñaki Mata Pérez, de Viñedos y Bodega El Otero de Labastida, son dos de los muchos jóvenes amantes de las viñas de sus antepasados en los que se asienta el futuro de las bodegas familiares de Rioja Alavesa.

El segundero del reloj avanzaba a duras penas. La jornada laboral les parecía eterna. Por fin, después de nueve años, dejaron aquellos trabajos en Vitoria y Eskoriatza para dedicarse de lleno a la vitivinicultura en Labastida, donde la vida palpita de otra manera, en otra atmósfera. Donde ya no hay que mirar tanto al reloj que marca las horas.

Bodega El Otero

AITOR e Iñaki caminan con su abuelo Félix por la viña Marrate, en Labastida.

Entregados a su ADN vitivinícola, ambos quieren mantener la identidad en el vino, elaborando el maceración carbónica como lo hicieron sus mayores. A la vez que dan identidad a sus dos únicos vinos AIMAREZ con la suma de sus nombres y apellidos.

Aitor e Iñaki, de 36 y 31 años, han querido que esté presente su abuelo Félix Pérez Iriza, de 92 años, para hacerle un sencillo homenaje, para cantarle al maestro, una a una, las enseñanzas de toda una vida. Para hacerle partícipe de un tiempo que hoy transcurre haciendo lo que aman de verdad.

.- ¡Cómo te cuidan tus dos nietos, Félix!

“Demasiado”, contesta con una sonrisa de satisfacción.

Bodega El Otero

EL ABUELO -de 92 años- y sus nietos posan para el Blog delante de las cajas de sus vinos.

«Cuando nos ayudábamos los unos a los otros»

.- ¿Quién de vuestra familia empezó a tener viñas?

Las viñas son por parte de mi mujer. Su padre Tomás Montejo, mi suegro, tenía viñas en Labastida. Yo he trabajado mucho en las viñas, pero además de viticultor y cosechero, siempre fui pastor de ovejas.

.- ¿Con qué edad empezaste a trabajar?

Con 12 años, que entonces éramos 6 hermanos. Siendo chavalico iba de pastor para otros. En aquella época el Ayuntamiento te obligaba a llevar un zagal que tenía que ir con el pastor.

Bodega El Otero

FÉLIX con su familia, cuando el día de Reyes subía un pequeño rebaño de ovejas y corderos.

.- ¿Entonces tú fuiste zagal?

Yo fui pastorcillo sin zagal. Y con el tiempo fui propietario de 200 ovejas. Cuando me casé me tuve que ocupar de las ovejas y de las viñas. Así fuimos tirando para adelante, madrugando. Muchos días me levantaba a las cuatro de la madrugada a echarle a la mula de comer, y luego me volvía otro rato a la cama.

Bodega El Otero

OVEJAS y viñas convivieron durante siglos en la Comarca…

.- Ovejas y Viñas.

Exactamente. Tuve que plantar varias viñas, cuando nos ayudábamos los unos a los otros. Así era la vida entonces.

.- ¿Cómo se llama la primera viña que tuviste?

Sí, Marrate, de una hectárea y media, que la planté de Tempranillo y la cabezada de Viura.

.- ¿Te acuerdas de cuando la plantaste?

Hombre, cómo no me voy a acordar. Tenía 25 años.

.- ¿Con qué soñabas con 25 años, Félix?

Con levantar un poco más la cabeza. Entonces un año comprabas un terrenico y al año siguiente, si podías, otro.

Bodega El Otero

PREGUNTAS que llegan 57 años después… Orgulloso hoy del vino que elaboran sus nietos. 

.- ¿Cuántas hectáreas de viñas has llegado a tener?

Cinco hectáreas. Con las uvas que me daban las encubaba todas, que yo era un cosechero de maceración carbónica. Hacía un vino bastante bueno que luego vendía a granel a distintas bodegas de Villabuena y Labastida.

.- Dos nietos tuyos, entre otros, llevan hoy las riendas de esta bodega.

Sí, ahora les toca a estos tirar para adelante.

Bodega El Otero

LOS hermanos Mata Pérez con Jon Andoni Rementeria en la Feria de Arratzu, en Bizkaia.

