“Si hemos llegado hasta aquí con la esperanza de que haya una vendimia de calidad, es por el enorme esfuerzo y profesionalidad de nuestros viticultores”, valora el enólogo Roberto Vicente, que forma parte de un grupo de quince profesionales del viñedo y el vino a quienes el Blog les pregunta por la vendimia que viene en este año de locos.
¿Qué «trabajo» le queda por hacer a la viña para sacar adelante el fruto en este año de incertidumbres? ¿Cuál es el papel del viticultor-a en estas semanas de fin de curso, antes de la vendimia?
“EL MAR escucha como un sordo / es insensible como un dios/ y sobrevive a los sobrevivientes. / Nunca sabré qué espero de él / ni qué conjuro deja en mis tobillos / pero cuando estos ojos se hartan de baldosas / entonces, si me siento náufrago, / sólo el mar puede salvarme”.
Desde el mar de viñas… Recuerdo estos versos de Mario Benedetti, porque algún famoso bodeguero me acaba de decir que en los 40 días y 40 noches que restan para la vendimia lo único que pueden hacer es “rezar”. Entiendo lo que dice, acuciado por otros menesteres. Pero vayamos escuchando uno a uno lo que han contado al Blog quienes con afán miman las viñas en el Paisaje Cultural del Vino y el Viñedo. «A Dios rogando», y con el tractor y la azada faenando.
“Reflexionando sobre este año tan complicado y difícil, tanto en la viña como en la vida, creo que al viticultor no le queda nada por hacer, ya que si hemos llegado hasta hoy con la esperanza de que haya una vendimia de calidad, es por su enorme esfuerzo y profesionalidad. Mi aplauso para todos ellos y ellas”.
.- ¿Qué toca ahora, Roberto?
Ahora es el momento de la viña. Ha de sacar fuerza de sus raíces para hacer que todos esos granos de uva alcancen su esplendor y madurez que nos permita elaborar grandes vinos que pongan en valor la enorme labor de viticultores y bodegueros para superar este inoportuno bache!”
Vuelve Oxer de pasar unos días en Córcega, y lo primero que ha hecho este jueves 6 de agosto de 2020 es acudir a las viñas. “Lo primero será ir a verlas y hablar con ellas”, remarca.
“Ahora no hay mucho que hacer. He dejado de tratar las viñas… este año les hemos tratado ya en exceso. Lo que hay ahora es una sequía, pero mis viejas viñas -muy adaptadas a la climatología- sufrirán menos”.
.- ¿Qué te inquieta?
Con las viñas he aprendido a esperar, a ser paciente. No voy a estar ansioso, para nada. Las viñas no me crean ansiedad, porque las conozco bien, ya te he dicho que me comunico con ellas fácilmente. No habrá en mí ansiedad alguna. Mantendré la calma. Cada añada es un mundo que luego habrá que saber interpretar en bodega.
Hace dos años, unos días antes de la vendimia, ya en octubre -que en La Granja Nuestra Señora de Remelluri son siempre los últimos en vendimiar- acompañé a Telmo en un paseo por sus viñas.
Le vi contemplar sus cepas, catar algunas de sus uvas… evaluando el tiempo que aún le quedaba para llevárselas a la bodega.
Allí, en el silencio de las cepas, le escuché suspirar. Un suspiro de afecto e inquietud mientras admiraba su obra.
.- ¿Cuál es el papel del viticultor en estas semana de ‘fin de curso’?
“Rezar!”, es su única contestación.
.- ¿Cuál es el trabajo pendiente?
Ver si es necesario un último tratamiento, observar y “colocar”, quitar algunos racimos… Y esperar que las tormentas sean buenas y ayuden al no excesivo estrés de la uva
.- “Rezar”, me dice tu amigo y socio Telmo Rodríguez
Eso suena bien, pero no es muy técnico.
“Nosotros estamos tirando determinadas uvas. Y las que continúan en las cepas, las estamos dejando bien colocaditas”.
.- Algo más habrá que hacer, Iker.
Pronto empezaremos con los análisis de maduración, lo que haremos al final del envero. Haremos seis análisis hasta el final de la vendimia, para ver cuándo hay que empezar a cortar racimos… Pero poquito más
“Al agricultor le queda poco por hacer. Ahora es el momento de la cepa”.
.- Qué bien suena, Iñigo: “el momento de la cepa”.
Si nos acompaña el tiempo… sería ideal que cayeran unos litros de agua, que como dicen los mayores «ese agua es vino». Pero… la suerte está echada
.- ¿Habrá que ‘arremangarse’ para algo más?
Algunos tendrán que quitar alguna uva que se apelotone donde hay mucha, habrá que eliminar las ‘malas hierbas’ dado que no se pudo labrar cuando había tempero debido al peligro del mildiu.
