Feb 28, 2021

Rioja Alavesa ante el patrimonio indiano

Breve panorámica de la emigración vasca-alavesa hacia América

Publicidad-Viajes

PUBLICIDAD para viajar a América, a principios del siglo XX.

Decía el autor vasco-francés Pierre Lhande en una obra clásica de 1909 (L’Emigration Basque): “Para ser un auténtico vasco se necesitan tres cosas: llevar un apellido sonoro que hable de su origen; hablar la lengua de los hijos de Aitor y tener un tío en América”.

Jose Rodríguez Fernández*

Emigración vasca-alavesa hacia América

EMIGRANTES vascos en América.

Los movimientos migratorios desde y hacia el País Vasco han sido claves en el desarrollo histórico cultural de nuestro territorio. Concretamente para la cuestión que ahora nos ocupa, a lo largo de más de cinco siglos el País Vasco ha enviado a América militares, religiosos, administradores, mineros, pastores, agricultores, artesanos, comerciantes…, dentro de un proceso bien estudiado por los especialistas en la materia (véanse entre otros los excelentes trabajos de Escobedo, Zaballa, Álvarez, Arrieta o Martínez señalados en la bibliografía).

Conocemos de manera bastante detallada lo que aportó el País Vasco a América, pero no tanto lo que proporcionó América al País Vasco.

Precisamente este es el objetivo central de este texto. En primer lugar, queremos rescatar del olvido un variado legado patrimonial originado por los/las emigrantes indianos/as durante los siglos XVI y XX, materializado en Álava en general y Rioja Alavesa en particular, que no es bien conocido salvo casos excepcionales.

Emigración vasca-alavesa hacia América

CONOCER la Prehistoria, y la Historia de los últimos cinco siglos. (Foto Josemi Rodriguez).

En segundo lugar y relacionado con lo anterior, queremos empujar en la medida de lo posible a la población de Rioja Alavesa a la identificación de elementos patrimoniales relacionados con esta emigración.

Sólo a través del conocimiento podremos poner en valor este fenómeno histórico, generar una memoria adecuada desde el presente y, por último, establecer estrategias de salvaguarda y conservación.

Vaya por delante que en Álava existen varias publicaciones especializadas en el patrimonio generado con caudales americanos (a los/las autores/as anteriores podemos sumar Azcona, Benavides, González, Mateo o Paliza, también presentes en el listado bibliográfico). Además, tenemos la suerte de contar con extensos inventarios recopilatorios que nos introducen en las fuentes materiales, aunque en origen no tuvieran intención de analizar exclusivamente el patrimonio indiano (Palacios o Portilla).

Emigración vasca-alavesa hacia América

LA Engracia en 2017 ante la Casa del Indiano de Elvillar, del s. XVIII. (Archivo del Blog).

Un goteo continuo de personas

La emigración histórica hacia América puede ser considerada como un fenómeno cotidiano, estructural y connatural tanto a la sociedad de emisión como a la de recepción, una tradición bajo la que subyace una estrategia familiar para diversificar los recursos del grupo y aumentar o consolidar su estatus socioeconómico (Benavides, 2008). La emigración vasca en general y alavesa en particular al Nuevo Mundo supuso un goteo continuo de personas, persistente y encadenado, en el que se vieron inmersos todos los estratos sociales, desde los grupos más desfavorecidos a las elites más preeminentes.

Para el País Vasco actual, al igual que en toda la Corona española, la cifra de viajeros hacia América [1] aumenta progresivamente desde el siglo XVI (tal vez con una cierta etapa de estancamiento detectada por algunos autores en el siglo XVII) y se produce un fuerte crecimiento entre 1850 y 1950, con la salida de millones de personas (cientos de miles en el País Vasco) en un periodo que ha sido considerado como de emigración en masa (Macías en Escobedo et alii, 1996a: 30-32; Rueda en Sazatornil, 2007: 417-422).

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UN VELO de olvido oculta el legado patrimonial de los indianos. (Foto Josemi Rodriguez).

