La escritora vizcaína Lola López de Lacalle cuenta en su primera novela -cuyo relato acontece en Rioja Alavesa- la historia inspirada por ese “viejo galeón varado en el cerro, orgulloso de su condición de vigía”, tal y como ella ve a la villa de Laguardia, donde nació su padre.
«GALEÓN varado en el cerro, orgulloso de su condición de vigía», tal como lo ve la escritora.
Sus “Melocotones de viña”, enraizados en Laguardia, pertenecen hoy a sus lectoras y lectores de Laguardia y Euskadi entera, pero durante tres años los personajes de la novela de Lola López de Lacalle han vivido con su autora. Le han despertado en la noche, se han metido en sus sueños, marchaban por la mañana con ella a trabajar.
Esos “melocotones”, sus personajes femeninos, y sobre todo la autora, nieta de Pilar de Laguardia y Juana de Lemona, llegan hasta el Blog a través de las palabras de Lola, que recuerda su infancia en Laguardia, a donde viajaba con su familia desde Amorebieta (Bizkaia).
Hoy nos acompaña la fuerza y el sabor de una poderosa metáfora.
LOLA LÓPEZ DE LACALLE rodeada de libros, entre los que está su novela.
“Siempre que al salir de la curva se lo encontraba, tenía que esforzarse por mantener a raya la emoción. Pero ese día, al verlo navegar en un mar de púrpura y ocres encendidos, las lágrimas enturbiaron su mirada…”
.-¿Tuviste claro desde el principio que tu novela se titularía “Melocotones de viña”?
Mi historia tiene que ver con la capacidad de las mujeres para tirar hacia delante con todo. A mí me habían hablado de los melocotones de viña como los guardianes de la viña, lo que me pareció un símil perfecto. En este caso las mujeres como guardianas de la vida de los suyos.
.- La metáfora es perfecta; pero discúlpame, lo cierto es que los verdaderos guardianes de las viñas son los agricultores y agricultoras.
Sin duda, pero lo que yo hago es una metáfora, porque los melocotones se plantaban para detectar posibles enfermedades de la viña, concretamente el oídio. Estamos de acuerdo: el guardián de la viña siempre es quien la cuida, sean campesinos o campesinas.
MELOCOTONES de Viña (fotografía difícil de hacer hoy, de José Ramón Elorriaga Zubiagirre).
… Como un viejo galeón varado en el cerro, orgulloso de su condición de vigía, el pueblo de sus padres, al que ahora acudía a despedir a la abuela Paulina, apareció entre viñedos…
.- ¿Qué sabes de Rioja Alavesa?
Es un lugar al que iba de pequeña. Un lugar al que he vuelto con muchos más años. Me tiene fascinada por la belleza de su paisaje, por sus pueblos, por su gente. Ahora he descubierto una Rioja Alavesa que no conocí en la infancia.
.- ¿Qué recuerdos guardas de tu infancia en Laguardia?
A veces íbamos mi madre, mi hermano y yo. Luego venía mi padre. Recuerdo las tardes en el collado con mi madre y un montón de niños. Recuerdo la gente subiendo del campo, nos montaban en los burros y nos daban una vuelta… Son recuerdos vagos, pero intensos.
Recuerdo a muchos hombres sentados en la plaza… Luego me han contado que esos hombres esperaban un trabajo y un jornal.
.- ¿Qué sabes del viñedo y los frutos del viñedo?
El viñedo ha estado siempre muy presente en mi familia. Toda la familia de mi padre es de Laguardia. Mi padre se fue de Laguardia con 16 años porque el viñedo no daba para todos. En mi infancia he oído hablar de las fincas de viñedo, de sus nombres, de aquel que se vendió, de aquel que heredó la abuela de su abuela… algo de lo que mi padre tuvo que desprenderse para venir a Bizkaia.
LA escritora con su aita Francisco López de Lacalle hace unas décadas.
