“A saco a pesar de las crisis”, dice, explicando que es un ‘a saco’ más pausado, “porque ahora la situación te obliga a pensarlo todo mucho más, a trabajar con más sentido, con más intensidad, con más sensibilidad”.
ANOCHE retornó de Galicia. Hoy estaba en Bodegas Lanzaga (Lanciego) a primera hora.
La entrevista con Pablo Eguzkiza -que junto a Telmo Rodríguez forma uno de los tándem bodegueros más prestigiosos de Rioja Alavesa y del conjunto del Estado español- la llevamos a cabo en tiempo de pandemia, cuando el Covid-19 ha infectado en el mundo a más de 4,7 millones de personas.
En los últimos tres meses el virus ha colapsado ciudades y regiones de los cinco continentes. En lo que a España se refiere, acaba de aprobarse en el Congreso de los Diputados la quinta prórroga del estado de alarma, en el que llevamos ya dos meses y cinco días.
EGUZKIZA se hace una foto ante la cristalera, confundiéndose con el Paisaje de la Comarca.
La entrevista con Pablo Eguzkiza es por teléfono móvil, mientras este miércoles 20 de mayo de 2020 volvía en coche desde Galicia (Ourense), donde en estos meses ha viajado en varias ocasiones para ver cómo quedaban los injertos que se han realizado en algunas viñas, y cómo van las obras de un pazo que están restaurando en el pueblo de Valbuxan.
EN este último viaje, ha podido ver floridas las uvas de Mencía.
JUNTOS Telmo y Pablo, de tal manera que ambos hablan en primera persona del plural.
Pablo Eguzkiza y Telmo Rodríguez son un caso singular, porque recuperando viñas y variedades, amando con entrañas su trabajo, creando bodegas y vinos de una envergadura humana… poliki-poliki a fecha de hoy tienen viñedos y vinos en ocho Denominaciones de Origen, desde Galicia a Málaga, pasando por Labastida y Lanciego.
Cuando a finales de febrero de este año se empezó a comentar que en 2020 no se celebraría la Feria ProWein de vinos más importante del mundo, Pablo Eguzkiza estaba en Londres. Sin tiempo que perder, empezó a tomar decisiones de futuro.
ESTE 2020 se suspendió ProWein… hasta el próximos 2021.
“Entonces me di cuenta de la que se nos venía encima, y comenzamos inmediatamente a pedir todo tipo de material auxiliar para la bodega: botellas de cristal, corchos, etiquetas… Entre el 23 y el 28 de febrero nos hicimos con todo lo que íbamos a necesitar estos meses… Cobre, azufre, etc., etc.”.
La otra cuestión importante es que los veintidós trabajadores de Bodegas Lanzaga, en Lantziego, estuvieran tranquilos.
“En ningún momento nos hemos planteado hacer un ERTE, no queriendo que la gente se pusiera nerviosa. Además, somos una pequeña familia. Miramos caso por caso, algunos con niños pequeños o con padres mayores que atender, los enviamos a casa con teletrabajo, otros están rotando en la oficina”.
DESDE esta bodega cuasi enterrada, Pablo atiende todo el viñedo que tiene en la cabeza.
La bodega sigue trabajando igual. “No podemos dejar de embotellar ‘Las Beatas’ por ponerte un ejemplo. Respecto a las viñas, están bien atendidas por el equipo de trabajo de campo fijo, que si desniete, espergura, etc., … Ya veremos qué pasa con los trabajadores temporales que vamos a necesitar”.
.- Entonces no has dejado de viajar en coche.
Quien ha dejado de viajar por el mundo ha sido Telmo, pero yo no he parado de hacerlo por España. Como el Gobierno declaró al vino un «servicio esencial», he viajado en varias ocasiones a Galicia, yendo y volviendo el mismo día, con los restaurantes y hoteles cerrados. Por primera vez en estos meses, en este último viaje de ahora me he podido quedar dos días, durmiendo en un hotel con todas las medidas de seguridad, tomando el desayuno en la habitación.
EN su último viaje, Pablo contempla los bancales de viñas de Ourense.
.- ¡Qué viajes tan particulares habrás hecho!
Imagínate, con las carreteras desiertas, parando a repostar en gasolineras que te trataban casi como si fueras un leproso, sin poder parar a tomar un café o comer un menú… Dándome cuenta de algo fundamental: el formidable servicio que han prestado al país los camioneros.
.- Si ellos hubieran parado… se habría parado el país entero.
¡Por supuesto! El vino que vendemos hoy es gracias a ellos. Qué decir de toda la alimentación de los supermercados. Han trabajado como siempre, pero en condiciones mucho más duras.
HAY bancales de viñas galegas que enamoran…
.- ¿Qué tiene Galicia que “su amistad procuras”, como diría Lope de Vega?