Hay que tener en cuenta la enorme revolución que supuso la generalización, a partir de la década de los 70 del siglo XIX, de los buques de vapor frente a la anterior navegación a vela. Por entonces, las empresas navieras competían en precios, comodidad del viaje o rapidez [2], y existían agentes autóctonos o procedentes de América a través de embajadas y consulados (una vez materializados los procesos de emancipación nacional en las antiguas colonias) denominados ganchos o enganchadores, de fama sospechosa, que trataban de convencer a los posibles emigrantes de un futuro mejor, a cambio de un porcentaje en los viajes.

Recordar también en este punto que Sevilla recibió en 1503 el monopolio del comercio y la comunicación con América, privilegio que fue trasladado a Cádiz en 1717. Hasta 1765 no se abrieron otros puertos a la conexión con Las Indias (Málaga, Alicante, Barcelona, Cartagena, Santander, Gijón o La Coruña). Poco más tarde, en 1778, entró en vigor el Reglamento y Aranceles Reales para el Comercio Libre de España e Indias y, a partir de entonces, se produjo una progresiva liberalización del transporte durante los siglos XIX y XX.

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JOSE RODRÍGUEZ, profesor de la UPV-EHU, autor de este artículo para el Blog.

Los puertos de salida para los alaveses

En este contexto, los puertos de salida preferentes para los alaveses fueron Bilbao, San Sebastián o Pasajes y los franceses de Burdeos y Bayona. En teoría, la emigración estaba fuertemente controlada por la Corona, y se necesitaba una licencia de embarque que conllevaba, entre otros trámites enrevesados, el depósito de una garantía por parte de un fiador próximo a la persona que emigraba.

Lo cierto es que las cifras de la emigración americana en Álava parecen ser modestas en comparación con las provincias costeras de la actual Comunidad Autónoma (aproximadamente un 20% frente al 40% en Gipuzkoa y Bizkaia), algo que puede explicarse por la menor densidad demográfica de Álava, sus características de provincia de interior, la cuestión de la herencia (no en toda Álava indivisible históricamente), la no hidalguía universal en toda la provincia, etc.

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LOS BARCOS trasladaron a los alaves@s al otro lado del Océano Atlántico.

En cualquier caso, la emigración a América concierne a decenas de miles de alaveses y se constata desde el inicio, en figuras como adelantados y conquistadores (Pascual de Andagoya, Cristóbal de Oñate…), clérigos y misioneros (Marco Antonio Fernández de Antezana, Diego de Vitoria, Jerónimo de Mendieta, Juan José Díez de Laespada, el jesuita de Laguardia José Cardiel…), políticos y administradores (Sancho de Ocio, Bartolomé de Salazar, Juan de Zabala, Juan Antonio de Urrutia y Arana…) o tesoreros y comerciantes (Tomás Ruiz de Apodaca, Pedro de Labastida, José Ramón Gorbea y Angulo, Julián de Zulueta).

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EL Anunciador Vitoriano, con oficina en Vitoria, publicitaba los viajes a América.

Al margen de los personajes más conocidos y reconocibles, la mayor parte de los y las emigrantes alaveses/as ha quedado en el anonimato, aunque su rastro documental puede seguirse en el Archivo General de Indias. En buena parte, el desconocimiento viene causado porque algunos emigrantes acumularon inmensas fortunas y este éxito consolidó un arquetipo de indiano que oculta la dura vida a la que tuvieron que enfrentarse la mayoría de emigrados.

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SI SE PUDIERA sacar del anonimato a la mayor parte de los y las emigrantes de Álava…

El efecto llamada fue muy importante en la decisión de emigrar porque supuso una ayuda esencial al recién llegado. La existencia de personas conocidas previamente situadas en las colonias favoreció, retroalimentando, la emigración de nuevos individuos en una sociedad de origen (la alavesa) muy marcada por lazos familiares y de solidaridad entre los miembros de una comunidad, ya que ofrecía oportunidades y una mejor inserción social a la persona emigrada (Mateo en Escobedo et alii, 1996: 108). Así, se puede hablar de una emigración en cadena, donde la presencia de un individuo o colectivo relativamente cercano encauza la llegada de más parientes, vecinos/as y conocidos/as en los años siguientes.

