“Eres cosechero si estás en todo el proceso, desde el momento que plantas la vid”, me dice el vitivinicultor Txutxi Muro, cosechero desde hace 40 años en Lapuebla de Labarca.
TXUTXI MURO contempla el río Ebro y su Lapuebla de Labarca.
A unos meses de cumplir 65 años, Txutxi Muro está dispuesto, si ello fuera posible, “a ser de nuevo un chaval de 24 años y arrancar otra vez con el vino”.
.- ¿En qué consiste ese proceso del que hablas?
Es cosechero quien prepara el terreno, planta una vid, busca el plantón, la medida que le quieres dar… y a partir de ahí es todo lo demás, pisando y elaborando tu vino. Es como un hijo. Tú le tienes un cariño a esa cepa que a medida que la cepa va creciendo, tú vas creciendo con ella.
EN la viña Las Pochancas (Laguardia), donde este lunes estaban vendimiando.
Cuarenta años creciendo con las cepas (I)
Para el Blog es la primera vendimia de este año en Rioja Alavesa. Txutxi Muro me recoge junto al ayuntamiento de Lapuebla de Labarca y me lleva en su furgoneta hasta la finca de Las Pochancas, cerca de Majaflorida, donde vendimia un equipo de 9 personas capitaneadas por su primo Roberto Muro.
ROBERTO Muro, el primo de Txutxi, se funde con la viña a los mandos del tractor.
Ambos se ayudan en este tiempo en el que se corta la uva y se traslada a los lagos de las bodegas. La particularidad de esta vendimia radica en su contradicción, pues habiendo menos cantidad de uva en las cepas, son sin embargo de más calidad, y registrará un precio menor al del año pasado.
“El año pasado se compró el kilo de uvas a un euro de media, mientras este año podemos hablar de 80 céntimos, veinte céntimos menos por kilo… Esta y otras cifras nos cuentan –dice Txutxi- que al final estaríamos hablando de un 50% menos de capital para los viticultores”
El cosechero que representa el Universo Rioja Alavesa
CON el Sol de la viña, estando de Vendimia, son muchos los asuntos a tratar.
Hablar con Txutxi es hablar del ciclo de una vida entera dedicada al campo. Más, diría. En su caso es abordar el UNIVERSO Rioja Alavesa, la vida de un pueblo, con sus variantes, en la voz de Txutxi Muro, que lo ha sido todo en Lapuebla de Labarca. Y hoy, a punto de cumplir 65 años, sigue siendo cosechero, un cosechero que ha ido creciendo a la vez que sus cepas.
Los periodistas tendemos a resumir una vida en pocas líneas. Cosa harto imposible. Lo mejor es ir descubriendo a la persona a través de la conversación.
“En mí –resume él- siempre está la viña, las cepas, la cultura, el euskera, el ayuntamiento, saber dónde vivo, y qué y quién soy. Todo eso está encadenado en mí. Y lo mantengo intacto a fecha de hoy”.
PRIMER Sol de la mañana calentando la torre de la iglesia La Asunción.
El día es impresionante. Un veranillo dentro del otoño. A las 9 de la mañana el termómetro señalaba 11 grados, si bien a primera hora de la tarde hemos llegado a los 30. Tras realizar unas fotografías de la vendimia en las Pochancas, Txutxi y yo nos hemos venido al txoko de su bodega, donde con pan, chorizo y diferentes vinos iremos abriendo el libro de su vida.
Antes hemos visitado los lagos de la bodega -en la parte alta-, la zona de barricas, el embotellado y etiquetado de botellas. En las viñas he probado unas cuantas uvas dulces de Viura y Tempranillo. Pero, como es sabido, el Blog siempre viene con el mismo propósito de hacer una buena vendimia de palabras, las propias de cada cual.
POCO a poco los lagos de hormigón (con capacidad para 30.000 kilos) se van llenando de uvas.
“Mi madre Ramona se murió con 98 años y toda su vida bebió un vaso de vino con las comidas. Es más, no habrá bebido ni 20 litros de agua en toda su vida. Ella bebió vino hasta dos días antes de morir. Lo curioso es que no bebía nada durante la comida, pero al terminar se bebía el vaso de un trago. Así toda su vida”.
Mi abuelo materno, Boni, fue comisionista. Compraba vino para la gente de Bilbao y San Sebastián. Y, claro, mi madre lo cataba para valorar aquel vino.
