Otra de esas nuevas experiencias de las mías, tan bonita como gratificante. Y no sé porqué ni de qué manera ha llegado.
Iñaki Alvarez Ircio *
La mañana del sábado 30 de noviembre me tocó hacer de guía de los casi cincuenta caminantes que vinieron a visitar mi pueblo, Salinillas de Buradón, primer pueblo de Rioja Alavesa viniendo de Vitoria, único por donde pasa el camino de Santiago.
La excursión la había promocionado el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco para dar a conocer el Patrimonio Cultural de Rioja Alavesa, en este caso vinculado a un tramo del Camino de Santiago. Los visitantes eran fundamentalmente alaveses, pero también hubo vizcaínos.
Me cuentan que ésta ha sido la tercera salida cultural que realizan. En las otras dos visitaron Deba (Gipuzkoa) y Markina (Bizkaia). En este caso han querido combinar las explicaciones de una historiadora, Itziar Aloria, y el testimonio de un vecino de Salinillas.
Un servidor ya tiene algunas tablas de lo que es hablar en público, pero una cosa es subirse a un escenario donde no ves a nadie y se multiplica por cien el número de personas y otra diferente ponerte en medio de un grupo micrófono en mano y sin ningún tipo de guión, e improvisar tu discurso sin haberle dado forma.
No voy a decir que estaba nervioso, no lo estaba, pero sí con una cierta dosis de intriga, ¡a ver qué demonios les cuento a esta gente que les interese y no les aburra!!! Pues parece que la citada experiencia ha pasado de notable, me he mostrado tal como soy sin ningún tipo de alarde, he intentado darle un toque de humor y más de una sonrisa he escuchado.
El tiempo fue benigno y nos dejó dar una vuelta con cierta tranquilidad. Les he comentado cómo funciona el pueblo, sus costumbres, su forma de vivir, su gastronomía, calendario de fiestas… en fin, esas cosas que un servidor conoce de primera mano, dejando las más técnicas para mi compañera de reparto, Itziar Aloria, que para eso es licenciada en Historia.
Hemos visitado la iglesia Inmaculada Concepción, el Palacio de los Condes de Oñate, los dos Arcos que dan entrada y salida al pueblo, hemos callejeado un ratito… en definitiva, se trataba de dar a conocer a nuestros ilustres visitantes la grandeza de este pueblo tan pequeñito como acogedor.
Les he contado verdades formidables, como que en Salinillas funcionamos muy unidos. De tal manera que las Navidades las celebramos juntos en la plaza del pueblo, para que nadie se quede solo en estas fechas tan señaladas.
Les he dicho que somos un pueblo con una gran inquietud artística y cultural, y con una gran capacidad para el disfrute colectivo en las diferentes sociedades que palpitan en el pueblo.
Tras una hora larga, tiene uno la sensación de que se han ido con ganas de volver, lo cual significa que les he convencido… o al menos eso me ha parecido a mí.
Bonita experiencia, gratitud a los que me habéis encomendado este honor, y con ganas de repetir. Un abrazo a todas y todos los que nos habéis visitado. Nos vemos cuando queráis aquí en mi pueblo. En Salinillas de Buradón os espero.
Mil gracias y hasta siempre!
* tan actor como pintor, de Salinillas de Buradón.
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Un texto te llega y te toca cuando, de repente, quieres que llegue un día de sol para viajar a un lugar como este de Salinillas por el que han pasado tantos viajeros a pie camino de Santiago.
Será por eso, o por la frescura espontánea con la que lo cuenta el narrador, o por el ambiente familiar que se respira en un lugar donde no quieren que en fechas navideñas alguien sienta el zarpazo de la soledad. Algo hay aquí. Algo bonito
Muchas gracias, Begoña Tudela. Calor humano y viejos caminos de la historia. Un cordial abrazo.
Eskerrik asko Begoña, bonitas palabras.
¿Eras tú una de las visitantes?
Muchas gracias, Iñaki Alvarez Ircio. Saludos!!