… El viento ondulaba el puzle multicolor desgranando el otoño, mientras torres y almenas se recortaban a contraluz. A pesar de que el invierno no había llegado, Blanca sintió frío…
.- «Desprenderse», dices, como quien deja algo muy importante en su vida.
Sí, como el que casi deja un hijo o un hermano atrás. Desprenderse de eso, obligatoriamente, porque no era suficiente hacienda para vivir. Más tarde, cuando el precio de la uva se revalorizó, quien tenía un viñedo tenía un bien muy preciado.
.- ¿Tú no has heredado ninguna viña?
Nada, absolutamente nada. Ni una casa, que es lo que más dolor le causa a mi padre: no tener una casa en Laguardia.
.- Entonces tu padre vive
Mi padre tiene 91 años. Se llama Francisco López de Lacalle.
.- Eres familiar de bodegueros insignes de Laguardia.
De los dos Juan Carlos López de Lacalle. Mi padre es primo de los padres de ambos.
UN PÁRRAFO de su novela, cuyo texto vamos leyendo entrelazado con la entrevista.
.- Paulina y Pilar, las dos protagonistas de tu novela, esos dos “melocotones de viña” que se juramentan lealtad y mutua protección al final de la Guerra Civil, ¿son dos mujeres que representan bien a las mujeres vascas?
Son dos mujeres de la postguerra, muy vascas, que cuando acabó la Guerra, en 1939, tenían 20 años. Dos mujeres que nacieron y vivían en Laguardia.
.- ¿En qué medida tu novela es autobiográfica?
Mis personajes pertenecen a la ficción, aunque una siempre recoja cosas de su vida, pero no es una historia real. Los personajes están armados con lo que yo conozco, con lo que he leído, con lo que me gusta. Pero ni estoy yo, ni nadie que conozca.
.- Ya hay gente de Laguardia que ha leído tu novela.
Sí. Y las críticas son muy buenas. Mi novela está muy trabajada, muy pulida y contrastada. La historia toca muchas cosas.
LAGUARDIA se contempla a sí misma desde la Torre Abacial.
… Volver al pueblo le producía un extraño desasosiego, un rosario de emociones encontradas. Ahora que la abuela había muerto, nada la ataba a aquel lugar…
.- Me interesa mucho la opinión de tu aita, Francisco, sobre la novela.
La leemos juntos a veces. Le voy leyendo poco a poco, capítulo a capítulo, y se emociona. A veces intenta reconocer a la familia y se enfada diciendo que “esto no era así”. Yo le digo “que no aita, que esto me lo he inventado”. Es cierto que he mantenido muchos nombres de mi familia, que son nombres que antes se utilizaban mucho en Rioja Alavesa.
.- Recuerda esos nombres.
Por ejemplo Sofía, Gregorio, Lucía, Paulina (una señora que conocí), Pilar (en Laguardia es un nombre muy corriente por la devoción que hay a la Virgen del Pilar), Teodora…
.- ¿Con qué pasajes de la novela se emociona tu aita?
Mi familia dejó atrás Laguardia, pero Laguardia ha estado muy presente en sus vidas. Mi abuela me contaba historias a todas las horas del día. Laguardia ha sido como la viña, lo que quedó atrás con añoranza, de lo que se habla continuamente. Mi padre, que ahora es un señor muy mayor, de 91 años, se emociona muchísimo con un capítulo que yo he llamado “La boda”…
PORTADA de la novela, con una imagen del viñedo de Rioja Alavesa en otoño.
.- ¿Qué cuentas en ese capítulo con el que tu aita Francisco se emociona a sus 91 años?
Hablo de los herreros y, claro, mi abuelo fue herrero. El herrero de la novela no es mi abuelo. Eso sí, canta jotas y es músico, como fue mi abuelo… Todos esos recuerdos de su infancia y juventud le emocionan muchísimo.
.- ¿Con qué te quedas de Rioja Alavesa?
Hay muchas cosas, y muy hermosas. El pórtico de la iglesia de Nuestra Señora de los Reyes, de Laguardia, es espectacular… Pero a mí me apasiona la Sierra de Cantabria.