Los nietos de quien fuera pastor y vitivinicultor de Labastida escuchan con toda la atención del mundo las palabras del abuelo. Aitor es el mayor, con 36 años. Iñaki tiene 31. Así que Félix les lleva 56 y 61 años respectivamente. Abuelo, maestro, profesor de viña y bodega… Félix ha sido todo para ellos. Y aún lo es.

“Antes él tenía que ir para otra gente a trabajar a jornales –comienza diciendo Aitor, el mayor-. ¿Y qué pasa ahora? La vida está dando la vuelta, porque hoy en día comprar una hectárea de viñedo es prohibitivo. Y los que acceden a esas viñas son bodegas grandes, sea en Labastida, sea en cualquier otro pueblo de Rioja Alavesa… ¿Qué va a pasar al final? ¿Volveremos a ser jornaleros de nuevo para los grandes”.

.- ¿Piensas como tu hermano, Iñaki?

Me inquieta que sigan desapareciendo bodegas familiares, porque muchas pequeñas están sirviendo a las grandes. Y en muchas familias no veo relevo generacional para sus padres viticultores. Algunos jóvenes no quieren trabajar en el campo porque es duro.

Bodega El Otero

LOS NOMBRES del vino y de la Comarca unidos en las cápsulas de sus botellas.

.- ¿Y vosotros?… Porque vosotros habéis elegido trabajar en el campo y en la bodega.

Nosotros no vinimos directamente a trabajar en las viñas -contesta Aitor-. Nosotros compaginábamos los fines de semana en el campo, y entre semana yo trabajaba en Fagor, en Eskoriatza (Gipuzkoa), y mi hermano Iñaki en una empresa de Vitoria. Los fines de semana trabajábamos los dos en el campo, y finalmente hacíamos vino y lo vendíamos a granel.

.- ¿Qué pasó, entonces?

En la empresa estábamos ocho horas mirando el reloj, y sin embargo veníamos aquí, y trabajábamos a gusto muchas horas olvidando el paso del tiempo.

.- ¿Os sucedía lo mismo tanto a uno como a otro ?

Sí. Hubo un momento en el que iba a entrar en Fagor de socio… y el caso es que los dos adoptamos la decisión de tomar las riendas de la bodega.

Bodega El Otero

EN LABASTIDA, en las viñas de Rioja Alavesa, en su bodega… el tiempo era y es su aliado.

En 2014, hace cinco años, tomamos la decisión de comercializar nuestro vino. Creamos nuestra marca y nos decidimos a luchar por lo nuestro, y como dijo aquel “en mi hambre mando yo”.

.- ¿Cómo os va cinco años después?

Poco a poco van saliendo las cosas. Sabemos -dice Aitor- que si le pones cariño y empeño, el mercado va acogiendo tu vino como merece.

.- ¿Cómo fueron aquellos momentos en los que estabais deshojando la margarita?

Lo tuvimos claro los dos, porque no nos gustaba el otro modo de vida, trabajando y mirando el reloj. Ni compaginar el trabajo entre semana con el del fin de semana en las viñas. A veces mi hermano solía venir a trabajar entre semana. Así acabábamos agotados.

.- ¿Cómo fueron los comienzos?

Teníamos la infraestructura para elaborar el maceración carbónica, que es lo que se había hecho en casa siempre. Queríamos una buena materia prima, trabajar en el campo, que es lo prioritario, traer a la bodega buenas uvas, y seguir con la tradición familiar.

Si a mi abuelo le había ido bien, por qué a nosotros no, cuando teníamos ya el doble de viñedo que él.

Bodega El Otero

CON FÉLIX en la bodega, a la que accede a sus 92 años bajando y subiendo escaleras!

«La sabiduría de nuestros mayores es un Master»

.- ¿Con cuántas hectáreas empezasteis?

Empezamos con unas 5 o 6 hectáreas. Y cinco años después hemos ampliado, además de llevar varias fincas a renta. En total nos hemos hecho con 14 hectáreas que en 2018 nos han dado una producción de 62.000 litros de tinto y unos 7.000 de blanco.

.- Está muy bien, ¿no?

“Jolín que si está bien”, dice el abuelo.

Empezamos con el vino de maceración carbónica, y en el 2006 sacamos un Viura 100%. Lo habíamos intentado hacer en 2015 -cuenta Iñaki-, pero aquel no acabó gustándonos.

