Oct 22, 2020

«Queremos llevar la sabiduría al vino»

«El vitivinicultor es el que busca como una obsesión la calidad de la uva y del vino, sin descanso…»

Álvaro Campinún

ÁLVARO Campinún, se alza sobre el remolque mientras cae un cubo más de la vendimia.

Son palabras de Álvaro Campinún, de 37 años, a quien estos últimos veinte se le han pasado volando trabajando en su querida YÉCORA de pan y Vino (y II).

Y añade, dando vueltas a esa idea:

“Estoy buscando como loco la calidad, la calidad, la calidad… y nunca acabas de encontrarla. Supongo que no la encontraré nunca… Yo lucho contra mí mismo. Busco el mejor vino que puedo hacer, porque sin calidad no vamos a ningún lado”.

“El León no está dormido”

Álvaro Campinún

EL mayor de los hermanos Campinún de Yécora en la viña Valondo, en Lantziego.

Entrevistamos en plena vendimia a su hermano Rubén Campinún, cinco años más joven que él. Para conversar después con su hermano mayor, el Blog le siguió entre Yécora y Elvillar, pero fue un día de mucho trabajo. Bodegas familiares como la de Juan Campinún tienen que hacer juegos malabares para organizar todo como es debido.

Finalmente, aquel día hicimos unas cuántas fotografías en la viña de Valondo, en Lanciego,… y para de contar. Se preocupó de que estuviera “lo mejor atendido posible”, como así fue.

Esta entrevista la mantuvimos finalmente por teléfono días más tarde. Veinte intensos minutos de conversación, para no quitarle tiempo a su tarea, la ansiada calidad. Sus palabras suenan frescas, plantado como está entre dos viñas, cerca de Oyón.

Álvaro Campinún

RUBÉN y Álvaro Campinún preparan sus copas para brindar.

“Desde pequeñito he sentido la Agricultura”

.- ¿Qué era lo tuyo cuando tanto le insistías a tu padre para que siguiera siendo vitivinicultor?

Una gran inquietud. La llevo en la sangre, porque es lo que siempre he visto en casa. He vivido y sentido la agricultura desde pequeñito, las viñas, la bodega… Con dieciséis años hice un curso de Vitivinicultura de dos años en Laguardia. De allí salí queriendo elaborar vino. Formé parte de aquella primera promoción. De nosotros se encargó Gonzalo Saenz de Samaniego.

.- ¿Así aumentó tu interés por el mundo de la vitivinicultura?

Total. Allí estuvimos un grupo muy majo. Gente de Kripan, Lanciego, Elciego, Lapuebla, Samaniego, Labastida… Hicimos muchas prácticas en viñedo, prácticas en bodegas, y visitas a diversas DO, también estuvimos en Burdeos. Fue un curso completo.

Álvaro Campinún

MIENTRAS hablamos, el Otoño se enseñorea con las viñas de toda la Comarca.

.- ¿Fue terminar el curso y plantearle a tu padre la idea de construir una nueva bodega?

La nueva bodega la construimos en 1997. Mi padre había tenido una bodega anterior en la que elaboró vino a granel. En 1997 mi padre tenía la idea de dedicarse solo a granel.

.- ¿Tú le planteaste embotellar el vino con una marca?

En el año 1999 le dije a mi padre que yo quería sacar mi propia marca. También le propuse que la bodega y la marca tuvieran su nombre y su apellido: Juan Campinún. La primera etiqueta la sacamos en el 2000. Inconsciente o conscientemente siempre he empujado a mi padre, y él se ha dejado llevar.

Cuando eres joven piensas que eres tú quien tira del carro, pero sin la ayuda de mi padre no habría bodega. Sencillamente con no frenarme, mi padre ya me estaba empujando.

Álvaro Campinún

JUAN Campinún da nombre a una bodega de Yécora/ Iekora.

.- Eso lo ves ahora, que tu aita nunca frenó tus aspiraciones.

Lo veo ahora, sí, a punto de cumplir 38 años.

Buscar sin descanso, como una obsesión

.- ¿Qué ha pasado en estos 21 años, desde 1999, qué revolución se ha producido?

