Mar 17, 2020

Adelantar la Primavera

Elvillar se citará el próximo 20 de junio con su Historia, para homenajear con una fiesta muy especial a dos personas fallecidas que hoy siguen vivas en la memoria colectiva.

Elvillar-Josemi

CON los dos homenajes, Elvillar se llenará de luz. (Foto Jose Miguel Rodriguez).

Hay noticias como ésta, recuerdos cercanos del pasado, que al hablarlos, al escribirlos sobre todo, adelantan la primavera que está a punto de llegar y abrazarnos a tod@s en medio de la que está cayendo con la pandemia del coronavirus.

Homenaje en Elvillar a dos ilustres de su Historia (y II)

Recién terminada la Guerra Civil, Anastasio Arrinda Albisu salvaguardó la vida de sus feligreses de Elvillar, entre 1939 y 1940, situando la suya en peligro. Francisco Martínez de Bujo fundó dos Cooperativas en Elvillar, la de vinos y la de cereales, impulsando en los años 40 y 50 del siglo pasado la economía local y, por tanto, la vida de los agricultores.

“Recordar y reconocer los actos y valía de quienes nos precedieron es un gesto que os honra”, valora el catedrático de Prehistoria de la UPV-EHU, Javier Fernández Eraso, en un Comentario dirigido a la Corporación municipal de Elvillar.

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ANASTASIO ARRINDA pasó por Elvillar, Zumarraga y Deba… dejando huella. 

“Fueron dos hombres buenos que dieron respuesta a sus principios como sacerdotes, pero sobre todo como personas”, ha señalado el humanista de Oyón, Fernando Martínez Bujanda.

“Arrinda y Martínez de Bujo pasaron por la vida haciendo el bien, como su maestro Jesucristo”, es el epitafio póstumo escrito en Comentarios al Blog por el sacerdote de Laguardia, Antonio Mijangos.

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FRANCISCO Martínez de Bujo, pasó por la vida haciendo el bien. (Foto Schommer Koch).

En tiempos de penuria, en medio de grandes dificultades, sin libertad, y con enormes carencias económicas, ambos estuvieron a la altura de las circunstancias, resultando para sus contemporáneos dos referentes éticos que el Ayuntamiento de Elvillar homenajeará el próximo 20 de junio de 2020.

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HISTORIA ética que Elvillar homenajeará con su alcalde Enrique Perez Mazo a la cabeza.

Ese día, ya señalado en el calendario de Elvillar y de Rioja Alavesa, habrá una fiesta muy especial en la que se conjugará la Memoria Histórica, la salvaguarda de la vida y los impulsos cooperativos para ofrecer la debida independencia económica a los agricultores de Elvillar en lo que fueron los años 40 y 50 del siglo XX.

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BAJO este cielo de Elvillar volverá a vivirse la ilusión… y la emoción.

La jornada festiva del sábado 20 de junio incluirá numerosos actos tanto dentro de la iglesia de Elvillar como en la plaza del pueblo, contando con la participación de diversos colectivos de Elvillar y Deba (donde Anastasio Arrinda fue párroco y coadjutor durante cincuenta años)

Se celebrará además una pequeña feria de vinos -con las bodegas de Elvillar- y una comida popular, todo un reto para los organizadores de Elvillar, ya que sólo de Deba se prevé una asistencia cercana a las 400 personas, que viajarán desde la noble Villa costera en al menos seis autobuses.

Francisco era “la pobreza viviente”

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FRANCISCO Martínez de Bujo en la plaza de Elvillar, en la década de los años cincuenta.

Si en el artículo del pasado 15 de marzo recordamos algunos trazos de la vida y obra de Anastasio Arrinda, hoy hacemos lo propio escribiendo retazos de la vida de Francisco Martínez de Bujo, que nació en Samaniego (1914), donde creció junto a sus siete hermanos, para pasar la mayor parte de su vida sacerdotal (del 41 al 61) en Elvillar, muriendo en un accidente de coche en Francia, el 1 de agosto de 1962.

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IMAGEN que la familia de Francisco utilizó para su Recordatorio.

José María Yeregui, en Kripan; Esteban Uriarte, en Lanciego; y Francisco Martínez de Bujo, en Elvillar, son tres curas que se entendieron muy bien, impulsando la Comarca, creando cooperativas, uniendo a los agricultores”, según cuenta al Blog el sacerdote de Laguardia, Antonio Mijangos.

