Sep 18, 2019

“El mundo viene a conocer bodegas y beber la vida”

Conversación con la hostelera gipuzkoana Maria Arrate Aguirre que fundó una Casa Rural en Laguardia, donde ha trabajado entre los 52 y los 79 años.

Arrate-PP

MARIA ARRATE contempla la vida desde su casa de Laguardia, sobre la muralla.

Por recomendación médica, hace 33 años que Maria Arrate Aguirre y su marido Jose Mari Egaña dejaron Gipuzkoa para instalarse en Laguardia, donde crearon junto a su muralla la Casa Rural Erletxe. Ella tenía entonces 48 años, un negocio pionero, y un nuevo hogar al que entregarse en cuerpo y alma.

He pasado la noche en una habitación de su Casa Rural, intramuros, donde me ha atendido amablemente el italiano Fabiano. La planta baja de la casa y la primera planta son para uso de los visitantes. En la segunda planta reside la propietaria, Maria Arrate, con quien he quedado para hablar tempranito.

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LA Casa Rural de María Arrate, vista desde el exterior de la muralla.

Es tan pronto que desayunaremos juntos. Nada más llegar a su vivienda, pegadita a la muralla, me encuentro con un coro de gorriones que revolotean al otro lado del cristal buscando las miguitas de pan que Arrate ha situado encima del trozo de muralla que forma parte de su vida, desde donde puede contemplarse una parte del territorio en panorámica.

Si los gorriones tienen migas de pan para su alborozo matinal, yo me encuentro con un café recién hecho, una rica mermelada, una jarrita con leche calentada y unos panecillos recién tostados que Arrate envuelve en una servilleta de tela blanca, para que no se enfríen. Todo preparado delicadamente por ella, que con estos dulces gestos me recuerda a mi añorada amama.

Tejados-Laguardia

TEJADOS de la villa amurallada de Laguardia.

Cuna de poetas y abejas trabajadoras

Sabía que el pueblo de Laguardia fue residencia de reyes, cuna de poetas, pintores y escritores, baluarte de viticultores, un mundo subterráneo de bodegas, fuente de inspiración para arquitectos y artesanos, meca de viajeros del mundo entero…

Lo que no sabía era que entre sus vecinas palpita esta abeja trabajadora que nació en Eibar, que hablaba francés e inglés con 17 años (en 1955), que trabajó en la empresa de su padre, en Eibar, y en la empresa de su marido, en Mutriku, regentando una Casa Rural en Rioja Alavesa… Viviendo hoy a sus 81 años armoniosamente con el Zen y el yoga, agasajando a sus visitantes con la alta sencillez que se respira en las almenas de Laguardia.

Mientras desayunamos, Maria Arrate me cuenta que su marido y ella tuvieron en Mutriku una empresa de medallas y condecoraciones que venía de su familia.

Mutriku-marinero

MUTRIKU con sabor marinero…

“Mi marido Jose Mari quedó huérfano de niño y fue a vivir con una tía maravillosa, una casera de Itziar llena de inteligencia y un gran amor por todo. Allí vivió con su hermano pequeño. La tía de Itziar tenía ya cinco hijos, acogiéndoles además a ellos dos de mil amores”.

“Cuando nos casamos, la empresa de Mutriku la llevamos con el marido de la tía y su hijo mayor. Yo me ocupaba del tema de exportación. Nos movíamos bastante a las ferias de Colonia, Chicago…

.- ¿Cuándo surge y cómo lo de fijar vuestra residencia en Laguardia?

Cuando el médico de la familia le dijo a Jose Mari que “el clima de Gipuzkoa no te está sentando bien”. Así que llegamos a un acuerdo con los primos de Jose Mari y nos vinimos aquí. Siempre habíamos hecho algo, siempre ocupados en algún menester, así que nos preguntamos “¿qué vamos a hacer aquí?”.

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MARIA Arrate en la terraza de su casa, pegada a la muralla, en la parte alta de la Casa Rural.

.- ¿Qué año os trasladasteis al clima favorable de Rioja Alavesa?

Vinimos a Laguardia de 1986 a 1988. Algo tendríamos que hacer, porque no sabíamos estar quietos. Teníamos un primo de Jose Mari que era arquitecto y estuvo exiliado en Irlanda, Ander Gallastegi. Él nos diseñó esta Casa Rural. Mientras la construía, alquilamos una casa en Laguardia.

«Se oía que aquí había buenos vinos»

.- ¿Qué sabíais de Rioja Alavesa?

Apenas nada. Bueno, se oía que aquí había buenos vinos. Pero cuando el médico nos dijo que este clima de Rioja Alavesa nos sería más favorable, nos vinimos aquí, eligiendo Laguardia porque nos pareció el pueblo más bonito. Tuvimos suerte, porque la casa donde hoy vivo era de una señora mayor que había muerto años atrás. Compramos el solar en tres o cuatro partes.