Telmo y yo viajamos a Galicia por primera vez en 1993, hace 27 años, cuando yo tenía pelo, jaja. Y volvimos en 2001 para comprar nuestra primera finca. Así nos hemos hecho con O Diviso, A Falcoira y As Cabarcas. Unos bancales increíbles, que aseguran fueron plantados por los romanos hace 2000 años.
PRIMER viaje de ambos a Galicia, conversando con un viticultor que porta una podadera.
Si me pongo a hablarte de los viñedos en terrazas… te lleno el Blog. Todo se hace a mano, una aventura por no decir una locura maravillosa. Si las miras en perspectiva, aquí tenemos terrazas “infinitas”, de ochenta alturas diferentes. En cada terraza entran dos líneas de cepas, con apenas dos metros de anchura.
.- ¿Cómo se llama toda esa zona, además de “bendita pasión”?
Es la Ladeira do Xil (lo ponemos con X entre nosotros para darle un toque euskaldun). De hecho, uno de los vinos se llama Gaba do Xil (Noche de Xil), en euskera y en galego. Ahora estamos restaurando con mucho cariño un pazo abandonado. Un pazo humilde, protegiendo el paisaje, para hacer algo que quede en el tiempo. Nada de naves industriales, no. Queremos recuperar viñedos. Sentir el alma del paisaje de los pueblos Las Ermitas y Santa Cruz, en Ourense, donde tenemos repartidas un total de 27 hectáreas de vid.
BANCALES de la zona galega, en perspectiva.
.- “Hacer algo que quede en el tiempo”, una obra que perdure, dices.
Nosotros queremos ir más lejos, haciendo algo que nos emocione de verdad, Julio. No buscamos cosas prácticas. Es tal la emoción, que estos meses de lío (por el coronavirus) he venido y he vuelto en el día para ver injertos, o para comprobar in situ cómo queda una ventana… Diez horas de coche. Tengo 57 años y una pasión en danza con esas ocho hectáreas de viñedo abancalados (en bancales).
VENTANA que puede justificar un viaje a Galicia…
.- ¿Qué te preocupa como bodeguero de «la que está cayendo»?
Las distancias del mundo han vuelto. El mundo es más global que nunca, sí; y, a la vez, ahora vamos a necesitar producir las cosas esenciales en cada país, para contar con stock de seguridad. Eso quiero decir, cuando indico que «las distancias han vuelto».
Me preocupa el miedo exagerado que tiene todo el mundo. Lo frágiles que somos. Ha de haber un término medio. Te confieso que el miedo de la gente me asusta.
«HAY que ser un optimista bien informado».
.- Tú eres optimista.
Hay que ser un optimista bien informado. Sí, cambiaremos las estructuras de la industria, consumiremos de forma diferente… Ahora todo el mundo quiere vender vino online a través de las web, e instaurar el tele trabajo en sus empresas, qué decir de los canales de distribución, o las plataformas de venta de vinos.
.- ¿Cómo ves el próximo año?
Vamos a pasar un año muy justo, pero habrá que invertir como si no pasara nada, aunque luego -como creo nos pasará a nosotros- sólo vendamos la mitad. Y haremos una buena vendimia. Y confiamos que siga habiendo vendimiadores temporeros. En Lanciego estamos trabajando más que nunca, si cabe. Yo estoy a tope, y los demás también.
PABLO y Telmo, en primera fila, junto al Diputado General de Álava. (Archivo del Blog).
.- ¿Cómo estáis abordando entre todos este difícil momento?
Para empezar no hemos bajado la guardia en la exigencia de la calidad en la producción. Queremos que el viñedo esté mejor que nunca. Hemos celebrado además varias reuniones de «tormenta de ideas» para ver cómo podemos incentivar la venta y el negocio.
.- Y…
Vamos a sacar -te cuento un proyecto- una caja mixta con vinos de viñedos excepcionales de todo el Estado. Los vinos serán: Las Beatas, Tabuérniga, La Estrada, El Velado, Falcoira, As Cabarcas, O Diviso, Molino Real (vino dulce de Málaga), Pago de Jara (Toro) y el Arrebatacapas (de Gredos). Están a punto de salir todos juntos al mercado.
EN Bodegas Lanzaga, Pablo compuso hoy esta fotografía para el Blog.
.- ¿Qué os enseña esta crisis?
Que tenemos que tirar para adelante, apoyando a nuestra gente, trabajando para que ninguno de los nuestros caiga en la depresión… porque no sólo hay que saber atender a las viñas, hay que hacerlo con las personas que trabajan con nosotros.
Además, la crisis nos ha enseñado que hay que ser optimistas. Y que todo el país no puede parar. Que hay que cuidarse, sí, pero que las empresas deben ponerse manos a la obra, para que la Economía mantenga el pulso.
.- ¿Tiene ‘anchas espaldas’ la Bodega para aguantar el tirón?
EL viticultor y enólogo junto a una de sus encinas, por las que siente devoción. (Archivo Blog).
Espero que sí. El problema es lo largo que sea el tirón. Hay que tener la cabeza mejor amueblada que nunca y no pasar del confinamiento en las casas a actuar como si ahora con la desescalada “todo fuera jauja”.