.- Sabes que para Euskaltzaindia y el Gobierno Vasco la denominación oficial es Sierra de Toloño.
He leído que hay polémica sobre eso.
.- Hay un libro de investigación del etnógrafo de Moreda, José Ángel Chasco, que deja claro ese asunto.
No tengo inconveniente en renombrarla.
.- Respeto como tú quieras llamarla…
Yo la he conocido como Sierra de Cantabria, pero no estoy muy al corriente de todas estas cuestiones.
.- Lo que sí tuviste claro es que el libro lo tenías que presentar en Laguardia.
TARJETÓN de invitación para asistir a la presentación de Laguardia, el pasado 26 de mayo.
UN MOMENTO de la presentación de la novela en la Casa Garcetas de Laguardia.
La primera presentación fue en Bilbao, el 24 de mayo. Lo que sí tenía claro es que iba a hacer una fiesta en Laguardia. Hasta la fecha había publicado trabajos colectivos, pero ahora he tenido la fortuna de que mi primera novela la publica Txertoa, una buena editorial.
.- Había mucho que celebrar.
Sí. Me dije “quiero hacer una fiesta en Laguardia”. Allí vinieron el pasado 26 de mayo más de cuarenta amigos porque yo pertenezco a la asociación literaria ALEA (Asociación Literaria Espíritu de la Alhóndiga), muchos de los cuales viajaron en autobús desde Amorebieta y Bilbao. Vino mi padre, que se emocionó, y también sonrió.
… El trato con la familia era escaso; ella se encargó de que fuera así. Nunca se confió a nadie, ni tuvo un gesto de complicidad con ninguno de ellos. Las muestras de cariño las guardaba para la abuela…
.- Hubo vino de Rioja Alavesa en la presentación del libro en Laguardia, claro.
Por supuestísimo que hubo vino. Fue impagable la colaboración de la Asociación de Amigos de Laguardia, Estitxu, Antonio… y tantos otros. Hubo una jotera en la presentación que nos cantó la jota de Los herreros.
.- ¿Qué dice la letra de esa jota?
No te la voy a cantar, ja, ja.
PARTE del público que asistió a la presentación de la novela.
.- Si estuviéramos en la radio, seguro que nos la cantabas.
Me negaría, ja, ja. La letra dice: “Se necesita salero para cantar bien la jota, se necesita salero, pulmón y buena garganta y ser hijo del herrero. Y ser hijo del herrero para cantar bien la jota”.
.- Qué bien la has cantado, ja, ja.
La cantó una chica estupendamente al principio del acto con un chorro de voz. Nos puso a todos los pelos de punta. Después de eso ya daba igual lo que dijéramos. Mi primo Juan Carlos López de Lacalle, Pavoni, nos sirvió un aperitivo en la Sociedad de Amigos de Laguardia. Algún amigo mío llevó un txistu y un tamboril. Hubo música, comimos todos juntos, hubo muy buen vino
.- ¿Por qué ‘cosas’ brindaste con vino de Rioja Alavesa?
Por la amistad, por los buenos momentos, por el buen rato que estaba pasando rodeada de los míos. Por vivir muchos más momentos como ese…
.- “Para cantar bien la jota se necesita salero…”. Y para escribir buena literatura, ¿qué se necesita?
LAGUARDIA entre cepas, bajo la inspiración de la Sierra.
Mucha constancia, que te guste leer, leer mucho, porque sin ser un buen lector yo creo que no puedes escribir. Luego se necesita mucha silla, muchas vueltas, mucho hacer y rehacer, y mucho tirar y borrar, y volver a escribir.
.- ¿Hay que tener un padre de 91 años de Laguardia, que se emociona contigo, para montar una buena novela sobre Laguardia?
Sí, claro. Se necesita haber mamado Laguardia toda tu vida. Cuando me propuse escribir esta novela, primero surgió lo de los melocotones de viña, y qué mejor escenario que Laguardia. Sus calles, sus rincones, sus viñas…
.- Perdóname, pero siento que este es un gran regalo que le has hecho a tu aita.
