Hace unos años, con motivo de su nombramiento como Presidente del Consejo Regulador del “Rioja” le escribí una carta abierta en la que, tras desearle buena suerte, criticaba la deriva excedentaria que estaba tomando la DO, augurando que “con esos cambios que se proponen desde el Consejo, la próxima crisis económica importante, y sabe que la habrá porque ha vivido más de cuatro, se llevará por delante a buena parte de las pequeñas explotaciones…”.
Hoy le vuelvo a escribir con motivo de su Plan Anticrisis propuesto a las autoridades. Un plan que parece ignorar que la Denominación ha seguido creciendo estos años, aumentando su potencial productivo, incrementando el stock,… pues nadie la regulaba. Así, mientras sus ventas se estancaban o caían, el Rioja real ha ido aproximándose a los 350 millones de litros de vino/año a los que hay que sumar los casi mil millones de litros almacenados en depósitos, barricas o botellas.
EL responsable máximo de regular el potencial vitivinícola de la DO Rioja.
Cifras gigantescas para una D.O. a la que le cuesta mucho últimamente vender más de 270 millones de litros. Así que la gran crisis que algunos augurábamos para la DO Rioja ya ha llegado y no en marzo de 2020 con el coronavirus sino muchos meses antes. En efecto, ya desde 2018 se apreciaban claros síntomas de caída de las exportaciones, dimensionamiento excesivo del potencial vitícola, crecimiento peligroso del vino en bodega,…
En los últimos meses del 2019 y primeros del 2020 la prensa ya hablaba sin disimulo de crisis en el “Rioja”. A principios de febrero, un mes antes de que nos llegara el virus y se iniciara el confinamiento, los periódicos riojanos ya nos anunciaban con grandes titulares la caída de las ventas y la brusca caída del precio de la uva, y ya se hacían apuestas sobre si la uva se pagaría este año un poco por encima o por debajo de 0,60 euros/kg.
ANTES del coronavirus, la DO Rioja ya estaba en crisis.
La llegada del coronavirus ha complicado el panorama del vino Rioja. Le ha pasado a nuestro vino algo parecido a lo que ha ocurrido a la humanidad. De igual modo que las personas son más vulnerables al virus cuánto más débiles están, siendo letal para personas enfermas muy mayores o gentes más jóvenes pero con pluripatologías, las distintas Denominaciones vínicas están sufriendo tanto más los efectos del coronavirus cuanto más débiles y enfermas estaban previamente, cuántos más problemas estructurales tenían.
Está claro que la DO Rioja con su gigantismo y su problema excedentario, con sus cinco cosechas acumuladas en sus bodegas, va a padecer mucho más crudamente este virus que regiones más saneadas, llámense Borgoña, Priorat, Chianti, Ribera, Txakoli o Calatayud. Todas van a padecer estos meses un recorte, todas van a tener a sus gerentes bodegueros inquietos, pero en ninguna, ni en Burdeos con la brusca caída del mercado chino, se van a dar los problemas que se van a dar en Rioja en los próximos años por una mala regulación.
De momento es palpable que el virus y el enclaustramiento consiguiente, con cierre de restaurantes y bares, han provocado un frenazo brusco de las ventas del “Rioja” y el consiguiente pavor en los responsables de las bodegas. El propio Consejo Regulador en apenas mes y medio ha pasado de la euforia al miedo, reconociendo por fin “el enorme desequilibrio entre la oferta y la demanda” y proponiendo un potente Plan Estratégico para hacer frente a la crisis.
TRISTE imagen de una calle de Bilbao repleta de bares y restaurantes cerrados.
¿En qué consiste esa “sólida estrategia” gestada de urgencia por el Consejo Regulador del Rioja tras escasas 5 semanas de confinamiento y caída de las ventas? La carta que usted envía a finales de abril al Ministro y a los Presidentas de las Comunidades Autónomas de La Rioja y Navarra, así como al Lehendakari Urkullu, permiten ver con claridad en qué consiste ese Plan Estratégico del Consejo Regulador Rioja.
Por un lado, se solicita dinero para realizar algunas operaciones que en la propia carta se reconoce que no tienen disponibilidad presupuestaria ni en la OCM del vino ni en el Plan de Apoyo al sector vinícola (PASVE). Las tres operaciones propuestas (destilación, almacenamiento y cosecha en verde) son comunes a las peticiones de otras regiones españolas y que se financiarían con los 71 millones de euros remanentes del PASVE 2020.