Hay que poner los medios para que nos cuidemos sanitariamente hablando, y a la vez hay que cuidar la Economía. No podemos luchar contra las pandemias como lo hacíamos hace diez siglos.
BALCONADA del Pazo de Valbuxan que están restaurando.
.- ¿Dónde asientas tus esperanzas de futuro?
Te he dicho que soy optimista. Quiero estar informado sobre dónde vamos, sobre dónde va el mundo a partir de ahora. Pero yo no me desmotivo nunca.
CEPAS de Mencía de As Caborcas, en Ourense.
.- ¿En qué razones asientas tu motivación?
En la vida misma. Confío en que nos ayudaremos unos a otros de manera activa. El trabajo de los bodegueros es menos importante que el de los médicos o los transportistas. Pero hacemos que la gente disfrute con el vino. Lo importante es que hacemos lo que realmente queremos.
.- Como… en aquel libro que escribió la enfermera australiana…
Exacto. Se llama “Los cinco arrepentimientos de los Moribundos”. Se centra en los arrepentimientos de la gente que ella conoció antes de morir como enfermera.
.- El libro es de Bronnie Ware. La gente se arrepiente de no haber hecho lo que realmente quería, de haber trabajado demasiado, de no expresar sus sentimientos…
PORTADA del libro de Bronnie Ware, que se convirtió en un ‘superventas’.
Bueno, la vida está pasando hoy. Ahora es el momento de vivirla. Telmo y yo hemos hecho y hacemos lo que realmente queremos. Aunque en lo de trabajar menos…, jaja.
.- ¡Qué suerte, Pablo, la de vivir en el Paisaje!
Sí. Yo me crié en una valle muy verde de Navarra, el valle de Araitz. Pero hoy disfruto de paisajes muy diferentes, como el de la Axarquía malagueña. Y me gustan los páramos secos de Burgos y Segovia, las terrazas infinitas do Xil, los muros de piedra seca de Lantziego. Es como aprender a escuchar músicas diferentes.
No sabes cómo me alegro de haber ido siempre más lejos. De reconocernos en la diversidad. De hacer algo que nos emociona de verdad.
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Qué gozada de entrevista… tiene de todo. Son palabras que entran como los mejores vinos, sea un domingo, un martes e incluso un jueves como hoy. Enhorabuena por este diálogo de carretera… que es la vida
Muchas gracias, Arene Amezaga. Un cordial abrazo que vale para un sábado, un viernes, e incluso para un lunes.
Hay entrevistas de las uno aprende, ¡y cómo!
Ah, leí el libro de la enfermera australiana. Lo he dejado tantas veces a diferentes amigos que le he perdido la pista. Pero recuerdo tres de los cinco arrepentimientos de las personas a cargo de Ware en los cuidados paliativos.
No haber tenido el coraje de hacer lo que realmente se quería, haber trabajado demasiado, no haber dicho a la gente querida lo que se sentía por ellas… Desde que lo leí, a menudo me suelo preguntar si me esfuerzo lo suficiente por cumplirlo.
Muchas gracias.
Muchas gracias a ti, Jon Artetxe. Creo que los otros dos arrepentimientos son «no haber vuelto a tener contacto con los viejos amigos» y «no haber sido más felices». Hay sobre este último aspecto un poema de Jorge Luis Borges. Viene a decir que lo único imperdonable para los humanos es que, pudiendo haber sido más felices, no lo hayamos sido:
«He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz.
…
Un cordial abrazo!
Gente valiente y con criterio…!
Gracias, Begoña Tudela. Saludos!
Me hubiese bastado leer las tres primeras líneas de la entrevista con Pablo, para ya quedarme satisfecho de lo leído.
Me refiero a lo sigiente:
«…porque ahora la situación obliga a pensarlo todo mucho más, a trabajar con sentido, con más intensidad, con más sensibilidad»
¡Qué postura más equilibrada y racional y qué mensaje más interesante en estos momentos de zozobra, miedo, y algún que otro desvarío en nuestra querida Rioja Alavesa!
Pero he seguido leyendo, con optimismo, la entrevista, y no me ha decepcionado de mi primera impresión. Destaco, de la estupenda entrevista, dos nuevas frases que, de nuevo, me han hecho reflexionar:
La primera, «En estos momentos hay que tener la cabeza mejor amueblada que nunca», y la segunda, que reconozco que me ha encantado, «Sentir el alma del paisaje de los pueblos»
No se puede decir mejor.
Muchas gracias, F. Bujanda Ciordia. Un cordial abrazo.
Me gusta la entrevista y la forma de entender la vida «palante». Yo también sé mucho de lo que supone dejar muchas cosas cómodas por dedicarte a lo que verdaderamente te gusta y te da la vida.
Zorionak
Eskerrik asko, Josean Larrañaga, querido Urko. Un cordial abrazo.