“Laguardia era entonces, en la década de los 40 y los 50, el pueblo más pobre de Rioja Alavesa, con peones agrícolas que salían a la plaza a vender su fuerza de trabajo. El segundo pueblo más pobre, económicamente hablando, era por entonces Elvillar”.

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PEONES agrícolas cargan la oruja en 1965 en las calles de Laguardia. (Foto Lorenzo Ugarte).

Cuenta Mijangos que Elvillar se hizo famoso por entonces en toda la Comarca porque comenzó a roturar tierras comunales y a plantar en ellas los distintos cereales, convirtiéndose pronto en el pueblo más cerealista de Rioja Alavesa.

Francisco Martínez de Bujo crearía primero la Cooperativa de Vinos (que aún continúa existiendo en Elvillar), haciendo lo propio después con la Cooperativa de Cereales. Además, organizó un Centro Pre-artesanal donde se impartieron unos cursos desde los cuales los jóvenes de Elvillar pasaban a la Escuela Diocesana de Formación Profesional de Vitoria.

La Cooperativa de Elvillar

LA ÚLTIMA AMPLIACIÓN  de la Cooperativa San Roque de Elvillar en 2016.

“Montó la Cooperativa de Cereales, compró maquinaria, los agricultores se hacen así con el trigo y lo venden por fin al Granero Nacional -cuenta Antonio Mijangos-. Todo ello supuso un impulso enorme para la gente, una tarea impresionante de quien daba misas con todos los servicios a la comunidad cristiana, y se veía además inmerso en el desarrollo económico y el centro de la vida del pueblo entero

Antonio Mijangos conoció a Francisco Martínez de Bujo hace 59 años,  en 1961, cuando él estaba recién ordenado cura y destinado como sacerdote en Laguardia, su pueblo natal.

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ANTONIO Mijangos recuerda cuando conoció a D. Francisco. (Foto Jose Miguel Rodriguez).

Quince pesetas por una misa en Elvillar

Como anécdota recuerda que por entonces, en agosto de 1961, Martínez de Bujo preparaba su marcha a Francia, a un pueblo cercano a Avignon (Pernes), por lo que le pidió que le supliera en la misa dedicada a la “exaltación de la Santa Cruz”.

.- Antonio -me dijo- te pediría que me substituyas en la misa de la Cofradía de la Cruz de Elvillar.

.- “Tengo un problema -le contesté-. Ese mismo día diré misa en Laguardia, y no dispongo de un vehículo que me lleve y me traiga para cumplir con ambos pueblos”.

.- No te preocupes, te enviaré un señor de Elvillar para que te traiga y te lleve de nuevo en moto.

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EN las carreteras de 1961 se podían encontrar estos carros. (Foto Lorenzo Ugarte).

Recuerda ahora con una sonrisa aquella anécdota. “De esta forma pude llevar a cabo las dos misas la misma mañana. Pero la anécdota no acaba aquí. Lo curioso es que una semana después, a su vuelta de Francia, D. Francisco me entregó 15 pesetas como estipendio de la misa que ofrecí en Elvillar».

“Sé que es poco dinero para pagar tu esfuerzo, pero no tengo más con qué pagarte”, le comentó Martínez de Bujo.

La anécdota la contó recientemente Mijangos en la iglesia de Elvillar, hablando del homenaje conjunto que organiza el Ayuntamiento. “Puedo contaros este recuerdo, pero no puedo devolver a Elvillar aquellas 15 pesetas, que por entonces yo me gasté en tabaco”.

Reímos ambos con la anécdota, y a continuación le hago a Mijangos dos preguntas que me rondan:

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ANTONIO Mijangos en Laguardia, en la actualidad. (Jose Miguel Rodriguez Martinez).

.- ¿Qué distinguía a Francisco Martínez de Bujo del resto de sacerdotes de Rioja Alavesa en aquella época?

De todos los que conocí -responde-, él era la pobreza viviente, la encarnación misma de la austeridad bien entendida. Un hombre profundamente espiritual, de una moralidad cristiana propia de la época, pero con un marcado sentido social. De pocas palabras, pero de grandes hechos… Francisco era humilde, admirable y muy querido por todos.

.- Quizá alguien cuestione un homenaje a dos sacerdotes.

En este caso -destaca Mijangos- no se valora a dos curas, sino a dos seres humanos que sirvieron al pueblo de Elvillar, y ¡de qué manera!

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MARTÍNEZ de Bujo y Arrinda, dos sacerdotes que sirvieron a Elvillar en tiempos difíciles. 