Sabe bien el Consejo Regulador que la DO Rioja supone escasamente el 7% del viñedo y del vino español, por lo que en el mejor de los casos les correspondería en ese reparto unos 5 millones de euros de los 71 millones totales, cifra que el Ministerio propone distribuir entre todo el viñedo español aproximadamente así: 60 millones para destilación, 7 millones para almacenamiento privado y 4 millones para cosecha en verde.
Lo que usted pide en su carta para la DO Rioja supera los 71 millones disponibles para toda España y eso se llama utopía. Esta parte de la carta, la más mediática, la que más ha llamado la atención, es como una carta a los Reyes Magos en la que se piden regalos imposibles de atender, máxime en esta situación de penuria generalizada. Lo que hace al inflar así las expectativas de los viticultores es confundirles con sueños imposibles, es quitarle al Consejo la responsabilidad en la regulación y traspasársela a los Reyes Magos..
A pesar de conocer los dineros realmente disponibles, en la carta solicita una importante suma de 33 millones de euros para compensar a los viticultores por eliminar uva, bien por practicar ahora urgentemente una “cosecha en verde muy especial” o bien por la eliminación en septiembre del 15% de la cosecha, unos 65 millones de kilos subvencionados a razón de 0,52 euros/kilo.
En cualquiera de las dos opciones, se solicita para esas 10.000 Has (15% del viñedo de la DO Rioja) a las que se quitaría la uva una subvención entre 3.000 y 4.000 euros/Ha. No tiene ninguna lógica aritmética pedir unos 33 millones de euros para la “cosecha en verde” del Rioja cuando la partida global para todos los viñedos españoles es de tan solo 4 millones de euros.
Por otro lado, también a cargo de unos fondos comunitarios sin dotación presupuestaria, pide usted en su carta una cantidad algo superior para las bodegas, unos 37 millones de euros, para destilación de 45 millones de litros de vino (a 0,82 e/l). La destilación es un negocio ruinoso en nuestra DO, como bien le recuerda públicamente el Director de su Grupo Rioja: “no se destilará un solo litro en Rioja a 37 céntimos, como tampoco será efectiva la medida de vendimia en verde, mientras no se permita que sea parcial en lugar de por parcelas enteras”.
Por otra parte, pedir ahora para Rioja 37 millones de euros para destilación cuando el presupuesto destinado para destilar en todo el sector vinícola español es de 60 millones de euros y cuando siempre las grandes bodegas riojanas han desechado esa opción (y la cosecha en verde) y han preferido que las subvenciones de la UE fueran para sus inversiones bodegueras y promoción exterior, puede parecer una ofensa a regiones de vino barato como Mancha, que tradicionalmente han jugado a esa carta de la destilación de excedentes.
Igualmente, pide usted en la carta una ayuda millonaria para otra actividad para la que ni la UE ni el Ministerio tienen asignación económica para la DO Rioja: el almacenamiento privado. Me parece la única medida realmente factible en estos momentos, pero se enfrenta también a la escasa dotación presupuestaria. Los 7 millones de euros para todo el vino español dan unas opciones por debajo del millón de euros para Rioja: “el chocolate del loro
Este es el grueso del Plan propuesto en su carta, pedir dinero para partidas sin dotación presupuestaria y por las que nunca habían mostrado interés. A parte de eso, en la carta se piden pequeñas cantidades para asuntos menores relacionados con los costes de campañas de promoción ya iniciadas que no se van a poder realizar o para flexibilizar las ayudas previstas a las inversiones bodegueras que se pospondrán.
Desde fuera puede parecer que el Plan del Consejo es “un brindis al sol” con el que se pretende tranquilizar a los viticultores, un “hacer que se hace” cuando en realidad no se propone nada factible. Tanto la vendimia en verde, como la destilación de crisis o la ilusa propuesta de que Bruselas pague la factura de ese 15% de vendimia desechada, necesitan imposibles cambios legislativos y fantásticas dotaciones multimillonarias.