Bodega El Otero

LOS dos hermanos en los lagos de su bodega El Otero.

.- ¿Cómo os habéis preparado para esta empresa en la que os habéis metido?

Llevamos toda la vida fijándonos en nuestra gente mayor, recogiendo su manera de trabajar y todos sus consejos. La sabiduría de nuestra gente mayor es un Master.

.- ¿Estáis hablando de vuestro abuelo?

Sí, y con otra gente de la familia. Pero también con bodegueros como Vitorino Eguren.

Vitorino un día en su bodega me decía “tú chaval, todo lo que puedes hacer hazlo hasta los cuarenta, de los cuarenta para adelante todo lo que hayas sembrado, a cosechar”. Y ahí vamos, dice Iñaki.

Y Fernando Remírez de Ganuza me decía que “la viña es sobre todo ilusión, te puede salir mejor o peor, pero hay que seguir para adelante sin desaliento alguno, y defender siempre lo que te gusta. Siempre”

Bodega El Otero

«HAY que seguir para adelante sin desaliento alguno», les aconsejó Remírez de Ganuza.

.- Esa mutua ayuda que comenta vuestro abuelo que había en Labastida…

No, aquí hoy cada uno lucha por lo suyo, dice Aitor y confirma Iñaki.

Han cambiado mucho las cosas. Ya no se puede vivir con cuatro hectáreas de viñas. Nosotros tenemos bodega, pero los viticultores que solo venden la uva lo tienen más difícil. Necesitan más hectáreas.

.- Cinco años después de haber tomado la “gran decisión”… ¿cuál es la crónica de estos cinco años?

Sobre todo positiva –dice Aitor-.

Bodega El Otero

HACE 5 años Iñaki no se hubiera creído el avance que ambos han experimentado.

Si me dices al comenzar que cinco años después estaríamos donde estamos, las hectáreas de viñedo que llevamos y lo que estamos vendiendo, no me lo hubiese creído, añade Iñaki.

.- ¿Comercializáis finalmente esos 70.000 litros de vino que producís?

Sí, la mayor parte de nuestro vino se queda en el País Vasco, pero también vendemos nuestro vino a unos holandeses.

.- ¿Cómo se inició ese negocio con Holanda?

Un grupo de holandeses viajaron con sus vehículos y sus motos hasta Burdeos, y desde Burdeos vinieron a Rioja a probar vinos. Dio la casualidad que estando en Labastida probaron nuestro vino en un local de Labastida, que les puso en contacto con nosotros. Era la época de los días posteriores a la vendimia, en la que las uvas estaban fermentando en los lagos de hormigón.

Bodega El Otero

.- Así que se acercaron a ver la fermentación.

Sí. Estuvimos en la bodega y luego les llevamos al viñedo. El vino les había encantado, así que desde entonces estamos trabajando con ellos.

.- ¿Qué os dijeron los holandeses del Paisaje Cultural de Rioja Alavesa?

Fíjate, creo que nosotros no valoramos nuestra zona como realmente merece. Lo digo por la cara que ponían los holandeses al ver nuestro Paisaje. Venían de conocer las viñas francesas, pero al llegar aquí, ver el Paisaje con los colores ocres de octubre, los viñedos, los lagos fermentando… alucinaron. “Qué privilegio vivir aquí”, repetían.

.- ¿Entonces los que vivís aquí nos valoráis la hermosura de la Comarca?

No valoramos como se merece el entorno en el que vivimos. Nos hemos acostumbrado, pero los holandeses decían con su mirada “¡qué pasada!”. Se enamoraron de Labastida y de Rioja Alavesa. De la Sierra, las viñas, el Ebro…

Bodega El Otero

CON su padre Víctor y con el abuelo Félix en época de Vendimia.

.- ¿Son vuestros únicos clientes fuera de España?

Sí. Tienen una galería de obras de arte, y además tienen nuestro vino en la galería.

“El vino se hace en el campo”

.- Félix, ¿te pidieron consejo cuando decidieron dejar sus otros trabajos y dedicarse a trabajar en exclusiva en viñas y bodega?

Me pareció muy bien. Les dije: “el vino tiene tres cosas, que son limpieza, limpieza y limpieza, eso es lo que tenéis que seguir”.