El “enfermerito”…

Dieciocho años tenía Mari Cruz Majuelo Martínez de Bujo, “Cruci”, sobrina de Francisco, el año que su tío falleció en un accidente de coche en Francia, en 1962, cuando con toda la ilusión del mundo viajaba hacia Roma con otro sacerdote, Jose María Yeregui, a la vez que con su madre Mari Cruz, su hermana Ángeles, y la hermana del sacerdote Yeregui.

En un cambio de rasante de la carretera, otro vehículo se les echó encima de frente, falleciendo en el acto tanto Francisco como la hermana del otro sacerdote.

“Recuerdo el impresionante funeral que se le hizo en Samaniego, donde acudió todo Elvillar, todo Samaniego y un montón de curas de Álava, con la iglesia abarrotada…”.

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DURANTE décadas, D. Francisco estuvo enterrado en el cementerio de su Samaniego natal.

Son muchos los recuerdos que asaltan la cabeza de Cruci, peleando por salir de ella para hablar de su querido tío. Por ordenarlos, comienza por contarme que su tío cantó misa por vez primera en 1939, siendo destinado a Contrasta, en la Montaña alavesa. De allí pasó a Elvillar… “donde yo creo que estuvo 21 años, entre 1940 y 1961”.

Eso significaría que, efectivamente, Francisco sería el substituto de Anastasio Arrinda en Elvillar.

.- ¿Cómo recuerdas a tu tío Francisco, Cruci?

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CRUCI con su nieta en uno de sus paseos por Samaniego, junto a las viñas.

Le recuerdo siempre dispuesto a ayudar a los demás. Hacía tiempo que mi familia se había trasladado a vivir de Samaniego a Vitoria, pero volvíamos siempre en verano, para estar con el tío Francisco en Elvillar. Le recuerdo… son tantas las cosas que me vienen a la mente…

.- ¿Qué imagen te viene a la memoria?

Recuerdo haberle visto rezando arrodillado en la iglesia de Elvillar, o meditando en un banco del templo, con recogimiento y espiritualidad. Y a la vez le veo muy entregado a los agricultores que venían a buscarle a su casa. Le veo feliz, y a la vez tremendamente preocupado por la gente, sufriendo por ellos.

.- ¡Cómo no iba a estar preocupado con DOS cooperativas en marcha!

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PUERTA de la iglesia de Elvillar, por donde pasaron Arrinda y Martínez de Bujo.

Además de las cooperativas, en aquella época estaba la gente a la que no le llegaba para comer. Recuerdo que él se quedaba sin comer muchas veces para atender a la gente. Su humildad era su gran virtud.

.- Me ha contado el sacerdote Mijangos que diez curas de Rioja Alavesa pidieron al Obispo que lo enterrara en el interior de la iglesia de Samaniego.

El sacerdote que estaba en Samaniego a finales de los 80 nos preguntó a la familia nuestro parecer para enterrarlo en la iglesia asegurando que “era un santo”. Le dijimos que la familia no necesitaba que le dieran sepultura en la iglesia, porque de sobra sabíamos cómo era el tío Francisco.

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HERMOSO donde los haya, Samaniego y su iglesia bajo la mirada de la Sierra. 

El formidable valor del padre del sacerdote

Hay un episodio que vincula la historia de Anastasio y Francisco. Sabemos que Anastasio Arrinda salvó la vida, nada más terminar la Guerra Civil, a varios vecinos de Elvillar a los que otros quisieron dar “el paseíllo” mortal. En el caso de Francisco, fue su padre Ramón Martínez de Bujo Iradier quien impidió el asesinato.

“Mi abuelo era un viticultor curtido que llegó a ser juez de paz de Samaniego durante nueve años (de 1946 a 1955). El caso es que, según me contaron mi abuela Mari Cruz y mi madre Josefa, en cierta ocasión se colocó delante de un camión militar que venía al final de la Guerra a detener a un vecino de izquierdas a Samaniego…”

“Antes que matar a alguien de este pueblo -les dijo mi abuelo Ramón, auténtico juez de PAZ-, primero matadme a mí”.

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FOTO Familia de los Martínez de Bujo, con el abuelo Ramón sentado en el centro.

Lo particular de esa historia es que los militares cedieron y se dieron la vuelta sin llevarse a nadie. “Serán muchos -asegura Cruci al Blog- los que recuerdan a mi abuelo sentado debajo de la fuente del pueblo, en un asiento de piedra que aún continúa ahí. Para cosas como esa, él estaba hecho de la fortaleza de esa misma piedra”.