En fin, en el campo siempre hay que hacer, “la cepa te lo agradece todo”, decía mi abuelo. Pero ha llegado el momento de esperar. Que pasen estos calores que resecan la tierra y que llueva un poco para ayudar a la cepa a completar la maduración de la uva.
“Andamos estos días labrando las viñas que no pudimos labrar antes por la tarea de combate contra el mildiu -me cuenta César por teléfono desde la viña-. Y los que no hacemos vino ecológico, tratamos las filas con herbicida.
.- ¿Qué actividad despliegan tus colegas de Rioja Alavesa?
Los que van a arreglar alguna finca para plantar, están haciendo labores de fondo, aprovechando para arrancan piedras con una pala, o las sacan con el tractor, o hacen labores más profundas. Alguno efectuará algún tratamiento fitosanitario, que ahora preocupa el tema del oídio más que el mildiu… Estos días sale el Norte por la noche, y son muy propicios para el oídio.
¿Qué más? En las zonas que tienen regadío, están regando.
“En Agosto estamos dando las últimas manos de sulfato para que las hojas aguanten mejor la maduración, y dónde haya exceso de producción haremos poda en verde (quitaremos uvas) y ya lo que resta es preparar la bodega para la vendimia…».
“En nuestro caso estamos haciendo el último tratamiento: labrando superficialmente alguna viña para dejarla preparada para la vendimia».
«Solo nos queda rezar para que no haya ninguna tormenta dañina… Y en septiembre, haremos un seguimiento de la maduración».
“Chiguito: lo que no hayas hecho a estas alturas, ya no lo vas a mejorar».
.- ¿Quién te decía eso, Roberto?
Sabiduría de bar, je je.
.- ¿Has «hecho» este difícil año bien todas las tareas, chiguito?
Ya las tengo al día.
.- ¿En qué bar escuchaste aquello… quizá en Viñaspre?
En Viñaspre ya no queda bar.
.- ¿En Lanciego, entonces?
No recuerdo en cuál… Me lo dijeron hace muchos años, pero no lo he olvidado.
“Desde mi punto de vista solo queda observar la viña, ver cómo evoluciona la maduración. Algún tratamiento relajante, quizá, y esperar que no venga nada raro que tire por tierra todo el trabajo”
“El papel de viticultor ahora es velar por el viñedo en este año complicado, y terminar de hacer los vinos de esta peculiar cosecha… Que los grandes vinos se hacen en el viñedo, no en la bodega”.
“En el tiempo que queda hasta la vendimia -concluye Carlos- hay que estar encima para poder rematar la cosecha”.
“Quedan por hacer labores menores: algún tratamiento específico de oídio, polilla y botrytis. O la preparación del viñedo para la vendimia, abrir calles… Preparación de la bodega para la recepción de la uva. Y habrá que tomarse unos días de descanso
.- ¿Cuándo avance agosto, qué?
Para los últimos 20 días lo mejor será un clima apropiado, muchos días de norte, sanos, con diferencia de temperaturas importantes entre el día y la noche. Y el viticultor disfrutando de unos días de vacaciones a la espera de una vendimia muy complicada
“Este año la viña ha hecho los deberes antes que nunca, en aquel mes de mayo donde la naturaleza eclosionó de forma salvaje robándonos en dos meses casi 20 días de trabajo y concentrando todo nuestro esfuerzo», me dice hoy muy tempranito, a las 6:50h. Gari Rios Urbaneta.
.- ¿Cómo está la viña en agosto?
La viña ahora respira vitalidad y belleza inusual a la espera de nuestros miedos para la vendimia… Tan solo nos queda la gestión de la botrytis con algunos deshojados y el seguimiento de la aparición de focos para su control.
.- Tranquilidad… baina (pero…)
Esta cierta tranquilidad en las viñas contrasta con nuestro enorme nerviosismo ante una vendimia a la que tenemos mucho respeto por el COVID.
Ahora centramos nuestros esfuerzos en planificar, protocolizar con mucha dedicación, lo que va a resultar una gestión de las personas ante el momento complejo e imprevisible. Queremos que pase antes que nunca y ver descansar nuestros vinos en la bodega ante esta incertidumbre que supone un desgaste mental brutal.
“Este año “histórico” la triste ‘estrella’ ha sido el mildiu”, comienza diciéndonos Julián Palacios.
«Ahora es el primer momento de toda la campaña en el que nos podemos relajar un poco… y descansar algunos días, que falta nos hace».
.- ¿Relajarse por fin, eh?
Bueno. Hay que seguir cuidando las cepas, recorriendo viña a viña para ver su estado general, estimar la producción en cada una, allí donde el mildiu haya sido controlado, seguramente tengamos que quitar algún racimo para que no haya bolos y mejore la sanidad y la maduración en vendimia.