“También nos decía –cuenta Iñaki- que “el vino se hace en el campo, porque con buena materia prima, con buena uva se hace buen vino”.

Bodega El Otero

FELIX en 1983, hace 35 años, con familia y amigos en época de vendimia.

.- ¿Tuviste las ovejas hasta que te jubilaste, Félix?

Sí, tuve las 200 ovejas hasta que me jubilé. Luego se las di a otro hijo. Hoy en día ya no se pueden tener ovejas porque el viñedo que se ha plantado nos ha dejado sin pasto. En mi época de pastor había en Labastida veintitantos rebaños

.- Caray!

Y hoy no queda ninguno.

.- ¿Te pasa como a Tasio, el pastor de Samaniego, que cuando ve un rebaño, se te van los ojos detrás de las ovejas?

Je, je. Hay muchos días que sales por ahí a pasear al campo, y ves una finca, y piensas “ahora estaría aquí con las ovejas tan divinamente, jajaja”. Y hay otras fincas en las que te dices “¡jo, el tiempo que yo he pasado aquí con las ovejas!”.

Bodega El Otero

‘»EL tiempo que yo he pasado aquí con las ovejas!…» (dibujo de José Ramón Elorriaga)

.- Contadme cómo fue vuestro proceso iniciático dentro de la familia.

En la Vendimia nos involucrábamos toda la familia desde bien pequeños, que se montaban unos saraos que eran la leche.

En la viña de Marrate, nuestra primera viña, se juntaban 32 personas. Hay una foto en casa donde se ve a toda la familia y los amigos en época de vendimia. Allí estaba mi abuela toda la mañana preparando el almuerzo, la comida (que era con café, copa y puro) y la cena.

“Aquello parecía como si fuese una boda -recuerda Félix-. Mi difunta mujer y mi hija estaban toda la mañana en la cocina guisando. La gente venía de balde a vendimiar, así que almorzaban, comían, y estaban como reyes. Mi mujer cocinaba morcilla, chorizo, que si esto, que si lo otro… Aahh, qué buenos tiempos!”

.- ¿Cómo se llama tu hija?

Emilia, que ha sido mi única hija. Luego he tenido tres chicos. Que ellos también trabajan en sus viñas.

Bodega El Otero

EN la Prensa de la Bodega.

.- Félix, tú has podido ver cómo al jubilarte de las viñas tus descendientes te tomaron el relevo.

Desde luego. A estos les di las viñas de Marrate, San Martín y en Palomarejo, y el resto se las di a los otros. “Y las ovejas… -pregunté- ¿quién las quiere?”. “Por nosotros como si las regalas”, me contestaron.

.- Las ovejas son muy esclavas, Félix.

Pues fíjate -cuenta Iñaki-, las vendió y luego las tuvo que volver a comprar.

.- ¡Qué dices!!

Que te cuente, que te cuente.

Bodega El Otero

SENTADOS en torno a una mesa, la conversación va sola, sin que nadie consulte el reloj.

Pues aquello fue, cómo le iba a decir yo, que un hijo dijo que no las quería, entonces las vendí. Luego me dijo que las quería, vuelta a comprarlas al que se las había vendido, pero perdí 8 ovejas y 2 carneros, pero se las compré. “Ahí tienes otra vez las ovejas”, le dije a mi hijo. Y se quedó con ellas.

No es por alabarme a mí mismo -sigue el abuelo-, pero en Labastida yo era el mejor pastor.

.- Ese es un título: sois los nietos del mejor pastor de Labastida.

Jajaja, ríen los dos con una sonrisa de satisfacción.

“Lo que hacía yo con las ovejas, no lo hacía nadie. Conmigo pasaban por una senda muy estrecha, que se llamaba senda de herradura, a un lado había un muro de piedra y al otro lado una finca de cereal. Pasaban de una en una por un lugar muy estrecho ayudado por Zagala, mi perra pastora vasca.

O las tenía pastando al lado de una viña, sin pisarla siquiera. Tuve otra perra que la llamaba Rosi… ¡Qué recuerdos!

Bodega El Otero

TIENEN tantos años las cepas, que en Marrate forman parte de la familia.

.- Volviendo al vino, Félix. ¿Con qué vino te quedas, el que elaborabas tú o el que hacen tus nietos?