El abuelo Ramón y la abuela Mari Cruz tuvieron siete hijos, cuatro de ellos varones, de los cuales dos se habían entregado en cuerpo y alma a la vocación religiosa. El otro hijo, Jesús, hizo “voto de pobreza” formando parte de la congregación de la Camáldula, frailes que se dedican a la vida contemplativa y al trabajo manual, siguiendo la regla del ora et labora.

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FRANCISCO y Jesús, detrás de sus padres, los dos religiosos de la familia.

“Mi tío Jesús estaba en un monasterio situado en un monte cercano a Miranda (Burgos), al que a veces fuimos toda la familia a visitar. Vivía en la pobreza extrema, con zapatos de madera, a la vez que dormía sobre unas tablas, hablando apenas un par de veces al año con los demás”.

Francisco llevaba por el contrario un vida social intensa en Elvillar, viajando entre los pueblos de la Comarca en una bicicleta negra, que utilizaba para ir a Vitoria por el puerto de Herrera.

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EN su célebre bicicleta de aquellos años, en las que pedaleaba vestido con su sotana.

“En cierta ocasión, viniendo en bici de Elvillar a Samaniego, se enganchó y se rompió parte de la sotana. Mi madre quiso coserla de inmediato, a lo que mi tío le preguntó “¿No puedes dejarlo para otro día, que hoy es domingo?”, evidenciando la importancia que daba a los preceptos de la religión católica, reservando el domingo para Dios”.

.- ¿Cómo ha influido Francisco en toda la familia?

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D. FRANCISCO en Elvillar (en la dcha. de la imagen), el año 1946.

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EL Obispo de Vitoria, Bueno Monreal, inauguró en Elvillar la Bodega Cooperativa en 1954.

Hemos hablado de él en muchas ocasiones en el seno de la familia…, así que imagínate. Era una persona siempre dispuesta a hacer todo lo que estaba en su mano. Mi madre Josefa era la mayor de los siete hermanos. Ella tenía un montón de cartas manuscritas de mi tío, que guardaba como un tesoro en una caja de cartón.

.- ¿Las leíste?

Pensaba hacerlo un día… Así que cuando ella falleció busqué aquellas cartas, pero no las he vuelto a ver a pesar de rebuscarlas una y otra vez.

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CRUCI en su infancia (a la dcha.) en la plaza de Elvillar (Foto Francisco Martínez de Bujo).

Esto es lo que me contó Cruci ayer lunes, 16 de marzo. Pero hoy martes me llamó a primera hora para contarme una anécdota importante que se le había quedado en el tintero.

“Con siete hijos, mis abuelos andaban justos de dinero, así que no le podían costear la formación sacerdotal en el Seminario. El caso es que una farmacia de Vitoria le cubrió una parte, mientras él hacía de “enfermero de noche” para cuidar a los compañeros que enfermaban en el Seminario… Le llamaban cariñosamente el “enfermerito”.

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ASÍ fotografió Francisco a su sobrina Cruci, con las manos juntas subida en un pedestal.

El enfermerito creador de cooperativas que marchó a Francia para cuidar la espiritualidad y ayudar a los inmigrantes españoles en la zona de Avignon. El que escribía cartas. El que «desapareció» un día camino de Roma. Francisco Martínez de Bujo Chávarri, a quien Elvillar, el próximo 20 de junio escribirá una carta de profundo agradecimiento.

El «enfermerito» al que llamaron santo no está enterrado en el altar mayor de la iglesia de Samaniego. Él permanece en el corazón de su familia, en el de sus amigos y en el de unos cuantos villarejos y villarejas.

14 respuestas a “Adelantar la Primavera”

  1. Kepa Urdangarin dice:

    Hay desconocidos gigantes. Formidables seres humanos de los que no teníamos noticia hasta ahora. Estaban aquí al lado, muy cerca. Han cambiado el rumbo y la faz de algunos pueblos, se han entregado generosamente en momentos de angustia social, para que otros recuperaran con ellos el aliento.

    Lo que ha sido tan bien contado, periodísticamente hablando, ocurrió en el pasado. Sigue ocurriendo con gran esfuerzo hoy en día. Son la mejor versión de nosotros mismos. Un espejo en el que podemos mirarnos. Y mejorar.

    Eskerrik asko!

