Ene 14, 2018

La Makila vasca, como el buen Vino

¿En qué se parecen los buenos vinos y las makilas? Aparentemente en nada. Y aún así…

Makila vasca

UNA MAKILA bajo los cielos de Euskalherria… ¡Son miles las que hay en esta tierra!

Aquella mañana me encontraba en Irun hablando con Beñat Alberdi en su taller de makilas -que puso en marcha su aitona Joxe Alberdi-, el único taller de makilas de todo Euskadi sur, cuando utilizó las palabras exactas para que decidiera traerlas y acomodarlas en este Blog.

Julio Flor / Irun.

La makila es el bastón tradicional vasco, un icono a través del cual se muestra respeto y reconocimiento a la persona que, una vez en la vida, la recibe como regalo. Un bastón único, porque en ninguna otra cultura se marca la madera cuando aún está viva en el árbol. Es un trabajo combinado entre la tarea del artesano que va en busca del níspero a los bosques del Pirineo vasco y la madre Naturaleza. Aquí hay varios componentes: campo abierto, árboles, fuego, artesanía, amor…

Pero tranquilidad, eh!, mucha tranquilidad, que aún no he desvelado en qué se parecen las makilas y los buenos vinos.

Makila vasca

BEÑAT ALBERDI, a las puertas del taller que abriera su aitona en 1948.

Tras hablarme Beñat de aquella manera que luego leeréis, decidí simbólicamente regalar con este artículo una Makila de honor, estima y admiración a las gentes de Rioja Alavesa, desde la tradición vasca, para mostrarles un respeto profundo a las más de treinta generaciones de vitivinicultores de ayer y de hoy que llevan cultivando la tierra y elaborando vino durante mil años.

Eso mismo ocurre con las makilas desde hace centenares de años. Es una tradición que pasa de padres a hijos. En la familia de Beñat, la historia comenzó con su aitona Joxe Alberdi Arruti, al que siguieron sus hijos Joxe Manuel Alberdi, e Iñaki Alberdi. Ahora está Beñat al mando de la única empresa de makilas de Euskadi sur que las elabora a mano con el procedimiento antiguo.

Algo hermoso le pasó a Beñat, pues dejó su trabajo en una multinacional para entregarse a una tradición de la que habla con pasión. De hecho, antes de grabar las primeras palabras de la entrevista, Beñat Alberdi tomó en sus manos algunas varas de níspero, diciéndome que «tienen alma y poesía».

.- Poesía, ¿eh?

Makila vasca

BEÑAT en el taller de makilas con la foto de su aitona, delante de un bosque pintado de nísperos.

Sí, porque todas están marcadas a mano cuando la madera aún estaba formando parte del níspero, y luego es la madre naturaleza quien cicatriza esos cortes en las ramas del árbol, lo que hace a todas las varas diferentes. No hay dos makilas iguales. Eso les dota de gran valor.

.- A estas varas les habéis «tatuado» y realizado un seguimiento, como si fueran una criatura casi.

Se podría decir así. Hemos ido al Pirineo, en Iparralde. Llegamos hasta los bosques… y no es sencillo. Hay que adentrarse en los bosques comunitarios y privados -para los que tenemos el permiso correspondiente- y buscar los nísperos… que no es que exista como tal un bosque de nísperos, sino que hay uno aquí y otro más allá, y otros dos allí a lo lejos.

.- Supongo que en todos los árboles no hay ramas adecuadas para hacer makilas.

Makila vasca

IÑAKI Alberdi, aita de Beñat, camina por el Pirineo con un cargamento de varas para makilas.

Exacto. En algunos nísperos hay una rama que nos sirve, o dos, o ninguna. Es en esas ramas adecuadas donde les pasamos las cuchillas por la superficie en primavera, y allí se quedan vivas, cicatrizando en el árbol.

Seis meses más tarde volvemos al bosque en invierno, para recuperar esos palos que han sido marcados. Entonces cortamos esas ramas, las traemos al taller, las metemos al horno para quitarle la corteza, siendo entonces cuando aparece el relieve, la cicatrización de los cortes que habíamos hecho seis meses antes, en primavera.

.- No hay dos varas iguales, ni dos makilas idénticas, entonces.

No las hay. De la misma manera que no hay dos vinos iguales.

Makila vasca

DIFERENTES varas de níspero para la makila vasca.

.- ¿A qué te refieres?