A mí se me han hecho muy cortos. Me asusta pensar que han pasado ya tantos años. Siento que no me da tiempo para trasladar al vino toda la calidad que quiero. Porque yo estoy buscando como un loco la calidad, la calidad, la calidad… y nunca acabas de encontrarla.

.- ¡Qué bueno!

Supongo que no la encontraré nunca… eso es lo que mi mujer me dice al verme tan entregado a lo que hacemos.

Álvaro Campinún

RODADA del tractor, firma y huella del hombre y la máquina sobre las viñas.

.- ¿Es como buscar la perfección, esa que dicen no existe?

Algo así… aunque “buscar la perfección no me suena tan de verdad”, porque yo lucho contra mí mismo.

.- Lo tuyo es un afán de superación.

Busco el mejor vino que pueda hacer. A lo mejor porque soy viticultor y no tengo los grandes estudios que requiere el mundo del vino. A lo largo del tiempo me doy cuenta que el vitivinicultor es el que siempre busca y busca, como una obsesión, sin descanso.

Álvaro Campinún

.- ¿Qué ha venido a reconocer el Primer Premio al mejor vino tinto del Concurso de la Fiesta de la Vendimia de 2020?

A mí me da el camino para seguir en estos tiempos tan difíciles.

.- Explícate, por favor.

Tengo el proyecto de hacer buen vino. Pero alguien te lo tiene que valorar desde afuera. Porque a veces piensas que es el mejor vino, pero todos nos equivocamos, y yo el primero. Para mí el premio me marca el camino a seguir.

Transmitir lo que Rioja Alavesa es

.- ¿Que más ha supuesto el premio?

Nos ha dado fuerza para arrancar y terminar la vendimia. Yo no pude ir a recogerlo, que lo hizo mi suegro José Antonio con una gran ilusión.

Álvaro Campinún

JOSÉ Antonio toma un racimo de uvas, que él ha traído en el tractor.

.-En este camino ha sido importante asociarte con tu suegro José Antonio García López Gil.

Fundamental.

.- Me decía él que estos ocho años que lleva con vosotros son “los más felices de su vida como vitivinicultor”.

Mi suegro está encantado, y nosotros igualmente encantados con él, que ha aportado mucha sabiduría, sabiendo transmitir qué es Rioja Alavesa en su explotación.

.- ¿Es lo que quiere hacer Bodegas Juan Campinún?

Nosotros queremos llevar la sabiduría al vino. La única forma de hacerlo es con un buen trato a la viña, con tradición vitícola y tradición familiar. No hay más truco. Aquí estamos mi padre, mi hermano, mi suegro y yo. Y por supuesto nuestras parejas que nos apoyan totalmente en ese levantarnos en este tiempo de vendimia a las 6 de la mañana y aparecer por casa a las 11 de la noche…

Álvaro Campinún

TEMPORERO portugués lanza la uva recién cortada sobre el remolque.

.- He visto a una familia de portugueses trabajando la vendimia con vosotros.

Llevan ya más de diez años vendimiando con nuestra familia. Estamos muy contentos. Conocen las parcelas, a las que vienen en distintas épocas del año.

El Maceración no se entiende fuera de Euskadi

.- Hablando de caminos, ¿qué nuevos caminos quieres abrir en los próximos años?

Mi objetivo es vender mi producción. Teníamos muchos proyectos, pero con la COVID nos hemos dado cuenta que vender nuestra producción es importantísimo. Ahora mismo queremos vender las 100.000 botellas de Maceración Carbónica.

Los Crianzas, los vinos seleccionados y demás pueden esperar. El año pasado en el Concurso de la Fiesta de la Vendimia quedamos terceros en Maceración Carbónica, y terceros en Crianza.

Álvaro Campinún

«¡HAY tanto por lo que brindar!».

.- La comercialización del vino es fundamental.

Hay gente que se aprovecha de nosotros porque ponemos todo nuestro empeño en cultivar las uvas, en esa emoción esencial, y en elaborar el vino… Pero luego tenemos que saber comercializarlo. De eso se encarga mi hermano muy bien.

En Rioja Alavesa comercializar los vinos puede ser a veces una dificultad, porque ponemos toda la pasión en la tierra, y eso se nos puede volver en contra.

.- ¿Dónde estáis comercializando vuestro vino?