  2. Txiki dice:

    No tengo palabras. Ojalá esa fiesta tan especial pueda celebrarse. Yo iré allí de cabeza y corazón.

  3. Joana Redondo dice:

    Esa cajita de cartón llena de cartas manuscritas, de cartas que se han extraviado… Esas cartas llenas de confesiones de un sacerdote humilde, esas cartas varias veces releídas son un destello de literatura

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Mucha gracias. Un destello de humanidad manuscrita. Para ti escribo mis saludos más cordiales, que no se extravíen, Joana Redondo.

  4. F. Bujanda Ciordia dice:

    Después de leer el precioso artículo «Adelantar la primavera», y una vez que ya, anteriormente, escribí sobre las grandes bondades de Anastasio Arrinda, hoy me referiré, principalmente y como ejemplo, a este segundo ilustre, aunque, perfectamente podía atribuirse todo lo que voy a opinar tanto para uno como para el otro.

    Para mí, Francisco Martínez de Bujo, es un Humanista Cristiano de libro. Entiendo el humanismo cristiano, o humanismo teocéntrico, como una filosofía que defiende la plena realización del hombre y de lo humano, dentro de un marco de los principios cristianos, teniendo como base, el promover la participación personal en la realización del bien común, la justicia social, la solidaridad y la ética.

    El artículo cuenta que Francisco intentó reconducir a la sociedad en la que le tocó vivir durante 21 años, el pueblo de Elvillar, a los valores y al espíritu del evangelio. También trabajó para enriquecer todos los ámbitos de la cultura y la mejora de las explotaciones agrarias de la localidad, con la creación del Centro Pre-Artesanal, y las Cooperativas de Vino y Cereal.

    Fue un adelantado a su tiempo al buscar y garantizar los derechos básicos, el desarrollo de las personas más vulnerables. Desarrolló en su comunidad de Elvillar, los fundamentos de lo que hoy llamamos Acción Humanitaria, bajo las reglas de humanidad, imparcialidad, independencia y neutralidad.

    En definitiva, si las fuentes del humanismo cristiano son, principalmente, la filosofía cristiana y la Doctrina Social de la Iglesia, quién duda que Francisco Martínez de Bujo, o Anastasio Arrinda, no son dos grades figuras del Humanismo Cristiano.

  5. Amaia Urreisti dice:

    Vaya dos seres de luz! Se merecen todos los homenajes del mundo. Qué gran labor la del Blog proclamando valores urbi et orbi.

  6. Javi Montoya dice:

    Unos breves recuerdos de aquella época, sin alargarme demasiado.

    En primer lugar, el cine. En las aburridas tardes de domingo del invierno, la sesiones de cine parroquial en Lanciego y en Elvillar (con don Esteban y don Francisco) fueron un auténtico lujo de diversión y cultura para aquella época (a pesar de los cortes). A veces nos pasábamos la película en el río de Rocabo, a medio camino entre los dos pueblos, para suplir alguna carencia.¡Cuántas decenas de películas de todo tipo pudimos ver!

    Por otro lado, cuando llegaba la época de las confesiones generares (misiones, por Pascua…), venían varios confesores: don José María de Kripan (superespiritual), don Esteban de Lanciego, don Francisco de Elvillar… Este tenía mucho éxito de penitentes por su comprensión y su humanidad.

    Su marcha a Francia fue una auténtica sorpresa. El motivo que se comentó fue la existencia de una carta reivindicativa de una parte del clero vasco que no gustó nada al «régimen» y a la jerarquía eclesiástica. No sé si fueron solo rumores o hubo algo más. O falla mi memoria.

    Sin duda, aquellos tres curas tan bien compenetrados dejaron huella en la Comarca.

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Muchas gracias, Javi Montoya. Qué hermosura tus recuerdos, de esos que saben auténticos. Y qué bien lo que desvelas, muy de aquella época en la que se aplastaba cualquier crítica, por serena y sensata que se manifestara. Un cordial abrazo de un miércoles en el que se escucha ya suavemente el aleteo de la primavera de 2020.

  7. Maite Massana dice:

    Aquellos hombres buenos…

    Me encanta conocer las historias de personas tan grandes, que nos ponen en nuestro sitio.
    Una delicia de reportaje.

    Gracias por escribirlo Julio.

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Muchas gracias, Maite Massana por leerlo y trasladar tu impresión. Sus valores en una época difícil son eternos. Un abrazo por encima de todo.

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