El gran escultor y pintor del renacimiento italiano, Michelangelo Buonarroti (1475-1564), más conocido por Miguel Ángel, pintó en la Capilla Sixtina -por encargo del papa Julio II- “la creación de Adán”, la creación del primer hombre.
EL MÁS famoso fresco de Miguel Ángel, pintado en la bóveda de la Capilla Sixtina.
El pintor imagina pictóricamente ese momento en el que Dios (según el libro del Génesis 1,26) después de creados Cielos y Tierra, crea con su ruah, su aliento de vida, a un ser a su imagen y semejanza.
El poder de la pintura de Michelangelo está situado en las manos que se acercan hasta casi tocarse con las puntas de sus dedos índices, una alegoría perfecta del origen del ser humano a través de la búsqueda de lo divino.
EL DEDO índice de Dios casi toca, otorgando la vida, según el Génesis.
Hasta ahí Miguel Ángel y el fresco más famoso de los muchos que hoy adornan la bóveda de la Capilla Sixtina (que mide 570 centímetros de largo por 280 centímetros de alto).
Partiendo de esa obra, alguien muy fresco ha pintado con sentido del humor, pero con buena fe, una versión bien diferente.
EL artista ha propuesto con sentido del humor y buena intención otra versión del Génesis.
Como si el vino fuera un santo sacramento -que en la consagración eucarística lo es-, nos ha invitado a pensar que antes de crear al primer hombre, Dios ya había creado el vino, incluso las botellas de vino y las copas de cristal; y tras crear a Adán, le invita a brindar por la vida de la Humanidad entera.
Un Blog como el nuestro no podía sustraerse al más famoso cuadro de Miguel Ángel sobre los relatos del Génesis. Ni tampoco a este guiño de afecto para los vitivinicultores de Rioja Alavesa. La nueva ‘alegoría’ vendría a decirnos que con vino y buena compañía está asegurado el paraíso, tanto el terrenal como el celestial.
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MAGNÍFICA versión «actualizada» del Génesis. Humor y vino fundamentales. Y como bien dices, nos transporta directamente al Paraíso terrenal. ¡Bravo, Julio!
Muchas gracias, Alfredo Postlethwaite. Saludos cordiales.
Tiene calidad artística y expresa una realidad:
El vino fruto de la vid y del trabajo del hombre completa esa realidad y es recibido por otra mano imprescindible, el que lo consume, y pone en valor ese trabajo y esa calidad de vino.
Tenemos que analizar y valorar cada día más esa mano que sostiene la copa.
Esa copa que se sostiene por infinitas manos de mujer y de hombres.
Muchas gracias, Victoria Cañas. Es hermoso que en esa mano veas infinitas manos de mujeres y de hombres. También que quieras analizar y valorar más cada día la mano que sostiene la copa. Saludos cordiales.
Ahí va eso. Mi aita lo decía de vez en cuando: Que la suma de un buen vino (de Rioja Alavesa, añado yo) y una compañía amiga es un placer de los dioses terrenales. Vamos, que sí, que nos pone el Cielo a tiro.
Estupendo, Txiki. Muy de acuerdo con tu aita. Muchas gracias. Romanos o griegos, hace 2000 años, ya tuvieron en su mitología un Dios del Vino, fuera Baco o Dionisios. Por algo sería, ¿no? Saludos!
El vino marida a la perfección con el arte. Con la comida de cien culturas, con la Historia, con la diversidad de este blog. Con los 20 pueblos de Rioja Alavesa y sus miles de hogares. El vino es la mesa, el manjar, la alegría y el chispazo para mil encuentros, incluido el abrazo con el Renacimiento italiano. Tan sencillo, tan exquisito, para palacios y establos, el vino en su compleja sencillez. El vino para poetas y sumilleres. Ah, el vino marida con la vida en su extensión.
Muchas gracias, Lourdes Canto, por tu copa de palabras, donde reposa un texto para la vida en su extensión. Me lo bebo a tu salud. Saludos cordiales.
¿Por que no se tocan?
Buena pregunta, Abel Rivera. Muchas gracias. No soy especialista en Arte, ni en Literatura Comparada e Historia, y este asunto que planteas sería más apropiado para una experta o experto en Iconografía Medieval… Me atrevo a decir, sabiendo como sabemos que Miguel Ángel era pintor y escultor, que esta obra suya, llena de alegoría y determinación creadora, muy personal, parece indicar que el autor ha retratado una instantánea del momento justo en que Dios se prepara para dar vida a la obra de sus “manos” (en el Génesis está escrito que «… modeló al hombre con arcilla del suelo y sopló en su nariz un aliento de vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente»).
Saludos cordiales.
Muy buena obra! Se conoce al autor? Saludos desde Buenos Aires, Argentina
Gracias, Francisco. Si te refieres a «la obra» en la que se ha incorporado la botella de vino y la copa… ya te digo, alguien muy fresco y con sentido del humor.