Mira estas varas almacenadas aquí. Estas fueron cortadas en 2014, aquellas en 2013… Cada año tenemos una nueva cosecha de palos de makila. Hay años en los cuales las marcas son muy buenas y hay años en los que las marcas no son tan buenas. Igual que el buen vino. De esta manera, yo sé que 2010 fue un gran año para nosotros.

.- Las marcas parecen albergar un lenguaje secreto.

Las marcas son puntos y “olas”. Así eran ya las marcas hace 300 años. Y desgraciadamente no sabemos el significado, pero bueno… nosotros mantenemos la tradición.

.- Me decías antes que la primera makila documentada es de 1750, que la podemos encontrar en el museo de Bayona.

Es de la familia Anciart Bergara, en Iparralde. Ellos y otros artesanos han mantenido la llama, siendo los que han custodiado la tradición durante muchas generaciones. Siempre ha habido otros artesanos a su alrededor haciendo makilas tan buenas como las suyas, pero ellos tienen el mérito de llevar haciendo makilas desde 1700 y hasta el día de hoy.

Makila vasca

LA FOTO del aitona trabajando en el taller, entre varas para makilas colocadas por el Blog.

.- De qué manera se incorpora tu aitona Joxe Alberdi Arruti a esta historia.

Mi aitona era tallista de madera, no hacía makilas. Él trabajaba la madera de otra forma, pero al venir a Irun y estar cerca de la frontera (entonces) conoció la makila y le surgió un gran interés. Fue realmente mi tío Joxe Manuel y mi aita Iñaki quienes se pusieron a ello con pasión, estableciendo contacto con artesanos de Iparralde. Empezamos en 1980 y aquí seguimos, ahora conmigo al frente.

.- ¿Dónde han ido a parar -que tú sepas- las makilas que aquí habéis creado?

Makila vasca

LEHENDAKARI Iñigo Urkullu con la makila en 2016, cuando juró su cargo en Gernika.

A Lehendakaritza, a las Diputaciones, a un sinfín de Ayuntamientos de Euskadi, y a todo el mundo… La tienen muchos presidentes latinoamericanos, incluso norteamericanos. También la tuvieron algunos Papas, la tiene el rey Felipe (yo mismo se la hice, que se la regaló el periodista De la Cuadra Salcedo). Su padre don Juan Carlos tiene 4 ó 5 makilas que hizo el aita. Te he dicho todo hombres, pero también hay mujeres que tienen makilas.

Makila vasca

EL PAPA Juan Pablo II con la makila que le entregó el lehendakari Carlos Garaikoetxea.

.- ¿Qué significado tiene la makila?

Es un símbolo de respeto. Una muestra de reconocimiento, o de amor, que le hacemos a otra persona para homenajearle, por una estima personal o profesional. Si hoy en día la makila sigue viva es porque es un icono de respeto a la cultura vasca.

.- ¿Es un trabajo muy especial para ti?

Es una forma de vida. Estoy aquí porque el aita se jubiló. Yo tenía mi trabajo (trabajaba en una multinacional de exportación de cerraduras de seguridad), pero opté por seguir con una tradición cultural porque me llena.

Makila vasca

TELESFORO Monzón con su makila, una imagen muy habitual de sus últimos años.

.- Cuál es el momento mágico de este trabajo

Para mí es muy hermoso ir al bosque a marcar los nísperos. Y volver a encontrarlos unos meses después. También lo es ver el resultado de las marcas realizadas cuando los saco del horno.

Makila vasca

TRES generaciones haciendo makilas en el taller: tradición vasca que pasa de padres a hijos.

.- ¿En qué medida el níspero es fundamental?

Todo es importante. Pero lo más importante es sin duda alguna el níspero grabado. Es lo que hace al bastón tradicional vasco único de entre otras culturas del mundo donde hacen bastones con madera, cuero y metal. En  ninguna otra se trabaja el «tatuaje» que se le hace a la madera en vivo. Hay maderas talladas, pero lo nuestro no es una talla, sino la conjunción del hombre y la madre Naturaleza con su savia.

.- ¿Por qué no se hace la makila con otras maderas?

El níspero es una madera densa y flexible. Y mira, para obtener un diámetro para hacer una makila en un castaño o un avellano necesitaríamos sólo dos o tres años, pero para obtener el mismo diámetro en el níspero necesitamos TRECE años. Crece lento, muy lento, lo que hace una madera muy dura. Además de eso, tiene la característica de la flexibilidad.

