Los grupos que en la Prehistoria de Rioja Alavesa enterraron a sus muertos en cuevas y abrigos podrían haberse especializado en el pastoreo. Y los que construyeron los monumentos megalíticos en el uso de tierras de cultivo.
Conchi de la Rúa*
El alto Valle del Ebro es una tierra llena de historias individuales y colectivas, cuyos ecos llegan hasta nosotros a través de los restos humanos enterrados en las cuevas y sepulcros existentes en el paraje conocido actualmente como Rioja Alavesa.
Los esqueletos recuperados -de mujeres, hombres, niños, jóvenes y ancianos- son protagonistas de una historia que los investigadores tratamos de reconstruir.
Al igual que el viento es capaz de arrancar melodías al chocar con las piedras sepulcrales, los científicos somos capaces de leer una historia escrita en los huesos. Cómo eran, vivían y morían nuestros antepasados, es una historia de rivalidades y de integración de grupos humanos que formaban sociedades complejas y diversas.
EL RÍO EBRO a su paso por Lapuebla de Labarca.
La naturaleza ha favorecido la conservación de sus esqueletos hasta nuestros días, tanto los escondidos en el suelo de cuevas y abrigos como los alojados en impresionantes sepulturas megalíticas. Los caminos que recorremos entre estas tierras fecundas, también fueron pisados por nuestros antepasados, cuando hace milenios buscaban un lugar donde establecer sus poblados, sus rebaños y sus cultivos. Toda la zona de Rioja Alavesa fue el lugar elegido por los primeros agricultores y ganaderos que remontaron el río Ebro en el Neolítico hace unos 6000 años.
La presencia de animales domésticos en esas fechas en enclaves como el Abrigo de Peña Larga (Kripan), atestiguan el contacto temprano con gentes de fuera, portadoras de las técnicas de domesticación de animales y plantas, nuevas formas de vida que se iniciaron en el Creciente Fértil unos 10000 años atrás.
Este contacto, tuvo una influencia diferente en distintos lugares de Europa. Los datos de ADN mitocondrial de las poblaciones antiguas indican que la dispersión de los campesinos neolíticos desde su foco de origen (Próximo Oriente), tuvo un impacto genético diferente en el Norte Peninsular respecto a la región mediterránea y al Centro de Europa, diferenciación que se observa en los estudios de ADN de diversas poblaciones antiguas del País Vasco (Hervella et al. 2012)
DIFUSIÓN de la agricultura y la ganadería desde el Próximo Oriente.
En la zona de la Rioja, los yacimientos de San Juan ante Portam Latinam (Laguardia) y Longar (Viana), que albergaban un número elevado de esqueletos, muestran diferencias genéticas en la composición de los linajes mitocondriales y en la mutación del gen de la lactasa que permite digerir la lactosa de la leche, cuyo consumo fue posible tras la domesticación de los animales. La frecuencia de la persistencia de la lactasa fue mayor en San Juan ante Portam Latinam (SJAPL) que en Longar (31% vs 14%) (Plantinga et al., 2012)
Patologías dentarias reflejo del consumo de carbohidratos relacionados con la agricultura.
Asimismo, algunas mutaciones del ADN mitocondrial originarias del Próximo Oriente (como el haplogrupo J) se han detectado en SJAPL pero están ausentes en Longar (de la Rúa et al. 2015)
YACIMIENTO de San Juan Ante Portam Latinam, en Laguardia.
Además los datos de las patologías dentarias detectadas en los restos humanos de estos dos yacimientos, indican un consumo más intensivo de cereales en Longar que en SJPL (de la Rúa y Arriaga, 2004)
Siendo SJAPL y Longar los enterramientos más numerosos de esta región, podemos considerarlos representativos de la diversidad y de los grupos humanos a partir Neolítico.
Estudios recientes sobre la complejidad social en el Valle del Ebro a finales del Neolitico, han analizado el significado de la variabilidad funeraria en el área de la Rioja, donde existen dos tipos de enterramientos contemporáneos (cuevas y sepulcros megalíticos).
JESÚS ALTUNA en Los Husos (1968) trabajando las huellas del pasado.
Fernandez-Crespo et al. (2016 y 2017) tras estudiar la composición demográfica e isotópica de yacimientos en cuevas (La Yurdinas II, Los Husos I y Peña Larga) y en sepulturas megalíticas (El Sotillo, Alto de la Huesera, La Hechicera y Longar) proponen que el significado de estos enterramientos puede relacionarse con la existencia de diferencias sociales y en el modo de subsistencia de los grupos humanos que habitaron esta región desde el Neolítico.