Por otra parte, el Plan es muy modesto cuantitativamente hablando, pues cuando la Denominación de Origen Rioja va a tener este verano un stock acumulado en su subsuelo de casi mil millones de litros equivalentes a mil cuatrocientos millones de kilos de uva, basar toda la actuación en tirar esos 65 millones de kilos de uva (o/y destilar 45 millones de litros de vino) no resolverá el gran problema de fondo, ya que apenas afectaría al 4% del stock, por lo que no se puede calificar el Plan de “sólida estrategia”.
A los pocos días de mandar la carta, el propio Director General del Consejo Regulador, José Luis Lapuente, reconoce públicamente la imposibilidad de conseguir fondos en esta campaña: «Hemos estudiado los marcos legislativos y enviado solicitudes al Ministerio de Agricultura y las CCAA con las opciones que hay encima de la mesa,… pero es cierto que a día de hoy se necesitan cambios legislativos y fondos adicionales».
Por otro lado, su carta deja claro que el Consejo Regulador le pasa la pelota de la regulación del Rioja al Ministerio: “De cualquier forma y en la medida que es el Ministerio quien mejor conoce la articulación de las medidas que contempla la OCM, así como las posibilidades de implementar otras nuevas y aun de obtener fondos comunitarios, solicitamos del Ministerio que adopte las medidas que mejor satisfagan…”.
HAY bodegas que quieren que sean otros quienes resuelvan su compromiso con los viticultores.
Tras una serie de peticiones imposibles y algunas otras de escaso valor y mínima capacidad resolutiva del problemón de la DO Rioja, la carta acaba con un interesante y desapercibido penúltimo párrafo dirigido a las CCAA y Haciendas forales que, en mi opinión, es la clave, el leitmotiv de la misiva: “que se arbitren ventajas fiscales y ayudas directas para el sector vitivinícola de cara a la recuperación económica del mismo”.
En la carta se argumenta una y otra vez la necesidad de dinero y beneficios fiscales en base a “la imperiosa necesidad de lograr que el desequilibrio entre oferta y demanda no llegue a comprometer la viabilidad de las explotaciones y bodegas…ese enorme desequilibrio conllevará no solo una intensa caída en los precios, sino la más que probable imposibilidad de vender su cosecha para muchos viticultores”.
Otra prueba de lo poco que parecen esperar del citado Plan los grandes bodegueros es que, a la par que usted manda la carta para evitar la “probable imposibilidad de vender su cosecha para muchos viticultores”, algunas de ellos ya están suspendiendo pagos de la comprada cosecha 2019 o mandando a los viticultores otras cartas de “despedida” respecto a la cosecha 2020.
“Muy Sr. mío: El motivo de la presente es comunicarle que, lamentándolo mucho, nos vemos en la necesidad de anunciarle la decisión de no recibir las uvas de su producción en nuestra Bodega la próxima vendimia 2020….. tras todos estos años de leal colaboración….confiamos que en un futuro podamos retomar las relaciones comerciales…”.
Si proliferaran este tipo de cartas estaríamos ante la ruptura unilateral de un Contrato Social implícito en mil normas. Entre ellas puede recurrir usted a la función fundamental de todo Consejo Regulador de una DO vínica: regular el potencial productivo, equilibrar la oferta (producción de uva) y la demanda (comercialización de vino), proporcionando a los operadores (viticultores y bodegas) condiciones de competencia leal.
Gracias a Dios, hay otras pequeñas bodegas que están dando una lección ética, mandando cartas a sus proveedores en las que mantienen el compromiso de años anteriores. Cierto que compran poca uva comparándolas con las 40 principales del Grupo Rioja, pero no deja de ser encomiable su postura de solidaridad humana y sostenibilidad social.
Uno de ellos, Juan Carlos Sancha, además vocal del Consejo desde hace años y por tanto buen conocedor de los excesos que se han propiciado desde el Organismo Regulador en lo que se refiere al crecimiento del potencial productivo del Rioja, les manda a los compañeros del Consejo un mensaje claro: “no me parece bien que se haya estado animando a los agricultores a plantar y que ahora se les cierren las puertas”. Más claro agua
MIEMBROS del Consejo como Juan Carlos Sancha indican el camino a seguir.