Centro-Vasco-Boise

CENTRO vasco en Boise (USA), así como en la anterior imagen se muestra el de México.

La huella americana en Álava-Rioja Alavesa

La huella “americana” en Álava-Rioja Alavesa: estrategias de transmisión, tipologías de patrimonio indiano y evolución a través de los siglos

El análisis del patrimonio relacionado con la emigración es un elemento determinante para entender los complejos vínculos que se establecen entre la persona emigrada y su lugar de origen. El nexo entre los viajeros al Nuevo Mundo y su localidad natal se mantenía vivo después de la partida y se reflejaba materialmente de manera significativa, especialmente si el periplo indiano conllevaba un cierto enriquecimiento. No todos los emigrantes volvieron, no todos alcanzaron el éxito, aunque en casi todos los casos siguieron recordando la comunidad de origen, a la que dedicaron parte de su mayor o menor fortuna. En este sentido, el “dinero americano” fue muy importante en el mundo artístico y social de Álava desde el siglo XVI.

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MONUMENTO a los Pastores Vascos de Basterretxea, situado en Reno, Nevada (EEUU).

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AGUSTÍN Valle, uno de nuestros últimos pastores en Rioja Alavesa. (Foto Josemi Rodriguez).

En cualquier caso, no olvidemos que el carácter filantrópico y piadoso del mecenazgo (donaciones, fundaciones, legados y otras figuras similares) va acompañado habitualmente de un deseo de mostrar ante los paisanos el prestigio alcanzado, perpetuar la memoria y consolidar el grupo familiar. Así, el Patrimonio, entendido en su sentido más amplio y diverso, se convierte en un elemento simbólico, de representación, capaz de expresar el estatus político, económico o social adquirido, dentro de una estrategia de autoafirmación que tenía lugar en distintos escenarios: la casa, el parque, la tumba, la iglesia, la fuente, la escuela… Prueba de ello es que los grandes legados suelen intercambiarse por reconocimiento expreso en los lugares de origen (cuadros conmemorativos, inscripciones, estatuas, cargos civiles y religiosos ad honorem…).

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SANTUARIO del Toloño, escenario de mecenazgo indiano durante el siglo XVII.

Los parientes también se convierten en beneficiarios directos o indirectos de esos bienes, como albaceas y destinatarios de los testamentos, como patronos de obras pías, capellanías y demás fundaciones, etc., teniendo asignados muchas veces sueldos por estas actividades (Usunáriz, 1991: 389). Por otra parte, los mecenazgos son excelentes vías para canalizar bienes provenientes del extranjero, abrir vías de inversión o incluso la exención de impuestos.

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EL indiano Lucas Pérez de Todellana donó una lámpara de plata en 1723 a la iglesia de Elciego.

En el estudio general realizado por González Cembellín para la Comunidad Autónoma Vasca (1993) sobre las donaciones de indianos, Álava presenta un porcentaje menor de acuerdo con el menor peso de la emigración frente a las provincias costeras, pero siempre albergando un número importante de elementos patrimoniales materiales relacionados con la emigración histórica a América. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que son datos que se van actualizando conforme avanza el conocimiento sobre ellos, por lo que nunca son cerrados.

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DISTRIBUCIÓN de los donativos por territorios (en porcentajes). Fuente González Cembellín.

Los donativos se centran en tres capítulos fundamentales: edificios (iglesias, ermitas, conventos, hospitales, escuelas, casas de misericordia, infraestructuras…); bienes muebles (orfebrería, retablos, esculturas, pinturas…), y fundaciones estrictamente monetarias con destino a fines religiosos, piadosos y benéficos. Si bien durante los siglos XVI-XVIII priman de forma muy significativa las concesiones de carácter religioso, se observa un cierto cambio en los siglos XIX y XX, cuando crecen de forma decidida las arquitecturas y servicios benéfico-asistenciales (especialmente las escuelas desde la segunda mitad del siglo XVIII).