TUMBA prehistórica de Longar, en Viana (Foto Julio Asunción)
Los grupos que enterraron a sus muertos en cuevas y abrigos podrían haberse especializado en el pastoreo y los que construyeron los monumentos megalíticos en el uso de tierras de cultivo. También podría existir una diferenciación social, representando los megalitos un ritual de enterramiento relacionado con un rango social más alto (Fdez-Crespo y Schulting, 2017).
DOLMEN de la Chabola de la Hechicera, en Elvillar.
Estos datos dan cuenta de la existencia de sociedades complejas en las que se interrelacionan factores económicos (tipo de subsistencia: pastoreo/cultivos), sociales (estatus diferenciales), geográficos (ocupación de sierra/valle) y biológicos (influencia genética diferencial del Próximo Oriente).
En esta situación no es difícil imaginar la existencia de conflictos, que también han dejado su huella en los esqueletos. Son numerosas las evidencias de violencia interpersonal (heridas por punta de flecha, fracturas de huesos del antebrazo y del cráneo; algunas de estas heridas pudieron causar la muerte)
Sin embargo, resulta difícil precisar si se trataba de conflictos puntuales o bien el resultado de rivalidad entre distintos grupos, dada la complejidad generada en el Alto Valle del Ebro con la Neolitización y el aumento de densidad de la población.
*Catedrática de Antropología Física UPV/EHU.
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Qué interesante me parece ahora la labor de los científicos y antropólogos. Muchas gracias por esta sabia lección de las que algunos no teníamos noticia y que ahora la vemos tan cercana y accesible explicada por Conchi de la Rúa. Me ha gustado mucho
Muchas gracias, Karmele.
Uno de los rasgos distintivos de esta maravillosa comarca natural de Rioja Alavesa- Sonsierra que establece un Paisaje Cultural diferenciado y singular es que el 100% de los dólmenes encontrados en el ámbito de la Denominación están aquí, en Rioja Alavesa-Sonsierra. Así que hay que ser muy cuidadosos con las palabras : ni Rioja genérico ni Alto Valle del Ebro., mejor llamamos a las cosas por su nombre: Rioja Alavesa-Sonsierra.
Gracias, Miguel Larreina.
He leído una gran parte de artículos y entrevistas del Blog. Es un hermoso territorio. No me refiero solo al paisaje. Estoy gratamente sorprendida por la variedad y la calidad de los temas y las personas que en él aparecen. Profesional y humanamente. Escritores, etnógrafos, prehistoriadoras, artistas, campesinos, bodegueras… Es para felicitarles.
El artículo de la profesora, donde plasmo mi comentario, me parece inspirador. Menuda tarea tan apasionante, de campo y de microscopio. Le felicito señora Conchi de la Rua.
Muchas gracias, Sarah Aldrich, por su generosa valoración. Saludos cordiales.
Estas visiones desde la academia, desde la universidad siempre son interesantes, aportan hondura y seriedad a la Comarca y a Euskadi.
Muchas gracias, Rafael. Saludos!
Me encanta que distintas personalidades y disciplinas estudien y complementen la visión de Euskadi, en este caso de Rioja Alavesa. Es de agradecer.
Muchas gracias a ti, Lea Madariaga. Saludos!
Muchas gracias a todos los que habéis escrito algún comentario sobre mi artículo.
Mi objetivo era explicar la importancia de esta región en la transformaciones culturales y genéticas de los grupos humanos desde el Neolítico.
Somos lo que somos como resultado de un pasado. Nuestra biologia esta plagada de ejemplos que explican nuestra evolución. Me alegra, por tanto, comprobar vuestro interés por este conocimiento.
A veces la investigación genera nuevas preguntas, así que aún queda mucho por descubrir y esperamos seguir contándolo!
Muchas gracias por vuestro interés!
Saludos
Conchi
Muchas gracias, Conchi. Saludos cordiales.
Interesantísimo artículo de la catedrática Conchi de la Rúa.
Me gusta empezar mi itinerario desde «el dolmen de la hechicera».
Su artículo es para mí una aportación desde un punto de vista científico que me ayuda a dar una mejor explicación de la cultura de Rioja Alavesa.
Gracias y gracias también al blog por esta información.
Gracias, Amelia. Saludos cordiales.