Con estos considerandos creo que la consecuencia es clara. Como Presidente del Consejo Regulador y la Interprofesional, como miembro destacado del Grupo Rioja, usted debe informar a las Grandes Bodegas compradoras de uva que hay que comprar toda la cosecha de calidad, como siempre. Ya se hablará luego de precios pero lo prioritario es que usted, con ayuda de las Administraciones, señale a sus asociados el compromiso moral y legal que tienen con los viticultores y las consecuencias que tendrá el no cumplirlas.
La Denominación de Origen Rioja implica un compromiso doble, del viticultor por una parte y del bodeguero por otra. El viticultor y su familia hacen una apuesta a un año vista, una apuesta personal muy arriesgada contra las heladas, la sequía, los pedriscos, las plagas, las enfermedades de la viña y las suyas propias, contra los accidentes laborales; en ciertas estrategias, como la plantación misma, la apuesta es a 40 o 50 años, el compromiso con la DO es por toda la vida.
Por el contrario, el bodeguero hace una apuesta a 4-5 años vista, organizando su stock de Gran Reserva, Reserva, Crianzas y vinos jóvenes en función de sus previsiones y es precisamente el enorme stock acumulado el que hace que la cosecha 2020 no sea tan necesaria. Si se equivoca en los cálculos, el bodeguero debe asumir su cuota de responsabilidad con las ganancias acumuladas durante los últimos 25 años; grandes ganancias, no olvidemos que el negocio bodeguero en Rioja es normalmente muy rentable.
OTROS miembros del Consejo indican la dureza de la crisis.
Si el mercado le falla por las razones que fueran (brexit, tasas o virus), el bodeguero no puede repercutir sus coyunturales pérdidas totalmente en los viticultores. El compromiso del bodeguero con la vendimia 2020 de sus proveedores no se asume este mayo, es previo, comienza al inicio del año vitícola, en octubre 2019. El bodeguero no puede cerrar la persiana, meter a sus proveedores viticultores en un erte y decirles “cierren sus viñas y ábranlas dentro de 2 años, cuando yo reduzca los stocks”.
En definitiva, no se puede romper unilateralmente ese compromiso viticultores-bodegas en un mal año. No se puede ser Rioja solo en los años buenos. Si han calculado mal su negocio y han acumulado un stock irracional, destílenlo, llévenlo a vino de mesa, sáquenlo a granel o con una marca blanca, pero no vayan de nobles y exquisitos mientras arruinan a miles de viticultores. La uva 2020 no se puede quedar en las cepas por una mala gestión del Consejo Regulador.
En este sentido, me parece prioritario que usted desde la responsabilidad de sus cargos envíe una carta a todas las bodegas recabando información concreta de cuánta uva/vino van a comprar y van a dejar de comprar respecto a un año medio. Es vital que Consejo y Comunidades Autónomas conozcan esos datos para establecer estrategias futuras y por si de ello se derivaran consecuencias vinculadas a ayudas pasadas o futuras.
EN Rioja Alavesa estima Gobierno una caída de la facturación del 40-60% en 2020.
Una vez usted propicie esta idea fundamental de “toda la buena uva Rioja se vinifica”, ya pueden ponerse a regular el tema de los precios mínimos y para eso conviene repasar unas cifras previas. Por ejemplo, podemos señalar que la DO, mayoritariamente sus 40 principales bodegas, tiene unas existencias de vino con un valor salida bodega de unos siete mil millones de euros, cifra treinta veces superior al posible valor de la vendimia.
Otro ejemplo que pone la cuestión en su justa dimensión: discutir el precio del kilo de uva por 20 céntimos arriba de los costos de producción supone apenas 85 millones de euros, cifra unas doce veces inferior a la facturación de las bodegas el pasado año. Quiero decir con esto que las cifras relativas al viticultor son una minucia en comparación con todo lo que hay en juego estos días en la Denominación.
Otro ejemplo muy importante que tiene que ver con esa petición clave de su carta relativa a los beneficios fiscales, ayudas, préstamos y demás: ese capítulo del que se beneficia casi exclusivamente el lobby bodeguero ya tiene una dimensión económica mayor que lo que suponen los mencionados 20 céntimos por encima de los costos de cultivo. Por eso es muy importante que los Gobiernos Autonómicos dejen claro a las bodegas que esos dineros se condicionarán a la compra de toda la uva a un precio que garantice la rentabilidad de las explotaciones.
“TODA la buena uva Rioja se vinifica”, objetivo del Consejo y los Gobiernos Autonómicos.