.- Está justo pegando a la muralla de Laguardia, en un lugar privilegiado.

La casa se terminó de construir en el año 1990, año en el que nos vinimos a vivir.

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EL arquitecto Ander Gallastegi construyó el sueño de los Egaña Aguirre en Laguardia. 

.- ¿Cómo os habéis integrado en el pueblo?

Bueno, aquí la vida en invierno era y es bastante difícil. Jose Mari estaba encantado, porque él era muy abierto y estableció muchas relaciones, muchas más que yo.

.- Cuentan que la gente que vive en villas amuralladas es algo cerrada a las nuevas relaciones…

La verdad es que en invierno no se les ve, sobre todo a las mujeres.

.- A ti te costó más establecer relaciones de amistad

Bueno, yo empecé a ocuparme de la Casa Rural que pusimos en marcha. Jose Mari en cambio conocía a todo el pueblo, salía con todo el pueblo. Y yo como tenía trabajo en casa… Pero él acogía muy bien a la gente en la Casa Rural, para eso valía mucho.

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LA CASA RURAL vista desde el interior de la Villa.

.- La Casa Rural Erletxe fue vuestro negocio desde los comienzos, entonces.

Sí, la inauguramos en 1990. Fue empezar a vivir e inaugurar la casa, dejando para nosotros como vivienda la parte de arriba.

.- Sería de las primeras Casas Rurales de Rioja Alavesa

De las primeras, y con el primer ascensor-descensor de Laguardia. Éramos el único establecimiento para dormir dentro de las murallas. Por entonces había una pensión al otro lado de la carretera, en la puerta de Páganos, y otra pensión que ahora está cerrada.

.- Tenías entonces 52 años. ¿Cuál era tu experiencia laboral?

Hacía muchos años, cuando tenía 17, empecé a trabajar con mi padre en una empresa de electrociclos (un carromato con motor). Mi aita se llamaba Ramón Aguirre, y era de Gernika. Vino a Eibar a trabajar en la primera sucursal del “Banco de Vizcaya”. Allí conoció a ama, con la que se casó. Un día dejó el Banco y puso en marcha su empresa de electrociclos con Huidobro, un ingeniero de Bilbao que realizó los diseños.

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EIBAR fabril, mirado de cerca por su montaña Karakate, también llamada Kortazar.

.- ¿Cómo así que empezaste a trabajar con él?

Aita dijo que de los seis hijos, uno tenía que quedarse a trabajar con él. El mayor estaba estudiando en Deusto. La chica que era yo ya había estado estudiando en Francia y en Inglaterra. Así que me dijo “tú te quedas conmigo”.

.- Te habías formado en idiomas

Hablo inglés y francés desde los 17 años. Empecé a trabajar con él acudiendo a las ferias… pero tuvimos la mala suerte de que dos años después, cuando yo tenía 19, en un paso a nivel de Eibar a mi aita le cogió el tren, matándolo en el acto. Lo vi desde la oficina.

Compra-Pan

TRAS la intensa conversación, Maria Arrate compra pan en Laguardia.

El amor lo cura todo

.- Qué golpe tan terrible!

En la oficina no me dejaban acudir en su ayuda, y yo empecé a pegarles golpes a todos, hasta que por fin conseguí salir y acercarme, viendo que el coche estaba empotrado contra el tren. Así que mi ama, ella sola, sacó a sus hijos adelante.

.- Aquello fue lo más duro de tu vida.

Lo más duro con mucho. Eso te deja de otra manera ante el mundo. El día del accidente, aita me dijo “espérame que tengo que hacer un encargo y a mi vuelta nos vamos para Mutriku”, donde teníamos una casa hermosa. Era verano. Jose Mari y yo ya nos conocíamos.

Plaza-de-Noche

HE dormido en Laguardia… que al amanecer escucha la historia de Maria Arrate Aguirre.

.- El amor con Jose Mari ayudaría a curar aquella tremenda herida.

El amor lo cura todo. Lo que pasa es que no fui capaz entonces de acompañarle a mi ama. Estaba tan impresionada por lo ocurrido que… Bueno, seguí en la fábrica de aita dos años más, hasta que mi hermano mayor terminó de estudiar en Deusto.

.- A veces, hay asuntos de la vida que no se ven con claridad hasta que pasan los años.

Lo de que no supe acompañar a mi ama lo estoy viendo ahora, justamente. La tenía que haber acompañado más, pero estaba con tanto peso encima que andaba ensimismada con mi dolor. Fue terrible perder al aita, y más de aquella forma atroz, cuando aún tenía mucha vida por delante.

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LA gipuzkoana paseando por las calles de Laguardia.

.- ¿Tu ama se recuperó de aquel golpe?