Sí, claro que sí.
.- Atrévete a decirme que no…
No, ni muchísimo menos. Pero es que no he sido consciente hasta el día de la presentación de la novela en Laguardia del inmenso regalo que le estaba haciendo.
.- A un padre de 91 años…
… que va a hacer 92. Hoy ha aparecido un artículo en DEIA, y se ha pasado todo el día leyendo el periódico y el libro.
EL AITA de Lola saluda a una parte de la familia que permanece en la villa de Laguardia.
… Eludió reuniones y fiestas familiares, pretextando guardias y trabajo acumulado, y aprendió a esquivar sin brusquedad, pero con determinación, las muestras de afecto…
.- ¿A quién le leías los pasajes de la novela mientras estabas escribiendo el libro?
Formo parte de la asociación literaria ALEA, y claro, mi novela la hemos destripado allí. Por ellos he tirado ciertos pasajes a la papelera, porque «no había por donde agarrarlos». “Bien -dijeron más adelante-, está cogiendo buen aire”. O “esto va muy bien”. Hubo días que me decía a mí misma: “los mato a todos”, porque no soy de dejarme tumbar fácilmente, je, je.
.- Dime qué sientes cuando vas a Laguardia.
Emoción. Siempre una emoción. Según me voy acercando a Laguardia en coche, y veo el galeón varado allí arriba, siempre me lleno de emoción. Ahora siento como si ya no pudiera disfrutar yo sola de esa emoción… pero esto pasará, eh!
MAR DE VIÑAS desde la torre Abacial del «Viejo Galeón» de Laguardia.
.- Es como si ahora no te dejaran a solas con tu emoción.
Eso es. Como si no fuera capaz de pasearme a solas por las calles de Laguardia con mi emoción por las piedras y la gente.
Es la misma sensación que he tenido con mis personajes de la novela. Durante tres años han vivido conmigo, me ha despertado en la noche, se han metido en mis sueños, venían por la mañana conmigo a trabajar… Nadie sabía de esta historia, salvo mis compañeros de la asociación literaria.
.- Ahora, publicada la novela, compartes los personajes con todos tus lector@s
Me parece fantástico, pero es como si perdiera un poquito esa parte mía.
ASÍ presenta la editorial vasca Txertoa la novela de Lola López de Lacalle.
… “Es seca”, decían, “pero, ¿cómo quieres que sea con ese trabajo que tiene? ¡Pobrecita mía! ¡Lo que tendrá que ver!”
.- ¿A quién le has dedicado el libro?
A mis dos abuelas. A mi abuela Pilar de Laguardia, que me contaba historias. Y a mi abuela Juana de Lemona, porque era una mujer que llevaba las historias escritas en la cara.
.- ¡Qué bello!
Hay mucho de mi abuela Juana en esta novela. No contado, no escrito, pero sí está la mirada de una mujer viuda. Su marido murió nada más terminar la guerra y ella se quedó al cargo de siete hijos. Salía por la noche a los molinos de la zona a cambiar el azúcar por harina. Fue una mujer silenciosa que nunca contó nada. Era en la cara donde lo tenía todo escrito.
FIRMA y dedicatoria de uno de sus libros, en Laguardia.
.- ¡Cuántas historias por contar de Euskadi, cuántas de Rioja Alavesa, eh!
Siempre me llamó la atención la gente tan especial que hay en Rioja Alavesa. Gente con gracia y socarronería. Eso tiene Rioja Alavesa, muy buena gente. Sí, luego está su Paisaje. Cuando el sol da en las peñas o se cuelgan las nubes, que parecen van a caer. El viñedo en cualquier época del año. Los pueblos, cualquier pueblo. La Historia que se respira. El arte que encierra cada pueblo.
Para cualquiera que viene de fuera, Rioja Alavesa es un lugar privilegiado.