Y aquí entramos en el tema del precio mínimamente digno que se debe pagar por su fruto a una familia de viticultores riojanos para dignificar su trabajo y garantizar la supervivencia de la explotación. En este asunto le pido encarecidamente que cumpla con su misión reguladora como máximo responsable del Consejo Regulador y la Interprofesional, máxime ante los intensos rumores que están corriendo estas semanas,…
Le pido también que corte los rumores de precios ruinosos asegurando que las grandes bodegas cumplirán con lo establecido, comprarán toda la buena uva y pagarán por ella un precio digno acorde con las perspectivas del mercado a medio plazo. Hoy, en pleno confinamiento, no es el mejor momento para hablar del precio de una vendimia que se va a coger en octubre, no sabemos cuánto vino se va a vender en casa estos meses, cómo va a funcionar el mercado exterior,… no sabemos nada.
Usted, como regulador máximo, debe estudiar todas las coyunturas, también las muy negativas y muy positivas, igual hay otros confinamientos, igual hay una crisis económica más larga y pronunciada, igual no pasa nada de eso y todo se recupera rápido. No pueden fijar las grandes bodegas en abril de 2020 una estrategia de precios para una uva que se cortará cinco meses más tarde, para un vino que en el mejor de los casos no se liquidará hasta un año más tarde.
¿Quién sabe cómo estará el mercado del vino entonces, en abril de 2021? Así que calme usted al personal en estos largos cuatro meses, vendímiese todo, páguese un mínimo a cuenta (0,60 e/kg), elabórese bien, inténtese vender y luego ya decidirá un árbitro objetivo (la Administración) el precio final que justamente se debe pagar (0,60 -1,0) por la vendimia 2020. No deje que pase como en la crisis 2009-2013, en la que la pérdida del sector vitivinícola riojano la absorbió mayoritariamente el colectivo más débil de la cadena, el viticultor.
NO caigamos en el error de la anterior crisis vitícola 2009-13.
Usted, como Presidente del Consejo Regulador y como propietario de un gran viñedo sabe bien cuánto cuesta producir un kilo de uva. Sabe que la Consejería de Agricultura de La Rioja publicó en la anterior crisis un interesante estudio sobre los costes de cultivo en una explotación vitícola tradicional riojana y daba cifras próximas a los 0.60 euros/kg o 3.550 euros/Ha. Conoce también que la mayoría de los estudios actuales fija el coste de producción de una hectárea media Rioja, sin incluir la remuneración del viticultor, por encima de los 2.500 euros/Ha.
Usted por sus responsabilidades y conocimiento sabe cuál es la cifra mínima que debería cobrar un viticultor con dedicación exclusiva a la viña. La cifra que usted proponga dirá mucho de la dignidad que le confiere al viticultor medio de Rioja con unas 12 Has. Si no se le adjudica ninguna remuneración (se le paga la cosecha a 2.500 euros/Ha) estaremos considerándolo un mero siervo feudal. Si se le paga a 3.500 euros/Ha lo estamos considerando un mileurista. Si se le paga a 4.000 euros/Ha estaríamos asimilándolo a poco más que un peón agrícola,…
HOY se sabe de sobra cuáles son los costos de producción de nuestro viñedo.
Usted, como máxima autoridad del Consejo y la Interprofesional, es el más indicado para establecer con justicia el precio mínimo que deberían cobrar por sus uvas y su trabajo anual esos miles de familias de viticultores, los dueños del viñedo, los mantenedores de los pueblos, los creadores del paisaje, los artífices esenciales del Rioja. Usted en esta difícil coyuntura es quien mejor puede desmentir a los que afirman que en esta DO Rioja sigue imperando una mentalidad feudal impropia del siglo XXI.
Usted sabe bien que la remuneración de la vendimia es el soporte fundamental de toda una multitud de agentes secundarios que viven de la viña y de los viticultores y que si éstos no tienen beneficios la región se resentirá grandemente. Por otro lado, ¿ a alguien se le ocurre que, dado el coronavirus y la crisis vitivinícola consiguiente, no cobraran este año los viticultores ni los colectivos que viven de ellos, los políticos y funcionarios vitivinícolas, los técnicos de la Enológica, del Instituto de la Viña, los cargos y veedores del Consejo Regulador,…?
EL cobro de la vendimia alimenta a miles de familias en la región.
