Nos miramos en Leonor Espinosa, la chef colombiana ganadora del Basque Culinary World Prize 2017 por su proyecto “Gastronomía para el desarrollo», que ayuda en su país, Colombia, a comunidades indígenas y afrocolombianas a identificar, reivindicar y potenciar tradiciones gastronómicas como motor social y económico. Leonor Espinosa ha sido reconocida entre un total de 110 candidatos de 30 países. Escucharla ayer en Donostia fue una inspiración. Un viento favorable.
Al entregarle ayer el Gobierno Vasco el premio, por manos de su Consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantza Tapia Otaegi, Euskadi se mira en sus valores, compartidos tantas veces por la sociedad vasca, como la cultura del esfuerzo, el compromiso, la vocación por la transformación o la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres.
«Para el Gobierno Vasco -dijo la Consejera, Arantza Tapia- es un orgullo entregar este premio que se está consolidando. Premiamos a la cocina, sí, a la vez que premiamos al carácter social de un trabajo de excelencia como el de Leonor Espinosa. En Euskadi también lo hacemos así basándonos en lo que somos, lo que hemos sido y en nuestras potencialidades de futuro… Es un maridaje entre la vanguardia y el pasado, entre la vanguardia y la tradición».
El acto reunió a lo más granado de la cocina vasca. Antes del comienzo del acto, el Blog preguntó a Juan Mari Arzac por la importancia del galardón internacional: «Es un premio maravilloso asociado al Basque Culinary Center, del cual estamos muy orgullosos porque hemos conseguido hacer de una escuela de hostelería una universidad…
«… Y, aparte del premio, está la profunda admiración que me produce gente que ha venido trabajando en Colombia con el lío que allí tienen. He conocido hoy a Leonor y a su hija Laura, y son increíbles y maravillosas», valoró Arzac.
También le preguntamos al cocinero Pedro Subijana, que unos minutos antes del comienzo del acto, lo valoró como «un acontecimiento que, en su segunda edición, está teniendo una gran repercusión internacional. Debemos destacar que las dos veces ha ganado una mujer, y las dos con una labor social meritoria entre manos que ha hecho cambiar el rumbo de un montón de familias, la primera en Venezuela, y Leonor en Colombia».
Subijana destacó que el Premio «empieza muy bien. Seguro que se va a convertir en uno de los hitos internacionales. El sector de la cocina siempre ha sido generoso. Las dos mujeres latinoamericanas que lo han ganado son magníficas cocineras, grandísimas chef de cocina. Y además nos enseñan y dan un ejemplo social al mundo».
La gala tuvo lugar en Tabakalera, el centro internacional de cultura contemporánea de San Sebastián. El premio distingue a chefs con iniciativas transformadoras que demuestran que la gastronomía puede traducirse en un motor de cambio en ámbitos como el de la innovación, educación, medio ambiente, desarrollo social y económico que impactan positivamente en la sociedad.
Un jurado presidido por el chef Joan Roca (tres estrellas Michelin), conformado por algunos de los cocineros más influyentes del mundo y por expertos internacionales, seleccionó a la ganadora.
En su discurso, Leonor Espinosa nos contó que hace más de una década empezó un viaje «por la agreste geografía colombiana para indagar sobre los rastros que el paso del tiempo deposita en la memoria culinaria de sus inmensos territorios. Eran territorios de olvido»
Por momentos su intervención estuvo cargada de poesía, como cuando dijo: «en territorio de olvido, cualquier persona que arriba se convierte en una luz de esperanza».
Sus palabras fueron de gratitud y humildad, por la «generosidad del jurado a la hora de valorar el trabajo de aquellos que queremos transformar la realidad social, económica y cultural, para favorecer una conciencia colectiva a nivel del planeta». Del planeta y de Colombia, «una país que se encuentra en una gran batalla por alcanzar la paz, en medio de un conflicto que ha dejado importantes retos en cuanto a la producción y el consumo de alimentos»
Con emoción, y con una sonrisa permanente en su rostro, Leonor recordó que a las gentes de Colombia «a pesar de los muchos problemas, se nos considera el país más alegre del mundo. Eso es lo que he aprendido en esas comunidades: que existen cosmovisiones de vida distintas de la conocida, mucho más justas y generosas».
En una conversación con el presidente de la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa ABRA, Gabriel Frías, y la Directora Gerente de ABRA, Inés Baigorri, presentes en la Gala, Leonor nos habló de «consolidar cadenas de valor como motor de desarrollo».
Se le premia por «mitigar la vulnerabilidad de la población». Por poner en pie «un proyecto social basado en la gastronomía como motor de desarrollo». Y por eso, que dulcemente y con una sonrisa nos decía a Gabriel, a Inés y al Blog: por «consolidar cadenas de valor».
El premio creado y otorgado por el Gobierno Vasco en colaboración con el Basque Culinary Center, se enmarca dentro de la estrategia integral Basque Country. Una marca de país que partiendo de fortalezas y singularidades, posiciona Euskadi como actor global, referente de excelencia, modelo de calidad de vida y de cohesión social, como territorio innovador y competitivo.
La distinción, que cuenta con una dotación económica de cien mil euros, se destinará a proyectos de Leonor Espinosa, englobados en la fundación Funleo, como la inauguración de un Centro Integral de Gastronomía en el Chocó (Colombia), dónde como marco alternativo al narcotráfico, conciencie al país de su riqueza gastronómica para que, de forma autónoma, sus comunidades transformen su patrimonio biológico, cultural e inmaterial en formas de desarrollo social y económico.
Leonor Espinosa fue elegida ganadora del Basque Culinary World Prize 2017 de entre diez finalistas, por un jurado presidido por Joan Roca, de El Celler de Can Roca (España) y conformado por algunos de los chefs más influyentes del mundo, como Gastón Acurio (Perú), Michel Bras (Francia), Dominique Crenn (USA), Yoshihiro Narisawa (Japón) y Enrique Olvera (México) y por expertos como Laura Esquivel, autora del best-seller Como agua para chocolate; el escritor vasco Kirmen Uribe, Cristina Franchini, experta en derecho internacional, el sociólogo rural Matthew Goldfarb y María Fernanda di Giacobbe, ganadora del Basque Culinary World Prize 2016.
Durante ceremonia de entrega del premio, la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras Arantxa Tapia ha señalado que “uno de los escenarios donde queremos que Euskadi siga siendo un referente a nivel internacional es en materia gastronómica, porque estamos convencidos de la relevancia que puede alcanzar este sector. Entendiendo la gastronomía, como un eslabón más de la cadena de la alimentación, y como motor de cambio que aporta una mirada distinta ante esquemas convencionales y que busca soluciones a problemas sociales, que al final nos atañen a todas las personas.”
Entre los diez chefs finalistas del Basque Culinary World Prize 2017 estuvieron: José Andrés (USA), Ebru Baybara Demir (Turquía); Leonor Espinosa (Colombia); Dan Giusti (USA), David Hertz (USA), Anthony Myint (USA), Daniel Patterson & Roy Choi (USA); Melinda McRostie (Australia / Grecia); Niko Romito (Italia); Ricardo Muñoz Zurita (México).
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