En otros viñedos, los más frondosos, quitar algunas hojas, ahora con cuidado en la cara del sol de mañana y a principios de septiembre en la de la tarde.
.- Así que quedan cosillas.
En las zonas más bajas y más secas, aunque suene paradójico, este año habrá que regar un poco. Hay muchas hojas que tienen que estar hidratadas para trabajar para la uva y no ponerse amarillas y secarse. Los riegos, siempre con moderación.
.- ¿Algo más?
Por último, creo que será bueno que a mitad de mes de agosto demos un último tratamiento con cobre y azufre, fundamentalmente para mantener la vegetación sana y que no haya ataques de mildiu a las hojas al final de campaña.
Además, en pocos días hay que salir al campo a recoger muestras de uvas para ver la evolución de la maduración e ir pensando en organizar la vendimia… que ya falta menos.
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Aupa a toda esta gente formidable! ¡Ojalá toda la Comarca tenga suerte con la vendimia y que los resultados sean excelentes!
Se lo merecen, vaya si se lo merecen.
Muchas gracias, Arene Amezaga. Un cordial abrazo.
Hace dos semanas que me he incorporado al blog, como lectora, descubriendo un mundo rural muy pero que muy atractivo. Hubiera escrito algunas cosas para felicitar la tarea periodística que vibra tanto en los textos como en las fotografías. Pido perdón si al final escribo para decir algo que me llama la atención. Y me llama la atención que en este magnífico reportaje, bien presentado, con mucho ritmo, muy claro -aunque algunas consideraciones técnicas se me escapen-…. Lo que echo a faltar son mujeres. He visto que están en otras muchas entrevistas. Así que seguro que hay razones que lo explican. No pido explicaciones. Me encanta el blog. Ese es el titular. Lo otro… es una excusa para aparecer por este ruedo. Mil gracias.
Muchas gracias, Olga Alvarez. Sé bienvenida, como lectora y como crítica. Algunas lectoras, además de viticultoras y bodegueras de Rioja Alavesa, te leerán y sabrán que he querido contar con ellas, como lo hago siempre. En algunos casos sé que éstas de agosto no son buenas fechas, o que en esta ocasión no les apetecía aparecer, o que la pregunta «parece sencilla, pero se las trae»… La admiración que sentimos por el trabajo y la profesionalidad de la gente de Rioja Alavesa es tanto para mujeres como para hombres. Espero haberte tranquilizado. Si no fuera así, encajo tu crítica diciéndote que tienes toda la razón del mundo. Te envío un abrazo en este agosto que sabe más a vacaciones y a Mar, a ese Mar de viñas con Arcoiris y al otro de Benedetti, que a otra cosa. Y a buenos deseos de prosperidad.
El título del reportaje (felicitaciones) me suena… ¿Fue una peli? Sácame de dudas, por favor.
Muchas gracias, Antton Guridi. El título del artículo está tomado de la película de Peter Weir «The Year of Living Dangerously» (El año que vivimos peligrosamente), estrenada en 1982, protagonizada por Mel Gibson, Sigourney Weaver y Linda Hunt (entre otr@s). Cuenta la historia de un inexperto periodista australiano que ha sido enviado especial a Indonesia en el turbulento escenario de la insurrección contra el presidente Sukarno. Hay una historia de amor en medio de todo ese galimatías socio político. Como ves, nada que ver con lo nuestro. Aunque aquí también hay una historia de amor en marcha, y un año difícil e incierto, de pandemia global, en el que nos encontramos, sin saber a dónde nos llevará y cuánto dará de sí. El film de Weir recibió el Oscar a la mejor actriz secundaria, Linda Hunt, y estuvo nominada a la Palma de Oro del Festival de Cannes a la mejor película.
Saludos cordiales.
Gora Arabako Errioxa!
Gora, Jon Mancisidor. Eskerrik asko. Osasuna!
«Sería ideal que cayeran unos litros de agua, que como dicen los mayores “ese agua es vino”«, dice el viticultor Iñigo Franco pensando en la vendimia de este año. Al leerlo he sentido un cosquilleo especial, como si dentro de mí hubiera sonado una campana, haciéndome sentir que es pura sabiduría popular. Ese contacto intenso del Blog con la gente, con los que aman de verdad la viña, la tierra, esa magia que sois capaces de trasladarnos. Éste es un blog vivo, muy apegado a la tierra y al corazón de la gente. Merece un Premio, lo vengo diciendo hace tiempo, pero aquí lo escribo por primera vez. Gracias, gracias. Maite maite.
Eskerrik asko, Begoña Tudela. Menudo regalo de sábado que nos haces. Lectoras y lectores sois un auténtico lujo, un premio sentido en toda regla. Un Abrazo.