Principalmente en Euskal Herria, que es donde mayor aceptación tienen.

.- ¿Crees que el Maceración Carbónica no se entiende fuera de Euskadi?

Álvaro Campinún

COPA sobre el tractor. La emoción esencial de cultivar uvas y elaborar vino.

Eso creo. Les cuesta mucho entender este gran vino. Es más fácil vender un vino con barrica. Quiero decir que el consumidor entiende mejor el precio del vino si ha estado unos años en barrica. Pero no entienden que para ganar el primer premio de este 2020 el esfuerzo es brutal por la misma selección de viñedos, por…

.- ¿Cómo le explicas a un vitivinicultor de Mallorca o de Gredos qué es un Maceración Carbónica?

En la maceración carbónica lo más importante es la uva, que tiene que entrar en bodega completamente sana, perfecta, con unos parámetros muy buenos. Han de saber que luego solo utilizamos el corazón para elaborar el maceración carbónica puro.

Entra el racimo entero (con las uvas), que traemos en remolques con muy poca carga, de 3.000 kilos de peso como máximo, para que el racimo llegue con la uva al depósito de hormigón lo más entera posible. Como colchón le echamos antes un poco de Viura (un 4%) para que amortigüe el Tempranillo.

Álvaro Campinún

FRASE que se ha convertido en un estímulo, en un impulso vital.

El León está despierto

.- Me ha dicho tu suegro que su frase es “¿En qué podemos mejorar?”

Eso me suele preguntar. Le digo que no hay que cambiar nada en la elaboración. Hemos de seguir en el camino, que si tenemos ya 40 elaboraciones, 40 añadas, que lleguemos con salud a las 60… Podemos conseguir un depósito nuevo de hormigón, pero no podemos tener un depósito que lleva ya 40 elaboraciones.

.- ¡Es una buena pregunta la de José Antonio, eh!

El agricultor se levanta cada mañana con esa pregunta en la cabeza. Que eso no le quepa duda a nadie.

.- ¿Qué le pides al futuro para los cuatro magníficos que estáis en la bodega?

Hemos de luchar por el futuro pase lo que pase. Me conformo con mantener ese espíritu.

Álvaro Campinún

EL COLOR anuncia que la Comarca ha llenado de vino sus bodegas. (Foto Josemi Rodriguez). 

.- ¿Ha llegado la hora de reconocer al pueblo de Yécora como pueblo vitícola, que para algunos sigue siendo un pueblo cerealista?

En la botella nosotros tenemos una frase, en la contra etiqueta, que asegura: “el león no está dormido”, en alusión a la peña de Lapoblación que popularmente se llama “El León dormido”.

.- ¡Qué estupenda idea!

Estamos muy despiertos.

En otra contra etiqueta que tenemos, del Crianza, ponemos: “Alguien nos vigila”. Siempre el León vigilándonos…, y alguien más que el León.

Álvaro Campinún

AHÍ puede leerse, en la contra etiqueta de su vino premiado: «El león no está dormido».

.- Tu hermano y tú sois segunda generación Campinún haciendo vino, pero ¡qué importante es tener a la primera generación de tu padre y tu suegro trabajando a vuestro lado!

Para que exista una segunda generación ha tenido que haber una primera. Y el que lleva cinco generaciones vinculadas a las viñas y el vino, o diecisiete generaciones, para mí es envidiable. Eso no es marketing, es realidad.

Tener con nosotros a la primera generación nos lleva a aprender todos los días.

Álvaro Campinún

JUAN y sus hijos Álvaro y Rubén, los tres trabajando codo a codo, junto a José Antonio. 

«Por la COVID hemos ido más que nunca al campo»

.- ¿Aspiras a que haya una tercera y una cuarta generación Campinún?

Tengo la ilusión de luchar hasta donde llegue. Es lo que mi mujer me dice: “Es que tú…” Iré hasta donde llegue, hasta donde el cuerpo aguante. Al comienzo de la vendimia, mi hermano Rubén me recordó que ya llevo veinte años en esto. “Joder –le dije-, se me han pasado volando”.

Por eso el premio es muy importante.

.- ¿Qué te dice la gente?