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¡Qué buena pinta tiene el libro! Me gusta su título, me gusta el hecho de que se narre la historia en clave femenina, reivindicando el gran papel de la mujer en la viticultura y en el mundo rural, y me atrae especialmente la época que describe, esos durísimos años cuarenta de emigración, miseria y miedo. ¿Qué secreto esconderán estas dos mujeres?
Sí que pinta bien. Ha sido uno de los cinco libros más vendidos de la Feria del Libro de Bilbao (que nos ha ofrecido además la buena noticia de que se han comprado más libros que en ediciones anteriores). Necesitamos leer -no sólo para escribir mejor… que sí-, para conocer de una manera más intensa y cercana la realidad que nos circunda, para responder a preguntas íntimas, para saber qué personajes mitad ficción/mitad realidad pueblan el corazón y las mentes de l@s que escriben. Es un proceso creativo. Ese secreto de las dos mujeres, estimado Miguel, es parte del secreto de la literatura. Agradezco, como siempre, tu comentario. Vale todo un melocotonero de viña. Saludos!!!
La conversación es un yacimiento de sensaciones, datos e, incluso, misterios varios. Dan unas enormes ganas de comprar el libro, aunque en sí misma la entrevista es un sencillo acontecimiento. La verdad, con este Blog he recuperado las ganas de volver a leer entrevistas largas en los medios de comunicación.
Podría comentar las cosas que he sentido, pero me quedo con la amama Juana de Lemoa, la que llevaba escrita su vida en el rostro, la que cambiaba azúcar por harina. Qué fuste, qué sentido común el de nuestras amamas, qué fuerza. Que homenaje a las mujeres. Enhorabuena al periodista y la entrevistada. Lo he pasado muy bien. Me he emocionado y me he reído de lo lindo. Qué gozada.
Muchas gracias, Txiki. Tu comentario dota de sentido nuestro trabajo.
Hablas de Juana, esa mujer de Lemona que se quedó viuda y sacó adelante a SIETE HIJOS E HIJAS!!!, ni más ni menos, durante los difíciles años de la postguerra. Lo del yacimiento de la conversación es otra buena metáfora.
Hay que replantar Melocotones de Viña. Y metáforas. Las que nos impulsen.
Te agradezco que nos digas que lo has pasado bien con la lectura de la conversación, que te hayas reído y emocionado. ¡Qué más se puede pedir de una entrevista bien acompañada por las fotos… con esos melocotones de viña -en exclusiva- de Joserra Elorriaga!
Saludos!!!
Nada sabía de los melocotones de viña. Y me gustaría saber más. La entrevista es una maravilla.
Graciassss
Muchas gracias, Arene.
Me ha contado Joserra Elorriaga, que nos pasó la hermosa foto del color de los melocotones de viña (casi se pueden oler y saborear), que esa foto es difícil de hacer por la tremenda escasez de este frutal. Él fue uno de los que han querido promocionar el árbol como algo singular de Rioja Alavesa. La foto define claramente la belleza del melocotón de viña.
Por otro lado, el amigo Miguel Larreina me ha contado que «los viticultores de Francia pusieron melocotones para detectar el oídio, una plaga americana de finales del XIX que con el clima húmedo francés fue una epidemia». Al parecer, según Miguel, en Rioja Alavesa ya se plantaba el melocotón de viña siglos antes.
Creo que con esta entrevista estamos plantando Melocotones de Viña en esa parte interior de nuestro paisaje del Vino y el Viñedo. Que haberlo haylo… al menos en mí. Saludos cordiales, Arene.
Escondíamos melocotones de viña entre el trigo en el granero. Duraban más. El olor los delataba, eran de secano. Algunos veranos excesivamente secos se quedaban un poco roñosos pero seguían sabiendo bien. Se anticipaban a las uvas, eso les hacía más valiosos.
Nada comparable a dos mujeres guardando un secreto, un secreto con murallas y calados misteriosos, lo voy a disfrutar en Julio.