Y en este tema permítame que recurra a unas palabras dichas hace unos años en sede parlamentaria por el Diputado francés Mr. Hilaire: “la viticultura es incompatible con el trabajo gratuito. El trabajo gratuito es la definición de la esclavitud. Mi amigo, R. Girardi, que es Consejero General en la región Lot-et-Garonne y que es responsable del Movimiento de Defensa de las Explotaciones Familiares, ha denunciado por esclavitud ante la Corte de Justicia Internacional, debido al trabajo gratuito que están exigiendo hoy a los viticultores…”
En fin, acabo proponiéndole se estudien algunas fórmulas para aplicar este septiembre 2020, si se confirmaran los peores augurios, como la descalificación parcial de la cosecha según aportación de la uva a la renta familiar o calidades objetivables, pues es ilógico que recortemos por igual las húmedas terrazas ribereñas y las resecas laderas, las jóvenes viñas blancas y los viejos tempranillos, las vendimiadas a mano y las mecanizadas, los carasoles y las umbrías, las uvas que van a botellas de 30 euros y las que van a botellas de 3 euros.
Si se dieran las peores circunstancias deberían ustedes evaluar la opción de abandonar temporalmente la condición de “calificada” y ensayar la venta a granel o bajo una marca blanca colectiva de un volumen grande que descongestione la situación. Se trataría de quitarse como sea doscientos millones de litros de ese stock, pero de ningún modo rompiendo los contratos con los viticultores o poniendo precios tan ruinosos que no compense vendimiarlas.
NO volvamos a las andadas, no repitamos 2010.
Le deseo sinceramente que usted y su equipo del Consejo Regulador, con ayuda de los Gobiernos Autonómicos, acierten en la toma de decisiones porque de ellas depende el bienestar presente y futuro de miles de familias y de la propia región.
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Esta carta podría enseñarnos mucho de la condición humana. Si la clase política, que anda a la greña, tirándose los trastos a la cabeza, utilizará argumentos sociales, empíricos, demostrables, con datos y cifras contrastados, tendríamos una sociedad mejor.
Ya digo, hay cartas como ésta que son un ejemplo
Muchas gracias, Begoña Tudela. Esta carta es una lección. No puedo estar más de acuerdo. Tiene mucha meditación, y tiene entrañas.
Fue el filósofo y jurista francés Montesquieu quien habló de la crítica para defenderla, porque cuando la crítica es inteligente «ve aspectos que los demás no han visto». Quizá Charles Louis de Secondat se refería a cartas constructivas como ésta de Miguel Larreina dirigida a Fernando Salamero.
Un cordial abrazo.
Me he leído toda la carta de un tirón. No tengo toda la información que me gustaría, pero la carta, tan respetuosa, cantando verdades como puños, me genera una gran confianza.
Solo quiero expresar un profundo deseo: que en este año tan complicado para todas y todos, los agricultores no sean una vez más los paganos de la crisis. Que sea verdad, de una vez por todas, que somos capaces de colaborar y ayudarnos, de buscar soluciones para el conjunto de la gente que vive y trabaja en la zona Rioja. Es el momento de hacerlo. Quizá no haya otro como este. Y si lo hay, sentaremos un precedente de humanidad.
Muchas gracias, Antton Guridi. Me reconforta que te hayas animado a escribir, a pesar de no tener «toda la información» que te gustaría. Animo a lectoras y lectores a que piensen un rato y nos digan lo que piensan. Que sean lectoras y lectores y de vez en cuando escriban, nos escriban, para apoyar o criticar lo que lean o sientan. Ser reconocido está muy bien, pero ser discutido es ser percibido. Entre unas y otros nos ayudamos a ver el mundo de una manera más completa. Es un intenso deseo de este Blog. No es únicamente escribir. Es algo más, es comunicación, agitar el brazo, quitar los nudos, darnos a conocer, conocernos.
Un cordial abrazo.
«En lo bueno y en lo malo, en la riqueza y en la pobreza», viene a recordarse en las uniones matrimoniales, el día de la boda. No digo que la DO Rioja haya proclamado su mediación y regulación de esta manera, pero Miguel Larreina nos da a entender que así es. Con sus palabras, que valen para la DO, viene a recordar, en estos momentos difíciles, en plena pandemia por el COVID-19, que «No se puede ser Rioja solo en los años buenos», y me parece un fundamento. Valen para la DO y valen para el conjunto de la sociedad. Si somos un pueblo, una sociedad, un país… somos para estar a las duras y a las maduras. El momento me lleva a recordar lo obvio: no tenemos más que una vida, aprovechémosla, hagámoslo cada vez mejor.