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EL indiano Antonio de Ilarduy costeó en Sta María de Laguardia un juego litúrgico en 1758.

Los edificios residenciales son constantes a lo largo del tiempo, sin embargo la “casa indiana” característica, cuya imagen se ha convertido en el símbolo del patrimonio indiano por excelencia, responde a modelos muy específicos de finales del siglo XIX y principios del XX. Anteriormente, las arquitecturas residenciales pasan más desapercibidas porque no se salen de los modelos arquitectónicos locales, sean construcciones humildes o de prestigio.

México sería de forma destacada el origen predilecto de este mecenazgo, seguido a distancia de Perú o Bolivia. Esta supremacía tiene que ver evidentemente con los lugares de asentamiento de los indianos en los primeros siglos de colonización. Hacia los siglos XIX y XX aparecen otros escenarios potentes como Cuba y Puerto Rico (últimas colonias), Argentina o Estados Unidos.

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VÍCTORES por Juan Ortiz de Zárate en la Asunción de Páganos (S. XVII).

En cuanto a los lugares de destino del patrimonio, y al margen de la ciudad de Vitoria por cuestiones demográficas obvias, se identifica en Álava una zona de concentración muy llamativa, el valle de Ayala. Por el contrario, en Rioja Alavesa no conservamos testimonios muy numerosos de materialidades de procedencia indiana, o al menos no están así identificadas. En nuestra opinión, deben ser más, pero harían falta estudios más exhaustivos a este respecto y la participación de la propia población local, a la que animamos de nuevo a recabar la memoria patrimonial de las generaciones de emigrantes.

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MUSEO de la emigración y archivo indiano de Colombres (Asturias).

Comenzando por los casos de elementos religiosos, en 1645 fueron donados por Pedro de Medrano y María de Altamirano los frontales damasquinados de los altares mayor y laterales del templo de Nuestra Señora de los Ángeles de Toloño (Labastida). Otra donación destacada, de origen desconocido, es el retablo de la Virgen de Guadalupe de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción en Elvillar, perteneciente al siglo XVIII.

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RETABLO de la Virgen de Guadalupe en la Asunción de Elvillar, adscribible al siglo XVIII.

En cuanto a los ornamentos, se conserva en los lados de la portada de la iglesia de la Asunción de Páganos unos víctores conmemorativos de Juan Ortiz de Zárate, Inquisidor General de Cartagena de Indias (Colombia), posiblemente en reconocimiento a la fundación de alguna capellanía hacia finales del siglo XVII. Lucas Pérez de Todellana, natural de la villa de Elciego y residente en la ciudad de Lima, donaba en 1723 a la iglesia de San Andrés de Elciego una lámpara de plata. Décadas más tarde (año 1758), era el inquisidor de Córdoba (Argentina) Antonio de Ilarduy quien costeaba un juego de servicio litúrgico para el altar de la iglesia de Santa María de Laguardia.

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CASA del Indiano en Villabuena de Álava. La levantó Andrés de Bença en 1610.

Para finalizar, recordaremos algunos ejemplos destacados de arquitecturas residenciales. De inicios del siglo XVII data la conocida Casa del Indiano en Villabuena de Álava (palacio de Peciña Samaniego), obra de Andrés de Bença, que la levantó en torno a 1610 por orden de Pedro Peciña Samaniego, arcediano y canónigo de Santiago de Compostela. Atendiendo al importante cargo religioso de Juan Ortíz de Zárate en el Nuevo Mundo, debemos destacar el palacete rural de los Ortíz de Zárate en Páganos, fechable entre los siglos XVII y XVIII. Y también en el siglo XVIII podemos situar la conocida Casa del Indiano en Elvillar, de origen y promoción desconocida.