.- ¿Llegó a probar tus vinos de Harresi?
UNO de sus vinos, el maceración carbónica de Harresi
Siii. Mi madre cataba mi vino todos los años en Navidad. Subía y cataba los vinos diciéndome “Buen vino tienes, hijo”. Era crítica porque su padre le había enseñado a valorar el vino. Mi hermano también tenía buen paladar. Yo he sido más de libro, y aquellos han sido más de experiencia.
.- Si te tienes que remontar a tu pasado vitivinícola… ¿hasta dónde te vas?
Conocí a mi abuelo materno, pero mi referente es mi padre, Jesús. Empecé a trabajar con él teniendo yo catorce años. Mi hermano, que me llevaba 20 años, marchó a trabajar a una empresa, porque mi padre ya no le podía pagar lo que en aquella época pagaban las empresas por horas.
LAS UVAS han empezado a fermentar cuando llevan cinco días cortadas en el lago.
Mi padre se dedicaba al campo y a la vez traía grava y arena para las obras del pueblo. Teníamos dos tractores. Había una empresa de construcción. A mí me sacaron de estudiar y me montaron en un tractor en las primeras vendimias…
.- ¿Que te pareció que te quitaran de estudiar?
Era lo que todos hacían. Mi atia tendría 8 o 9 hectáreas de viña, “que con eso vivía entonces una familia”. Con el tiempo repartimos la tierras en tres partes, para mi hermano, mi hermana y para mí.
CHARLANDO con otra viticultora de Lapuebla de la calidad que tiene la uva este año…
.- ¿Cuándo dirías que empiezas tu camino como cosechero?
Cuando yo tenía 24 años apareció en Lapuebla la que hoy es mi mujer, Amaia. Su padre trabajaba en Bandas, en Basauri, y su tío en Iberdrola. Ellos querían que yo me fuera para Bizkaia, pero Amaia tenía trabajo aquí en la ikastola de Lapuebla. Y yo aposté por el campo. Ahí estaba diciendo que yo quería entregarme a Rioja Alavesa.
.- ¿De qué manera apostaste por el campo?
Pues mira: siendo novios decidimos comprar a Domecq cuatro hectáreas en Elciego.
.- Siendo novios, eh!
CON su esposa la andereño Amaia Visa (a su lado), y el chef Eneko Atxa (entre otros).
Algunos vieron que me arriesgaba, pero así arrancamos los dos juntos. Yo tenía 24 años y ella 20. Recuerdo que aquellas cuatro hectáreas nos costaron 1.800.000 pesetas.
.- Vete a comprarlas hoy por ese dinero.
Buenooo. Pero también era arriesgado meterse en la compra. Menos mal que ella también ganaba. Ella era andereño en la ikastola. Hace ahora 40 años que llegó. Y bueno, dice siempre que le engañé, jajaja. Hoy ella se siente de Lapuebla, habiendo luchado mucho, estando muy integrada en el pueblo. Una gran trabajadora en todos los temas culturales.
LA conversación con Txutxi Muro tuvo lugar en el txoko de su bodega.
.- Tú habías tenido “la escuela” de tu aita, sus enseñanzas en el campo y la bodega.
Así fue. Luego leí mucho. Y tengo un gran recuerdo de todos aquellos viajes que la Diputación de Álava organizó a Burdeos. De allí volvíamos con la sensación de que los de Burdeos no nos contaban todo, si bien veíamos cosas nuevas que aquí no había, y de aquellas mentiras sacábamos verdades.
MIENTRAS conversamos en la bodega, en el campo continúa la Vendimia.
.- Aquellos viajes fueron un “Master”, en cierta manera
Lo importante fue que los viajes ayudaron a que nos relacionáramos más. Ya la ikastola de Lapuebla nos venía uniendo con las gentes de otros pueblos de Rioja Alavesa.
.- ¿Cuántos alumnos tiene la ikastola hoy en día?
Cuatrocientos alumn@s en la Ikastola Assa de Lapuebla de Labarca, donde viene gente de Logroño, de Haro, de Casalarreina, de pueblos de Navarra, y de todos los pueblos de Rioja Alavesa, porque en nuestra ikastola se ofrece la enseñanza de 2 a 18 años, tanto Primaria como Secundaria.