Cuando yo trabajaba y elaboraba vino… me gustaba más aquel, porque era mío. Y la que le digo, cuando venían a probar el vino, mi vino les gustaba a muchos.

.- ¿Qué te parece el vino que hacen hoy tus nietos?

¿Éstos?

.- Aitor e Iñaki.

Es un vino bueno.

.- Decir “bueno” es poca pasión de abuelo.

Jajaja. El vino de mis nietos es el que más me gusta ahora.

Bodega El Otero

«QUEREMOS hacer un vino que encaje tanto en nosotros como en el mercado».

.- Hablemos con los bodegueros, Félix. ¿Qué vino queréis hacer, Aitor e Iñaki?

En principio –contesta Aitor- lo que queremos tiene que encajar tanto en nosotros como en el mercado.

Nosotros elaboramos el maceración carbónica con nuestra propia levadura. Eso se nota, porque ha habido clientes que sin saber qué vino les habían puesto, han dicho “jode, esto es Aimarez”. Ahí está lo que nosotros queremos: tener una seña de identidad en el vino.

.- ¿La idea es mantener esa identidad… con qué otros proyectos?

Vamos paso a paso con pies de plomo, viendo otras variantes -dice Aitor-. Pero no queremos renunciar a nuestra filosofía, ni al maceración carbónica.

“Una bodega familiar tiene que tener un buen vino de año”, esto lo dicen los dos hermanos al unísono.

Bodega El Otero

EN LA BODEGA hay penumbra, pero en su cabeza tienen las cosas claras.

“Lo que yo veo -dice Iñaki- es que hay un montón de bodegas familiares que hacen un montón de vinos, con crianzas, reservas… ¿Y qué hacen? Destinan las mejores uvas a los vinos de guarda, a los que vas a meter en barrica. Y luego ¿qué? ¿desprestigias el vino de año?

.- ¿Cuánto vino estáis vendiendo en el conjunto de Euskadi?

Gracias al boca a boca, el 80% de nuestro vino se vende aquí. A nosotros nos funciona el “boca a boca”, eso quiere decir algo. La mejor y la peor propaganda es el “boca a boca”. Estamos contentos con nuestra trayectoria de cinco años.

.- ¿Qué me decís del conjunto de vinos que se elaboran en Rioja Alavesa?

Hay una gran paleta de colores donde elegir en Rioja Alavesa. Aquí la gente puede escoger de todo.

Aquí hay grandes vinazos, vinos muy buenos, como atestiguan los premios internacionales en Burdeos, en Bruselas, en Logroño…

Bodega El Otero

POSAN los tres junto a la bodega El Otero, en el barrio de bodegas de Labastida.

.- ¿Cómo veis a la Comarca vitícolamente hablando?

Al final se está haciendo una selección natural de la gente, porque no basta con decir que tu padre o tu abuelo ya hacían vino, no, no; el mercado realiza una selección natural. O haces las cosas con ganas, con pasión, o retírate –dice Aitor.

“Las bodegas grandes venidas de fuera -añade Iñaki- quieren comprar en Rioja Alavesa, ¿por qué?, porque Rioja Alavesa lo vale”.

.- ¿Cómo es el reparto de tareas entre vosotros?

Los dos hacemos de todo. Cuando hay que estar en el campo, porque hay picos altos de trabajo, los dos en el campo. Y cuando no, los dos en la bodega embotellando. En la poda de las cepas hemos estado juntos, y normalmente vamos a repartir cajas los jueves y viernes.

.- ¿Quién os enseñó a podar?

Nuestro abuelo.

Je, je, ríe Félix.

Bodega El Otero

MANOS de Aitor e Iñaki, viéndose la sombra familiar del abuelo en la viña.

Me acuerdo de ir por delante, de pequeño, con las viñas en vaso, cortando sarmientos con la tijera, dejándoselos largos -recuerda Iñaki-. Eran tijeras manuales, no como las eléctricas de ahora. Mi abuelo me decía “a ver, ponte a podar esa cepa”, y al hacerlo me decía, “a ver, postura”. O iba a podar una espergura y volvía él: “bien rapera”…

.- ¿Quién te enseñó a ti a podar, Félix?

Me bastó con ver a otros cómo lo hacían.

Bodega El Otero

CHOCAN sus copas para brindar por el abuelo.