Makila vasca

ALGUNAS de las hermosas makilas elaboradas por los Alberdi con alma y poesía.

.- ¿Qué diámetro han de tener, por cierto?

Es cuestión de gustos. Encontramos desde un centímetro a tres centímetros de diámetro. Nosotros las hacemos por encargo, por lo que invitamos a la gente a acudir al taller y elegir su propio palo para la makila.

.- Claro, tú aún no tienes tu propia makila

Makila vasca

BEÑAT Alberdi cree que él aún no se «ha merecido» su propia makila.

Nooo, claro que no. Todavía no me la he merecido. Hay aitas o amas que han comprado una makila para su hijo que se acaba de licenciar en Medicina. Yo no la tengo, además una makila te la tienen que regalar.

.- ¿Quién hizo la de tu aita, porque imagino que él sí tiene una?

Le presionamos mucho en la familia para que se la hiciera. Mi madre le decía “¿pero tú crees que es normal que todavía no haya una makila en casa?” Y por fin tiene su makila, pero desde hace poco tiempo, eh! Ya sabes: «en casa del herrero, cuchillo de palo»… Cuando se la regalamos, hubo emoción en sus manos.

20 respuestas a “La Makila vasca, como el buen Vino”

  1. Javi Madrazo dice:

    La makila como signo de reconocimiento al trabajo milenario de las buenas gentes de Rioja Alavesa. Me ha parecido muy interesante el artículo y la similitud entre la elaboración de la makila y la producción del vino.

  2. Alfredo Postlethwait dice:

    Excelente comparación y bonita historia de la makila. Como siempre, muy buena iniciativa Julio. ZORIONAK.

  3. karmele dice:

    Qué bonita tradición y qué bien se ven las makilas en manos del Papa y del Lehendakari. Y de Monzón, por supuesto. Muy buena la comparación de los vinos con las makilas. Qué bonito oficio el de los Alberdi!

  4. Eneko dice:

    En el fondo, son dos caras de esa poliédrica figura que es la cultura vasca. Con las componentes de los pastores, de los baserritarras, de los arrantzales… o de los agricultores y vinateros de Rioja Alavesa, y todos esos antiguos oficios que nos recordáis a los «villanos».

    ¿Alguien se imagina no ya Vitoria, sino Bilbao sin el vino de Rioja Alavesa? Si le parece a alguien una barbaridad, que se pasee por la Alhóndiga y respire el aire que aún hoy huele a viejas pieles y a madera envejecida…

  5. Lola Fernández dice:

    Qué hermosa tradición de la que desconocía casi todo. Leyendo, he disfrutado y aprendido. Gracias!
    También a Beñat por su decisión de tomar el testigo, si los jóvenes las miran, las tradiciones no mueren

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Muchas gracias, Lola Fernández, por ampliarnos la mirada… ese testigo recogido con pasión que pasa de la mano del aita a la del hijo. Saludos cordiales.

  6. Kepa Urdangarin dice:

    Leo en un comentario de las redes sociales que un tal Kerman Aliseda ve en este artículo «Una manera informativa y brillante de ampliar el universo Rioja Alavesa, acariciando el alma vasca». Algo así he pensado yo al leer la ilustrativa entrevista. Ni más ni menos.

    Quiero felicitar intensamente a la familia Alberdi, el aitona, el aita y el tío, y a Beñat Alberdi por cultivar una de nuestras tradiciones. La makila me es muy cercana, tanto como el buen vino de Rioja Alavesa.

    Eskerrik asko!

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Eskerrik asko, Kepa! Además de disfrutar de la conversación con Beñat Alberdi, la intención de la entrevista es impulsar el vínculo de nuestra Marca, Rioja Alavesa, entre los sentires del alma de este país, tanto en Hegoalde como en Iparralde. Mis saludos más cordiales.

  7. Precioso artículo sobre el valor de los valores.

  8. Aitor de Elejabeitia dice:

    Mi reconocimiento a esta familia que lucha día a día para mantener viva una tradición que muchos amamos de nuestra tierra. Eskerrik asko ta Aurrera!!

  9. Es muy agradable reconocer que nunca habían explicado nuestro oficio tan bien, excelente entrevista Julio!
    Mila esker guztioi!

  10. Pere dice:

    Hay much@s «makilas» repartidos por el mundo. Gente totalmente anónima, que ofrecen sus conocimientos para curar a los demás. Algún día deberían tener su makila. Gràcies Julio.

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