EN una botella de vino caben muchos aspectos de la vida cotidiana…
.- Al igual que ha ocurrido en Lantziego, habrá gente que esté organizando el Cuarenta Aniversario de la Ikastola.
Hay un equipo de profesores que lo está preparando todo.
.- ¿Te acuerdas cómo arrancó la Ikastola en la que empezó trabajando Amaia?
El primer equipo de profesores fueron seis chicas y un chico. El primer profesor fue Isidro, de Aramaiona, y como teníamos miedo de que se nos marchara -porque a todos les parecía que Lapuebla estaba lejos de muchos sitios-, ¿qué hicimos? Nos juntamos tres del pueblo y todos los martes nos íbamos con él a jugar a pala y luego a cenar… Treinta y cinco años después seguimos haciendo lo mismo.
EN EL TXOKO de la bodega, sentado junto al lauburu que hiciera su hermano Luis.
.- Eso sí que es una envolvente, jeje.
Isidro estaba encantado: partido en el frontón y cena en la bodega (que entonces yo tenía una bodega alquilada). Subíamos los tres del pueblo con nuestra cazuelita de la comida de casa, y cenábamos los cuatro. Lo hacíamos a la antigua, con la tartera, las servilletas de tela y un buen trozo de pan. Lo compartíamos entre los cuatro. Y, claro, eso sí, vino de la bodega.
Tiempo después llegó a la ikastola un irakasle de Mondragón, que cuando vio aquello no tuvo duda alguna para incorporarse al grupo. Y mira, hoy tiene dos hijos en Lapuebla.
.- ¡Cómo se va trenzando la vida, Txutxi! Seguro que sentiríais mucho la pérdida de Lurdes Arrieta.
Nos conocíamos mucho, porque el euskera nos unió a mucha gente. Estos pueblos pequeños han vibrado con el euskera. Éramos… cómo decirlo… más pueblo que nunca y cuando hacíamos una fiesta allí estábamos todos. Tuvimos un crecimiento cultural muy importante. Teníamos nuestros vinos, nuestra cebada, nuestro euskera… y muchas cosas en común.
«EL EUSKERA nos unió»… En la foto, Lurdes Arrieta con su alumnado en Lantziego Ikastola.
Lurdes y mi mujer Amaia eran íntimas amigas. Las dos estaban hace cuarenta años fuera de casa, una vizcaína, la otra guipuzcoana. El euskera creaba comunidad en nuestros pueblos. Así que la pérdida de Lurdes hace quince años fue un desgarro. Estábamos para la bueno y para lo malo, para las chuflas y las luchas.
.- ¿Vive hoy Lapuebla en euskera?
Sí, pero ya sabes, los chavales salen a la calle y hablan en castellano. Conocen y hablan el euskera, pero se expresan en castellano.
OTROS vendimian en una viña que está pegada a las casas de Lapuebla de Labarca.
.- ¿Cómo eran los sentimientos que se transmitía en la casa de tu ama y tu aita?
En casa de mis padres siempre se ha alentado el sentimiento de ser alaveses. Mi padre llevaba muy dentro su sentimiento de ser vasco. Y aunque nos tomáramos a menudo los cubatas en Logroño, aquel sentimiento era muy fuerte.
.- De muchas cosas hace cuarenta años: la ikastola, la compra de las cuatro hectáreas en Elciego, tu relación de pareja con Amaia… ¿Qué sabes hoy del mundo del vino que no sabías hace 40 años?
Hemos aprendido a manejar el tiempo que nos está tocando vivir, mientras que en aquella época estábamos más estancados. Ahora todo va más deprisa. Lo que siento es que nunca hayamos tomado la decisión de identificar nuestros vinos con mayor decisión. En ese sentido seguimos estando… en el mismo sitio.
.- Lo dices con pesar.
ESTA imagen de Txuti Muro con una copa en las viñas formó parte de un calendario.
Sí, porque veo que el tiempo va corriendo y a mí no me llegará conocer otra cosa. No es que esté pensando que me voy a jubilar, que cumpliré los 65 años en enero, porque sigo trabajando a tope, y me gusta contar lo que hago en el campo y la bodega.
.- Te gusta contar lo que haces. ¿Qué haces?
