UNA fuente informativa de Laguardia trasladó al Blog el pasado jueves la gran preocupación que existe en la Comarca. Al parecer “se han cerrado 20 bodegas familiares en 2019. A este paso –valoró-, Rioja Alavesa será el cortijo de las grandes bodegas de Rioja o de los grandes grupos de otras zonas del Estado español”.
IMAGEN de estos días de otoño en Rioja Alavesa.
Ampliando la mirada, el Blog ha sabido que desde 1996 se han cerrado en toda la DO Rioja un total de 1.700 bodegas (frente a las 2.500 que había). En lo que respecta a Rioja Alavesa, las cifras nos dicen que si en 1996 había 716 bodegas, en estos 23 años se han cerrado 400, que sería como decir que en los últimos veinte años las bodegas de la Comarca están en caída libre.
El informante de Laguardia se comprometió a buscar “datos más precisos del cierre de bodegas familiares en algunos pueblos”, insistiendo que «es un tema que inquieta, y mucho, tanto a los agricultores como a las bodegas familiares de la Comarca».
«El paraíso del vino y el viñedo»
LO QUE vale para Samaniego, vale para toda Rioja Alavesa.
A esa preocupación -según apunta- habría que sumar la compra de fincas de viñedo por parte de grandes grupos bodegueros que vienen buscando el negocio de instalarse en “el paraíso del viñedo y el vino”, y “no a crear un valor añadido en los vinos del conjunto de bodegas de Rioja Alavesa”.
El Blog se ha puesto en contacto con el sacerdote de Laguardia Antonio Mijangos, que en alguna ocasión nos ha hablado de las preocupaciones que le inquietan cuando piensa en la comarca vitivinícola, y de los obstáculos que a veces encuentran los pequeños agricultores para sobrevivir de sus tierras y su trabajo en las viñas.
“Hay una competencia impresionante entre las bodegas grandes y las pequeñas bodegas -dice Antonio Mijangos-. Aquellas imponen precios de sus vinos a la baja, en el conjunto de la DO Rioja, que desde mi punto de vista es una competencia desleal”.
«LOS están cercando», dice Antonio Mijangos en referencia a los pequeños vitivinicultores.
“A esto hay que sumar –añade- el enorme papeleo y la burocracia que se está exigiendo a los pequeños vitivinicultores, lo que ha llevado a la apertura, sólo en Laguardia, de tres nuevas gestorías”.
“Esto explica que la hectárea de viñedo haya subido muchísimo de precio, por lo que a las bodegas familiares les sería muy difícil competir si quieren ampliar sus hectáreas y su producción de vino”. Son palabras de Mijangos.
A estas alturas de lo conversado con unos y otros, y más allá de la cifra real de bodegas familiares cerradas en el último año, llama la atención que las conversaciones de los pueblos responden siempre a una inquietud real. Sean quince o sean veinte las bodegas cerradas, este río suena porque lleva agua dentro. Y la lleva desde hace muchos años.
Hablando de los grandes grupos bodegueros que compran terrenos para construirse una bodega en Rioja Alavesa, y viñedos para sostenerla, una fuente informativa de Elciego estima que “quieren apropiarse del valor añadido que supone hoy Rioja Alavesa. Me temo que no vienen a dar valor a los vinos que ya existen. Vienen buscando su propio valor, su único negocio, un relato para sus vinos futuros”.
JAIME Ibañez de Elejalde, interviene desde la Casa del Vino de Laguardia.
«Estamos a tiempo de revertir el proceso»
En la Casa del Vino de Laguardia, a través de Jaime Ibañez de Elejalde, me trasladan que vienen abordando las dificultades que tienen las pequeñas bodegas familiares frente a las grandes bodegas en estos asuntos.
“Aquí se suman muchas cosas -indica Ibañez de Elejalde-: el precio de la uva -que este año ha caído- y, entre otras cuestiones, una mayor burocracia y dificultad en el papeleo… Lo que aquí está en juego es la desaparición de los pequeños cosecheros que elaboran sus vinos con el método tradicional. Muchos ya han desaparecido, y otros están en jaque”.
“Estamos al principio de algo, y nos decimos que habrá que poner en marcha algunas medidas -apunta Jaime Ibañez de Elejalde-, sobre todo con las pequeñas bodegas que quieren hacer cosas especiales y excelentes. Creo que aún estamos a tiempo de revertir el proceso, porque es verdad que algunos se están desanimando”.
Unos y otros saben que impera el mercado libre y ese poderoso caballero que es don dinero. Además, “no se sabe -platean- si con el desembarco de bodegas foráneas en Rioja Alavesa, saldremos ganando o no”. Aún así, alguno utiliza la misma imagen para asegurar que “hay un mundo lleno de cocodrilos dispuestos a comerse a los pequeños”.