Muchas gracias, Arene Amezaga. Hoy estáis tan profund@s… que emocionáis. Un Abrazo.
Cuando uno va a leer una carta a un mandatario de un sector o a un político, las personas que nos consideramos moderadas siempre nos ponemos en guardia pensando qué deriva tendrá la misiva. Sin embargo, en este caso, el final de la lectura de esta carta, me ha dejado en primer lugar un regusto de educación, algo fundamental para poder analizar todo lo que dice, y no descalificar los argumentos.
Como ya he manifestado en anteriores comentarios, no centraré en los datos expuestos, hay muchísima gente en Rioja Alavesa, en el sector, y autoridades políticas que dominan el manejo de los números mostrados, y es a ellos a quienes les toca ratificar o refutar lo que Miguel de forma tan extensa presenta.
Pero sí entraré en un tema que me interesa, que me preocupa y que, aunque estoy plenamente de acuerdo de que el sector necesita un Plan Estratégico serio, animo a nuestras autoridades que sigan en el estudio y propuesta que deben estar trabajando, pero sí que observo la necesidad de un Plan de urgencia pro vendimia 2020. Hablo del precio mínimo de la uva para esta vendimia, que dicho precio no comprometa la viabilidad de las explotaciones vitícolas.
Ya he comentado más de una vez, las posibilidades que las ayudas a las bodegas, se podrían supeditar a un precio mínimo de compra de la uva. Un precio mínimo consensuado, donde siempre el viticultor reciba una compensación a su trabajo digno, responsable y con conocimiento.
Somos conscientes que nuestros viticultores, en Rioja Alavesa, son los que mantienen los pueblos, son los encargados de crear la sociedad que tenemos. No nos ocurra, como en muchos otras zonas donde los campos se han despoblado o se despueblan. Los jóvenes no sienten la necesidad de continuar la labor de sus padres y donde el oficio de labrador, viticultor en nuestra zona, no sea contemplado como opción de vida para nuestra gente joven.
Que el sector vitivinícola de Rioja Alavesa, junto a las autoridades agrarias del Pais Vasco, den muestras de madurez, mimbres hay para ello, y que no permitan perder el orgullo y la dignidad de la labor del viticultor, una de las más bellas que existen.
Muchas gracias, F. Bujanda Ciordia. Decía Jorge Luis Borges que «ordenar bibliotecas es ejercer de un modo silencioso la cultura y el arte de la crítica». Para alguien con una trayectoria vital como la de Miguel, ese ejercicio de miradas hacia atrás y hacia el futuro le lleva a ordenar, a clarificar, a centrar lo que hay desde la independencia, pensando en toda la DO Rioja. He visto que este artículo ha sido muy compartido en páginas webs a uno y otro lado del Ebro (eso cuanto menos). Su mirada no puede dejar a nadie indiferente.
Un cordial abrazo
Aunque no tengo los conocimientos requeridos, mi impresión es que he leído un informe sensato, lúcido y con entrañas con la gente más débil de la cadena productiva. No veo, por desgracia, mucha gente con este perfil en puestos de responsabilidad; pero es bueno, mejor dicho, excelente, que se oiga esta música y que haya blogs que la den a conocer. Por ahí se empieza. Mi felicitación al redactor del informe y al directo del blog. Prestáis un gran servicio
Muchas gracias, Jesús Martínez Gordo, estimado catedrático de Teología en el campus de Gasteiz. Tu valoración nos da algo más de fuerza para seguir adelante. Un cordial abrazo.
La frase de Miguel es elocuente. No se puede ser solo Rioja en los años buenos.
Carta dirigida al Sr. Salamero.
Sin aspavientos, con datos, y en el cual Miguel Larreina reivindica que hoy, en tiempos de crisis sanitaria, no basta con acordarnos de Santa Bárbara, sino que pongamos un grano *de uva* para salvar la viticultura.