 

*Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología. Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea

 

Bibliografía

Alvarez Gila, O., Angulo Morales, A., Las migraciones vascas en perspectiva histórica (ss. XVI-XX), UPV-EHU, Vitoria-Gasteiz, 2002.

Álvarez Gila, O. (dir.), Organización, identidad e imagen de las colectividades vascas en la emigración (siglos XVI-XXI), Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea, 2010.

Álvarez Gila, O., “Cien reales para hacer un viaje fuera de esta tierra: Reflexiones sobre la lógica de la emigración en el País Vasco (siglos XVIII-XX)”, Estudios migratorios, 13-14, 2012.

Arrieta, A.M., Emigración alavesa a América en el siglo XIX, Vitoria-Gasteiz, 1992.

Azcona Pastor, J.M., Possible Paradises. Basque emigration to Latin America, University of Nevada, 2004.

Benavides Martínez, J.J., “Del valle de AyaIa a las Indias: continuidad de un modelo migratorio en las primeras décadas del siglo XIX”, En Provencio Garrigós, L., Sánchez Baena, J.J (Eds.), EL Mediterráneo y América, Universidad de Murcia, 2006, Tomo 1.

Benavides Martínez, J.J., “América en las iglesias de Álava: donaciones de indianos alaveses durante el periodo colonial”, Vetas, 28, 2008: 122-146.

Benavides Martínez, J.J., “Los alaveses en Nueva España y la huella novohispana en Álava durante el siglo XVIII”, Revista Electrónica Iberoamericana, 9-2, 2015: 122-146.

Escobedo, R., Zaballa, A. de y Álvarez, O. (eds.), Álava y América, Diputación Foral de Álava, 1996a.

Escobedo, R., Zaballa, A. de y Álvarez, O. (eds.), Emigración y redes sociales de los vascos en América, Universidad del País Vasco, 1996b.

Escobedo, R., Zaballa, A. de y Álvarez, O. (eds.), Comerciantes, mineros y nautas: los vascos en la economía americana, Universidad del País Vasco, 1996c.

Escobedo, R., Zaballa, A. de y Álvarez, O. (eds.), Euskal Herria y el nuevo mundo: la contribución de los vascos a la formación de las Américas, Universidad del País Vasco, 1996d.

González Cembellín, J.M., América en el País Vasco, Gobierno Vasco-Eusko Jaurlaritza, 1993.

Lhande, P., L´emigration basque, París, 1910 (reeditada en Auñamendi, 1971).

Macías Domínguez, I., “La emigración vasca a Indias en la primera mitad del siglo XVIII”, en Escobedo, R., Zaballa, A. de y Álvarez, O. (eds.), Álava y América, Diputación Foral de Álava, 1996a: 27-46.

Martínez Salazar, A., Presencia alavesa en América y Filipinas, 1700-1825, Vitoria-Gasteiz, 1988.

Mateo Pérez, A., “Alaveses en Indias: su repercusión social y artística en Álava”, en Escobedo, R., Zaballa, A. de y Álvarez, O. (eds.), Álava y América, Diputación Foral de Álava, 1996a: 105-132.

Mateo Pérez, A., “El mecenazgo y el legado artístico de los indianos mexicanos en Álava”, en Garritz, A., Los vascos en las regiones de México, siglos XVI a XIX. Universidad Autónoma de México, 1999.

Palacios Mendoza, V., Inventarios de Arquitectura Rural Alavesa, Diputación Foral de Álava, Vitoria-Gasteiz, 1981-1998.

Paliza Monduate, M.T., “El mecenazgo de los indianos en el País Vasco. Personajes, sagas y su vinculación con el arte y la filantropía (siglos XIX-XX)”, Cuadernos Unimetanos, 20, 2009, fol. 8.

Portilla Vitoria, M., Plata de Ultramar en el paisaje alavés, Vitoria-Gasteiz, 1966.

Portilla Vitoria, M.J., Catálogo monumental de la diócesis de Vitoria, Vitoria-Gasteiz, 1967-1988, 6 vols.