Ama tenía mucho carácter y era muy fuerte. Se recuperó y nos sacó a todos adelante. El más pequeño de los hermanos, Rafa (que ha estado en África y luego en Bruselas con asuntos de la UE) tendría tres añitos.

.- Las mujeres sois muy fuertes, en general.

Lo que quiero decir es que no tenía que haberme casado tan pronto con Jose Mari.

.- Lo vuestro fue un amor para toda la vida

Sí, sí. Eso sí.

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INTERIOR de la recepción de la Casa Rural, donde queda claro el amor por los viajes.

Los «años agradables» en Rioja Alavesa

.- ¿Cómo han sido estos 32 años en Rioja Alavesa?

Han sido muy agradables. Jose Mari disfrutó muchísimo y yo con la Casa Rural también, acogiendo a la gente que aquí ha venido de todos los países, al principio de Europa sobre todo, y ahora también de muchos países de Asia.

.- Sería un acierto la puesta en marcha de esta Casa Rural.

Fue un acierto, porque si no ¿qué hubiéramos hecho aquí? Porque no íbamos a comprar viñas y elaborar vino.

.- ¿Qué te ha dado esta Comarca, y Laguardia en especial?

Muchas cosas. Mira, este domingo tenemos en Laguardia el encuentro anual de todas las parroquias de Rioja Alavesa. Lo que sí encuentro, sinceramente, es que en Laguardia son muy simpáticos entre ellos, pero conmigo no terminan de abrirse. Ahora he dejado mis funciones en la casa, donde están los italianos, viviendo más libre, entregándome a Cáritas.

Rioja-Alavesa-James

CÓMO valorar lo que una Comarca te puede dar, y lo que tú le ofreces a cambio…

.- ¿Qué le has dado tú a Rioja Alavesa?

Mi solidaridad a través de Cáritas, esta Casa Rural abierta al mundo… pero lo que yo siento sobre todo es que aquí he estado muy a gusto. A Laguardia le he aportado mi cariño, hablando a mis clientes para que visitaran el pueblo.

.- La pareja de italianos que tienes empleados entraron a trabajar hace dos años y medio… Así que tú has estado comandando esta casa rural hasta tus 79 años de edad.

Así es. Jose Mari murió hace 10 años, se fue apagando poco a poco, y lo acepté de manera natural. Él se despidió de mí estando en paz.

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MAPA Mundi donde quedan registrados los lugares de procedencia de los viajeros de Erletxe.

El Zen y el Yoga

.- ¿Quiénes han sido en Laguardia tus mejores amigos?

La persona que más admiro es el sacerdote Antonio Mijangos, pero no sólo de Laguardia, sino de Euskadi entera.

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MARIA Arrate con el sacerdote Antonio Mijangos en Laguardia.

También he conocido a muchos jesuitas que hacen Zen, que yo practico desde hace casi cuarenta años. Mira, tengo la fotografía del padre Enomiya Lassalle, un jesuita alemán que vivió en Japón, en el centro Zen de Akikawua.

.- ¿Cómo llegaste al Zen?

Jose Mari no estaba muy de acuerdo, pero a mí me llenó muchísimo. La semana que viene tengo un retiro en San Asensio.

.- ¿Qué despertó en ti el Zen?

Acudí a un encuentro con la alemana Ana María Schlüter, que vino a Bilbao, y organizaron luego un encuentro con el padre Lassalle. Así que hice un viaje a Japón y de paso aproveché para ir a Australia y Nueva Zelanda. Fui sola, porque mi marido no estaba muy de acuerdo con que practicase Zen.

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UNO de sus amados libros de Zen, «Un canto de amor a la Tierra».

.- ¿Qué ha aportado el Zen a tu vida?

Me ha enseñado a vivir de otra manera… no diría más profunda, sino más en el aquí y ahora. En el presente. En el instante. Me ha enseñado a estar más en las cosas de cada momento.

.- ¿Al final tu marido entendió el Zen?

No. Jose Mari pensaba que el Zen me separaba de él. Él lo vio al principio como una secta . Pero era todo lo contrario, el Zen me ayudaba a vivir más intensamente con él.

El grupo de Zen de Elciego

.- Aquí has hecho proselitismo a favor del Zen.

En Elciego tenemos el grupo de Zen, que durante cuatro días a la semana hacemos yoga con ellos. Estamos encantados con Patricio e Irene y sus clases de yoga.

.- ¿Se trata de permanecer con los sentidos muy abiertos y en calma?

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EL jesuita y maestro de Zen, Enomiya Lassalle levanta con júbilo un bombón.

De centrarte en la respiración, haciéndote consciente de las cosas, dotándote de mayor espiritualidad. Mira la foto, Enomiya Lassalle está levantando un bombón, la foto está hecha en Japón.