Hoy, con esta urgencia que nos cita Miguel y que todos vemos, hay que reivindicar un gran acuerdo para la viña y el vino, un acuerdo que tenga el sentido de salvar a todos en este año y en los próximos.
Hay que unir a todos, a los Luis Cañas y a los que dicen que no quieren uva o la quieren regalada.
En ese acuerdo no puede faltar en esa mesa el Sr. Salamero.
Enhorabuena una vez más, Miguel, porque eres la voz, los ojos y la conciencia de muchísima gente de Rioja.
Muchas gracias, Dalmacio Martin. Saludos cordiales.
Miguel demuestra que el responsable de la crisis del vino no es el coronavirus. La cosa viene de lejos. Hay millones de litros almacenados en las bodegas. Ante esta situación, el Consejo Regulador, encargado de poner reglas que reparten responsabilidades y cargas para que se produzca el equilibrio entre la oferta y la demanda, propone la destilación, el almacenaje, y la cosecha en verde por parte del viticultor. Me pregunto: ¿Quién debe asumir estas propuestas, el viticultor solo o el viticultor y las bodegas? ¿Están dispuestas estas a destilar sus excedentes? ¿Van a tirar las uvas de sus viñas?
El equilibrio se consigue igualando a las partes, no hundiendo a la más débil.
Si hay tanto excedente, ¿Por qué el Consejo Regulador ha favorecido nuevas plantaciones? ¿Para qué compran papel las bodegas, si les sobra vino? La verdad es que no entiendo.
Gracias, Miguel, por tu carta tan esclarecedora, tan demostrada y fuera de polémica, que a los incultos en la materia nos da bases para entender el problema en su raíz. Y gracias al Blog Rioja Alavesa por ofrecer estos materiales que nos enriquecen.
Muchas gracias, Antonio Mijangos. Vuela un abrazo para tu querida Laguardia.
Escribir después de leer lo que han aportado otras personas, permite no ser reiterativo.
Así que, suscribo cada palabra de lo dicho por D. Jesús Martínez Gordo, a quien no tengo el gusto de conocer.
Un abrazo y ¡mucho ánimo!
Muchas gracias, Jose Ignacio Garcia. Saludos cordiales.
Vamos a aprovechar esta oportunidad, ¿por qué no vinculamos el precio de la uva y del vino a granel al precio de venta de la botella a la que va destinado? Un saludo.
Muchas gracias, Pako Madinabeitia. Saludos!
Otro lúcido articulo de Miguel.
Con un tratamiento de los datos de producción, costes y acumulación de vino en los almacenes revela una crisis de sobreproducción. Rompe el equilibrio entre la producción y la demanda que es una de las razones de ser de una D.O.
Desde su profundo humanismo social nos muestra el grave problema de supervivencia que se otea para viticultores y pequeños bodegueros.
Espero que sus propuestas sean consideradas por los dirigentes de la D.O. También espero que las diferentes Instituciones políticas se comprometan para lograr acuerdos con los agentes económicos y sociales afectados, para que el mundo rural sea un entorno de vida digna para todos como parte de un País mas justo y mejor
Eskerrik asko, Miguel, por tus importantes aportaciones, así como para el blog por ser una ventana de respeto y libertad.
Eskerrik asko, Jesus Mari Eizmendi. Aspaldiko, se te echaba de menos. Un cordial abrazo.
Pero ¿no querían 1000 hectáreas de viñedo nuevo al año? Está sucediendo lo que era lo más previsible que pasaría, que cualquiera que trabajamos en el sector lo veíamos venir, pues no es lógico, plantar más viña nueva sin ver antes si esta producción la admite el mercado
Muchas gracias, Alvaro. Saludos cordiales.
Gracias a todos por vuestras aportaciones. Estamos en un momento muy duro, tal vez el más inquietante de los últimos 50 años de Rioja Alavesa y necesitamos estar todos atentos y prestos a poner nuestro granito de arena.
Muchas gracias, Miguel Larreina. Un cordial abrazo.
Gracias Miguel por esta carta. Estoy totalmente de acuerdo con todo su contenido. Tiene mucho mérito, meditación, datos, argumentos, propuestas etc.
Gracias por ser la voz, el faro, la pasión, la lucha y la defensa constante de esta maravillosa tierra de Rioja Alavesa. Saludos.
Muchas gracias, Francisco Mtz de Cañas. Saludos!