EN LAGUARDIA se han cerrado en 2019 siete bodegas (Foto Josemi Rodriguez).
Número de bodegas cerradas en Baños, Villabuena, Laguardia…
Estando en estos asuntos, la fuente informativa de Laguardia ha comunicado finalmente al Blog sobre el número de bodegas familiares cerradas en estos últimos tiempos en Baños de Ebro, Villabuena, la pedanía de Laserna y Laguardia. “En Baños habrían cerrado 4 bodegas familiares y una cooperativa de cuatro agricultores. En Villabuena, dos más. En Laserna, una, y en Lagurdia un total de siete bodegas cerradas”.
Quince bodegas cerradas en total en sólo estos pueblos. Pero falta de precisar lo ocurrido al respecto en otros muchos pueblos de la Comarca, como Lanciego, Labastida, Elciego, Samaniego, Elvillar, Lapuebla de Labarca…
En este último pueblo, un cosechero que prefiere guardar el anonimato lamenta las últimas iniciativas del Consejo Regulador Rioja, “que pretende que gentes de 60 años que perdimos el “tren de la informática y las nuevas tecnologías” llevemos toda nuestra actividad al día en un programa informático, creando una especie de bodega virtual”.
“Además, quieren que realicemos los análisis del embotellado del vino por nuestra cuenta. ¿Qué significa esto? Que tendremos que gastarnos 4000 ó 5000 euros al año en una gestoría, sin poder repercutir ese gasto en los precios de nuestros vinos” .
“Me temo que los grandes quieren quedarse con nuestras tierras, orillándonos a los pequeños, a los cosecheros que defendemos una forma de vida, que hemos fijado en el mundo rural la población de sus gentes… Si nos quitan la ilusión, nos quitan el negocio”, dice este cosechero de Lapuebla de Labarca.
DIRECTOR técnico del CR, Pablo Franco, con el programa informático (Foto Juan Marín)
El cosechero se está refiriendo en sus declaraciones al nuevo sistema informático Nimbus que el Consejo Regulador ha puesto en marcha tras la última vendimia, a través del cual se lleva a cabo la trazabilidad de las bodegas, lo que permite seguir la evolución de un producto en cada una de sus etapas.
El problema no sería nunca la trazabilidad. El problema es que las bodegas tienen que ofrecer la misma información a cuatro estamentos diferentes de cuatro formas distintas.
Respecto a los caminos emprendidos en su día por García Carrión, Bodegas Mauro, Bodegas Torres, Bodegas Lozano, Rothschild & Vega Sicilia o Matarromera… le pregunto al cosechero alavés si cree que quienes vienen de Ribera del Duero (por poner un ejemplo), aportarán un valor añadido y una diferenciación a Rioja Alavesa.
BODEGA de Rothschild & Vega Sicilia, en Samaniego desde 2017.
“Quiero pensar que a estas bodegas que vienen comprando tierras en Rioja Alavesa, también les interesará que todos ganemos con su presencia. Ellos saben que hoy por hoy, Rioja suena muy barato. Yo quiero creer que a esto le quieren dar la vuelta. Sería increíble que sean ellos quienes consigan para Rioja Alavesa una diferenciación que tanto se nos resiste en la Comarca”.
“Quiero pensar de manera positiva –indica el cosechero alavés-. Pensar que estas bodegas con sus negocios en Rioja Alavesa emprenden una aventura que nos puede beneficiar a todo. Allá ellos con su ética de los negocios. Mientras tanto yo pensaré que lo bueno de todo esto es que valoran a Rioja Alavesa, y que hablan bien de nuestra Comarca”.
Es una pluralidad de ideas la que está desatando estas circunstancias, que como hemos visto no son nuevas.
“Comparo a los pequeños agricultores y bodegueros de Rioja Alavesa con los pequeños comerciantes que tienen que cerrar frente al empuje de las grandes superficies”, señala el sacerdote de Laguardia Antonio Mijangos.
“Mi diagnóstico es claro -añade Antonio Mijangos-. Los están mareando, los vuelven locos con las nuevas tecnologías y la trazabilidad, etc., etc. Es decir, los están cercando. El agricultor no está hecho para un mundo de papeleo y burocracia sin fin. Desde el Blog, apelo a la buena voluntad del Gobierno Vasco y la Diputación de Álava, para que se le eche una generosa mano”.