.- Levanta el bombón con una alegría inmensa (digo mirando la imagen).

Como un chiquillo, sí. Él fue a Japón como jesuita, siendo muy joven. Era una persona inteligente, con una gran inocencia.

.- ¿Cómo ha sido la vida sin tu marido, estos diez años?

Ocho años he estado muy ocupada con la Casa Rural, con mucho trabajo. Pero a la vez estaba pensando en él.

Patio-Casa

LA VIDA da mucho de sí con inquietudes y la solidaridad por bandera.

.- ¿Cuál crees que es nuestro papel en el Cosmos, Maria Arrate?

El papel que tenemos es cuidar de nosotros, de los que nos rodean y de la Naturaleza, y no como estamos haciendo ahora con la Madre Tierra.

.- ¿Has hablado de estos temas con Antonio Mijangos?

No, y no me preguntes porqué. Antonio es la persona más natural y sencilla que he conocido. Sin hablar del Zen, él es como es el Zen en realidad, que es ser natural para todo, además de alegre y muy cercano. Admiro sus sermones.

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ADEMÁS de la conversación, el día nos regaló un encuentro con Antonio Mijangos.

.- Cuando tienes una Casa Rural como ésta, después de tantos años, ¿dirías que aprendes de los viajeros que van y vienen?

No de todos, pero los hay formidables.

.- ¿Qué atrae a los viajeros que vienen de todo el mundo a Laguardia?

El vino, sin duda. El mundo entero viene para conocer bodegas. Para beber la vida a sorbos. También vienen para eso. Para disfrutarla más intensamente.

14 respuestas a ““El mundo viene a conocer bodegas y beber la vida””

  1. Fernando m. Bujanda dice:

    ¡Qué cantidad de gente «especial», pasa desapercibida en nuestra Rioja Alavesa!

    No conozco a Maria Arrate, pero leyendo lo que dice de Antonio, y su voluntariado en Cáritas, me hago idea de su personalidad.

    Una gran mujer.

  2. Begoña Tudela dice:

    Me emociona la entrevista. Esta mujer me toca el corazón.

  3. Jon Artetxe dice:

    Me tocan muy de cerca alguna de las cosas que dice Maria Arrate.

    Y la delicadeza de los panes tostados envueltos en la servilleta es algo que hacía mi ama conmigo. Una maravilla.

    Es además una conversación auténtica, en la que una cosa lleva a la otra. Estas conversaciones son posibles cuando el entrevistador sabe escuchar

  4. Antonio Mijangos dice:

    Julio: Quiero en primer lugar, agradecer tu artículo y felicitarte por reflejar tan bien el espíritu de Maria Arrate. Fui muy amigo de su marido. Era un gran conversador, al que le gustaba escuchar. Y un enamorado de la Rioja Alavesa. Cuando se lanzaron a la construcción de la casa, pensé que eran excesivamente decididos, compraron a varios propietarios y unieron parcelas, lentamente, pero con constancia. Es verdad que Jose Marí no entendía lo del Zen, pero respetó su vocación.

    Ojalá hubiera muchas Arrates en nuestros pueblos: sencilla, inteligente, emprendedora, constante, respetuosa con todos, valiente en aquellos años duros para los empresarios vascos. Ella tiene mucho que contar de aquellos años.

    Siempre he admirado su serenidad, su paz interior y su capacidad de aceptar al otro. ¡Ojalá hubiera muchas como ella!

  5. Teo Mtz de Cañas dice:

    Gracias Arrate por haberme hecho recordar los momentos vividos con Jose Mari y contigo en Leza cuando veniais a visitarnos. Fueron muy gratos.

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Muchas gracias, Teo Mtz de Cañas. Al leerte es sentido que lo vivido se puede volver a sentir. No a vivir, porque la vida es más intensa, más densa y palpable. Pero el aire, el misterio casi, de aquel instante permanece de alguna manera… tan inasible. Un cordial abrazo

  6. Andoni dice:

    Maria Arrate es amiga nuestra desde hace años. Nos queremos mucho. Es una mujer excepcional, buena y comprometida. Hemos compartido muchas sesiones de yoga durante años y muchas sentadas de meditación con Patri e Irene, nuestros maestros y amigos. Patri tendrá casi 80 años y hace años que no ve, pero es una persona buena y generosa, con una sensibilidad muy especial y Maria Arrate es otra gran alma de este grupo. Qué mujer!

  7. M. Rafael Sánchez dice:

    Gracias, Julio, por acercarnos de forma tan entrañable y poética, a personas como Maria y su gente, con su vida, su casa y ese pueblo que tiene el sabor del buen vino de la tierra y de la vida

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Muchas gracias, M. Rafael Sánchez. Es la propia Maria Arrate quien con su entrega y su fuerza, y su familia, hacen poesía en el acontecer diario. Un cordial abrazo.

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