Ovejas y Viñas.

.- ¿Por qué queríais que estuviera vuestro abuelo en esta conversación?

Es nuestra base. Es nuestro maestro. Como ves, él nos ha enseñado a podar, a desnietar… a casi todo.

.- Es un reconocimiento y un homenaje al abuelo.

“Al abuelo”, dice Félix conmigo.

.- A fecha de hoy ¿les sigues enseñando, Félix?

No. Hoy ya vuelan ellos solos.

Aquí al lado, pegando a la bodega, tiene un huerto -cuenta Iñaki-. Pero en estos últimos años, cuando llega septiembre u octubre, nos dice lo mismo: “Último año que pongo el huerto”, donde planta tomates, pimientos, cebollas… empieza por una esquina y al final lo planta todo entero. “Último año”, “último año”…

Jajaja, ríe Félix.

Pero llega marzo o abril, lo ve con hierba, y nos pregunta “pero qué, ¿no me lo vais a labrar?”.

Bodega El Otero

ALZAR de nuevo las copas para brindar por toda la Comarca vitivinícola.

.- Así que este año volverás a sembrar el huerto.

De momento -nos cuenta Félix- tengo en casa un patio con unas barricas recortadas por la mitad, llenas de tierra, y allá he puesto tomates, que tengo ya la mata crecida.

.- El abuelo, vuestra madre, vosotros, vuestros hijos… Así se engarza la vida.

Yo tengo un hijo, Jon, de 15 meses -cuenta Aitor- y no sabemos qué pasará, pero si tiene vocación por el campo, oye, que siga con el negocio familiar.

“Esto te tiene que gustar”, incide Félix.

.- Lo habéis dicho antes: “ganas y pasión”.

Eso pasa como con las ovejas, que a mí me gustaban mucho, pero mucho.

Bodega El Otero

EN LA tierra de los Quintano, siguen palpitando historias de viñas y vinos.

.- En Elvillar se ha jubilado otro de cabrero, pero de vez en cuando le pide a un colega que le deje unas cabras para irse de cabrero con ellas.

Jajaja, vuelve a reír Félix.

Mi abuelo suele decir: “si tuviese 20 años menos, me compraba un rebaño de ovejas”.

.- ¿Cómo afrontáis los próximos cinco años?… ¿Cómo queréis desarrollar vuestro proyecto?

El vino no tiene previsiones a tantos años. A dos años ya es un futuro. Queremos ir día a día, y poco a poco, con los pies en el suelo.

.- ¿Con qué herramientas?

Con humildad y trabajo, sobre todo. “Tirando para adelante”, como siempre dice nuestro abuelo.

6 respuestas a “Señas de identidad en Labastida”

  1. Jon Andoni Rementeria dice:

    Bonita entrevista. Y un detalle que Felix haya sido partícipe de la misma.
    Hay que darse cuenta que el futuro que hay en las viñas y en Rioja Alavesa es gracias al Pasado. Mucha gente como Felix han contribuido a alcanzar a lo que somos hoy en día.

    Aitor e Iñaki, que les conozco personalmente, ya tienen bien aprendida la viticultura en Rioja Alavesa. Muy buenos vinos !! Buenísimos vinos , espléndidos vinos …
    Enhorabuena familia .
    El trabajo, el buen trabajo tiene siempre recompensa. Y ya se ven los resultados.
    A cuidar las viñas para la cosecha 2019 !!!!
    Un saludo familia.

  2. Begoña Tudela dice:

    El final de la conversación me parece formidable:

    «Con humildad y trabajo, sobre todo. “Tirando para adelante”, como siempre dice nuestro abuelo».

    Precioso final, tras la pregunta sobre cuáles son sus herramientas.

  3. Pedro dice:

    Muy humana, instructiva y completa la entrevista.
    Muy buenos vinos.
    Y una gran familia de viticultores se está consolidando en La Labastida.

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Muchas gracias, Pedro Olabarrieta. Es hermoso que de una conversación cercana y auténtica, hagáis un homenaje. Saludos cordiales.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Recibe nuestras novedades

Newsletter

Acepto que Blog Rioja Alavesa utilice mis datos para acciones de marketing

Rioja Alavesa
Hazi
Cuadrilla de la guardia