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Tema duro, difícil, importante. Comparto la mayoría de las afirmaciones. Pero hay que matizar que es un tema sabido, muy hablado, muy escrito. Como ejemplo diré que en mi libro escrito hace 4 años «Rioja Alavesa en la encrucijada» dedico medio centenar de páginas a este tema y sus causas. Y antes hubo otros investigadores que escribieron sobre eso. Quiero decir con esto que el diagnóstico está muy claro hace años. Un Diputado de Agricultura dijo aquella frase célebre a la prensa: «el cosechero alavés se muere». Quiero decir que está bien que hablemos del enfermo en la UVI, pero es hora ya que propongamos soluciones. Porque las hay. Es hora de trabajar y no de lamentarse. Y una nota al margen para los amigos de la Estadística. Es cierto que a principios de los años setenta, con el boom de la economía vasca, surgieron de la nada cientos de pequeños bodegueros cosecheros, que vendían su vino en bocoyes, luego en garrafones, luego en botella desnuda y finalmente la mitad de ellos pasó a poner una humilde etiqueta. Pero esos nuevos cosecheros se han jubilado, han enfermado o muerto. En 2020 no se puede mantener esa estructura de los años setenta. El cosechero alavés del siglo XXI será otra cosa y no se llamará cosechero, pero si alavés. Trabajemos para que surja, se asiente y triunfe como de algún modo triunfó su abuelo en los setenta y sin duda triunfó su padre en los noventa.
Muchas gracias, Miguel Larreina. Totalmente de acuerdo en esa búsqueda de soluciones, con esos precedentes históricos tan bien traídos en tu comentario. Mientras tanto, nuestra tarea es nombrar las inquietudes para conjurarlas, para darles la vuelta entre todos y todas.
Quiero además señalar que aquí no sobra nadie. Gentes como Antonio Mijangos, a sus 83 años, que como decía el poeta alemán Bertolt Brecht, es de esos incombustibles que llevan luchando toda la vida… ahora por los pequeños agricultores y bodegueros. Esos -dijo Brecht- son los imprescindibles, aunque repitan lo obvio. Qué quieren que les diga! Me emociona, sencillamente.
Un cordial abrazo para ambos, Miguel y Antonio. Y siempre salud!
Muy fuerte este artículo!
La belleza esconde un monstruo, que como en multitud de sectores, se expande, se expande…hasta reinar en solitario.
Tal vez sea inexorable, inevitable, o incluso necesario para subsistir, pero estoy seguro que el final del camino será lo que conocemos en otros lugares: uniformidad y beneficio por encima de todo.
Una pena
Muchas gracias, amigo Alberto. Hay una parte de mí que al leerte te va a llevar la contraria, la que durante algunos momentos de mi vida me llevó a luchar como gran argumento de la obra. De manera positiva, pero intensa. Con una palabra necesaria, que en nuestra tierra hoy tiene que ver con la unión.
Un cordial abrazo
Es uno de esos artículos para remover conciencias, para despertar a los que van a lo suyo, porque lo suyo va muy bien y no hay problema alguno. Este es uno de esos artículos de los que cuentan verdades como puños. Es cierto (ya se dice en el artículo) que no es nuevo, que viene sucediendo, como las crisis que sufren las personas, como la vida misma, que todo es cíclico, como la naturaleza y las estaciones que van marcando el día a día en el viñedo y en la bodega…
El artículo contesta en parte a la pregunta coloquial «¿Qué se cuece por Rioja Alavesa?». Pues ahí está la respuesta. Hay belleza a mares de viñas, y colores hermosos de otoño en el Paisaje Cultural excepcional. Y tantas otras facetas del acontecer diario. Pero hay bodegas que se ven abocadas al cierre. Hay viticultores y pequeñas bodegas familiares que sienten en sus espaldas los colmillos de la crisis, que cierran en silencio, porque dolores como estos no se cantan en los medios de comunicación.
Miguel Larreina dice alto y claro que hay soluciones. ¿Quién no se apunta a eso? Las de ahora son para la próxima década. La CASA DEL PADRE de la que habló Gonzalo Saenz de Samaniego hay que mantenerla saneada y con todos remando en la misma dirección (lo que no significa uniformidad, ni que todos pensemos igual). Este blog muestra la inmensa fuerza de una comarca envidiable, a la vez que es un escaparate único para el mundo vitícola. Hay pájaros y flores, hay rosas y vinazos en esta gran comarca del sur de Euskadi. Pero nunca es oro todo lo que reluce.
He de confesaros que lo escrito es el compendio de todo lo que dais y transmitís a través del Blog. Me congratula.
Zorionak!!!
Eskerrik asko, Kepa Urdangarin. Y tú nos congratulas, tanto como nos enriqueces con tu mirada siempre positiva.
Un cordial abrazo!