Gracias Lola por escribir una historia de mujeres de Rioja Alavesa, con el salero que dan sus Pilas, las del Agua Bendita…
Melocotones de Viña. Qué buen anticipo el tuyo, Victoria Cañas. Ya nos dirás qué te parece la novela. De momento, como tu texto, viene impregnada de fragancia. Saludos cordiales!
Siempre fue una gran idea, la de cuidarnos unos a otros. La de cuidarnos de verdad siempre que fuera necesario, digo.
Una gran conversación melocotonera en la entrevista. Que sabe bien buena.
Muchas gracias, Lucía. Quizá no todos con todas, o viceversa, y en su mil combinaciones, sin necesidad de amistad o familiaridad, que sería lo necesario, y hasta revolucionario. Pero en esta Euskadi amada hay una fuerza cooperativa. Gracias a eso, a que nos cuidamos, en familia o en cuadrilla, somos más iguales y más fuertes. Eso creo. Saludos cordiales.
¡Me ha encantado el libro! Una gran recomendación de mi librera en Guadalajara. La historia de estas dos mujeres bien podría ser de cualquier pueblo de esta provincia también, he oído muchas similares de la postguerra, mujeres que cultivaban el campo hasta momentos antes de dar a luz, que se cuidaban unas a otras, luchadoras frente a las injusticias de la guerra y postguerra. Una narrativa cuidada que desde diferentes puntos de vista según el personaje hace que no perdamos ni un detalle de la historia. En definitiva: una delicia de libro, emocionante hasta el final! Gracias
Muchas gracias, Nuria. Un abrazo va para Guadalajara.
Gracias por tus palabras Nuria.
No existe mayor satisfacción para mí, que quien lea la historia la disfrute. Y efectivamente es una historia universal que pudo suceder en Guadalajara, Euskadi, Andalucía…
Un abrazo grande y un maravilloso recuerdo para esa tierra Alcarreña, en la que tan buenos amigos tengo.
Muchas gracias, Lola. Un cordial abrazo.
Hola Lola, mi enhorabuena más sincera por tu libro. ¡Nos ha encantado! Soy profesora en un centro de adultos y además de la biblioteca llevo dos años impartiendo tertulias literarias. Que sepas que comenzaremos el curso con tu libro «Melocotones de viña» porque esas mujeres que nos muestras son universales y como a ti, me han hecho evocar a tantas de mi propia vida.
Va a ser toda una experiencia compartirlo con otras personas. Por cierto, sería maravilloso que una vez leído y compartidas experiencias, pudieras visitarnos y charlar contigo o incluso presentarnos tu nuevo libro. Un abrazo!!!
Muchas gracias, Pilar. Confío que Lola se ponga en contacto contigo. Saludos cordiales.
Hola Pilar, muchas gracias por tus palabras y por compartir la novela en tu tertulia literaria.
Si me cuadran las fechas iré encantada el día de la tertulia o en el momento que decidáis y así podré aportar mi punto de vista y contaros los entresijos de esta historia.
Para la nueva novela aún habrá que esperar, porque se está cociendo despacito.
Te reitero mi agradecimiento por darla a conocer y te envío un abrazo.
Lola
Muchas gracias, Lola. Me encanta que las lectoras de novelas y de blogs se carteen en esta bitácora con vocación de novela vital que van relatando las gentes de nuestra amada Rioja Alavesa. Un cordial abrazo
Me ha gustado muchísimo el libro. Esa amistad indestructible entre Paulina y Pilar… lo que más. También que la autora me haya descubierto los encantos de esta zona de España desconocida para mí.
Muchas gracias, Elena. Saludos cordiales.
La protección y el cuidado de la viña, con todo lo que engloba, por encima de cualquier cosa
Como los melocotones de viña.
Elena, te recomiendo una visita a la zona para perderte entre viñedos, observar las nubes sobre la Sierra, pasear por las callejuelas de sus pueblos, admirar sus iglesias… y sobre todo pasar un ratico charlando con sus gentes.
Un abrazo y muchas gracias.
Muchas gracias, Lola. Un cordial abrazo.