Hoy hay demasiado marketing en todas las grandes bodegas. Pero los que hacemos vino añorando lo antiguo, lo de siempre, pero con métodos modernos (como utilizar un equipo de frío para esta vendimia en la que alcanzamos temperaturas de 30 grados).
En mi bodega soy yo quien cuenta lo que hace. Lo cuento con sentimiento, con cercanía. Pero también te digo que llevo a mis clientes y amigos a otras bodegas, que las hay fantásticas para que vean otra cosa… pero cuando a la azafata le falta sentimiento, yo me doy la media vuelta.
EL cosechero de Lapuebla posa para el Blog delante de unas cajas de sus vinos.
.- Yo digo que Txutxi Muro es un cosechero de Lapuebla de Labarca.
Sí, yo soy un cosechero que hace vinos de maceración carbónica, que pisa la uva, que elaboro el vino pisándolo, que cada día tengo más problemas porque estoy solo, y cuando digo solo es solo, porque dependo de otros para que me echen una mano. Que sepan que hacer un litro de vino me cuesta más dinero a mí que a una bodega.
.- Y vendes la botella de vino a un precio parecido a como lo hace la bodega.
Sí, porque el vino está en un precio donde la calidad en las uvas no se paga como es debido. Pero con la edad que tengo ya no voy a cambiar.
CONTINUARÁ…
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Txutxi, autenticidad, Txutxi, corazón, Txutxi, vocación, Txutxi, con los pies en la tierra.
Seguro que me dejo muchos lados de esta gran persona, como es el poliédrico Tutxi.
No mires tu carnet de identidad, y aún sabiendo los problemas con los que te encuentras, en el día a día, con el tema del personal, sigue con tus lecturas y haciendo ese gran vino, como es el HARRESI.
Muchas gracias, Fernando m. Bujanda. Saludos!
Qué decir de Chuchi… buen viticultor y mejor persona. No hay números para contar la gente que ha pasado por esa bodega y seguro que para nadie ha faltado una copa de vino, un trozo de chorizo y por supuesto las sabías y agradables palabras de nuestro anfitrión. Un abrazo!!!
Muchas gracias, Joseba Fernández. Saludos!!
No solo buen viticultor y bodeguero, también buena persona.
Muchas gracias, Maribel Bernardo. Saludos cordiales.
Cada entrevista viene cargada de historias. Como ésta del cosechero Txutxi Muro y la gran acogida que le hicieron al irakasle Isidro con el partido de pala, la tarterita de comida y el buen vino de la bodega, muy propio de Rioja Alavesa.
Yo también me quedaría a vivir para siempre en Lapuebla de Labarca.
Me resulta muy entrañable, porque lo estoy viviendo, el sentimiento de que el euskera ha unido y sigue uniendo a mucha gente en nuestra querida Euskadi. Qué decir de la manera de contarlo de Txutxi: «Estos pueblos pequeños han vibrado con el euskera. Éramos… cómo decirlo… más pueblo que nunca y cuando hacíamos una fiesta allí estábamos todos».
Txutxi, dan muchas ganas de conocerte!
Muchas gracias, Jon Mancisidor. Un cordial abrazo.
Así es, gran persona Txutxi y auténtico, lo habéis dicho casi todo, pero falta que es muy buen cocinero, por lo menos en el Txoko.
Muchas gracias, Jesús Puelles Fernández. Saludos cordiales
Qué buen hombre, Txutxi y qué sabio. Ha aprendido lo más importante, a amar y trabajar la tierra, a valorar a lo grande a sus progenitores y su sabiduría, y a sentir la importancia de sus orígenes y de una lengua hermosa y la más antigua. Se siente con él como propia la pena de no haber hecho más esfuerzo, como él dice, por la identificación de un vino y un paisaje.
Me gusta la gente que académicamente puede que no sea docta, pero hay tanto tonto titulado suelto que, la verdad, me quedo con gente como Txutxi, la que sabe mucho de lo naturalmente adquirido y que es inteligente y disfruta de la lectura.
Muchas gracias, Karmele. Un cordial abrazo.
Me suena, pero no lo conozco. Me ha emocionado la pasión que pone en la tarea e incluso esa chispa de desánimo al hablar de las grandes bodegas.
¡Ánimo! Los tuyos son otros valores. No es bueno compararse.
Disfruta de lo tuyo que es mucho.
Muchas gracias, Elvira Perez Basoco. Saludos cordiales.