Me hacen una pregunta un poco fea… “Económicamente ¿en qué te repercute el premio?”. Joder, económicamente, cuando tú te presentas a un premio no te presentas “económicamente”, te presentas para que se reconozca tu vino. Es el vino quien gana el premio.

Álvaro Campinún

ÁLVARO tiene la explicación de porqué las uvas están espectaculares este 2020.

.- ¿Qué han escuchado este año 2020 los viticultores?

En la noticias de la tele y la radio han escuchado lo que todos: pandemia, coronavirus, COVID… Por no escuchar esas noticias reiteradas hasta el infinito, los agricultores iban todos los días a sus viñas, lo que ha traído aún más calidad a sus cepas. Días que no podíamos ir a vender vino, nos cogíamos el tractor y al campo, o la azada y al campo.

Hemos ido más que nunca al campo, porque nuestro sector no ha parado durante el confinamiento, que la viña y la bodega no pueden parar.

Álvaro Campinún

.- Pues a por otros veinte años, Álvaro…, que pasen más lentamente.

En positivo, por muy malo que sea este año 2020, que lo estamos pasando mal, hay que seguir luchando, todo lo que se pueda y más. Hay razones para quejarnos, pero mejor no nos quejemos, hay que luchar, luchar, y resistir.

6 respuestas a “«Queremos llevar la sabiduría al vino»”

  1. Arene Amezaga dice:

    Aquí están los de Yécora con su formidable historia. Qué buena conjunción la de los hermanos Campinún. Publicista y músico el menor. El mayor, Álvaro, entregado en cuerpo y alma al campo y la bodega. Y de qué manera. Al leerles, diría, con la mejor de las intenciones, que viajaría con ellos, y con sus vinos, y con su padre (y con sus esposas, a las que no conozco) a cualquier parte.

    No me cabe duda que Yécora está hace tiempo, por méritos propios, entre los pueblos de Rioja Alavesa con vinos maravillosos. Y que aún lo estará más. Al tiempo. Pero no sólo. Hay mucha gente buena en ese territorio. Será la tierra, el trabajo abnegado en las viñas, será la humildad y la entrega «esencial» (como dice el mayor de los Campinún)… Algo hay, y muy bueno. Espero beber esos vinos suyos, ya premiados y reconocidos. Cuando lo haga, seré consciente de que bebo vinos de muy buenas personas.

  2. Joana Garriga dice:

    Pasión por los cuatro costados, de la que necesitamos siempre y a todas horas. Me ha encantado.

    No acabo de entender -aunque se cuenta- lo del león que no está dormido. Lo entiendo a mi manera. Que el entrevistado no baja la guardia, que se mantiene atento, que no se duerme en los laureles ahora que le acaban de dar un primer premio. Pero algo me falta…

    Muchas gracias por anticipado.

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Muchas gracias a ti, Joana Garriga.

      Un poco más allá del pueblo de Yécora se alza el llamado pico del «León Dormido», de más de 1200 metros de altitud. El pico tiene otros nombres «La Picota», «La peña del Castillo», pues en la cumbre se edificó en el siglo X el Castillo de Marañón. En cualquier caso, el nombre más utilizado es el del león dormido, pues desde ciertos lugares (yo lo he visto muy bien desde la villa navarra de Viana) el monte se asemeja a un león dormido, tumbado y con la cabeza reclinada sobre sus patas delanteras.

      La feliz idea de «el león no está dormido», que está despierto y les vigila, es una manera dinámica de hablar de lo vivos que están Álvaro, Rubén, Juan y José Antonio, de su entrega al trabajo en las viñas, en bodega o en la comercialización de sus vinos.

      Y ahora, en estos tiempos de pandemia global (y una cierta paralización de la vida comercial, con horarios restringidos y unos más que probables confinamientos de la ciudadanía para las próximas semanas) no sólo los Campinún están despiertos, ¡toda la Comarca vibra inquieta ante tanta incertidumbre! Muy despiertos de día, más que nunca… y con un ojo abierto por las noches. Como cuando se prevé una helada nocturna en las viñas por Primavera. O con las tormentas que traen piedra y riadas de agua. Cuando no el Mildiu… Muy despiertos siempre. Ahora más.

      Un cordial saludo.

  3. Roberto dice:

    Y cuánto aprendimos en los cursos hace 20 años ya! Felicidades, Campi!!

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