Haciendo frente a los mil avatares que configuran una forma de vida apegada a la tierra, maridada con vinos de dos centenares largos de bodegas de diferente tamaño, cantada por generaciones que se han ido pasando el testigo entre las viñas…
… palpita el inmenso corazón lagar de Rioja Alavesa, navegando en un océano de viñas, en pleno siglo XXI.
Miles de lectoras y lectores del Blog envían abrazos de ánimo para esta mítica vendimia. Mítica por extraordinaria, por histórica, por difícil, porque es un reto en sí misma.
Ellas y ellos dicen, cargados de convicción y esperanza, con los dedos cruzados y entre admiraciones, que ¡la vendimia de 2020 saldrá bien, a pesar de todos los pesares!
La vendimia será una fiesta en sí misma, superando los altos muros de la pandemia. Su cosecha ya quiere ser bebida como si el vino fuera -que lo es- un canto vital lleno de placeres, celebraciones, desafíos, magia y espiritualidad.
Nos guía e ilumina su origen, su distinción, su piel de uva entre el Tempranillo y la Viura. Es nuestra estrella polar.
Suscríbete a nuestra Newsletter
Acepto que Blog Rioja Alavesa utilice mis datos para acciones de marketing
Recibe nuestras novedades
Newsletter
Acepto que Blog Rioja Alavesa utilice mis datos para acciones de marketing
Así las uvas como los viticultores. Aurrera!
Eskerrik asko, Arene Amezaga. Saludos
Ánimo pues!!! Vuestros vinos son la vida
Muchas gracias, Fidel Nuño. Saludos
Y tanto que el Vino y las Viñas son aquí y en el mundo el centro de una cultura milenaria. La sangre de Cristo cuando lo bendicen. Y yo, con perdón, lo bendigo cada día en mi mesa.
Muchas gracias, Joseba Portuondo. Saludos cordiales.
Mis felicitaciones por un trabajo que nos colma de satisfacciones. El Covid nos mantiene a raya, pero la vida se impondrá. Gran abrazo para Rioja Alavesa
Muchas gracias, Nastia Arranz. En ello confiamos. Un cordial abrazo.
El texto junto con las bellas imágenes de esos benditos frutos que alegran como ninguno el espíritu, no pueden hablar más que de una vendimia alegre y de fiesta.
Muchas gracias, Karmele. Un cordial abrazo por el bendito fruto de tus palabras.