Porque has leído una y cien veces que es bueno para el corazón.
Porque un día sin vino es como un día sin sol.
Porque “el vino es la única obra de arte que se puede beber” (Luis Fernando Olaverri).
Porque es un lujo al alcance de todas y todos.
Porque hay que ahorrar agua.
Porque como eres optimista tienes que tener siempre la copa medio llena.
Porque hablas mucho mejor inglés después de una copa.
Porque contribuye a la necesaria ración diaria de fruta en la dieta.
Porque ayuda a olvidar.
Porque ayuda a recordar.
Porque el vino -como dijo Galileo- es la luz del sol unida por el agua.
Porque naciste en un país donde se hacen vinos buenísimos.
Porque estás haciendo un estudio personal sobre el vino con crianza para tu enriquecimiento personal.
Porque la ‘vinoterapia’ funciona mucho mejor con una copa de vino en la mano.
Porque es lo mejor que puedes hacer después de cenar. Bueno… lo segundo mejor.
Porque en invierno las tardes son taaaaaan largas…
Porque hace frío / calor / llueve / nieva…
Porque el reposa brazos del sillón aguanta a la perfección el peso de la copa en tu mano.
Porque han venido amigos y amigas a verte.
Porque tienen etiquetas tan bonitas que dan ganas de beberlos.
Porque si bebes vino seguro que envejeces tan bien como él.
Porque marida tremendamente bien con el chocolate.
Porque nueve meses de embarazo te han dejado sedienta.
Porque tu cena parece desangelada sin una copa de vino.
Porque te hace sentir bien
Porque no puedes permitirte un masaje para relajarte y el vino es la segunda opción.
Porque ha sobrado un poco de ese vino tan bueno de la receta para el estofado.
Porque cocinas mucho mejor con una copa de vino como acompañante.
Porque tienes copas buenísimas en casa y tienes que usarlas para amortizarlas.
Porque es muy importante estar hidratado y beber agua por la noches es aburrido.
Porque es una forma estupenda de entablar conversación con desconocidos.
Porque marida asombrosamente bien con todo, hasta con tu humor.
Porque entra mucho mejor que la mayoría de las bebidas.
Porque es buenísimo para sanar cualquier corazón roto.
Porque con cada copa puedes viajar a donde se hizo sin moverte del sofá.
Porque detrás de cada botella de vino hay una gran historia humana.
Porque todo el mundo sabe que el vino forma parte de una dieta equilibrada.
Porque «donde no hay vino no hay amor» (Eurípides).
Porque de la magia de la fermentación no puede salir nada malo.
Porque todo el mundo sabe que el vino forma parte de una dieta equilibrada.
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Y porque yo quiero de verdad que un amigo mío pueda beberse un buen vino y dos y tres en breve por prescripción facultativa.
Una buena razón, Karmele. Gracias por tu comentario. Salud y Saludos!