Recordando esa escena de Parque Jurásico, cuando ante un ruidito el Tyrannosaurus Rex se vuelve y descubre a su víctima, ese gran monstruo llamado capital se ha fijado en nosotros, en la Comarca, como sueles llamarla tú, Julio. Podemos seguir pensando cuanto queramos, como a veces se refleja en el blog, que los alegres hobbit riojano-alaveses saltan felices entre las cepas mientras ven madurar sus uvas. La realidad es bien distinta y en el artículo de hoy se ha pulsado el botón “realidad”, el rojo. Cuando ese monstruo se fija en algo es muy, muy difícil escapar de sus garras y pese a que me duela mucho decirlo… “es cuestión de tiempo”.
Como bien dice Miguel, el problema no es nuevo, y lo vemos año tras año cuando después de cada vendimia oímos “fulanito no ha encubado”, “menganito vende el campo”, o “citanito ha dado las viñas a renta a tal bodega”…
A la cifra de pequeñas bodegas cerradas habría que sumar los cientos de pequeñas explotaciones, las de los “domingueros” que viviendo en Vitoria, en Bilbao, o en cualquier pueblo de la zona pero no dedicándose a la agricultura, mantenían las viñas que habían heredado de sus padres, vía sus abuelos, y que normalmente no superaban en conjunto uno o dos hectáreas. La cantidad de trabas burocráticas, de exigencias legales, de problemas a la hora de vendimiar* han llevado a desprenderse de ellas.
A mi negro vaticinio me gustaría dejarle entrar un pequeño rayito de luz. La realidad es que los problemas no van a desaparecer, la realidad es que aquel modelo de Rioja Alavesa no va a volver. La disyuntiva que veo es la unión de esas pequeñas explotaciones para tratar de hacer frete al “cerco” que dice Antonio Mijangos, o vender.
* Con las exigencias del Ministerio de Trabajo, nos hemos dejado quitar un patrimonio cultural importantísimo como era la vendimia familiar y con amigos, que en estas explotaciones pequeñas siempre fue una fiesta y parte de nuestra cultura. ¡No lo hemos sabido defender!, ¡nuestros políticos no lo han sabido, o no lo han querido defender!
Muchas gracias, Pablo Cañas. Un cordial abrazo.
Interesante articulo, aunque duela y nos llene de preocupación.
En esta vida, para encontrar soluciones y actuar, hay que atreverse a ver la realidad tal cual es. Es admirable tener el coraje y la valentía de contar las cosas como son, contar lo que hay, al pan pan y al vino, Actuando así, no tengo ninguna duda de que Rioja Alavesa con el apoyo de las instituciones vascas encontrará el camino y protagonismo que merece.
Muchas gracias, Isolina Garizurieta. Saludos cordiales.
Ese escenario hueco, sin alma, de grandes bodegas y capitales sin identidad, sería terrible para Rioja Alavesa y Euskadi entera. No puede ser, no podemos permitirlo.
Muchas gracias, Estibaliz Gamboa. Saludos!!
Qué tristeza!
Detrás de cada bodega que se cierra, serán muchos los dolores y los dramas.
Un abrazo y todo mi cariño.
Muchas gracias, Sara Macias. Es hermosa tu sensibilidad. Se agradece tu empatía y ternura. Un cordial abrazo.
A Sara, Estibaliz y demás blogeros que intuyo foráneos, os debemos dar un dato clave. La mayoría de las bodeguitas que cierran no quitan sus viñas, solo dejan de hacer vino. Y eso se debe a que la rentabilidad que obtienen vendiendo la uva es casi tan alta como vendiendo el vino, por lo que muchos piensan ¿Para qué meterme en líos de vinificación si no voy a obtener mucho más beneficio?
Muchas gracias, Miguel Larreina.
Hay que contar que en otros casos, cierran la bodeguita, y ponen sus fincas en renta. Viñedos que ahora explotan bodegas más grandes y rentables de Rioja Alavesa, por los que les entregan un 30 o un 40%, quedándose las bodegas con un 60 o un 70% del rendimiento de la explotación. «No solo te quitan la ilusión y el trabajo que antes hacías en la tierra y en la bodega, sino que en localidades como Lapuebla de Labarca ya no entra gente joven a elaborar vino, con todo lo que eso significa», según nos dice un cosechero de esta localidad que aún mantiene su bodeguita y su elegante vino.
Saludos!
Estoy de acuerdo en todo lo afirmado.
Yo sí apuesto por las bodegas pequeñas de calidad. De hecho estoy terminando de construir mi ROMÁNTICA COMPAÑÍA DE VINOS. Tengo 58 años y no estoy dispuesto a ceder a un Sistema cruel e insolidario empeñado en potenciar únicamente a las bodegas grandes. Creedme, el futuro es de las pequeñas grandes bodegas. Las bodegas con un valor añadido fundamental… ALMA
Muchas gracias, Carlos Estecha. Saludos cordiales.