Rueda Hernanz, G., “Los españoles de allá. La emigración a América en los siglos XIX y XX”, en Sazatornil Ruiz, L. (ed.), Arte y mecenazgo indiano. Del Cantábrico al Caribe, Ediciones Trea, 2007: 411-434.

Sazatornil Ruiz, L. (ed.), Arte y mecenazgo indiano. Del Cantábrico al Caribe, Ediciones Trea, 2007.

Usunáriz Garayoa, J.M., “Un aspecto de la emigración navarra hacia el Nuevo Mundo durante el siglo XVIII- Las remesas indianas”, Príncipe de Viana, Anejo 13-1991, año LIII.

[1] Es complicado hablar de cifras absolutas y perfiles sociodemográficos concretos, especialmente en los siglos XVI-XVIII. Pese a que la Corona española impone la solicitud de licencia y el uso de los canales públicos para el proceso de emigración, hay numerosas noticias de incumplimientos y salidas extraoficiales que dificultan el recuento. De hecho, algunos estudiosos hablan de la necesidad de multiplicar por cinco y hasta por diez los datos gubernamentales.

[2] Algunas navieras de importancia con agentes en Álava fueron: Pacific Steam Navigation Company, Norddeutscher Lloyd, Compagnie Commerciale de Transports á Vapeur Français y Compañía Transatlántica.

12 respuestas a “Rioja Alavesa ante el patrimonio indiano”

  1. Jon Mancisidor dice:

    Felicitar al Blog -que cada día nos sorprende más por la variedad de los temas- y al autor del artículo, que además de informarnos sobre un tema para mí apasionante, intenta sumar un buen inventario, y tal y como dice el profesor de la UPV-EHU, Jose Rodriguez, «rescatar del olvido un variado legado patrimonial originado por los/las emigrantes indianos/as durante los siglos XVI y XX, materializado en Álava en general y Rioja Alavesa en particular, que no es bien conocido salvo casos excepcionales».

    Ha sido un placer leerte en esta tarde de domingo. Y consultar la bibliografía, porque alguno de esos libros caerá en mi particular biblioteca.

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      En ese sentido que subrayas, Jon, recordar que el autor del artículo, Jose Rodriguez, pide la colaboración de la población de Rioja Alavesa en «la identificación de elementos patrimoniales relacionados con esta emigración».

  2. Alex dice:

    Buenas tardes. Causa curiosidad que no citen autores americanos y que la bibliografía de referencia sean todos autores europeos. Me causa curiosidad cómo han dejado un autor tan importante como John Ricaurte, especialista en el tema y quien tiene capítulos enteros en sus libros sobre alaveses en América, incluso artículos de revistas vascas sobre alaveses en América. Eso es un poco lo que llámanos eurocentrismo. Los vascos en América también es patrimonio de los americanos descendientes de éstos.

  3. Carmen Sarmiento dice:

    Interesantísimo artículo en el blog. En mis 35 años viajando por el mundo, tengo que reconocer que he encontrado la huella vasca en lugares tan distantes como Perú o Australia

  4. Jose Rodriguez dice:

    Gracias por tus comentarios Alex. En efecto, se echan en falta autores americanos de la importancia de John Ricaurte y otros/as muchos más. Se trataba simplemente de llamar la atención sobre un fenómeno poco conocido en Rioja Alavesa y motivar especialmente a la población local en la búsqueda y reconocimiento del Patrimonio asociado. Por supuesto, la emigración es, como dices y en primer lugar, patrimonio y legado de los descendientes. Palabra de hijo de emigrantes! Un saludo afectuoso.

  5. Juan C. Luzuriaga dice:

    Me pareció muy interesante el artículo ¡Felicitaciones! La mayoría de los inmigrantes alaveses a América hicieron patria a ambos lados del Atlántico.

  6. Jose Rodriguez dice:

    Me alegra que el artículo suscite interés. Ese era el objetivo: rescatar de alguna manera la memoria de la emigración a través, en este caso, del patrimonio cultural material.

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